por Anthony Wayne y Lawrence
Newell
2008
del Sitio Web
MujeresHolistas
Versión original en ingles
Documento de investigación forense Preparado por William P. Kopp
A.R.E.C. Research Operations
T061-7R10/10-77F05 Prioridad: Clase I R001a |
-
¿Por qué la Unión Soviética prohibió el uso del horno microondas en
1976?
-
¿Es posible que por ignorancia millones de personas estén
sacrificando su salud a cambio de la comodidad de hornos microondas?
-
¿Quién inventó el microondas y por qué?
Las respuestas a estas
preguntas podrían sorprenderte hasta el punto de tirar el tuyo a la
basura.
Más del 90% de los hogares norteamericanos tienen horno microondas
que se utilizan para preparar las comidas. Debido a el microondas es
tan cómodo y ahorra energía en comparación con los hornos
convencionales, son muy pocos los hogares o restaurantes que no lo
usan. En general, la gente piensa que sea lo que sea que un
microondas haga para cocinar los alimentos, no tiene efectos
negativos ni sobre la comida ni sobre los que la comen.
Resulta obvio que si el microondas fuera nocivo de verdad, las
autoridades nunca permitirían que se vendieran en el mercado. ¿No es
así? ¿Permitirían su venta?
Con independencia de lo que 'oficialmente'
se haya dicho en relación a los microondas, nosotros (los autores de
este artículo) en particular hemos dejado de utilizarlos basándonos
en las investigaciones referidas en este artículo.
El propósito de este informe es dar prueba, demostrar que cocinar
con microondas no es natural ni sano y que es mucho más peligroso
para el cuerpo humano de lo que nadie podría imaginar.
No obstante, los fabricantes de microondas, los políticos de
Washington y la naturaleza humana elemental están suprimiendo los
hechos y las evidencias. Debido a esto, la gente sigue cocinando con
microondas - bendita ignorancia - sin conocer los efectos y el
peligro de lo que hacen.
¿Cómo funciona un microondas?
Las microondas son una forma de energía electromagnética, similares
a las ondas de luz o de radio y que ocupan una parte del espectro
electromagnético de la energía.
En nuestra era tecnológica moderna,
las microondas se usan para emitir señales telefónicas de larga
distancia, programas de televisión e información de ordenadores a
través de la Tierra o a un satélite en el espacio. Sin embargo, a la
mayoría, las microondas no son más familiares como fuente de energía
para cocinar alimentos.
Cada horno microondas contiene un magnetrón, es decir un tubo en el
cual los electrones son afectados por campos eléctricos y magnéticos
de tal forma que produce radiación de microondas de alrededor de
2450 megahercios (MHz) o 2.45 Gigahercios (GHz). Esta radiación de
microondas interactúa con las moléculas del alimento.
Toda energía de onda cambia la polaridad de positivo a negativo con
cada ciclo de la onda. En los microondas estos cambios de polaridad
tienen lugar millones de veces cada segundo. Las moléculas de los
alimentos - especialmente las moléculas del agua - tienen un polo
positivo y negativo de la misma manera que un magneto tiene una
polaridad norte y otra polaridad sur.
En los modelos comerciales, el horno tiene una potencia de entrada
de alrededor de 1000 vatios de corriente alterna. Cuando estas
microondas generadas desde el magnetrón bombardean los alimentos,
hacen que las moléculas polares roten en la misma frecuencia
millones de veces por segundo.
Todo este agitado crea una fricción molecular que calienta el
alimento. Esta forma inusual de calentar también causa daños
sustanciales a las moléculas circundantes, muchas veces rompiéndolas
o deformándolas.
En comparación, las microondas del sol se basan en principios de
corriente directa por pulsos (DC) que no crea calor por fricción;
los hornos microondas usa corriente alterna (AC) y por lo tanto
crean calor por fricción.
-
Un horno microondas produce longitudes de onda de energía
puntiagudas, con todo el poder entrando en una sola frecuencia
estrecha del espectro de energía. La energía del sol opera en una
frecuencia amplia del espectro.
-
La longitud de onda determina el tipo de radiación, es decir, radio,
rayos X, rayos ultravioletas, visibles, infrarrojos, etc.
-
La amplitud determina la extensión del movimiento medido desde el
punto de inicio.
-
El ciclo determina la unidad de frecuencia, como por ejemplo, ciclos
por segundo, hercios, Hz, o ciclos/segundo.
-
La frecuencia determina el número de sucesos dentro de un tiempo
dado determinado (generalmente 1 segundo); el número de sucesos de
un proceso recurrente por unidad de tiempo, es decir, el número de
repeticiones de ciclos por segundo.
La radiación es igual a propagar energía con ondas electromagnéticas
Nos han dicho que cocinar [o calentar] alimentos con microondas no es
lo mismo que radiarlos (tratarlos con radiación). Se supone que
ambos procesos usan ondas de energía completamente diferentes y con
intensidad diferente.
Ningún estudio oficial
del FDA (Food and Drugs Administration) o del
gobierno ha probado que el uso actual del microondas es dañino, pero
todos sabemos que la validez de los estudios es - muchas veces de
forma deliberada - muy limitada. Muchos de estos estudios, con el
tiempo, se demuestra que no son exactos.
Como consumidores, se nos
presupone un cierto grado de sentido común a la hora de hacer
nuestras valoraciones.
Como actualmente se difunde - a propósito - que los microondas no
producen fugas en el medioambiente cuando se usan adecuadamente y
tienen el diseño aprobado, la decisión acerca de usarlos o no para
cocinar los alimentos, o incluso, la decisión de comprarlos, queda
en cada consumidor.
Muchos de nosotros venimos de una generación en la que madres y
abuelas que no confían en la cocina moderna del 'dentro fuera'
porque decían que no era adecuado para la mayoría de los alimentos.
Mi madre se negó incluso a cocinar algo en un microondas.
Tampoco le
gustaba el sabor de una taza de café calentada en un microondas.
Tengo que darle la razón y no puedo discutir ni una cosa ni la otra.
Su propio sentido común y sus instintos le decían que cocinar en
microondas no podía ser natural ni podía hacer que los alimentos
tuvieran el sabor que se suponía debían tener.
Como la mayoría de los adultos jóvenes de esa época, cuando el horno
microondas se hizo común, elegí ignorar la sabiduría intuitiva de mi
madre y me uní a la mayoría que creía que las ventajas de cocinar
con microondas eran demasiadas para creer que pudiera tener algo
perjudicial.
Apúntale un tanto a la percepción de mamá porque aún sin conocer las
razones científicas, técnicas o sanitarias de por qué, sencillamente
sabía que los microondas no podían ser buenos, basada en cómo sabían
los alimentos cuando se los cocinaba en ellos.
Tampoco le gustaba
cómo cambiaba la textura de esos alimentos.
Los instintos
maternos son correctos
Desde un punto de vista humorístico, con el sexto sentido que toda
madre tiene no se puede discutir. ¿Alguna vez lo has intentado? Los
niños nunca le podrán ganar la partida a la intuición materna.
Es como discutir con el brazo que
apareció como por arte de magia y te contuvo contra el respaldo del
asiento cuando tu madre pisó el freno del coche.
Muchos de nosotros venimos de una generación en la que madres y
abuelas que no confían en la cocina moderna del 'dentro fuera'
porque decían que no era adecuado para la mayoría de los alimentos.
Mi madre se negó incluso a cocinar algo en un microondas. Tampoco le
gustaba el sabor de una taza de café calentada en un microondas.
Tengo que darle la razón y no puedo
discutir ni una cosa ni la otra. Su propio sentido común y sus
instintos le decían que cocinar en microondas no podía ser natural
ni podía hacer que los alimentos tuvieran el sabor que se suponía
debían tener.
A contra gusto, hasta mi madre sucumbió a recalentar sobras de
comida en un microondas debido a su agenda de trabajo antes de
retirarse.
Muchas otras piensan del mismo modo pero se las considera una
minoría anticuada de la época anterior a los años 1970 cuando los
microondas inundaron el mercado por primera vez.
Como la mayoría de los adultos jóvenes de esa época, cuando el horno
microondas se hizo común, elegí ignorar la sabiduría intuitiva de mi
madre y me uní a la mayoría que creía que las ventajas de cocinar
con microondas eran demasiadas para creer que pudiera tener algo
perjudicial.
Apúntale un tanto a la percepción de mamá porque aún sin conocer las
razones científicas, técnicas o sanitarias de por qué, sencillamente
sabía que los microondas no podían ser buenos, basada en cómo sabían
los alimentos cuando se los cocinaba en ellos.
Tampoco le gustaba cómo cambiaba la
textura de esos alimentos.
Los microondas
no son seguros para la leche de los niños
Se han hecho públicas algunas advertencias pero han pasado casi
desapercibidas.
Por ejemplo, "Young Families" (Familias jóvenes), el
Servicio de Extensión para Minnesota de la University of Minnesota,
publicó lo siguiente en 1989:
"Aunque los microondas calientan los alimentos rápidamente, no son
recomendables para calentar los biberones. Puede que el biberón
parezca fresco al tacto pero el líquido en el interior puede estar
extremadamente caliente y quemar la garganta y boca del bebé.
También, la formación de vapor en un contenedor cerrado, como el
biberón, podría hacerlo explotar. Calentar el biberón en un
microondas puede producir pequeños cambios en la leche. En fórmulas
infantiles, puede darse una pérdida de algunas vitaminas.
En el caso de que se trate de leche materna, algunas propiedades
protectoras podrían destruirse. Calentar el biberón manteniéndolo
bajo un chorro de agua caliente o en una ollita y luego probar en la
muñeca antes de alimentar al bebé puede que tome algunos minutos más,
pero es mucho más seguro".
La Dra. Lita Lee de Hawaii publicó en Lancet, el 9 de diciembre de
1989:
"Dar microondas a fórmulas infantiles convirtió algunos aminoácidos
de forma 'trans' en sus isómeros sintéticos de forma 'cis'. Los
isomeros sintéticos, sean aminoácidos de forma 'cis' o de forma
'trans' no son biológicamente activos.
Más aún, uno de los aminoácidos, la L-prolina, se convirtió en su
isómero-d, que es conocido por ser neurotóxico (tóxico para el
sistema nervioso) y nefrotóxico (tóxico para los riñones).
Ya es
suficientemente malo que muchos niños no sean amamantados, encima
ahora se les da leche falsa (fórmulas infatiles) que se vuelve más
tóxica al calentarla con microondas."
La sangre calentada
en microondas mata a un paciente
En 1991, hubo un juicio en Oklahoma relacionado con uso hospitalario
de un horno microondas para calentar la sangre necesaria en una
transfusión.
El caso involucraba a una paciente de cirugía de cadera, Norma Levitt, que murió por una simple transfusión de sangre.
Parece que la enfermera calentó la sangre en un microondas. Esta
tragedia destaca que hay mucho más en calentar con microondas que lo
que nos han dado a creer. La sangre para las transfusiones
habitualmente se calienta, pero no en horno microondas.
En el caso
de la Sra. Levitt, las microondas alteraron la sangre y eso la mató.
Resulta obvio que esta forma de calentamiento por radiación de
microondas hace algo a las sustancias que calienta. También es
bastante evidente que las personas que procesan comida en un
microondas también están ingiriendo estos 'algos desconocidos'.
Debido a que el cuerpo es electroquímico por naturaleza, cualquier
fuerza que interrumpa o cambie los sucesos electroquímicos humanos
afectará la fisiología del cuerpo.
Esto se describe con más detalle
en el libro de Robert O. Becker, "The
Body Electric" (El Cuerpo Eléctrico), y en el libro de Ellen Sugarman, "Warning
- The Electricity Around You May Be
Hazardous to Your Health" (Cuidado - La electricidad que te rodea puede ser peligrosa para tu salud).
Hechos y
evidencias científicas
En el "Comparative Study of Food Prepared Conventionally and in the
Microwave Oven" (Estudio comparativo sobre comida preparada de forma
convencional y comida preparada en horno microondas), publicado por
Raum & Zelt en 1992, 3(2):43, se dice:
"Una hipótesis básica de la medicina natural establece que la
introducción en el cuerpo humano de moléculas y energías, a las que
no está acostumbrado es mucho más probable que causen daño que
beneficio.
La comida de microondas contiene tanto moléculas como energías que
no están presentes en la comida cocinada de la forma que los humanos
lo vienen haciendo desde el descubrimiento del fuego. La energía de
microondas del sol y otras estrellas se basa en corriente directa
(DC).
Las microondas producidas artificialmente, incluyendo la de los
hornos microondas, se producen por corriente alterna y fuerzan un
billón o más de cambios de polaridad por segundo en cada molécula de
alimento que golpean.
La producción de moléculas antinaturales es inevitable. Los
aminoácidos naturales, se ha observado, pasan por cambios isoméricos
(cambios en su forma morfológica) y también por transformaciones
hacia formas tóxicas bajo el impacto de las microondas producidas en
hornos.
Un estudio de corta duración encontró cambios significativos y
preocupantes en la sangre de individuos que consumían vegetales y
leche cocidos o calentados en microondas. Ocho voluntarios tomaron
varias combinaciones de los mismos alimentos cocinados de formas
diferentes.
Todos los alimentos que fueron procesados usando microondas causaron
cambios en la sangre de los voluntarios. Los niveles de hemoglobina
descendieron y los niveles generales de células blancas y colesterol
aumentaron. Los linfocitos disminuyeron.
Se emplearon bacterias luminosas (que emiten luz) para detectar los
cambios energéticos en la sangre.
Se encontraron aumentos
significativos en la luminosidad de estas bacterias cuando se las
expuso a suero sanguíneo extraído después de haber consumido
alimentos cocinados en microondas".
El estudio clínico suizo
El Dr. Hans Ulrich Hertel, que en la actualidad está jubilado,
trabajó durante muchos años como científico de alimentos con una de
las principales empresas de alimentación suizas que opera a nivel
internacional.
Hace algunos años, lo despidieron por cuestionar
algunos de los procesos de producción que desnaturalizaban los
alimentos.
En 1991, él y un profesor de Universidad de Lausana publicaron un
artículo de investigación en el que decían que los alimentos cocidos
en hornos microondas podían suponer un mayor riesgo para la salud
que aquellos cocinados con métodos convencionales.
También salió publicado un artículo en el número 19 del "Journal
Franz Weber", en el que se aseveraba que el consumo de alimentos
cocinados en hornos microondas tenía efectos cancerígenos sobre la
sangre. A continuación apareció el artículo de investigación. En la
portada de la revista había una foto de la personificación de la
muerte sosteniendo un horno microondas en una de sus manos.
El Dr. Hertel fue el primer científico en concebir y llevar a cabo
un estudio clínico de calidad sobre los efectos que los nutrientes
expuestos a microondas tienen sobre la sangre y la fisiología del
cuerpo humano.
Su estudio, pequeño pero perfectamente controlado, mostró el poder
degenerativo producido en los hornos microondas y en los alimentos
procesados en los mismos. La conclusión científica demostró que
cocinar con microondas alteraba los nutrientes en los alimentos y,
que hubo cambios en la sangre de los participantes que podían
deteriorar el organismo humano.
El estudio científico de Hertel fue llevado a cabo junto con el Dr.
Bernard H. Blanc del Swiss Federal Institute of Technology (Instituto
Federal Suizo de Tecnología) y con la University Institute for
Biochemistry (Instituto Universitario de Bioquímica).
Con intervalos de dos a cinco días, los voluntarios del estudio
tomaron una de las siguientes variaciones de alimento con el
estómago vacío:
-
leche fresca
-
la misma leche cocida con
método convencional
-
leche pasteurizada
-
la misma leche
fresca cocida en horno microondas
-
vegetales ecológicos crudos
-
los mismos vegetales, cocidos con método convencional
-
los
mismos vegetales congelados, descongelados en horno microondas
-
los mismos vegetales cocinados
en horno microondas
Una vez que se aisló a los voluntarios, se les tomó muestras de
sangre inmediatamente antes de comer.
Después, se les siguió tomando
muestras de sangre a intervalos definidos después de consumir la
leche o los vegetales indicados en el párrafo anterior.
Se descubrieron cambios significativos en las muestras de sangre de
los intervalos siguientes a haber consumido alimentos cocidos en
horno microondas. Estos cambios incluían una disminución en todos
los valores de hemoglobina y colesterol, especialmente la relación
de los valores HDL (colesterol bueno) y LDL (colesterol malo).
Los linfocitos (células blancas de la sangre) mostraron una
disminución a corto plazo más llamativa después de haber consumido
alimentos cocinados en microondas que después de haber consumido
cualquiera de las otras variantes. Cada uno de estos indicadores
señalaba degeneración.
Además, existía una relación altamente significativa entre la
cantidad de energía microonda en los alimentos de prueba y el poder
luminoso de las bacterias luminosas expuestas a la sangre de las
personas que consumieron dichos alimentos.
Esto llevó al Dr. Hertel a la conclusión de que estas energías
derivadas técnicamente podían, de hecho, pasar al hombre
inductivamente al comer alimentos cocidos con microondas.
Según el Dr. Hertel:
"Los hematólogos se toman muy en serio la leucocitosis, que no
pueden explicar por desviaciones normales diarias. Los leucocitos
son en muchas ocasiones signos de efectos patogénicos en el sistema
orgánico, como por ejemplo envenenamiento y daño celular.
El incremento de leucocitos con los alimentos cocinados con
microondas fue más pronunciado que con el resto de variantes. Al
parecer, estos incrementos fueron totalmente ocasionados por
consumir sustancias expuestas a la acción del microondas.
Este proceso se fundamenta en principios físicos que han sido ya
confirmados en la literatura científica. El aparente añadido de
energía que mostraron las bacterias luminosas fue simplemente una
confirmación adicional.
La literatura científica sobre los efectos dañinos de la radiación
directa de microondas sobre sistemas vivos es extensa. Por lo tanto,
es sorprendente tomar conciencia del poco esfuerzo que se ha puesto
en reemplazar esta técnica perjudicial de microondas con tecnología
más acorde a nuestra naturaleza.
Las microondas producidas técnicamente se basan en el principio de
corriente alterna. Los átomos, moléculas y células golpeadas por
esta radiación electromagnética se ven forzadas a invertir polaridad
1-100 billones de veces por segundo.
No hay átomos, moléculas o células de ningún sistema orgánico
capaces de soportar semejante poder destructivo y violento durante
un período largo de tiempo, ni siquiera a niveles de energía del
marco de los milivatios.
De todas las sustancias naturales
- que son polares - el oxígeno de
las moléculas de agua son las que reaccionan con más sensibilidad.
Así es como se genera calor al cocinar en microondas, por fricción
violenta en moléculas de agua.
Las estructuras moleculares se separan, las moléculas se deforman
por acción de la fuerza, llamado isomerismo estructural, y por lo
tanto su calidad queda dañada. Al contrario que en los métodos
convencionales de cocción en los que el calor se transfiere por
convección de fuera a dentro.
La cocción por microondas empieza desde dentro de las células y
moléculas donde hay agua y allí la energía se transforma en calor
por fricción. Además de los efectos del calor por fricción violeta, a los que se
llama efectos térmicos, también están los efectos atérmicos que casi
nunca se han tomado en cuenta.
Estos efectos atérmicos no son
medibles de momento, pero también pueden deformar las estructuras de
las moléculas y tener consecuencias cualitativas.
Por ejemplo, el debilitamiento de las membranas celulares por
microondas se usan en el campo de la tecnología de alteración
genética. Debido a la fuerza involucrada, las células se rompen,
neutralizando de esta forma su potencial eléctrico, es decir la
propia vida de la célula, entre la parte externa y la interna de las
membranas de la misma.
Las células dañadas se vuelven presa fácil de virus, hongos y otros
microorganismos. Se suprimen los mecanismos naturales de reparación
y las células se ven forzadas a adaptarse a un estado de emergencia
de energía, cambian de respiración aeróbica a respiración anaeróbica.
En vez de producir agua y dióxido de carbono, la célula se envenena
y produce peróxido de hidrógeno y monóxido de carbono."
Las mismas deformaciones violentas tienen lugar en nuestro cuerpo
cuando nos exponemos directamente a microondas o a un radar, y
también tienen lugar en las moléculas de los alimentos cocinados en
horno microondas.
La radiación provoca destrucción y deformación de las moléculas de
los alimentos.
La cocción por microondas también crea nuevos
compuestos, llamados compuestos radiolíticos, que son fusiones
desconocidas que no se encuentran en la naturaleza. Los compuestos
radiolíticos se crean por descomposición (deterioro) molecular
resultado de la radiación directa.
Los fabricantes de hornos microondas insisten en que los alimentos
irradiados y cocinados en microondas no tienen ningún incremento
significativo en compuestos radiolíticos en comparación con los
alimentos cocinados, horneados o procesados por métodos
convencionales.
La evidencia clínica científica presentada aquí demuestra que es
sencillamente una mentira. En América, ni las universidades ni el
estado federal han llevado a cabo pruebas sobre los efectos que
tiene en nuestro cuerpo comer alimentos cocinados en microondas. ¿No
es un poco raro?
Les preocupan más los estudios sobre qué ocurre si la puerta de un
microondas no cierra bien. De nuevo, es el sentido común lo que nos
dice que en lo que deberían poner su atención es en lo que sucede a
los alimentos cocinados dentro del microondas.
Como la gente consume alimentos alterados, ¿no resulta coherente
preocuparse por cómo esas mismas moléculas deterioradas van a
afectar nuestra propia estructura celular?
Las acciones de la
industria van dirigidas a ocultar la verdad
Tan pronto los doctores
Hertel y Blanc publicaron sus resultados, las autoridades
reaccionaron.
Una organización comercial poderosa, la Asociación
Suiza de Comerciantes y Empresarios de Aparatos Eléctricos de Uso
Doméstico, conocido como FEA, golpeó rápidamente en 1992.
Forzaron al Presidente del Tribunal de Seftigen, Cantón de Berna, a
emitir una orden de silencio contra los doctores Hertel y Blanc. En
Marzo de 1993, el Dr Hertel fue condenado por "interferir con el
comercio" y se le prohibió publicar los resultados de sus estudios.
El Dr. Hertel se mantuvo en sus trece y le plantó cara a esta
prohibición durante años.
No hace mucho, esta decisión fue revertida por una sentencia dictada
en Estrasburgo, Austria, el 25 de agosto de 1998. El Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, sostuvo que la decisión tomada en 1993,
constituía una violación de los derechos del Dr. Hertel.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos también decidió que la orden
de silencio librada por el Tribunal Suizo en 1992 contra el Dr.
Hertel, en la que se le prohibía declarar que los hornos microondas
eran peligrosos para la salud humana, era contraria al derecho de
libertad de expresión.
Además, sentenció a Suiza a compensar
económicamente al Dr. Hertel.
¿Quién inventó los
hornos de microondas?
Los nazis, para usarlos en sus operaciones de apoyo a sus móviles,
desarrollaron originalmente hornos de cocción "radioemisor" de
microondas que se utilizarían para la invasión de Rusia.
Al ser capaces de utilizar equipos electrónicos para la preparación
de comidas en gran escala, el problema logístico de combustibles
para cocinar habría sido eliminado, así como la posibilidad de
producir productos comestibles en un tiempo reducido.
Después de la guerra, los aliados descubrieron la investigación
médica realizada por los alemanes en los hornos de microondas.
Estos documentos, junto con algunos
hornos de microondas de trabajo, fueron trasladados a los Estados
Unidos del Departamento de Guerra y se clasificaron para
"investigación científica."
Los rusos habían recuperado también
algunos hornos de microondas y ahora tiene la investigación en
profundidad sobre sus efectos biológicos. Como resultado de ello, su
uso fue prohibido en la Unión Soviética. Los soviéticos emitieron
una alerta internacional sobre los peligros para la salud, tanto
biológicos como ambientales, de la utilización de hornos de
microondas y otros aparatos similares de frecuencia electrónicos.
Otros científicos de Europa del Este también informaron sobre los
efectos nocivos de la radiación de microondas y establecieron
estrictos límites ambientales para su uso.
Los Estados Unidos no ha aceptado los informes europeos de los
efectos nocivos, a pesar de que la EPA estima que la frecuencia de
radio y fuentes de radiación de microondas en los Estados Unidos
están aumentando a un 15% por año.
Carcinógenos en los
alimentos expuestos a microondas
En el libro de la Dra. Lita Lee, "Health Effects of Microware
Radiation - Microwave Ovens" (Efectos sobre la salud de la radiación
de microondas y los hornos microondas), así como en los números de
marzo y septiembre de 1991 de "Earthletter", ella afirmó que todo
horno microondas suelta radiación electromagnética, daña el alimento
y convierte las sustancias cocinadas en él en productos tóxicos
orgánicos peligrosos y carcinógenos.
Subsiguientes investigaciones que se resumen en este artículo
revelan que los hornos microondas son mucho más peligrosos de lo que
a priori se creyó.
A continuación hacemos un resumen de unas investigaciones rusas
publicadas por el Atlantis Raising Educational Center de Portland,
Oregon:
-
Se formaron carcinógenos virtualmente en todos los alimentos
testados.
-
Ningún alimento fue expuesto a más cocción por microonda que la
necesaria para conseguir el propósito, es decir, cocinar,
descongelar o calentar.
Esto es un resumen de los resultados:
-
Exponer a la acción del microondas carnes preparadas durante el
tiempo necesario para asegurar un consumo adecuado provocó la
formación de nitrosaminas, un conocido carcinógeno.
-
Exponer a la acción del microondas leche y granos de cereales
convirtió algunos de sus aminoácidos en carcinógenos.
-
Descongelar fruta congelada convirtió su contenido de glucósidos y galactósidos en sustancias carcinógenas.
-
Una exposición extremadamente breve de vegetales crudos, cocidos y
congelados convirtió los alcaloides en carcinógenos.
-
En plantas expuestas a la acción del microondas, especialmente
vegetales raíz, se formaron radicales libres carcinógenos.
Disminución
del valor nutricional
Los investigados rusos también informaron de una marcada aceleración
de la degradación estructural que lleva a una disminución del valor
alimenticio de entre 60 y 90% en todos los alimentos testados.
Entre
los cambios observados se encuentra:
-
Disminución de la biodisponibilidad del complejo de vitamina B,
vitamina C, vitamina E, minerales esenciales y factores lipotrópicos
en todos los alimentos testados.
-
Distintas clases de daño en varias sustancias de las plantas,
tales como alcaloides, glucósidos, galactósidos y nitrilósidos.
-
Degradación de las nucleoproteínas en carnes.
Se descubre la Enfermedad del Microondas
Los investigadores rusos hicieron investigaciones en miles de
trabajadores que habían sido expuestos a microondas durante el
desarrollo del radar en los años 1950.
Sus investigaciones mostraron
problemas de salud tan serios que los llevó a establecer límites tan
estrictos como 10 micro-vatios de exposición para trabajadores y 1
micro-vatio para civiles.
En el libro de Robert O. Becker, "The
Body Electric" (El Cuerpo Eléctrico), él describe la investigación llevada a
cabo por los investigadores rusos acerca de los efectos sobre la
salud de la radiación de microondas, que ellos denominan "enfermedad
del microondas".
En la página 314 de su libro, Becker dice:
"...Sus primeros signos (de la "enfermedad del microondas" son
presión baja y pulso lento. Las manifestaciones siguientes, mucho
más conocidas, son excitación crónica del sistema nervioso simpático
(síndrome de estrés) y presión alta.
Esta fase también incluye dolor de cabeza, mareos, dolor de ojos,
insomnio, irritabilidad, ansiedad, dolor de estómago, tensión
nerviosa, incapacidad de concentrarse, pérdida de cabello, más una
creciente incidencia de apendicitis, cataratas, problemas
reproductivos y cáncer.
A los síntomas crónicos, suceden crisis de agotamiento adrenal y
enfermedad de corazón isquémico (bloqueo de arterias coronarias y
ataques al corazón)..."
Según la Dra. Lee, los cambios se observan en la química de la
sangre y en el índice de ciertas enfermedades entre los consumidores
de alimentos expuestos a microondas.
Los síntomas mencionados pueden
fácilmente ser causados por las observaciones que se relacionan más
abajo.
A continuación hay un ejemplo de esos cambios:
-
Se observaron desórdenes linfáticos, que conducen a una
disminución de la capacidad de prevenir determinado tipo de cánceres.
-
Se observó un incremento en el índice de formación de células
cancerígenas en la sangre.
-
Se observó un aumento en el índice de cánceres de estómago y de
intestino.
-
Se observaron índices más altos de desórdenes digestivos y un
deterioro gradual de los sistemas de eliminación.
Conclusiones
de las investigaciones sobre microondas
Estas fueron las investigaciones alemanas y rusas más significativas
en relación a los efectos biológicos de las microondas:
-
El estudio inicial fue llevado a cabo por los alemanes durante la
campaña militar de Barbarossa, en la Humbolt-Universitat de Berlín
(1942-1943).
-
Desde 1957 a la actualidad (hasta el final de la guerra fría), las
investigaciones rusas se llevaron a cabo en el Instituto de Radio
Tecnología de Minsk, en la Región Autónoma de Bielorusia y en el
Instituto de Radio Tecnología en Rajasthan, en la Región Autónoma
Rossiskaja, ambas en la antigua URSS.
En la mayoría de los casos, los alimentos usados para los análisis
de investigación fueron expuestos a propagación de microondas a un
potencial energético de 100 kilovatios/cm3/segundo, hasta el punto
considerado aceptable para consumo humano normal.
Los efectos
observados por los investigadores alemanes y rusos se presentan en
tres categorías:
-
Categoría I, Efectos que producen cáncer.
-
Categoría II, Destrucción de los nutrientes de los alimentos.
-
Categoría III, Efectos biológicos de la exposición.
Categoría I -
Efectos que producen cáncer
(Los primeros dos apartados de la Categoría I no son legibles en
nuestra copia del informe. El resto de apartados del informe están
intactos)
-
Creación de un efecto vinculante a la radioactividad en la
atmósfera causando por lo tanto un marcado aumento en la cantidad de
saturación de partículas alfa y beta de los alimentos;
-
Creación de agentes productores de cáncer dentro de los
compuestos(*) de proteína hidrolizada en leche y granos de cereales;
* se trata de proteínas naturales que se dividen en fragmentos
antinaturales por la adición de agua.
-
Alteración de sustancias elementales de los alimentos, que causan
desórdenes en el sistema digestivo debido a un catabolismo(*)
inestable de los alimentos expuestos a microondas
* Proceso
metabólico de desintegración.
-
Debido a alteraciones químicas en los componentes del alimento,
se observó mal funcionamiento dentro del sistema linfático, causa de
una degeneración de la capacidad inmune del cuerpo respecto de
determinadas formas de neoplasias (crecimientos anormales de tejido).
-
El consumo de alimentos expuestos a microondas causó un
incremento en el porcentaje de células cancerosas dentro del suero
sanguíneo (células tumorales tales como sarcoma).
-
Las emisiones de microondas causó alteración en el comportamiento
catabólico (proceso metabólico de desintegración) de glucósidos y galactósidos en frutas congeladas cuando se las descongeló de esta
manera.
-
La emisión de microondas causó alteración del comportamiento
catabólico de los alcaloides de plantas cuando vegetales crudos,
cocidos o congelados fueron expuestos a microondas aunque la
exposición fuera mínima en duración.
-
Se formaron radicales libres causantes de cáncer dentro de
determinadas formaciones moleculares de minerales traza en algunas
sustancias de la planta, especialmente vegetales-raíz crudos.
-
En un porcentaje estadísticamente alto de personas, los
alimentos expuestos a microondas causaron crecimientos cancerígenos
en estómago e intestino, así como una degeneración generalizada de
los tejidos celulares periféricos, con una destrucción gradual de la
función de los sistemas digestivo y de excreción.
Categoría II -
Destrucción de los nutrientes de los alimentos
La exposición a las microondas provocó disminuciones significativas
en el valor nutritivo de todos los alimentos investigados.
Los
siguientes son los hallazgos más importantes:
-
Una disminución en la biodisponibilidad (capacidad del cuerpo de
utilizar el nutriente) de vitaminas del complejo B, vitamina C,
vitamina E, minerales esenciales y lipotrópicos en todos los
alimentos.
-
Una pérdida entre el 60 y el 90% del contenido de energía vital
de todos los alimentos testados.
-
Una reducción en el comportamiento metabólico y capacidad de
integración de alcaloides, glucósidos, galactósidos y nitrilósidos.
-
Destrucción del valor nutritivo de las nucleoproteínas en las
carnes.
-
Una marcada aceleración de la desintegración estructural en todos
los alimentos.
Categoría III -
Efectos biológicos de la exposición
La exposición a la emisión de microondas también tuvo un efecto
negativo impredecible sobre el bienestar biológico general de los
seres humanos.
Esto no se descubrió hasta que los rusos experimentaron con equipos
muy sofisticados y hallaron que ni siquiera hacía falta que una
persona ingiriera los alimentos expuestos a microondas:
simplemente
la exposición a su campo energético era suficiente para causar tales
efectos secundarios. En 1976 se prohibió por ley el uso de tales
aparatos de microondas en la URSS.
Estos son los efectos secundarios enumerados:
-
Una desintegración del campo de energía vital humana en aquellos
que fueron expuestos a hornos microondas durante la investigación,
con efectos secundarios sobre el campo energético humano de
creciente y más larga duración.
-
Una degeneración de los paralelos de voltaje celular durante el
proceso de utilización del aparato, especialmente en sangre y zonas
linfáticas.
-
Una degeneración y desestabilización energética en la utilización
del alimento dentro de los procesos metabólicos humanos.
-
Una degeneración y desestabilización de la capacidad de la
membrana celular interna durante la transferencia de procesos
catabólicos al suero sanguíneo desde el sistema digestivo.
-
Degeneración e interrupciones de los impulsos eléctricos
nerviosos dentro del cerebro (la porción frontal del cerebro donde
reside el pensamiento).
-
Degeneración y destrucción de circuitos nerviosos eléctricos y
pérdida de la simetría del campo energético en los plexos nerviosos
tanto en la parte anterior como posterior de los sistemas nervioso
central y autónomo.
-
Pérdida de equilibrio y circulación de las fuerzas bioeléctricas
dentro del sistema de activación reticular ascendente (el sistema
que controla la función de conciencia).
-
Una pérdida acumulativa a largo plazo de energía vital en humanos,
animales y plantas localizadas dentro de un radio de 500 metros del
equipo operativo.
-
Efectos residuales de larga duración [es decir, permanentes] de "depósitos"
de magnetismo se localizaron a lo largo de todo el sistema nervioso
y linfático.
-
Desestabilización e interrupción de la producción de hormonas y
del mantenimiento del equilibrio hormonal en sujetos femeninos y
masculinos.
-
Niveles marcadamente más elevados de alteración de ondas
cerebrales en los patrones de señal de onda alfa, theta y delta en
personas expuestas a campos de emisión de microondas.
-
Debido a esta alteración de las ondas cerebrales, se detectaron
efectos fisiológicos negativos, incluyendo pérdida de memoria,
pérdida de la capacidad de concentración, supresión del umbral
emocional; enlentecimiento de los procesos intelectuales y episodios
de sueño interrumpido en un porcentaje estadísticamente mayor de
individuos expuestos de manera continuada a los efectos de campos de
emisión de aparatos de microondas, tanto si se trata de aparatos
para cocinar o de estaciones de transmisión.
Conclusiones
de la investigación forense
De las veintiocho indicaciones enumeradas más arriba, se desprende
que el uso de aparatos de microondas es definitivamente no
recomendable y con la decisión del gobierno soviético en 1976, la
opinión científica actual en muchos países en lo relativo al uso de
tales aparatos queda claramente en evidencia.
Debido al problema de los residuos magnéticos aleatorios y su
condición vinculante dentro de los sistemas biológicos del cuerpo (Categoría
III:9), que en última instancia pueden afectar los sistemas
neurológico, principalmente el cerebro y los plexos nerviosos, puede
producirse una despolarización a largo plazo de los circuitos
neuroeléctricos de los tejidos.
Debido a que estos efectos pueden causar virtualmente daño
irreversible a la integridad neuroeléctrica de los distintos
componentes del sistema nervioso (I.R. Luria, Novosibirsk 1975a), la
ingestión de alimentos expuestos a microondas está claramente
contraindicada en todos los aspectos.
Su efecto magnético residual pueden volver a los componentes
receptores psico-neuronales del cerebro más susceptibles a
influencia psicológica por medio de campos de frecuencia de
microonda inducida artificialmente desde estaciones de transmisión y
redes de emisión de TV.
Investigaciones neuro-psicológicas soviéticas realizadas en Uralyera
y Novosibirsk (Luria y Perov, 1974a, 1975c, 1976a) sugieren la
posibilidad teórica de una influencia psico-telemétrica (es decir la
capacidad de afectar el comportamiento humano mediante señales de
radio transmitidas a frecuencias controladas), que puede causar un
campo de energía psicológica subliminal involuntaria en consonancia
con aparatos de microondas en funcionamiento.
Diez razones
para botar tu horno microondas
Las conclusiones de los estudios científicos clínicos suizos, rusos
y alemanes, no nos permiten seguir ignorando el horno microondas que
está en nuestra cocina.
Basados en esta investigación, concluiremos
este artículo con lo siguiente:
-
El consumo continuado de alimentos procesados en horno microondas
causa daño cerebral permanente al poner en cortocircuito los
impulsos eléctricos en el cerebro (despolarizando y desmagnetizando
el tejido cerebral).
-
El cuerpo humano no puede metabolizar los productos desconocidos
que se crean en los alimentos expuestos a microondas.
-
El consumo continuado de alimentos procesados en horno microondas
detiene y/o altera la producción de hormonas femeninas y masculinas.
-
Los efectos de los nuevos productos formados en alimentos
expuestos a microondas son permanentes en el cuerpo humano.
-
Se reducen o alteran los minerales, vitaminas y nutrientes de
todos los alimentos procesados en microondas de forma que el cuerpo
humano se queda con poco o nada, o absorbe compuestos alterados que
no pueden asimilarse.
-
Los minerales de los vegetales, cuando se los cocina en horno
microondas, se convierten en radicales libres cancerígenos.
-
Los alimentos procesados en microondas causan crecimientos
cancerosos en el estómago y los intestinos. Esto puede explicar el
rápido incremento en la tasa de cáncer de colon en América.
-
El consumo prolongado de alimentos procesados en microondas causa
un aumento de células cancerosas en la sangre humana.
-
El consumo continuado de alimentos procesados en microondas causa
deficiencias en el sistema inmune a través de alteraciones en la
glándula linfática y suero sanguíneo.
-
El consumo de alimentos procesados en microondas provoca pérdida
de memoria, de concentración, inestabilidad emocional y reducción de
la inteligencia.
¿Ya has tirado tu microondas?
Después que lo hayas hecho, puedes usar un horno eléctrico en su
lugar. Va bien en la mayoría de los casos y es casi tan rápido.
La utilización de transmisiones de microondas artificiales para
control psicológico subliminal, o "lavado de cerebro", como se lo
conoce mejor, también ha sido probada.
Estamos intentando conseguir
copias de los documentos de investigación rusos y de los resultados
de los doctores Luria y Perov, detallando sus experimentos clínicos
en ese campo.
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