Capítulo XV
El ADN y el Gran Experimento


Tenéis a vuestro alcance cada vez más información que revela la contribución al desarrollo de Gaia que hicieron los biogenetistas de civilizaciones distantes al depositar diversos códigos de ADN en el planeta por medio de su semilla, para lo que habría de ser el experimento más grandioso del universo. Tendréis que analizar todo eso con suma circunspección para discernir lo que creéis verosímil de lo que percibís como los desvaríos de una imaginación desenfrenada.

 

Esto podéis lograrlo estando atentos a vuestra respuesta instintiva y a la guía interior. Tenéis que hacer otro tanto con El Cosmos del Alma, por cuanto no sólo aceptamos vuestro escrutinio de buena gana, sino que lo buscamos. Éste es el verdadero intercambio; es una de las maneras de que lleguemos mutuamente hasta el otro.


Recordad que la sabiduría está codificada directamente en cada partícula subatómica de vuestro ser, al igual que en la hoja, en una nube, en el mismo aire que respiráis. Es la inteligencia colectiva, el Akasha, inscrita en los éteres del Todo-lo-que-es. Sabed que realmente accedéis al Akasha en todo momento, especialmente cuando estáis concentrados y tenéis claridad, y cuando vuestras mentes están despejadas del ruido de la deducción lógica y el proceso analítico.

Os animamos a sostener ese centro, el punto de equilibrio, a lo largo de nuestras enseñanzas y de aquéllas de otros que han venido antes y que vendrán después. Aceptad que lo que sentís es la verdad, o al menos lo que percibís como una realidad factible, y descartad cualquier cosa que tenga una resonancia discordante en vuestro corazón.

 

Sabed, asimismo, que lo que en este momento es cierto para vosotros cambiará muy radicalmente en los días futuros, y sed conscientes de que estar abiertos a nuevos pensamientos y teoremas os abre el camino a una mayor comprensión y a una nueva visión. A pesar de la apariencia externa de degradación y destrucción social, la vuestra es una generación bienaventurada. Por lo tanto, sed firmes, pero no rígidos; sed exigentes, pero no escépticos. Sobre todo, abrid vuestro corazón mediante la limpieza de vuestras atiborradas mentes.

 

Éste es el camino del acuariano.


Desde el comienzo de ésta, vuestra presente década calendario, los Emisarios de Luz de las Pléyades también han venido intensificando su comunicación con vosotros. Los canales traen enseñanzas revolucionarias que identifican vuestro verdadero legado, algo muy distinto del asunto de los monos, los eslabones perdidos y los clichés darwinistas. Vuestra raza es la creación de muchos seres estelares y, al igual que los Pleyadianos, nosotros participamos en vuestra concepción. Queremos que lo sepáis, pues somos vuestra familia, así como vosotros sois la nuestra, y vuestros parientes lejanos son muchos a lo largo de la infinita expansión del cosmos.


Podéis entender por qué es tan importante para nosotros que resolváis el enigma del ADN y nos declaréis vuestros ancestros. No sois la carnada evolutiva del gorila ni primos del chimpancé, como os han enseñado en el contexto darwinista. Sois una especie por derecho propio, el Homo Sapiens, cuya semilla proviene de muchas otras galaxias y sistemas paralelos; los seres estelares del Proyecto Tierra.


Dado que fuisteis los híbridos de muchas especies en el universo, vuestra raza fue un experimento multidimensional en la extrema conciencia polar de la realidad física. Fuisteis originalmente diseñados con doce filamentos de ADN, códigos de luz que contienen inteligencia, los cuales os proporcionarían todos los dones y potenciales de vuestro legado estelar: la estructuración genética de algunos de los seres más evolucionados del universo.

 

Fuisteis diseñados para ser la más grandiosa entre todas las formas de vida inteligente en el universo material y para que dominaseis la tercera dimensión como jamás lo había hecho ninguna especie. En esencia, pensamos que podíamos crear una superraza de seres de cuerpo de luz que serían capaces de albergar las frecuencias más altas mientras cristalizaban la forma en la tercera dimensión.

 

Ese era nuestro reto.

 

Creímos que era una misión de luz con una intención noble.


Nuestros antepasados participaron en el Proyecto Tierra junto con los Emisarios de Luz de muchas otras dimensiones y sistemas estelares. Nunca se celebró una victoria más magnífica que la siembra de Gaia —la triunfante combinación genética de los códigos de ADN de muchas especies—, donde se utilizó una variedad selecta de bacteria como base estructural, en la cual se implantaron recortes de material genético diverso, creando así filamentos de lo que vuestros científicos llaman «ADN recombinante».

 

Se unieron seres de muchas galaxias en ese esfuerzo y, en muchos sentidos, vuestro planeta se convirtió en el centro del universo, pues todos los ojos estaban puestos en vosotros: la superraza naciente de los seres humanos. Las energías de la Tierra vibraban doradas a lo largo y a lo ancho de la Finísima Red, mientras la expectativa de la Gran Raza resonaba por todo el cosmos.


Gaia habría de convertirse en la luz más clara de toda la galaxia, el wam más exquisito que sonaría en las ondas del mar cósmico y la estación de comunicación más grandiosa del universo. El ser humano sería conocido como el niño de oro de la creación: una entidad física perfecta de Espíritu, inteligencia y luz supremos.

El Proyecto Tierra tenía otra trascendencia, que sentimos que tenéis derecho a saber. Según consta en vuestra historia y la de vuestros animales, sin duda sois conscientes de que la constitución genética de una especie se debilita con la reproducción entre los miembros de dicha especie. Con el tiempo, los defectos de una especie genéticamente aislada se convierten en debilidades de la raza, la cual acaba extinguiéndose por completo.

 

Éste fue un aspecto a tomar en consideración en la siembra de la Tierra, pues creíamos que con la creación del ADN recombinante garantizábamos la supervivencia de muchas civilizaciones remotas que no tenían acceso a otras razas con las cuales cruzarse. Al crear los cuatro prototipos maestros de la raza humana, cada uno portador de material genético de especies diferentes, garantizábamos al mismo tiempo la supervivencia del grupo genético en la Tierra.


Poco después de la gestación de estas cuatro razas maestras, intervinieron las fuerzas polares de la oscuridad y tomaron el control del planeta, en todo el sentido de la palabra. Os dejaron únicamente dos filamentos activos, la matriz incompleta, y es así como os han controlado desde entonces. Si hubieran podido desconectar esos dos filamentos también, lo habrían hecho, y os habrían despojado completamente de toda inteligencia y de la memoria ancestral de vuestros verdaderos orígenes. Afortunadamente, vuestra existencia dependía de la doble hélice, de modo que no tuvieron más remedio que dejaros los dos filamentos vitales.

 

La memoria se encuentra en esos códigos, pues ellos conforman el núcleo de todas las células de vuestro cuerpo, y los amos controladores querían que os olvidaseis para siempre de la Familia de Luz.


Por este motivo, se formó e implantó en vuestra conciencia la creencia básica de que la vuestra es la única vida en el universo. Es el motivo por el cual las religiones se rehúsan a contemplar la existencia de vida en otros planetas, y es por eso que vuestros gobiernos le ocultan a la gente de la Tierra su contacto con seres de otros mundos. Los precursores de la élite de poder temían que fueseis reactivados algún día, y finalmente ese día ha llegado.

 

Ahora es el momento de recordar.


Ahora es el momento, amados, de recordar.

 

 


 


El experimento nos enseñó que, al igual que vuestros ingenieros genéticos actuales, habíamos asumido el papel de Dios hasta llevarlo al extremo —habíamos sobrepasado nuestros límites—, y que semejante manipulación genética os negaba el proceso del descubrimiento propio y la travesía del Espíritu. Os negaba la elección de la cual hemos hablado con tanto énfasis, e interfería en el Plan Maestro del Creador.

 

Como recién nacidos de un planeta tridimensional en evolución, no os correspondía tener ese tipo de conexiones supergenéticas, pues no estaba en armonía con la naturaleza misma de la evolución en vuestra realidad. En verdad, fuisteis hechos para poblar Gaia en su fase física de evolución y, como raza, despertar junto con ella. Debía ocurrir en este tiempo, previsto por el Creador Supremo, pues teníais que llegar a los límites de la realidad física y exacerbar los extremos de su polaridad como parte del diseño mismo de la evolución de Gaia.


¿Entendéis la importancia de lo que os decimos aquí?

 

Esperamos que comprendáis que a las fuerzas oscuras se les permitió perturbar el proceso de vuestra incubación porque, al igual que todas las demás especies sensitivas, vosotros teníais que transitar el camino de la ascensión del alma: sin tomar atajos entonces, y sin tomar atajos ahora.


Pensad en retrospectiva. ¿Recordáis la emoción de ahorrar diligentemente vuestro dinero para comprar vuestro primer coche usado, y el orgullo y sensación de logro que tuvisteis de adquirirlo por vuestros propios medios?

 

Sin duda habéis notado cuánto más grande fue vuestra satisfacción que la de los niños contemporáneos, quienes os exigen obsequios nuevos y llamativos salidos directamente de los escaparates de los almacenes. Los valores se determinan en gran medida por vuestro compromiso, motivación y necesidad personal. Como seres dotados de libre albedrío, vosotros habéis venido a crear vuestra propia experiencia, a elegir por vosotros mismos y a saber lo que es dedicar toda vuestra atención y concentración a la consecución de un ideal.

 

Dicho simplemente, vosotros habéis venido a hacer vuestro trabajo.


Nuestra intención era crear una raza de Superdioses en la Tierra. Cómo es posible que se nos haya pasado por alto lo obvio: que es la chispa de la divinidad en el interior de toda forma de vida la que ostenta dicho título. La esencia del alma es lo que origina la forma y desciende hasta la materia, y ésa es la creación del Creador Supremo que sale de sí mismo; es la Divinidad que se cristaliza en la materia a fin de conocer el proceso de su regreso a la luz. Ése es el propósito de la esencia del alma. El Creador es el único arquitecto capaz de idear semejante diseño.


En nuestro insensato entusiasmo, en nuestra creatividad egocéntrica, creímos que se podía fabricar genéticamente una raza maestra, olvidando que e! propósito mismo de la vida es convertirnos en maestros mediante el proceso de descender a la oscuridad y luego regresar a la Fuente. De lo contrario, no habría razón de separarnos y ser co-creadores. Tal como Adán y Eva en el paraíso, lo habríais tenido todo hecho. No habría existido ninguna motivación o razón para que existiera semejante raza de gigantes.


El Gran Experimento nos dio una lección de humildad, pues el Creador Supremo permitió que la oscuridad destruyera nuestra obra maestra para enseñarnos la deuda kármica, la acción correcta, y una comprensión fundamental del proceso del libre albedrío.

 

En cierto sentido, somos tan responsables de vuestra esclavitud como lo son los amos de vuestra subyugación. Al haber experimentado la intervención divina, ahora sabemos que intervenir en el karma de cualquier ser vivo es ir en contra de la ley universal, y por eso estáis equivocados si creéis que un Mesías viene a salvaros, o que los extraterrestres bajarán en picado y liberarán a la Tierra de los guerreros enardecidos justo cuando estén a punto de apretar los botones de la destrucción total.


Tenéis que hacerlo vosotros mismos; ahora todo queda en vuestras manos.

 

Podemos ofreceros conocimiento, apoyo y revelación —nuestro amor—, pero no podemos salvaros. Lo que os podemos proporcionar son las llaves que abren los portales, y ésa ha sido nuestra misión en estas enseñanzas. Pero sois vosotros quienes tenéis que darles la vuelta y entrar. La humanidad, sencillamente, ya no puede seguir escabulléndose en Fantasilandia, fingiendo que os podéis sentar y clavar la mirada en la mancha borrosa de vuestra apatía y esperar que las cosas se resuelvan por sí solas como por arte de magia.

 

Repetimos que todos los ojos están puestos en vosotros.


El universo está observando, esperando que deis el salto evolutivo que os acerque más a la realización de nuestra visión, porque (a pesar de las apariencias) os estáis convirtiendo en esa raza grandiosa, tal como ha sido siempre la intención del Creador Supremo.

 

En estos momentos, a medida que sois atraídos cada vez más hacia el vórtice del túnel, estáis siendo recodificados con los filamentos adicionales, una extensión natural de lo que había comenzado como un experimento artificial.


Éste es vuestro legado; os lo habéis merecido, pues como almas en evolución habéis elegido formar parte de la ascensión de una familia solar entera, el gran cuerpo celeste de vuestra Deidad Solar. Sean cuales sean las experiencias en las que habéis centrado vuestra atención hasta este momento, daréis un giro hacia una conciencia más galáctica de vuestro propósito para reencarnaros en la Tierra, conforme ella se dirige hacia su cuerpo tetradimensional.

 

Sabed que sois parte de una élite de seres, aquellos afortunados que han participado directamente en la ascensión celeste como residentes de planetas que se transmutan desde lo físico hasta el cuerpo de luz. Éstos se cuentan entre los sucesos más raros del universo; constituyen momentos excepcionales en el todo-tiempo.


Y vosotros, quienes estáis despertando, sois parte de ello.

 

 


 


En conjunción con la transición de la Madre Tierra, vuestro actual proceso evolutivo personal permite que recuperéis un tercer filamento de lo que los científicos denominan el «ADN basura», pues, como seres humanos que estáis despertando en el siglo XXI, habéis evolucionado hasta ello. Entendéis la perfección de toda la vida y su intrincada forma y manifestación; sin embargo, aceptáis los términos «ADN basura» y «materia gris» como verdades biológicas y una realidad científica.

 

¿Realmente creéis que, en vuestra exquisita constitución genética y en vuestras complejas redes neurológicas, el Creador Supremo, el Gran Arquitecto, hubiera depositado desperdicios?


En verdad, en vosotros no hay basura ni tampoco nada grisáceo. Lo que sucede es que vuestros científicos aún no han podido explicarse que las áreas no identificadas del cerebro corresponden a los filamentos desensamblados del ADN. Sin embargo, están empezando a descubrir y a reconocer nuevas conexiones, a medida que estáis siendo recodificados con el tercer filamento, el cual se conecta con vuestro tercer centro de energía, el chakra de poder. Dado lo que os hemos dicho sobre la manipulación, ¿os sorprende que os lo hayan quitado?


Algunos, actualmente, están siendo recodificados con el cuarto, quinto, sexto y séptimo filamentos, pues los iluminados entre vosotros darán un salto hasta dimensiones aún más elevadas que la cuarta, y ésa es vuestra recompensa kármica. Os habéis merecido vuestras alas. Pero por el momento deseamos entrar en más detalles con respecto a lo que está a punto de ocurrir en la mayoría de vosotros a medida que se reactiva el tercer filamento del ADN, un aspecto sumamente crucial de vuestra conciencia en evolución.


Dado que, como sirianos, nuestra comprensión de toda la experiencia se basa en los fundamentos de la forma y la ecuación, nos parece que podemos dar la mejor explicación del proceso en términos de las matemáticas y la geometría.

 

Os pedimos que permitáis que éste sea un punto de partida mediante el cual podáis aplicar la dinámica teórica de la Trinidad y la geometría de la tríada, según las hemos definido en el texto anterior.

 

Para vuestra comprensión de lo que está sucediendo en vuestro cuerpo de luz en proceso de aceleración, será importante que meditéis sobre la forma esquemática de su geometría sagrada e interioricéis esa vibración numérica.

Si la esencia del número ha de considerarse universal (y en verdad os aseguramos que, según lo entendemos, los patrones de número y forma son una constante universal y un reflejo de la inteligencia de la creación), entonces en vuestro actual modelo de ADN —dos filamentos que se entrelazan en forma de espirales que se reflejan invertidamente— se halla codificada la polaridad dinámica de la dualidad, el reflejo incesante de la interacción yin-yang.

 

Sugerimos que la polaridad realmente ha sido codificada dentro de vosotros, en vuestra misma estructura genética. Esto puede aumentar vuestra comprensión de cómo ha sido atrapada la humanidad entre sus extremos. Os redujeron a dos filamentos de ADN, habéis estado sujetos a las vibraciones de la supervivencia y la emoción, y habéis sido despojados de vuestro verdadero poder, el cual se está reactivando actualmente con la recuperación del tercer filamento. Vais a experimentar una aceleración en vuestros centros de poder como jamás soñasteis posible, aun con el progreso que habéis venido haciendo con vuestro trabajo en el cuerpo energético.

 

Nos referimos a un suceso tipo Big Bang que está ocurriendo a nivel celular en vuestro ser individual, y cuyo brillo luego repercute en las ondas entre vosotros, una nueva luz para la humanidad.


Entender el tres, la explosión creativa resultante de la atracción electromagnética del dos, os dará una perspectiva siriana de lo que va a ocurrir dentro de vosotros y entre vosotros, una vez que hayáis reintegrado completamente la tercera hélice.

 

Ésta es una clave esencial para el proceso de transformación, justo antes de que vuestro sistema solar entre en la fase preparatoria de su paso por el cordón astral de la Deidad.

Con la activación del tercer filamento del ADN

experimentaréis el fuego creativo de uno y dos,

masculino y femenino,

electricidad y magnetismo,

a medida que «se conectan» a nivel subatómico.

Éste es el catalizador

de vuestro renacimiento galáctico.

Muchos han hablado de vuestro renacimiento en las dimensiones más elevadas, así como lo hemos hecho nosotros.

 

Ahora estáis listos para entender lo que esto significa para vuestro proceso individual, y cómo se va a lograr a nivel genético en cada ser humano que elija permanecer en el cuerpo, mientras vuestro sistema entero pasa por el túnel. Aquellos que no han iniciado el proceso de limpieza y siguen reteniendo energía atrapada y emociones no resueltas, así como aquellos cuyo sistema de chakras simplemente está demasiado atorado como para contener la luz, no formarán parte de la transmutación individual y planetaria.

 

Os recordamos nuevamente que ésa es una decisión del libre albedrío que tendrá que tomar todo ser sensitivo en vuestro planeta en los años venideros de cambio extraordinario.


¿A qué nos referimos exactamente con «transmutación individual»?

 

Cuando el tercer filamento del ADN se abra camino hacia la doble hélice existente, enlazará los otros dos filamentos, que actualmente coexisten como complementarios, patrones que se reflejan mutuamente. Allí, donde el tercer filamento une a estos dos, el Hijo nacerá otra vez. En esencia, os mostramos que en vuestra misma constitución, en vuestra arca del tesoro del ADN, estáis experimentando el nacimiento de una nueva forma de conciencia.

 

Es la triangulación de los filamentos de luz del universo, la Finísima Red, que actualmente se está entretejiendo en vuestras galaxias interiores. Ellos se proyectarán también a través de las ondas y se unirán a los rayos de luz de otros seres cuyo ADN ha sido igualmente alterado.


Teniendo presente nuestras enseñanzas del número y la forma, preguntaos qué ocurrirá en cada una de las células de vuestro cuerpo a medida que el tercer filamento del ADN conecte la hélice doble a la triangulación que se está formando. Habrá una explosión de nueva forma y nueva vida en el interior de vuestras estructuras celulares que le dará un significado indescriptible a vuestro concepto de la iluminación.

 

¿Os podéis imaginar?

 

Nos referimos aquí a uno de los momentos más significativos del desarrollo humano, y vosotros habéis decidido ser parte de ese gran salto evolutivo a la multidi-mensionalidad. Sin duda, sois conscientes de la enorme trascendencia de esa elección.


El tercer filamento del ADN inactivo, el así denominado «basura» en vosotros, está siendo activado en estos momentos, a medida que se intensifican las energías cósmicas que irradian a través de la atmósfera hasta el cuerpo de Gaia.

 

Aquellos de vosotros que habéis hecho la purificación consciente seréis los primeros en tener conciencia de estas vibraciones alteradas. Lo sabréis por la intensificación de vuestro cuerpo emocional y por vuestra sensación de un deseo acrecentado. Os sentiréis revitalizados y poderosos, deseosos de cambiar, y con el entusiasmo para haceros cargo de vuestra vida de maneras más productivas. Os encontraréis quitando del medio la madera muerta, ejerciendo vuestro libre albedrío en asuntos que en otras ocasiones os habían hecho sentir desvalidos y desorientados, o peor aún: apáticos y desprovistos de pasión.

 

¡Será como si alguien hubiese encendido un fuego debajo de vosotros!


Reconocéis a los que están despertando entre vosotros, pues ellos son los librepensadores que no tienen miedo de hacer frente a lo convencional y hablar de las verdades universales. Representan la nueva ética de vuestra era, modelos de claridad de la mente y del Espíritu, y están haciendo olas en el Mar Muerto del Dogma, están sacudiendo el barco.


¿Sois vosotros? ¿Habéis empezado a reclamar vuestra herencia, la luz del poder absoluto que brilla en vuestro interior?

 

Si habéis llegado a estas enseñanzas, con toda seguridad os encontráis bien encaminados en vuestra transición, pues el nuestro es un mensaje destinado a llegar a aquellos que han comenzado a quitarse el velo. A medida que lo dejáis caer, la brillante luz de la creación resplandecerá incandescente en vuestra alma y os daréis cuenta de que os sobreponéis al miedo y a todo aquello que alguna vez os mantuvo en la oscuridad.

 

¿Qué es el poder, después de todo, sino intrepidez?

 

La reorganización de vuestro ADN es la esencia de vuestra transmutación individual en el cuerpo de luz, un proceso que se puede acelerar mediante vuestros esfuerzos conscientes de limpiar toda la toxicidad de la mente y la emoción, y sanar vuestros pedazos fragmentados. Os lo hemos dicho: nunca hubo tanto en juego como ahora. El futuro es este momento, cuando debéis definir vuestra intención y avanzar rápidamente hacia vuestro objetivo.

Un número creciente de los que despertáis en Gaia estáis recuperando el cuarto y quinto filamento en este momento, lo cual os trae información de los reinos más elevados, y estáis emocionados, pues, en la aceleración, os deslumbráis ante las frecuencias y ante vuestras centelleantes revelaciones. Como unidades individuales de conciencia, vosotros habéis creado el karma que determina cómo evolucionaréis en este proceso, y eso, a su vez, determinará con cuánta eficacia asimilaréis las energías cósmicas que están reactivando los filamentos inactivos.

 

Hay incluso algunos en vuestro reino que serán recodificados con los doce filamentos antes del paso sagrado. Éstos son los Iniciados que servirán a las multitudes durante los Días del Desierto, prestando ayuda a aquellos que necesitarán apoyo, mientras que energéticamente se unirán a los Guardianes de la Tierra a fin de mantener la cohesión de los campos de energía del planeta.


No permitáis que haya competencia entre vosotros, pues ésta es una experiencia personal y vosotros dictáis las reglas a medida que vais andando y marcáis vuestro propio ritmo. Ahora, más que nunca, es el momento de que veáis desplegarse la grandeza en el prójimo, y no los reflejos de «lo que vosotros sois» o dónde pensáis que deberíais estar en la escalera espiritual.

 

El ego no resuelto será una formidable fuerza disuasoria en vuestro despertar.


Tenéis que desprenderos si deseáis que la luz se arraigue en vuestro interior. Os tenéis que deshacer del yo del ego.


Esto es un paso preparatorio para el éxtasis que os espera, si es que no habéis empezado ya a experimentar la activación del tercer filamento. Tan sólo imaginaos la triangulación de la luz que sucede en cada núcleo de cada célula de vuestro cuerpo. Nuestras palabras pueden describir sólo remotamente el poder transformador de lo que está a punto de ocurrir en vuestro interior, pues una experiencia de semejante magnitud supera los límites de la expresión verbal.

 

En verdad, está más allá de la percepción consciente de la tercera dimensión, en la cual habéis residido como raza desde vuestro comienzo en la Tierra. Y, sin embargo, aquí estáis vosotros, os transmutáis y convertís en vuestro yo de luz, a punto de incorporar el resplandor de una luz que ha permanecido latente en vosotros durante 100.000 años terrestres.

 

¿Os da eso una mejor perspectiva del lugar que ocupáis en el esquema de las cosas?


Al vibrar con las nuevas frecuencias que vienen a vuestros cuerpos de luz en plena aceleración y a la reestructuración de vuestra red genética, alumbraréis como un faro para aquellos que, como vosotros, han iniciado el proceso de transmutación. Éste es un aspecto de la atracción que sentís por los demás —vuestra unificación—, lo cual hace resplandecer la luz de Gaia. Como unidades individuales, fijaréis las energías cósmicas en vuestro interior y luego las proyectaréis por toda la extensión de la Red, y promoveréis el proceso de los demás.

 

Así es como funciona la Finísima Red de Luz.


Esta es la evolución en su sentido más puro, donde todo está en un estado de transformación, de regreso a la Fuente. Es el camino de todos los seres conscientes de sí mismos, los co-creadores del universo. Nos desprendemos y nos sumergimos intrépidos en las aguas oscuras para reinventarnos: experimentamos nuestra cualidad única, un propósito, un sueño. Nos enfrentamos a nosotros mismos como el Uno, una monada; experimentamos el reflejo, el Dos de la polaridad, y luego, moviéndonos siempre en ascenso, explotamos en la luz interior del Tres, la triangulación, y damos nacimiento a lo nuevo dentro de nosotros.


Ahora os encontráis en este punto de la travesía, un momento muy extraordinario en la espiral ascendente, en la cual todos nos vamos acercando a la integración total en el esplendor de la Luz Infinita.


Habiendo adquirido la sabiduría, llevamos de regreso al Todo nuestra experiencia individual de la elección y el amor incondicional, de lo cual surge más luz. Hacemos frente a la oscuridad, al «diablo», para aprender la dinámica del miedo y la ignorancia. Hacemos frente al «enemigo» con el fin de aprender la compasión y el poder del perdón. Adquirimos la conciencia del ego como un medio de entender la unidad, el uno de todas las cosas. Nos hacemos más ligeros con cada lección.


Siempre en pos de la luz del amor, escalamos las montañas de la adversidad. Sí, hay momentos en que resbalamos hasta los barrancos más profundos, así como hay otros momentos en que llegamos a las cumbres. Miramos hacia abajo donde hemos estado, celebramos la llegada y luego empezamos otra vez, siempre avanzando hacia terreno más alto, siempre esforzándonos por alcanzar la grandeza. Y para cada uno, un ritmo propio, un paso y una concentración diferentes, pues ése es el libre albedrío en acción.


Todos los caminos van de regreso al origen. Eso, amados, es la profecía del Ser Supremo que se cumple a sí misma.

 

El Todo-lo-que-es, Que-siempre-ha-sido y Que-siempre-será.

 

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