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El manuscrito Voynich es un misterioso libro ilustrado de contenidos
desconocidos, escrito hace alrededor de 500 años por un autor
anónimo en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible.
A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto
de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y
amateurs - incluyendo destacados especialistas estadounidenses y
británicos en descifrados de la Segunda Guerra Mundial. Ninguno
consiguió descifrar una sola palabra.
Esta seguidilla de fracasos ha
convertido al manuscrito en el Santo Grial de la criptografía
histórica; pero ha también alimentado la teoría de que el libro no
es más que un elaborado engaño, una secuencia de símbolos al azar
sin sentido alguno.
El libro fue nombrado por el especialista en libros antiguos Wilfrid
M. Voynich, quien lo adquirió en 1912. Actualmente es el ítem MS 408
en la
librería Beinecke de libros raros y manuscritos de la
Universidad de Yale.
Fragmento del
manuscrito de Voynich
Descripción
El libro posee alrededor de 240 páginas de pergamino, con vacíos en
la numeración de páginas (la cual es aparentemente posterior al
texto), lo que sugiere que varias páginas se encontraban ya
extraviadas al momento de su compra por Voynich. Para evitar
extravíos posteriores Petersen lo focotopió en 1931, repartiendo
dichas copias entre varios investigadores. Se utilizó una pluma para
escribir el texto y delinear las figuras y pintura de colores (algo
escabrosamente) para las figuras, posiblemente en una fecha
posterior.
Ilustraciones
La ilustraciones del manuscrito no aclaran los contenidos del texto,
pero denotan que el libro consta de seis "secciones", con diferente
materia y estilo. Exceptuando la última sección, que contiene
únicamente texto, casi la totalidad de las páginas contienen al
menos una ilustración. Las secciones y sus nombres convencionales
son:
-
Herbario: cada página muestra una planta (en ocasiones dos) y
algunos párrafos de texto - un formato típico de herbarios europeos
de la época. Algunas partes de estas ilustraciones son copias en
mayor escala y detalle de bocetos vistos en la sección farmacéutica.
-
-
Astronómica: Contiene diagramas circulares, algunos de ellos con
soles, lunas y estrellas, lo que sugiere que trata de astronomía o
astrología.
Una serie de 12 diagramas muestra símbolos
convencionales para constelaciones zodiacales (dos peces para Piscis
- imagen abajo,
un toro para Tauro, un soldado con un arco para Sagitario, etc.).
Cada símbolo es rodeado por exactamente 30 figuras de mujeres en
miniatura, la mayoría de ellas desnudas, cada una sosteniendo una
estrella. Las dos últimas páginas de esta sección (Acuario y
Capricornio) fueron extraviadas, mientras que Aries y Tauro están
separados en cuatro diagramas con 15 estrellas cada uno. Algunos de
estos diagramas se encuentran en páginas desplegables.
-
-
Biológica: Un texto denso y continuo con figuras de pequeñas mujeres
desnudas tomando baños en balnearios públicos o tinas
interconectadas por una elaborada red de tuberías, algunas de ellas
claramente en forma de órganos del cuerpo. Algunas de las mujeres
llevan coronas.
-
Cosmológica: Más diagramas circulares, pero de naturaleza
desconocida. Esta sección también posee páginas desplegables, una de
ellas de seis páginas de largo, que contiene una especie de mapa o
diagrama con seis "islas" conectadas por calzadas, castillos y
posiblemente un volcán.
-
Farmacéutica: Varios dibujos con leyendas de partes de plantas
aisladas (raíces, hojas, etc.); objetos similares a jarras apotecarias a lo largo de los márgenes y algunos párrafos de texto.
-
Recetas: Muchos párrafos cortos, cada uno marcado con una "viñeta"
en forma de flor (o estrella).
El texto
El texto fue claramente escrito de izquierda a derecha, con un
desprolijo margen derecho.
Las secciones más largas se encuentran
partidas en párrafos, a menudo con "viñetas" en el margen izquierdo.
No hay evidencia de signos de puntuación. El texto es fluido, como
si el escriba entendiera lo que estaba escribiendo mientras lo hacía;
el manuscrito no da la impresión de que cada carácter haya tenido
que ser calculado antes de ser escrito en la página.
El texto consiste de más de 170.000 glifos, normalmente separados
unos de otros por pequeños espacios. La mayoría de los glifos están
escritos con uno o dos trazos simples. Considerando que existen
disputas sobre si ciertos glifos son distintos o no, se calcula que
el alfabeto entero consta de entre 20 y 30 glifos totales para casi
todo el texto, con raras excepciones de algunas docenas de
caracteres "extraños", encontrados una o dos veces en todo el texto.
Los espacios más anchos dividen el texto en alrededor de 35.000 "palabras"
de longitud variada. Estas parecen seguir una cierta fonética o
reglas ortográficas de cierto tipo; por ejemplo, algunos caracteres
deben aparecer en cada palabra (como las vocales en el castellano),
algunos caracteres nunca siguen a otros, algunos pueden ser dobles
pero otros no.
El análisis estadístico del texto reveló patrones similares a los de
lenguajes naturales. Por ejemplo, la frecuencia de palabras sigue la
ley de Zipf y la entropía (alrededor de 10 bits por palabra) es
similar a aquella de textos en latín. Algunas palabras ocurren
exclusivamente en ciertas secciones, o solo en algunas páginas;
otras son vistas en todo el manuscrito.
Existen muy pocas
repeticiones entre las miles de "leyendas" adjuntas a las
ilustraciones. En la sección herbario, la primera palabra de cada
página es vista solamente en esa página, pudiendo representar el
nombre de la planta.
Por otro lado, el "idioma" del manuscrito Voynich, el
voynichés, es
distinto de los idiomas europeos en varios aspectos. En particular
no existen palabras con más de 10 "letras". Además, la distribución
de letras dentro de una palabra es algo peculiar: algunos caracteres
aparecen solamente al principio de una palabra, otros solamente al
final y algunos siempre en el medio.
El texto parece ser más repetitivo que los típicos idiomas europeos;
existen secuencias en las cuales la misma palabra común aparece
hasta tres veces consecutivas.
Historia
Dado que el alfabeto del manuscrito Voynich no se asemeja a ningún
tipo de escritura conocido y el texto continúa sin ser descifrado,
la única evidencia práctica de la edad y origen del libro son sus
ilustraciones - especialmente los vestidos y peinados de las figuras
humanas y algunos castillos vistos en los diagramas.
Todos son
característicamente europeos y basados en esta evidencia la mayoría
de los expertos asignan el libro a la edad comprendida entre 1450 y
1520. Esta estimación es apoyada por otras pistas secundarias.
El primer dueño confirmado del manuscrito fue un cierto Georgius
Barschius, un oscuro alquimista quien vivió en Praga a comienzos del
siglo XVII. Barschius se encontraba aparentemente tan confundido con
respecto al libro como nos encontramos en la actualidad.
Tras
enterarse de que Athanasius Kircher, un erudito jesuita del
Collegio
Romano, había publicado un diccionario de copto (etiopiano) y
"descifrado" los jeroglíficos egipcios, envió una muestra del
manuscrito Voynich a Kircher en Roma (en dos ocasiones), pidiéndole
pistas. Su carta a Kircher en 1639, recientemente hallada por
René Zandbergen, es la mención más reciente del manuscrito que ha sido
hallada hasta la fecha.
Se desconoce si Kircher respondió al pedido, pero aparentemente se
encontraba suficientemente interesado en intentar adquirir el libro,
pero Barschius se rehusó a venderlo. Tras la muerte de Barschius el
manuscrito pasó a manos de su amigo Johannes Marcus Marci, en aquel
entonces rector de la Universidad Charles de Praga; quien
expeditamente envió el libro a Kircher, su amigo corresponsal.
La
carta de Marci (1665) se encuentra aún adjunta al manuscrito.
La
carta ofrece el manuscrito para su descifrado y menciona que fue
alguna vez comprado por el emperador Rodolfo II de Bohemia
(1552-1612) por 600 ducados de oro. La carta luego menciona que en
la corte de Rodolfo II se creía que el autor del manuscrito era
Roger Bacon (el fraile franciscano que vivió entre 1214 y 1294).
No existen registros del libro por los siguientes 200 años, aunque
muy probablemente haya sido guardado, junto con la correspondencia
de Kircher, en la librería del Collegio Romano (actualmente la
Pontífice Universidad Gregoriana). Allí permaneció probablemente
hasta que las tropas de Victor Emanuel II de Italia capturaran la
ciudad en 1870 y anexaron los Estados Papales.
El nuevo gobierno
italiano decidió confiscar muchas de las propiedades de la iglesia,
incluyendo la biblioteca del Collegio.
De acuerdo a investigaciones
por Xavier Ceccaldi y otros, justo luego de este acontecimiento,
muchos libros de la biblioteca de la universidad fueron
precipitadamente transferidos a las bibliotecas personales de su
facultad, donde fueron exentos de la confiscación. La
correspondencia de Kircher, incluyendo el manuscrito, se encontraba
entre estos libros.
Alrededor del año 1912 el Collegio Romano se encontraba
aparentemente
en una situación económica precaria y decidió vender (en forma
discreta) algunas de sus propiedades. Wilfrid Voynich adquirió 30
manuscritos, entre ellos el manuscrito Voynich. En 1961, luego de la
muerte de Voynich, el libro fue vendido por su viuda a otro vendedor
de libros antiguos llamado H. P. Kraus. No pudiendo encontrar un
comprador, Kraus donó el manuscrito a la Universidad de Yale en
1969.
Teorías acerca de la autoría
Se han propuesto muchos posibles autores del manuscrito Voynich. A
continuación se citan sólo los más populares.
Roger Bacon
La carta, adjunta al manuscrito, de Marci a Kircher (1665),
dice que, según su último amigo Raphael Mnishovsky, el Emperador
Rodolfo II de Bohemia (1552-1612) había comprado el libro por 600
ducados (unos miles de dólares en moneda contemporánea).
Según la
carta, Rodolfo (o tal vez Raphael) creían que el autor era el fraile
y polígrafo franciscano Roger Bacon (1214-1294).
A pesar de que Marci dijo que "no opinaba" acerca de la anterior
afirmación, Voynich la tomó bastante en serio e hizo todo lo posible
por confirmarla.
Su convicción influyó poderosamente en la mayoría
de los intentos de desciframiento durante los 80 años siguientes.
Sin embargo, los estudiosos que han visto el manuscrito y están
familiarizados con la obra de Bacon han negado rotundamente tal
posibilidad.
También hay que advertir que Raphael murió en 1644, y
la compra debió ocurrir antes de la abdicación de Rodolfo, en 1611
-al menos 55 años antes de la carta de Marci.
John Dee
La hipótesis de la autoría de Roger Bacon condujo a Voynich a
concluir que la única persona que pudo vender el manuscrito a
Rodolfo fue
John Dee, un matemático y astrólogo de la Corte de
Isabel I de Inglaterra, y conocido por ser propietario de una gran
colección de manuscritos de Bacon.
Dee y su scrier (ayudante
"medium") Edward Kelley vivieron varios años en Bohemia, donde
habían esperado ofrecer sus servicios al Emperador.
Sin embargo, los
minuciosos diarios de Dee no mencionan esta venta, lo que la hace
bastante improbable. De todas formas, si el autor no fuera Bacon, la
relación de Dee con el manuscrito simplemente desaparece. Por otra
parte, el propio Dee lo podría haber escrito, y luego propagó el
rumor de que era una obra original de Bacon, con la esperanza de
venderlo posteriormente.
Edward Kelley
El compañero de Dee en Praga,
Edward Kelly, o Kelley, era un
extravagante alquimista que presumía de poder transformar el cobre
en oro gracias a un polvo secreto que había extraído de la tumba de
un obispo en Gales.
Como scrier de Dee, también afirmaba ser capaz
de invocar a los ángeles con una bola de cristal, y mantener largas
conversaciones con ellos, que Dee anotaba escrupulosamente.
Al
lenguaje de los ángeles lo llamaba "enoquiano", derivado de
Enoc, el
padre de Matusalén; según el relato bíblico Enoc fue llevado a
visitar el Cielo en un carro tirado por ángeles, y luego escribió un
libro acerca de lo que allí vio.
Algunos han sugerido que, igual que
Kelley inventó el "enoquiano" para engañar a Dee, podría haber
creado el manuscrito Voynich para estafar al Emperador (quien además
pagaba a Kelley por sus presuntos conocimientos alquímicos).
Sin
embargo, si Roger Bacon no es el autor del manuscrito, la relación
de Kelley con el mismo es tan improbable como la de Dee.
Wilfrid Voynich
Se sospechó en muchas ocasiones que el propio
Voynich elaboró el
manuscrito.
Como anticuario de libros, seguramente tenía los
conocimientos y medios necesarios, y un "libro perdido" de Roger
Bacon habría valido una fortuna. Sin embargo, el reciente
descubrimiento de la carta de Baresh a Kircher, ha eliminado
completamente esta posibilidad.
Jacobus Sinapius
Una reproducción fotostática de la primera página del
manuscrito Voynich, hecha por Voynich en algún momento anterior a
1921, mostraba el rastro débil de unas palabras que habían sido
borradas.
Con la ayuda de algunos productos químicos, se pudo leer
que el texto decía "Jacobj `a Tepenece": es decir, Jakub Horcicky de
Tepenec, en latín Jacobus Sinapius, un especialista en hierbas
medicinales, médico personal de Rodolfo II y encargado de sus
jardines botánicos. Voynich, y muchos otros después, dedujeron de
esta "firma" que Jacobus poseía el manuscrito Voynich ante que
Baresh, y vio en ello una confirmación de la historia de Raphael.
Otros han sugerido que el propio Jacobus pudo ser el autor.
Sin embargo, la caligrafía de las palabras difuminadas no coincide
con las firma de Jacobus, que ha sido hallada en un documento
recientemente localizado por Jan Hurich.
Por ello es posible que la
escritura de la primera página fuera añadida posteriormente por un
dueño o librero, y sería sólo la hipótesis de esta persona acerca
del autor del manuscrito.
En los libros de historia de los jesuitas
de los que disponía Kircher, Jacobus era el único alquimista o
médico de la corte de Rodolfo que merece una entrada de una página
completa mientras que, por ejemplo, apenas si mencionan a Ticho
Brahe.
Además los productos químicos aplicados por Voynich han
deteriorado tanto el pergamino que actualmente apenas si se puede
ver rastro de la escritura, así que también existe la sospecha de
que la firma fuera falsificada por Voynich para contribuir al
fortalecimiento de la hipótesis de la autoría de Roger Bacon.
Johannes Marci
Johannes Marci conoció a Kircher cuando encabezaba una delegación de
la Universidad Carlos de Praga a Roma en 1638, y en los 27 años
siguientes, los dos eruditos intercambiaron cartas sobre una gran
variedad de disciplinas científicas.
La misión de Marci formaba
parte de la lucha continua de la facción secularista de la
Universidad para mantener su independencia respecto a los jesuitas,
quienes dirigían el Colegio Clementinum de Praga, rival de la
Universidad.
A pesar de esos esfuerzos, las dos universidades se
fusionaron en 1654 bajo control de los jesuitas. Por tanto, se ha
especulado que la animosidad política contra los jesuitas llevó a Marci a "fabricar" la carta de Baresch, y más tarde el manuscrito
Voynich, en un intento de desacreditar a su "estrella" Kircher.
La personalidad y conocimientos de Marci parecen adecuados para
llevar a cabo esta tarea, y Kircher, un "Doctor Sabelotodo", era una
presa fácil, pues se le recuerda más por sus errores espectaculares
que por logros genuinos.
Incluso la carta de Baresch guarda cierto
parecido con un fraude que el orientalista Andreas Mueller hizo al
propio Kircher: Mueller elaboró un manuscrito ininteligible y se lo
envió a Kircher, con una nota adjunta que explicaba que procedía de
Egipto. Pidió a Kircher una traducción, y se sabe que Kircher hizo
una inmediatamente.
Merece la pena señalar que las únicas pruebas de la existencia de
Georg Baresch son tres cartas enviadas a Kircher: una remitida por
Baresch (1639) y dos por Marci (como un año después). También es
curioso que la correspondencia entre Marci y Kircher acaba en 1665,
precisamente con la carta adjunta al manuscrito Voynich.
Sin
embargo, el resentimiento secreto de Marci contra los jesuitas es
pura conjetura: era un católico devoto, él mismo había estudiado
para hacerse jesuita, y poco después de su muerte en 1667 le fue
concedida la pertenencia honorífica a la Orden.
Raphael Mnishovsky
Raphael Mnishovky, amigo de Marci al que se atribuye la historia de
Bacon, era criptógrafo entre otras muchas cosas, y parece que
inventó un cifrado presuntamente indescifrable.
Esto ha llevado a la
hipótesis de que elaboró el manuscrito Voynich como una demostración
práctica de dicho cifrado, y convirtió al pobre Baresh en un
involuntario conejillo de Indias.
La hipótesis sigue con que después
de que Kircher publicó su libro sobre el copto, Raphael pensó que
engañar a éste sería un trofeo mucho más jugoso que engañar a
Baresch, y convenció al alquimista para que pidiera ayuda al
jesuita. Habría inventado la historia de Roger Bacon para motivar
más a Barech.
La abstención de opinión de la carta adjunta al
manuscrito Voynich pudo significar que Marci sospechaba que era una
mentira. Sin embargo, no hay pruebas definitivas de esta teoría.
Anthony Ascham
El doctor Leonell Strong, investigador del cáncer y criptógrafo
aficionado, intentó descifrar el manuscrito Voynich.
Strong dijo que
la solución era "un peculiar sistema doble de progresiones
aritméticas de un alfabeto múltiple". Strong defendía que el texto
revelaba que el autor del manuscrito Voynich era el autor inglés del
siglo XVI Anthony Ascham, cuya obra incluía A Little Herbal ("Un
pequeño herbario"), publicado en 1550.
Aunque el manuscrito Voynich
contiene secciones parecidas al herbario, el principal argumento
contra esta hipótesis es que se desconoce dónde habría obtenido este
autor los conocimientos literarios y criptográficos necesarios.
Teorías acerca de su autoría y propósito
La impresión general que proporcionan las
páginas sobrevivientes del manuscrito sugieren que su propósito era
servir como una farmacopea o desarrollar temas comunes en la
medicina medieval o renacentista.
Sin embargo, los detalles
intrigantes de las ilustraciones han alimentado muchas teorías
acerca del origen del libro, su contenido, y los fines para los que
fue concebido.
Herbario
La primera sección del libro es casi seguro un herbario, pero han
fracasado completamente todos los intentos para identificar las
plantas, ya sea con especies existentes o con los dibujos
estilizados de los herbarios contemporáneos. Sólo se pueden
identificar con alguna certidumbre un par de plantas, entre las que
se incluyen el pensamiento salvaje y el helecho "culantrillo" o
"cabello de Venus".
F34r, sección herbal
Los dibujos del herbario que se asemejan a los
bocetos "farmacológicos" parecen ser "copias en limpio" de éstos,
salvo que se completaron las partes faltantes con detalles
inverosímiles. De hecho, muchas de las plantas parecer ser
compuestas: se juntan las raíces de una especie con las hojas de
otra y las flores de una tercera.
Girasoles
Brumbaugh cree que una ilustración representa
un girasol del Nuevo
Mundo, lo que ayudaría a fechar el manuscrito y abriría
posibilidades intrigantes acerca de su origen.
Sin embargo, la
semejanza es escasa, sobre todo si la comparamos con la especie
salvaje original; y puesto que se desconoce la escala del dibujo, la
planta podría ser representar un ejemplar de una amplia familia
botánica, compuesta por muchas especies ( margarita, camomila,...) y
extendida por todo el mundo.
Alquimia
Los recipientes y tubos de la sección "biológica" podría indicar una
relación con la alquimia, lo que sería relevante si el libro
contuviera instrucciones para la preparación de compuestos médicos.
Sin embargo, los libros alquímicos del periodo comparten un lenguaje
visual común, en el que se representan los procesos e ingredientes
por medio de imágenes específicas (el águila, el sapo, un hombre en
una tumba, una pareja en la cama, etc.) o símbolos textuales
convencionales ( un círculo con una cruz,etc...); no se identifica
ninguno de ellos en el manuscrito.
Herbario alquímico
Sergio Toresella, experto en herbarios antiguos, señaló que el
manuscrito Voynich podría ser un herbario alquímico, que de hecho no
tiene nada que ver con la alquimia.
Se trata de un herbario ficticio
con dibujos inventados, con el que los curanderos cargaban para
impresionar a sus clientes. Parece que existió una pequeña industria
doméstica de tales libros en alguna parte de Italia Septentrional,
justo en esa época.
Sin embargo, esos libros eran muy diferentes del
manuscrito Voynich en estilo y diseño, y siempre estaban escrito en
lenguaje normal.
Herbario astrológico
Las consideraciones astrológicas siempre tuvieron un papel
importante en la recolección de hierbas medicinales, sangrías y
otros procedimientos médicos comunes en la época más probable de
elaboración del manuscrito (ver, por ejemplo, los libros de Nicholas
Culpeper).
Sin embargo, aparte de los obvios signos zodiacales, y un
diagrama que parece mostrar los planetas clásicos, nadie ha sido
capaz de interpretar las ilustraciones dentro de las tradiciones
astrológicas conocidas (sean europeas o de otros lugares).
Microscopios y telescopios
Un dibujo circular en la sección "astronómica" representa un objeto
de forma irregular con cuatro brazos curvados; algunos lo han
interpretado como el dibujo de una galaxia, que sólo se puede
observar con un telescopio.
Se han interpretado otros dibujos como
células vistas a través del microscopio.
Ello implicaría un origen
moderno del manuscrito, más que medieval. Sin embargo, el parecido
es muy discutible: en una inspección ocular, el centro de la
"galaxia" se asemeja más bien a un estanque de agua.
Autores múltiples
Prescott Currier, un criptógrafo de la Marina de los Estados Unidos,
que trabajó con el manuscrito en los 70, observó que se podían
separar las páginas de la sección "herbario" en dos conjuntos, las
manos A y B, con propiedades estadísticas distintas y caligrafías
diversas.
Concluyó que el manuscrito Voynich era la obra de dos o
más autores con diferentes dialectos y convenciones ortográficas.
Sin embargo, estudios recientes han puesto en duda esta conclusión.
Un experto en caligrafía que examinó el libro opinó que una sola
mano había redactado el manuscrito entero.
Además, cuando se
examinan todas las secciones, se ve una transición más gradual, con
el herbario A y el herbario B en los extremos opuestos.
Así, las
observaciones de Prescott podrían ser tan sólo la consecuencia de
que las secciones del herbario hubieran sido escritas en dos épocas
muy separadas en el tiempo.
Teorías acerca de la lengua
Se han lanzado muchas hipótesis acerca de la naturaleza de la lengua
del manuscrito Voynich. Sigue una lista no exhaustiva:
Cifrado de letras
Según esta teoría, el manuscrito Voynich contiene texto con
significado, en alguna lengua europea, que se hizo oscuro a
propósito convirtiendo las letras mediante algún sistema de cifrado:
un algoritmo que operaba sobre letras individuales.
Ha sido la hipótesis de trabajo en la mayoría de intentos de
desciframiento durante el siglo XX, incluido un equipo de
criptógrafos de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de los EE.UU.)
dirigido por William F. Friedman, en los primero años 50.
Se
descartaron los cifrados de sustitución simple, porque son muy
fáciles de descifrar. Por eso los esfuerzos se han dirigido en
general hacia los cifrados polialfabéticos, inventados por Alberti
hacia 1460. Este tipo incluye el popular cifrado Vigenere, tal vez
reforzado por el uso de símbolos vacíos o equivalentes, reordenación
de letras, rupturas falsas de palabra, etc.
Algunos autores suponen
que se eliminaron las vocales antes del cifrado.
Algunos han
pretendido el éxito en el desciframiento siguiendo estos supuestos,
pero ninguno ha sido ampliamente aceptado, principalmente porque los
algoritmos de desciframiento propuestos dependen de tantas
suposiciones por parte del lector que se podría obtener un texto con
significado de cualquier serie aleatoria de símbolos.
El principal argumento para esta teoría es que el uso de un alfabeto
extraño por un autor europeo no es muy explicable, salvo como un
intento de ocultar información.
Lo cierto es que Roger Bacon sabía
de cifrados, y la fecha estimada para el manuscrito apenas coincide
con el nacimiento de la criptografía como disciplina sistemática.
Contra esta teoría está el argumento de que un cifrado
polialfabético normalmente destruiría las características
estadísticas "naturales", que se observan en el manuscrito, tales
como la Ley de Zipf.
Además, aunque los cifrados polialfabéticos
fueron inventados hacia 1467, las variantes sólo se hicieron
populares en el siglo XVI, un poco tarde para la fecha estimada del
manuscrito.
Cifrado con libro de códigos
Según esta teoría, las "palabras" del
manuscrito Voynich en realidad
serían códigos para consultar en un diccionario o libro de códigos.
La prueba principal de este aserto sería que la estructura interna y
la distribución de longitud de esas palabras son similares a las de
los números romanos - que en ese tiempo hubiera sido un código
natural para elegir.
Sin embargo, los cifrados basados en un libro
de códigos sólo son viables en textos cortos, pues son muy
engorrosos para leer y escribir.
Cifrado visual
James Finn propuso en su libro
Pandora's hope (La esperanza de
Pandora, 2004) que el manuscrito Voynich es en realidad hebreo
codificado visualmente.
Una vez se han trascrito correctamente la
letras, usando como guía el EVA(en inglés), se pueden leer muchas de
las palabras del manuscrito en hebreo, y se repiten con diversas
deformaciones para confundir al lector. Por ejemplo, la palabra AIN
del manuscrito significa “ojo” en hebreo, y también aparece con
formas distorsionadas como “AIIN” o “AIIIN” para hacerlas parecer
como palabras diferentes cuando en realidad son la misma.
También se
utilizan otros métodos de criptografía visual.
Esto explicaría el
fracaso que los demás investigadores han tenido al descifrar el
manuscrito, porque se basan más en una metodología matemática. El
principal argumento en contra es que tal codificación cualitativa
constituye un obstáculo formidable para el talento del descifrador
individual, dada la multiplicidad de posibles interpretaciones
visuales alternativas del mismo texto.
Sería difícil separar cuánta
interpretación es del texto genuino, y cuánta refleja simplemente la
subjetividad del intérprete.
Esteganografía
Esta teoría mantiene que el texto del
manuscrito Voynich carece en
su mayor parte de significado, pero contiene la información oculta
en detalles discretos: por ejemplo, la segunda letra de cada
palabra, o el número de letras en cada línea.
Esta técnica, llamada
esteganografía ( en griego, “escritura encubierta” ) es muy antigua,
y la describió, por ejemplo, Johannes Tritemius en 1499. Se ha
sugerido que el texto traducido ha de ser obtenido mediante una
rejilla de Cardano de algún tipo. Esta teoría es difícil de probar o
rechazar, puesto que los textos estenográficos pueden ser
arbitrariamente difíciles de transcribir.
Un argumento en contra es
que usar un texto que aparenta estar cifrado va en contra del
principal objetivo de la esteganografía, que es ocultar la propia
‘’existencia’’ del mensaje secreto.
Algunos han sugerido que el texto con significado podría estar
codificado en la longitud o forma de ciertos rasgos de la escritura.
Hay ejemplos de esteganografía de aproximadamente esa época, que
usan el tipo de letra ( por ejemplo, regular frente a cursiva) para
ocultar información.
Sin embargo, cuando se examina con un gran
aumento, los rasgos de escritura del manuscrito Voynich tienen un
aspecto natural, y vienen afectados principalmente por la superficie
rugosa del pergamino.
Lenguaje natural exótico
El lingüista Jaques Guy ha sugerido que el texto del
manuscrito Voynich podría estar expresado en una lengua natural exótica, aunque
escrito con un alfabeto inventado.
Ciertamente, la estructura de
palabras es similar a la de muchas familias lingüísticas de Asia
Oriental y Central, principalmente la sino-tibetana ( chino, tibetano
y birmano ), la austroasiática ( vietnamita, jemer,...) y tal vez la
tai ( tailandés, lao,... ). En muchas de estas lenguas, las
"palabras" (es decir, las unidades lingüísticas más pequeñas con un
significado definido) constan de una sola sílaba; y esas sílabas
tienen una estructura bastante rica, incluidos patrones tonales.
Esta teoría goza de cierta plausibilidad histórica. Aunque esas
lenguas disponen en general de sistemas de escritura propios, éstos
suelen ser notablemente difíciles para los visitantes occidentales,
lo que motivó la invención de varios alfabetos fonéticos,
habitualmente usando letras latinas, pero a veces se emplearon
letras inventadas.
Aunque los ejemplos conocidos son muy posteriores
al manuscrito Voynich, la historia registra cientos de exploradores
y misioneros que lo podrían haber hecho (incluso antes del famoso
viaje de Marco Polo en el siglo XIII, pero especialmente después de
que Vasco de Gama descubrió la vía marítima a Extremo Oriente en
1499).
El autor del manuscrito Voynich podría ser también un nativo
del Lejano Oriente, que vívía en Europa o bien se educó en una
misión europea.
El principal argumento a favor de esta teoría es que es consistente
con todas las propiedades estadísticas del texto del manuscrito
Voynich que has sido comprobadas a la fecha, incluyendo las palabras
dobladas y triplicadas ( que se dan en los textos en chino y
vietnamita con la misma frecuencia aproximada que en el manuscrito.
También explica la aparente falta de números y de características
sintácticas occidentales (tales como artículos y cópulas), y la inescrutabilidad general de las ilustraciones.
Otra posible pista la
constituye dos grandes símbolos rojos en la primera página, que han
sido comparados con el título de un libro de estilo chino, dado la
vuelta y malamente reproducido. Además, la aparente división del año
en 360 grados (en lugar de 365 días), en grupos de 15 y comenzando
en Piscis, son rasgos propios del calendario agrícola chino ( jie
q'i ). El principal argumento en contra de esta teoría es que nadie
( incluidos los eruditos de la Academia de Ciencias de Pekín ) ha
podido encontrar ningún ejemplo claro de simbolismo oriental o de
ciencia asiática en las ilustraciones.
A finales de 2003, el polaco
Zbigniew Banasik propuso que el
manuscrito es texto redactado en idioma manchú, y dio una traducción
incompleta de la primera página del manuscrito.
Lengua políglota
En el libro
Solution of the Voynich Manuscript: A liturgical Manual
for the Endura Rite of the Cathari Heresy, the Cult of Isis ("La
solución al manuscrito Voynich: un manual litúrgico del rito de
Endura en la herejía cátara, el culto a Isis", 1987), Leo Levitov
afirmó que el manuscrito era una transcripción sencilla de una
"lengua oral políglota", que definió como "una lengua literaria
comprensible para aquéllos que no entendieran el latín, a quienes se
les podría leer en esta lengua".
Propuso un desciframiento parcial
en una mezcla de lengua flamenca medieval con muchos préstamos
lingüísticos de francés antiguo y antiguo alto alemán.
Según
Levitov, el rito de Endura no era sino un ritual de suicidio
asistido, asociado con la fe cátara (aunque la historicidad de este
ritual está puesta en duda). Explica que las plantas quiméricas no
están destinadas a representar ninguna especie botánica, sino que
son símbolos secretos de la fe.
Las mujeres en las tinas junto a la
red de tuberías representan el propio suicidio ritual, que incluiría
la venesección: cortarse las venas para que la sangre se derramase
en un bañera con agua caliente. Las constelaciones sin análogo
celestial representan las estrellas del manto de Isis.
Se cuestiona esta hipótesis en varios frentes. Uno es que se sabe
muy bien que la fe cátara era un gnosticismo cristiano, y no se
asociaba de ninguna forma con Isis. Otro es que esta teoría sitúa el
origen del libro en los siglos XII o XIII, con lo que sería
considerablemente más antiguo que lo que incluso los partidarios de
la teoría de Roger Bacon defienden.
Levitov no ofreció ninguna
defensa frente a este argumento, más allá de su traducción.
Lengua artificial
La peculiar estructura interna de la “palabras” del
manuscrito Voynich ha llevado a William F. Friedman y
John Tiltman a postular
por separado que el texto podría ser simplemente una lengua
artificial, y más específicamente, una lengua ‘’filosófica’’.
Las
lenguas de este tipo tienen un vocabulario organizado según un
sistema de categorías, por lo que se puede deducir el significado
general de una palabra por la secuencia de las letras la componen.
Por ejemplo, en la lengua artificial moderna Ro, ‘’bojo’’ es la
categoría de los colores, y cualquier palabra que comience con esas
letras sería el nombre de un color: así ‘’rojo’’ es ‘’bofoc’’, y
‘’amarillo’’ es ‘’bofof’’ ( es, pues, una versión extrema de la
Clasificación Decimal Universal que se usa en las bibliotecas).
Este concepto es bastante antiguo, como lo prueba el libro
‘’Philosophical Language’’ ( “Lengua Filosófica” ) de John Wilkins.
En los ejemplos más conocidos, las categorías se subdividen
añadiendo sufijos; como resultado, un texto sobre una materia
concreta tendría muchas palabras con prefijos similares. Por
ejemplo, todos los nombre de plantas empezarían con letras
similares, y sería análogo con todas las enfermedades, etc.
Esta
característica podría entonces explicar la naturaleza repetitiva del
texto Voynich.
Sin embargo, nadie ha podido asignar un significado plausible a
cualquier prefijo o sufijo del manuscrito, además de que todos los
ejemplos conocidos de lenguas filosóficas son bastante tardíos (
siglo XVII ).
Engaño
Las extrañas características del texto del manuscrito ( tales como
las palabras duplicadas o triplicadas ) y el contenido sospechoso de
sus ilustraciones ( tales como las plantas quiméricas ) han llevado
a muchos a pensar que el manuscrito es en realidad un engaño.
En 2003, el especialista en computación Gordon Rugg mostró que se
podía reproducir texto con características similares a las del que
contiene el manuscrito, mediante el uso de una tabla con prefijos,
raíces y sufijos, que habrían sido seleccionados y combinados por
medio de una plantilla de papel perforado.
Este mecanismo, conocido
como
rejilla de Cardano, se invento hacia 1550 como herramienta
criptográfica. Sin embargo, los pseudo textos generados en los
experimentos de Gordon Rugg no tienen las mismas palabras y
frecuencias que el manuscrito Voynich, y su parecido al ‘’Voynichés’
es solo visual, no cuantitativo.
Puesto que también se puede
producir un galimatías aleatorio que se parezca al español (o a
cualquier otra lengua ) en una medida similar, estos experimentos no
son convincentes.
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