James Lovelock
Nació en 1919. Se graduó en 1941 por la Manchester University y se
doctoró en medicina en 1948 por la London School Hygiene and
Tropical Medicine. Trabajó duran casi 20 años en el National
Institute for Medic Research de Londres. En 1961, después de enseñar
en las universidades norteamericanas de Yale y Harvard, fue invitado
por la NASA para colaborar en el proyecto Surveyor.
Fue durante este
período, mientras experimentaba una nueva manera de detectar vida,
cuando empezó a elaborar su teoría Gaia. Tras abandonar Estados
Unidos, se instala como «científico independiente», según su propia
expresión, en el campo de Cornualles, en un laboratorio propio,
donde sigue investigando patentando inventos y escribiendo libros y
trabajos científicos para revistas especializadas.
Gaia, la diosa griega, era la madre tierra para los antiguos. James
Lovelock, en cambio, reemplaza aquel mito por la ciencia.
Exponiendo los últimos descubrimientos en geología, química,
biología evolutiva y climatología y aportando su propia
investigación en este terreno, nos ofrece una nueva síntesis
científica en armonía con la concepción griega de que la Tierra es
un todo viviente, coherente, autorregulado y autocambiante, una
especie de inmenso organismo vivo que se extiende desde el mismo
corazón ardiente de la Tierra hasta la atmósfera exterior.
En 1979, Lovelock esbozó por primera vez esta teoría en Gaia: una
nueva visión de la Tierra. La polémica enfrentó inmediatamente a los
científicos, que tendieron marginarla. Pero, en menos de diez años,
se convirtió un tema prioritario entre científicos de distintas
disciplinas En Las edades de Gaia, Lovelock pone a punto su teoría y
adelanta hipótesis provocadoras.
El efecto invernadero, desforestación, las lluvias ácidas, los agujeros en ozonosfera, la
energía nuclear y la actividad del hombre la biosfera son tan sólo
algunos de los conflictos con los que Lovelock se enfrenta en este
libro que nos habla de Tierra y de nuestro futuro en ella desde una
perspectiva para nosotros, hoy, absolutamente fascinante.
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