por John L. Lash del Sitio Web Metahistory traducción de Editorial-Streicher
19 Octubre 2012
- Éxtasis e Intolerancia en El Mundo Clásico -
En el mismo lado del río, aproximadamente 20 millas al Sur, está el templo de Hatshepsut, escena de la masacre terrorista de turistas en Noviembre de 1997.
Se cree que los autores llegaron desde la desolada tierra montuosa donde los raros códices fueron encontrados. Cuando visité la región en Febrero de 1999 en un viaje con la Marion Foundation, intensas medidas de seguridad estaban en vigencia.
Yo llegué desde Luxor río arriba hasta Dendera, sitio del
antiguo templo de Hathor, en un convoy armado, acompañado por dos
docenas de soldados con sub-ametralladoras listas.
El poblado más cercano a la cueva, Hamra Dun, es demasiado pequeño para ameritar información, pues de otro modo estos textos hace mucho tiempo perdidos hubieran sido llamados como la biblioteca de Hamra Dun.
Hamra Dun es el nombre árabe del lugar para el más antiguo nombre cóptico de Chenoboskian, "el refugio de los gansos salvajes", y detrás de aquel nombre está el otro, el nombre egipcio del lugar, Sheniset, "las acacias de Seth", indicando una asociación con la secta gnóstica que se llamaba a sí misma como la Secta de los Setianos.
Según el consenso corriente, la "biblioteca" de Nag Hammadi se supone que ha venido desde el monasterio de Pacomio, un lugar de reclusión de monjes cristianos coptos que estuvo localizado en Tabennisi en la orilla oriental, como se muestra en el mapa.
Se presume que alguien de este heterogéneo grupo reunió improvisadamente los trece paquetes encuadernados en cuero, los puso luego en una vasija de arcilla roja, y los escondió en una cueva en la ladera.
Basado en el examen del "cartonaje", de cartas fechadas
y cuentas contenidas en las ligaduras de los códices, los expertos
han determinado que los pergaminos deben haber sido ocultados en la
cueva entre 345 y 348 d.C. La fecha es graciosamente precisa y,
quizás por coincidencia, coincide con la muerte del monje maestro,
Pacomio.
El Templo de Hathor fue una construcción ptolemaica tardía en un antiguo sitio sagrado, Tentyrs, considerado como el lugar de nacimiento de Isis. Si Isis puede ser considerada la equivalente de la virgen María del cristianismo, Hathor fue la Eva egipcia.
Sus
ritos eran prehistóricos y autóctonos de las perdidas culturas
sudanesas que precedieron largamente al culto de estilo
hollywoodense de Osiris. Hathor era una diosa de sabiduría, como la
Sofía de los gnósticos. Su culto celebraba el éxtasis, la sanación y
la comunión mística con el cosmos.
Pienso que es igualmente probable, sin
embargo, que los códices coptos vinieran de Dendera, o que ellos
puedan haber llegado entre los monjes por medio de alguna asociación
con partidarios radicales del culto de Hathor y Horus celebrada allí.
La verdad es que no hay ninguna indicación explícita del material que se refiere a Hathor en la Biblioteca de Nag Hammadi, pero hay claras alusiones astronómicas.
Dendera era conocido por su Zodíaco sagrado, uno de los artefactos más espectaculares de la sabiduría antigua que sobrevive intacto. La ciencia de las estrellas era importante para el culto de Hathor, y los gnósticos estaban reputados desde las épocas más antiguas como astrónomos expertos.
El historiador del siglo I d.C. Josefo (Antigüedades Judías I, 2.3) relata la tradición existente desde hace mucho tiempo de que,
Jacques Lacarriere (The Gnostics, p.31 y ss.)
piensa que la ciencia del cielo es la matriz original del sistema de
conocimiento de ellos.
Se trata de un lenguaje torpe y compuesto, con poco alcance para la expresión sublime o compleja. Después de unos años con mi nariz enterrada en los códices, o mejor dicho como un cerdo desenterrando trufas, tuve la viva impresión de que yo estaba mirando una especie de taquigrafía.
El copto fue inicialmente inventado por sacerdotes egipcios (paganos) para conservar la pronunciación de la escritura que estaba en los amuletos que ellos vendían. Usa una versión modificada de las letras griegas y de caracteres tomados prestados de la escritura demótica [egipcia] para denotar sonidos que se dan en el egipcio antiguo pero no en el griego.
El resultado es un idioma artificial que no se presta para
la expresión filosófica. Se asemeja a la escritura taquigráfica
usada para registrar procedimientos judiciales.
Los griegos habían estado yendo a Egipto para
aprender la ciencia y la metafísica desde los días de Pitágoras,
alrededor de 600 a.C.. Con la decadencia y la dispersión de la
civilización egipcia en la época helenística, las capacidades del
alumnado pueden haber sido menos que deseables. Incluso la
antiquísima diseminación de la sabiduría egipcia en la mente griega
también pudo haber alcanzado un grado febril en los primeros siglos
d.C.
Dendera y otros templos ptolemaicos, como el que está en Edfu, están inscritos con jeroglíficos en una densidad asombrosa, como si los últimos sacerdotes que podían leer y escribir los textos arcanos estuvieran absortos en poner por escrito todo lo que ellos pudieran para la posteridad.
En esta atmósfera, los estudiantes griegos bien
podrían haber estado peleándose por cada último trozo del
conocimiento que ellos pudieran conseguir, y escribiendo algunas
notas bastante inconexas sobre lo que los profesores-sacerdotes les
estaban diciendo.
La Biblioteca de Nag Hammadi es un
tesoro espiritual de la Humanidad, y es también un desorden confuso
y mutilado.
Los recintos sagrados de la
antigua capital irradian un encanto y una mística que compite con
Giza.
Las pirámides al Oeste de El Cairo permanecen como un mudo
desafío para la comprensión humana, pero aquí en el Sur otro
esplendor comunica su hechizo.
Una media docena de tumbas son accesibles para los visitantes hoy, y hay mucho más para encantar el ojo y arrobar la mente: el magnífico templo de Hatshepsut en Deir Al-Bahari, el Ramasseum con su coloso despedazado como un titán que cayó a la Tierra, los largos santuarios mortuorios de Seti I y Ramsés III, IV y IX, las tumbas de muchos nobles, el templo tardío de Ptolomeo V en Deir el-Medina, los colosos gemelos de Memnón.
Todo esto está en la
ribera Oeste, mientras que en la orilla del Este se extienden los
majestuosos terrenos de Karnak y el templo de Luxor, llamado "el
Libro del Génesis en piedra" por el egiptólogo renegado
Schwaller de
Lubicz.
En su pendiente oriental, los blancos acantilados están acribillados por 150 cuevas usadas como refugios por místicos del desierto durante siglos antes del Advenimiento [?].
Algunas cuevas dan acceso a galerías donde los príncipes faraónicos
de la Sexta Dinastía (2.500 a.C.) fueron sepultados, pero la mayor
parte de ellas son toscas grutas regadas quizás con unos cuantos
fragmentos de vasijas. Escarpadas e imponentes, las áridas laderas
no ofrecen ninguna seña o atractivo.
No hay nada que pueda verse ahora de la maravilla antigua que debe haber coronado este lugar, y sólo el serpenteante susurro del viento del desierto alude a su misterio. Aquí los pasadizos secretos a ser descubiertos están escondidos dentro del que busca, no del sitio.
Aquí yace el turbulento vórtice de ruinas invisibles.
Ladâmes obviamente tuvo la intención de abrir el apetito de los buscadores de tesoros tangibles, de botines que podían ser transportados lejos y vendidos.
Cuando él escribió, alrededor de 1.200 d.C., el tesoro intangible de Nag Hammadi había estado perdido durante 800 años. Él pudo no haber tenido ninguna noción de su existencia, ni tampoco le hubiera interesado. No consistía ni de príncipes embalsamados ni de sus brillantes joyas. No formaba parte de ningún grandioso santuario presentado en proporciones sagradas y alineado con las estrellas circundantes.
Nunca fue un objetivo de los saqueadores de tumbas en busca de riquezas rápidas. Fue finalmente descubierto, después de otros 800 años, por un par de campesinos beduinos que buscaban un abono natural llamado sebaj.
El
hallazgo ocurrió en la primera semana de Diciembre de 1945, pero los
trece códices de descascarados papiros no llamaron la atención de
los eruditos que fueron capaces de evaluar su relevancia sino hasta
el verano de 1947.
Los trece bultos representan más que la sabiduría gnóstica que ellos contienen.
Ellos son como fragmentos de las ruinas de una enorme
cúpula de cristales de colores que describía los orígenes de la
Humanidad, su lugar en el cosmos, y la causa de su extraño y
desesperado exilio en la Tierra. El color de los fragmentos es
luminoso y humeante, como la luz acaramelada. Para el ojo de la
mente ellos imparten una lucidez inquietante, un atisbo de extrañas
enseñanzas que describen nuestro cautiverio en un mundo desviado, un
cosmos que ocurrió por error.
El valor de la visión consistía en su poder para iluminar la vida y guiar a la Humanidad. Tanto la visión como el proceso de orientación fueron venerados en una enorme organización, la red de las Escuelas de Misterios en las cuales los gnósticos participaban como miembros de la facultad con responsabilidades especiales.
Confusa y fragmentaria como es, la
Biblioteca de Nag Hammadi es la
evidencia existente primaria de un sistema educativo perdido
dedicado a la dirección espiritual de la Humanidad.
La sabiduría preservada en recintos sagrados como esta
aldea desolada guió a innumerables gentes durante siglos
incalculables. Finalmente los profesores y administradores de las
Escuelas de Misterios fueron etiquetados como herejes, perseguidos y
asesinados.
En Inglaterra las
impresionantes estructuras, existentes desde hace mucho tiempo, de
Oxford y Cambridge son pruebas visibles de la red de universidades
británicas, que abarcan todos los campus del país. El conjunto total
de los campus es mayor que cualquier unidad sola. Una red compuesta
de componentes visibles es en sí misma invisible.
Los complejos-templos del Alto y el Bajo Egipto no eran sólo otras más de las Escuelas de Misterios de la Antigüedad, sino que es probable que hayan sido las más antiguas, las mejor organizadas y las mejor financiadas.
Dado que la evidencia
histórica de los Misterios se deriva casi exclusivamente de la época
cuando ellos estaban siendo eliminados, los estudiosos han fomentado
la impresión de que las religiones de Misterios consistían en unos
pocos y dispersos centros de culto más bien que una organización
enorme que circunscribía al mundo antiguo.
Incluso las polémicas de los Padres de la Iglesia, que se enfurecieron contra la sabiduría pagana, involuntariamente atestiguan la extendida organización transcultural de los cultos de Misterios.
El Philosophumena (o "Refutación de Todas las Herejías", c. 230 d.C.), atribuido a Hipólito de Roma, es una enciclopedia que describe a los gnósticos al lado de druidas, brahmanes y una variedad de otros religiosos exóticos.
Los historiadores hoy saben que los druidas eran endémicos en la cultura celta que se extendía desde las lejanas islas occidentales de Escocia e Irlanda hasta lo profundo del Asia Menor.
Los brahmanes de India eran conocidos en Alejandría, como lo fueron los monjes budistas, cuyas peregrinaciones por Egipto y Palestina están registradas en los anales del rey Asoka, de la dinastía mauria (gobernó entre 269 y 232 a.C.).
Una tablilla de piedra en Girnur en Gujarat declara el objetivo de Asoka de extender el budismo a través del valle entero del Nilo.
C.W. King (Gnostics and Their Remains) observa el parecido cercano entre la disciplina budista y la esenia, y cita el testimonio del historiador judío Josefo de que los centros esenios de culto en el Mar Muerto habían existido durante "miles de años" antes de su época.
Los colegios gnósticos pertenecieron a esta gran organización milenaria de sabiduría nacida en Asia; sin embargo,
Intolerancia Cristiana
Brahmanes, druidas, budistas, gnósticos, esenios y muchos otros, habrían sido capaces de comunicarse íntimamente unos con otros, a pesar de las diferencias culturales, lingüísticas y raciales.
El fundamento común de los Misterios se sabía que había sido el culto asiático de la Gran Diosa, la Magna Mater.
La identidad de la budista Prajnaparamita, "la Sabiduría de la Madre Suprema", con la gnóstica Sofía, ha sido afirmada por Evens-Wentz, un erudito pionero del budismo tibetano.
El temprano erudito gnóstico G.R.S. Mead, los estudiosos de mitología comparada Mircea Eliade, Joseph Campbell y Alain Danielou, y el erudito budista John Myrdhin Reynolds, han desarrollado paralelos budistas-gnósticos.
La enseñanza del gnóstico Basílides es prácticamente indistinguible de los tratados sobre la filosofía Mahayana de la escuela de Nalanda.
El gran erudito budista y sabio Nagarjuna era contemporáneo de los gnósticos del siglo II que estuvieron bajo el fuego intenso de los heresiarcas cristianos.
En el Segundo Tratado del Gran Set (NHL VII, 2), un maestro gnóstico habla con franqueza de la grave situación de ellos y de la clase de comportamiento que ellos estaban afrontando:
Este pasaje revela cómo los primeros cristianos eran vistos por los ojos de los gnósticos.
Esto contiene varias claves importantes para el punto de vista del partido perseguido, el lado raramente registrado en la narrativa histórica. El autor condena a los cristianos por su ignorancia y su incapacidad para abrazar "la nobleza de la verdad".
El liberarse de la ignorancia y la dedicación a la verdad eran los criterios supremos de la religión gnóstica. Los cristianos son criticados por servir a dos señores y complacer a la multitud. En otras palabras, ellos son hipócritas que procuran gobernar por causa de su cantidad.
Esto contrasta profundamente con el elitismo gnóstico.
La alusión a "aquellos quienes, si cerraran sus bocas" implica la necesidad de ser iniciado.
"Aquellos que
deberían cerrar su boca" son forasteros profanos que muy
probablemente no pueden saber lo que ellos están atacando.
En términos gnósticos, este lenguaje se refiere a la actitud de Yahvé, la deidad colérica, identificada por los gnósticos como el jefe supremo de los Arcontes, los alienígenas o la especie extraterrestre que intenta desviar a la Humanidad de su curso apropiado de evolución.
Los gnósticos vieron el poder de los Arcontes detrás de la ideología y la política cristianas.
Aunque "su doctrina de temor y esclavitud" sea absurda, es eficaz, porque los Arcontes pueden ejercer un efecto que insinúa en nuestras mentes una clase de malévola telepatía inter-especies, uno podría decir.
Obligados por un proceso de pensamiento distorsionado por los Arcontes, los primeros ideólogos cristianos imitaron los Misterios de los hijos de la luz e hicieron pasar mentiras por verdades.
El
complejo del redentor cristiano impone "la doctrina de un hombre
muerto" en lugar de la gnosis de la vida eterna.
Para la mente gnóstica, la
hipocresía final es la traición de la inteligencia divina que está
en la Humanidad y la adopción de una ideología basada en el error.
En The Mystery-Religions, S. Angus observa:
Muchas explicaciones han sido dadas para dar cuenta de por qué el cristianismo prevaleció por sobre los Misterios, pero sería negligente no aplicar el sentido común:
Los Misterios no murieron por causas naturales.
Ellos fueron activamente suprimidos y, dondequiera que fue posible, suprimida su raíz y sus ramas.
Ningún sistema social es perfecto, pero la filosofía pagana fomentaba una sociedad abierta en la cual las enseñanzas espirituales universales podían asumir una amplia variedad de expresiones.
¿Qué posición sostuvo el gnosticismo en el foro abierto de las Escuelas de Misterios?
Debe haber sido central y crucial
para la red entera en alguna manera, porque las enseñanzas gnósticas
fueron el objetivo número uno a erradicar de los misioneros e
ideólogos cristianos. La palabra gnosis es griega, y con mucho, la
más convincente evidencia para los Misterios proviene de la cultura
greco-romana. Esto ha conducido a la impresión de que la gnosis
estuvo confinada a un pequeño entorno cultural y geográfico en el
Oriente Medio y Egipto.
En resumen, ellos eran maestros de ciencias noéticas [= del conocimiento intuitivo] y de parapsicología.
En este sentido, ellos son comparables a los sofisticados chamanes de otras partes de la antigua Europa, así como de Asia. Los budistas de Nalanda en India y los druidas del país de Gales pueden haber estado cultural y geográficamente separados, pero espiritualmente ellos habrían estado implicados en actividades paralelas.
Merlín, que quizás vivió en el siglo VII, tiene equivalentes exactos en sabios tibetanos como Naropa y Milarepa.
No
hay ninguna razón para excluir a los gnósticos de este cuadro, y de
hecho toda la evidencia disponible los señala desempeñando un papel
de esta clase en el marco cultural y religioso de su tiempo.
Las distancias geográficas no pueden ser vistas como divisivas, pues los viajes en la Antigüedad eran mucho más comunes y extendidos que lo que se ha supuesto. Hasta muy recientemente era imposible deducir de la narrativa histórica cómo la red de las Escuelas de Misterios pudieron haber proporcionado el contexto para la diseminación inter-cultural.
El gnosticismo ya no puede ser identificado exclusivamente con unos pocos cultos dispersos en Asia Menor y Egipto. El final de los Misterios se llevó a efecto mucho más allá de las áridas laderas de Nag Hammadi.
Implicó el colapso de una
vasta organización de un tejido holgado dedicada a la dirección
espiritual de la Humanidad.
Este pasaje muestra el otro aspecto de la situación descrita en el Segundo Tratado del Gran Set, citado hace poco.
Aquí la historia está vista por los ojos del partido predominante. Con una astuta tergiversación, Agustín autoriza el acto de saqueo, pero absuelve a aquellos que lo perpetran por causa de cualquier atisbo de motivos egoístas, como envidia, celos o sed de poder.
Él afirma que "los despojos de estos sitios" tienen el propósito de servir a Dios, tal como aquellos que los crearon harían cuando fueran convertidos a "la religión verdadera".
Para asegurar el monopolio sobre Dios, era
necesario legitimar el derrocamiento y la apropiación de la
sabiduría pagana.
No prevalece por lo que ofrece sino más bien por aquello que derrota. El cristianismo es único en este respecto, aunque éste no sea ciertamente el modo en que se apreciaría su singularidad por el mundo en general. Desde su creación, el cristianismo exhibió una capacidad especial para doblegar a todo lo que le fuera diferente.
Se define a sí mismo por aquello a lo que se opone. Incapaz de tolerar la coexistencia, debe destruir completamente. La historia de la Iglesia demuestra este patrón de usurpación totalitaria.
En la visión gnóstica, tipificada por el autor del Segundo Tratado, la ira, la división, la imitación (co-optation) y la esclavización del espíritu humano - características obvias del imperialismo cristiano - son síntomas de los extremadamente perversos efectos de los Arcontes. Por supuesto, los humanos son capaces de este tipo de comportamiento por sí mismos; pero ellos también pueden comprender lo que hacen y corregirlo, desistiendo así del daño.
Cuando la acción se desborda y escapa a la rectificación, es debido a la influencia arcóntica.
Así pensaban los
gnósticos.
En un caso de violación, por ejemplo, la conducta o el estilo de vida de la mujer víctima, que de ninguna manera invita a la violación, pueden ser cooptados por la defensa del violador, de modo que parezca que "ella lo estaba pidiendo", y sólo más tarde, después del hecho, ella decidió verlo como violación. Tales cuestiones son abundantes en el mundo moderno, y ciertamente podemos enfermar por escuchar hablar sobre ellas.
Pero es
precisamente la táctica de la distorsión adversativa la que define
las Guerras Contra la Herejía emprendidas por los primeros
cristianos contra los gnósticos, en particular, y las escuelas de
Misterios, en general.
Siendo esto así, las ondas expansivas deben haber resonado a través de los pasillos de los templos de las Escuelas de Misterios cuando los primeros cristianos cazadores de herejías acusaron a los gnósticos de imitar los sacramentos cristianos.
Justino Mártir (siglo II), el primer representante registrado de los agresivos (nuevos) heresiarcas, acusó a los gnósticos de robar descaradamente textos de la Biblia.
Un siglo más tarde, Hipólito afirmó que todo lo que se encuentra en las escrituras gnósticas fue plagiado de fuentes antiguas.
Haciendo eso, él involuntariamente dio testimonio de las raíces pre-cristianas y establecidas hace mucho tiempo del gnosticismo, pero su comentario no fue interpretado de esa manera. Fue tomado para significar que las doctrinas cristianas, dadas por Dios, deben haber venido desde antes del tiempo de la creación, y que son estas antiguas enseñanzas las que los gnósticos imitan.
Tertuliano, que escribe alrededor de 200 d.C., argumentó que,
Este argumento logra dos cosas a la vez:
El cristianismo no está secuestrando la religión mitraica, como tan evidentemente parece ser el caso, sino que simplemente ¡está tomando de regreso lo que originalmente le perteneció!
La
expropiación, identificada con una alta especificidad en el caso del mitraísmo, era una política general aplicada a las Escuelas de
Misterios, e incluso a ciertas enseñanzas gnósticas, en la medida en
que los cristianos tenían acceso a ellos. Armado con la lógica de
Tertuliano, el cristianismo robó extensa y desvergonzadamente desde
las religiones paganas.
Él cita el poder de la imitación como la obra del Diablo.
Con una astuta tergiversación, él defiende su religión contra la acusación gnóstica de que los Arcontes, que sólo pueden imitar, estaban trabajando detrás de la fachada de la ideología de la Redención.
Tertuliano ofrece la fantástica explicación de que Satán evocó los sacramentos antes de que Cristo tuviera la posibilidad de encarnar y experimentar la Pasión, Crucifixión y Resurrección, proporcionando con ello los dramáticos precedentes sobre los cuales los sacramentos se basarían: así,
Ésta es una
clave gnóstica, o al menos sería tomada por un gnóstico como una
clave, ya que esto alude a la influencia mimética de los poderes
alienígenas, los "seres de la semejanza".
Hoy, por todo el mundo, las iglesias católicas se levantan en los sitios de los antiguos santuarios paganos.
La catedral de Chartres, por ejemplo,
está construida sobre una gruta pre-cristiana dedicada a la Virgen
Negra, una versión de la gnóstica Sofía. Literalmente miles de
ejemplos similares podrían ser dados, pero nos aburrimos demasiado
fácilmente...
Es posible que los principios-raíces del mitraísmo se remonten al IV milenio a.C., una fecha apoyada por estudios arqueo-astronómicos usando la precesión de los equinoccios.
El dualismo zoroastriano y la adoración solar, incorporados en la religión mitraica, pueden ser remontados a los registros persas existentes de 2234 a.C. (Laura Elizabeth Poor, Sanskrit and its Kindred Languages, p. 142), y las notas adjuntas a las copias más antiguas de los diálogos de Platón indican que en el tiempo de éste se pensaba que la antigüedad de Zoroastro se extendía a 6000 a.C.
Las enseñanzas y ritos zoroastrianos existían mucho antes del cristianismo, desde siglos incontables. Entonces ¿qué es lo que estaba siendo imitado?:
Los convertidos al cristianismo en los cinco primeros siglos d.C. estuvieron dedicados a una campaña de "purga intelectual".
Su
objetivo general eran los intelectuales paganos de aquella época,
muchos de los cuales eran prominentes gnósticos, maestros y
formadores vinculados a las escuelas de Misterios. Por cuanto el
conocimiento y el aprendizaje eran sagrados en el gnosticismo, los
libros y las bibliotecas anexos a las escuelas de Misterios fueron
los principales objetivos para el holocausto intelectual.
Muchos convertidos al cristianismo eran esclavos que no podían leer o escribir. Aquellos pocos conversos que podían leer se dedicaron a establecer un canon de textos aceptables, es decir, de escrituras ortodoxas. Extraño como ahora pudiera parecer, ellos defendieron la ortodoxia contra la herejía incluso antes de que el canon estuviera establecido.
El fundamentalismo cristiano, desde Oklahoma City, al Vaticano, custodia la Sagrada Escritura como un monopolio sobre la primogenitura espiritual de la Humanidad. Para incontables millones a través de los siglos la Biblia ha sido el único texto autorizado de la espiritualidad, pero los gnósticos tenían miles de textos sagrados.
Sus escrituras eran su riqueza, un
hecho que enfureció a los primeros Padres de la Iglesia, que se
opusieron a ellos.
Como si no fuera bastante malo que los gnósticos fueran escritores lúcidos y prolíficos, ellos eran también,
Bien, Ella lo era.
Los gnósticos llamaban a la sabiduría que ellos reverenciaban como Sofía, una palabra femenina en griego,
En las palabras "incluso acerca de los elementos de este mundo nuestro", Agustín ciertamente alude a las enseñanzas gnósticas sobre el desviado sistema del mundo.
En la época de Agustín, la sugerencia
de que el dios creador pudiera ser un monstruoso alienígena había
sido sepultada detrás de un potente tabú.
Con la supresión de la gnosis, la
detección de los poderes arcónticos que funcionan dentro de la
mentalidad cristiana se hizo cada vez más difícil.
El foro abierto de las Escuelas de Misterios había proporcionado la inspiración ética y cultural a todo el mundo circundante en la Antigüedad. El orador romano Cicerón certificó que,
No es de extrañar que su destrucción tuviera tal costo para el espíritu humano.
Cuando el cristianismo subió al poder, el mundo clásico se convirtió en una tierra espiritualmente baldía. Milenios de aprendizaje murieron en la parra. La demolición al por mayor de la literatura pagana estaba ya estaba muy avanzada en la época de Agustín.
Un siglo o dos más tarde, cuando no quedaban más
bibliotecas para destruir, Europa se sumergió en la Edad Oscura,
llevándose el mundo luminoso de los Misterios con ella hacia el
olvido.
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