CAPÍTULO 13 - LA
CONEXIÓN CON EL YO SUPERIOR
El Yo Superior es el aspecto de tu espíritu consciente individual
que trasciende tu cuerpo desde la cuarta hasta la novena dimensión.
Más allá de la novena dimensión no se distingue la conciencia
individual. (Véase «dimensión» en el Glosario para una descripción
más amplia.) Tu Yo Superior tiene función, forma y nivel de
conciencia diferentes en cada dimensión. Lo que llamas Yo Superior
es la parte de ti que vive en la quinta y sexta dimensiones y
todavía mantiene forma humanoide aunque no sea ya física.
El Yo Superior está disponible para una
conexión consciente siempre que lo desees y estés preparado, pero no
interferirá con tu libre albedrío para hacerse notar ni para
influenciar tu vida. Para poder conectarte directamente con tu Yo
Superior debes desear evolucionar espiritualmente y saber que eres
un alma y espíritu valioso más allá de tu cuerpo. En caso contrario,
la conciencia de tu cuerpo se identifica con el ego y la
personalidad como si aquél fuera todo el yo.
Si acabas de empezar a despertar espiritualmente puede que te hayas
dado cuenta o no de que tienes un homólogo divino o quizá creas que
está aislado de ti. A través de la meditación, la instrucción, los
sueños, o las revelaciones, puedes ir dándote cuenta de que también
existe una divinidad en tu cuerpo.
En ese punto se convierte en algo natural pedir ayuda a los guías,
Maestros Ascendidos, ángeles y tu propio Yo Superior para desvelar
lo divino, el verdadero yo interior. Con su ayuda afloran a la
superficie karmas, creencias, juicios, emociones y cualquier otra
cosa que esté bloqueando el camino de acceso a tu divinidad y puedes
empezar con el despejamiento y la sanación como aspectos del
despertar espiritual.
Cuando te das cuenta de que lo único que bloquea tu acceso a la
conciencia de Dios es lo que tu yo humano de la personalidad/ego ha
creado, estás preparado para asumir la responsabilidad de crear tu
realidad de una manera más consciente y armónica. Estar conectado
con el Yo Superior de tu cuerpo es la forma más directa que conozco
de crear puntos de referencia superiores de amor, integridad
espiritual y conexión con Dios/Diosa/Todo Lo Que Es, así como de
acelerar la liberación de energías limitadas y más densas.
Puedes haber experimentado tu Yo Superior como Ser de Luz con el que
sólo puedes conectar fuera de tu cuerpo. Esta experiencia aflora de
una espiritualidad basada en la dualidad y la necesidad de ser
nofísico para poder experimentar estados superiores de conciencia y
comprensión. Si percibes tu yo humano como si fuera exclusivamente
un «yo inferior» y en consecuencia tu vida física como «inferior a»
la realidad, ello bloqueará enormemente tu progreso y alegría
espirituales. Tu yo humano es sólo lo que haces de él o lo que crees
que es.
Si tienes la suerte de tener padres
cariñosos y amigos que te animan a pensar por ti mismo y saben que
eres una parte divina de Dios/Diosa/Todo Lo Que Es y que eres un
espíritu sagrado viviendo en un cuerpo, no habrás considerado nunca
a tu yo como un «yo inferior» limitado. Te identifican con la
conciencia de tu cuerpo sólo porque vives en una sociedad que
todavía no anima ni reconoce la conciencia de tu yo divino desde el
nacimiento. Así, tu yo humano se percibe a sí mismo como físico,
impuro, sin poder para ayudarse a sí mismo y a merced de un Dios
todopoderoso.
Este «yo inferior» sólo vive por
supervivencia y para evitar el dolor en todo lo posible, y
subconscientemente siente una profunda vergüenza por el hecho de ser
humano y por ello una forma «inferior» de conciencia. Las religiones
dogmáticas han complicado más las cosas programando a las personas
para creerse criaturas pecadoras e inferiores que necesitan la
salvación, pero que no son capaces de nada sin la autoridad de la
iglesia. En muchos casos, estas enseñanzas religiosas se unen a las
normas sociales para convencerte de que eres tu cuerpo y nada más.
«Vergüenza de ser» es un síntoma de este adoctrinamiento religioso,
social y planetario. Incluye la vergüenza por la necesidad de comer
para vivir, vergüenza por los olores del cuerpo, vergüenza por
merecer poco, vergüenza por odiarse a uno mismo y, en una palabra,
vergüenza por tener, como ya he mencionado antes, forma física. La
vergüenza por el deseo de sexo y compañía es un síntoma de una
«vergüenza de ser» más profunda y tiene que ver con la vergüenza y
el miedo que acompañan al hecho de sentirse aislado.
Recuerdo vivamente que siendo niña, mi
madre decía a menudo:
«Ésa no tiene vergüenza» o «¿Es que
no tienes vergüenza?» como si la vergüenza fuera una virtud que
determinase que uno fuera «buena o mala persona».
La persona de la que se decía que no
tenía vergüenza era siempre una «mala persona» y a la que, según
ella, había que ignorar. Siempre me ha parecido triste que las
personas se juzguen y se aíslen de tal manera, y que mi madre se
aferrase a su propia. vergüenza como gracia de salvación.
Los dos principales eslabones perdidos en la cultura moderna cuya
ausencia parece causar este tipo de juicios y aislamiento son: 1) el
conocimiento de que por derecho de nacimiento, como hijo de
Dios/Diosa, mereces amor, satisfacción y alegría sin la necesidad de
ganártelo; 2) la conciencia de ser un espíritu con un alma hecha de
luz y amor que está aquí para evolucionar. Cuando lo sabes y sientes
tu valía inherente y tu propósito, se produce rápidamente un gran
cambio interior y un progreso espiritual. Atraer al cuerpo la
energía y la conciencia de tu Yo Superior en lugar de abandonar el
cuerpo para acceder a esta conciencia es una gran reafirmación del
valor y el estado de conexión de tu yo humano a la divinidad y un
gran paso para dejar de creer en el aislamiento.
Si sientes «vergüenza de ser» y te aferras a creencias que tienden a
generar esta vergüenza, se te sugiere que te centres en sintonizarte
y liberar esas creencias utilizando la técnica del capítulo 6 para
despejar creencias y juicios.
Ejemplos de tales creencias son:
-
Tengo que ser castigado y
cumplir la penitencia por mi «maldad» antes de esperar
redención y misericordia.
-
Algo debe de funcionar mal en mí
porque no siento el amor de Dios.
-
La necesidad de comida y refugio
es vergonzosa porque se los arrebato al planeta, a mis
padres, a otros países, etcétera.
-
Mi amor no es lo bastante bueno
porque no hace felices a los demás.
-
Querer sexo o tener apetencias
sexuales no es espiritual.
-
Tener miedo a estar solo
significa que estoy necesitado y soy indigno.
-
El haber nacido causó dolor a mi
madre y por ello fue malo y vergonzoso para mí.
-
Como no tengo lo que quiero,
será que no lo merezco.
-
Tener cuerpo es la prueba de que
soy «menos» y un ser «caído».
-
Por ser del sexo que soy, soy
una decepción para mis padres y no lo podré compensar de
ninguna manera.
Éstos son sólo algunos ejemplos pero
esperemos que sean bastante para ayudarte a identificar y despejar
tus propios problemas de «vergüenza de ser».
Las dos siguientes secciones de este capítulo están dedicadas a los
procesos propiamente dichos para conectar conscientemente con el Yo
Superior en tu cuerpo. A medida que te acerques a la iluminación y
la ascensión, los aspectos iniciales de tu Yo Superior con los que
te conectes serán asimilados en tu cuerpo uno a uno hasta que
finalmente moren allí en un estado de fusión permanente.
En esos niveles la forma que veas tomar a tu Yo Superior irá
cambiando. Ello es debido al hecho de que te conectas cada vez con
el aspecto del Yo Superior inmediatamente superior al que ya has
asimilado en la conciencia y en el cuerpo. Finalmente,
experimentarás tu Yo Superior como una bola de luz, una estrella,
una espiral de luz u otra forma esencial que ya no tendrá apariencia
humana. Ello indicará que estás alcanzando zonas dimensionales
superiores de ti mismo.
Es sumamente recomendable incorporar las siguientes técnicas en tu
práctica espiritual diaria o al menos regularmente para acelerar y
estabilizar tu identidad como idéntica a tu esencia espiritual.
Encuentro y fusión con el Yo Superior
Como ya mencioné anteriormente, aunque el Yo Superior no posee en
última instancia forma humana, cuenta con aspectos en la quinta y
sexta dimensiones que parecen cuerpos humanos de luz. Primero,
establecerás contacto con la parte de tu Yo Superior cuyas vibración
y dimensión están más cerca de tu cuerpo.
En las ilustraciones 14a y 14b de las páginas siguientes, verás al
Yo Superior uniéndose a ti al conectar las palmas de sus manos con
las tuyas. Luego se conectan los chakras al conectarse la parte
anterior del cuerpo de tu Yo Superior con la parte posterior del
tuyo. En el primer estadio, mientras las palmas de las manos se
tocan, se establece un flujo de energía desde el Yo Superior hacia
tu cuerpo a través de las manos.
Mientras te llenas de energía se te
pedirá que preguntes a tu Yo Superior si tiene un nombre por el que
llamarlo o llamarla. El Yo Superior puede decidir por alguna razón
no darte su nombre. Eso puede pasar si el Yo Superior cree que un
nombre limitaría de alguna manera tu percepción; por ello si no te
diera un nombre también está bien.
Puede que te lo dé en otro momento o tal
vez no.
FIGURA 14a:
Las manos del Yo
Superior y del yo humano establecen contacto con el propósito de
intercambiar energía.
FIGURA 14b:
El Yo Superior se
coloca detrás del yo humano y le manda cordones de luz
desde cada uno de sus
chakras a la parte posterior de los chakras del cuerpo humano.
En el segundo estadio de meditación, cuando conectas la parte
posterior de los chakras con la parte anterior de los chakras del Yo
Superior, éste dejará el contacto de las manos y se colocará detrás
de ti. La razón es que la parte subconsciente de los chakras está
situada en la espalda directamente detrás de la parte consciente de
los chakras, que están delante. Por ejemplo, por delante el chakra
del corazón está situado en el centro del pecho, y por detrás entre
los omoplatos en el área de la cuarta a la séptima vértebra
torácica. En la meditación guiada que sigue se especifica la
ubicación de cada chakra subconsciente.
Cuando tu Yo Superior conecte con los siete chakras, sentirás un
suave chorro de energía al llegar desde atrás la forma de tu Yo
Superior, fusionándose plenamente con el cuerpo físico. Una vez
terminada la fusión, intercambiarás regalos con tu Yo Superior. A
continuación tendrás que dar a tu Yo Superior algo que te pida.
Si tu Yo Superior te pide el dolor de tu
corazón o la vergüenza de no ser lo bastante bueno, o cualquier otra
cosa que a ti te parezca muy pobre como regalo, date cuenta de que
cuando abandonas las limitaciones, alcanzas más intimidad y te
sientes más cerca de tu Yo Superior. Así que algo que tú consideres
negativo es un maravilloso regalo para tu Yo Superior, ya que lo que
más desea es una conexión más profunda y cariñosa contigo. También
se te puede pedir algo más simbólico, como un cristal, una flor, o
tu esperanza, por ejemplo. Sea lo que sea, has de saber que será lo
que más refuerce vuestra unión en ese momento.
Cuando ofrezcas a tu Yo Superior un regalo, el Yo Superior a su vez
te dará un regalo a ti. Tómate un tiempo para sentir el regalo
energéticamente. Si no estás seguro del sentido y objetivo del
regalo, pregunta. Después colocarás ese regalo dentro de tu aura o
de tu cuerpo, donde creas que es su sitio. Siempre estará ahí,
creando un lazo o unión entre los dos.
Ésta es la meditación para encontrarte y fusionarte con tu Yo
Superior:
-
Cierra los ojos y conéctate a la
tierra.
-
Retrae el aura o extiéndela
hasta los 60 a 90 centímetros alrededor del cuerpo en todas
las direcciones. Comprueba las rosas y los colores de los
límites, realizando los cambios precisos.
-
Pide a tu Yo Superior que venga,
se coloque delante de ti y te ayude a ver o sentir su forma
humana.
-
Cuando el Yo Superior se
encuentre delante de ti, extiende las manos con las palmas
hacia fuera e invita a tu Yo Superior a conectar contigo
palma con palma.
-
Permite que la energía de las
manos del Yo Superior entre en tu cuerpo por los brazos y
las manos y llene el corazón. Luego déjala inundar el
corazón y llenarte también el cuerpo. Esto tarda de dos a
tres minutos.
-
Cuando sientas la energía correr
a través de ti, pregunta al Yo Superior si responde a algún
nombre. Mantente a la escucha de la manera más relajada
posible. Si después de un minuto no te da un nombre, ve al
paso siguiente.
-
Corta la conexión de manos y
pide a tu Yo Superior que se coloque detrás para enlazar los
chakras.
-
Inspira a través del chakra de
la coronilla y pide a tu Yo Superior un cordón de luz desde
su coronilla hasta la tuya. Cuando sientas la conexión,
sigue adelante.
-
Inspira a través del centro de
la parte posterior de la cabeza y pide a tu Yo Superior un
cordón de luz desde su tercer ojo o sexto chakra hasta la
parte posterior de tu tercer ojo. Cuando sientas la
conexión, continúa con el siguiente paso.
-
Inspira a través de la parte
posterior del cuello y pide a tu Yo Superior que te envíe un
cordón de luz desde su chakra de la garganta hasta la parte
posterior de dicho chakra. Cuando sientas la conexión,
continúa.
-
Inspira a través de la parte
posterior de tu chakra del corazón entre los omoplatos y
pide a tu Yo Superior que mande un cordón de luz desde su
chakra del corazón o cuarto chakra hasta la parte posterior
de tu chakra del corazón. Cuando sientas la conexión,
continúa.
-
Inspira a través de la zona de
las costillas directamente opuesta al plexo solar y pide al
Yo Superior que mande un cordón de luz desde la parte
frontal de su plexo solar, o tercer chakra, hasta la parte
posterior de tu plexo solar. Cuando sientas la conexión,
continúa.
-
Inspira a través del sacro y
pide al Yo Superior que te mande un cordón de luz desde su
chakra sacro o segundo chakra hasta la parte posterior de tu
chakra sacro. Cuando se produzca la conexión, continúa.
-
Inspira a través de la rabadilla
y pide a tu Yo Superior que envíe un cordón de luz desde su
chakra de la raíz o primer chakra hasta tu chakra de la
raíz. Ahora siente el suave chorro u ola de energía
moviéndose por tu cuerpo desde detrás hacia delante. Es tu
Yo Superior fusionándose plenamente con tu cuerpo. Quizá te
sientas más abierto, ligero, pacífico, alegre, lleno de amor
o simplemente con una sensación general de bienestar.
Relájate en este espacio el tiempo que desees, antes de
avanzar al siguiente paso. Si hay alguna parte del cuerpo en
la que parezca no darse la fusión, respira en esa área y
relájala hasta que sientas el cambio de energía que se
produce cuando el Yo Superior es capaz de fusionarse contigo
en ese punto.
-
Pregunta a tu Yo Superior qué
regalo le gustaría recibir de ti. Luego, dáselo. Si deseas
una explicación sobre la trascendencia del regalo, pídesela
ahora.
-
A continuación extiende las
manos delante de ti y recibe un regalo de tu Yo Superior.
Sostén el regalo, sintiendo la energía y míralo. Si quieres
preguntar a tu Yo Superior qué significa el regalo, hazlo.
-
Cuando estés preparado, coloca
el regalo en tu cuerpo o tu aura, donde creas que sea su
sitio.
-
Pregunta al Yo Superior si tiene
algo que comunicarte en este momento. Permanece relajado y
receptivo, siente la conexión mientras esperas la respuesta.
Puede que recibas un mensaje o tal vez no.
-
Cuando sientas que ha terminado
di a tu Yo Superior que deseas estar permanentemente unido a
él. Pídele que te ayude de alguna manera en la consecución
de este objetivo. Dile que volverás a conectar pronto con él
y pídele que se mantenga unido a ti cuanto sea posible,
incluso cuando no estés meditando.
-
Sé consciente del aire de la
habitación que entra y sale por los orificios nasales. Luego
hazte poco a poco consciente de tu entorno físico y abre
despacio los ojos. Durante algunos momentos siente la
conexión energética con tu Yo Superior con los ojos abiertos
antes de volver a tu actividad diaria. Fíjate en lo centrado
y sereno que estás. Mantente presente en tu actividad al
pasar de un momento a otro para ayudarte a mantener la
conexión.
Alineamiento del Eje Divino con tu Yo
Superior
Esta técnica de meditación es la más importante en este libro en
relación con el Alineamiento del Eje Divino y la atracción
continuada de las energías de tu Yo Superior. Se recomienda realizar
la meditación diariamente al principio; puede tardar tan sólo cinco
minutos o el tiempo que desees.
En la ilustración 11 de la página 249 aparece una zona tubular de un
diámetro de cinco a seis centímetros que se extiende desde el
extremo superior del aura cruzando a través de la corona,
descendiendo y rodeando la columna, bajando entre las piernas al
extremo inferior del aura. Este «tubo de luz» es el eje divino
descrito anteriormente. También continúa por encima del aura a
través del centro de todos los aspectos de tu Yo Superior de la
quinta a la novena dimensiones. (Véase ilustración 15 en la página
siguiente.)
Es lo que te une con todos los aspectos
que contiene tu holograma personal. A través de este enlace pasa la
luz de dimensiones superiores que desciende por el «tubo de luz» de
tu cuerpo y aura y es la clave para atraer la conciencia superior al
cuerpo de forma permanente.
Cuando el alineamiento del Eje Divino se
combina con la apertura y el despejamiento del Ka divino y además
vives en integridad espiritual, estarás preparado para que tu Yo
Crístico descienda paso a paso hacia tu forma física - preparándose
para su ascensión en el momento debido.
15.
Alineamiento con el
Eje Divino, por medio del tubo de luz y el cordón plateado del Yo
Superior
y las dimensiones
superiores entrando en el aura y cuerpo humanos.
Las líneas continuas
sobre la zona superior de la cabeza humana representan el cordón
plateado.
El tubo de luz está
representado por el tubo estrecho que parte desde la porción del
aura bajo el cuerpo,
lo atraviesa, surge
de la parte superior del aura, atraviesa el Yo Superior y asciende
por las dimensiones superiores.
Atraer el Yo Superior hacia el cuerpo a
través de este tubo de luz es una experiencia gozosa y
revitalizadora para la mayor parte de las personas, aunque al
principio quizá te parezca muy leve. Si mantienes la atención y la
intención en el proceso mientras dure, reforzarás la efectividad de
la técnica de meditación. Una vez hayas alcanzado la conexión con el
Yo Superior, y las energías fluyan a lo largo del tubo de luz,
podrás relajarte y entrar en un estado de meditación más pasivo y
receptivo.
Antes de abrir el tubo de luz es importante la conexión con el
«cordón plateado» del Yo Superior y su posterior activación, como se
muestra en la ilustración 15. El cordón plateado tiene un diámetro
de quince a veinte centímetros y dibuja un círculo por encima de la
cabeza en la zona del nacimiento del pelo, sobre la frente. Cuando
anclas allí el cordón plateado, se cierra el primer paso del
Alineamiento del Eje Divino.
Esto se logra simplemente invocando a tu
Yo Superior, pidiendo que su cordón plateado se te una a la parte
superior de la cabeza a la vez que te comprometes a ser uno con tu
divinidad, o Presencia del Yo Soy, en el cuerpo. Levanta físicamente
los brazos por encima de la cabeza hasta donde alcancen con
naturalidad, y con las manos abiertas siente el cordón plateado que
tu Yo Superior te coloca en el aura.
Entonces sujetarás el cordón plateado
con las manos y ayudarás a tu Yo Superior a bajarlo despacio hacia
la parte superior de la cabeza hasta que lo sientas sólidamente
anclado y permanezca allí cuando retires las manos. Después de esto
abrirás el tubo de luz pidiendo a tu Yo Superior que lo llene con tu
propia luz y amor divinos. Inspira a través de la coronilla y espira
en sentido descendente por la espina dorsal hasta que salga por
entre las piernas para ayudar al Yo Superior a despejar y llenar el
tubo de luz.
A continuación sigue la meditación para lograr el Alineamiento del
Eje Divino.
-
Siéntate manteniendo la columna
lo más recta posible y sin cruzar los brazos, con el cuerpo
en posición cómoda. No importa que cruces las piernas si te
es más cómodo. Si no, siéntate en una silla donde puedas
apoyar la espalda.
-
Conéctate a la tierra.
-
Retrae el aura o extiéndela
hasta unos sesenta a noventa centímetros en todas
direcciones, incluso bajo los pies. Ajusta como quieras los
colores de los límites y las rosas.
-
Llama a los Emisarios
Pleyadianos de Luz y al Maestro Ascendido Jesucristo.
-
Pide a los pleyadianos y al
Cristo que te rodeen el extremo superior del aura con el
Cono de Luz Inter-dimensional para despejar y conseguir el
alineamiento divino.
-
Di a los pleyadianos y al
Cristo, que vas a traer el cordón plateado y a activar el
tubo de luz con tu Yo Superior. Pídeles ayuda por si
necesitas despejar el camino.
-
Eleva los brazos sobre la cabeza
e invoca a tu Yo Superior mientras declaras: «Pido a mi
amado Yo Superior que coloque el cordón plateado de luz en
mi aura. Estoy dispuesto a atraer plenamente mi divinidad
hacia este cuerpo, cultivar la relación entre el cuerpo y el
espíritu, a recibir iluminación y a prepararme ahora para la
ascensión. Deseo trabajar contigo, amado Yo Superior, para
que la unión del cordón plateado con mi cuerpo sea
permanente». Por supuesto, puedes usar tus propias palabras;
utiliza esta declaración ya preparada como guía o
invocación, según lo prefieras.
-
Cuando sientas que la energía
del cordón plateado te toca las manos que mantienes por
encima de la cabeza, rodea con ellas el cordón de luz y
suavemente tira de él llevándolo hacia la cabeza. Mantenlo
allí hasta que lo sientas firmemente anclado y no se mueva
cuando retires las manos. Respira profundamente para
facilitar el proceso.
-
Una vez conectado el cordón de
plata, pide a tu Yo Superior que llene el tubo de luz con tu
propia luz y amor divinos desde el extremo superior del
aura, atravesando el cuerpo y saliendo por el extremo
inferior del aura. Inspira por la coronilla para absorber la
luz y el amor de tu Yo Superior a través del tubo. Cuando
espires empuja el aliento suavemente para que descienda por
la columna y salga por entre las piernas hasta el extremo
del tubo de luz. Continúa con esta pauta respiratoria,
visualización e intención hasta que sientas, veas o percibas
que el tubo de luz se llena de luz completamente hasta el
extremo inferior del aura. Probablemente tardarás unos
minutos. Junta las yemas de los dedos pulgar y corazón, con
las palmas hacia arriba y las manos sobre el regazo para que
se puedan anclar las energías en el interior del tubo de
luz. Esta posición de manos es un mudra. (Véase Glosario.)
-
Di a tu Yo Superior que continúe
llenando el tubo de luz y te ayude a mantener el
alineamiento del eje divino en todo momento y sobre todo a
mantener la energía fluyendo el tiempo que dure la
meditación.
-
Quédate meditando el tiempo que
desees pero, si es la primera vez que realizas esta
meditación, que sea por lo menos diez minutos.
-
Di a tu Yo Superior cuándo
piensas repetir la meditación y pídele que mantenga al
máximo la conexión hasta entonces.
-
Abre los ojos despacio,
manteniendo la conexión con el Yo Superior a medida que
recuperas la conciencia normal de vigilia.
Después de practicar unas cuantas veces
el Alineamiento del Eje Divino, puedes pedir a tu Yo Superior que
haga fluir su energía y su luz por el exterior del tubo hacia uno o
todos los chakras. Esto no sustituye al flujo de energía cósmica
dorada a través de los canales y chakras del cuerpo.
Este proceso sana y despeja más
profundamente que la meditación con el Yo Superior. Cuando la
energía del Yo Superior fluye a través del cuerpo y de los chakras,
activa cierto despejamiento, pero su función primordial es la de
traer el Yo Superior a tu cuerpo y ayudarte gradualmente a llegar a
un estado de identificación con tu propia divinidad, en lugar de con
la personalidad basada en el ego.
El flujo de la energía de tu Yo Superior
dentro y a través de los chakras acelera este proceso alineando y
generando afinidad entre los chakras y tu objetivo superior, así
como elevando la frecuencia vibratoria.
Esta meditación tampoco pretende reemplazar la primera meditación en
la que tú y tu Yo Superior unís los chakras y os fusionáis el uno en
el otro. Esa primera meditación genera una mayor intimidad y unión
con tu Yo Superior, mientras que la segunda meditación sirve
específicamente para ponerte en alineamiento con el eje divino
dentro de tu holograma. Tú debes decidir qué meditación necesitas en
cada momento aunque, como ya he mencionado, se recomienda que
realices diariamente el Alineamiento del Eje Divino siempre que te
sea posible.
Esto acelera el proceso de alineamiento
vertical de tu eje divino en todo momento. Cuando llegue el instante
en que el cordón de plata esté ya colocado al empezar la meditación,
ve directamente a la parte relacionada con el tubo de luz. Al final,
el cordón de plata y el tubo de luz estarán permanentemente
activados, fluyendo en tu cuerpo y aura.
Haz que esta técnica de meditación sea lo más personal e íntima
posible. Es fácil caer en una meditación mecánica y no reparar en
las cualidades más profundas de conexión espiritual que intenta
atraer. Esta técnica sin intimidad es como una relación sin amor.
Enriquecerás la relación con tu Yo Superior tanto como el Yo
Superior enriquecerá la suya contigo.
Llegará el momento en que tus distintas
conciencias se fusionen y sean una de nuevo.
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