PRIMERA PARTE
por Preston B. Nichols
1 - LOS
OVNI: UNA HISTORIA GENERAL
Los Objetos Volantes No
Identificados (OVNI) han estado presentes, bajo diferentes
formas, desde el alba de la humanidad. Existen menciones de
misteriosos artefactos voladores tanto en antiguos manuscritos
sánscritos como en la Biblia. Está el carro de fuego de Ezequiel
en el Antiguo Testamento y existen numerosas descripciones
similares en la literatura antigua, por si desea buscarlas. No
son nada nuevo en la historia de la humanidad, pero la
comprensión de su naturaleza exacta es algo que ciertamente hay
que mejorar. Ésta es la intención del presente libro.
La ufología moderna empieza, en un sentido popular, en 1947, con
los avistamientos de Kenneth Arnold en el noroeste de Estados
Unidos y la colisión de Roswell, Nuevo Méjico. Este segundo
incidente está particularmente bien documentado y ha sido
mencionado en diferentes libros y en una película de la
televisión por cable. Aunque estos acontecimientos fueron
comentados por la prensa general, los avistamientos anteriores
no fueron tan conocidos. En este sentido, la moderna ufología
empezó como mínimo en los años treinta. El avistamiento más
temprano del que personalmente he sido informado data de 1936.
Por esas fechas -no es coincidencia cuando los militares estaban
llevando a cabo sus primeros experimentos con el radar. Por vez
primera podían observar un objeto no identificado en el cielo y
ver, mirando a la pantalla del radar, que tenía corporeidad y
que no erade naturaleza ilusoria. Ésta fue la primera prueba
científica sólida. En esa época a los OVNI se les llamaba
«desconocidos voladores», pero por alguna razón la abreviatura
D.V no cuajó.
Los rumores sobre colisiones OVNI contemporáneas empezaron
aproximadamente en 1936 y siguieron durante toda la Segunda
Guerra Mundial, hasta el primer choque documentado que tuvo
lugar en Roswell en 1947. Desde esa fecha, las colisiones
empezaron a ocurrir a un ritmo de aproximadamente una cada tres
o cuatro meses. Es por este motivo que las Fuerzas Aéreas
iniciaron el proyecto Libro Azul, que constaba como mínimo de
dos niveles. La primera prioridad era que las Fuerzas Aéreas
buscaran y descubrieran todo tipo de informaciones relativas a
avistamientos y colisiones OVNI. Esta parte llevaba el título de
«datos para la inteligencia militar». Concernía básicamente a la
seguridad de la nación. La segunda prioridad era ocultar la
información y mantenerla alejada de las manos de potenciales
enemigos. Eso también significaba mantenerla lejos del público
en general.
Además de mantener la información fuera del ojo público por
razones de seguridad nacional, existía otra preocupación de tipo
psicológico. Los militares pensaron que podía desencadenarse un
pánico nacional que podía haber tenido consecuencias
desconocidas y posiblemente catastróficas. La retransmisión
radiofónica del año 1939 de La guerra de los mundos había
demostrado que las masas podían reaccionar muy mal ante la
noticia de que los alienígenas habían llegado al planeta Tierra.
En ese caso concreto, algunas personas empezaron a levantar
barricadas por todo el estado de Nueva Jersey, otras salieron
huyendo y otras simplemente se vieron presas del pánico cuando
la radio, en una retransmisión de la famosa novela de H.G. Wells,
anunciaba que los marcianos habían aterrizado. No se trataba de
una broma por parte de la emisora ni de Orson Welles, el
narrador de la historia. La emisión había sido perfectamente
anunciada con anterioridad, como la lectura de una famosa
novela.
Existe una implicación antropológica todavía más profunda de por
qué el gobierno está tan preocupado por el tema OVNI y es tan
quisquilloso con él. Si usted habla con alguien normal de la
calle y le pregunta dónde está Dios, muchos apuntarán hacia el
cielo y dirán «Dios está ahí arriba». Si de repente llegara una
cultura muy avance da en una nave espacial, es más que probable
que grandes grupos d población empezaran a adorar a los seres de
las naves espaciales como si fueran ángeles y creerían que son
los embajadores de Dios.
Con todas las diferentes sectas religiosas que se podrían formar
alrededor de esos seres de las estrellas, el gobierno perdería
el control. En resumidas cuentas, lo que puede que empezara como
una postura política prudente y válida acabó en un tema de
control. Muchas personas afirmarían que ya desde un buen
principio se trató de un tema de control. Sea como sea, las
autoridades elegidas por el pueblo no hicieron pública la
información, eso suponiendo que ellas a su vez hubieran sido
informadas. Así pues, la información sobre el tema OVNI quedó
exclusivamente reservada a una poderosa élite. Aunque es posible
que esta élite de poder tuviera varios motivos para mantener las
cosas en secreto, es obvio que han existido filtraciones y que
se han hecho circular informaciones distorsionadas para mantener
al público confuso y manipulado.
Mi información proviene de mis
propias experiencias. Soy ingeniero de profesión y entiendo
todos los aspectos del radar. He conocido personas que han
desarrollado su carrera dentro de la industria y que han oído
incontables historias. Algunos de los relatos que han llegado
hasta mí podrían ser filtraciones y otros simplemente
información adquirida por deducción lógica. Éste es el telón de
fondo frente al cual situaré mi exposición. Empezaré por
contarles mis propias experiencias personales con los OVNI,
empezando por la infancia.
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2 - ENCUENTROS CON
LOS OVNI
Mi primera experiencia paranormal
tuvo lugar cuando tenía cinco o seis años. En una ocasión me
desperté y vi lo que yo creí que era el rostro de Dios mirándome
desde la puerta. Estaba claro que no era la cara de mi padre ni
de mi madre. Tenía la piel de un color muy claro y estaba
rodeado por un largo cabello blanco. Aunque me encontré con ese
rostro muchas veces, no recuerdo ninguna otra experiencia
inusual hasta la adolescencia. Todavía no sé si la cara que veía
estaba directamente relacionada con mi ulterior relación con los
OVNI.
Fue en 1961 o en 1962, a la edad de quince o dieciséis años,
cuando vi mi primer OVNI. Justo antes de esa época, mis padres
me habían construido un pequeño cobertizo rojo en el extremo de
nuestro patio posterior. Yo estaba loco por la electrónica y
ellos querían que tanto yo como mis juguetes saliéramos del
interior de la casa. Decían que mientras llevaba a cabo mis
experimentos hacía los ruidos mas espeluznantes que jamás habían
oído. Naturalmente, en esa época todavía no había aprendido a
instalar correctamente el retroalimentador negativo de un
amplificador de sonido. Si esto se hace mal, salen gritos y
lamentos que parecen los de un alma en pena. Tardé cierto tiempo
en saber por qué. Resultó que todo lo que hacía falta para
anular los alaridos era invertir los conductores de las
terminales de salida de los transformadores, pero hasta que lo
descubrí puede que el amplificador estuviera emitiendo chillidos
durante una semana. Mediante la construcción del cobertizo, mis
padres me permitían continuar con mi afición y al mismo tiempo
se aseguraban de que estuviera lo más lejos posible de la casa.
En poco tiempo tuve la cabaña llena de receptores de radio y un
par de viejos televisores. Incluso conseguí cierto equipo de
pruebas que parecía sacado del laboratorio de Marconi. Como yo
tenía más material de pruebas que todos mis compañeros de clase
juntos, supongo que, como estudiante de instituto, lo estaba
pasando todo lo bien que podía.
Una noche en que estaba haciendo chapuzas en mi laboratorio, no
lograba que los transmisores de radio conectaran con otra cosa
que no fuera un extraño zumbido. Seguía apareciendo por los
transmisores. De repente, se fue la electricidad y las luces se
apagaron. Salí fuera y observé un objeto refulgente en forma de
disco que flotaba en el patio a unos 60 metros del suelo.
Calculé que el ancho sería de unos 15 metros y la altura quizá
de seis. El color era un blanco brillante. De forma repentina,
el disco pasó encima de mi cabeza y se marchó. Subió en vertical
y después realizó algunas maniobras imposibles antes de ascender
de nuevo en línea recta. También me di cuenta de que mi casa y
las de toda la vecindad se habían quedado a oscuras. Al cabo de
un rato volvió la electricidad.
Lo siguiente que observé fue a mi madre saliendo a toda prisa de
la casa. Estaba muy excitada y dijo:
«¿Viste eso? ¿Viste eso?»
• Sí, mamá, claro que lo vi
-respondí.
• ¿Sabes lo que era? -dijo.
• No lo sé. Me pareció un platillo volante.
Ella me dijo que, fuera lo que
fuera, había hecho que el televisor dejara de funcionar.
Entonces le comenté que las radios de mi taller también lo
habían hecho.
Esta experiencia en particular fue mi primer «encuentro en la
primera fase». Éste es un término popular dentro del mundo de la
ufología que se refiere al avistamiento de un OVNI. Un
«encuentro en la segunda fase» es cuando se ve al OVNI aterrizar
en una vecindad inmediata. El «encuentro en la tercera fase» es
cuando o bien la persona es llevada a bordo o entra en
comunicación con los alienígenas. A veces las experiencias de
abducción se denominan «encuentros en la cuarta fase». Ese
avistamiento de un OVNI en el patio de mi casa resultó ser el
primero de muchos.
Aproximadamente por esa época (primeros años de la década de los
sesenta) se dieron muchos avistamientos por la zona de Islip, la
ciudad de Long Island donde crecí y todavía sigo viviendo. Un
día, recuerdo que fue en 1964, me encontraba con un grupo de
chicos del instituto. De repente, la escuela empezó a vaciarse y
todos los estudiantes corrieron hacia fuera. Sobre el campo de
béisbol de detrás de la escuela había un aparato en forma de
boomerang que realizaba algún tipo de maniobras aéreas. Era muy
extraño y parecía medir solamente unos 120 centímetros de
diámetro. Todavía no estoy seguro de lo que era, pero de súbito
desapareció. Ése fue mi segundo encuentro con un OVNI.
Ocurrían avistamientos con relativa frecuencia cuando empecé mis
estudios en el Suffolk Community College de Selden. De hecho,
numerosos estudiantes de todo el campus fueron testigos de
avistamientos. Como yo formaba parte del departamento de
tecnología eléctrica y poseía un conocimiento considerable de
radio, decidí hacerlos un poco más interesantes instalando todo
tipo de analizadores de espectro, receptores de radio y cámaras.
El experimento salió bien. Una noche llegamos a filmar unos OVNI
en el cielo. Eran imágenes muy claras y todos aquellos que se
quedaron conmigo hasta tarde por la noche pudieron observar
personalmente los avistamientos. Todo ese material podía ser
considerado como una actividad extra del currículo escolar y por
ello no estaba sometido a ningún tipo de medida de seguridad.
Es por eso que, cuando llegué a la mañana siguiente para recoger
lo grabado, me decepcionó ver que habían sacado todas las
películas de las cámaras. Resultó que alguien de la universidad
había informado sobre nuestras actividades. La consecuencia fue
que empezamos a ser vigilados por algún tipo de autoridad
gubernamental. Justo cuando habíamos encontrado el filón, ellos
actuaron rápidamente y nos confiscaron las pruebas. A pesar de
las dificultades con nuestros intentos de filmación, progresé en
otros aspectos. Esa temporada en la universidad fue la primera
vez que tuve oportunidad de analizar las ondas electromagnéticas
o señales de identificación que generan estos objetos en forma
de platillo. Lo que aprendí de esa investigación fue cómo
reconocer los OVNI.
Estos aparatos producen una interferencia. muy clara en las
radios de onda corta y también en las bandas de frecuencia VHF y
UHF Los dibujos del espectro normalmente tenían forma de
montaña. Aprendí a reconocerlos principalmente por el sonido que
se escucha por los altavoces cuando están situados en el punto
de captación AM, cuando el control automático de volumen está
apagado. En esas condiciones suenan como un murmullo, un zumbido
o un pitido. También existen ciertos patrones en el ruido de
fondo que se pueden captar. Conseguí llegar a detectarlos
bastante bien y ahora lo hago básicamente escuchando a través de
auriculares.
Todo esto resultaba muy interesante pero era estrictamente un
trabajo extracurricular con respecto a mis tareas del curso. A
medida que los acontecimientos fueron avanzando, terminé
ocupándome de otros temas y cuestiones. El más destacado fue un
proyecto antigravedad bastante inusual que acabó en fracaso
comercial y fue abandonado después de que me presionaran para
que lo dejara. Entre unas cosas y otras, no fue hasta
aproximadamente 1974 cuando tuve otro encuentro espectacular con
un OVNI.
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3 - A BORDO DE UN
OVNI
Durante la mayor parte de la década
de los setenta estuve trabajando para un importante contratista
de defensa de Long Island. Fue en 1974 ó 1975 cuando mi jefe me
dijo que había sido seleccionado para formar parte de un grupo
especial que analizaría cierta tecnología extranjera localizada
en una base no especificada de las Fuerzas Aéreas
estadounidenses. Supuse que lo que íbamos a examinar era algún
tipo de tecnología rusa o china y comenté que me encantaría
unirme al grupo.
Entonces simplemente me dijo que la
tarea no era voluntaria tenía que ir.
Fuimos seis los que subimos al avión que despegó del aeropuerto
Republic Field de Long Island. Volamos durante un rato y después
aterrizamos. Mirando desde el aire, calculé que nos dirigíamos a
Ohio. Así que tocamos suelo y antes de que pudiéramos
desembarcar, el piloto avanzó por la pista e inmediatamente
entró en un hangar. Entonces nos llevaron directamente del avión
a la parte trasera de una furgoneta sin ventanas.
Después de viajar durante dos o tres
horas, no teníamos ni idea de dónde podíamos estar. Finalmente
la furgoneta se detuvo y se abrieron las puertas traseras.
Salimos a algún tipo de hangar subterráneo que se encontraba
totalmente vacío. No había viento ni ningún tipo de
característica que pudiera describir el lugar, sólo puertas que
se abrían y cerraban. Desde una apertura se podía ver un
pasillo. Nos llevaron por ese pasillo hasta un control de
seguridad, donde nos dieron una charla informativa sobre el
tema.
Ya he mencionado que en total formábamos un grupo de seis
personas. Uno de ellos era mi jefe, pero ni él ni ninguno de los
demás recuerda gran cosa de lo que pasó. La charla corrió a
cargo de unos empleados de las Fuerzas Aéreas, fácilmente
reconocibles por sus uniformes. Mi jefe entabló algunos diálogos
bastante extensos con ellos. Finalmente, después de ser
informados sobre varios factores de seguridad, nos llevaron a
otro hangar, donde vimos un OVNI con forma de disco.
Yo miré a uno de los empleados de las Fuerzas Aéreas y le dije:
¡Eh!, eso es un OVNI.»
El piloto dijo: «A callar. Se supone que no debemos decir cosas
como ésta. Es un aparato extranjero.»
Entonces nos dijo que nos encontrábamos en el Grupo de
Tecnología Aérea Extranjera. Por supuesto se trataba de una m uy
sagaz utilización del lenguaje. A continuación los empleados de
las Fuerzas Aéreas que representaban al Grupo de Tecnología
Aérea Extranjera procedieron a ofrecernos una visita guiada del
OVNI.
Desde fuera, el aparato era plateado y tenía el aspecto del
típico platillo volante en forma de disco. Parecía tener unos 15
metros de diámetro y 6 metros de alto. También tenía una cúpula
de quizá unos 4,5 metros de ancho. Toda la nave descansaba sobre
tres patas que salían de la parte inferior. Había una rampa que
ascendía desde el suelo hasta una puerta situada en el borde del
artefacto.
El aspecto más sorprendente de este platillo volante se hizo
patente cuando subí a bordo. Por dentro era absolutamente
enorme. La nave sólo medía unos 15 metros de diámetro, y s in
embargo caminamos en una dirección durante lo que me parecieron
unos diez minutos. El espacio era de literalmente cientos o
miles de pies. En aquel momento no lo supe explicar. Con los
conocimientos que ahora poseo, está claro que penetramos en una
realidad artificial cuando entramos en la nave. Este es un
aspecto clave para la construcción de un OVNI y su capacidad de
viajar de un lugar a otro. Más adelante hablaré sobre ello.
Aunque he dicho que caminábamos por una realidad artificial, era
algo tan real como la habitación en la que usted esta sentado
ahora mismo. El siguiente punto de interés que observé es que no
se podía ver ningún tipo de control. Ni botones, ni palancas, ni
mandos. Mientras caminábamos por el pasillo de compartimiento en
compartimiento, las luces se encendían justo antes de que
entraramos. Miré hacia atrás y vi que las luces se apagaban
cuando nosotros salíamos de una zona. La iluminación estaba muy
bien controlada. Mientras seguíamos inspeccionando el aparato,
uno de los empleados de las Fuerzas Aéreas nos informó de que el
platillo originalmente había tenido una atmósfera extraña, pero
que había sido «retroequipado» para que ésta fuera compatible
con los seres humanos.
Finalmente llegamos a un compartimiento que. identificamos como
la sala de control. La parte más destacada de esta zona eran
tres butacas colocadas en la parte frontal. Cuando digo butacas
quiero decir exactamente eso. Estaban diseñadas para poder
reclinarse cómodamente. En la parte trasera había un conjunto de
asientos más pequeños. Nuestro grupo fue informado entonces de
que las butacas contenían todo tipo de bobinas, cables y otros
objetos. Resultaba evidente que cuando una persona o entidad se
encontrara reclinada en la butaca, ésta podría captar los
pensamientos directamente de su mente. Los lectores de The
Montauk Project: Experiments in Time observarán que esta
tecnología resulta increíblemente similar a la de la así llamada
Silla de Montauk.
En las paredes, frente a las butacas, había cuatro pantallas de
observación. Éstas estaban también conectadas con los procesos
mentales del operador. Sentado en la silla, uno podía solicitar
ver diferentes mapas, cartas estelares o fotografías del
exterior del aparato. Sólo con pensarlo, uno podía observar lo
que había fuera del aparato, en cualquier dirección.
Detrás de las pantallas de observación había otra pequeña sala
que contenía una gran cantidad de cristales de roca. Éstos,
conectados en varios puntos por cables, estaban rodeados por
unas bobinas en espiral. Las paredes de esta sala no eran más
que pantallas de observación. No existían ventanas, ni aquí ni
en ningún otro lugar del aparato.
Entonces nos subieron a un nivel superior al del área de
control. Aquí se encontraban las habitaciones de la tripulación.
Además de las instalaciones habituales, este nivel contenía
laboratorios y una amplia instalación médica. Los laboratorios
contenían mesas de gran tamaño, posiblemente para la
experimentación con seres humanos.
Bajo la sala de control, en la parte inferior del platillo,
había una habitación enorme llena de diferentes agrupaciones de
cristales, todos interconectados por cables.
Ni yo ni mis colegas pudimos reconocer nada de la habitación,
excepto que la instalación eléctrica estaba muy bien hecha.
Parecía consistir básicamente en oro, plata y platino. Nos
dijeron que no había gran cosa de cobre.
Saliendo de esta amplia «sala de cristales» había cuatro
habitaciones más pequeñas que conectaban con cuatro cápsulas
semicirculares situadas debajo del centro de la nave. Cada una
de estas cápsulas contenía un surtido de lo que parecían ser
antenas. La sección inferior del platillo quedaba aislada del
resto de la nave y estaba rodeada por una enorme bobina. Esta
bobina en realidad consistía en un montón de vueltas de alambre
grueso y se parecía a un neutralizador magnético de los que se
utilizan en los televisores. La enorme bobina estaba conectada
con el conjunto de cristales de la sala central, que parecían
ser el núcleo central de energía. Así es cómo estaba básicamente
construida la nave.
Por la tecnología que pude observar, quedaba claro que la
propulsión del aparato estaba basada en principios
electromagnéticos. Las cuatro cápsulas contenían antenas que
generaban un campo eléctrico. El campo magnético lo aportaba la
bobina eléctrica antes citada. Más adelante daré una descripción
más detallada.
Como parte de nuestra investigación,
activamos las bobinas del platillo y colocamos voltímetros en
los cables para poder medir los diferentes voltajes. También
observamos corrientes alternas, varias formas de ondas y
diferentes frecuencias. Se hizo levitar el aparato entre 3 y 6
metros sobre el suelo del hangar para que pudiéramos llevar a
cabo otros experimentos y pruebas. Habían instalado todo tipo de
antenas y equipo electrónico muy sofisticado; algunas piezas
eran únicas. Nunca las había visto antes ni las he vuelto a ver
después, excepto en esa ocasión. Había algunos analizadores de
señales, de espectro y computadoras muy avanzadas.
Basándome en mis primeras observaciones y en las teorías
propuestas por nuestro grupo, tenía que existir algún tipo de
sistema técnico de manipulación de la realidad. Si definimos la
realidad como un sistema de percepción pactado y una interacción
que se atiene a ciertas reglas, la manipulación de la realidad
se refiere a alteraciones de ese sistema. O, lo que es más
importante, a crear un sistema diferente que pueda actuar de
interfaz con el sistema original de realidad.
Sé que si yo estuviera construyendo una nave espacial no querría
depender de una nave que mantiene artificialmente (mediante una
máquina) un espacio enorme dentro de un aparato pequeño. Si las
maquinas fallaran, todo se encogería y quizá desaparecería.
Sería una pesadilla. Si fuera yo quien la construyera, querría
un sistema pasivo. No habría electricidad ni fuerza. Teniendo en
cuenta la forma física de la estructura del aparato que había
examinado, estaba claro que tenían que haber creado una realidad
alternativa en su interior. El cómo realizarlo ya es otro tema y
mas adelante hablaré de ello.
Después de trabajar con mi equipo de ingenieros, llegué a la
conclusión de que había un único sistema tras los controles que
utilizaba las tres butacas para captar órdenes de los seres
sentados en ellas. El conjunto de cristales detrás de la sala de
control era una computadora. En cuanto a la mayor agrupación de
cristales de la planta inferior, junto con los despliegues de
antenas, todo ello dentro de una bobina que rodeaba la base, lo
definí como un generador de realidad espacio-temporal. Era un
sistema autónomo y al parecer una instalación sencilla.
Tras regresar a mi trabajo en Long Island, mis compañeros no
hicieron mención alguna a la visita al platillo volante. Se
trataba de un asunto confidencial y no debíamos hablar sobre el
mismo.
Cuando finalmente les pregunté, no se acordaban. Al mismo
tiempo, yo tenía mis propios problemas de memoria. Estaba
viviendo una vida soterrada de la que no tuve conocimiento
completo hasta años después. Fue en esa «otra» vida donde pude
ser testigo de otro OVNI. Ello ocurrió en las instalaciones
subterráneas de Montauk. En mi vida soterrada, estaba trabajando
tanto en los laboratorios Brookhaven como en el proyecto Montauk
y vi ese aparato durante un encargo de trabajo. Ese platillo era
de forma más ovalada que el de Wright-Patterson que ya he
descrito. Tenía las mismas pantallas de observación y butacas,
pero también mandos y botones, además de varios sistemas
operativos.
Para ese proyecto yo no
estaba encargado de una
manipulación inversa, sino que únicamente me habían pedido que
ayudara a desmontar los
diferentes sistemas, así como la propia nave. El aparato se
podía desmontar por secciones, que es
algo parecido a las informaciones que han circulado sobre las
naves de los alienígenas grises. En
los dos platillos que pude observar de cerca, el casco parecía
formar una unidad completa.
Mientras desmontábamos el aparato de Montauk me pareció ver un
sistema de control, otro de
ordenadores y algún tipo de propulsión, pero nunca pude
descubrir exactamente de qué se trataba.
También había algún tipo de sala de radio. Es evidente que este
aparato no funcionaba con un
único sistema de manejo correlativo como el que he descrito
anteriormente. Este platillo nunca fue
activado, pero no estoy seguro de por qué. Quizá no podían
hacerlo funcionar o no sabían cómo
hacerlo.
Para mí está claro, por lo que he podido experimentar
personalmente, que el OVNI de
WrightPatterson era la forma más avanzada disponible y podríamos
considerarlo como el Cadillac
de los platillos volantes. La única cosa más avanzada sería un
vehículo puramente espiritual.
Profundizaré en los aspectos técnicos de este vanguardista
platillo volante, pero antes relataré mi
siguiente encuentro personal con un OVNI.
9
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4 -
TORPEDERO DE OVNI
El siguiente encuentro tuvo lugar en
1989, poco antes de que me despidieran de mi empleo en la BJM
Company. La BJM había sido contratada por el gobierno para que
construyera un transmisor UHF especial, pero lo había hecho
bastante mal. Lo habían construido con tecnología punta, muy
moderna, pero que simplemente no funcionaba. Como yo tenía
cierta fama de entender de tecnología para proyectos «raros»,
decidieron pasarme a mí el encargo.
Después de recibir la petición, inmediatamente cogí el teléfono
y hablé con el cliente, que me dijo que necesitaba un transmisor
modulado por ondas que transmitiera a una frecuencia específica.
La información sobre la frecuencia exacta sigue siendo materia
reservada. Le dije que lo que necesitaba era un transmisor de
válvula, no una configuración de estado sólido. Después de la
conversación, me dirigí al almacén de la BJM y cogí un viejo
transmisor de aeropuerto que emitiría unos 500 vatios de FR
(frecuencia de radio) en la banda de UHF Le saqué el polvo, lo
arreglé y conseguí que funcionara según las especificaciones del
cliente. Tenía la frecuencia modulada y alcanzaba la banda
superior de la UHF. Después de terminarlo, cogimos una pequeña
antena helicoidal y lo montamos sobre un trípode.
Al cabo de poco tiempo me dijeron que cogiera el transmisor y lo
llevara a Fort Meade. Firme la hoja de salida, lo coloque en la
parte trasera de mi Dodge Caravan y emprendí el viaje de cinco
horas hasta Maryland. Al llegar a Fort Meade, me sorprendió la
escasa vigilancia que había. Después de identificarme,
simplemente dijeron que ya sabían quién era y que podía pasar al
hangar 6ª, llegaron dos empleados del gobierno. Me dijeron que
instalara el equipo y que esperara.
Uno de ellos llevaba un transmisor portátil. Se puso en
comunicación con alguien y empezó a hablarle al aparato.
• Estamos listos -dijo.
Adivinen qué es lo que vi entonces.
Un pequeño platillo volante se
acercó hasta que estuvo situado justo delante de nosotros. En
cuanto llegó allí, empezó a dar vueltas. Después de que me lo
pidieran, conecté el transmisor que había traído conmigo y el
platillo de repente empezó a desestabilizarse. Empezó a
tambalearse y a emitir extraños ruidos.
Uno de los hombres dijo entonces: «Apáguelo. Funciona.»
Entonces me dijeron que volviera a llevar el transmisor a la
planta de la BJM y que lo dejara allí. Volví y se lo comenté a
mi jefe. Me dijo que de momento lo podía dejar en la parte de
atrás de mi banco de trabajo.
Aproximadamente unos dos meses después de mi viaje a Mary land,
me seguían llegando informaciones de que el grupo receptor de
satélites de la BJM estaba trabajando en algún nuevo equipo.
Según los informes que iba recibiendo, estaban localizando OVNI
vía satélite. Lo que en realidad estaban haciendo era captar
señales de satélites que habían sido encargados de seguir a los
aparatos según su señal electromagnética. Este trabajo se
originó en una época en que la administración Reagan había
aportado un gran presupuesto para la Iniciativa de Defensa
Estratégica, más popularmente conocida como «Guerra de las
Galaxias».
En esa época concreta, que yo recuerdo fue el 25 de septiembre
de 1989, me ordenaron que me llevara de nuevo el transmisor y
que lo dejara en mi casa. Por si algo salía mal, me informaron
de que el equipo estaba cubierto por la póliza de seguros de la
compañía. A las nueve de esa misma noche, recibí una llamada
diciéndome que llevara el transmisor al extremo sur de la
autopista William Floyd, a las diez. Habría alguien esperándome
al final de la autopista que me daría más instrucciones. Sobre
las nueve y media aparecieron en mí casa dos auxiliares de la
compañía y me dijeron que tenían que acompañarme a la autopista.
Nos subimos todos a mi furgoneta y salinos Al llegar a nuestro
destino, vimos una barrera policial. Me acerqué y les dije que
transportaba equipo de la BJM y que me habían dicho que tenía
que llevarlo a ese lugar. Los policías me dijeron que me estaban
esperando. Me pidieron que me dirigiera hacia la izquierda y que
preguntara a los tipos que había en el extremo del aparcamiento.
Así lo hice y vi que algunos de ellos llevaban trajes de faena
del ejército. Otros iban de paisano o llevaban traje. Entonces
me presentaron a un hombre que me pidió que colocara el aparato
en la parte trasera de un jeep. Mis compañeros y yo lo pusimos
en el vehículo y nos condujeron hasta las dunas de arena de
Smith Point, situadas dentro del recinto del parque Smith Point.
Cuando el jeep se detuvo, nos mostraron una mesa que ya habían
preparado para nosotros. A la izquierda de la mesa, en dirección
al agua, había una furgoneta grande con una antena de radar
giratorio encima. A la derecha de la mesa había una gran
parabólica con alguna cosa grande dentro, parecida a un
refrigerador. Normalmente es allí donde iría colocada la
estructura de la antena. En dirección al agua y justo delante de
nosotros había un generador de 400 hertzios que estaba conectado
y emitía zumbidos.
Cuando puse el transmisor sobre la
mesa, uno de los hombres que nos estaba esperando indicó la
modulación, la potencia y los cables de FR (frecuencia de
radio). Nos dijo que lo ensambláramos y así lo hicimos. Después
de ello, nos pidió que comprobáramos que todo funcionaba.
Verifiqué todo el sistema y todo estaba en orden. Entonces cogió
su transmisor portátil y llamó a alguien. A continuación alguien
asomó por la parte trasera de la furgoneta y exclamó:
«Conectadlo. Estamos listos para la prueba.»
Cuando conecté el transmisor, el centro de la gran parabólica
emitió un tipo de fulgor azulado. Salía del objeto que parecía
un refrigerador. Todos pudimos ver un cierto destello azul que
salía de la parabólica y enfocaba hacia el cielo. Entonces el
hombre que había dicho lo de la prueba gritó que todo estaba
correcto. Nos pidieron que nos quedáramos allí y esperáramos.
Creo que esta prueba ocurrió aproximadamente a las 10,30 de la
noche. Entonces, sobre las 11 o las 11,15, oímos un ruido de
helicópteros en la distancia. Se dirigían hacia la bahía de
Moriches desde el norte. De repente, los helicópteros empezaron
a girar en círc ulos en un Punto determinado del cielo. Se
podían ver un par de potentes luces dentro de la zona que los
helicópteros estaban rodeando. Las luces, junto con los
helicópteros, se desplazaron hacia el sur sobre la bahía de
Moriches. Cuando llegaron exactamente al lugar donde estábamos
nosotros, el equipo que había a mi lado encendió unos focos muy
potentes y vimos un OVNI enorme en forma de cuña. Era triangular
y parecía medir como mínimo 90 m de ancho. Siguió moviéndose en
dirección sur hasta que alcanzó la costa. Entonces dio un giro
de 180 grados y volvió hacia el norte. Para cuando llegó a estar
sobre el agua de la bahía, la maquinaria que me rodeaba empezó a
zumbar y a emitir sonidos. Lo siguiente que vi fue que el OVNI
se tambaleaba. Emitió unos extraños ruidos, como quejidos, y
después cayó. Hubo una gran salpicadura y se oyó un golpe sordo.
Inmediatamente después de que el OVNI cayera, el hombre de la
furgoneta gritó diciendo que la operación había terminado. Un
hombre que había a mi lado me ordenó que desconectara el
transmisor y lo metiera en el jeep. Querían que abandonáramos la
zona lo antes posible y nos dijeron que no nos entretuviéramos.
Mis compañeros y yo recogimos el equipo y pronto estuvimos de
camino a casa. Durante el viaje de regreso nos siguieron ciertos
agentes. Uno de ellos permaneció sentado en el coche frente a mi
casa toda la noche. Cuando mis dos compañeros se fueron de mi
casa, otros dos oficiales les siguieron a ellos. Más tarde, esa
misma noche, intenté llamarles por teléfono pero la línea no
funcionaba. Me fui a la casa de un vecino para intentarlo.
Aunque el teléfono de mi vecino funcionaba perfectamente, no
pude establecer comunicación alguna con mis compañeros. Estaba
claro que alguien estaba manipulando su línea telefónica.
Al día siguiente me fui a trabajar y de nuevo me siguieron.
Inmediatamente fui sometido a un interrogatorio y me dijeron que
me olvidara de todo lo que había visto con respecto al incidente
OVNI. Para entonces yo ya había aprendido a contrarrestar sus
procedimientos de interrogación. Es por ello que todavía
recuerdo el incidente. Los otros dos empleados de la compañía no
recuerdan nada en absoluto.
Todo este incidente goza ahora de cierta fama dentro de la
comunidad ufológica y de Long Island.
Se lo conoce como «el abatimiento OVNI de la bahía de Moriches».
Lo que ocurrió después en la BJM fue que yo empecé a violar el
sistema de seguridad «No me olvides» de la compañía. Así es como
lo llamaban. Eso provocó que me despidieran. Algunas personas
piensan que mi despido fue contraproducente para la BJM porque
me brindó mucho tiempo para investigar el tema OVNI además del
de Montauk, pero éste no es necesariamente el caso. Si hubiera
seguido trabajando en la BJM con una memoria totalmente
consciente, posiblemente habría descubierto informaciones
todavía más delicadas.
La caída provocada de la que había sido testigo en la bahía de
Moriches era algo innegable. Había presenciado algo muy real. Yo
sabía que el gobierno estaba interesado en derribar algo, así
que obviamente no se trataba de ningún aparato propio. Ello
significa que, fuera lo que fuera lo que había en el cielo, se
trataba de algún tipo de tecnología alienígena que no era de
este mundo. El gobierno debió de considerarlo una amenaza.
También esta conducta encaja con lo que muchas personas de la
comunidad ufológica y de defensa han venido diciendo durante
años: que la Iniciativa de Defensa Estratégica no se creó para
protegernos de los rusos, sino de la tecnología alienígena
procedente del espacio exterior. El presidente Reagan llegó a
mencionar esta amenaza en una asamblea de las Naciones Unidas.
Está todo más que claro.
Decidí indagar un poco más en este fenómeno y me reuní con
muchos amigos, entre ellos George Dickson, que ha estudiado
extensamente la antropología y que ha llegado al fenómeno OVNI
desde esa disciplina. También consulté a John Ford, fundador y
presidente de la Red Ufológica de Long Island. Estos
investigadores, junto con muchos otros y yo mismo, intentamos
esclarecer qué fue en realidad el abatimiento de la bahía de
Moriches. Desde entonces me he convertido en el asesor
científico de la Red Ufológica de Long Island y he estudiado
estos temas en profundidad. Han existido muchos más derribos y
avistamientos en Long Island, pero no tengo información concreta
sobre ellos. Son otros investigadores los que se encargan del
tema.
Mi propia búsqueda se ha centrado en
la tecnología de los OVNI, es decir, qué son y cómo funcionan.
Ello incluye también el tema de cómo se crean las realidades
alternativas y cómo son «accionadas» tales realidades. Lo
explicaré en la siguiente parte del libro.
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5 - TECNOLOGÍA
Cuando vi el platillo en forma de
disco de Wright-Patterson, lo que más me impresionó fue el hecho
de que no existieran controles aparentes con los cuales hacer
funcionar el aparato o sus diversas instalaciones. La única
respuesta obvia a este enigma era que los controles estaban
conectados a las tres butacas (como antes mencioné, muy
similares a la Silla de Montauk) de la sala de control, que
estaban rodeadas por cuatro pantallas de observación. En otras
palabras, este tipo de naves vuelan literalmente por el
pensamiento. Los tres pilotos (no estoy seguro de cómo se
dividían el trabajo entre ellos) piensan en lo que quieren que
haga la nave. Un ordenador capta entonces los pensamientos de
los pilotos y hace funcionar los mecanismos encargados de
dirigir la nave.
Cuando los militares empezaron a investigar estos vanguardistas
OVNIS tuvieron bastantes problemas para descifrarlos. La única
tecnología con la que los podían comparar era la nuestra. Ésta
consiste, en gran parte, en un ordenador de vuelo y un panel de
mandos.
Naturalmente se podría pensar que el panel de mandos se
corresponde con los asientos. El ordenador de vuelo ya ha sido
identificado con los cristales antes descritos. Después de eso,
nuestra tecnología consiste en comunicaciones, motores, alerones
de control y otros aparatos. En resumen, nuestros aviones
disponen de muchos sistemas diversificados que son dirigidos por
el ordenador de vuelo. Lo que resulta enigmático del avanzado
estilo OVNI es que solamente existe un único sistema manejado
por el ordenador y no un buen número de ellos.
La idea de un sistema singular homogéneo cobra mucho sentido si
consideramos lo que han hecho los militares con la tecnología de
simulación de vuelos. El entrenamiento de pilotos por simulación
empezó durante la Segunda Guerra Mundial con el prototipo de
ordenador de John von Neumann. Desde entonces se ha ido
perfeccionando, hasta el punto en que actualmente se pueden
conectar electrodos a la cabeza del piloto para que pueda
proyectar su voluntad hacia el ordenador de manera que son sus
pensamientos los que literalmente mueven el aparato simulador
hacia la izquierda, la derecha, etc.
Los electrodos conectados a la cabeza funcionan como el ratón de
un ordenador. Puesto que este tipo de demostración ya se ha
transmitido por los canales habituales de televisión, puede
apostar usted todo lo que quiera a que la tecnología de
vanguardia ha ido mucho más lejos. Por supuesto, aquellos que
estén familiarizados con la tecnología fantasma sabrán
inmediatamente a qué me estoy refiriendo. Los pilotos son
entrenados de esta manera, que de hecho es como un escenario de
realidad virtual. Una cuestión interesante es la de si un
bombardero fantasma funciona exclusivamente mediante los
pensamientos del piloto; en estos momentos yo no conozco la
respuesta, pero de los bombarderos fantasma se dice a veces que
son un «OVNI» o que funcionan igual que éstos.
El siguiente punto que tocaremos al examinar las bases técnicas
de los OVNI es el de los increíbles giros y acrobacias que desde
la distancia se ha visto que estos aparatos son capaces de
realizar. Por ejemplo, un platillo puede estar volando en
cualquier dirección, entre los 3.200 y los 16.000 kilómetros por
hora, cuando de repente el aparato da un giro de 90 grados, en
ángulo recto, o incluso de 180 grados. Una de las leyes de la
física bien conocida es que por cada acción existe una reacción
opuesta. Si un OVNI diera un giro tan brusco a tan alta
velocidad, los principios de aceleración y desaceleración
entrarían en juego. En otras palabras, los pilotos, todas las
criaturas vivientes y los objetos sueltos serían estrellados
contra la pared opuesta de la nave. Por supuesto, ningún piloto
podría soportar este trauma en condiciones normales. Algunos han
propuesto la teoría de que los viajeros espaciales podrían estar
suspendidos en algún líquido que actuaría de amortiguador en
casos de frenazo o de algún giro brusco, pero esta línea de
pensamiento es demasiado compleja.
El sistema que yo vi en Wright-Patterson era algo muy sencillo.
Pero incluso así, tardé cierto tiempo en dilucidar cómo podía
funcionar ese aparato. Aunque utilizaba la antigravedad, no se
trataba de un aparato antigravitatorio. Aunque transmitía ondas
de radio, no se trataba de un transmisor. En lugar de ello, era
una combinación de ambas cosas y de muchas más, todas juntas. La
gran máquina del fondo de la nave con las cápsulas y las antenas
era un generador electrogravitatorio de realidad
espacio-temporal. En otras palabras, el aparato estaba preparado
para realizar maniobras antigravitatorias y también podía
generar sus propias realidades de tiempo y espacio.
Cada uno de los dos sistemas
operativos citados tiene su propio propósito específico. Cuando
el aparato tiene que deslizarse lentamente o flotar sobre un
punto, utiliza el método antigravitatorio de vuelo. Es en esos
momentos cuando se puede ver la forma real del aparato. Lo que
están haciendo es controlar la distribución de las corrientes
gravitatorias por todo el contorno de la nave. De esta manera no
van a dar giros repentinos porque se encuentran sujetos a la ley
de la inercia.
Cuando un OVNI despega velozmente, los operadores están
generando gravitación, pero cuando avanzan mucho más allá de la
velocidad del sonido, pasan a una modalidad en la que generan su
propia realidad. Esto se hace creando una burbuja de realidad,
no muy diferente al campo solotón generado durante el
Experimento Filadelfia. Una vez creada esa burbuja, el aparato
se puede mover a velocidades inverosímiles. Cuando el OVNI pasa
a una modalidad de vuelo imposible, es que está empleando esta
técnica.
Una vez generada la «burbuja de realidad» a su alrededor, ellos
se encuentran dentro de la burbuja y todo lo demás está fuera.
Con respecto a la propia burbuja, permanecen en posición de
descanso. Al estar dentro de la burbuja o de un espacio
estático, su aparato puede dar giros en ángulo recto, de 180
grados o realizar cualquier acrobacia que deseen. Naturalmente,
la única forma en que pueden conseguirlo es si la masa de la
burbuja es igual a cero. Si se da una masa cero, no existirá
inercia (inercia = 1 /2 mv2, donde m es masa y v velocidad). En
este caso, si la masa es cero no importa cuál sea la velocidad,
aun cuando v sea infinita. Si realmente se puede generar una
masa cero, los operadores de un aparato así pueden mover esa
realidad de cualquier forma que deseen.
Éste es el principio en el que se basan la mayoría de vuelos de
naves interestelares. A no ser que se quiera que el vuelo tenga
una duración infinita, los viajeros necesitan ir mas allá de la
velocidad de la luz. Para lograrlo, la realidad generada dentro
de la burbuja tiene que ser diseñada de manera que sea
relativista (véase Glosario) con nuestra realidad. En otras
palabras, viajan a una velocidad superior a la de la luz con
respecto a nuestra realidad, pero con respecto a la suya (la del
interior de la burbuja), no es así. Al desplazarse a velocidades
superlumínicas, las naves pueden trasladarse de un extremo al
otro de la galaxia en quizá una semana de nuestro tiempo.
Se mueven a un millón de veces la velocidad de la luz generando
una realidad dentro de la cual la burbuja se desplaza a
exactamente esa velocidad (con respecto a nuestra realidad). En
su propia realidad, puede que se estén moviendo a sólo .7c o
.9c, donde c es igual a la velocidad de la luz.
El siguiente punto a examinar es cómo se crea una burbuja de
realidad artificial.
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6 - TWISTERS Y
SPINNERS
Para poder explicar cómo se crea una
realidad artificial, primero es necesario que se familiarice
con un par de términos que probablemente nunca habrá escuchado
antes: twister y spinner. Se
trata de términos muy técnicos que pertenecen al reino de las
matemáticas más elevadas. Por
supuesto resulta presuntuoso en extremo suponer que la mayoría
de personas que lean este libro
estarán licenciadas en matemáticas. Por este motivo reduciré
estos conceptos del reino de las ecuaciones matemáticas puras al
de los conceptos viables que permitan al lector comprender la
base lógica sobre la cual se puede formar una realidad
alternativa. Así pues, todas las personas con formación técnica
deberían entender que mi explicación puede sufrir de un exceso
de simplificación.
Antes de entrar en una discusión más técnica sobre twisters y
spinners, primero me gustaría que dirigieran su atención al tema
de los tornados. En varias partes del mundo se les llama
twisters y a veces spinners. Aunque este tipo de fenómeno
meteorológico no es idéntico a los twisters y spinners que
comentaré, sí tiene cierta relación y a muchas personas les
sirve como ejemplo gráfico. Si busca en cualquier libro de su
biblioteca el tema de los tornados, descubrirá algo muy
interesante. A lo largo de la historia se han registrado
anomalías muy extrañas con respecto a este fenómeno. Después de
que un tornado haya azotado una zona concreta, se puede
encontrar una paja incrustada en el cristal de una ventana o un
coche empotrado en un muro de acero. Existen informes y
fotografías de tales casos en los archivos. Según las leyes de
la física tal como se enseña en las universidades, no existe
explicación alguna para ello. En un ejemplo así, tenemos
moléculas incrustadas en otras moléculas. Todo esto suena
terriblemente parecido a los informes que hablan de marineros
incrustados en las mamparas del barco U.S.S. Eldridge durante el
Experimento Filadelfia.
Lo que todo esto significa es que en las proximidades de un
tornado pueden ocurrir fenómenos
paranormales que apuntan a una actividad interdimensional. El
mago de Oz, la novela de L. Frank
Baum, sugiere esta misma posibilidad cuando un tornado se lleva
a Dorothy a otro mundo. Los
13
escritores, en especial los de ciencia ficción, muchas veces
tropiezan con la verdad cuando empiezan a conectar con su
inconsciente.
Espero que toda esta información pueda servir de puente para
comprender los aspectos más técnicos de los twisters y spinners
que ahora describiré.
La creación de realidad artificial en un platillo volante o en
cualquier otra circunstancia empieza con un ordenador que genera
lo que se llama un twister. Como dije”anteriormente, la mejor
manera de explicarlo es en términos puramente matemáticos.* Un
twister, como todo en matemáticas, es un concepto abstracto. Es
un punto sin dimensión que se desplaza por una órbita circular.
Podemos decir que existe porque esta trayectoria se puede
determinar mediante ecuaciones. Las ecuaciones nos están
diciendo que algún punto, aunque no exista de una manera
tangible y consistente en las coordenadas de esta dimensión, se
está moviendo una y otra vez en un sentido circular. Aunque no
es observable desde esta dimensión, se puede entender fácilmente
si consideramos que es adyacente o está próximo a ella. Aunque
el twister no se pueda ver, es un hecho matemático.
*A los lectores aficionados a las matemáticas les interesará
saber que el concepto de twister proviene de un tema llamado
«análisis de tensores,» que es una extensión del cálculo. Un
tensor es como un vector que pasa a diferentes dimensiones de
forma simultánea. Se podrá formar una idea de cómo se utiliza
análisis tensorial si se imagina una pelota de béisbol
aplastada. Utilizaríamos el análisis de tensores para crear una
fórmula que describiera la forma exacta de la pelota aplastada.
Sin embargo, aunque la pelota se encuentra en el mundo
tridimenal, el análisis de tensores no se limita a sólo tres
dimensiones. Aquellos que quieran profunzar más en el tema
pueden consultar los libros de Roer Penrose de us obras son Two
Spinner Calculus and Relativistic Fields y Spinner and Twister
Methods in Space Time Geometry.
Una vez el twister ha sido reconocido y su existencia
comprobada, el paso siguiente es conectar con él. Ello se hace
de forma electromagnética.1 Cuando se genera un campo
electromagnético, todo tipo de locas y maravillosas variables se
incorporan a la situación. Naturalmente, todo ello depende de la
naturaleza exacta del campo magnético utilizado. El
electromagnetismo crea una empatía con el twister (el magnetismo
es una reacción de empatía) que lo atrae hacia esta dimensión y
de algún modo lo controla. A medida que la partícula fantasma
empieza ahora a rotar de forma observable dentro de esta
dimensión, se alarga y se convierte en lo que llamamos spinner.
2
El primer paso de un twister a un spinner ha sido descritó como
la formación de una onda electromagnética orbital que forma un
patrón toroidal. A continuación el twister se alarga hasta
formar un cilindro rotatorio también llamado spinner. El método
cilíndrico es la manera más fácil que conozco para poner en
marcha un spinner. Se pueden crear muchos tipos diferentes de
spinners, dependiendo de su imaginación y, lo que es más
importante, de la tecnología que posea para poder manipularlos.
La forma estándar de vórtice de la que tanto se oye hablar en
ciencia ficción y ufología corresponde a un spinner de forma
cónica. También puede generar un spinner esferoidal conectando
los dos extremos de un cilindro rotatorio. Los más imaginativos
pueden concebir otras formas, como la de látigo (un spinner
alargado con una trayectoria que sigue el modelo de un látigo) u
otras formas complejas.
Llegados a este punto, es muy importante mencionar algo con
respecto a la forma esferoidal
antes mencionada. La Tierra es físicamente una esfera. Si
tenemos en cuenta que la propia Tierra
esta literalmente construida sobre una serie de rejillas
energéticas que se ajustan a unas espirales
de energía, podemos imaginar que nuestro planeta fue
inicialmente creado a partir de un spinner.
3
Esta línea de pensamiento implica que alguien hizo que la Tierra
se convirtiera en una realidad.
¿Fue Dios o un manipulador extraterrestre? Eso suscita todo
tipo de cuestiones enigmáticas que no
son el tema de la presente discusión.
La idea de que la Tierra se hubiera formado como un spinner
también nos ofrece una perspectiva
alternativa a la teoría del Big Bang. Ésta dice que todo empezó
en un punto de explosión en el
centro del universo. Lo que podríamos denominar la teoría del
Spinner sugeriría que los cuerpos
celestes se podrían haber formado como resultado de la creación,
por parte de un ingeniero de
realidad cósmica, de un campo electromagnético en el cual
tendría su base el planeta. La teoría del
Big Bang es correcta en cuanto dice que existe una espiral que
sale del centro del universo
conocido, pero su objetivo principal, al menos tal como la
utiliza la comunidad científica, parece ser
el de vendernos la idea de que todo lo que somos es materia
física. En otras palabras, es una
herramienta más de propaganda. Por supuesto, la buena propaganda
es la que está basada en un
máximo de verdad.
1
Por definición, esta operación no tendría por qué realizarse
exclusivamente de forma electromagnética. Es posible que se
pudiera practicar con cualquier otra forma de energía que
cumpliera con el mismo cometido.
2 Para los matemáticos el twister se genera primero con una
función «x, y». Para alargarlo y conseguir un spinner,
distorsione la función «x, y » con una función «z». Si está
trabajando con un plano imaginario, sustituya las coodenadas «x,
y, z» por «I, J, K,» como es habitual en matemáticas. Entonces
podrá generar un twister y después un spinner a partir de
un campo electromagnético, que se puede conseguir con una antena
Delta-T. Se trata de una antena octoédrica de tres
dimensiones con bobinas colocadas alrededor de toda la
estructura, que le darán un eje «X, Y y Z». Si modula los
campos «x» e «y» de una antena Delta-T logra que el spinner
adopte formas diferentes
3
Como el centro de uno de estos spinners es el vacío, este
concepto también encaja con la teoría de una Tierra hueca.
14
Existe toda una serie de programas y patrones que se pueden
programar como twisters y
spinners. Una vez conectados a una fuente de energía, pueden
generar una distorsión espacial. A
partir de esa distorsión se crea una realidad. Esto se hace
mediante transmisiones de radio. En
Montauk utilizamos un gran transmisor junto con una antena
Delta-T de forma octoédrica para
conseguir ese mismo resultado. Aunque he experimentado
personalmente con impresionantes
formas de pensamiento con la antena Delta-T, jamás he creado
nada sólido ni tangible. Eso
precisaría de una energía considerable. Aunque está claro que el
OVNI al cual subí en Wright-Patterson utilizaba transmisiones de radio, no pude identificar
ningún tipo de transmisor específico
con el que estuviera ni tan siquiera remotamente familiarizado.
Ya comenté en The Montauk Project Experiments in Time que la
banda de frecuencia de la conciencia humana es de 400 a 450
megahertzios. Lo que ello significa es que esta frecuencia
concreta transportará el tipo de información o ideas que
nosotros denominamos conciencia. Por supuesto no existen dudas
de que la radio y la televisión transportan palabras e ideas.
Los 400-450 MHz simplemente son la forma en que se mete una idea
en la cabeza de alguien. La correcta consecución y lo violento
que resulte depende de varios factores.
La idea es que una conciencia correctamente entrenada y educada
puede proyectarse sobre otra utilizando esta banda de
frecuencia. Si los operadores pueden conseguir que sus ideas
queden fijadas mediante su tecnología (que precisa de la
amplificación de pensamientos además de un gran número de otros
factores), obtendrán toda una serie de circunstancias que
estarán tangiblemente presentes, o lo que es lo mismo: una
realidad. Este asunto es de hecho un tema aparte, de enorme
magnitud, que correctamente se ha etiquetado como «manipulación
de realidad».
Para resumir, un twister carece de dimensión. Es generado por un
ordenador, codificado y después extendido para formar un spinner.
Éste empieza como un cilindro rotatorio al que después los
operadores le dan la forma deseada. Ello crea una distorsión
espacial en torno a la zona específica designada. A efectos
prácticos, se puede considerar como un vacío. Siguiendo el
principio que dice que la naturaleza aborrece el vacío, la
distorsión espacial sirve de telón de fondo para una nueva
realidad que, en esencia, no es más que una serie de formas de
pensamiento que son transmitidas a una frecuencia de 400-450 MHz.
Con ello se obtiene una burbuja de realidad. Antes de pasar a
comentar de qué manera esta burbuja puede actuar como interfaz
con otras realidades, es conveniente hacer una breve reseña
sobre el desarrollo de la física.
NOTA: Peter Moon colaboró en la investigación y compilación de
los capítulos 6 al l0.
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