por
Manuel Freytas
IAR Noticias
20 Enero 2010
del Sitio Web
IAR
Destruir al enemigo con el mito
de la "teoría conspirativa, controlar y convertir al individuo-masa
en potencia social direccionada con fines de control político y
económico, son los dos objetivos clave de la estructura mediática
mundial que determina y decide lo que las mayorías deben entender (y
consumir) como "información objetiva". |
Cuando la prensa del sistema y sus periodistas
asalariados quieren descalificar (o ridiculizar) una información peligrosa
(para los intereses de sus patrones) la tachan inmediatamente de "teoría
conspirativa".
Según Wikipedia,
"Una teoría conspirativa consiste en la
explicación de un evento o cadena de eventos ya sucedidos o todavía por
suceder (comúnmente políticos, sociales, populares o históricos) a
partir de la ocultación de sus verdaderas causas al conocimiento público
o a un complot secreto, a menudo engañoso, por parte de un grupo de
personas u organizaciones poderosas e influyentes que permanecen en la
sombra".
Dentro del circuito de las corporaciones
dominantes de la prensa comercial la expresión "teoría de conspiración" se
usa para destacar la falta de fundamento de una explicación, evaluándola
como especulativa, falsa o estrafalaria.
La definición cierra, salvo por un detalle: Habitualmente la categoría de
"teoría conspirativa" se aplica particularmente a informes o investigaciones
críticas (al sistema) que no se encuadran dentro de los cánones de
"normalidad" establecidos por la corporación mediática dominante que fija
las reglas de aceptación y valoriza lo que "es noticia" y lo que "no es
noticia".
En lo político y social, el sistema aplica la calificación de "teorías
conspirativas" para descalificar y desacreditar el discurso de los líderes y
movimientos populares que se enfrentan al status quo
del sistema dominante vigente.
Los discursos (y las teorías) antiimperialistas de los líderes de
movimientos populares que se enfrentan y/o toman posiciones contra la
estructura del poder imperial son desvalorizados y ridiculizados como
"conspirativos".
Las denuncias y las advertencias de Chávez contra EE.UU. y el capitalismo, las
advertencias y los discursos de Ahmadineyad contra el
accionar de Israel y
de las potencias sionistas, son presentados como parte de "delirios
conspirativos" o de "fundamentalismos religiosos" sin sustento con la
realidad.
Presentarlos como "locos", "delirantes", o "fuera de la realidad" es una
técnica manipulativa recurrente que la estructura mediática utiliza
históricamente contra los líderes (o las teorías) que se enfrentan al
sistema capitalista establecido como la civilización aceptada y "normal".
De la misma manera, los sacerdotes (analistas y periodistas) de los
monopolios de la comunicación establecen escalas de valores y determinan
como "conspirativa" (o poco confiable) a toda la información que circula
libremente fuera de su circuito comercial y de sus intereses políticos y
empresariales.
Cosa juzgada
Así como las grandes corporaciones económicas fijan las reglas del mercado y
forman los precios, las grandes corporaciones mediáticas fijan las reglas y
determinan a diario (a través de la cartelización monopólica) lo que "es
noticia" y lo que "no es noticia" en el mercado de la información a nivel
local e internacional.
Generalmente, cuando una información rompe las mallas de lo establecido,
cuando revela aspectos funcionales o intereses del sistema capitalista que
subsisten detrás de los gobiernos, de las corporaciones empresariales, o de
la estructura dominante del negocio informativo, se la califica
inmediatamente de "teoría conspirativa".
Así se traten de resultado de investigaciones científicas, de comprobaciones
fácticas y documentadas, de informes fundamentados con pruebas, el "sistema"
cierra todo tipo de análisis y de evaluación con dos palabras mortales:
"Teoría conspirativa".
Un ejemplo claro de este método es
el 11-S:
Decenas de informes investigativos, desarrollados y documentados y hasta con
pruebas fotográficas, fueron sistemáticamente descalificados (o
desvalorizados) como "conspirativos" porque no se ajustaban a la "versión
oficial" difundida por la Casa Blanca y sus servicios de inteligencia.
Decenas de científicos, de investigadores y expertos prestigiosos, fueron
silenciados, o atacados con descalificación pública, por el simple hecho de
presentar una versión de los ataques terroristas que no se ajustaba a la
visión predominante en la estructura mediática hegemónica.
Es sólo un ejemplo, ya que la metodología es utilizada a diario (y
masivamente) para descalificar los flujos de información alternativa, o de
contra-información, que se filtran por las redes de la Internet y amenazan a
la "versión oficial" de las noticias manipuladas por la prensa del sistema.
En términos funcionales (y aunque también existan canales explotados por los
servicios de inteligencia, los gobiernos y los grupos económicos) la
información alternativa que el sistema califica como "teoría conspirativa"
en la Web, tiene, en general, una función muy precisa:
Sacar a la luz
aquellos rumores y sospechas que existen sobre las actividades ocultas (o
secretas) que al poder, incluido la prensa del sistema, no le interesan que
se difundan.
En términos políticos, la misión esencial de la estructura mediática
convencional (cuya información "objetiva" no es nada más que la conspiración
del poder para ocultar la realidad) descalifica y ridiculiza todo aquello
que se salga del molde aceptado del sistema capitalista.
Paradojalmente, los que juzgan y deciden sobre lo que es "información
objetiva" y lo que es "información conspirativa", son los mismos monopolios
de la comunicación que han construido su poder económico sobre la base de la
especulación comercial con "información conspirativa" vendida como si fuera
"información objetiva".
La mercancía vendida
como "objetividad periodística"
La información mundial (convencional y masiva) no está construida sobre la
objetividad y la búsqueda de la verdad, sino sobre la base de la
comercialización de "noticias" y la manipulación mediante el control de
cerebros y la orientación de conducta social masiva con fines políticos y
económicos.
-
En primer lugar, la información es una mercancía destinada a producir
rentabilidad económica como cualquier otro producto comercial en oferta en
el mercado capitalista.
En términos funcionales (y más allá de la leyenda que se fabrican a su
alrededor) las empresas periodísticas no están guiadas por fines sociales
sino por la búsqueda del lucro económico.
-
En segundo lugar, y por el carácter estratégico de la función comunicacional
que desarrollan (desde el punto de vista de la preservación de la
"gobernabilidad" del sistema) los medios son herramientas claves para el
control (y/o manipulación) de los procesos económicos, políticos y sociales.
Los medios de comunicación (al contrario de lo que pregonan sus
mistificadores) no practican la "objetividad informativa" ni la independencia
editorial por dos razones prácticas principales:
-
Son empresas que no funcionan con
objetivos sociales sino con objetivos comerciales sujetos a ley de
la búsqueda de rentabilidad capitalista.
-
Su dependencia estructural al sistema de
poder económico que controla todos los resortes de la producción,
las finanzas y el comercio internacional, por encima de los países y
a escala planetaria.
El accionar de los grandes conglomerados
mediáticos (tanto a nivel local como internacional) no está orientado - como
se quiere hacer creer - a servir al interés de la sociedad sino a servir al
interés de los
grupos económicos y políticos dominantes que constituyen su
mayor fuente de financiación y rentabilidad comercial.
La "gran fábrica
conspirativa"
En general, y a nivel planetario, son los monopolios mediáticos (menos del
5% del total de los medios mundiales) los que dictan las reglas y establecen
los parámetros de la información a escala global.
En este escenario, los medios y periodistas del sistema son los primeros
elaboradores y difusores de "teorías conspirativas" a nivel planetario y
masivo.
De manera tal que, todo lo que "informa" la prensa masiva está manipulado y
orientado por intereses privados que se hacen pasar como "públicos" (de toda
la sociedad).
Las guerras políticas y económicas del capitalismo, en las sombras,
alimentan una manipulación psicológica permanente y nutre la parte
mayoritaria del universo de la "información mundial" (vendida por la prensa
del sistema como si fuera "objetiva").
Pongamos un ejemplo preciso:
Las "fuentes" que utilizan los medios y los
periodistas del sistema no son "desinteresadas". Toda la información que
recoge la prensa convencional proviene de funcionarios, políticos,
militares, lobbistas y ejecutivos de empresas, que utilizan la información
masiva para manipular intereses electorales, políticos y económicos.
Las mayoría de las "fuentes" citadas por el periodista asalariado es siempre
el poder.
Ejemplo:
Los informes sobre "terrorismo", producidos y lanzados en serie por
la CIA y los servicios de inteligencia, son aceptados como "fuentes
confiables" por la estructura y los periodistas de la prensa convencional.
Las noticias sobre Irak, Afganistán y la zonas ocupadas, se nutren de
informes y voceros oficiales del propio ejercito invasor.
En ese escenario, de manipulación de la información con fines económicos y
políticos, todas las noticias (sin excepción) que circulan por el universo
masivo de la comunicación periodística comercial (local e internacional) son
"conspirativas" y su función es precisa:
Alimentar las guerras políticas y
económicas del poder.
Desde lo político, esa información no está orientada a la búsqueda de la
"objetividad" sino a direccionar conducta social, tanto para el consumismo
económico, para beneficio electoral, o para generar consenso masivo a
aquellos procesos que benefician a las corporaciones económicas y a los
gobiernos del sistema capitalista.
Por falta de contra-información masiva, las mayorías planetarias (ignorantes
de la manipulación) consumen esas noticias como si fueran parte de una
realidad emergente de procesos y de hechos que se suceden como producto de
una dinámica "natural" del mundo.
En resumen, mientras por un lado la prensa convencional y masiva califica de
"teorías conspirativas" a la información que revela sus intereses y
estrategias funcionales ocultas, por otro, utiliza la "información
conspirativa" (vendida como si fuera "información objetiva") para sostener
al sistema capitalista que paga por sus servicios.
En definitiva, destruir al enemigo con el mito de la "teoría conspirativa",
controlar y convertir al individuo-masa en potencia social direccionada con
fines de control político y económico, son los dos objetivos clave de la
estructura mediática mundial que determina y decide lo que las mayorías
deben entender (y consumir) como "información objetiva".
Nada Es Como Nos Lo Cuentan
por
torontocosme
Febrero 27, 2010
del Sitio Web YouTube
Video que nos muestra como los medios de comunicación están al servicio del
poder.