por Dr. Tony Phillips
Diciembre 23, 2009

del Sitio Web ScienceNASA

traducción de Adela Kaufmann
Versión original

 

El sistema solar está atravesando una nube interestelar que la física dice que no debería existir.

 

En la 24ª edición de diciembre de la revista Nature, un equipo de científicos revelan cómo la sonda Voyager de la NASA ha resuelto el misterio.

"Utilizando los datos de la Voyager, hemos descubierto un fuerte campo magnético en las afueras del Sistema Solar", explica el autor principal Merav Opher, un investigador de Heliofísica de la Universidad George Mason , invitado de la NASA.

 

"Este campo magnético sostiene junta la nube interestelar y resuelve el enigma de de tanto tiempo de cómo es que puede, en absoluto, existir."

 

La Voyager vuela a través de los límites externos de la heliosfera en ruta hacia el espacio interestelar.

Un fuerte campo magnético reportado por Opher el 24 de diciembre de 2009, en la revista Nature

está delineado en amarillo. Imagen con derechos de autor de 2009, del Museo Americano de Historia Natural.

 

El descubrimiento tiene implicaciones para el futuro, cuando el sistema solar eventualmente se tope con otras nubes similares en nuestro brazo de la galaxia Vía Láctea.

Los astrónomos llaman a la nube hacia la cual nos estamos dirigiendo ahora la Nube Local Interestelar, o “Pelusa Local” para abreviar. Está como a 30 años luz a lo ancho y contiene una mezcla etérea de átomos de hidrógeno y helio, a una temperatura de 6.000° C.

 

El misterio existencial de la Pelusa tiene que ver con su entorno. Hace unos 10 millones de años, un grupo de supernovas explotaron en las cercanías, creando una burbuja gigante de gas de un millón de grados.

 

El Pelusa está completamente rodeada por este escape de la supernova de alta presión y debería ser aplastada o dispersada por la misma.

"La temperatura observada y la densidad de la nube local no proporciona la presión suficiente para resistir a la 'acción de aplastamiento" del gas caliente alrededor de ella ", dijo Opher.

Entonces, ¿cómo sobrevive la Pelusa sobrevivir? El Voyager ha encontrado una respuesta.

"Los datos del Voyager muestran que la Pelusa está mucho más fuertemente magnetizada de lo que nadie había sospechado previamente - entre 4 y 5 microgauss",* dice Opher.

 

"Este campo magnético puede proporcionar la presión extra que se requiere para resistir la destrucción."

* ¿Qué es un microgauss? - Un microgauss es una millonésima parte de un gauss, una unidad de fuerza del campo magnético, popular entre astrónomos y geofísicos. El campo magnético de la Tierra es de aproximadamente 0,5 gauss o de 500.000 microgauss.
 

Concepto artístico de la nube local interestelar, también conocida como el "Pelusa Local".

Crédito: Linda Huff (científica estadounidense) y Priscilla Frisch (Universidad de Chicago)

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Las dos sondas Voyager de la NASA han estado compitiendo fuera del sistema solar por más de 30 años. Ahora están más allá de la órbita de Plutón y al borde de entrar en el espacio interestelar, pero no están allí todavía.

"Las Voyagers no están en realidad dentro de la pelusa local", dijo Opher. "Pero se están acercando y pueden sentir cómo es la nube al estarse aproximando."

La Pelusa es mantenida a raya a un poco más allá del borde del sistema solar por el campo magnético del sol, y es inflada por el viento solar en una burbuja magnética más de 10 mil Km. de ancho.

 

Llamada la "heliosfera", esta burbuja actúa como un escudo que ayuda a proteger el sistema solar interior de los rayos cósmicos y de las nubes interestelares. Las dos naves Voyager se encuentran en la capa más externa de la heliosfera, o "heliopausa", donde el viento solar es ralentizado por la presión del gas interestelar.

El Voyager 1 entró en la heliopausa en diciembre de 2004, la Voyager 2 le siguió casi 3 años después, en agosto de 2007. Estos pasos son fundamentales para el descubrimiento de Opher.
 

La anatomía de la heliosfera. Desde que se hizo esta ilustración,

la Voyager 2 se ha unido a la Voyager 1 dentro de la heliopausa,

una gruesa capa externa donde el viento solar es frenado por la presión del gas interestelar.

Crédito: NASA / Walt Feimer.
 

El tamaño de la heliosfera es determinado por un equilibrio de fuerzas: el viento solar infla la burbuja desde el interior, mientras que el Pelusa Local la comprime desde el exterior.

 

Los cruces del Voyager hacia la heliopausa revelaron el tamaño aproximado de la heliosfera y, por tanto, indican cuánta presión ejerce la Pelusa Local. Una parte de esa presión es magnética y corresponde con los ~5 microgauss que ha reportado en Nature el equipo de Opher.

El hecho de que la Pelusa está fuertemente magnetizada significa que otras nubes en el vecindario galáctico podrían estarlo también. Eventualmente, el sistema solar se encontrará con algunas de ellas, y sus fuertes campos magnéticos podrían comprimir la heliosfera, incluso más de lo que se comprime ahora.

 

Una compresión adicional podría permitir que más rayos cósmicos lleguen al sistema solar interior, posiblemente afectando el clima terrestre y la capacidad de los astronautas para viajar con seguridad a través del espacio. Por otro lado, los astronautas no tendrían que viajar tan lejos porque el espacio interestelar estaría más cerca que nunca.

 

Estos eventos que tendrían influencias en escalas temporales de decenas a cientos de miles de años, que es el tiempo que tarda el sistema solar para pasar de una nube a la siguiente.

¡"Éstos pudieran ser interesantísimos tiempos por venir!" dice Opher.

Para leer la investigación original, busque en la edición del 24 de diciembre 2009, de la revista Nature para leer el artículo de Opherl,

"Un fuerte y altamente inclinado campo magnético interestelar cerca del Sistema Solar."