por Ambrose Evans-Pritchard
20 Febrero de 2011
del Sitio Web Telegraph

traducción de Angela Medellín
Versión original

 

 

La crisis de las abejas ha sido tratada como un asunto local hasta ahora, pero mientras que el índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas alcanza un máximo histórico, se está volviendo urgente saber si la difícil situación de las abejas pone en riesgo aun más nuestra seguridad alimentaria.
 

 

La polinización animal de los cultivos viene, entre el 80% y el 90%, de abejas domesticadas
Foto: GETTY
 

 

Casi un tercio de la producción agrícola depende de la polinización animal, principalmente de las abejas.

Estos alimentos proveen 35% de nuestras calorías, la mayoría de nuestros minerales, vitaminas, y anti-oxidantes, y las bases de la gastronomía. Sin embargo, las abejas están muriendo - o siendo asesinadas - a un paso alarmante.

El cuento del “problema del colapso de colonias” (CCD por sus siglas en Inglés) ya es bastante conocido para los lectores.

Algunos mantienen colonias en casa y han experimentado esta plaga misteriosa, y sin duda tienen fuertes perspectivas de si es causada por parásitos, o por un virus, o por el uso de pesticidas que causa estragos en el sistema nervioso de las abejas jóvenes, o por una sinergia de fuerzas destructivas llegando todas al tiempo.

La crisis de las abejas ha sido tratada como un asunto local hasta ahora, pero mientras que el índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas alcanza un máximo histórico en términos reales (no solo simbólica) y la escasez de granos desencadena revoluciones en Medio Oriente, se está volviendo urgente saber si la difícil situación de las abejas pone en riesgo aun más nuestro ya estrecho margen de seguridad alimentaria.

La entidad crediticia del negocio agrario, Rabobank, dijo que el número de colonias de abejas en Estados Unidos que fallaban en sobrevivir cada invierno ha subido del 30% al 35% de un histórico patrón del 10%. El índice es 20% o más en la mayoría de Europa, y el mismo patrón está surgiendo en América Latina y Asia

Albert Einstein, a quien le gustaba hacer afirmaciones audaces (generalmente erróneas), dijo la famosa frase:

“Si las abejas desaparecieran de la faz de la Tierra, al hombre le quedarían únicamente cuatro años de vida”.

Tal “escenario apocalíptico” es pretencioso, dijo Rabobank.

Los alimentos de primera necesidad como el maíz, el trigo y el arroz son polinizados por el viento.

Sin embargo, la polinización animal es esencial para,

las nueces, los melones, las fresas, las moras, y las frambuesa, entre otros y juega varios roles en frutas cítricas, manzanas, cebollas, brócoli, repollo, col de Bruselas, calabacín, pimienta, berenjena, aguacate, pepino, coco, tomates y habas, así como también el café y el chocolate/cacao.

Este es la parte de crecimiento más rápido y el más valorado en la economía agraria global.

La polinización animal de los cultivos viene, entre el 80% y el 90%, de abejas domesticadas. Las polillas y las mariposas no tienen un rango amplio para penetrar grandes campos.

La reserva de abejas esta en disminución, hasta el punto que proporciones están peligrosamente trastornadas, con las de Estados Unidos alcanzando un desequilibrio “muy extremo”. La producción agrícola polinizada se ha cuadruplicado desde 1961, sin embargo las colonias de abejas se han reducido.

El cálculo de abejas por hectárea ha disminuido aproximadamente un 90%.

“Los agricultores se las han arreglado para producir con pocas colonias de abejas hasta este momento, y no hay evidencia que la cosecha agrícola este siendo afectada. La pregunta es ¿Cuánto más se puede extender esta situación?”, dijo el reporte.

Rabobank dijo que las colonias de abejas de Estados Unidos se estaban encogiendo aun antes del golpe de CCD porque las importaciones baratas de miel asiática habían rebajado el precio de la colmena estadounidense.

Note el paralelo con la desaparición de la industria estadounidense de metales terrestres raros, llevada a la quiebra cuando China inundo el mundo con suministros más baratos en los 90. Esto es lo que pasa cuando el librecambismo es manejado sin cuidado.

China tiene sus propios problemas. Pesticidas usados en huertos de peras barrieron con las abejas en partes de Sichuan en los 80. Los cultivos son ahora polinizados a mano usando cepillos de plumas, un laborioso proceso, mientras que una colonia de abejas puede polinizar hasta 300 millones de flores en un día.

Alemania, Francia e Italia han prohibido algunos pesticidas, especialmente neonicotinoides (como en el tabaco) que dañan los recuerdos de las abejas.

La Asociación Británica de conservadores de abejas (British Beekeepers’ Association en Inglés) ha hecho un llamado para una “revisión urgente” de estos químicos, temiendo que podríamos perder todas nuestras abejas dentro de una década, sino somos cuidadosos. Los conservadores de abejas estadounidenses han hecho una petición similar. El Laboratorio de Investigación de las Abejas del departamento de agricultura de los Estados Unidos ha encontrado evidencia de que incluso bajos niveles de pesticidas reducen la resistencia de las abejas a patógenos fúngicos.

Documentos filtrados de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), confirman que el Clothianidin, usado en semillas de maíz, es “altamente toxico”, y podría poner en “riesgo a largo plazo” a las abejas, además que pruebas previas fueron dañadas.
 

 


Detractores alegan un encubrimiento
Rabobank dijo que debemos ser cuidadosos y no difamar a la agroindustria.

El mundo necesita alimento y las compañías fertilizantes seguir buscando maneras de aumentar los campos de cultivo, si vamos a alimentar alrededor de 70 millones de bocas extra cada año, y conocer las demandas de la revolución de la dieta de Asia, compensar la escasez de agua en China e India, y desviar una gran parte de las cosechas de granos de Estados Unidos, Argentina, y la Unión Europea a bio-combustibles para carros.

Con tenazas pisándole los talones a la producción de alimentos mundial desde varios ángulos, tenemos un pequeño margen para el error. Los científicos están llegando al rescate. La investigación está avanzando sobre la espora Nosema, y el parasito Varroa, pero no lo suficientemente rápido.

Rabobank llama a un cambio súbito en la respuesta global, y mientras tanto hacer las leyes más fuertes, para que los conservadores de abejas no tengan que pelear solos, empezando con frenos en el uso del pesticida durante las horas con luz natural que es cuando las abejas están en búsqueda.

La atrofia apícola es una amenaza más inmediata que el “calentamiento global” y se puede resolver, sin embargo apenas ha llegado a la pantalla del radar de la política. Esto es seguramente una apreciación errónea.

Einstein no siempre estaba equivocado…