15 Octubre 2014
del Sitio Web
eScienceNews
traducción de Pedro Donaire
16 Octubre 2014
del Sitio Web
BitNavegante
Versión original en ingles
Imagina despertar una mañana y descubrir que todas las brújulas
apuntan al sur en lugar de hacia el norte. No es tan extraño como
parece.
El campo magnético de la Tierra se ha
movido rápido, aunque no durante una noche, claro, y lo ha hecho
muchas veces durante la historia de este planeta.
El campo magnético es dipolar, como la
de una barra imantada, y sigue manteniendo aproximadamente la misma
intensidad durante miles de millones de años, pero por razones aún
desconocidas de vez en cuando se debilita y, presumiblemente,
durante los siguientes miles de años, cambia de dirección.
De
izquierda a derecha, Biaggio Giaccio,
Gianluca Sotilli, Courtney Sprain y
Sebastien Nomade posando junto a un
afloramiento en la Cuenca Sulmona de los
Apeninos que contiene datos de la reversión
magnética Matuyama-Brunhes.
Por
encima de sus cabezas puede verse una capa
de cenizas volcánicas, intercaladas con los
sedimentos del lago.
Paul
Renne, UC Berkeley
En la actualidad, se ha realizado un nuevo estudio por un equipo de
científicos de Italia, Francia, la Universidad de Columbia y la
Universidad de California, Berkeley, donde se demuestra que la
última reversión magnética fue hace 786.000 años, y que realmente
ocurrió muy rápido, en menos de 100 años, más o menos el tiempo de
una vida humana .
"Es increíble la rapidez de dicha
reversión", comentaba Courtney Sprain estudiante graduado de UC
Berkeley.
"Los datos paleomagnéticos están muy
bien hechos. Este es uno de los mejores registros que tenemos
hasta ahora de lo que sucede durante una reversión y de la
rapidez a la que pueden suceder."
Courtney Sprain y Paul Renne,
director del Centro de Geocronología de Berkeley y profesor de
ciencias planetarias en UC Berkeley, son coautores del estudio (Geomagnetism,
Rock Magnetism and Palaeomagnetism), que será publicado
en la edición de noviembre de Geophysical Journal International.
La inversión
magnética dañina para las redes eléctricas
El descubrimiento viene a indicar una nueva evidencia de que la
intensidad del campo magnético de la Tierra está disminuyendo 10
veces más rápido de lo normal, lo que lleva a algunos geofísicos a
predecir una reversión dentro de unos pocos miles de años.
A pesar de que una reversión magnética es un importante fenómeno a
escala planetaria, impulsada por la convección en el núcleo de
hierro de la Tierra, no existen catástrofes asociadas que se hayan
documentado con las reversiones pasadas, a pesar de mucho rebuscar
en el registro geológico y biológico.
Hoy, sin embargo, un cambio de este tipo
podría, potencialmente, causar estragos en nuestra red eléctrica,
generando corrientes que podrían desmantelarla.
Y puesto que el campo magnético terrestre protege la vida de las
partículas energéticas del Sol y de los rayos cósmicos, los cuales
pueden causar mutaciones genéticas, el debilitamiento o pérdida
temporal del campo antes de un cambio permanente podría aumentar las
tasas de cáncer.
El peligro para la vida sería aún mayor
si tal reversión viniera precedida por largos períodos de
comportamiento magnético inestable.
"Deberíamos pensar más sobre lo que
serían los efectos biológicos", dijo Renne.
Datando los
depósitos de cenizas volcánicas
El nuevo hallazgo está basado en las mediciones de la alineación del
campo magnético en capas de antiguos sedimentos lacustres, ahora
expuestos en
la Cuenca Sulmona al este de las
montañas de los Apeninos de Roma, en Italia.
Los sedimentos del lago están
intercalados con capas de cenizas que surgían en esta provincia
volcánica romana, una amplia zona de volcanes que incluye la
erupción periódica de volcanes cerca de Sabatini, el Vesubio y las
colinas de Alban.
Los investigadores italianos, dirigidos por Leonardo Sagnotti,
del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Roma, midieron
las direcciones del campo magnético congeladas en los sedimentos, ya
que estos se acumulan en el fondo de este antiguo lago.
Sprain y Renne han usado la datación argón-argón, un método
ampliamente utilizado para determinar la edad de rocas, ya sean de
miles o de miles de millones de años de antigüedad, y así determinar
la edad de las capas de ceniza superior e inferior de sedimentos
registradas desde la última reversión.
Estas fechas fueron confirmadas por su
colega y ex-estudiante postdoctoral de UC Berkeley, Sebastien
Nomade, en el Laboratorio de Medio Ambiente y Ciencias
Climáticas en Gif-sur-Yvette, Francia.
Debido a que los sedimentos del lago fueron depositados a una
constante y alta velocidad durante un período de 10.000 años, el
equipo fue capaz de interpolar la fecha de la capa que muestra la
reversión magnética, llamada
inversión Matuyama-Brunhes, hace
aproximadamente 786.000 años.
Esta fecha es mucho más precisa que la
de estudios anteriores, que colocan dicha reversión hace entre
770.000 y 795.000 años.
"Lo que resulta increíble es que se
pase de una polaridad inversa a un campo normal con
prácticamente nada entre medio, lo que significa que tuvo que
haber sucedido muy rápidamente, probablemente en menos de 100
años", dedujo Renne.
"No sabemos si la próxima reversión
magnética se producirá tan pronto como ésta, sino que además,
tampoco sabemos si lo hará."
El inestable
campo magnético precedido de una vuelta de 180 grados
Independientemente de que el nuevo hallazgo se traduzca en problemas
para la civilización moderna, es probable que ayude a los
investigadores a entender cómo y por qué el campo magnético de
la Tierra invierte su polaridad de
forma episódica, apuntó Renne.
El registro magnético del equipo italiano obtuvo muestras de que la
repentina inversión de 180 grados del campo fue precedida por un
período de inestabilidad que se extendió durante más de 6.000 años.
La inestabilidad incluyó dos intervalos
de baja intensidad del campo magnético, que duró alrededor de 2.000
años cada uno.
Los rápidos cambios de orientación del
campo pudieron haber ocurrido en el primer intervalo de baja
intensidad. La inversión de la polaridad magnética completa, es
decir, la vuelta final y repentina a lo que el campo es hoy, debió
ocurrir hacia el final del más reciente intervalo de baja intensidad
del campo.
Renne continúa su colaboración con el equipo italo-francés para
correlacionar los registros del lago con los cambios climáticos del
pasado.
Este trabajo de Renne y Sprain ha sido financiado por el Centro
de Geocronología y la Fundación Ann y Gordon Getty.
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