II -
EL OTRO ESTADO
El primer experimento siempre es muy raro. Incluso suele parecer una
locura.
Pero, de todas formas, tuvo que haber un momento, un día, en
el que por vez primera un viejo y último reptil se convirtió en un
joven y primer pájaro. ¿Y qué ocurre cuando, de pronto, uno despega
y resulta que jamás había volado aún en cielo alguno ningún pájaro
lógico y razonable?
Es antinatural del todo, y más de un viejo
dinosaurio debió erizar sus placas dorsales:
“No es posible, habrá
sido una alucinación.”
De alucinación en alucinación han acabado
apareciendo estos hombrecitos con corbata y traje. Y ahora, ¿Cómo va
a continuar?
Una mañana de enero de 1962, vimos llegar a Madre un tanto pálida y
riéndose de sí misma como siempre, como si la ironía fuese la única
forma soportable de abordar la nueva especie sin perder del todo los
pedales de la vieja. Madre tenía ochenta y cuatro años.
Luego nos
dijo con su pequeño tono tranquilo y divertido:
62.91 –Es curioso, son unos ataques extraños que me parece que no
dependen para nada de la salud. Es una especie de descentralización.
Para formar un cuerpo, todas las células, son concentradas por una
especie de fuerza centrípeta que las junta. ¡Pues esto es
precisamente todo lo contrario! Es como si hubiera una especie de
fuerza centrifuga que hace que se esparzan. Y cuando se vuelve un
poco excesiva, salgo de mi cuerpo, y el resultado exterior, aparente,
es que me desmayo. No me “desmayo” porque estoy plenamente
consciente. Así que eso produce evidentemente una especie de
desorganización… extraña.
La nueva especie es, en primer lugar, la desorganización de la vieja.
...la última vez, resulta que había alguien junto a mí y no me caí, por
eso no me hice daño; pero esta vez estaba totalmente sola en mi
cuarto de baño. Yo seguía un fenómeno de consciencia en el que
estaba esparciéndome por el mundo, esparciéndome FÍSICAMENTE, ¡eso
es lo curioso, la sensación DE LAS CÉLULAS! Sentía un movimiento de
difusión que se hacia cada vez más intenso y rápido, y después, de
pronto, me encontré en el suelo.
El experimento se desarrolla según una cierta curva.
Intentaremos
primero mostrar la curva antes de contar cómo Madre llegó allí, por
qué procesos y transiciones. El hecho es que Madre salió de un
cierto estado humano para entrar en otro estado o en otro medio,
como el anfibio. La descripción del nuevo medio nos permitirá
comprender mejor el viejo y lo que forma la barrera de separación
entre los dos estados.
Esa barrera será todo nuestro problema, pero
es evidente que se sitúa a nivel celular puesto que ahí está el
punto de salida, o más bien los innumerables puntos de salida.
62.155 –Por ejemplo, suelo caminar un poco para rehabituar al cuerpo
(camino acompañada de alguien), y me he dado cuenta de una condición
un tanto particular… algo que podría descubrir como: ¡lo que me
produce la ilusión del cuerpo! Yo lo confío a la persona con la que
camino ( es decir, que ya no está bajo mi responsabilidad, es esa
persona la que se ocupa de que no se caiga, de que no se golpee, ¿entiendes?),
y la consciencia es una especie de consciencia que no tiene límites,
que es igual que olas, pero no solo individuales: es un MOVIMIENTO
de olas, un movimiento de olas materiales, corporales podríamos
decir, vasto como la Tierra; pero no… no es redondo ni plano ni…
algo muy infinito es la sensación, pero que es un movimiento
ondulatorio. Y ese movimiento ondulatorio es el movimiento de la
vida.
Decididamente, estamos en plena Física de la Materia.
De hecho,
todas las teorías físicas que intentan describir la estructura de
nuestro universo y la composición de la materia coinciden en un
punto: el movimiento ondulatorio es el elemento constitutivo y el
fundamento dinámico de la realidad física. Bien se trate del campo
electromagnético o del gravitatorio o de la interacción atómica, en
el corazón del átomo como en los confines del universo, todo se
mueve o se propaga según un movimiento ondulatorio: “El movimiento
ondulatorio es el movimiento de la vida”, dice Madre de una forma
sorprendente.
Y continúa:
... Y entonces, la consciencia (del cuerpo,
supongo)…, hay una consciencia que flota en todo eso en una especie
de paz eterna: pero no es una extensión, no vale esa palabra: es un
movimiento que no tiene límites y que tiene un ritmo muy armonioso y
muy tranquilo, muy vasto y muy calmo. Y ese movimiento es la vida.
Camino alrededor de mi cuarto y es eso lo que camina. Y es muy
silencioso, como un movimiento de olas que no tiene principio ni
fin, que tiene una condensación así (gesto de arriba abajo) y una
condensación así (gesto horizontal), y luego un movimiento de
expansión (gesto, como la pulsación de un océano). Es decir, una
especie de reunión, de concentración, y luego de expansión, de
difusión.
¿Cómo no recordar el campo electromagnético con sus dos componentes
perpendiculares: el campo eléctrico y el campo magnético, que se
propagan según una onda sinusoidal infinita?
Ese movimiento de
reunión, luego de expansión, es exactamente la descripción de la
propagación en el espacio de un tren de ondas sinusoidales. Y
acabamos de dar con un prodigioso misterio: ¿cómo un cuerpo puede
ser materialmente, celularmente, esa onda que compone y lleva los
mundos en su movimiento infinito y gobierna la existencia de los
átomos y de las galaxias? ¿Cómo se puede ser una onda
electromagnética infinita y ubicua permaneciendo, al mismo tiempo,
en los límites estrechos, de un cuerpo humano… que se desmaya al
principio por falta de costumbre? Es decir, un cuerpo con las
dimensiones del universo.
El experimento continuó todavía durante once años, con precisiones
graduales y una lenta “adaptación”, pero con un vocabulario que nos
hizo estar equivocados durante mucho tiempo, pues tan pronto Madre
empleaba una palabra, tan pronto otra, haciéndonos creer que se
trataba de fenómenos diferentes y, sobre todo, de mundos diferentes,
cuando era siempre la misma curva en un mismo mundo material.
¡Pero
intentad describirle la Materia vista con ojos de pájaro a un
renacuajo incorregible que sólo saber ver las paredes de cristal de
su pecera!
No le parecería en absoluto una materia sólida y
verdadera, incluso le resultaría un tanto sobrenatural. ¿Y qué
palabras iba a emplear Madre para describir lo que todavía no tenía
palabras? Lo que ondas “electromagnéticas” vino después: mientras
tanto, era sólo “un suceso”.
Pero su primer grito, al salir de la experiencia completa que iba a
tener lugar tres meses más tarde, en abril de 1962, nos deja
pensativos:
62.134 -¡La muerte es una ilusión; la enfermedad es una ilusión; la
ignorancia es una ilusión! Algo que no tiene realidad, ni existencia…
solo el Amor y el Amor y el Amor inmenso, formidable, prodigioso,
llevándolo todo. La cosa está HECHA.
El paso a la otra especie ya está hecho.
Si un primer pájaro pudo
volar entre los reptiles, también volarían todos los demás,
ineludiblemente. Pero el punto capital es que la muerte y la
enfermedad desaparecen materialmente en ese otro estado, puesto que
se trata de una experiencia del cuerpo y de las células, y no de la
experiencia mística de las cumbres nirvánicas.
No se trata de “la
ilusión del mundo” como han predicado los místicos, sino de la
ilusión de nuestra percepción física del mundo, y de la mentira que
de ahí resulta: la enfermedad y la muerte. Si la percepción celular
cambia, la enfermedad y la muerte cambian, se desvanecen… en otra
cosa que Madre iba a descubrir poco a poco.
Y el experimento continúa:
62. 121 –Constantemente me encuentro con ese problema –que es un
problema totalmente concreto, absolutamente material-, cuando tengo
que vérmelas con estas células y es preciso que sigan siendo células,
que no se evaporen en una realidad que ya no es física, y que al
mismo tiempo tengan esa flexibilidad, esa falta de rigidez necesaria
para ensancharse indefinidamente. Este cuerpo… es muy difícil, es
muy difícil sin que pierda (¿cómo diría yo?) su centro de
coagulación, sin que se disuelva en la masa que le rodea.
61.252 –Este cuerpo ya no es en absoluto como de costumbre: casi es
sólo una concentración, una especie de aglomeración de algo. No es
un cuerpo en una piel, en absoluto. Es una especie de aglomeración,
de concentración de vibraciones. E incluso lo que suele llamarse una
“enfermedad”, incluso esos desórdenes de funcionamiento, no tienen
para este cuerpo el mismo sentido que tienen, por ejemplo, para los
médicos y para la gente ordinaria. Ya no es así, no los sientes así,
Siente todo es como…, como una especie de problema de ajuste a una
necesidad vibratoria nueva.
62. 185 –La única sensación que quedaba del viejo estilo es el dolor
físico. Y me da la impresión de que es el punto simbólico de lo que
queda de la vieja consciencia, El dolor. El dolor es lo único que
siento como sentía antes. Por ejemplo, el alimento, el gusto, el
olfato, la vista, el oído, todo eso ha cambiado por completo.
Pertenece a otro ritmo, es decir, todo el funcionamiento de los
órganos. ¿Habrán cambiado los órganos? ¿O habrá cambiado su
funcionamiento? No lo sé. Pero obedecen a otra ley. Lo único que me
queda materialmente, concreto en este mundo, en este mundo de
ilusión, es el dolor. Me parece que es la esencia misma de la
Mentira. Incluso me ha sido prohibido emplear mis conocimientos, mi
poder y mi fuerza para anular el dolor, como lo hacía antes –antes
lo hacía perfectamente-. Ahora no, me ha sido totalmente prohibido.
Sin embargo, he visto que lo que tengo ahora entre manos es algo muy
distinto, algo que está formándose, y que es… no ya un milagro,
porque no es un milagro, sino la maravilla, lo desconocido. ¿Cuándo
llegará? ¿Cómo llegará? No lo sé.
En efecto, no se trataba de anular el dolor o suspender la muerte
por medio de “poderes” superiores, yóguicos o de otra clase; sino de
transformar el dolor y la muerte por medio del poder natural de las
mismas células. Eso es el “yoga de células”.
La próxima especie
parece que no estará dotada de unos nuevos órganos de abracadabra ni
de poderes miríficos, sino de un funcionamiento celular y una
percepción celular capaces de cambiar completamente y naturalmente
la condición de estos cuerpos mortales con los que nos hemos
disfrazado provisionalmente.
62.315 –Ahora hago una distinción constante entre… (¿Cómo diría yo?)
la vida en línea recta y en ángulo recto, y la vida ondulante. Hay
una vida en la que todo es cortante, duro, angular, y uno de golpea
por todas partes; y hay una vida ondulante, muy suave, encantadora –muy
encantadora-, pero no… no demasiado sólida. Es curioso, es
absolutamente otra clase de vida. Hasta las buenas voluntades, las
ternuras, los apegos, todo eso, es igual de agresivo que él resto.
Parecen bastonazos. Pero “eso” otro… es una especie de cadencia, de
movimiento ondulatorio, ¡que es de una amplitud, de una potencia!,
es formidable, ¿no? Y no desordena nada. No desplaza nada, no
tropieza con nada. ¡Y sin embargo, lleva al Universo en su
movimiento ondulatorio, tan ágil!
¿Será eso el famosos “Campo
unificado” de Einstein?
68.32 –Desde el punto de vista práctico, si hay algo que se
desordena en algún sitio por cualquier razón (un dolor, algo que se
desordena), con “eso”, casi al instante, el desorden desaparece; y
si me quedo pacientemente, en ese estado, hasta el RECUERDO
desaparece. Y es así cómo los desórdenes, que se habían convertido
en hábitos, van desapareciendo poco a poco.
68.1610 –Es curioso, la consciencia se ha vuelto cada vez más
intensa y está cada vez más extendida, y el cuerpo es como algo que
flota en esa consciencia, pero inactivo. No sé cómo explicarme. Es
como un océano de luz que continúa su trabajo, y luego, en él, flota
algo… Es azul ultramar oscuro, ¿conoces ese color?...Así es.
68.32 –Pero el cuerpo podrá dejarse llevar así sólo cuando esté
preparado. Y esto es la preparación. El movimiento si, es fundirse
totalmente, y el resultado será la abolición del ego, es decir, un
estado que es desconocido, podríamos decir que “no realizado
físicamente”. Porque todos aquellos que buscan el Nirvana buscaban
esa abolición abandonando su cuerpo, mientras que nuestro trabajo es
que sea el cuerpo, la sustancia material, la que pueda fundirse. Es
eso lo que esta vez se va a internar. ¿Cómo conservar la forma sin
que haya ego? Ese es el problema. Es por lo que el trabajo se hace
poco a poco, poco a poco. Es por lo que lleva tanto tiempo; cada
elemento es recuperado, transformado. La maravilla (para la
consciencia ordinaria es un milagro) es conservar la forma a la vez
que se pierde el ego por completo. Respecto al ser vital y al
mental, es fácil de entender; más aquí, en este cuerpo…, que no se
disuelva con ese movimiento de fusión…Pues bien, ese es,
precisamente, el experimento. Esa es, precisamente, la curva tan
interesante de lo que se está produciendo en este momento. Hay
momentos en los que uno tiene la impresión de que todo, todo, se
está disolviendo, desorganizando; y lo he visto perfectamente, al
principio la consciencia física no se aclaraba mucho y tenía la
impresión de que; “Oh! Debe ser el anuncio de la muerte”, y luego
poco a poco, ha venido, el conocimiento de que no era nada de eso,
de que sólo era la preparación interior para estar apto. Y además,
todo lo contrario, la visión clarísima de que si esa plasticidad tan
particular, si esa flexibilidad tan extraordinaria fuera realizada,
supondría, evidentemente, la abolición de la necesidad de la muerte.
Cada vez que la regla o el dominio de las leyes ordinarias, ¿no?, es
reemplazado, en un punto u otro, por la otra autoridad (la de “otro
estado”), se produce un estado de transición que tiene todas las
apariencias de un desorden formidable, y de un grandísimo peligro. Y
entonces, al cuerpo; mientras no lo sabe, mientras está en su estado
de ignorancia, le da pánico, cree que es una gran enfermedad, pero e
su origen no se trata de eso; es que se está retirando la ley de la
naturaleza ordinaria y es remplazada por la otra; entonces hay un
momento en el que no es ni esto ni aquello; y ese momento es crítico.
69.164 –Y es extrañamente frágil al mismo tiempo (el cuerpo), eso es
lo curioso. Da la impresión de que ha salido de todas las leyes
ordinarias y… que está en suspenso, así. Algo que está buscando
establecerse. Y extremadamente sensible a todo cuanto le viene.
Ambas cosas al mismo tiempo: extremadamente sensible a lo que le
viene de los demás, y al mismo tiempo como una potencia
extraordinaria para entrar en ellos y trabajar. Es como si todo un
género de limites hubiera sido… suprimido.
62.275 –Es una especie de estado muy impersonal en el que toda esa
costumbre de reaccionar a las cosas exteriores, que le rodean a uno,
ha desaparecido por completo. Pero no ha sido reemplazada por nada.
Es… una ondulación. Eso es todo. ¿Y cuándo se cambiará por otra cosa?
No lo sé. ¡Y no se puede, no se puede intentar nada! No se puede
hacer ningún esfuerzo, no se puede buscar nada, porque entonces,
inmediatamente, interviene esta actividad intelectual que no tiene
nada que ver con “eso”. Y es por lo que he concluido que se trata de
algo que hay que llegar a ser, ser, vivir. ¿pero cómo? ¿Y de qué
forma? No lo sé.
¿Cómo el pez iba a poder buscar ser otra cosa que pez? Sólo seguiría
haciendo esfuerzos de pez con sus ideas de pez.
62.66 –Para la visión ordinaria, exteriormente, superficialmente,
podríamos decir que ha habido un gran deterioro. ¡Pero el cuerpo no
siente nada de eso! Lo único que siente es que tal movimiento o tal
esfuerzo, tal gesto, tal acción, pertenecen al mundo –a este mundo
de la Ignorancia-, y que no están hechos de la manera verdadera, que
no son el movimiento verdadero. Y tiene la sensación o la percepción
de que ese estado del que te hablaba, suave, sin ángulos, ondulado,
debe desarrollarse de una cierta manera y producir efectos
corporales que permitan la acción verdadera. Hay una manera de
encontrar, pero no se trata de “encontrar”, así, con la cabeza; una
manera que está FABRICANDOSE en alguna parte. Hasta el punto de que,
cuando regreso a este estado, tengo de pronto la impresión de que mi
cuerpo se halla rodeado de escofinas y de ásperas leñas, ¡y, sin
embargo, está confortablemente sentado sobre cojines de plumas!
Además, en ese espacio estallado, el sentido del tiempo cambia
también.
Y una mañana, Madre nos dijo riéndose:
62.147 –Llegará un momento en el que diremos: “¿Te acuerdas? ¡En el
año tal creíamos que estábamos haciendo algo…!” Figúrate, me he
encontrado de pronto así, proyectada hacia delante: “¿Te acuerdas,
allí? (y siempre es a la izquierda, ¿por qué, verdad?), ¿te acuerdas
de entonces? ¡Oh! Creíamos que estábamos haciendo algo, creíamos que
sabíamos algo…!” Es divertido. Si, en la consciencia ordinaria, hay
como un eje, y todo gira alrededor de él, así es la consciencia
individual ordinaria. Y si ese eje se mueve, uno se siente perdido.
Es como un gran eje (más o menos grande, o también puede ser muy
pequeño), plantado muy recto en el tiempo, y todo gira a su
alrededor. Se extiende más o menos lejos, es más o menos alto, más o
menos fuerte, pero todo gira alrededor de un eje. Y ahora, para mí,
ya no hay ningún eje. Precisamente estaba observando esto, ¡ya no lo
hay, se fue, voló! Y todo puede desplazarse aquí, allí, allá (gesto
hacia los diferentes puntos cardinales), puede ir hacia delante,
hacia atrás, puede ir donde quiera. Ya no hay ningún eje, nada gira
ya alrededor de un eje. Es interesante. ¡Sin eje!
Pero de pronto,” la ondulación” se concretiza y revela lo que
verdaderamente es: el elemento constitutivo y el fundamento de toda
la realidad física:
63.108 –Debe haber algo nuevo en la consciencia de los agregados
celulares, algo… debe estar produciéndose un nuevo experimento.
Resultado: anoche tuve una serie de experiencias fantásticas
–celulares- que ni siquiera me puedo explicar, y que deben ser el
comienzo de una nueva revelación… Cuando empezó el experimento,
había en mi algo que estaba observando (ya sabes, todo el tiempo hay
en mi algo que observa de una forma un tanto irónica, que siempre
está divirtiéndose), y que dijo: “¡Caramba, si esto le pasara a otra
persona, seguro que se creería enferma, o se volvería medio loca! “
Yo estaba muy tranquila, y me dije: “Bien, hay que dejar que siga,
voy a observar, voy a ver, voy a verlo claramente…” ¡Indescriptible!
(será precioso que el experimento se repita varías veces para que
pueda comprenderlo). ¡Fantástico! Comenzó a las ocho y media y duró
hasta las dos y media de la madrugada, es decir, que ni por un
segundo perdí la consciencia, y estuve observando las cosas más
fantásticas. Y no sé hasta dónde va a llegar… Es indescriptible. Uno
se convierte en una selva, en un río, en una montaña, en una casa
¿no? Y es una sensación DEL CUERPO, es una sensación totalmente
concreta del cuerpo. Y muchas cosas más. ¡Indescriptible! (Pregunta:) ¿Una especie de ubicuidad de las células?
Si. Una
unidad, el sentido de la unidad… Es evidente que si llegara a ser
una cosa natural, espontánea y constante, la muerte no podría
existir, ni siquiera en este cuerpo… Hay algo que siento sin poderlo
expresar o comprender aún mentalmente. Tiene que haber una
diferencia, incluso en el comportamiento de las células, cuando uno
deja el cuerpo. Tiene que suceder alguna otra cosa.
Una vez que la consciencia celular ha dejado de estar atrapada y
encerrada en la red de un cuerpo, ¿qué sucederá cuando este punto de
materia, que está en perfecta continuidad con la totalidad del
cuerpo terrestre, es esparza?
63.67 –Es curioso… esta vista es totalmente diferente de la vista
física: se ve al mismo tiempo a miles de kilómetros y muy cerca.
72.268 – (Pregunta: ) ¿ Y qué es lo que ves? Me dan ganas de decir;
¡Nada! Nada, no “veo” nada. Ya no hay “algo que está viendo”, sino
que SOY una cantidad innumerable de cosas. VIVO una cantidad
innumerable de cosas. Y resulta que… (Añadía riéndose) son tantas,
tantas y tantas, ¡que ya no hay nada!
62.147 -¿No sientes tú acaso algo que sería como una súper
electricidad pura? Cuando uno lo toca, ve que está por todas partes,
pero no nos damos cuenta.
¿El “plasma” cósmico quizá, del que los físicos no acaban de
comprender muy bien sus extrañas propiedades?
Tal es el “otro estado” en pocas palabras. Ahora tenemos que
comprender sus consecuencias fisiológicas y funcionales –“la otra
manera”-, y el mecanismo del paso: lo que forma la barrera y cómo se
atraviesa. Y es inmediatamente comprensible que aquí ya no se puede
hablar de filosofía ni de religión –han estallado-. Durante siglos
nos han estado hablando de “espiritualistas” y de
“materialistas”,¿pero de qué materia se trataba, y de qué espíritu?
¿Qué es el “espíritu” del pez para el anfibio? Otra manera de
respirar. La respiración pulmonar, esa es la realidad de la religión
y de la filosofía de los peces para un anfibio.
Que la filosofía y la religión hayan estallado es de lo más
tranquilizador: así nadie podrá ya embrollarnos.
¡Pero la ciencia también ha estallado!
¿Qué valor puede tener la física o la astrofísica de los peces para
una especie de un medio completamente diferente?
Todas las “leyes” de nuestra pecera eran simplemente la medida de
nuestra impotencia; eran una cierta forma de mirar, aunque fuese
electrónica, a través de los cristales de la pecera. ¿Y cuándo se ha
hecho añicos esa pecera…? ¿Cuándo no existe ya nada que atravesar…?
Darwin tenía mucha razón cuando hablaba de “confesar un crimen”.
Y Madre llamaba también a ese “otro estado”, el estado ”divino” o “el
amor”, y algunas veces incluso el estado “todopoderoso”, y “eso” y…
Y también “el supramental”.
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