por Priya Ganapati
16 Agosto 2010
del Sitio Web
Wired
traducción de
Adela Kaufmann
Versión original
La
ingeniería inversa del cerebro
humano, para poder simularla utilizando computadoras, puede
estar tan sólo a dos décadas de distancia, dice
Ray Kurzweil, experto en inteligencia artificial y
autor del best-seller La singularidad está cerca.
Sería el primer paso hacia la creación de máquinas que son más
potentes que el cerebro humano.
Estas supercomputadoras pueden ser conectadas en red, en una
arquitectura nebulosa de computación para ampliar sus capacidades de
procesamiento. Mientras tanto, los algoritmos que las mueven podrían
hacerse más inteligentes.
En conjunto, estos podrían crear la máquina definitiva que nos pueda
ayudar a manejar los desafíos del futuro, dice Kurzweil. Este punto
donde las máquinas superan la inteligencia humana ha sido llamada la
"singularidad".
Es un término que Kurzweil ayudó a popularizar a través de su libro.
"La singular crítica de la singularidad es que el cerebro es
demasiado complicado, demasiado mágico y hay algo acerca de sus
propiedades que no puede emularse", dijo Kurzweil a los asistentes a
la Cumbre sobre la Singularidad el fin de semana.
"Pero el crecimiento exponencial de la tecnología está siendo
aplicado a la ingeniería inversa del cerebro, posiblemente el
proyecto más importante de la historia."
Durante casi una década, los neurocientíficos, informáticos y
psicólogos han estado trabajando para simular el cerebro humano para
poder crear lo que en última instancia, llamarían una arquitectura
informática basada en cómo funciona la mente.
Algunos aspectos de la ingeniería inversa de la audición y del
lenguaje han contribuido a estimular el desarrollo de la audición
artificial y el reconocimiento de voz, dice Kurzweil. Ser capaz de
hacer eso para el cerebro humano podría cambiar nuestro mundo de
manera significativa, dice.
La clave de la ingeniería inversa del cerebro humano se encuentra en
la decodificación y la simulación de la corteza cerebral - el
asiento de la cognición. La corteza cerebral humana tiene cerca de
22 mil millones de neuronas y 220 trillones de sinapsis.
Un superordenador capaz de ejecutar un software de simulación del
cerebro humano aún no existe. Los investigadores requerirían una
máquina con una capacidad de cálculo de al menos 36,8 petaflops y
una capacidad de memoria de 3,2 petabytes - tal escala que
tecnología de supercomputación no se espera que llegue por lo menos
en unos tres años, según el investigador de IBM Dharmendra Modha.
Modha lidera el proyecto de computación cognitiva de IBM en el
Almaden Research Center.
Para el próximo año, la supercomputadora de IBM "Sequoia" debrá ser
capaz de ofrecer 20 petaflops por segundo como pico de rendimiento,
y una máquina aún más potente estará lista probablemente en dos o
tres años.
"La retro ingeniería del cerebro está siendo tratada de manera
diferente", dice Kurzweil. "El objetivo no es necesariamente la
construcción de un gran simulador - el verdadero objetivo es
entender el principio del funcionamiento del cerebro."
La ingeniería inversa del cerebro humano está al alcance, pienasa
también Terry Sejnowski, jefe de computación del laboratorio de
neurobiología en el Instituto Salk para Estudios Biológicos.
Sejnowski dice que está de acuerdo con la evaluación de Kurzweil de
que alrededor de un millón de líneas de código pudieran ser
suficientes para simular el cerebro humano.
Así es como funcionan las matemáticas en esto, explica Kurzweil:
El diseño del cerebro se encuentra en el genoma. El genoma humano
tiene tres mil millones de pares de bases o seis mil millones de
bits, que es aproximadamente unos 800 millones de bytes antes de la
compresión, dice.
Eliminando redundancias y aplicando la pérdida de compresión, esa
información puede ser comprimida en unos 50 millones de bytes, según
Kurzweil. Alrededor de la mitad de eso es el cerebro, lo que se
reduce a 25 millones de bytes, o a un millón de líneas de código.
Sin embargo, incluso una simulación perfecta del cerebro humano o de
la corteza no hará nada a menos que se infunda con conocimiento y
formación, dice Kurzweil .
"Nuestro trabajo en el cerebro y la comprensión de la mente están en
la vanguardia de la singularidad", dice.
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