by Kingsley L. Dennis

2014

del Sitio Web KingsleyDennis

Versión en ingles

 

 

 

 

Parte 1

 

 

 

 


La tragedia de la humanidad es que muchos de nosotros apenas reconocemos las poderosas energías conscientes inherentes a nuestra psique colectiva.

 

Nuestros sistemas mediáticos y de propaganda han estado editando y explotando la manera de hacernos llegar la información. El resultado final no ha sido conocimiento sino información consensuada o 'permitida'.

 

Que la gente en general no haya despertado a la comprensión de que la humanidad posee una capacidad increíble y unos recursos inherentes para la expansión creativa y el desarrollo evolutivo ha prestado un gran servicio a la élite de la estructura de poder.

 

En estos momentos, en lugar de ver las noticias diarias necesitamos contemplar nuestros futuros potenciales.

Muchos de nosotros hemos sido educados dentro de una estructura social que exige que nos convirtamos en 'miembros productivos' de nuestra colectividad; por ello se hace tanto énfasis en el desarrollo de habilidades individuales a fin de que podamos competir con los demás para sobrevivir. Intrínseco a ello existe un miedo residual a que si nos abrimos demasiado a los demás podamos perder nuestra 'ventaja competitiva' y nuestros sentido de individualidad.

 

Hemos sido parcialmente programados para desempeñar el papel de víctima o de luchador, externalizando nuestras dificultades y nuestra culpa.

 

A ello se añade el hecho de que la ciencia occidental, que desde el Renacimiento se ha reafirmado como la hegemonía dominante, se haya esforzado en hacer hincapié en que lo primario es la materia y que la conciencia es un subproducto secundario de nuestra actividad mental.

 

La visión contemporánea del mundo que niega la primacía de la consciencia promueve formas de alienación humana, tanto psicológica como social. Es una gran paradoja que la ciencia moderna, siendo como es resultado de la consciencia humana, haya producido una cosmovisión que la excluya. Pero los seres humanos necesitan en sus vidas sentido y significado al igual que precisan aire que respirar y alimentos que comer.

 

Esta contienda acerca de la(s) mente(s) consciente(s) de la humanidad, que ha persistido durante eones bajo diversas formas, está alcanzando un punto crucial en la generación actual.

 

El resultado es que hemos llegado colectivamente a un momento crítico en la evolución de la civilización humana. Cualquier sociedad o civilización que tenga como único objetivo de búsqueda e interés el mundo material no puede sino decaer a largo plazo.

 

Como acertadamente comentaba el Profesor Needleman:

Lo esotérico es el corazón de la civilización. Y si las formas externas de una civilización humana llegan a ser totalmente incapaces de incluir y adaptar las energías de las grandes enseñanzas espirituales, dicha civilización habrá cesado de cumplir su función en el universo. [1]

Es por tanto imperativo que la gente comience a romper con el condicionamiento social ajeno al desarrollo y realice esfuerzos para hacer que la intención compasiva forme parte de su experiencia cotidiana.

 

Esto incluye ser conscientes del tipo de impactos que recibimos y evitar las impresiones e influencias negativas en favor de aquellas que son positivas. Por ejemplo, las palabras verdaderas nos animan y nos dan fuerza porque instintivamente reconocemos la autenticidad - nuestra consciencia corporal reacciona aunque sea indirectamente en forma de respuesta cutánea galvánica, reacción pupilar o impulsos eléctricos nerviosos.

 

En síntesis, nuestro cuerpo siente la esencia de aquello que nos impacta y la información negativa o falsa nos debilita. Este concepto se investigó científicamente examinando la fuerza muscular.

 

El Dr. David Hawkins ha escrito ampliamente sobre como los test musculares demuestran que diversos impactos generan reacciones corporales intensas o débiles.

 

En su trabajo explica que aquellas personas que escuchan mentiras exhiben una reacción muscular debilitada, mientras que quienes escuchan palabras o afirmaciones positivas muestran una respuesta muscular fuerte.

 

En su trabajo el Dr. Hawkins subraya además como,

  • Determinados 'atractores' lingüísticos como Vergüenza, Culpa, Apatía, Pena, Miedo, Deseo, Ira y Orgullo funcionan como emociones negativas que consumen energía.

     

  • Emociones y palabras positivas como Coraje, Voluntad, Aceptación, Razón, Amor y Alegría son fuertes atractores energéticos.

Según el Dr. Hawkins, alrededor del 99% de los humanos están calibrados por debajo del nivel de Alegría: un pensamiento entristecedor.

 

Lo que esto también nos indica es que todo nuestro cuerpo funciona como mente - una mente ampliada.

 

Como tal, todo nuestro cuerpo puede responder empáticamente y fortalecerse mediante la empatía y la compasión. Necesitamos escuchar más nuestro cuerpo, la información que nos da, y confiar en esa parte de nuestra mente - y no solo en los pensamientos que proceden del piso de arriba: nuestra cabeza.

 

Cuando la mente está recibiendo impactos y noticias ambiguas a menudo podemos confiar en que el cuerpo nos dará información más precisa y veraz.

Además, en momentos de desorden/desequilibrio cultural y social la mente humana a menudo funciona con una energía e intensidad que no se manifiesta cuando los patrones sociales son estables y monótonos.

 

En esos periodos dinámicos podemos darnos cuenta de que ningún individuo está aislado; que cada persona está entretejida en una red vibrante, una Web de interrelaciones psicológicas, emocionales y espirituales. Estas comprensiones pueden incrementarse durante aquellos periodos, como el actual, en los que parece que la consciencia humana está atravesando un tiempo de transición crítica.

Nuestra autoconciencia de la naturaleza de la consciencia humana se ha ido incrementando enormemente a lo largo de las últimas décadas.

 

Los recientes hallazgos de las nuevas ciencias (especialmente la ciencia cuántica y la neurociencia), los estudios sobre la consciencia, la divulgación del autodesarrollo interno, etc., todo indica que una nueva conciencia está emergiendo dentro de nuestra consciencia colectiva.

 

Es interesante señalar que según la investigación del Dr. David Hawkins la consciencia humana, que había permanecido suspendida durante muchos siglos por debajo del nivel 200 (190), [2] de repente, en algún momento a mediados de los años 80, ascendió hasta su nivel actual más elevado.

 

El índice medio global de la consciencia humana se situó en 207 (hasta finales de los años 90).

 

Por consiguiente, muchas predicciones y profecías fatídicas del pasado puede que se hayan evitado porque estaban relacionadas con un tiempo durante el cual la consciencia humana estaba por debajo del nivel 200. Porque la permanencia del mundo en esos niveles durante un tiempo prolongado, dice el Dr. Hawkins, causaría un gran desequilibrio que probablemente conduciría a la desaparición de la humanidad.

 

Cuando en un momento dado la propia consciencia cae por debajo de 200 la persona comienza a perder poder y por tanto crece más débil y más propensa a ser manipulada por lo que la rodea, dice Dawkins.

 

Actualmente, sin embargo, la consciencia humana está en ascenso; y a medida que lo hace posee la capacidad de afectar - o infectar - otras mentes.

 

Como indica Dawkin:

El poder de unos pocos individuos en la cúspide contrabalancea la debilidad de las masas:

  • 1 individuo al nivel 300 contrabalancea 90,000 individuos por debajo de 200
     

  • 1 individuo al nivel 400 contrabalancea 400,000 por debajo de 200
     

  • 1 individuo al nivel 500 contrabalancea 750.000 por debajo de 200
     

  • 1 individuo al nivel 600 contrabalancea 10 millones por debajo de 200
     

  • 1 individuo al nivel 700 contrabalancea 70 millones por debajo de 200 [3]

Lo que esto nos indica es que a medida que la consciencia humana se eleva tiene una capacidad exponencial para afectar a otros a su alrededor, como una onda de energía expansiva.

 

Lo que nos dice es que los individuos poseen la capacidad de producir un cambio infeccioso mediante la transmisión a los demás de su estado del ser. Es decir, el cambio energético llegará merced a nuestras formas sociales y culturales, y no mediante su evitación. El cambio para el desarrollo a gran escala puede ocurrir creando un cambio consciente dentro de nuestras vidas cotidianas y nuestros sistemas sociales, y no fuera de ellos.

 

Simplemente caminando en este planeta, manteniendo el enfoque y la intención, creamos una energía increíble - energía que se comparte. Creamos cambio simplemente estando vivos. Esta es la razón por la que ser/estar sin miedo es tan importante. Necesitamos no suscitar en nuestras cabezas una película en blanco y negro cuando en realidad estamos creando color.

 

Podemos usar las herramientas que ya están disponibles para nosotros y entre nosotros.

En la actualidad hay una masa exponencialmente creciente de gente que está despertando nuestra consciencia empática. Recientes acontecimientos desestabilizadores en nuestros ámbitos financieros y políticos han atraído el foco de atención de la gente hacia la disfunción de muchos de los sistemas en los que hasta ahora confiábamos.

 

Incluso el foco mediático en el extremismo religioso ha llamado la atención no solo acerca del déficit de valores espirituales de nuestras religiones mayoritarias sino también sobre cómo se utiliza la religión como herramienta para aumentar el control social, político y emocional.

 

Este enganche de nuestra consciencia colectiva parecido a un estado de trance está siendo desmontado actualmente a medida que la gente despierta al conocimiento de que hay muchísimo más en nuestras existencias que un estilo de vida materialista y basado en el consumo.

 

Pero no os sintáis frustrados si las cosas no suceden mañana, confiad en que los cambios y las transformaciones están sucediendo con el transcurso del tiempo. La necesidad de conocimiento interno, intuición, auto-confianza e integridad es ahora crítica.

 

Y recordemos que los humanos tienden hacia la compasión y la empatía.

 

El despertar de nuestra mente empática es nuestra herencia natural.

 


Referencias

[1] Jacob Needleman, New Religions (New York: E P Dutton, 1977)

[2] Esta es la escala del Dr. Hawkins para calibrar el nivel de consciencia humana según su 'Mapa de Consciencia'. Para más detalles consultar su trabajo.

[3] D. Hawkins, Power vs. Force - The Hidden Determinants of Human Behavior







Parte 2
 

 

 

 


Los acelerados cambios que están ocurriendo en estos momentos por todo el planeta no tendrán otra alternativa que forzar un cambio-mental a nivel global e individual.

 

A pesar de lo que los principales medios de comunicación nos han estado diciendo y mostrando, nos estamos agrupando como especie global como nunca hasta ahora. Necesitamos contemplar este hecho con una visión tanto inmediata como de conjunto.

 

Debido a la relativa brevedad de la vida humana casi nunca reflexionamos más allá de una o dos generaciones.

 

Hemos evolucionado como una especie que reacciona a las preocupaciones inmediatas. Esto nos resultaba útil en el pasado cuando teníamos necesidades de supervivencia en un mundo restringido de horizontes limitados. Pero ahora necesitamos una perspectiva como mínimo global - ¡y posiblemente incluso más allá!

Si observamos el panorama más amplio veremos cómo durante los últimos 150 años, es decir, desde los albores de la Segunda Revolución Industrial, ha ido emergiendo un tipo diferente de consciencia. Las nuevas tecnologías de dicha revolución - teléfono, radar, cine, automóvil y avión - exigían una nueva reorientación de la perspectiva humana.

 

Una percepción inédita de las dimensiones espacio-temporales comenzaba a alumbrar una nueva consciencia psicológica que quería mirar más allá de los límites y los horizontes de las fronteras físicas.

 

La Tercera Revolución Industrial, que está emergiendo en estos momentos, supondrá la confluencia de las comunicaciones digitales con una generación joven más consciente a nivel global. Este hecho posee el potencial de catalizar en nuestro planeta el surgimiento de una consciencia empática integral. Al mismo tiempo, dichas comunicaciones globales alentarán nuevas relaciones en nuestra ampliada conectividad.

 

Es decir, el incremento de múltiples relaciones es presumible que estimule una consciencia conectada y colaborativa, en lugar de una de conflicto y control.

 

Está emergiendo una ciudadanía planetaria que demostrará mayor empatía y que creará una sociedad universal diferente quizá en el plazo de dos generaciones. La humanidad ya contiene las semillas de esas capacidades trascendentales.

Durante los años que se avecinan, gracias al compromiso y la innovación creativa de individuos y colectividades, surgirán por todo el mundo muchas modificaciones sociales - un cambio catalizado dentro de los corazones, espíritus y mentes de la gente.

 

Externamente puede que parezcamos una inmensa, alejada y aislada colección de individuos, pero en verdad la familia humana es una especie estrecha e íntimamente entrelazada que abarca diversas culturas. Muchos de los individuos de la generación más joven ya están despertando a esta realidad.

 

Los jóvenes de todo el mundo están creciendo acostumbrados a tener redes de cientos, quizá incluso miles, de amigos por todo el planeta; compartiendo intimidad y empatizando fácilmente con un grupo social internacional de espíritus mentalmente afines.

 

Esta joven generación está poniendo de manifiesto, sea o no consciente de ello, unas relaciones humanas a nivel no-local.

 

Esta conectividad expandida está influyendo y afectando nuestra psicología y nuestra consciencia. En la actualidad nos vemos impulsados a coexistir mediante formas que posibiliten que los demás también vivan. Así mismo nos vemos impelidos a discurrir por caminos que respeten las vidas de los otros y el derecho al desarrollo cultural y económico de todo el mundo; y a buscar la realización personal en armonía con la integridad de la naturaleza.

 

Estos rasgos pueden fundar lo que denomino consciencia integral-ecológica: una persona que actúa y se comporta a la vez como individuo y como parte de un todo mayor engranado. Tales relaciones múltiples crean una vida más variada, rica y compleja; también proporcionan una gama más amplia de impactos y oportunidades para desarrollar el yo.

 

Al igual que ofrecen desafíos para perfeccionar nuevas habilidades y aprendizajes, nuestras redes diversas permiten establecer nuevas amistades y añadir un sentido extra a nuestras vidas.

Hoy en día, mucha gente joven se siente cómoda comunicándose con desconocidos; exploran y expresan on-line sus pensamientos, sentimientos, emociones e ideas íntimas a cientos de personas extrañas, de diversas procedencias culturales.

 

Cada vez más las interacciones cotidianas son empáticas cuando reaccionamos y compartimos noticias, historias e impactos emocionales procedentes de fuentes de todo el mundo.

La empatía es uno de los valores básicos mediante el cual creamos y sostenemos la vida social. La exposición a impactos procedentes de fuera de nuestros propios entornos locales y restrictivos nos ayuda a aprender tolerancia y a vivir experiencias más ricas y complejas, llenas de ambigüedades y múltiples perspectivas.

 

Es un modo de conectarse que permite que gentes diversas de todo el mundo construyan una nueva forma de capital social planetario. Disponemos de los recursos para co-crear una sociedad humana planetaria en la que el foco esté de nuevo en el beneficio social más que en el lucro.

 

En la actualidad podemos ver múltiples ejemplos de ello, tales como las herramientas colaborativas on-line y los proyectos tanto locales como globales. La comunidad global on-line es un modelo del nuevo paradigma que ilustra como el hecho de compartir puede funcionar más allá de la motivación individual de ganancia.

 

Puede que los valores y la ética de la compartición comunitaria le parezcan extraños o fuera de lugar a la vieja mentalidad capitalista-consumista, pero son precisamente los que irán creciendo en las generaciones venideras.

El incremento espectacular de las tecnologías globales de comunicación (Internet y móviles, etc.) refleja una nueva forma de consciencia de participación, especialmente entre la gente más joven.

 

Se trata de un nuevo modelo compartido; en otras palabras, conecta a la gente mediante redes en lugar de a través de estructuras jerárquicas.

 

También representa una energía más femenina que busca nexos, nutrir y colaborar en lugar de competir y conquistar. Esta energía femenina emergente es la que subyace al aumento de la empatía global. También, puesto que las personas se conectan entre ellas por medio de múltiples relaciones, eso les impulsa a comprometerse activamente.

 

Para aquellos individuos educados dentro de la vieja generación de las tecnologías de comunicación (radio, televisión, teléfonos fijos), la interacción era bien de dos direcciones o, en su mayor parte, de una sola. En esa era la gente era receptora pasiva, blanco de una información con la que no podía comprometerse.

 

Eso ha cambiado, de manera que el receptor de la comunicación es tanto usuario como productor.

Merced a las redes sociales on-line, los mensajes telefónicos, los canales de video (p.e. You-Tube) y otros medios de difusión variados hemos aprendido a democratizar nuestro compromiso y a activar la elección. La generación más joven está despertando rápidamente y aprendiendo cómo crear estaciones de radio (podcasts) baratas o gratuitas, sitios Web caseros, boletines informativos (newsletters), etc. y está gestionando sus propias formas de auto-expresión.

 

Este nuevo modelo está cambiando nuestros patrones de pensamiento y conducta.

 

Nos estamos acostumbrando a enfrentarnos con conexiones múltiples en lugar de individuales; y a sumergirnos en relaciones variadas y no simplemente en diálogos de uno a uno. También estamos expuestos a miríadas de puntos de vista, creencias, identidades y experiencias.

 

Dentro de estas nuevas disposiciones se nos pide que respondamos y nos comprometamos con el mundo exterior no con miedo o ansiedad sino con energías saludables, creativas y positivas.

A medida que una nueva generación entre en un mundo en el que la colaboración y la conexión sean la nueva normalidad, es previsible que también veamos una consciencia diferente que responda a tal ambiente.

 

De ese modo, el cambio llegará como respuesta a nuevos patrones y potencialidades.

 

Con paciencia, tolerancia, empatía, compasión y comunicación consciente veremos un conjunto diferente de valores catalizando el cambio a través de nuestras culturas del mundo.



 



Parte 3
 

 

 

 


Vamos a ser testigos de una generación de gente joven que mostrará un anhelo de mejoramiento humano que dará fruto gracias a una acción intensificada destinada al cambio social, político y ecológico.

 

Cada vez más jóvenes crecen experimentando relaciones sociales que trascienden tanto el espacio y el tiempo como las culturas, las fronteras nacionales y las ideologías locales.

 

Esto podría explicar el aumento en los países desarrollados del número de jóvenes implicados en proyectos comunitarios y sociales y ONGs; como, por ejemplo, pasar un año cooperando en una cultura extranjera con el fin de aprender, experimentar y ofrecer ayuda.

 

A pesar de que pueda parecer lo contrario, el voluntariado entre los jóvenes está aumentando. Incluso se están poniendo en peligro - en zonas de conflicto - para defender valores de paz, justicia, igualdad y derechos humanos.

 

Mentes jóvenes de todo el mundo exigen que todos los pueblos dispongan de un acceso justo y equitativo que les permita participar en una comunicación abierta y con libertad de expresión. Y parece que, a medida que nuestra(s) generación(es) actual(es) vaya(n) 'despertando' progresivamente, muchas más mentalidades creativas se irán uniendo a la conversación global.

En 2012 la población planetaria era de alrededor de 7.000 millones y el porcentaje de usuarios registrados en Internet del 33%, un incremento de más del 500% respecto a la década previa.

 

Para el 2020 se estima que la población mundial rondará los 7.800 millones y de ellos el 66 % serán usuarios de Internet - es decir, algo menos de 3000 millones de personas se unirán por primera vez a la conversación global por todo el mundo.

 

En otras palabras, cerca de 3.000 millones de nuevas mentalidades estarán conectadas al flujo de información, lo que supone muchos millones de personas jóvenes creativas, solucionadoras de problemas, innovadoras y visionarias. Aún más, la mayoría de esas mentes procederá on-line de Asía, Oriente Medio, y de los así llamados países en vías de desarrollo.

 

Serán, en gran medida, mentalidades jóvenes; mentes con necesidades y con afán de mejoramiento social.

 

¿Podemos siquiera imaginar el potencial colectivo de estas nuevas mentes creativas, muchas de ellas pensando al margen de lo establecido y fuera de los viejos modelos?

Resulta significativo que en tiempos de relativa estabilidad social, la consciencia humana juegue un papel menor en el comportamiento social. Sin embargo, cuando una sociedad alcanza los límites de su estabilidad los sistemas socio-culturales son sensibles y responden incluso a mínimas fluctuaciones en la consciencia de sus ciudadanos.

 

En esas épocas, los cambios de valores, conjuntos de creencias, percepciones, etc., tienen una gran influencia sobre el rumbo ulterior de la situación social.

 

En tiempos de inestabilidad social, la consciencia humana se convierte en un estímulo y un catalizador significativo del cambio. Esta es la razón por la que resulta imperativo que la humanidad, en lugar de verse coaccionada o condicionada hacia una seguridad basada en el miedo que se oponga al cambio, se enfoque colectivamente hacia un desarrollo positivo, un mejoramiento.

 

No deberíamos subestimar la capacidad de la mente humana para adaptarse y evolucionar de acuerdo a los impactos e influencias sociales y ambientales.

Nuestro sentido actual de auto-consciencia ha evolucionado claramente para enraizarnos en un mundo colectivo de relaciones y redes sociales ampliadas. Podría decirse que la humanidad se ha 'cableado' biológicamente para acceder a conexiones y redes de comunicación extendidas. También estamos 'cableados' para adaptarnos físicamente en respuesta a la experiencia - con esfuerzo intencional, consciencia y diferentes patrones de concentración pueden aflorar en nuestros cerebros nuevos desarrollos neurológicos.

 

A esta capacidad para crear, a partir de la experiencia, nuevas conexiones neuronales y con ellas nuevos conjuntos de habilidades mentales se le ha denominado neuroplasticidad.

 

El cerebro humano actual tiene que responder al aumento increíble de energía e información que está fluyendo a través de nuestros entornos e integrándose en nuestras experiencias culturales. Siendo conscientes de nuestras experiencias y de los impactos e influencias ambientales podemos alcanzar una mejor comprensión de cómo nuestro cerebro y nuestro pensamiento transforman sus patrones.

Así que, el modo en que enfocamos nuestra atención y nuestra consciencia moldea en gran medida la estructura de nuestros cerebros.

 

Más aún, la capacidad de desarrollar nuevas conexiones neuronales permanece disponible a lo largo de nuestra vida y no sólo durante los años de formación juvenil. Este conocimiento nos anima a cultivar nuestra atención plena (mindfulness), nuestra auto-consciencia y nuestra relación empática con los demás.

 

La neuroplasticidad también nos estimula a ser más reflexivos acerca de nuestras redes humanas y a desarrollar aquellas habilidades sociales que subyacen a la empatía y la compasión.

 

Precisamente estas nuevas 'conexiones cableadas' son las que se están activando a medida que cada vez más individuos 'despiertan' a lo que está pasando en nuestras sociedades, nuestras comunidades y nuestro planeta. Tales conexiones compartidas abren brecha en las fronteras culturales y nacionales y nos fuerzan a auto-reflexionar sobre nuestra identidad, nuestros valores y nuestra ética.

En estos momentos tenemos una oportunidad de cambio y mejora como nunca habíamos tenido en nuestra historia reciente, lo que significa también que tenemos la responsabilidad; y puede que ambos factores no vuelvan a estar presentes exactamente en el instante preciso en la que son tan necesarios.

 

Durante estos años la especie humana puede ser testigo de un aumento de la intuición y la empatía, de una mayor conectividad con el mundo y con sus gentes, y de una sensación de 'saber' qué cambios son necesarios.

 

Más aún, dentro de cada persona hay una sensación creciente de un todo cósmico mayor: la comprensión de que la humanidad existe y evoluciona dentro de un universo de gran inteligencia y significado, lo que sirve para dotar a la humanidad de un impulso espiritual más profundo. A medida que emerja una nueva mente empática global, la gente de todo el mundo crecerá con nuevas manifestaciones de atención plena (mindfulness), más solidarias, relacionales y compasivas.

 

Es probable que el siglo XXI sea la época que alumbre y nutra esa consciencia evolutiva.

Por todo el mundo, muchos de los más jóvenes no aceptan el condicionamiento social de enfado, miedo e inseguridad de sus generaciones pasadas. Quieren tender la mano al cambio y al mejoramiento.

 

Alrededor del mundo existen ejemplos de jóvenes que rechazan la mentalidad de las generaciones de sus mayores.

 

Especialmente en zonas de conflicto, en las que las mentes juveniles se ven restringidas a odiar incondicionalmente a enemigos permanentes, existe una fuerte oposición contra esa vieja programación. Los más jóvenes están tendiendo la mano allende las fronteras artificiales para comprometerse con el así llamado 'enemigo' e iniciar un nuevo diálogo de paz y reconciliación: son conscientes de que la mentalidad de conflicto no tiene futuro y será dejada atrás si no logra aceptar el cambio.

 

Mientras muchas de las viejas mentes programadas pensaban que el futuro significaba instalar fronteras y mirar a los 'otros' con ojos de sospecha, muchos jóvenes lo ven de forma diferente.

 

Podemos observarlo en los movimientos juveniles de todo el mundo a medida que por todas partes surge un cambio en su mentalidad. Esto es especialmente cierto en los territorios del Medio Oriente donde los regímenes restrictivos se están encontrando con una creciente demografía juvenil que no acepta las viejas mentalidades y los métodos de antaño.

 

Todos los jóvenes quieren lo que todo el mundo - paz, justicia, igualdad, libertad, etc.

 

Existe una nueva primavera en el planteamiento de jóvenes, tecno-expertos, con mentalidades energéticas que eluden los viejos modelos. En los años venideros - al menos durante las dos próximas décadas - veremos cada vez más los signos de cambio de la vieja guardia (¡los dinosaurios!).

 

Y en esta ocasión no serán reemplazados por quienes tienen la misma consciencia.

 

Con el cambio generacional veremos la transición gradual a una época de individuos que piensan, sienten y se conectan de forma diferente, y que querrán trabajar por un mundo diferente.

Está surgiendo una nueva narrativa en la que cada persona está integrada en una visión de conjunto: el trayecto de cada uno forma parte del camino de la totalidad. Esta nueva historia nos refiere que existe la posibilidad de que la humanidad se comprometa en la creación consciente de su camino hacia delante, con armonía, equilibrio y respeto a todos.

 

Esta nueva narrativa es parte de la mente empática de la humanidad en evolución, una mentalidad que nos impulsará a buscar mayor conectividad y sentido en nuestras vidas.

 

La historia humana más reciente es aquella en la que somos nosotros quienes creamos la historia del futuro.