Desastres naturales
Un devastador
terremoto de magnitud 7,9
sacudió el pasado sábado Nepal, dejando más de 6.000 muertos
y unos
ocho millones de afectados en todo el país.
El sismo causó numerosos daños materiales y
afectó severamente un área de entre 1.600 a 3.200 kilómetros
cuadrados, una zona que va desde Katmandú hasta Pokhara.
Además, el terremoto provocó que en pocos
segundos una parte de la India se
desplazara hasta tres metros hacia el norte por
debajo de Nepal, según señaló Colin Stark, profesor
asociado de Investigación en el
Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty
de la Universidad de Columbia (EE.UU.).
El desastre natural activó
alarmas en todo el mundo,
y numerosos expertos reconocieron que muchas zonas de nuestro
planeta potencialmente vulnerables no están preparadas para
enfrentarse a este tipo de cataclismos (ver '¿Está
preparada América Latina para un Terremoto Similar al de Nepal?').
Además, algunos científicos, como el profesor de
Geofísica y Riesgos Climáticos Bill McGuire,
advirtieron de una serie de
"eventos geológicos extremos", como terremotos,
volcanes y tsunamis equiparables al devastador terremoto de
Nepal, que podrían estar por venir.
Junto a la desaparición del hielo y la elevación
del nivel del mar, las
inundaciones previstas para el siglo XXI son inevitables,
aseveró McGuire, profesor del University College de Londres,
citado por la revista 'Newsweek'.
"El cambio climático puede desempeñar un
papel fundamental en la activación de ciertas fallas que
podrían provocar la muerte de un gran número de personas",
dijo.
Mientras tanto, incluso antes del terremoto en
Nepal, los investigadores británicos
alertaron de un 33% de
probabilidades de una mega-erupción volcánica este
siglo, que sería igual o incluso mayor que la tragedia de la
erupción del volcán indonesio Tambora, que dejó 70.000 víctimas
mortales e inspiró a Mary Shelley para escribir su famoso
'Frankenstein'.
Fenómenos inquietantes
Aparte de los desastres naturales, hay fenómenos
y cataclismos menos notables, pero no menos inquietantes para
los expertos de diferentes partes del mundo.
Así, los científicos estadounidenses están
alarmados por una
misteriosa masa de agua caliente detectada en el Pacífico
que podría ser la causa de las condiciones meteorológicas
anómalas registradas en EE.UU. en los últimos años, como la
grave sequía que sufre el estado de California y los duros
inviernos que han afectado el noreste del país.
De acuerdo con el estudio de los investigadores
de la Universidad de Washington, se trata de una enorme masa de
agua de unos 90 metros de profundidad (bautizada como 'la
mancha') que se extiende unos 1.600 kilómetros a lo largo de la
costa oeste del continente norteamericano, desde Alaska hasta
México.
Por su parte, la investigadora británica Lee
Bryant, de la Universidad de Bath,
alertó este mes de abril de las llamadas
'zonas muertas', que se
extienden por el océano y amenazan a la fauna marina, y
pueden derivar en un grave problema para la humanidad.
A esto hay que añadir los fenómenos climáticos
extraños que cada vez son más frecuentes en nuestro planeta,
como olas de calor, sequías o, por el contrario, las lluvias
anómalas.
Los humanos, ¿culpables?
Erich Fischer y Reto Knutti,
científicos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y el
Clima en Zúrich,
consideran que es la
actividad humana lo que provoca el calentamiento global,
que a su vez influye en la frecuencia cada vez mayor de
fenómenos climáticos anómalos.
Por ejemplo, de acuerdo con los científicos, el
aumento de la temperatura media del planeta, que tiene su origen
en la revolución industrial del siglo XIX, provoca calor
irregular en un 75% de los casos registrados y es responsable
del 18% de precipitaciones superabundantes.
"Desde que empezó el calentamiento global, en
el transcurso de 30 años las épocas de calor extremo han
sido cuatro veces más frecuentes que anteriormente", explica
Fischer.
Su opinión se suma a otras muchas voces que
culpan a los seres humanos de los cataclismos ambientales.
Según Dominique Bourg, experto en la
protección del clima, la gente,
al cambiar el medioambiente cambia la vida de toda la humanidad.
En comparación con el momento de inicio de la
llamada 'revolución industrial', ahora el contenido de dióxido
de carbono en la atmósfera ha aumentado en un 40%.
Así,
"si volvemos decenas de millones de años
atrás, veremos que durante ese período no se produjeron
cambios de mucha importancia, así como desde la década de
1830 hasta la actualidad.
Está claro que si a lo largo de millones de
años no hubo muchos cambios, y de repente hay un cambio
brusco, eso significa que
en la Tierra está sucediendo algo colosal", afirmó
el experto francés durante una conferencia la semana pasada.
¿Estamos condenados?
Frente a todas estas amenazas, los científicos
más pesimistas (o, tal vez, más realistas), advierten de que
nos quedan cada vez menos posibilidades para salvar el planeta.
Esta semana, los
científicos
han vuelto a adelantar las agujas del simbólico 'reloj
del fin del mundo', que marca cuánto tiempo
queda hasta el Día del Juicio Final, a tres minutos antes
de medianoche debido a las crecientes amenazas del cambio
climático y la proliferación nuclear.
Este nuevo adelantamiento ha sido el segundo en
los últimos tres años.
En el año 2012 las agujas fueron adelantadas un
minuto (de las 23.54 a las 23.55), también debido al cambio
climático.
"No estamos diciendo que sea tarde
para actuar, pero hay que comprender que nos quedan
cada vez menos
posibilidades para tomar medidas", comentó Kennette
Benedict, una de los representantes de la revista 'Bulletin
of the Atomic Scientists', que creó el famoso reloj.
El destacado astrofísico británico Stephen
Hawking aseguró que,
"la
humanidad no sobrevivirá los siguientes 1.000 años
si no abandona la Tierra y escapa al cosmos".
"Tenemos que seguir investigando el espacio
para el futuro de la humanidad (…). No creo que vayamos a
sobrevivir otros 1.000 si no escapamos de nuestro frágil
planeta",
aseveró el científico.
Mientras tanto, ya hay quienes alertan de que con
sus acciones los humanos podrían ser capaces de destruir no solo
la Tierra,
sino todo el Sistema Solar.
"En la Tierra Está
Sucediendo Algo Colosal"
25 Abril 2015
del Sitio Web
RT
REUTERS/Sergio Candia
Últimamente se registran en diferentes partes del mundo varios
cataclismos ambientales.
El más reciente ocurrió en Nepal y la India,
donde un devastador sismo se cobró la vida de centenares de
personas. Según Dominique Bourg, experto en la protección
del clima, la gente, al cambiar el medio ambiente cambia la vida
de toda la humanidad.
REUTERS/Carlos Gutierrez
Durante una conferencia que brindó Dominique Bourg, filósofo
francés, profesor de la Universidad de Lausana y experto en
protección del clima, habló sobre
el antropoceno, un nuevo
periodo geológico también conocido como 'la edad del hombre',
que se caracteriza por un aumento del dióxido de carbono.
En ese sentido, recordó que el antropoceno
continúa y que "cada década estamos viendo algo nuevo".
El más devastador terremoto en
Nepal
en los últimos 80 años
twitter.com/salokya
En comparación con el momento de inicio de la llamada revolución
industrial, ahora el contenido de dióxido de carbono en la
atmósfera ha aumentado en un 40%.
Así,
"si volvemos decenas de millones de años
atrás, veremos que durante ese período no se produjeron
cambios de mucha importancia, así como desde la década de
1830 hasta la actualidad.
Está claro que si a lo largo de millones de
años no hubo muchos cambios, y de repente hay un cambio
brusco, eso significa que en la Tierra está sucediendo algo
colosal", afirmó.
Otro factor importante, de acuerdo con el
experto, es el aumento de la masa de compuestos de nitrógeno y
fósforo.
La concentración de compuestos nitrogenados es
tres veces más alta que antes del comienzo de las actividades
humanas, señaló y subrayó que eso sucede también en las regiones
que están lejos de la actividad industrial humana.
En 2009 investigadores han advertido acerca del cruce de la
frontera cualitativa climática, la de la biodiversidad y la del
ciclo nitrógeno-fósforo y ahora, en 2015 advierten sobre el
cruce de la frontera cualitativa del uso de los suelos (se trata
sobre todo de la destrucción de los bosques).
"Es decir, los científicos trazaron
determinadas 'líneas rojas' que nos permiten afirmar que
hemos cruzado la frontera hacia una nueva era en la historia
de la Tierra", subrayó Bourg.
REUTERS/Sergio Candia
Condenados a Desaparecer
-
Países que se Hunden Ante
Nuestros Ojos -
07 Abril 2015
del Sitio Web
RT
traducción de María Lekant
Son muchos los que hablan de los riesgos que supone el
calentamiento global, pero no todos los perciben como una
amenaza real y tangible.
Sin embargo, para miles de habitantes de
archipiélagos como Vanuatu, Kiribati o las Maldivas, las
consecuencias de este proceso ya se dejan sentir. Año tras año,
tienen que vivir con la idea de que pronto sus países se
hundirán por completo.
Así, el nivel del mar en el Pacífico occidental está aumentando
unas cuatro veces más rápido que el promedio mundial,
contaminando las aguas subterráneas, envenenando las tierras
cultivables y tragándose islotes que habían sido habitables.
Debido al calentamiento de los océanos, los ciclones tropicales
y otros desastres naturales se están produciendo en la región
con una intensidad inédita.
Los Gobiernos de los países amenazados culpan de la actual
situación a la emisión irresponsable de gases de efecto
invernadero de los grandes países y urgen a tomar medidas para
frenar el calentamiento global. Al mismo tiempo, tienen que
pensar en la futura evacuación de sus habitantes e incluso en
comprar terrenos a los países vecinos.
Y las personas que huyen de sus países natales, condenados a
hundirse, hacen pensar en el nacimiento de una nueva categoría
de refugiados:
refugiados climáticos.
Kiribati
La última generación de Kiribati
Kiribati, situado en el océano Pacífico, es uno de los primeros
países que pueden desaparecer debido a la subida de las aguas.
La mayor parte del archipiélago se eleva tan solo dos o tres
metros sobre el nivel del mar, y el agua alrededor de los 32
atolones de Kiribati está subiendo 1,2 centímetros por año -
unas cuatro veces más rápido que el promedio mundial - debido al
flujo de las corrientes oceánicas.
Algunos expertos opinan que para el año 2100 el
país habrá desaparecido bajo las aguas.
Y es un pronóstico
optimista:
algunos residentes creen incluso que el mar 'se
tragará' sus hogares dentro de 20 o 30 años.
Ante esta amenaza, el Gobierno ya ha comprado 6.000 hectáreas de
tierras en Fiyi, a 2.200 kilómetros al sur de Kiribati.
"Si no se hace nada, Kiribati se hundirá en
el océano. Para 2030 empezaremos a desaparecer. Nuestra
existencia terminará en etapas. Primero, las capas de agua
dulce serán destruidas. Los árboles del pan, el taro... el
agua salada los matará", afirmó en 2013 el presidente de
Kiribati, Anote Tong, en declaraciones al semanario 'Businessweek'.
"Así que vamos a tener que evacuar las islas. Vamos a
defender las islas cuanto podamos, pero no podemos
protegerlas contra las tormentas. Tenemos un clima muy
moderado aquí, pero si eso cambia, no sobreviviremos.
Nosotros no hubiéramos sobrevivido al huracán Sandy. Hubiera
terminado con nosotros", agregó.
En opinión de Anote Tong, los países con
altos niveles de emisión de gases de efecto invernadero son los
que tienen la culpa de la actual situación de su país.
"Yo entiendo las realidades de este mundo.
Las personas se preocupan por lo que les afecta. No se
preocupan por las cosas que no sienten. Pero mi ira no va a
hacer que EE.UU. y China dejen de quemar carbón", lamentó el
presidente.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático de la ONU ha declarado que Kiribati está
entre las seis naciones de las islas del Pacífico más
vulnerables al
calentamiento global.
Se trata de comunidades que se enfrentan a una
seria amenaza de inundación permanente causada por la subida del
nivel del mar.
Más del 60% de la población actual de Kiribati, mayoritariamente
menor de 30 años, puede ser la última generación que viva en el
país.
Maldivas
Las Maldivas,
un paraíso que se hunde en el
Índico
La pequeña
nación isleña de Maldivas vive en uno de los lugares
más hermosos del mundo y cada año atrae a miles de turistas.
Es además el país que se encuentra a menor
altitud del mundo: 1,5 metros de promedio y una altura máxima de
2,3 metros.
Las perspectivas más pesimistas de la elevación del nivel del
mar indican que unos 317.000 isleños tendrán que abandonar para
siempre su hogar antes del fin de este siglo, dejando una
cultura de unos 2.000 años de antigüedad bajo el agua.
Ya en 2009, los científicos reunidos en el Congreso
Internacional sobre Cambio Climático en Copenhague llegaron
a la conclusión de que el deshielo de las regiones árticas
provocaría una subida del nivel del mar de hasta un metro de
altura en este siglo.
Ante esta amenaza, el entonces presidente del país insular,
Mohamen Nasheed, propuso ahorrar dos millones de dólares
procedentes del turismo cada año para poder comprar un nuevo
hogar a sus ciudadanos en caso de una eventual evacuación.
Como fruto de las preocupaciones del Gobierno por el cambio
climático y la probable desaparición del país, así como de la
firme apuesta por el turismo, nació la idea de la
construcción de nuevas islas artificiales.
El proyecto, encargado a una empresa holandesa, salvaría a la
población en el más que probable caso de la subida del nivel del
mar, y además funcionaría como un gran complejo turístico de
lujo, que incluiría el primer campo de golf flotante del
mundo.
Vanuatu, devastado por
desastres naturales
Por si pareciera poca la amenaza constante de la desaparición
bajo el agua, los pequeños países insulares sufren frecuentes
desastres naturales.
Así, el pasado mes de marzo (2015) fue uno de los más
catastróficos en la historia de
Vanuatu (video abajo),un país insular del
Pacífico considerado por las Naciones Unidas el más vulnerable
ante los desastres naturales.
El
ciclón Pam, catalogado como
"uno de los peores en la historia del Pacífico", arrasó Vanuatu,
causando numerosas víctimas y dañando por lo menos un
90% de los
edificios de Port Vila, capital del país.
Según las estimaciones de las Naciones Unidas, el ciclón, con
vientos de categoría 5 (hasta 270 kilómetros por hora), causó 24
muertos y dejó sin hogar a 3.300 personas.
El presidente del país, Baldwin Lonsdale, pidió ayuda a
la comunidad internacional para "reconstruir todo" en Vanuatu y
agregó que "las necesidades humanitarias son inmediatas".
Este domingo, el Ministerio de Emergencias ruso completó la
operación de ayuda al pueblo de Vanuatu afectado por el ciclón
tropical.
Dos aviones IL-76 entregaron al archipiélago del
Pacífico más de 60 toneladas de alimentos y otros productos de
primera necesidad, según la Web del Ministerio.
Tuvalu
Tuvalu,
viviendo con la certeza de que
su país se hundirá
Tuvalu es el segundo país con altitud máxima más baja después de
las Maldivas, y otro ejemplo de la gran paradoja del cambio
climático:
las naciones que menos contaminación generan
son las que más sufren sus consecuencias.
Por esa razón entre las principales prioridades
internacionales para Vanuatu está la toma de conciencia del
calentamiento global y la subida del nivel del mar.
No es de extrañar, por lo tanto, que el país sea
un firme defensor de la ratificación y aplicación del
Protocolo de Kioto.
Tuvalu, ubicado en el océano Pacífico cerca de Kiribati, Samoa y
Fiyi, consta de cuatro arrecifes de coral y cinco atolones, y su
población es de poco más de 11.000 personas.
Casi el 45% de sus habitantes tuvieron que desplazarse por el
ciclón Pam, según informó el primer ministro del país, Enele
Sopoaga.
Y en 1997, tres ciclones arrasaron casi el 7% de la
masa terrestre del país, según estimaciones de la ONU.
"La mayoría de los habitantes de Tuvalu tiene
el concepto de que un día Tuvalu se irá bajo el agua",
cita 'Bloomberg' a Afa'ese
Manoa, activista que dejó Tuvalu en 1989 y ahora vive en
Auckland, Nueva Zelanda.
Entre otros muchos...
Tuvalu, Vanuatu, Kiribati son solo algunos de los países
insulares que se enfrentan a la amenaza de la desaparición por
culpa del calentamiento global.
Preocupados por los desafíos comunes, los pequeños países
insulares y costeros de baja altitud crearon en 1990 la
Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS,
por sus siglas en inglés), cuyo objetivo principal es consolidar
las voces que alertan de los riesgos del cambio climático.
En la actualidad, la coalición consta de 39
Estados miembros y cinco observadores.
De los fenómenos
climáticos a los problemas demográficos
Los desastres naturales que sufren las pequeñas islas provocan
serios desafíos demográficos.
A menudo, los habitantes de estos países se ven obligados a
abandonar sus hogares y trasladarse a islas mayores, lo cual, a
su vez, conlleva una mayor competencia por los puestos de
trabajo y una mayor carga en la infraestructura. Las grandes
ciudades sufren escasez de agua potable, exceso de residuos y
superpoblación.
Así, la densidad de población de la capital de Kiribati, Tarawa,
es comparable a la densidad de población de Londres: alrededor
de cinco mil personas por kilómetro cuadrado.
Muchos representantes de las naciones del Pacífico desean
mudarse al continente - Australia o Nueva Zelanda - pero no
siempre son bienvenidos, ya que legalmente el estatus de
'refugiado por razones climáticas' no existe.
Mientras tanto, el problema se vuelve cada vez más visible.
John Campbell, geógrafo de la Universidad
de Waikato, Nueva Zelanda, calcula que hasta 1,7 millones de
personas en la región del Pacífico podrían convertirse en
refugiados por el cambio climático para 2050.
La Organización Internacional para las
Migraciones sitúa la cifra global en alrededor de 200
millones,
según 'Bloomberg'.
Nueva Zelanda ya es el hogar de una de las mayores comunidades
de las islas del Pacífico, que representa el 7% de la población
total del país. En Auckland, donde los supermercados venden
alimentos insulares como el taro y el árbol del pan, uno de cada
cinco ciudadanos será de ascendencia del Pacífico para 2043,
según las previsiones del concejo municipal.
Por su parte, Australia es el mayor donante de
ayuda y socio comercial de la región.
Refugiados climáticos, ¿la
futura realidad social?
Aunque por el momento el estatus de 'refugiado por razones
climáticas' no existe, en el futuro esta situación podría
cambiar, ya que algunos isleños están dispuestos a 'pelear' por
este derecho hasta en los tribunales internacionales.
Así, en octubre de 2013 el kiribatiano Ioane Teitiota
pidió asilo climático en Nueva Zelanda.
Trató de convencer a las autoridades
neozelandesas de que su país se muere, se ahoga, y temía por el
futuro de sus hijos.
"Me preocupa nuestro futuro, nuestros hijos",
sostiene Teitiota. La gente en Kiribati "está preocupada por
su vida", agrega.
Si se hubiera aceptado su petición, Teitiota se
habría convertido en el primer refugiado climático del mundo.
Pero el Tribunal de Inmigración de Nueva Zelanda
desestimó su solicitud con la siguiente explicación:
"En realidad, toda la población de Kiribati
se ve obligada a hacer frente a la degradación del medio
ambiente".
Después, la reclamación de Teitiota fue rechazada
por el Tribunal Supremo y el Tribunal de Apelación.
Sin embargo, el hombre dice que no se va a quedar
de brazos cruzados, y su abogado está preparado para llevar su
caso al Comité de Derechos Humanos de la ONU, si los
demás medios fallan.
Durante los últimos 20 años, Nueva Zelanda y Australia han
rechazado al menos 17 solicitudes de ciudadanos de las islas del
Pacífico que pedían la condición de refugiados por el cambio
climático.
Si bien ninguna petición ha tenido éxito de momento, el tema del
cambio climático ocupó un lugar destacado en un proceso del año
pasado en el que una familia de Tuvalu logró apelar su
deportación de Nueva Zelanda por razones humanitarias.
A pesar de que la motivación principal de la decisión fue que la
mayor parte de los parientes de la unidad familiar vivían en
Nueva Zelanda, el impacto del cambio climático en la capacidad
de la familia para llevar una "vida segura y satisfactoria" en
Tuvalu también ocupó un lugar destacado, sobre todo en lo
relacionado con los dos niños pequeños del núcleo familiar.
Fue posiblemente el primer proceso en el que el argumento del
cambio climático pesó a favor del demandante de asilo. Su'a
William Sio, portavoz del Partido Laborista de Nueva Zelanda
sobre Asuntos del Pacífico, se mudó desde Samoa cuando era niño.
Dice que los electores plantean con frecuencia el
tema del desplazamiento por el cambio climático.
"Esto es real, está sucediendo ahora",
manifiesta Sio.
"Esto es real, está
sucediendo ahora"
NOTA:
En la elaboración del material se
han utilizado los archivos multimedia de RT, Reuters, APTN, Iván
Sérbinov y el usuario de flickr.com Mrlins.