por Dylan Otto Krider Diciembre 19, 2002 del sitio Web HoustonPress traducido por Adela Kaufmann
A primera vista se ven como niños corrientes de primer grado, garabateando febrilmente en la pizarra, pero hay algo que impacta en el azul profundo de los ojos del muchacho, que sugiere una madurez más allá de sus años.
Jake está en clases avanzadas y ya leyendo a un nivel de tercer grado.
Jan es callado, pero tiene una
presencia que inmediatamente llama la atención. Su predilección va
hacia el arte, aunque por el momento ella está escogiendo escribir
ecuaciones matemáticas en el pizarrón, borrándolos en cuanto ha
completado cada uno de sus cómputos.
Estos niños tienden a saber cosas sin que se las hayas dicho o haber sido enseñados enseñarse en la vida o dijeron. El compañero de Jake, Jan,
Todo le viene muy natural a ella, dice Spence.
Ella no puede explicarlo.
Éstos
son bebés nacidos con un conocimiento inherente de arte, idioma y
espiritualidad, poseyendo una riqueza impresionante de sabiduría.
Algunos, incluso, llegan a tanto como para decir que estos niños no
son solo candidatos principales para el programa de dones y talentos,
sino que son el próximo paso en la evolución humana.
Algunos aun sugieren que los alienígenas han estado raptando y manipulando el ADN de estos niños y de sus padres para prepararnos para cuando ellos hagan su presencia pública. Una cosa en la que todos estos grupos están de acuerdo es que los niños están aquí, y están viniendo a enseñarnos una lección.
Por ejemplo, los colores del aura,
como el fucsia y el magenta desaparecieron hace 100 años del banco
genético (aunque recientemente se asustó al encontrar a un fucsia
viviendo en Palm Springs). Era razonable pensar que un nuevo color
de vida estaba a punto de aparecer.
Él encontró la religión y comenzó viajando alrededor del mundo dando seminarios de autoayuda. Lo acompañaba Tober, un practicante de metafísicas y curación con las manos, así como un cantante de jazz que había realizado giras con Benny Goodman y Fred Astaire. El génesis del libro vino cuando ellos empezaron a notar cuentos similares de conducta extraña en niños, de maestros, consejeros y psicólogos que asistieron a sus seminarios.
Cuando ellos empezaron a ver dentro de estas ocurrencias, encontraron que los niños estuvieron naciendo, de hecho, con un "juego inusual de atributos psicológicos” y estaban desplegando "un patrón de conducta generalmente nunca antes documentado". Usando una colección de ensayos y entrevistas de los expertos en el campo - principalmente consejeros que trabajan en áreas de la Nueva Era, como la Terapia del Ángel y medicina alternativa - el libro se enfoca en criar a un Niño Índigo.
Algunos de los atributos principales que ellos
describen son un sentido de "merecer estar aquí" y "saber quién
son ellos”, dificultades con la autoridad, una aversión de
actividades que no requieren pensamientos creativos, y un
sentimiento de realeza (actuando de esa manera).
Para la parte de Jake, él tenía problemas comprendiendo el concepto que él no estaba a cargo.
Como prueba del talento excepcional de Jan, su abuela toma un ejemplo de su obra de arte, un dibujo en crayón de un arco iris, su familia y pájaros en forma de M volando en el cielo.
Ella siente que eso debe tener algo que ver con la habilidad de Jan de ver auras. Ella también señala la planta que Jan dibujó con sandías, peras y otras frutas que creciendo de él.
Como muchos Índigo, ella es muy tímida acerca de discutir sus habilidades. Una vez ella que ha dibujado durante unos minutos, Jan se siente lo suficientemente cómoda como para hablar. Ella admite que siente que ella es diferente "cuando Satanás intenta entrar en mi cabeza".
La mayor parte del tiempo, ella dice que
Satanás intenta
entrar por la noche. (Los índigo reciben a menudo sus visiones a
través de los sueños.) Jan se encoge de hombros cuando se le pregunta
qué clase de información recibe, y continúa dibujando. Ella dice que
sabe que es un Índigo porque "mi madre me dijo".
Lo que él necesita hacer en este mundo, dice, es aprender a ser humano.
La parte más dura sobre criar un Índigo, dice ella, es el no tener la oportunidad de ser padre. Ella empieza a contar una epifanía que tuvo cuando su hijo comprendió que algunos insectos que cogió tenían una madre y un padre.
Ella nunca lo había llevado a la iglesia. Es más, él recuerda sus vidas pasadas.
Justamente, el otro día, Jake dijo que no quiso herir sus sentimientos, pero que su otra madre era más bonita.
Después de unos pocos momentos, ella dice que Jake probablemente siente que ella ha traicionado su confianza, puesto que no quiere que otras personas sepan sobre sus dones.
Jackie Brahm, un "médico intuitivo" local quién aconseja a Índigos, dice no es raro que sus padres no tengan control sobre ellos. Porque ellos son tan avanzados, los niños sienten como si no tienen que obedecer. Según Brahm, esto es porqué muchos Índigo son mal diagnosticados con Déficit de Atención o Déficit de Hiperactividad.
A través de su práctica, Brahm ha podido afinar sus habilidades para descubrir a estos niños especiales, y dice que ve un número creciente de ellos en lugares públicos. Ella encontró un Índigo de tres años recientemente, en un museo, criticando una de las pinturas en la pared.
Cuando la madre le preguntó que cómo ella podía saber,
la niña le explicó que ella era una "maestra". Pero cuando la madre
le preguntó que si le gustaría retomar la pintura y demostrar
algunas de las habilidades que aprendió en una vida pasada, la niña
puso sus manos en sus caderas, y dijo, "ya te dije, yo era maestra
en eso, no necesito hacerlo de nuevo".
Brahm dice que los problemas de
conducta usualmente quedan con los
padres. Brahm sugiere que para ayudar se incluya a los niños en los
procesos de tomar decisiones, incluso permitirles determinar los
castigos que deben recibir por las infracciones.
Algunas personas no desarrollan totalmente eso hasta la edad de 30 años, dice él.
Ellos
necesitan que los padres los guíen para eso.
Pero dice que esto es a menudo, porque los niños podrían decidir que no haciendo la tarea es mejor que hacer lo mejor que pueden y consiguiendo sólo notas mediocres. Ellos se vuelven, a menudo, mediocres, rebeldes o internalizan sus frustraciones hasta deprimirse.
En la escuela de Baytown, Jake sale finalmente del baño y camina hacia la pizarra.
La razón por la que él está disgustado, dice, es que su madre rompió su promesa de no contar sus secretos.
Ella le dijo a su mejor amiga, después de prometer que no lo haría.
Si los Índigo más viejos son alguna indicación, el futuro de estos niños está muy en duda. La hija de Spence que era un Índigo tuvo a Jan a la edad de 15 años. Debido a los problemas de su hija con las drogas y el alcohol, Spence tomó la responsabilidad de criar a Jan cuando tenía solo seis semanas de edad.
El hijo de Brahm que es uno de los primeros Índigo, estaba a la cabeza de su clase hasta el noveno grado, cuando comenzó a sentir como si él no pudiera continuar funcionando en la sociedad normal. Él dejó de participar en la escuela y empezó a faltar a sus clases, volviéndose eventualmente, inclinado a las drogas y alcohol.
Ahora él es un mecánico automotriz con una esposa y dos niños
Índigos. Aunque trabajar en automóviles no parece ser la carrera que
traerá la raza humana al próximo estado de conciencia, Brahm cree
ahora que el propósito principal de su hijo simplemente era traer a
sus nietos, que son los maestros reales. Ella admite que su hijo y
su nuera, fundamentalistas Cristianos, no están de acuerdo con que
él sea un Índigo.
Ella cree que su hija de 12 años será la
maestra real.
Batten trabaja en la tienda, y ella y Brahm ofrecen clases de la Nueva Era allí. La propietaria, Janet Dee, ha sido conocida por tener una debilidad por los niños sin hogar, a quienes permite quedarse en la tienda.
Casi todos ellos, dice, son Índigo. Un joven Índigo, sin casa ni hogar, William Wolf, tiene mucha "mala energía," dice Dee, y a veces se le tiene que pedir que deje el Planeta. (Ella confirma que está refiriéndose a la tienda.)
Wolf le dijo una vez a Dee, que todos "los gatos y judíos" deben morirse.
Muchos Índigo sin casa ni hogar consumen drogas y roban, explica Dee, porque ellos simplemente no saben adaptarse a los modos extraños y raros de la sociedad.
Brahm recuenta el tiempo que ella aconsejó a un pequeño muchacho Índigo que quiso dispararles a las personas porque pensó que nadie podría detenerlo. Brahm le explicó a él que sí, él podría dispararles a las personas, pero que iría a la cárcel.
"Ellos no ponen a niños pequeños en la cárcel," dijo el
muchacho, pero Brahm le dijo que, "oh, sí, ellos van a la cárcel."
Mientras ellos entiendan que hay una consecuencia para todo lo que
hacen, explica Brahm, ellos se comportan. Sólo tengan el cuidado de
expresarlo como una explicación, no una orden.
Con la ayuda de Brahm, ella descubrió que era uno de los primeros Índigo.
Ella siempre estuvo fascinada por cosas del pasado, particularmente las armas medievales, y anhelaba regresar a la edad media que porque quería "recordar algún lugar que era alegre".
También amaba
coleccionar cristales, piedras y fósiles, y sin que nadie le dijera,
instintivamente supo que si ponía las piedras sobre su
gato mientras estaba ronroneando, esas vibraciones sanarían huesos.
"Yo siempre supe que tenía conocimiento que no sabia," dice ella.
"Estoy empezando a permitirle entrar y llenarme".
¡La introducción al libro de Carroll y Tober Una Celebración Índigo publicada el año pasado, proclama incrédulamente que los lectores de su primer libro, "realmente concluyeron que estábamos promoviendo el hecho que estos nuevos niños en la Tierra eran los alienígenas espaciales”!
Un breve vistazo a través de su
sitio Web de Niños Índigo, ciertamente muestra cómo las personas
pudieron haber llegado a esa conclusión.
Cada canalización comienza con el
saludo "Éste es Kryon del Servicio Magnético," dirigido a sus
seguidores quienes él se refiere a como trabajadores de luz. Los
mensajes contienen instrucciones para comunicarse con el espíritu,
sanando y alcanzando el siguiente" nivel". Carroll también es el
autor de varios libros de Kryon, incluyendo No Piense Como un Humano
(Don’t Think Like a
Human).
Boylan, en cambio, cree que los padres están siendo
abducidos por alienígenas y se les ha manipulado su ADN para crear
una descendencia reforzada capaz de telekinesis y ESP. Él ha visto pruebas
contundentes, pero como tan a menudo sucede en estos casos, estas han sido
bloquedas en algún laboratorio gubernamental secreto. Él no sugiere
hacer pruebas de ADN en ningún Niño Estelar, porque cualquier
irregularidad es tan sutil que sólo pueden ser reconocidas por un
experto. Y como a menudo pasa en estos casos, el experto murió
de cáncer. (o fue eso realmente la causa de su muerte?)
Las personas se vuelven hacia ideas raras, dice él, porque quieren creer en algo que transciende lo ordinario, les da certeza en un mundo incierto, o les ayudan a tratar con su propia mortalidad.
Nuestras inteligencias están diseñadas para
encontrar patrones, y a veces conectamos puntos que
no existen.
Durante su primera reunión, Brahm informó a Spence que su hermano probablemente era un Índigo, que eso era el porque tenía tales problemas tratando con nuestro mundo. Después de escuchar más sobre la hija difícil de Spence, Brahm determinó que Spence y Jan probablemente eran también Índigo.
Brahm le dijo a Spence que su nieta habría querido ser criada
solamente por ella desde el principio, pero tuvo que "pasar por Mamá" porque Spence ya no podía tener hijos.
Estos grupos tienden a ser intencionalmente vagos acerca de lo específico, para que los potenciales convertidos puedan encontrar cualquier cosa que les pueda llenar un vacío emocional en sus vidas. Aunque estas ideas pueden proporcionar paz mental, Shermer no está de acuerdo con el argumento de que no son dañinos.
Al final,
siempre es mejor creer en verdades dolorosas que en mentiras cómodas.
Jan todavía está dibujando árboles y soles en la pizarra, y borrándolos en cuanto están terminados. Le preguntan que es lo que le gusta más hacer en la escuela.
Le gustaba todo el tiempo de juegos, dice ella, porque no era estructurado y le daba a la habilidad de aprender a su paso avanzado. Durante la hora de recreo, dice ella, él podía estudiar las cosas que quería, sin ser confinado a las mismas asignaciones repetitivas como los otros niños. Eso lo aburre, explica ella, porque él está hasta ahora más allá de eso.
Ah, la sabiduría de niños. Los adultos siempre pueden aprender algo de ellos. Todo lo que tienen que hacer es escuchar.
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