by Mark Sircus
15 Noviembre 2010
del Sitio Web
IMVA
traducción de
Adela Kaufmann
Versión
original
El Dr.
Andrew Weil
es notable y comparte algunas de las dinámicas de
comunicación de las que hablé hace un mes cuando se trató del ataque
del Dr. Keith Scott-Mumby a la comunidad de autismo y la defensa del
empleo de mercurio en las vacunas.
El Dr. Weil comienza diciendo:
"El Bicarbonato de sodio (polvo de hornear) es promovido en línea y
en otras partes como tratamiento para el cáncer. Una teoría más bien
extraña detrás de esta idea sostiene que el cáncer es, en realidad
causado por una infección de levadura, y que el bicarbonato de sodio
puede matar la levadura y curar el cáncer. Estas son tonterías. No
hay absolutamente ninguna evidencia científica que apoye esta idea
acerca de la levadura."
Por favor, preste atención a la utilización de palabras como "extraño",
"en realidad", "tonterías" y "absolutamente".
Palabras fuertes trazando una línea en la arena, y por supuesto
hemos de creer que el buen doctor está en el lado correcto y todo
aquel que confíe y crea en el Dr.
Simoncini
está loco.
El Dr. Scott-Mumby utilizó palabras en una manera similar, y mi
confrontación con él atizó nuevamente el fuego. Me dijeron mis
asistentes que devolvió el golpe bajo del tal manera que ellos ni
siquiera quisieron mostrármelo.
Ninguno de estos médicos tenía mucho que decir científicamente;
ambos meramente atacaron lo que ellos perciben como su oposición.
Ambos recurren a ataques de carácter como veremos abajo del Dr.
Weil.
"A pesar de que un pequeño estudio publicado el año pasado reportó
que el bicarbonato oral pudiera tener un efecto benéfico contra la
metástasis del cáncer en ratones, el concepto de que se puede tratar
la ‘levadura-causante del cáncer’ en seres humanos proviene de un
médico italiano que ha escrito un libro sobre el tema y promueve sus
puntos de vista en un sitio Web y en diversos videos publicados en
Internet.
Usted debe saber que las autoridades italianas revocaron la licencia
médica a este doctor, y que ha sido condenado de homicidio culposo y
estafa, pero según las Observaciones de Tratamientos de Cáncer, él
está apelando su condena y sigue abogando por este tratamiento."
A muchos buenos médicos se les ha quitado sus licencias y esto no
tiene "absolutamente" ninguna relación con la verdad de su trabajo.
De hecho sabemos que las autoridades médicas rutinariamente
persiguen a aquellos que se rebelan contra el ritmo de los intereses
farmacéuticos y por lo general son los verdaderos héroes. En la
medicina, el portavoz de la verdad pierde su posición de prestigio
de la misma manera como lo ha sufrido el Dr. Simoncini.
Con sólo estas pocas palabras, el Dr. Weil descarta un trabajo de
décadas, no sólo del buen doctor de Roma, sino también de muchos
médicos, salas de emergencia, centros de diálisis, unidades de
cuidados intensivos, y testimonios de pacientes.
La medicina contemporánea es una enfermedad y es muy desalentador
cuando aquellos a quienes percibimos como buenos defienden esa
enfermedad.
Tres cuartas partes de los médicos de Estados Unidos
todavía tienen
algún tipo de folletos de empresas que quieren que
prescriban sus
medicamentos a sus pacientes, según el estudio.
CBS News
La medicina moderna es ahora totalmente dependiente de un flujo
constante de mentiras y propaganda para su propia supervivencia. Si
la verdad se dijera en voz alta en los medios de corriente
principal, el status quo consensual se derrumbaría. La mentira se ha
convertido en la norma esperada en la medicina.
Decir la verdad es ahora es contaminado y sospechoso, el portavoz de
la verdad es vilipendiado como "dándose aires" de superioridad
moral, y será rechazado y aislado por los mentirosos a su alrededor.
En otros sectores industriales, a esto se le podría llamar un
soborno, pero cuando
las compañías farmacéuticas ofrecen gastos de viajes, honorarios de
consultoría
y otras golosinas a los médicos, es solamente llamado hacer negocios.
Noticias CBS
Las poblaciones de los Estados Unidos y el mundo están siendo
destruidas por las mentiras de la medicina ortodoxa, junto con el
gobierno y los medios de comunicación extendiéndose a cada paso del
camino.
Los Estados Unidos de América se ha convertido en el país de La Gran
Mentira.
Aquellos que faciliten las mentiras del gobierno y las farmacéuticas
son bien recompensados, pero quien dice algo de verdad o expresa una
opinión inadmisible son excoriados y expulsados.
Si no podemos confiar en lo que el gobierno nos dice acerca de,
...¿podemos confiar en los funcionarios médicos del gobierno en el
CDC y la
FDA?
Al parecer no.
La
Organización Mundial de la Salud, al examinar los riesgos para la
salud de
la exposición al producto químico bisfenol A (BPA), convino en que
sería
"Prematuro" adoptar cualquier medida de salud pública para regular o
prohibir el producto químico.
Una marca de nuestro tiempo es la jerga médica hecha pasar como
lógica - la tontería hecha pasar como verdad.
Estos médicos han hecho declaraciones públicas tan manifiestamente
sin fundamento, tan contradictorias con la realidad, que es casi
como si estuvieran transmitiendo algo por radio desde otro planeta.
Y se salen con la suya porque pocos tienen el coraje que yo tengo de
enfrentarlos.
Utilizan los símbolos de su autoridad médica - sus grados académicos
y aspectos tecnocráticos de la materia les han permitido repetir con
impunidad que dos más dos es igual a uno.
Con insectos y gérmenes en fórmulas para bebé, copos de vidrio en
fármacos intravenosos y
olores podridos emanando de Lipitor y Tylenol para niños, un
constante llamado a devolver
productos de alto perfil está socavando la confianza en los altos
fabricantes de medicamentos.
Reuters
Hemos estado viviendo en un mundo tan al revés que los disparates
son fervientemente adorados, el sentido común es rechazado como una
herejía, y cualquiera que se atreva a desafiar el status quo es
atacado por los acólitos similares a muñecos blandiendo sus
credenciales tecnócratas, como si fueran clubes.
La medicina ortodoxa es como un cáncer en nuestro planeta. Mal en
sus teorías, mal en sus garantías, equivocada en sus predicciones, y
mal en casi todo lo que han hecho. Como una enfermedad biológica, la
medicina alopática farmacéutica debe ser contenida y puesta en
cuarentena.
Ayer publiqué un nuevo ensayo y video sobre
el trabajo del Dr. Simoncini, y en estos últimos tres años he escrito un largo libro y
revisión médica sobre el uso del bicarbonato de sodio en la medicina.
El libro contiene 120.000 palabras con 333 referencias, y si uno
habrá de sopesar u opinar sobre un tema importante para la humanidad,
entonces uno debe sumergirse profundamente en la materia, algo que
ni el Dr. Weil, ni el Dr. Scott Mumby han hecho cuando atacan las
prácticas médicas o principios, de los cuales parecen entender muy
poco.
Uno pudiera no estar de acuerdo con cada palabra que digo en
mi
libro sobre el bicarbonato, pero sólo un completo idiota ignoraría
la abrumadora evidencia clínica y científica reunida por más de cien
años sobre el uso importante de bicarbonato de sodio en la medicina.
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