por admin

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Diciembre 10, 2008

del Sitio Web RinconDelMisterio


Lo que sucedió en 1958 en un laboratorio subterráneo cercano a Boulder (Colorado) permanecerá probablemente para siempre sumido en la bruma del misterio.

 

Sin embargo, testimonios y conjeturas de testigos y supervivientes han permitido que algunos miembros del Ejército de los Estados Unidos de América reconstruyan con cierta verosimilitud lo acontecido.

El físico Thomas Berlensky y el biólogo Mark Shears llevaban años investigando los efectos de ciertos tipos de ondas sonoras sobre el organismo humano, especialmente el cerebro. Sus experimentos mostraban que determinadas frecuencias podían afectar los tejidos orgánicos de las más variadas formas y esto captó inmediatamente la atención del Ejército norteamericano.

 

Se les ofrecieron unas instalaciones militares donde llevar a cabo sus investigaciones y una suculenta subvención con la que financiarlas.

 

En pocos meses, el laboratorio era operativo y funcionaba a pleno rendimiento. Berlensky y Shears comenzaron por seleccionar soldados voluntarios para crear dos grupos de veinticinco personas con los que comenzar sus experimentos con frecuencias alejadas del umbral de percepción humano.

 

Para ello, alojaron a los primeros sujetos en un dormitorio común que era bombardeado durante la noche con frecuencias de todo tipo. El segundo grupo fue alojado en un dormitorio de iguales características completamente blindado a todo tipo de sonidos externos. A todos los sujetos se les dijo que el experimento pretendía investigar la dinámica de grupo en las tripulaciones de submarinos.

Los experimentadores comenzaron a emitir sonidos de frecuencia tanto superior como inferior al espectro audible cada noche durante un mes. Los soldados ocupaban los días confinados en sus instalaciones sin tener la menor conciencia de ello. Para ocupar su tiempo, se les pasaban diversos test y se les hacía interpretar diversos roles relacionados con la dotación de los submarinos de la Marina norteamericana.

 

El personal del laboratorio iba apuntando concienzudamente los datos relativos a los sonidos que se empleaban cada noche en el dormitorio del grupo experimental y seguía todos sus movimientos por un circuito cerrado de televisión.

 

En el día 34 del experimento sucedió algo anormal.

Dos soldados comenzaron una pelea en el grupo experimental. Al poco tiempo, prácticamente todo el grupo participaba en ella. Los experimentadores observaron sobrecogidos como el nivel de violencia empleada por los soldados en la pelea alcanzaba cotas absolutamente desmedidas. A pesar de carecer de ellas, se utilizaron todo tipo de objetos como armas.

 

Algunos soldados se auto-agredían de las formas más brutales. Otros seguían golpeando y mutilando los cadáveres de sus compañeros. Se desmembraron cuerpos y se practicó el canibalismo.

 

Cuando se enviaron guardias armados para poner fin a la lucha, estos fueron salvajemente agredidos y reducidos. Finalmente, cincuenta hombres armados pudieron entrar en las instalaciones del grupo experimental y reducir a los escasos supervivientes enloquecidos.

 

Como resultado del experimento Berlensky/Shears, diecinueve hombres habían muerto y seis tuvieron daños cerebrales irreversibles.

Tras el incidente, el ejército puso en marcha diversos protocolos de seguridad que prohibieron toda alusión a los resultados, los motivos o las consecuencias del experimento. Berlinsky y Shears murieron sin haber roto jamás su voto de silencio. Probablemente jamás se sabrá qué fue lo que llevó a aquellos veinticinco hombres a convertirse en bestias sanguinarias tras un mes de estar sometidos a bombardeos sónicos de sub-frecuencias.

 

Quizá es mejor que sea así.

 

 


 

 

 


Manipulation of Man to Covert Him in A Beast

The Berlensky-Shears Experiment
by admin
December 10, 2008

from RinconDelMisterio Website

 

What happened in 1958 in an underground laboratory near Boulder (Colorado) he will probably remain for always sunk in the mist of the mystery. Nevertheless, testimonies and conjectures of witnesses and survivors have allowed who some members of the Army of the United States of America reconstruct with certain probability the occurred thing.

The physicist Thomas Berlensky and the biologist Mark Shears took to years investigating the effects of certain types of sound waves on the human organism, especially the brain. Their experiments showed that certain frequencies could affect organic weaves of the most varied forms and this immediately caught the attention of the North American Army.

 

Military installations where to carry out their investigations and a succulent subsidy with which were offered to them to finance them. In few months, the laboratory was operative and worked to total yield. Berlensky and Shears began to select voluntary soldiers to create two groups of twenty-five people with whom to begin its experiments with moved away frequencies of the human threshold of perception.

 

For it, they lodged to the first subjects in a common dormitory that he was bombed during the night with frequencies of all type. The second group was lodged in a dormitory of equals characteristic completely armored to all type of external sounds. To all the subjects one said to them that the experiment tried to investigate the dynamics of group in the crews of submarines.

The experimenters began to as much emit frequency sounds superior as inferior to the audible phantom every night during a month. The soldiers occupied the days confined in their facilities without having the smaller one brings back to consciousness of it.

 

In order to occupy his time, they went tests diverse and he was made them interpret diverse rolls related to the grant of the submarines of North American Navy. The personnel of the laboratory was pointing conscientiously the data regarding the sounds that were used every night in the dormitory of the experimental group and followed all movements by a closed circuit of television.

 

In day 34 of the experiment something abnormal happened.

Two soldiers began a fight in the experimental group. Soon after, practically all the group participated in her. The experimenters observed surprised as the level of violence used by the soldiers in the fight reached absolutely immeasurable levels. In spite of lacking them, they were used all type of objects like arms. Some soldiers auto-aggressed themselves of the brutal forms. Others continued striking and mutilating corpses of their companions. Bodies were dismantled and the cannibalism practiced.

 

When armed guards were sent to end the fight, these wildly were attacked and reduced. Fifty men finally armed could enter the facilities of the experimental group and reduce to the little driven crazy survivors.

 

As a result of the Berlensky/Shears experiment, nineteen men had died and six had irreversible cerebral damages.

After the incident, the army started up security protocols diverse that prohibited all reference to the results, the reasons or the consequences of the experiment. Berlinsky and Shears never died without having broken their vote of silence.

 

Probably never one will know what went what took to those twenty-five men to become bloodthirsty beasts after a month to be put under sonic bombings of sub-frequencies.

 

Perhaps it is better than it is thus.
 

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