por George Musser

19 Enero 2016

del Sitio Web QuantaMagazine
traducción de Pedro Donaire
25 Enero 2016

del Sitio Web BitNavegante

Versión original en ingles

 

 

 


 



Los extraños enlaces quánticos

conectan distintos momentos en el tiempo,

sugiriendo que dichos enlaces, no el espacio-tiempo,

son los que constituyen

la estructura fundamental del universo.

 

 

 

En noviembre (2015), trabajadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts se encontraron con una cápsula de tiempo de 942 años, enterrada en 1957 y destinada a 2957.

 

La cápsula era un cilindro de vidrio lleno de gas inerte preservando su contenido; incluso venía con carbono-14, a fin de que los futuros investigadores pudieran confirmar el año del entierro, como la forma en que podrían datar un fósil.

 

Administradores del MIT planean reparar, sellar y enterrarlo de nuevo.

 

Pero ¿es posible que sea absolutamente seguro de que un mensaje para el futuro no vaya a ser leído antes de tiempo? La física quántica ofrece una manera.

 

En 2012, Jay Olson y Timothy Ralph, dos físicos de la Universidad de Queensland, en Australia, establecieron un procedimiento de cifrado de datos que puedan ser descifrado solamente en un momento determinado del futuro.

 

Su esquema explota el entrelazamiento quántico, un fenómeno en el que las partículas o puntos de un campo, como en un campo electromagnético, se despojan de sus identidades separadas y asumen una existencia compartida, sus propiedades se vuelven correlacionadas unas con otras.

 

Normalmente, los físicos piensan que estas correlaciones abarcan el espacio, que unen lugares lejanos en un fenómeno que Albert Einstein describió famoso como "acción fantasmal a distancia".

 

Sin embargo, un creciente cuerpo de investigación está investigando cómo estas correlaciones pueden extenderse también al tiempo.

 

Lo que sucede ahora se puede correlacionar con lo que sucede más tarde, en formas que eluden una sencilla explicación mecanicista. En efecto, se puede tener la acción fantasmal con un retraso.

Estas correlaciones chocan seriamente con nuestras intuiciones sobre el tiempo y el espacio. No sólo se pueden correlacionar dos eventos, enlazando el anterior con el posterior, sino que ambos eventos pueden llegar a estar correlacionados sin poder decir realmente cuál es anterior y cuál posterior.

 

Cada uno de estos eventos es causa del otro, como si cada uno fuera el primero en suceder.

 

(Incluso un solo observador puede encontrarse con esta ambigüedad causal, así que es distinto de los inversos temporales que pueden ocurrir cuando dos observadores se mueven a diferentes velocidades, según se describe en la teoría especial de la relatividad de Einstein.)

La idea de una cápsula del tiempo es sólo una demostración del poder potencial de estas correlaciones temporales. También podrían aumentar la velocidad de los ordenadores quánticos y fortalecer la criptografía quántica.

Pero, tal vez, lo más importante, es que los investigadores esperan que el trabajo abrirá una nueva forma de unificar la teoría quántica con la teoría general de Einstein de la relatividad, que describe la estructura del espacio-tiempo.

 

El mundo que experimentamos en la vida diaria, en la cual los acontecimientos se producen en un orden determinado por su ubicación en el espacio y el tiempo, es sólo un subconjunto de las posibilidades que permite la física quántica.

"Si usted tiene un espacio-tiempo, en realidad lo que tiene es un orden causal bien definido", dijo Caslav Brukner, físico de la Universidad de Viena, que estudia información quántica.

Sin embargo,

"si usted no tiene un orden causal bien definido", dijo, como es en el caso de los experimentos propuesto, entonces, "usted no tiene un espacio-tiempo."

Algunos físicos toman esto como evidencia de una profunda cosmovisión no intuitiva, en el que las correlaciones quánticas son más fundamentales que el espacio-tiempo, y que el espacio-tiempo, de alguna manera, se construye a partir de las correlaciones entre los eventos, en lo que podría llamarse relacionalismo quántico.

 

El argumento actualiza la idea de Gottfried Leibniz y Ernst Mach, acerca de que el espacio-tiempo podría no ser el telón de fondo dado por Dios para el mundo, sino que es algo que podría derivarse de los mismos contenidos materiales del universo.