Por qué un profesional de la práctica médica convencional como usted
decide dedicarse a la medicina bioenergética?
Porque esta es en, nuestra cultura latina, una visión del mundo
desde lo cotidiano, una actitud hacia la vida más que una técnica
por la que se decide optar. Hay bioenergética en la magia cotidiana
del sol que te calienta y que modifica los pulsos de la epífisis y
la melatonina; en la mente, no ya fuera del cuerpo sino en cada
célula; y en la integridad de la vida también hay bioenergética. Es
bioenergética la atracción magnética que una persona con paz
interior ejerce sobre otras.
En la conciencia, en la palabra, en la
mirada, en la caricia, en la cascada de la evolución hay tanta
información y tanta energía interactuando con la materia que la
Bioenergética, más que una técnica o ciencia para escoger en lugar
de otras, es como un orden subyacente o implícito en la corriente
misma de la vida.
Cómo ve, en ese sentido, a la profesión médica actual, a sus colegas
que practican la medicina convencional? Cree que tardarán mucho
tiempo los estamentos oficiales en admitir el tipo de terapias que
usted practica?
El arte de sanar tiene miles de años. La profesión médica, en tanto
que ciencia, es apenas una recién nacida. La Medicina es más arte
que ciencia, tiene más de actitudes que de aptitudes, más de
compromiso que de técnicas asépticas. La Bioenergética no es una
medicina alternativa pues incluye a la medicina convencional, la
utiliza y la complementa con otras técnicas que, más que antagónicas,
son complementarias.
Así como no sería hoy posible comprender la
acupuntura y sus efectos sin echar mano de la neurociencia, no es
posible hablar de conciencia sin referirnos al campo cuántico. La de
hoy es una cultura de síntesis en la que la única mentira es la
verdad absoluta o el dogma. Ayer los biólogos buscaban en la Física
la raíz de la conciencia y de la vida pero hoy, para muchos físicos
de vanguardia, como para los antiguos rishis, la conciencia es el
campo unificado.
Es decir, la conciencia se volvió un sustrato
lícito de la investigación científica. En esos términos, donde está
la frontera entre lo oficial y lo alternativo? Hace mucho tiempo que
esa frontera dejo de existir. Por eso no se trata ya de obtener el
reconocimiento de otros estamentos sino de saber que nuestro marco
de acción es el de una sola humanidad que requiere una medicina más
humana, es decir, más integral.
Soy muy optimista respecto del
porvenir pues la nuestra será una cultura de salud fundamentada en
la integración de todos los territorios terapéuticos, de tal manera
que no habrá competencia entre la medicina occidental y la oriental,
entre la natural y la tecnológica, entre las "duras" y las "blandas".
Lo oficial será en el mundo no sólo lo vigente en el plano académico
o económico sino también -y sobre todo- lo culturalmente vigente ya
que los sistemas médicos, con sus territorios terapéuticos, no son
sino estrategias de supervivencia de las culturas. Se puede ser
blando con un bisturí o duro con un medicamento homeopático. Eso
depende de nuestra propia humanidad como terapeutas. Conozco muchos
médicos "convencionales" que dieron ya el salto hacia una ciencia
médica con conciencia; y a muchos médicos "alternativos" que siguen
anclados a un paradigma que no ve en la vida más que un conglomerado
molecular con sus correspondientes emisiones electromagnéticas.
Según su planteamiento, cómo definiría la enfermedad?
Cuando nacemos empezamos a morir. Pero nacer y morir no son más que
fases diferentes del continuo vivir. Así como morir y vivir no son
opuestos, la salud no es lo contrario de la enfermedad. Muchos
enfermos sintomáticos están más sanos que aquellos que no han tenido
el maestro de la enfermedad para aprender el significado del vivir.
No hay nadie totalmente sano pues todos, ya al nacer, estamos
incubando algún tipo de enfermedad. La salud no es un estado, es una
tendencia, una condición relativa que puede ser definida como una
cualidad esencial ligada al ser, que se revela como integridad. No
tenemos más o menos salud: somos más o menos saludables en la medida
en que somos más o menos íntegros. En ese sentido la enfermedad es
pérdida de integridad, revelada como disolución del ser en
cualquiera de sus vehículos o estados de conciencia, sean estos
físicos, emocionales, mentales, o espirituales. Pero frecuentemente,
la enfermedad al permitirnos despertar, reconocernos más allá de las
apariencias y avanzar hacia un estado más incluyente de la
conciencia es, paradójicamente, el mejor agente de la salud.
Cuál es para usted el concepto de medicina bioenergética?
Es una actitud hacia la vida fundamentada en una visión del mundo
que no sólo concibe cascadas de causalidad sino que acepta
tendencias de probable finalidad. Es una práctica de la medicina que
no sólo reconoce la validez de la observación objetiva sino que
reivindica la necesidad de una aproximación subjetiva al hombre cuya
desarmonía se arraiga frecuentemente en la profundidad de sus
emociones.
La Bioenergética implica rescatar para la medicina al hombre, esa
humanidad viva en terapeutas y pacientes. Porque sólo una ciencia
médica con sujeto puede tener objeto. La Bioenergética ha propuesto
el rescate del sujeto en su plena integridad volviendo a integrar
aquello que descuartizamos en nuestra loca carrera hacia las subespecialidades. Desespecializar, integrar y rescatar ese
territorio de la conciencia donde tienen plena vigencia las
sincronicidades y las correspondencias es la propuesta de la
Medicina Bioenergética.
Es la figura del terapeuta un INTERFASE o puente entre el paciente y
la enfermedad?
La enfermedad no es algo externo que le sucede al paciente sino que
forma parte de su estilo de vida, de su actitud hacia el mundo,
hacia sí mismo. Esta relacionada con la imagen que tiene de sí. El
terapeuta está ahí para que el paciente se mire y se reconozca. Para
que reconozca la otra mitad de sí mismo sumergiéndose en ese océano
interior que esconde su verdadero potencial: el de un sanador
interior.
El terapeuta es el catalizador de un proceso de conciencia,
de un despertar interior que permite al paciente recuperar su poder;
el de su propia conciencia. Y esto no es simplemente el arte de
sobrevivir o soportar la enfermedad, es también el arte de liberarse,
de desprenderse, de desapegarse, de morir descubriendo en todo el
proceso la continuidad de la vida. La gente no busca un técnico. En
su inconciente añora encontrar al amigo, al hermano, al sacerdote,
al consejero, a la madre que la vida le negó...un hombro para llorar,
una sonrisa para compartir, una llama para encender la tea de su
propio corazón.
La terapéutica es música en la cual uno apenas pulsa
la cuerda sensible para que el paciente reconozca su nota y su lugar
en el concierto de la humanidad.
Quién puede ser sanador? Qué cualidades debe reunir?
Todos, en cada instante, cuando el milagro de la vida se reconoce,
cuando la sinfonía de la integridad se restablece, participamos del
arte sublime de sanar. Toda relación humana puede ser terapéutica si
se fundamenta en la comprensión amorosa. El sanador debe tener ante
todo pureza magnética, lo cual significa honestidad a toda prueba.
Esto es, coherencia en su pensar, en su sentir, en su actuar; es
decir integridad. Somos íntegros cuando somos honestos, cuando somos
lo que somos. Y desde ese ser, nuestro ser, somos de la misma
esencia de todos los seres y, por ello mismo, sanadores. Se sana la
vida revelando el ser, esa esencia permanente que no muere con la
muerte pues es cauce de todas las corrientes. Un buen carácter, una
motivación transparente, una genuina devoción por el alma, un deseo
ardiente de servir y, por último, aunque no menos importante, un
adecuado entrenamiento son algunas de las cualidades de un buen
sanador.
Que tipo de patologías trata más frecuentemente con la terapia
bioenergética?
En general, todas las enfermedades crónicas son
susceptibles de
mejorar con esta terapia. Lo cual no significa que esta sea una
panacea o simplemente mejor que cualquier otra terapéutica. La
mejor terapia es la que le sirve a nuestro paciente, cualquiera sea
su nombre o su procedencia. Qué paciente sufre la enfermedad? En que
terreno ha germinado la misma?
Son preguntas cuyas respuestas son
más importantes para la Bioenergética que el tipo de
enfermedad que
sufre el paciente. Una enfermedad no es una entidad con existencia
propia, forma parte de alguien y ese alguien nos importa mucho más
que la "entidad nosológica" de la enfermedad.
Según últimas tendencias la enfermedad no sería sino la
manifestación de conflictos emocionales, pero sin eliminarlos, puede
haber sanación real y duradera?
Curar tiene que ver con el alivio de los síntomas. Sanar se refiere
a rescatar la integridad aprendiendo la lección del evento físico,
emocional o mental que origina la desarmonía. Más que modificar o
eliminar el conflicto emocional se aprende la lección de éste
revelándose como un maestro. Cuando aprendemos la lección ya no hay
conflicto puesto que lo que eran opuestos ahora son complementarios.
Se restablece la armonía interior cuando somos aprendices pues el
médico interior, el verdadero sanador, es siempre un aprendiz.
Así,
es posible estar sanos aunque tengamos alguna enfermedad y es
posible seguir enfermos aunque nos hayamos curado de algún mal por
la
supresión o eliminación de un conflicto emocional; y es que la
eliminación o modificación de éste, aunque nos libere
momentáneamente de los síntomas, no nos libera de su repetición si
no hemos aprendido la lección.
Sanarse es aprender; de la misma
manera en que el sistema inmune aprende la lección de los gérmenes,
nuestra conciencia aprende la lección que nos trae los conflictos
emocionales. Las enfermedades pueden ser reediciones o reiteraciones
del mismo conflicto emocional básico de nuestra infancia por lo que
hasta que no aprendamos realmente la lección, estamos condenados a
reeditar la fricción del conflicto en el seno del cuerpo.
Es tan
importante la auténtica sanación emocional que en más de veinticinco
años de práctica clínica he llegado a la convicción de que en el
núcleo de la inmensa mayoría de las enfermedades crónicas existe un
conflicto emocional no resuelto.
Cuánto tarda el órgano en recuperarse cuando se aplican las terapias
bioenergéticas?
Aunque los síntomas físicos tarden en aparecer, un shock traumático
emocional que se vive sin la protección amortiguadora de una red de
soporte emocional adecuada incide sobre la energía y la función del
órgano respectivo así como en su representación cerebral
inmediatamente. Asimismo, la terapia adecuada incide sobre toda la
cascada de eventos relacionados con la enfermedad de una manera
sincrónica.
Esto no quiere decir que siempre sea posible la
restitución anatómica pues existe un status de no retorno en el cual
las lesiones asumen el carácter de irreversibles. Siempre es
necesario un sustrato, un cerebro para procesar y transmitir las
señales, una reserva orgánica para sostener las funciones.
Por tanto,
aún con el estímulo energético adecuado muchas enfermedades crónicas
no remiten aunque se puedan presentar mejorías en su evolución y
pronóstico. El tiempo de respuesta varía en función del tipo de
estímulo y la condición del paciente pero va desde el efecto
inmediato hasta el que se instala lenta y progresivamente en el
curso de varios meses.
En casos excepcionales hemos visto la
restitución anatómica allí donde nuestros conocimientos médicos
convencionales decían que era literalmente imposible; lo que nos
revela que más allá de materia y energía hay un lugar de la
conciencia en el cual la enfermedad por avanzada que esté, puede ser
reversible. Este es el territorio de la sanación espiritual, en el
que el alma del paciente, el sanador interior, es el actor
principal.
Es cierto que el corazón es el gran regulador de los ritmos
biológicos y que el cerebro y todo el funcionamiento orgánico se
adecua a este órgano?
El corazón produce un campo electromagnético cinco mil veces más
potente que el del cerebro. Este campo es la onda portadora de todas
las demás actividades eléctricas, lo que explica que en condiciones
de registro adecuado el electrocardiograma se pueda captar en
cualquier parte del cuerpo. Así, por ejemplo, en la cabeza se puede
captar el electroencefalograma como una pequeña oscilación que "va a
caballo" sobre la onda electrocardiográfica.
En el abdomen de la
mujer gestante se podrá registrar el electrocardiograma de la madre
y, por encima, el del feto. El grado de coherencia de la actividad
cardiaca, medida por la variabilidad de frecuencia en el tiempo, es
hoy una medida objetiva de estados interiores. Así, un estado
genuino de amor impersonal produce una mínima variabilidad de la
frecuencia cardiaca con una máxima coherencia que, a su vez, se
refleja en una capacidad incrementada para actuar sobre otros
sistemas vivos.
En ese estado de coherencia interior, el amor
impersonal se manifiesta en la capacidad de sanar. Los
investigadores norteamericanos de estos fenómenos -los cuales no son
propiamente alternativos- han llamado al corazón "el oscilador
eléctrico maestro".
Al parecer, el bazo es un gran acumulador de energía, quizás el más
importante que tenemos. Pero, además del bazo, hay algún otro órgano
especializado en procesar la energía? Y que pasa si se extrae el
bazo?
El prana o energía vital entrante al sistema pasa a través de los
chakras del bazo adecuándose a la frecuencia de cada uno de los
chakras o centros mayores de energía. Los chakras- palabra sánscrita
que significa rueda- son, como usted sabe, los vórtices energéticos
que captan y distribuyen la energía etérica por el organismo.
Pero
cuando hablamos del bazo, como de cualquier órgano en medicina
Bioenergética, no solo nos referimos a su componente físico sino
básicamente a la unidad etérica. Un órgano extirpado sigue teniendo
existencia desde el punto de vista energético; por eso se puede
experimentar dolor en un miembro amputado y es posible tratar con un
color o un sonido la contraparte etérica del miembro u órgano
faltante y mejorar situaciones clínicas como el síndrome del
"miembro fantasma".
De hecho, todos los átomos del organismo se
renuevan. A pesar de lo cual, la memoria de la función y la
distribución- el patrón de organización -permanece. La memoria de
nuestro cuerpo está en el campo de energía etérico y este- mientras
vivamos -mantiene la plantilla o molde que permite la constancia de
la distribución y ordenamiento de las energías en su seno.
Los canales por donde circula la energía etérica son detectables con
la tecnología actual?
A la luz de los conocimientos actuales, la realidad eléctrica,
fisiológica e histológica de los puntos de acupuntura es hoy
indiscutible. Como vías de menor resistencia eléctrica de posible
conducción de corriente directa la existencia de los meridianos esta
aún hoy sujeta a discusión aunque la prueba clínica de su vigencia
después de milenios es, sin duda, más importante que la probable
constatación biofísica.
Si asumimos fenómenos vitales que ocurren
por fuera de los límites de nuestra física convencional, como las
ondas no hertzianas, no podremos obviamente esperar que las
registremos con instrumentos para medir ondas electromagnéticas
convencionales. Nosotros los occidentales no nos preguntamos tanto
si una cosa funciona o no sino como funciona. Y si no encontramos el
como negamos el hecho. Es la tiranía de la lógica como único uso de
razón la que nos ha llevado a posturas a veces irracionales.
No
tenemos que esperar la bendición del método científico para
disfrutar el milagro vivo de la vida cada segundo. La vida se
demuestra a sí misma en el ojo el científico que intenta descubrirla
detrás del microscopio.
La conexión entre el chakra del plexo solar y el corazón parece ser
la clave de la salud y la enfermedad por cuanto controlan el mundo
de las emociones. Es eso así?
Juntos, el
plexo solar y el cardíaco constituyen un comando
magnético procesador de las energías provenientes del cuerpo
emocional. Cuando la polaridad emocional se orienta a la
satisfacción de las ambiciones del pequeño yo personal, las energías
así generadas se dirigen hacia el plexo solar y son procesadas por el
páncreas, el estómago y el hígado; y a través de estos órganos
inciden sobre todo el tracto intestinal.
Buena parte de nuestras
enfermedades en la práctica clínica afectan vísceras y órganos
adscritos al plexo solar expresándose como gastritis, úlceras,
desórdenes biliares, colitis, alteraciones digestivas, etc., que
además de los factores conocidos por los médicos tienen un motor
oculto en actitudes emocionales dirigidas a saciar apetitos
individuales que se reflejan en un estilo de vida consagrado a la
expansión del propio territorio.
Esto ocasiona una congestión
energética crónica en los órganos adscritos al plexo solar y se
refleja en hábitos alimenticios inadecuados. La congestión del plexo
solar no puede hacerse sino a costa de disminuir el flujo de energía
hacia el cardíaco y entonces el corazón y el sistema inmune empiezan
a sufrir.
Multitud de problemas inmunes y cardíacos tienen su
génesis en desordenes emocionales que, al afectar el plexo solar,
terminan afectando también al timo y al corazón. Podríamos
simplemente adecuar la dieta, pero olvidamos que no somos lo que
somos por lo que comemos o bebemos, sino que comemos lo que comemos
por lo que somos. Ese ser se revela en actitudes hacia la vida y es
allí donde podría realizarse el cambio.
El cambio de actitud
consiste en que, en lugar de peguntarnos que espero yo de la vida?-
actitud de pedir que nace del plexo solar-, nos preguntemos que
espera la vida de nosotros- actitud de servir que nace del corazón-.
Cuando somos lo que somos por lo que a la vida le podemos dar y no
por lo que podemos poseer y retener tiene lugar un cambio
fundamental en nuestra evolución: ascendemos en nuestra humanidad,
centrada en nuestra más grande riqueza, nuestra capacidad de dar.
El
cuarto centro o chakra cardíaco es el territorio de la comprensión
amorosa, actitud desde la cual podemos sanar nuestras relaciones. Y
sanar las emociones y las relaciones es la clave para llenar la vida
de sentido.
Por último, quisiéramos preguntarle por algo que forma parte de
muchas terapias Bioenergéticas: los medallones, las piedras, las
gemas... colocadas sobre el plexo solar o sobre el corazón, tienen
realmente validez terapéutica? Cree que las formas circulares o
esféricas- ondas de forma- producen efectos curativos?
Lo que uno piensa de una cosa es más importante para la salud que la
misma cosa. Cuando se utiliza un medicamento que normalmente provoca
el vómito diciendo a los pacientes que es un medicamento para
evitarlo, el efecto de su creencia supera la de la sustancia en sí y
el vómito es controlado por la mayoría.
El sistema nervioso y el
sistema inmune también "creen". Así nació la psiconeuroinmunología,
ciencia que describe y utiliza las interacciones entre el sistema
nervioso, las emociones y actitudes, y el sistema inmune. Cuando se
asocia sacarina con un tóxico para el sistema inmune al dar luego
exclusivamente sacarina, el sistema inmune reacciona como si esta
fuera muy tóxica.
Lo mismo sucede con amuletos, piedras, etc. Además
de su acción intrínseca- que puede o no existir-, lo más importante
es la conciencia sobre ellas. Un amuleto, un medallón, o una piedra
pueden no ser más que un símbolo externo de una conciencia interior.
De ahí deriva su poder. Poder que puede ser más fuerte sin la piedra
porque, en última instancia, lo que es significativo se inscribe
profundamente en nuestra conciencia y deja sus huellas en el cuerpo.
Una forma, un símbolo,- por ejemplo, la cruz-, un mandala, un
mudra,
una postura da hatta yoga, un mantram o una
oración pueden ser muy
poderosas si se asocian a un profundo sentir interior, a una
conciencia viva anclada en el corazón.
De lo contrario, serán
simplemente cosas inocuas.