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LA SUPER-VIVENCIA
La vida y la muerte
Madre tuvo innumerables ocasiones de estudiar la muerte – el
fenómeno del cadáver - , ya desde sus experimentos en Tlemen, siendo
muy joven aun, y que hemos relatado en otra parte. Un día le
preguntamos si era posible tener “la experiencia de la muerte sin
morir”.
Y con su humor habitual nos respondió:
68.289 - ¡Seguro! Es posible tenerla incluso materialmente si… si la
muerte es lo bastante corta como para que los médicos no tengan
tiempo de declararte muerto!
Es necesario aclarar que Madre no tenía casi ninguna estima hacia la
ciencia médica: “soy una atea de la medicina”, solía decir riéndose.
Y nos viene a la memoria Sri Aurobindo:
Nos reímos del salvaje porque tiene fe en el brujo y curandero, pero
el hombre civilizado ¿acaso es menos supersticioso con su fe en los
médicos? El salvaje constata que repitiendo un cierto encantamiento,
suele curarse de una cierta enfermedad, y tiene confianza. El
enfermo civilizado constata que administrándose algunos remedios
según una receta, a veces se cura de ciertas enfermedades, y tiene
confianza. ¿Dónde esta la diferencia?
Madre incluso tuvo varias veces la experiencia un tanto penosa de
estar muriéndose toda una noche dentro de otra persona, ya lo hemos
contado.
Y además, todas aquellas “pequeñas muertes” en el momento
del paso de la trama. Es precisamente ese momento del paso de un
estado al otro lo que nos interesa, es ahí donde tenemos la
oportunidad de dar con el secreto: cuando la cosa oscila. Los
médicos os enumeraran toda clase de enfermedades posibles “que hacen
que…”.
Pero no saben nada de la verdadera realidad del fenómeno. Es
como explicar un accidente de coche por el número de piedrecillas
que había sobre la carretera. Es asombroso como toda nuestra Ciencia
se queda justo al margen, es una especie de caricatura mecánica de
“algo” que se le escapa por completo.
He aquí uno de los primeros experimentos tras la primera salida de
la trama en 1962, cuando Madre estaba todavía entrando y saliendo de
la trama en un minúsculo vaivén incesante como en la frontera de dos
estados:
62.89 – Es una curiosa sensación, una extraña percepción de dos
funcionamientos (que ni siquiera están superpuestos, ni siquiera se
puede decir que superpuestos), el funcionamiento verdadero del
cuerpo y el funcionamiento deformado por el sentido individual del
cuerpo individual (la pecera humana).
Son casi simultáneos, es por
eso por lo que es tan difícil explicar… Es como si la consciencia
fuera atraída o empujada o situada en una cierta posición, en la que
los malos funcionamientos aparecen al instante (es decir, que se ha
entrado en la trama), y aparecen al instante no como una
consecuencia (de haber entrado ahí), sino porque la consciencia SE
DA CUENTA de que existen.
Aquí empezamos ya a tocar un secreto. Madre parece decir que el mal
funcionamiento (el que nos conduce finalmente a la muerte) no es la
consciencia del hecho de agarrar todas las enfermedades que podían
existir ya en el interior de la pecera, de la que se había salido
provisionalmente, sino del hecho de que la consciencia se da cuenta
de que existen.
Las enfermedades y la muerte están constantemente
ahí, en nuestra pecera, latentes o manifiestas: es el estado mortal
por definición; pero solo cuando la consciencia se da cuenta de su
existencia les da una realidad.
No es la “enfermedad” lo que uno
agarra en la pecera, es la consciencia falsa, esa es la verdadera
“enfermedad” del medio humano, la única. Y prosigue Madre:
… Y entonces, si la consciencia se queda el suficiente tiempo en esa
posición, eso produce lo que se suele llamar… “consecuencias”. El
mal funcionamiento tiene “consecuencias”, son cosas pequeñísimas,
malestares físicos si quieres. Y si la consciencia recobra se
verdadera posición, todo eso cesa AL INSTANTE.
Entonces, algunas
veces, es así (Madre entrecruza los dedos de su mano derecha con los
dedos de su mano izquierda), esta posición y luego esta, esta
posición y luego esta, en un intervalo de segundos (la entrada y la
salida de la trama), así que se tiene la percepción casi simultanea
de los dos funcionamientos. Eso es lo que me ha dado el conocimiento
de la cosa, si no no la entendería; tan solo creería que se trata de
un estado de buena salud, y que luego caigo en un estado de mala
salud, pero no es eso, sencillamente es….
Todo, toda la sustancia, las vibraciones, siguen su curso normal,
¿sabes? es solo la percepción de la consciencia lo que cambia. Es
por lo que si llevamos este conocimiento a sus ultimas
consecuencias, es decir si lo generalizamos, la vida (lo que
llamamos generalmente la “vida”, la vida física, la vida del cuerpo)
y la muerte, son la MISMA cosa, SIMULTÁNEAMENTE; es solo la
consciencia la que hace así y así, la que se desplaza así y así
(mismo gesto con los dedos) No se si logro hacerme entender. ¡Pero
es fantástico!...
¡Es fantástico!
No existe nada que sea la “muerte” ni un cáncer ni
una tuberculosis ni un corazón enfermo…, lo que existe es una
consciencia falsa en una posición falsa, que al instante origina una
tuberculosis, un cáncer, etc., con todas sus consecuencias mortales.
Y si se esta en la posición buena uno no se da cuenta de todo eso, y
ya no hay cáncer, ni tuberculosos, ni enfermedad!
Es decir, que la
enfermedad o la muerte están constantemente ahí, es el estado normal
humano, y luego uno “se da cuenta” o no se da cuenta de ellas. Todas
las vibraciones siguen su “curso normal”, solo cambia la posición de
la consciencia. ¡Es fantástico!
Y Madre añade:
… Y es una experiencia que suelo tener con ejemplos de lo mas
concretos. Por ejemplo, de repente, me viene esa especie de
desplazamiento imperceptible de consciencia y... me da la impresión
de que voy a desmayarme, es decir, que toda la sangre va de la
cabeza a los pies y luego ¡paf!
Pero si la consciencia es atrapada a
TIEMPO eso no se produce; y si no es atrapada a tiempo se produce.
Por tanto, tengo una impresión clarísima de que lo que para la
consciencia ordinaria de la gente, para las apariencias y todo lo
demás, se traduciría por una muerte, solo seria que la consciencia
no ha sido atrapada en su verdadera posición lo suficientemente
rápido… Comprendo perfectamente que las palabras no alcanzan en
absoluto a explicar la experiencia. De todas formas, quizá nos
estemos encaminando hacia un conocimiento de la “cosa” (la muerte);
y conocimiento quiere decir poder de cambiar.
Siento clarísimamente
que algo me esta llevando hacia el descubrimiento de ese poder – de
ese conocimiento - , naturalmente por el único medio posible:
experimentarlo. Y con muchas precauciones porque siento
clarísimamente que…
Es peligroso, evidentemente. Se puede “no atrapar la verdadera
posición lo suficientemente rápido”.
Pero el hecho capital es que
“la vida y la muerte son la misma cosa”. No es cuestión de un cáncer
ni de noventa años de desgaste “que hacen que…”. ¡Pero entonces toda
la medicina es falsa! Estamos en una pecera de muerte, los médicos
tienen toda la razón, pero están cuidando solo una ilusión.
Ahora toda la cuestión es comprender ese cambio de posición.
El conocimiento del fenómeno dio un paso mas con una extraña
experiencia acaecida con ocasión de la muerte de un discípulo.
Resumiendo, aquel discípulo estaba paseando en un estado de
concentración interior, sin prestar mayor atención al mundo
material, se dio con algo, tropezó, y se fracturo el cráneo; los
médicos le declararon “muerto” tras haber intentado unas horribles
operaciones.
Mientras tanto el discípulo, en su vivismo estado de
consciencia, vino junto a Madre – estaba junto a ella, tranquilo,
como si continuara con su meditación - . luego, de pronto, Madre
sintió un violento temblor en el discípulo y este desapareció; fue
en el momento en el que quemaban su cuerpo.
Y Madre exclamo:
62.47 – En el estado en que estaba, no suponía NINGUNA DIFERENCIA
para el estar muerto o vivo, ¡eso es lo mas interesante! Y fue
porque lo quemaron por lo que de repente fue puesto violentamente en
contacto con la destrucción de la forma de su cuerpo…
Podríamos decir que, de repente, se “dio cuenta” de que estaba
muerto.
… (Pregunta:) ¿Qué conclusiones para tu experimento, se pueden sacar
de esa historia?
¡Pues que uno puede morir sin saber que ha muerto! El continuaba
existiendo, viviendo, teniendo experiencias, de forma absolutamente
INDEPENDIENTE de su cuerpo, sin tener ninguna necesidad del cuerpo
para tener sus experiencias. Lo considero un hecho muy importante…
Así que, podríamos decir que es necesario morir a la muerte para
nacer a la inmortalidad. Morir a la muerte, es decir, volverse
incapaz de morir, porque la muerte no tiene ya realidad.
La posición de la consciencia cambia, y no solo el cáncer, el
infarto y no se que mas, no tienen ya realidad, es decir, no pueden
ya existir, manifestarse – aunque sigan siempre ahí, latentes en la
pecera - , sino que tampoco la muerte puede ya existir. La muerte
esta siempre ahí, pero existe una posición de la consciencia que
hace que uno atrape o no la muerte, el accidente y todo lo demás.
Luego, ese experimento de “la muerte” se fue aclarando:
63.163 – La impresión que se suele tener en la vida ordinaria (poca
gente se da cuenta de ello), es de estar debajo de algo: un destino,
una fatalidad, una voluntad, un conjunto de circunstancias, poco
importan las palabras, es algo que pesa sobre vosotros y que quiere
manifestarse a través de vuestro. Y después de este experimento de
“la muerte de la muerte” tengo la impresión…
Antes cuando yo actuaba
sobre la gente, bien fuera para no dejarla morir o bien para
ayudarla una vez que estaba muerta (cientos y cientos de cosas que
yo solía hacer cantidad de veces), lo hacia con la impresión de que
la muerte era algo que había que vencer o dominar, o que había que
reparar las consecuencias…
Se vence o se domina a un enemigo, y se le da mucha fuerza al
enemigo luchando contra él; pero, ¿y si no existe tal enemigo?...
¿Si no hay mas que… una ilusión?
… Pero ahora mi posición ha cambiado. Aunque esas cosas a veces
llevan años para que se conviertan en un poder consciente. Y el
poder consciente, en este caso, seria el poder de dar y de impedir
igualmente la muerte, de hacer el movimiento de fuerzas necesario:
CASI UNA ACCIÓN muerte y pudiera impedirla. Y ya no existe en
absoluto esa sensación que se suele tener de una oposición brutal
entre la vida y la muerte, su contraria.
¡La muerte ya no es lo
contrario de la vida! Lo comprendí en aquel momento, y no lo he
olvidado jamás: la muerte NO es lo contrario de la vida. Es como un
cambio en el funcionamiento de las células o en su organización. Y
entonces, una vez que se ha comprendido eso, es sencillísimo: se
puede perfectamente impedir que pase aquí o que pase allí (Madre
entrecruza los dedos de su mano derecha con los dedos de su mano
izquierda a un lado y a otro de la trama), se puede hacer así o asi.
Es… Seria evidentemente una nueva fase de la vida terrestre.
62.117 - ¡Ese “morir a la muerte” era una cosa clara, de una
potencia fulminante! Y daba también esta impresión: “¡Que fácil, que
fácil!...” Aunque no se trata de difícil ni de fácil: ¡es
espontáneo, NATURAL, y tan sonriente!
Es natural precisamente. Es el estado natural por excelencia.
Hemos
entrado en una pecera de irrealidad en la que nos damos cuenta de
toda clase de desastres, que, naturalmente, suceden desde el momento
en el que nos damos cuenta de ellos – como nos hubiera llegado la
mente en los barrancos de Pondicherry si nos hubiéramos dado cuenta
o si nuestro cuerpo hubiera creído que iban a matarle. Pero,
extrañamente, en aquel momento había como una nada, ¡así que no era
nada!, no había accidente. Por un minuto estuvimos en un estado
natural.
Para que sobrevenga la muerte es necesario que exista un
contacto con la muerte, pero ¿y si no hay contacto?...
“Una cuestión de funcionamiento en las células. Casi una acción
mecánica sobre las células. Una mala posición de la consciencia no
atrapada a tiempo lo suficientemente rápido.”
Y volvemos una y otra
vez a ese paso de la trama de la mente física. Años más tarde Madre
se iba acercando ya a la clave:
66.262 – Para mi, el problema es encontrar el procedimiento, a fin
de poder deshacer lo que ha sido hecho (la muerte, toda esta trama
de irrealidad en la que estamos envueltos). Después de todos estos
años, hay algo que querría tener el poder o la clave – el
procedimiento.
¿No hará falta sentir o VIVIR como la cosa hace
así (Madre tuerce su muñeca en un sentido) a fin de poder hacer así
(tuerce su muñeca en el otro sentido)? Lo más interesante es que
ahora que esta mente de las células se ha organizado, parece pasar
de nuevo con una rapidez vertiginosa a través de todo el proceso del
desarrollo mental humano para alcanzar… justo la clave.
Es la mente de las células la que tiene la clave de la muerte, o más
bien de la no-muerte, del estado en el que la muerte y la vida se
convierte en algo distinto, donde no existe ya esa oposición.
¡La muerte no es lo contrario de la vida!, son el mismo estado, un
mismo caldo de cultivo que llamamos existencia y donde, de vez en
cuando, atrapamos la muerte de verdad, aunque de hecho estaba
siempre allí, nacimos con ella, nacimos en ella, por así decirlo.
Nuestras células enrollan constantemente el hábito de la derrota y
de la muerte, es su “buena voluntad imbécil”.
Pero si cambiamos esa
vibración, ese modo de enrollar, para darles a repetir y repetir
otra vibración – libre, solar - , ¡todo cambia! Y entonces la vida
deja de ser como la conocemos, es decir, tan solo la muerte en
suspenso una falsa materia, un falso espacio, un falso tiempo; y
también la muerte deja de ser como la conocemos, es decir, la
desaparición tan solo de nuestra falsa mirada y de nuestra falsa
escena material; para ser “algo” que continua, con o sin cuerpo, en
un verdadero tiempo, un verdadero espacio, una verdadera materia
material y terrestre.
Es la “súper-vivencia”, la ruptura de la
pecera, que no es la muerte del pez, sino el comienzo de otra
especie o de otro reino sobre la Tierra.
Si, una “nueva fase de la
vida terrestre”.
70.31 – Eso es lo que he aprendido, el fracaso de las religiones ha
sido porque estaban divididas, querían que fuéramos religiosos
excluyendo las demás religiones; y también todos los conocimientos
han fracasado porque eran exclusivas. Pero lo que la nueva
consciencia quiere es que no haya divisiones.
Ser capaz de
comprender el extremo espiritual, el extremo material, y encontrar
el punto de unión, allí donde… ambos se convierte en una fuerza
verdadera. Y es algo que se le esta queriendo enseñar también al
cuerpo por los medios mas radicales. Todos dicen: “Esto y no eso”,
¡No!, esto y eso, y de nuevo esto y de nuevo eso, y todo a la vez.
Ser lo bastante plástico y lo bastante amplio como para que todo sea
reunido. También en el cuerpo.
El cuerpo tiene la costumbre de
decir: “Esto y no eso, eso y no esto…” No, no, no: esto y eso. Y la
gran División: la vida y la muerte. Eso es la causa de todo. Pues
bien (las palabras no tienen sentido pero…) la “súper-vivencia” es
la vida y la muerte juntas… ¿Y por que llamarlo “súper-vivencia”?
Estamos siempre tentados a apoyarnos en un lado: luz u oscuridad
(“oscuridad”… en fin…).
Y nos viene, de pronto, a la memoria aquel extraño verso de los
rishis védicos, hace cinco o siete mil años:
“Descubrió los dos
mundos, eternos y en un mismo nido” (Rig-Veda, 1.62.7).
Ahora toda la cuestión esta en ese “con o sin cuerpo”, es decir, si
este cuerpo tendrá el poder o la capacidad de pasar al otro estado y
de transformar poco a poco sus viejas condiciones en una condición
nueva, si el cuerpo podrá permanecer como el eslabón vivo entre los
dos mundos: vivir ahí donde los vivos y los muertos están juntos
“sin diferencia alguna”; o bien si deberá seguir su viejo habito de
desintegración, abrir su cascaron y “morir”, para que el ser humano
vuelve una y otra vez a la trama hasta que haya encontrado la clave
de la ilusión, el porque de la ilusión.
Para que podamos encontrar
lo que ninguna de las felices pudo encontrar antes que nosotros
(probablemente porque vivían demasiado felices dentro de su
especie); el poder de deshacer el enrollamiento genético que nos
liga a una única forma de vida, mientras que el fin de la Evolución,
si existe alguno, es ser todo y vivir todo y reencontrar todas las
formas de ser, las ya conocidas y las que están por conocer, en un
individuo libre, sin cascaron y feliz, y sin embargo material.
Ese poder es la mente de las células.
Un desconocido peligroso
Una vida muy rara, y dolorosa, iba a comenzar para Madre. Es muy
fácil hablar de “la próxima especie” y ponerlo todo en párrafos (y
hasta eso cuesta), pero en el terreno de cada día es de lo mas
angustioso para el pionero, pues ni siquiera sabe si va hacia alguna
parte,
¿Será la locura, la desintegración, o será muy diferente?...
No había nadie para decírselo.
Su único alivio humano era quizá
podernos hablar, pero, muy pronto, incluso nos iban a cerrar su
puerta. Otra especie es toda una locura. Verdaderamente, no
conocemos ninguna persona más heroica que Madre.
Y, sin embargo, se reía, se burlaba, ¡y como se burlaba!
70.294 – El cuerpo se dice: “¡Aunque, en el fondo, eso supondría una
diferencia sobre todo para los demás! (si Madre moría). Para mi no.”
Solo para ellos, que viven aun en esa especie de ilusión de la
muerte porque ven que el cuerpo desaparece. ¡Pero mi cuerpo no sabe
ya exactamente cual es la verdad!
Para él la materia debería ser la
verdad, ¡pero no esta absolutamente seguro de que sea así! Siente la
otra, la otra forma de ser. Sabe que la vieja forma esta
desapareciendo, y comienza a preguntarse como será la nueva y como
se establecerá la relación de la nueva conciencia con la vieja
consciencia de los que sigan hombres todavía. Es algo que viene…, es
curioso, viene como una brisa, y luego desaparece de nuevo.
El
cuerpo sufre… un sufrimiento muy raro: gime, literalmente gime como
si sufriera terriblemente, y luego hay un pequeño “algo”, y entonces
deja de ser un sufrimiento; tampoco es en absoluto lo que
llamaríamos beatitud no se lo que es, es algo diferente, pero es
extraordinario, nuevo, totalmente nuevo. Y todo eso sucede en una
especie de nebulosa, que ya es eso ni tampoco lo otro. Ya no es, ya
no es la consciencia corporal tal y como es, ¡oh!, es un camino
hacia “algo”, pero que todavía no esta ahí.
Sin embargo, la
presencia de la Gracia es una cosa absolutamente maravillosa, porque
veo que tal y como esta siendo el experimento si no se me diese al
mismo tiempo el sentido verdadero de lo que sucede, seria una agonía
sin tregua. Es la vieja manera de ser lo que esta muriéndose.
Ocho años antes nos había dicho esto:
62.126 – Lo noto hasta punto que, si no fuera por respetar la
tranquilidad mental de la gente, diría: “¡No se si vivo o estoy
muerta!...” Porque hay una vida, un genero de vibración de vida, que
es totalmente independiente de… (Madre iba a decir “del cuerpo”).
No
voy a decirlo de otra manera; la forma en que la gente siente de
ordinario la vida, que están vivos, esta íntimamente ligada a una
cierta sensación que tienen de ellos mismos, sensación de su cuerpo
y de ellos mismos; suprime completamente esa sensación, esa clase de
sensación, esa clase de relación que la gente llama “estar vivo” –
suprímelo - , y entonces ¿Cómo podrías decir “estoy vivo” o “no
estoy vivo”? ¡Todo eso ya no existe! Yo no puedo decir igual que en
ellos “estoy viva”. Es otra cosa…
La “agonía” iba a ser muy larga.
Y añadía Madre, riéndose:
…¡Mas vale que no grabes esta conversación porque al final (los
discípulos) van a preguntarse si no seria mejor cuidar mi salud
mental!... ¡Pero tampoco eso tiene ninguna importancia!... Todo
cuanto digo se vuelve cada vez más difícil de entender, ¿Lo
comprenderá la gente quizá dentro de cincuenta años?
Comprendernos perfectamente que Madre no estaba ya en nuestro “estoy
vivo” habitual, pero ¿Dónde estaba? ¿En la “muerte”?
¿Y que es,
verdaderamente, esa muerte?... Un día le planteamos la cuestión y
recibimos una respuesta que nos dejo un tanto estupefactos, aunque
habíamos sido preparados para ella durante mucho tiempo, porque ya
nos había dicho Madre:
“La muerte no es lo contrario de la vida.”
67.73 – He llegado a la conclusión de que no existe nada que sea
verdaderamente la muerte. No existe más que una apariencia, y una
apariencia que se funda en una visión limitada. Pero no hay un
cambio radical en la vibración de la consciencia. La importancia
dada a la diferencia de estado es solo una importancia superficial y
basada en la ignorancia del fenómeno mismo.
El que fuera capaz de
mantener un medio de comunicación diría que, para el, no supone una
diferencia considerable. Pero eso es algo que esta elaborándose
todavía, quedan aun lugares imprecisos y faltan ciertos detalles en
el experimento.
(Pregunta:) Pero tu dices que no existe diferencia. ¿Acaso cuando
uno esta en el otro lado, continúa teniendo la percepción del mundo
físico? Si, si, eso es.
¿Percepción de los seres de los…? (queríamos decir de los arboles,
de las gaviotas en el cielo, en fin del hermoso sol de la Tierra). Si, eso es. Solo que, en lugar de tener una percepción… Se sale de
una especie de estado ilusorio y de una percepción que es solo
percepción de apariencias, pero se tiene una percepción.
Es decir,
que ha habido momentos en los que ha tenido esa percepción y he
podido ver la diferencia, solo que el experimento no ha sido total,
¿sabes?, no ha sido total en el sentido de que ha sido interrumpido
por circunstancias externas. Pero la percepción sigue ahí, no
absolutamente idéntica, sino CON UNA EFICACIA MAYOR A VECES. Sin
embargo, no es observable desde ese otro lado (el viejo estado).
Y Madre añadió esto que decididamente nos abrió los ojos de par en
par:
… Solo es claro, preciso y EVIDENTE con esta nueva visión de las
células, porque (¿Cómo diría yo?) yo ya sabia todo eso, ya lo sabia
de antes (Madre había tenido innumerables experiencias llamadas
ocultas), pero ahora lo he visto de nuevo con esta nueva
consciencia, esta nueva forma de ver, y entonces la comprensión ha
sido total, la percepción ha sido total, totalmente concreta, con
elementos convincentes que faltaban por completo en el conocimiento
oculto. Es un conocimiento de la consciencia de las células.
Es el cuerpo, la consciencia del cuerpo, lo que hace de puente
directo con el otro lado de la pecera.
¡Claro que si!, no se trata
de irse al espíritu puro, sino a la materia misma, tal y como es. Es
ahí donde están los muertos. La muerte esta junto a nosotros. ¡Pero
no se trata de la “muerte”, en absoluto!
Después Madre, un día, nos hizo una reflexión enigmática pero
luminosa si la sabemos ver:
70.253 – Para la consciencia corporal que sigue consciente cuando el
cuerpo duerme (¿y que es esa consciencia, sino la consciencia de las
células?), el mundo tal y como lo vivimos, es sombrío y cenagoso,
siempre. Es decir, que es siempre una penumbra – apenas se ve – y
barro no se trata de una opinión, ni de una sensación: es un hecho
material. Esta consciencia (celular) es consciente de un mundo… que
no esta sometido a las mismas leyes.
72.267 – Cuando me quedo así, inmóvil, al cabo de cierto tiempo
aparecen cantidad de cosas que están haciéndose, organizándose, pero
se trata de (¿Cómo diría yo?) se trata de otra clase de realidad mas
concreta. ¿Y como más concreta? No lo se. La materia parece algo
abstracto al lado de esto (¿y como parecería el agua del pez al lado
de la pradera soleada?). Incierta, opaca, no receptiva. Y es algo…
¡Y lo mas cómico es que la gente cree que me duermo! Ya casi no
pertenezco al viejo mundo, así que ese viejo mundo dice: “esta
acabada”, ¡Me da absolutamente igual!
Bien pudiéramos pensar que lentamente, Madre se encaminaba hacia el
lado de los muertos…, como si toda esta transición evolutiva, todo
este esfuerzo, estos dolores del devenir terrestre desde hace eras y
eras, tuvieran como meta final el salto a un estado que quizá sea
material, pero sin lazo, sin conexión ni continuidad con la
evolución biológica de las especies.
Sin embargo, no era nada de
eso. Madre no iba hacia la “muerte”… Parece ser que a nivel de las
células se produce una curiosa alquimia que cambia no solo la vida
tal y como la conocemos, sino también la muerte. Verdaderamente,
otro estado en la materia. Los muertos no tienen células, y si la
célula animal ha penado tan dolorosamente sobre la Tierra desde hace
tres mil quinientos millones de años, no va a ser para volatizarse;
la célula debe tener también su plenitud.
Quizá incluso sea el lugar
en el que se construye el próximo mundo, que no esta hecho ya de
nuestra vida pero tampoco de muerte.
72.127 – Tengo la impresión de estar convirtiéndose en otra persona.
No, no es solo eso: estoy tocando otro mundo, otra manera de ser,
que podríamos llamar una peligrosa manera de ser… Peligrosa pero
maravillosa. La impresión de que la relación entre lo que llamamos
la “vida” y lo que llamamos la “muerte” se vuelve cada vez más
diferente, completamente diferente. No es que desaparezca la muerte
¿comprendes? (la muerte tal y como la concebimos, tal y como la
conocemos, y en relación con la vida tal y como la vemos), ¡no es
eso, no es eso en absoluto! Las DOS están cambiando… en “algo” que
no conocemos todavía, que parece a la vez peligroso y totalmente
maravilloso.
Tenemos tendencia a querer que ciertas cosas sean
verdaderas (las que NOS parecen favorables) y que otras
desaparezcan, ¡no es eso! Es diferente TODO. Diferente. De vez en
cuando, durante un momento muy breve: una maravilla. Y luego,
inmediatamente, el sentido de… ¡de un desconocido peligroso! Así es.
Y me paso el tiempo así.
72.912 – Todo se esta hundiendo, solo queda… ¿el que?, lo divino
“algo”, no se el que. Es como una tentativa para hacernos sentir que
no hay diferencia entre la muerte y la vida. Así es. Que no es ni la
muerte, ni la vida, ni lo que nosotros llamamos la muerte ni lo que
llamamos la vida. Es… “algo”. Y eso, es algo divino. O más bien, es
nuestra próxima etapa hacia lo divino.
69.164 - ¡Es curioso, tiene el aspecto de ser totalmente igual y se
esta volviendo muy diferente!
62,132 – Para los que vengan dentro de cien años de doscientos años
será muy fácil, no tendrán más que escoger; pertenecer al viejo
sistema o al nuevo. ¡Pero ahora!... Un estomago necesita digerir
¿no?... ¿Sera una locura? ¿Sera una cosa posible? No lo se. Nadie lo
ha hecho antes, así que no hay nadie para decírmelo.
70.44 – El cuerpo tiene la impresión… la palabra angustia es
demasiado fuerte, es la impresión de estar a punto de… lo
desconocido, desconocido… “algo”. Y es una sensación muy, muy rara.
Veras, podríamos decir que es una especie de vibración nueva. Es tan
nuevo que no se le puede llamar “angustia”, es… desconocido.
El
misterio de lo desconocido. Y se esta volviendo constante. Así que
al cuerpo no le queda mas que una solución; el abandono total, y es
en el abandono total donde se da cuenta de que esa vibración no es
una vibración de disolución, sino algo… ¿el que? Lo desconocido,
totalmente desconocido, nuevo desconocido. A veces, le da pánico. Y
no puedo decir que sufre mucho, no lo llamo sufrimiento, es una
cosa… totalmente extraordinaria.
¡Si esa “otra cosa” debe ser tan diferente que tiene que ser como
una muerte para el cuerpo!
¡Es su equivalente! Es una vida extraña en todo caso. ¡Muy pronto
voy a contagiarme de forma peligrosa, ¿sabes?!
Quizá era el mundo el que iba a contagiarse peligrosamente.
70.114 – Es una impresión curiosísima, como si estuviéramos al
borde, ¿pero al borde de que? No lo se. Algo…
70.277 – Algo de lo cual se tiene una experiencia innumerable, al
mismo tiempo.
72.221 – Hay momentos en los que el cuerpo tiene la impresión de que
es imposible, de que no se puede existir así, y luego, justo en el
último minuto, viene algo, y entonces es… es una armonía
verdaderamente desconocida en el mundo físico. Una armonía…, el
mundo físico parece espantoso en comparación. Es verdaderamente como
un mundo nuevo que quiere manifestarse.
72.135 – Nunca he tenido una impresión tal de… de nada, da nada.
Nada. Yo no soy nada. Es como si cada minuto el cuerpo pudiera
morir, y cada minuto fuera milagrosamente salvado. Y eso es lo
extraordinario. Y con la percepción constante de acontecimientos
mundiales, como si todo fuera… (Madre aprieta estrechamente los
dedos de su mano derecha entre los dedos de su mano izquierda), como
si hubiera un lazo.
73.173 – Me pregunto a veces como es posible que… Hay veces en la
que es tan nuevo e inesperado… es casi doloroso.
71.258 – Es como si uno estuviera sobre una cresta, y el menor paso
en falso pudiera hacerte caer en un agujero. Todo parece diferente.
Las relaciones con los demás cambian de naturaleza, todo cambia de
naturaleza, pero ¿qué es, que es? Es como si uno estuviera en
equilibrio: un poder formidable y al mismo tiempo una formidable
impotencia. ¿Sabes? Como si se estuviera suspendiendo entre lo más
maravilloso y lo más innoble. Así. Ni siquiera se hacia donde voy,
si voy hacia la transformación o si voy hacia el fin.
70.31 – Y el cuerpo siente clarísimamente que ya no es de aquí, y
que aun no es de allá, y entonces… Aparentemente este cuerpo es algo
totalmente absurdo, con debilidades aparentes que los seres humanos
desprecian, y… con fuerzas inauditas que los seres humanos no pueden
soportar.
Nos estamos acercando al verdadero problema. Es preciso que la nueva
especie pueda ser soportable para la vieja especie.
¿Y es posible
cambiar de especie uno solo?
71.37 – Es como si los dos extremos – un estado maravilloso y una
descomposición general – estuvieran ahí, entremezclados. Todo, todo
se desorganiza; la gente con la que uno contaba abandona, parece que
hubiera una deshonestidad general que se esparce. Y al mismo tiempo,
durante… un relámpago, un estado maravilloso, inimaginable ¿no?,
como el extremo opuesto.
Como si fuera eso lo que quisiera ocupar su
lugar, pero el resto se defiende de una forma terrible. Y todas las
circunstancias están así, toda la gente esta así, desde el gobierno
hasta la gente de aquí. Y luego ese estado maravilloso; viene
durante unos minutos a mi cuerpo, y después se va. Así es. Y eso es
lo que estoy viviendo de día y de noche, sin parar. Tres minutos de
esplendor por doce horas de miseria. Es decir, que la cosa esta
haciéndose muy, muy aguda, hasta tal punto que el mundo ya no es lo
que debía ser.
Normalmente se suele decir; hay una mezcla de cosas
buenas y de cosas malas, pero todo eso son ya infantilismos, ¡las
cosas buenas no valen mas que las malas! No son ESO. El divino es
otra cosa.
El “divino” es la próxima manera de ser sobre la Tierra.
Un desconocido peligroso que es la batalla misma del mundo, la que
esta librándose en cien países, bajo mil banderas, mil pretextos,
mil “slongans”, y que es la batalla de la próxima especie sobre la
Tierra, ¿Aceptara esta Tierra, o se sumergirá una vez mas en un
cataclismo para otra vez empezar de nuevo, aquí o en otra parte, la
eterna búsqueda evolutiva del amor en la libertad y la alegría?
Y cuando ya no existan la vida y la muerte, una formidable muralla
caerá de nuestra consciencia – como en Jericó – y con ella la
angustia más vieja del mundo.
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