INTRODUCCIÓN
	
		
		La historia que usted está por leer es 
		verdadera, contrariamente a lo que pueda suponerse. Los nombres no han 
		sido cambiados para proteger al culpable. Este libro puede tener el 
		efecto de alterar su vida. Después de leerlo, usted no volverá a ver los 
		acontecimientos nacionales y mundiales del mismo modo. 
		 
		
		Nadie se Atreve a Llamarle Conspiración 
		será un libro muy controvertido. Al principio recibirá poca publicidad, 
		y aquellos cuyos planes están expuestos en él intentarán acallar el 
		libro con el tratamiento del silencio. Por razones que se harán obvias a 
		medida que se avance en la lectura de la obra, este libro no será 
		analizado por la "crítica" de turno ni estará a la mano en las librerías 
		de moda. 
		 
		
		Sin embargo, nada impedirá la amplia 
		difusión del texto, pese a que las personas y organismos citados en él 
		tratarán de mitigar el tremendo impacto de su lectura mediante 
		sostenidos ataques al autor o a la temática abordada por éste. Los que 
		participan dentro del libro como personajes tienen vivo interés en 
		evitar que usted descubra lo que están haciendo. Cuentan, para ello, con 
		la gran masa a su disposición, su aliada para atacar a Nadie se Atreve a 
		Llamarle Conspiración. 
		 
		
		A través de todo el volumen, los "expertos” 
		tratarán de ridiculizarlo, haciendo investigaciones por su cuenta 
		respecto a la veracidad sobre la información de este libro. Ellos 
		ignorarán el hecho de que el autor admita que algunas de sus ideas son 
		conjeturas, porque la gente que sabe la verdad no está pronta a 
		confesar. Ellos encontrarán un error tipográfico o discutirán sobre 
		algún punto que esté abierto al debate. 
		 
		
		Si es necesario, mentirán para protegerse, 
		desprestigiando el libro. Psicológicamente, mucha gente preferiría 
		creerles a aquellos que incluso murmuran la información, porque a todos 
		nos gusta ignorar las malas noticias. ¡Y lo haremos a nuestro propio 
		riesgo! 
		
		
		
		
		 
		
		Habiendo sido instructor universitario, 
		Senador de Estado y ahora Representante, he tenido experiencia con 
		verdaderos profesionales que ponen cortinas de fuego para cubrir sus 
		propias acciones, tratando de destruir al acusador. Espero que usted lea 
		este libro con cuidado y saque sus propias conclusiones, no aceptando 
		las opiniones de aquellos que, por necesidad, tratan de desacreditarlo.
		
		 
		
		Su futuro puede depender de él.
		
		25 de octubre, 1971.
		
		JOHN G. SCHMITZ
		
		Congresal de los Estados Unidos.
		
		Colonel Schmitz
	
	
	
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	PRÓLOGO
	
	¿Sabía usted que la revolución comunista de Rusia, encabezada por 
	Vladimir Lenin, fue financiada por multimillonarios norteamericanos? 
	¿Tenía conocimiento de que León Trotsky viajó de Estados Unidos a 
	Moscú cargado de oro y dólares, junto a veinte cercanos colaboradores, para 
	sumarse al movimiento?
	
	
	
	Nikita Krushchev, el jefe máximo de la Unión Soviética, el hombre que 
	se atrevió a impulsar la coexistencia pacífica y golpear con un zapato en 
	las Naciones Unidas, fue relevado de su mando. Sin embargo, el mundo nunca 
	supo, hasta ahora, que su destitución se logró por gestiones personales de
	
	David Rockefeller, presidente del 
	Chase Manhattan Bank, quien hizo un "viaje de reposo" a la URSS.
	
	Parecen afirmaciones de locura. ¿El gran capital financiando al marxismo? 
	¿Los multimillonarios empresarios internacionales entregando dólares para su 
	destrucción?
	
	Todo ha sucedido así. O por lo menos es lo que intentan probar los autores 
	de este libro, Gary Allen y Larry Abraham. El problema es el que plantea el 
	título: “NADIE SE ATREVE A LLAMARLE CONSPIRACIÓN”
	
	A través de abundante documentación y exposición objetiva de hechos, los 
	autores abren una perspectiva nueva y siniestra:
	
		
		detrás de las acciones del comunismo 
		internacional y participando activamente en cuanta guerra o estallido de 
		violencia hay en el mapa se encuentran SIEMPRE los “super-ricos” del 
		mundo financiero internacional.
	
	
	Gary Allen y Larry Abraham sostienen aquí algo 
	insólito, pero no por ello menos atrayente: hay una CONSPIRACIÓN entre los 
	“supercomunistas” soviéticos y 
	 los multimillonarios del mundo. Objetivo: 
	controlar la humanidad e imponer un socialismo en el que los “super-ricos” 
	tendrían el poder.
los multimillonarios del mundo. Objetivo: 
	controlar la humanidad e imponer un socialismo en el que los “super-ricos” 
	tendrían el poder.
	
	Los autores son implacables. Denuncian cómo la guerra de Vietnam permitió 
	lograr pingues ganancias a los financistas internacionales, tanto a través 
	de la URSS como de USA. No vacilaron en entregarles dinero, y partes y 
	piezas de las más variadas armas, sobre todo a la potencia comunista. Luego 
	pasaron la cuenta.
	
	El enfoque es novedoso y hay una elevada entrega de antecedentes. No se 
	trata de un problema nuevo. Es algo de lo que mucho tiempo se viene hablando 
	en el mundo. Lo importante es que, por primera vez en la literatura, alguien 
	se atreve a plantearlo con objetividad y altura. Por eso éste es un libro 
	AUDAZ.
	
	Naturalmente, los planteamientos de la obra pueden desconcertar a quienes 
	continúan pensando en torno al clásico esquema de democracia o comunismo. Al 
	demostrárseles que están unidos por los vasos comunicantes del dinero pueden 
	perder la fe-y quedar sin una posición que defender. Pero vivimos en un 
	mundo que cada vez mira más de frente al escándalo y no teme a sus 
	consecuencias (fresco está el recuerdo de Watergate).
	
	No puede evitarse concluir que al financista, empresario o banquero 
	poderosos de cualquier: parte del mundo sólo les interesa el saldo de su 
	cuenta corriente y el balance anual de su industria. Si éstos son 
	favorables, no vacilarán en instalar fábricas de gaseosas en Moscú, Vietnam 
	del Norte o China Comunista. 
	
	 
	
	Tampoco les importará construir camiones tras la 
	Cortina de Hierro, transferir tecnología a quienes parecen ser sus enemigos, 
	ni poner sus cadenas de diarios, televisión y revistas en manos de ellos 
	para vender y ganar más. El dinero, cualquiera que fuere su signo, no 
	tendría ningún significado humano ni político. 
	 Sería un frío objetivo en sí.
Sería un frío objetivo en sí.
	
	Dentro de este planteamiento, los Kennedy, Rockefeller, y otros, parecerían 
	convencidos de que la política de ganar dinero a costa de los, comunistas y 
	obtener de esto la entrega del poder en el mundo, es buena, sana, realizable 
	y moralmente aceptable. 
	
	 
	
	Frente a ellos, está el comunismo, que persigue 
	fines, en apariencia, estrictamente políticos, pero no por ello menos 
	vinculados con las grandes finanzas.
	
	 
	
	"Nadie se atreve a llamarle conspiración" es un 
	libro destinado a conmover no sólo a los norteamericanos, sino al mundo 
	entero. En este instante de convulsión política y económica, en que la 
	depresión espiritual y económica amenaza al orbe, tiene plena actualidad. Es 
	una obra sin fronteras.
	
	Chile no escapa a los planteamientos de Allen y Abraham. A esta conclusión 
	llegará el lector si recuerda que hubo algunos capitalistas criollos que 
	creyeron capear el temporal marxista poniendo fondos y empresas a 
	disposición del régimen de la Unidad Popular. Perdieron sus posesiones y no 
	hubo piedad con ellos. O sea, la CONSPIRACIÓN no funcionó en nuestro país y 
	de hecho puede fracasar en otras naciones.
	
	El libro también tiene vinculación con nuestra patria, porque en este 
	momento aparecen sugestivamente unidos contra la posición chilena sectores 
	capitalistas y socialistas. Quienes se pregunten la razón de esta singular 
	alianza encontrarán la respuesta en este libro.
	
	El problema es dramático, es de hoy. 
	
	 
	
	Lo grave es que "nadie se atreve a llamarle 
	conspiración".
	Stgo., 28 de noviembre, 1974
	
	
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