por Mark Howarth
28 Febrero 2016
del Sitio Web
DailyMail
traducción de El Robot Pescador
29 Febrero 2016
del Sitio Web
ElRobotPescador
Versión original en ingles
Parece que los programas para vigilar nuestras vidas hasta el más
recóndito rincón, no se limitarán a la vigilancia de nuestras
telecomunicaciones, al monitoreo constante de nuestra actividad en
las redes, ni a la omnipresencia de las escrutadoras cámaras de
vigilancia en las calles.
En algunos países ya se están empezando a crear elaborados programas
para conseguir que los niños vigilen y denuncien a sus propios
padres y familias.
Un ejemplo de ello lo tenemos en un polémico programa de vigilancia
escolar que se está iniciando en Escocia.
Los escolares de Escocia serán sometidos a pruebas psicológicas
'encubiertas' como parte de un nuevo programa de vigilancia
impulsado por el gobierno Escocés
del SNP.
Mediante este programa, cada joven y niño de Escocia será
interrogado sutilmente en la escuela sobre su vida privada y su
hogar y se le pedirá que complete una serie de cuestionarios
intrusivos, con el presunto objetivo de asegurar el bienestar de los
niños y de saber si sus padres los tratan adecuadamente.
Entre otras cosas, estos cuestionarios les preguntarán a los niños
si sus padres les "hacen sentir especiales" o si consideran que
viven en un hogar "acogedor", entre muchos otros detalles personales
destinados a vigilar a los padres a través de los ojos de sus
propios hijos.
Pero quizás lo más inquietante no serán las preguntas en sí ni los
exámenes regulares a los que serán sometidos los niños en la
escuela, sino que las respuestas de éstos serán almacenadas en una
gigantesca base de datos del gobierno, que elaborará PERFILES de
alumnos y de familias.
Y luego esos datos serán analizados para
seleccionar a determinados alumnos que posteriormente serán
sometidos a una investigación bajo el programa
'Named
Persons', que asigna como
tutores o vigilantes estatales a funcionarios concretos (maestros o
visitadores médicos), que "aconsejarán" a los niños y a sus familias
sobre cómo deben afrontar "sus problemas".
Los alumnos escoceses deberán ir haciendo frente a estas pruebas
intrusivas regularmente a lo largo de toda su carrera escolar, desde
que entren en la escuela hasta los 18 años o más allá si repiten
cursos.
Se alentará a los niños más pequeños a que divulguen información en
las clases acerca de sus familias y de su vida en el hogar, mediante
juegos con tarjetas y canciones para que se familiaricen con la
definición de bienestar estipulada por el gobierno escocés.
Los niños mayores se enfrentarán a toda una amplia serie de
preguntas, en áreas que irán desde la vida familiar hasta la salud
sexual, y se les pedirá que evalúen sus experiencias en todos estos
campos en una escala de cero a diez.
Una de las pruebas a las que se someterá a los niños, una
herramienta llamada "lo que pienso", está diseñada para desentrañar
los detalles más íntimos de las familias de los alumnos a través de
preguntas directas, incluso en las guarderías.
Los maestros de todo el país están siendo entrenados sobre cómo
transferir correctamente las respuestas de los niños a la gigantesca
base de datos, mediante ejemplos de posibles testimonios hipotéticos
de los niños sobre sus vidas.
Por ejemplo, uno de los ejercicios de entrenamiento, incluye a un
hijo varón, llamado genéricamente "J" que explica en clase que,
"no echa de menos a su madre cuando
pasa la noche con su abuela".
Otro ejercicio describe a un niño que
cuenta que,
"se hizo un corte en el labio
jugando solo en el parque" y que cuando volvió a casa llorando,
su padre le grita, diciéndole que es "un niño grande y que no
debe llorar como un bebé".
Otro ejemplo de entrenamiento, hace
referencia a un niño que cuenta que,
"siente miedo en su habitación" y
que a veces su madre le permite mantener la luz encendida,
aunque a veces lo castiga apagándola "si no se porta bien".
Estos son ejemplos con los que se entrena a los maestros para que
aprendan a describir los testimonios de los alumnos de forma
adecuada cuando lo suban a la gran base de datos.
En el Concejo de Angus, a los alumnos se les pregunta, mediante
tarjetas, cosas como:
"¿Quién limpia tu casa? ¿Es
acogedora? ¿Quién hace el té? ¿Cómo está tu habitación?"
Estas tarjetas también se han elaborado
para los padres, animándoles a,
"comportarse de una manera que
constituya un buen ejemplo para su hijo" y "participando en
actividades de la comunidad".
Las tarjetas fueron desarrollados por el
Concejo de Angus y están siendo utilizadas por otras autoridades
locales escocesas.
Pero en Escocia, este programa tremendamente intrusivo ya ha
levantado un fuerte rechazo, sobretodo cuando a los niños mayores se
les pregunta si beben, fuman o cometen crímenes y sobre si se
sienten cercanos emocionalmente a sus padres.
Algunos expertos denuncian los peligros de estos tests de vigilancia
y los activistas denuncian que los equipos destinados a entrenar a
los maestros para que elaboren estas pruebas, ya están aconsejando a
los docentes que oculten a los padres la verdadera naturaleza de la
elaboración de perfiles.
Simon Calvert, director de la campaña en contra del programa
Named Persons, afirma que las últimas revelaciones sobre lo
que pretenden hacer le resultan 'espeluznantes'.
"Los padres van a tener que pedirle
a las escuelas y a las autoridades locales que dejen de espiar a
sus hijos".
"Psicológicamente la manipulación de los jóvenes para extraer de
ellos información confidencial es algo fundamentalmente
equivocado; pero almacenar además toda esta información en una
base de datos gigante es asombrosamente temerario".
"Es algo orwelliano, inmoral y tiene que ser detenido
inmediatamente"
Como decíamos antes, los datos
recopilados por los maestros durante las pruebas de control
regulares, son subidos a una base de datos estatal y analizados en
el programa Named Persons, que juzga el bienestar de cada
joven contrastando los datos obtenidos con una lista de comprobación
del gobierno, que incluye indicadores tales como si el alumno
necesita ir al dentista, si se porta mal en clase o si no se
presenta voluntario a realizar determinadas actividades.
Una investigación que involucra a trabajadores de los servicios
sociales podría hacer un seguimiento de un joven si este no se
muestra,
"en general optimista", si "no
muestra actitudes positivas hacia la sexualidad de los demás" o
"si se lesiona jugando algún deporte".
Cada una de las 32 autoridades locales
de Escocia ya está recibiendo el software necesario para realizar un
seguimiento adecuado de los alumnos, su rendimiento y su
comportamiento, en un sistema llamado
SEEMiS, con información compartida
con el Gobierno escocés y el NHS (Servicio Nacional de Salud del
Reino Unido).
Los críticos dicen que este esquema de elaboración de perfiles va
incluso más allá del controvertido sistema 'ContactPoint'
de Inglaterra que fue desmantelado en 2010 tras una catarata de
advertencias y denuncias que afirmaban que era ilegal e inseguro.
Ahora se teme que la centralización de los perfiles, datos y
archivos de un millón de niños escoceses, incluyendo su nombre,
dirección, aficiones e incluso fotografías, así como el trayecto que
realizan cuando van a la escuela, les puede exponer al riesgo de ser
secuestrados.
El Dr. Stuart Waiton, profesor de sociología en la
Universidad de Abertay en Dundee, Escocia, afirma que:
"Un problema importante con los
profesionales de la campaña Named Persons, es que no
parecen creer que la familia como institución privada sea
importante para la sociedad.
Su mirada deformada de la realidad
les hace percibir la confianza, la lealtad y la privacidad en el
seno de las familias, como un conjunto de secretos que se
ocultan a puerta cerrada y que deben ser desvelados".
"Una vez que estos programas consideren a todos los niños como
vulnerables y a cada familia como algo potencialmente tóxico, el
resultado será que estos profesionales de la vigilancia, cada
vez verán menos problemas en interferir en la vida privada de
los niños, sus padres y las familias"
Bajo el esquema Named Persons, cada niño tendrá un tutor del
estado asignado al nacer, para supervisar su bienestar hasta la edad
de 18 años.
Todas las familias recibirán 11 visitas obligatorias para
inspeccionar las habilidades de los padres antes de que un niño
comience a asistir a la escuela.
Los trabajadores de Named Persons, tendrán derecho a exigir
información y compartirla con la policía y los trabajadores
sociales, sin el conocimiento o consentimiento de los padres.
Maggie Mellon, vicepresidenta de la Asociación Británica
de Trabajadores Sociales y ex-directora de la organización
benéfica Children 1st, afirma que los indicadores de
bienestar que se utilizarán en esta herramienta, claramente están
siendo utilizados como un método para examinar a los padres.
Según Mellon, con las pruebas de
vigilancia a los niños, en realidad no se intenta medir la felicidad
o la creatividad del niño, sino vigilar a las familias.
De hecho, este esquema de vigilancia trata a los maestros y
cuidadores como profesionales y expertos neutrales 'incapaces de
equivocarse', mientras insinúa que los hogares familiares son
entornos peligrosos que deben ser monitoreados y vigilados "por
el bienestar de los niños".
Pero Mellon denuncia que la realidad, muchas veces es la opuesta.
Según Mellon, muchas veces los niños llegan a sus casas hablando de
cómo sus maestros o cuidadores en las escuelas, les han gritado o
castigado por hacer cualquier cosa.
Pero los padres no se dedican a anotar los nombres de esos maestros
que han castigado a sus hijos y a subirlos a una base de datos
nacional para que otros padres puedan controlarles como si fueran
unos criminales.
Además, este programa de vigilancia hacia el bienestar de los
alumnos, no tiene en cuenta la posibilidad de una opinión sesgada
por parte de los maestros hacia sus alumnos o sus familias.
El programa no tiene en cuenta que los maestros pueden tener
prejuicios acerca de sus alumnos y sus padres, por el simple hecho
de que sean pobres, negros, madres o padres solteros, parejas gays o
cualquier posible prejuicio que altere la percepción del maestro y
le impulse a perjudicar a dichas familias consciente o
inconscientemente.
Lo más grave es que esta herramienta de vigilancia, si nadie
la detiene, va a empezar a ser utilizada y la información será
interpretada como evidencia de un posible abuso o negligencia de las
familias hacia sus hijos, lo que puede acarrear la destrucción de
dichas familias con un simple click de ratón y la aplicación del
correspondiente protocolo.
NOTA DE EL ROBOT PESCADOR
Como vemos, estamos ante una maniobra que de proliferar y extenderse
a otros países, tendrá graves consecuencias a la hora de moldear la
sociedad del futuro.
Por un lado, permitiría la aplicación de un demoledor sistema de
vigilancia social que serviría para debilitar el estamento familiar
y reforzar así el poder centralizado del Estado y de una autoridad
externa difusa decidiendo todos los detalles relativos a la vida de
los individuos.
Todo ello aplicado por un estado
tecnocrático en el que "los expertos" ejercerán de auténticos padres
de los niños y mediante el cual, los auténticos padres biológicos
ejercerán únicamente de depositarios de los niños, casi como si
fuera un préstamo que les hace el Estado.
Pero lo más grave es que con ello se cultivará la mente de toda una
generación de niños, que serán programados desde bien
pequeños para revelar todos los detalles de sus vidas y de la
intimidad de sus hogares.
Niños que serán instruidos para convertirse en delatores de sus
seres queridos, como si exponer los detalles de su propia vida y de
sus propios padres a un extraño, fuera la cosa más normal del mundo.
Y como siempre, los pretextos utilizados para implementar estos
monstruosos programas de control social parecen encomiables.
No dicen que el objetivo es garantizar el sano desarrollo de los
niños y su bienestar, como si todos los padres fueran unos
criminales en potencia y las familias un pozo de perversión y malos
tratos.
Si no hacemos nada ahora, en el futuro vamos a lamentar enormemente
no haber detenido el nacimiento de esta insoportable dictadura
tecnocrática, mucho más sutil y por lo tanto, mucho más efectiva y
terrible que la que nos exponía George Orwell en
1984.
Y es que a veces hasta parece que Orwell pecó de ingenuo y se quedó
corto…
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