Parte 15
	Los Ejércitos Secretos de La OTAN
	La Guerra Secreta en Alemania
	
	por Daniele Ganser
	
	31 Octubre 2013
	
	del Sitio Web
	
	VoltaireNet
	
	 
	
	 
	
		
			
				
					
						
						 
						
						Si bien la existencia del 
						Gladio alemán durante la etapa anterior a la 
						incorporación de Alemania a la OTAN está perfectamente 
						documentada gracias al trabajo de August Zinn, el 
						entonces primer ministro del Estado de Hesse, la acción 
						de esa red a partir de 1955 ha sido objeto de grandes 
						mentiras de Estado. 
						
						 
						
						A pesar del descubrimiento 
						de escondites de armas por aquí y por allá, la policía 
						federal nunca investigó seriamente la cuestión y el 
						gobierno federal siempre protegió su secreto.
					
				
			
		
	
	
	
	 
	
	 
	
	 
	
	
	
		
			
				
					
						
							
							
							Klaus Barbie (1913-1991). 
							
							
							Después de desempeñar un importante papel en el 
							asalto contra el gueto de Ámsterdam, Klaus Barbie es 
							nombrado jefe de la Gestapo en la ciudad francesa de 
							Lyon, donde logra capturar, torturar y asesinar al 
							legendario jefe de la Resistencia francesa, Jean 
							Moulin. 
							
							
							Al terminar la guerra, Barbie es buscado por las 
							Naciones Unidas, 
							
							
							pero la CIA lo recluta en secreto para crear el 
							Gladio alemán. 
							
							
							Al ser acusado en Alemania, Barbie es enviado a 
							Bolivia, en 1951. 
							
							
							Allí se convierte rápidamente en jefe de los 
							servicios de inteligencia y hombre fuerte del país, 
							donde captura y asesina al Che Guevara. 
							
							
							Sin embargo, después de un cambio de régimen, es 
							arrestado y expulsado hacia Francia, donde será 
							finalmente juzgado y condenado a cadena perpetua.
							
							
							
							Muere de cáncer en la cárcel. 
						
					
				
			
		
	
	
	 
	
	 
	
	El 27 de febrero de 1933, hacia las 21 horas, 
	estalla un incendio en el Reichstag - el Parlamento alemán - en Berlín. 
	
	 
	
	Aunque los bomberos logran salvar parte del 
	edificio, el Parlamento y la democracia alemana no sobreviven al atentado. 
	
	 
	
	Adolf Hitler, del Partido Nacional 
	Socialista (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei, NSDAP, nombre 
	comúnmente abreviado como "nazi"), nombrado canciller apenas un mes antes 
	del incendio, acusa de inmediato al Partido Comunista Alemán (Kommunistische 
	Partei Deutschlands, KPD). 
	
	 
	
	Al día siguiente, junto al ministro del Interior
	Wilhelm Frick y el ministro a cargo de las fuerzas de policía 
	Hermann Goering, miembros ambos del NSDAP, el canciller Hitler ordena 
	sin dilación el arresto de unos 4 000 opositores políticos y periodistas que 
	criticaban su régimen, muchos de ellos miembros del Partido Comunista y del 
	SPD, Partido Socialdemócrata.
	
	Un mes después del misterioso incendio, de la marginación de los comunistas 
	y del arresto de gran número de socialistas, el Parlamento alemán adoptó por 
	mayoría, y a pesar de las protestas de los pocos socialistas que quedaban, 
	una nueva ley de crucial importancia (Gesetz zur Behebung der Not von Volk 
	und Reich) que de hecho abolía el Parlamento y transfería todos los poderes 
	al ejecutivo encabezado por Hitler. 
	
	 
	
	Aquel mismo mes se crearon en Alemania los 
	primeros campos de concentración, a los que fueron enviado, en abril de 
	1933, más de 25 000 opositores políticos arrestados por las fuerzas 
	especiales de Hitler - las Schutzstaffel o SS - y por la policía secreta del 
	régimen, la Gestapo. 
	
	 
	
	Marinus van der Lubbe, un comunista que 
	había sido arrestado en el lugar de los hechos durante la noche del incendio 
	del Reichstag, fue juzgado, condenado a muerte y ejecutado. Ya antes del 
	inicio mismo del juicio contra van der Lubbe, una investigación de los 
	británicos había llegado a la conclusión de que los militantes del NSDAP 
	habían provocado ellos mismos el misterioso incendio para apoderarse del 
	control total del Estado.
	
	 
	
	A principios de 1933, Hitler y sus numerosos 
	partidarios convirtieron así Alemania en una dictadura dirigida por el 
	Fuhrer y su partido nazi. 
	
	 
	
	Seis años más tarde, Hitler declaraba la Segunda 
	Guerra Mundial, que provocó una devastación sin precedentes y la muerte de 
	60 millones de personas. Fueron aquellas las horas más sombrías de la 
	historia de la Humanidad. Cuando el Ejército Rojo tomó finalmente Berlín e 
	izó la bandera de la URSS en lo alto del Reichstag, Hitler - ya vencido - se 
	suicidó. En Berlín, era el 30 de abril de 1945. [1]
	
		
		"La instauración de las organizaciones stay-behind 
		en los países de la OTAN comenzó inmediatamente después de la Segunda 
		Guerra Mundial", según confirmó en 1990 el informe oficial del gobierno 
		alemán.  [2]
	
	
	Después de la derrota de Alemania, en 1945, el 
	caos del final de la guerra proporcionaba, según la visión de los 
	estadounidenses, las condiciones ideales para la creación de una red stay-behind. 
	
	 
	
	En su calidad de fuerza ocupante, las tropas de 
	Estados Unidos compartían el control del territorio con los ejércitos de 
	Francia, Gran Bretaña y la Unión Soviética. La prioridad era reunir un gran 
	número de individuos visceralmente anticomunistas con experiencia en la 
	realización de acciones de guerrilla y en el manejo de armas y explosivos. 
	
	 
	
	Es por ello que, en el mayor secreto, Estados 
	Unidos reclutó ex nazis y los incorporó a la red stay-behind alemana. En el 
	momento del escándalo que desencadenó Andreotti, en 1990, el canal de 
	televisión privado RTL conmocionó a la opinión pública alemana al revelar en 
	un reportaje sobre el Gladio que ex miembros de la temida Waffen-SS de 
	Hitler, los mismos que habían exterminado a los comunistas bajo el III 
	Reich, habían sido después miembros de la red stay-behind alemana.
	
	Un documento del estado mayor estadounidense titulado Overall Strategic 
	Concepts (Conceptos Estratégicos Generales) y fechado el 28 de marzo de 
	1949 subrayaba que Alemania,
	
		
		"disponía de un excelente potencial en 
		hombres entrenados para conformar las unidades clandestinas y las 
		reservas del ejército secreto [unidades stay-behind]. Una resistencia 
		eficaz puede y debe organizarse." [3]
	
	
	Por orden del Pentágono, el Counter 
	Intelligence Corps (CIC) - que acababa de crearse - recibió entonces la 
	tarea de buscar a los antiguos nazis para juzgarlos en Nuremberg mientras 
	reclutaba simultáneamente a los partidarios de la extrema derecha 
	incorporándolos a las filas del ejército secreto anticomunista. 
	
	 
	
	Aquella práctica no fue revelada hasta 1986, 
	cuando el Departamento de Justicia estadounidense dio una conferencia de 
	prensa - quizás la más importante desde el escándalo del Watergate - en la 
	que reconoció que el CIC había reclutado a un alto dignatario nazi 
	inmediatamente después del fin de la guerra. 
	
	 
	
	Un largo estudio de 600 páginas compilado por 
	Allan Ryan para el Departamento de Justicia de Estados Unidos confirmaba 
	que el oficial de las SS y responsable de la Gestapo Klaus Barbie 
	había sido reclutado en 1947 por el CIC, que posteriormente lo había ayudado 
	a escapar a las acciones legales por crímenes de guerra, antes de organizar 
	su huida de Europa hacia Argentina a través de una red clandestina.
	
	No fueron precisamente las cualidades morales de Klaus Barbie las que 
	movieron a los agentes de los servicios secretos estadounidenses a salvarlo 
	sino más bien su experiencia y su potencial utilidad para la creación de la 
	red stay-behind alemana. 
	
	 
	
	La prensa británica reportó en 1990 que:
	
		
		"Entre los que fueron reclutados y a su vez 
		reclutaron [a otros] durante los primeros años del programa figuraba un 
		ex Obersturmführer de las SS, Hans Otto, así como otros personajes de 
		menor envergadura. 
		 
		
		Pero el reclutado más valioso de aquella 
		operación fue Klaus Barbie quien trabajó [a su vez] en el reclutamiento 
		de ex nazis y de miembros de la organización fascista Bund Deutscher 
		Jugend (BDJ)." [4]
	
	
	En 1943 y 1944, Klaus Barbie había ordenado la 
	ejecución de al menos 4 000 personas, miembros de la Resistencia y judíos, 
	así como la deportación de otras 15 000 hacia los campos de concentración y 
	de exterminio, lo cual le había valido el sobrenombre de "Carnicero de 
	Lyon". 
	
	 
	
	Poco después del fin de la guerra, Barbie fue 
	hallado culpable de crímenes contra la humanidad y condenado a muerte en 
	ausencia por un tribunal francés al cabo de un juicio en el que los testigos 
	lo describieron como un torturador sádico que aterrorizaba a hombres, 
	mujeres y niños con su fusta y su perro pastor alemán. [5]
 
	
		
			
				
					
						
						
						
						
						
						
						
						
						Reinhard Gehlen (1902-1979). 
						
						
						Jefe del servicio de inteligencia nazi en el Frente 
						Oriental y general de brigada de la Reichswehr. 
						
						
						
						Supo anticiparse al fin de la Segunda Guerra Mundial 
						acercándose a 
						
						
						conspiradores contrarios a Hitler. 
						
						En 
						el momento de la liberación, se da a conocer a las 
						autoridades estadounidenses al entregarles en microfilms 
						el contenido de sus archivos. 
						
						
						Creó, por cuenta de la CIA, el nuevo servicio de 
						inteligencia de la RFA (BND), convirtiéndose en su jefe. 
						Desde ese cargo protege la red Gladio alemana y recluta 
						decenas de miles de ex agentes nazis para la realización 
						de operaciones de sabotaje contra la Unión Soviética.
						
						
						
						Consiguió para la CIA la parte más importante de la 
						información de inteligencia que esa agencia llegó a 
						tener sobre el bloque del este, información a menudo 
						exagerada. 
						
						
						Dimite, en 1963, cuando se descubre que los soviéticos 
						habían 
						
						
						penetrado su organización a los más altos niveles.
 
					
				
			
		
	
	
	
	En la conferencia de prensa de 1986, el Departamento estadounidense de 
	Justicia se abstuvo de mencionar el papel que había desempeñado Klaus Barbie 
	en la creación de la red stay-behind y afirmó que, con excepción de Barbie,
	
		
		"no existía ninguna otra huella de un caso 
		similar en que un nazi sospechoso de crímenes de guerra haya sido 
		exfiltrado o ni siquiera de cualquier otra persona buscada por el 
		gobierno de Estados Unidos o por el [gobierno] de alguno de sus 
		aliados". [6]
	
	
	Aquella declaración es en realidad una mentira. 
	
	 
	
	El personaje más importante reclutado por el CIC 
	no fue el Carnicero de Lyon sino el general Reinhard Gehlen. 
	
	 
	
	Este último había iniciado su carrera en los 
	servicios secretos bajo el III Reich, asumiendo en 1942 el mando del 
	Fremde Heere Ost (FHO, las Tropas Extranjeras del Este) cuya misión era 
	combatir las tropas soviéticas. 
	
		
		"Gehlen obtenía la mayor parte de su 
		información perpetrando los peores crímenes de guerra, la tortura, el 
		interrogatorio y haciendo morir de inanición a unos 4 millones de 
		prisioneros soviéticos", descubrió el historiador estadounidense 
		Christopher Simpson al investigar sobre el reclutamiento de nazis por 
		parte de Estados Unidos.  [7]
	
	
	Gehlen estaba totalmente consciente de que sus 
	crímenes le habían valido un lugar en la lista negra del NKVD, los servicios 
	especiales de Moscú. 
	
	 
	
	Cuando se dio cuenta de que Alemania estaba 
	perdiendo la guerra prefirió entregarse al CIC estadounidense - el 20 de 
	mayo de 1945 - para escapar a las represalias de los rusos.
	
	Gehlen había previsto, con toda razón, que la información que había logrado 
	arrancar mediante la tortura a los prisioneros comunistas y soviéticos 
	despertaría gran interés entre los estadounidenses. Así que, con ayuda de 
	varios altos responsables nazis, había transferido minuciosamente a 
	microfilms los registros del FHO sobre la URSS y había conservado los 
	microfilms en cilindros herméticos de acero que había enterrado después en 
	los Alpes austriacos. 
	
	 
	
	Después de varias semanas de detención en manos 
	del CIC, Gehlen se puso en contacto con el general estadounidense Edwin 
	Luther Siber y le reveló su secreto. Siber se quedó tan impresionado que 
	se encargó de la carrera de Gehlen en los siguientes años.
	
	 
	
	Lo presentó a los más altos responsables de la 
	inteligencia estadounidense, como el general Walter Bedell Smith, 
	quien encabezaba en aquel entonces los servicios secretos militares de 
	Estados Unidos en Europa y dirigió posteriormente la CIA entre 1950 y 1953. 
	
	 
	
	Siber también presentó Gehlen al general 
	William Donovan, el jefe de la Office of Strategic Services (OSS), el 
	servicio secreto competente en caso de guerra, y a sus agentes Allen 
	Dulles, futuro director de la CIA, y Frank Wisner, futuro jefe de 
	la OPC - la Oficina de Coordinación Política de la CIA, que estuvo a cargo 
	de la creación de la red stay-behind en Europa. [8]
	
	Guiados por Gehlen, los estadounidenses recuperaron los microfilms 
	enterrados en Austria y, en agosto de 1945, Siber envió Gehlen con sus 
	microfilms a Washington para una entrevista. 
	
	 
	
	El presidente Truman también quedó muy 
	impresionado, al extremo que puso a Gehlen y a muchos de los colaboradores 
	de este último a la cabeza del primer servicio alemán de inteligencia creado 
	después de la Segunda Guerra Mundial, bautizado incluso como Organización 
	Gehlen (ORG). 
	
	 
	
	Como concluyó Simpson,
	
		
		"A fin de cuentas, Gehlen y varios cientos 
		de oficiales superiores alemanes llegaron a ponerse de acuerdo con los 
		británicos o los americanos [estadounidenses] (…) Pero el general Gehlen 
		se impuso como el más importante de todos." [9]
	
	
	Con el respaldo financiero y material de Estados 
	Unidos, el cuartel general del ORG se instaló primeramente en Oberursel, no 
	lejos de Francfort, antes de mudarse a Pullach, cerca de Munich, a un 
	antiguo centro de entrenamiento de las Waffen-SS, donde aún se encuentra hoy 
	en día el Bundesnachrichtendienst (BND), el actual servicio de inteligencia 
	alemán. 
	
	 
	
	En el marco de los acuerdos secretos de 
	cooperación entre la CIA y el ORG, el agente James Critchfield fue 
	enviado a Alemania. 
	
	 
	
	Critchfield, a quien los alemanes pusieron como 
	sobrenombre "Her Marschall", supervisó el trabajo de los servicios de Gehlen 
	ocupándose permanente de que se le comunicaran los nombres de los 150 
	principales agentes de la organización, como medio de mantener el servicio 
	de inteligencia alemán bajo control estadounidense.
	
		
		"Yo estaba estacionado en Augsberg y, como 
		hablaba el idioma fluidamente, me confiaron la dirección de una red de 
		informantes alemanes a la que pertenecía Klaus Barbie y Klaus Barbie 
		era… hee… descubrí después que los franceses lo estaban buscando por 
		asesinato y se lo dije a mis superiores, quienes me respondieron que no 
		buscara problemas: 
		
			
			'nos sigue siendo útil por el momento. 
			Cuando no tengamos más nada que sacarle, lo entregaremos a los 
			franceses.'
		
		
		¡Yo había creído que me merecía un ascenso 
		por haberles hablado de Barbie y me dijeron simplemente que cerrara la 
		boca!" [10]
 
	
	
	
	
	
	Gunther Bernau
 
	
	
	El ex agente del CIC Dabringhaus, hoy residente en la Florida, 
	explicaba después cómo antiguos nazis habían preparado escondites de armas 
	stay-behind por orden de los estadounidenses:
	
		
		"El coronel Gunther Bernau era un agente, un 
		informante que trabajaba para la inteligencia militar en Stuttgart. 
		Nosotros [el CIC] le habíamos proporcionado un alojamiento, un escondite 
		en Ludwigsburg donde nos reuníamos 3 veces por semana para que él me 
		transmitiera información sobre los comunistas. Nos decía todo lo que 
		queríamos saber."
	
	
	El objetivo de Estados Unidos era combatir el 
	comunismo a cualquier precio, recuerda Dabringhaus, aunque a él mismo no le 
	impresionaba mucho Gunther Bernau:
	
		
		"Seguramente había tenido mucho influencia 
		en tiempos del nazismo. Un día me senté a su buró y estuve hojeando un 
		álbum de fotos que databan de la guerra. Una de ellas era un magnífico 
		retrato de Adolf Hitler.
		 
		
		[Bernau] recibía visitas de varios ex 
		oficiales superiores nazis de la Waffen-SS en su casa de Ludwigsburg y 
		me decía que si algún día necesitaba ayuda le bastaba con una simple 
		llamada telefónica para contactar con 200 ex responsables SS de Hamburgo 
		hasta Munich."
	
	
	Según las declaraciones de Dabringhaus, Bernau 
	estaba muy implicado en la creación del ejército secreto alemán:
	
		
		"Recuerdo que un día me llevó a un lugar 
		preciso donde cavamos y encontramos fusiles, armas cortas, granadas, 
		todo cuidadosamente empaquetado, y me dijo: 
		
			
			'tenemos miles así por todo el país”.
			
		
		
		Aquello me inquietó un poco, así que lo 
		informé a mis superiores, quienes me respondieron: 
		
			
			'Estamos al corriente. Ellos trabajan 
			para nosotros, en caso de que los comunistas atraviesen la Cortina 
			de Hierro.'"
		
	
	
	Los altos responsables estadounidenses, fieles a 
	su principio de máxima confidencialidad, no informaban al agente del CIC 
	Dabringhaus sobre los detalles del ejército stay-behind. 
	
	 
	
	Pero el agente se enteró de lo suficiente como 
	para entender que se trataba de un proyecto altamente secreto en el que 
	participaban gran cantidad de nazis:
	
		
		"Un ex general, un general SS, Paul Hauser, 
		visitaba regularmente a Bernau. Los dos trabajaban juntos en ciertos 
		proyectos de los que no sabíamos absolutamente nada e incluso se me 
		pedía no tratara de saber nada más. 
		 
		
		Me imagino que alguno de mis superiores ya 
		dirigía el conjunto de aquellas operaciones." [11]
	
	
	Cuando estalló el escándalo del Gladio, en 1990, 
	un ex responsable de la inteligencia de la OTAN explicó, en condiciones de 
	anonimato, que para construir el ejército secreto alemán el departamento de 
	operaciones especiales de la CIA, bajo la dirección de Frank Wisner, 
	había literalmente,
	
		
		"anexado el servicio de espionaje de Hitler 
		dirigido por Reinhard Gehlen. Eso se sabe con seguridad porque Gehlen 
		fue el padre espiritual de la red stay-behind de Alemania, su papel lo 
		conocía perfectamente el canciller Konrad Adenauer, y desde el comienzo 
		mismo."
	
	
	Según esa misma fuente anónima de la OTAN, el 
	presidente Truman y el canciller Adenauer habían,
	
		
		"firmado un protocolo secreto en el momento 
		de la adhesión de la RFA a la alianza atlántica en mayo de 1955, 
		protocolo según el cual las autoridades de Alemania occidental se 
		abstendrían de emprender acciones judiciales contra partidarios 
		reconocidos de la extrema derecha. 
		 
		
		Lo que es menos conocido es que otras 
		personalidades políticas alemanas de primer plano también fueron 
		informadas de la existencia de aquellos planes de resistencia. 
		
		 
		
		Entre ellas estaba nada menos que el 
		ministro de Relaciones Exteriores alemán de aquella época, el ex 
		dignatario nazi Hans Globke." [12]
	
	
	En 1952 se descubrió en Alemania una de las 
	redes que los estadounidenses habían construido y conformado en gran parte 
	con nazis, el Bund Deutscher Jugend (BDJ) y su rama stay-behind conocida 
	como Technischer Dienst (TD). 
	
	 
	
	Klaus Barbie había contribuido activamente a la 
	creación del stay-behind BDJ-TD. [13]
	
	 
	
	Pero el secreto se supo rápidamente. En su 
	edición del 10 de octubre de 1952, bajo el ambiguo título "Saboteadores 
	alemanes traicionan la confianza de los americanos. 
	
	 
	
	Apertura de una amplia investigación después de 
	confirmarse el financiamiento y entrenamiento de guerrilleros", el New 
	York Times reportó que 
	
		
		"fuentes bien informadas confirmaron ayer 
		que Estados Unidos financiaba y apoyaba el entrenamiento clandestino de 
		jóvenes alemanes, entre los que había un buen número de ex soldados, 
		para formarlos en la realización de operaciones de guerrilla ante la 
		posibilidad de una guerra contra la URSS". 
	
	
	El diario estadounidense proseguía: 
	
		
		"Las revelaciones que se hicieron ayer en el 
		Parlamento regional de Hesse y los titulares que publican hoy los 
		periódicos alemanes han provocado considerable malestar en el 
		Departamento de Estado y el Pentágono" ante todo porque "se descubrió 
		que los grupos que debían realizar esas operaciones se implicaron en 
		combates políticos. Sus jefes (…) establecieron listas negras de 
		ciudadanos que 'liquidar' de cuya fiabilidad podía dudarse en una guerra 
		contra los rusos."
		 
		
		"Se organizaron varias reuniones entre 
		representantes alemanes y americanos" porque "varios socialistas, entre 
		ellos algunos miembros del gobierno, figuraban en la lista junto a 
		comunistas".
	
	
	Aquel descubrimiento precoz de una parte del 
	stay-behind alemán provocó un gran escándalo a ambos lados del Atlántico. 
	
	 
	
	En Estados Unidos, la revista Newsweek anunció 
	el 20 de octubre de 1952 que la CIA había organizado un grupo de "stay-behind" 
	en Alemania. 
	
	 
	
	El día 29, el semanario informativo alemán Der 
	Spiegel precisó, con toda razón, que aquellas redes stay-behind existían 
	igualmente en numerosos países de Europa:
	
		
		"El caso del BDJ ha causado gran inquietud 
		en las diferentes estaciones de los servicios secretos estadounidenses 
		en Europa. En efecto, el 'Technischer Dienst' alemán es sólo una de las 
		ramas de una red de partisanos respaldada por Estados Unidos y que se 
		extiende por toda Europa."
	
	
	El semanario alemán Der Spiegel precisaba 
	incluso:
	
		
		"Esa red está muy implantada en Francia, 
		Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo, Italia y en la península ibérica. 
		En Francia, la organización fue creada desde 1948 con el respaldo del 
		[ministro del Interior] socialista Jules Moch."
	
	
	¿Qué había pasado? ¿Cómo había salido a la luz 
	el secreto?
	
	El 9 de septiembre de 1952, el ex oficial de las SS Hans Otto se 
	había presentado por voluntad propia en la sede de la policía criminal de 
	Francfort, en el Land de Hesse, donde declaró, según los archivos del 
	gobierno alemán,
	
		
		"pertenecer a un grupo de resistencia 
		política cuya misión era realizar actos de sabotaje y volar puentes en 
		caso de invasión soviética". 
	
	
	Según Otto, a quien no le agradaban las 
	actividades terroristas, 
	
		
		"un centenar de miembros de la organización 
		habían recibido una formación ideológica, habían aprendido el uso de 
		armas de fabricación americana, rusa y alemana y habían sido entrenados 
		en tácticas militares. La mayoría de esos hombres eran ex oficiales de 
		la Luftwaffe, de la Wehrmacht o de las Waffen-SS". 
	
	
	Según puede leerse en la transcripción de su 
	confesión:
	
		
		"Aunque oficialmente no era necesario 
		mostrar opiniones neofascistas, gran parte de los miembros se inscribían 
		en esa tendencia. Los medios financieros de la organización venían de un 
		ciudadano americano nombrado Sterling Garwood."
	
	
	Otto reveló también que, en lo que llegaba una 
	invasión soviética, el ejército secreto alemán realizaba actos subversivos 
	en el territorio nacional:
	
		
		"En materia de política interna, la 
		estrategia de la organización apuntaba al KPD [el Partido Comunista 
		Alemán] y el SPD [el Partido Socialdemócrata]". [14]
	
	
	La "organización" a la que Otto se refería 
	estaba integrada a la red stay-behind alemana pero no representaba el 
	conjunto de la red, ni siquiera en aquella época. 
	
	 
	
	La rama había adoptado el engañoso nombre de BDJ, 
	iniciales de la Unión de la Juventud Alemana, cuando la edad media de sus 
	miembros andaba en realidad por los 40 años. Mucho antes del testimonio de 
	Otto, el movimiento se había hecho notar por su anticomunismo radical. 
	
	 
	
	Pero lo que se ignoraba hasta aquel momento era 
	que la BDJ había servido de pantalla al Technischer Dienst (Servicio 
	Técnico o TD), una red stay-behind de tipo paramilitar y altamente secreta 
	que se componía de antiguos nazis, financiada por Estados Unidos y equipada 
	con armas y explosivos. 
	
	 
	
	Según las estadísticas alemanas, la BDJ, que se 
	extendía a toda la RFA, llegó a contar oficialmente con 17 000 miembros 
	mientras que una investigación del gobierno federal afirmaba que los 
	efectivos del TD no pasaban de 2 000 individuos. [15]
	
	En 1952, el testimonio de Otto dio lugar a una amplia investigación policial 
	que permitió localizar el centro de entrenamiento de la red stay-behind 
	cerca de Waldmichelbach, un pintoresco pueblecito en medio del bosque de 
	Odenwald, que a su vez se halla en el Land de Hesse. 
	
	 
	
	Antes de aquella fecha, el entrenamiento de los 
	miembros del Gladio alemán se desarrollaba en la base militar estadounidense 
	de Grafenwohr, en Alemania.  [16]
	
	 
	
	Aquel campamento, que los visitantes habituales 
	llamaban "Wamiba", consistía esencialmente en un viejo edificio, un campo de 
	tiro subterráneo y un bunker construido cerca de allí. Todo el conjunto se 
	hallaba en el flanco de una montaña, al abrigo de las miradas y a 500 metros 
	de la carretera más cercana. 
	
	 
	
	Los habitantes del pueblo recuerdan,
	
		
		"que los americanos hacían regularmente 
		ejercicios de tiro o algo así". [17]
	
	
	Otto reveló a las autoridades alemanas que los 
	contactos entre el BDJ-TD y la CIA se concretaban la mayor parte de las 
	veces a través del misterioso señor Garwood. 
	
	 
	
	Aquel hombre, probablemente un agente de la CIA, 
	entrenaba regularmente a los miembros del TD en el bosque de Odenwald y muy 
	a menudo insistía en el carácter altamente secreto de la red stay-behind y 
	en que no se podía hablar de ella a nadie, bajo ningún pretexto. Sus 
	instrucciones fueron tomadas, según parece, muy en serio. 
	
	 
	
	Y cuando surgieron sospechas de que un miembro 
	del TD residente en otro Land - Baviera - "había llenado una planilla de 
	adhesión a otra organización de resistencia", en el Technischer Dienst 
	se habló muy seriamente de la posibilidad de eliminarlo, según contó Otto, 
	no sin cierta repulsión: [18]
	
		
		"No me parece que esos métodos le plantearan 
		ningún tipo de problema a Garwood."
		
		
		"Él nos enseñaba, por ejemplo, a matar sin dejar huellas, simplemente 
		durmiendo a la víctima con cloroformo, sentándola en su propio auto y 
		reintroduciendo los gases de escape [del motor] en el habitáculo a 
		través de un tubo. También nos enseñaba a utilizar la violencia en 
		interrogatorios sin dejar huellas."
	
	
	Otto recordaba su propia iniciación en métodos 
	de tortura:
	
		
		"Comience por vendarle los ojos a la persona 
		que va a interrogar. Haga freír carne en la habitación y aplique un 
		pedazo de hielo en ciertas partes del cuerpo. El contacto del hielo 
		combinado con el olor de la carne le dará [a la persona] la impresión de 
		que la están quemando con un hierro al rojo vivo." [19]
	
	
	Otto especificó que Garwood ponía los fondos y 
	la mayoría del equipamiento. 
	
	 
	
	En total, cerca de 130 hombres, en su mayor 
	parte antiguos nazis, pasaron por el centro de Wamiba para recibir formación 
	en métodos de interrogatorio, manejo de armas y explosivos, técnicas de 
	emboscadas y asesinato y procedimientos de comunicación por radio. Otto 
	abordó después la cuestión, raramente mencionada pero no menos importante, 
	de la capacidad de los combatientes stay-behind para realizar su misión en 
	caso de invasión soviética. 
	
	 
	
	Desde el punto de vista de la estrategia militar 
	es evidente que las posibilidades de supervivencia a largo plazo de una red 
	stay-behind en un contexto de ocupación, y sobre todo de ocupación 
	soviética, son extremadamente bajas. 
	
	 
	
	Los oficiales nazis del TD que ya tenían la 
	experiencia de la guerra estaban perfectamente conscientes de ello y Otto 
	subrayó que la mayoría de ellos no estaban nada entusiasmados con la idea de 
	mantenerse detrás de las líneas enemigas tratando de sobrevivir a una 
	ocupación soviética:
	
		
		"La idea de los americanos era que todos los 
		miembros se quedaran pasivamente detrás de las líneas soviéticas para 
		ser utilizados después como partisanos. 
		 
		
		Pero Peters [el jefe del TD] nunca hubiese 
		podido concretar ese plan porque, en caso de invasión de los rusos, 
		todos los agentes de la organización habrían tratado a toda costa de 
		irse a occidente." [20]
	
	
	El 13 de septiembre de 1952, o sea 2 días 
	después de que Otto terminara sus declaraciones, la base stay-behind de 
	Wamiba fue tomada por asalto y cerrada por la policía alemana. 
	
	 
	
	Las oficinas y domicilios de los miembros del TD 
	fueron igualmente sometidos a registro y sellados con vistas a una 
	investigación. Los agentes del stay-behind fueron detenidos. Armas, 
	explosivos y municiones fueron confiscadas al mismo tiempo que toda la 
	documentación de la organización. 
	
	 
	
	Uno de los expedientes hallados resultó 
	particularmente interesante. 
	
	 
	
	Los investigadores tuvieron la sorpresa de 
	descubrir en él la identidad de las personas que debían ser asesinadas el 
	Día D:
	
		
		"La lista de proscripción contiene los 
		nombres de los individuos a eliminar. La lista está incompleta porque 
		aún está en fase de elaboración".
	
	
	El documento precisaba también la identidad del 
	agente encargado de elaborar el listado para el Land de Hesse: Hans 
	Breitkopf. [21]
	
	 
	
	Otto Rietdorf, el agente del TD que había 
	sugerido la expresión "lista de proscripción", explicó: 
	
		
		"Encontré el término 'proscripción' en la 
		documentación rusa en la que designa disposiciones tomadas contra el 
		oeste. En la acepción rusa se trata de personas de las que hay que 
		ocuparse. Me parece que no hay dudas de lo que eso significa en Rusia."
		
	
	
	Rietdorf agregó que la CIA tenía conocimiento de 
	aquella operación: 
	
		
		"Gardwood estaba perfectamente al tanto de 
		todo aquello."
	
	
	Hans Otto también confirmó que aquellos 
	"informes y expedientes individuales habían sido comunicados a los 
	americanos por el BDJ y el TD".
	
	Los hombres que recogían aquella información eran al parecer un tal "Dr. 
	Walter" y, nuevamente, el señor Gardwood. La investigación oficial alemana 
	sobre aquella primera versión del ejército secreto concluyó con solemnidad y 
	extrema precisión:
	
		
		"Según este testimonio, el uso de la 
		violencia contra blancos internos estaba previsto en caso de producirse 
		el Día D." [22]
	
	
	No se determinó si "D" designaba únicamente el 
	día de la invasión o si se aplicaba a otras situaciones, como sublevaciones 
	populares o una victoria masiva de la izquierda en las elecciones.
	
	En la lista de proscripción de los miembros del Gladio aparecían gran 
	cantidad de comunistas alemanes reconocidos así como socialistas moderados, 
	entre los que se hallaban numerosos responsables políticos muy presentes en 
	el escenario de la época, como,
	
		
			- 
			
			Heinrich Zinnkann, ministro del Interior 
			socialista del Land de Hesse
 
			- 
			
			Hans Jahn, presidente del sindicato 
			alemán de los ferrocarriles
 
			- 
			
			Emil Carlebach, reportero del 
			Frankfurter Rundschau, 
 
		
	
	
	...y muchos más. 
	
	 
	
	El periodista Leo Muller, especialista 
	del Gladio, cuenta que a raíz del descubrimiento de la lista de proscripción 
	"la sorpresa fue tan grande que las primeras reacciones denotaban 
	escepticismo". [23] 
	
	 
	
	El historiador estadounidense Christopher 
	Simpson concluye:
	
		
		"Los líderes del TD y del BDJ habían hecho 
		de la liquidación de los políticos alemanes considerados 'izquierdistas' 
		una de sus prioridades en caso de ofensiva soviética.
		
		
		Para el Technischer Dienst, los comunistas alemanes figuraban, por 
		supuesto, a la cabeza de la lista de personas que había que matar.
		
		 
		
		Venían después los representantes más 
		visibles del SPD de Alemania occidental. El TD tenía previsto asesinar a 
		más de 40 altos responsables del Partido Socialdemócrata, entre ellos a 
		Erich Ollenhauer, quien encabezaba el partido desde 1952."
	
	
	Simpson descubrió que Estados Unidos no tenía la 
	menor confianza en la izquierda alemana y que, por consiguiente, entrenó a 
	los agentes secretos del BDJ y les asignó la misión,
	
		
		"de penetrar el SPD y de espiar a los 
		líderes del partido para poder eliminarlos más rápidamente cuando 
		llegara el momento". [24]
	
	
	Como puede comprenderse fácilmente, el Land de 
	Hesse no podía admitir que la Casa Blanca estuviera entrenando y equipando 
	en el mayor secreto a neonazis alemanes con listas secretas de gente que 
	matar, entre las que se hallaban algunos de los ciudadanos más respetables 
	del país. 
	
	 
	
	Así que la capital regional - Francfort - se 
	convirtió en teatro de debates particularmente tempestuosos. Las relaciones 
	diplomáticas entre Estados Unidos y la RFA, ya de por sí muy delicadas 
	después de la guerra, se deterioraron considerablemente y las posteriores 
	entrevistas entre responsables estadounidenses y alemanes fueron 
	particularmente tensas. 
	
	 
	
	El canciller Konrad Adenauer fingió no 
	saber nada de todo aquello mientras que los estadounidenses trataban, por su 
	parte, de limitar los daños. 
	
	 
	
	Donnelly, el embajador de Estados Unidos en 
	Bonn, explicó que la organización había sido creada en el contexto de la 
	guerra de Corea y agregó que ya se había previsto de antemano que la red 
	fuese disuelta en los siguientes meses, independientemente del testimonio de 
	Otto. Incluso dijo que el financiamiento ya estaba interrumpido desde agosto 
	de 1952. 
	
	 
	
	Pero los miembros del TD se apresuraron a 
	atestiguar que ya habían recibido el financiamiento para el mes de 
	septiembre.
	
	Era un tal Paul Luth, alto responsable del BDJ-TD, que servía de 
	intermediario entre este y la CIA, quien controlaba los flujos de dinero 
	provenientes de Estados Unidos, como se reveló en la investigación.  [25]
	
	 
	
	Luth se reunía regularmente con varios 
	estadounidenses a quienes rendía cuentas y, cuando se trataba de cuestiones 
	delicadas, hacía siempre 4 copias de los informes escritos que entregaba a 
	la CIA.  [26]
	
	 
	
	Cuando se descubrió el stay-behind alemán, los 
	estadounidenses escondieron a Luth, quien pudo así escapar a la justicia y 
	desapareció sin dejar rastro. Un antiguo compañero de escuela de Luth, 
	Erhard Peters, también ocupaba funciones de primer plano en el ejército 
	secreto. 
	
	 
	
	Peters fue nombrado a la cabeza del 
	Technischer Dienst debido a su competencia en el campo de las 
	comunicaciones por radio y en operaciones de guerrilla. Le gustaba que se 
	identificara la red como la "Organización Peters" y, para mostrar su 
	categoría, se había comprado un Mercedes 170 V y un BMW descapotable. 
	
	 
	
	Cuando su ejército secreto fue descubierto 
	tampoco fue posible arrestar a Peters porque este invocó "la protección de 
	los americanos", según los términos del informe de la investigación. 
	
	 
	
	Luth reapareció posteriormente ante la policía 
	alemana luego de haber,
	
		
		"dado a los americanos su palabra de honor 
		de que no revelaría nada". 
	
	
	Según su propio testimonio, la Casa Blanca les 
	había ofrecido, a él y a otros nazis implicados en el escándalo TD, la 
	posibilidad de emigrar a Estados Unidos, pero Luth no había aceptado la 
	propuesta.  [27]
	
	 
	
	Ante los policías, Peters reconoció haber 
	quemado numerosos expedientes que contenían informes destinados a los 
	estadounidenses sobre las actividades del TD.
 
	
	
	
	Georg August 
	Zinn (1901-1976).  
	
	Socialista alemán, fue 
	uno de los padres de la Constitución de la RFA.  
	
	Presidió el Land de 
	Hesse (de 1950 a 1969).  
	
	En 1952, reveló con 
	precisión la existencia del Gladio alemán  
	
	y trató de obtener su 
	prohibición.
 
	
	
	Para los alemanes, el escándalo vinculado al BDJ-TD no fue únicamente de 
	carácter regional sino que se convirtió en un verdadero asunto de Estado. 
	
	 
	
	Pero si Francfort creyó en algún momento que 
	podía contar con la cooperación de Bonn - el gobierno federal - el hecho es 
	que no tardó en sufrir un desencanto. Al cabo de largas conversaciones con 
	los estadounidenses, los principales responsables de la CDU del gobierno 
	conservador de Adenauer trataron de enterrar el asunto y frenar las 
	investigaciones. 
	
	 
	
	El 30 de septiembre de 1952, la Corte Suprema de 
	Karlsruhe decidió - sin consultar o al menos informar a la policía de 
	Francfort - poner en libertad a todos los miembros de la red TD que habían 
	sido detenidos, lo cual provocó un verdadero escándalo entre la población. 
	
	 
	
	Los miembros del Gladio fueron por lo tanto 
	liberados mientras que los dos jueces que habían que habían tomado aquella 
	extraña decisión, Schrubbers y Wagner, eran ascendidos. 
	
	 
	
	El primer ministro del Land de Hesse, August 
	Zinn, comentó lleno de cólera:
	
		
		"La única explicación legal de esa 
		liberación es que quizás hayan estimado en Karlsruhe [en la Corte 
		Suprema] que actuaron bajo la dirección de los americanos". [28]
	
	
	Zinn estaba tan furioso que decidió presentar el 
	asunto al Parlamento federal, a pesar de las enormes presiones de los 
	estadounidenses para evitar que lo hiciera. 
	
	 
	
	Fue así que, el 8 de octubre de 1952, el público 
	y la prensa, en Alemania y en el extranjero, supieron por primera vez de la 
	existencia de ejércitos stay-behind nazis financiados por Estados Unidos. 
	
		
		"Señor Presidente, señoras y señores", 
		declaró Zinn ante el Parlamento, "después de la entrevista que tuve el 
		pasado 3 de octubre en Francfort con el canciller Adenauer y como 
		resultado de la discusión que acabo de tener esta misma mañana en mi 
		oficina con el señor Reeber, representante del Alto Comisariado 
		americano, tengo que informar a la cámara de los siguientes hechos: el 9 
		de septiembre de 1952," - el rostro del presidente era particularmente 
		grave - "la policía criminal alemana supo de la existencia de una 
		organización secreta creada en 1950-1951 por jefes del BDJ y bautizada 
		TD por 'Technischer Dienst”". 
	
	
	Zinn prosiguió ante un auditorio perplejo:
	
		
		"La organización estaba concebida como un 
		movimiento de resistencia armada con objetivos políticos, constituido 
		con el consentimiento y la cooperación del presidente del BDJ, Paul Luth. 
		Gerhard Peters era el jefe de esa organización."
	
	
	Era la primera vez que políticos oían hablar de 
	la existencia de un ejército secreto stay-behind. 
	
	 
	
	Zinn les informó que:
	
		
		"Esa sección TD del BDJ tenía como misión 
		formar un ejército de partisanos que, según los planes iniciales, debía 
		mantenerse detrás de las líneas enemigas en caso de invasión soviética 
		para realizar actos de sabotaje en territorio ocupado, como la voladura 
		de puentes o ataques contra campamentos."
	
	
	Después de aquella somera descripción de las 
	características típicas de una red stay-behind, Zinn mencionó el respaldo 
	aportado por Estados Unidos y la dimensión nacional del ejército secreto 
	anunciando que:
	
		
		"Según el testimonio de una persona 
		directamente implicada y el material que se ha logrado confiscar, la 
		organización tenía como blancos, dentro de nuestras fronteras, el KPD y 
		sobre todo el SPD. 
		 
		
		El descubrimiento de la organización dio 
		inmediatamente lugar a detenciones y a la ocupación de documentos el 18 
		de septiembre de 1952.
		
		
		Pero el 1º de octubre, la Corte Suprema ordenó que los sospechosos 
		fuesen liberados bajo el pretexto de que el ejército secreto había sido 
		creado por orden de varias agencias americanas."
	
	
	Las actas de la sesión parlamentaria señalan que 
	se extendió entonces un clamor por toda la sala y que se oyeron 
	exclamaciones de los diputados:
	
		
		"¡Escuchen! ¡Escuchen!" o "¡Increíble!".
	
	
	Cuando el auditorio se calmó, Zinn prosiguió: 
	
		
		"Según el testimonio de un alto responsable 
		del TD, incluso se planificaron asesinatos". 
	
	
	El anuncio acentuó la agitación del auditorio y 
	algunos diputados comienzan a dirigirse a sus colegas:
	
		
		"¡Oigan! ¡Oigan! ¡Otra vez!"
	
	
	Zinn continuó: 
	
		
		"Se instaló un centro de entrenamiento en 
		Waldmichelbach, en el bosque de Odenwald (...) Los miembros de la 
		organización eran en gran parte ex oficiales de la Luftwaffe, de la 
		Wehrmacht y de las SS." 
	
	
	De nuevo se agitó el Parlamento ya que todos sus 
	miembros habían conocido la Segunda Guerra Mundial. 
	 
	
	Los parlamentarios gritaban ahora: 
	
		
		"¿Están oyendo? ¡Increíble!"
	
	
	Zinn explicó que los agentes tenían de 35 a 50 
	años y que,
	
		
		"la organización disponía de un 
		financiamiento considerable, los documentos ocupados sugieren que su 
		presupuesto mensual se acercaba a los 50 000 marcos". 
	
	
	Al oír aquello, un diputado gritó: 
	
		
		"¿De dónde venía ese dinero?" 
	
	
	Zinn respondió que,
	
		
		"el dinero llegaba directamente al TD 
		mediante transferencias fraudulentas provenientes de una agencia 
		americana" y agregó que "la misma organización estaba también a cargo de 
		una misión interna (…) Según el testimonio de uno de sus dirigentes, 
		debía proceder a la eliminación de individuos 'sospechosos' cuando 
		llegara el Día-D", lo cual provocó nuevas reacciones en la asamblea, 
		donde se oyeron voces que exclamaban: "¡Así que asesinatos! ¡Increíble!"
	
	
	Perfectamente consciente de la verdadera 
	conmoción que sus revelaciones estaban provocando, Zinn continuó en el mismo 
	tono solemne:
	
		
		"Sobre este punto, hay que señalar que 15 
		hojas contenían nombres de comunistas mientras que se ocuparon no menos 
		de 80 páginas sobre personalidades de la socialdemocracia (…) el 
		ministro del Interior socialdemócrata del Land de Hesse estaba 
		considerado como sospechoso de mantener vínculos con los comunistas."
	
	
	Además de críticas, esta última declaración 
	provocó risas entre los diputados. 
	
		
		"Según varios testimonios, una buena 
		cantidad de documentos confidenciales fueron destruidos y otros fueron 
		confiscados por un representante de las autoridades americanas y están, 
		por lo tanto, actualmente inaccesibles. El dinero y las armas eran 
		proporcionados por un americano que también supervisaba el 
		entrenamiento", lo cual provocó una nueva ola de protestas entre los 
		parlamentarios.
	
	
	Pero Zinn no había terminado aún:
	
		
		"Es importante señalar que, en el 
		extranjero, organizaciones clandestinas similares han servido de base a 
		actividades ilegales perpetradas en el territorio nacional. Se trata de 
		una experiencia que ya hemos vivido, hace 30 años, en este país y parece 
		que esa organización se inscribe en ese modelo."
	
	
	Aquella clara denuncia suscitó la aprobación de 
	los parlamentarios con exclamaciones como:
	
		
		"¡Así es! ¡Exacto!" 
	
	
	Zinn prosiguió:
	
		
		"Esta misma mañana, el señor Reeber, 
		representante de Estados Unidos, estuvo de acuerdo conmigo en que ese 
		tipo de organizaciones constituye el fermento de la instauración del 
		terror en el país, (…) expresó su más sincero pesar y condenó firmemente 
		la existencia de tal red (…) 
		 
		
		Me garantizó su más plena cooperación para 
		aclarar todo este asunto e identificar todas las ramificaciones para 
		evitar que este fenómeno se repita en el futuro." [29]
	
	
	Por supuesto, no por ello fue desmantelado el 
	Gladio alemán, como quedaría comprobado con las revelaciones de 1990. 
	Simplemente se disimularon las huellas en la medida de lo posible. 
	
	 
	
	En octubre de 1952, el ex alto comisario 
	estadounidense McCloy precisó claramente que Estados Unidos no estaba 
	procediendo a un rearme de los nazis: 
	
		
		"Durante todos estos años que yo he pasado 
		en Alemania, nuestros objetivos y esfuerzos han apuntado siempre a la 
		consolidación de las fuerzas democráticas y a la lucha contra los 
		comunistas y también contra los neo y los pronazis".
	
	
	McCloy subrayó que:
	
		
		"Es por lo tanto inconcebible que un 
		responsable americano haya podido respaldar actos como los descritos por 
		el primer ministro Zinn. Esto debe expresarse claramente, en nombre de 
		la verdad y de la amistad." [30]
	
	
	A pesar de aquellas bellas palabras, el 
	Parlamento de Hesse encargó al ministro del Interior del Land una profunda 
	investigación sobre el fenómeno. 
	
	 
	
	En 1953, el ministro entregó sus conclusiones 
	bajo la forma de un impresionante informe de 3 volúmenes. [31]
	
	Cuarenta años después de aquellos hechos, el ex agente de la CIA Thomas 
	Polgar, jubilado en 1981 al cabo de 30 años al servicio de la agencia, 
	se acordaba todavía muy bien del caso del Gladio alemán. 
	
	 
	
	En efecto, a principios de los años 1950, Polgar 
	había estado destacado en Alemania, donde había sido enviado nuevamente a 
	principios de los años 1970 como reemplazante de Ray Cline a la 
	cabeza de la estación CIA en Alemania. 
	
	 
	
	Posteriormente, en los años 1990, Polgar 
	testimonió:
	
		
		"El Bund Deutscher Jugend era una 
		organización política de derecha vagamente afiliada a uno de los 
		partidos del Land de Hesse, en Alemania, y se componía de hombres 
		motivados y firmemente decididos a contribuir a la resistencia 
		clandestina en caso de ocupación de todo o parte del territorio de la 
		RFA por el Ejército Rojo.
		
		
		Cuando estalló el escándalo hubo un ruido considerable y se estimó que 
		el general Truscott [del ejército de Estados Unidos] tendría que 
		explicar en persona a los elementos implicados lo que había sucedido. 
		Primeramente se explicó la situación al canciller alemán Konrad 
		Adenauer."
	
	
	Como ya hemos visto, aquello no bastó para 
	arreglar la situación.
	
		
		"Después hablamos con el general Matthew 
		Ridgeway, quien era por entonces el comandante en jefe de las fuerzas de 
		la OTAN, y finalmente con el primer ministro de Hesse Georg Zinn, quien 
		incluso figuraba en la lista. 
		 
		
		[El general] Truscott le explicó que se 
		trataba de una actividad ilegal pero que, después de todo, no era más 
		que un ejercicio en papel del que él mismo nada sabía y que no debía en 
		ningún caso interpretarse como una señal que pusiese en duda la 
		confianza que nosotros teníamos en el primer ministro Zinn." 
		[32]
	
	
	
	
	Dieter von Glahn, 
	
	
	ex miembro del Gladio. Fundó 
	una orden templaria.
 
	
	
	Después de las revelaciones de 1990, Dieter von Glahn aportó la 
	confirmación de que existían células stay-behind no sólo en Hesse sino 
	también en otros Lander alemanes.
	
		
		"Nuestra misión y nuestra organización eran 
		idénticas a lo que hoy se conoce bajo el nombre de Gladio", explicó. 
		 [33]
	
	
	Personaje ambiguo del medio anticomunista 
	alemán, Glahn se había escapado de un campo soviético de prisioneros durante 
	la Segunda Guerra Mundial. 
	
	 
	
	Después del armisticio se había unido al 
	ejército secreto stay-behind incorporándose al BDJ-TD de Bremen, en el norte 
	de Alemania. 
	
	 
	
	Según explicó en su autobiografía, publicada en 
	1994: 
	
		
		"En la época de la guerra de Corea, los 
		americanos estaban muy inquietos ante la idea de que la misma situación 
		se repitiese en Alemania". 
	
	
	Así que,
	
		
		"decidieron reclutar y constituir una unidad 
		alemana confiable con vista al Día-D, el día de la invasión de Alemania 
		por parte del Ejército Rojo. La unidad tenía que formarse con armamento 
		americano, disponer de sus propios escondites de armas y pasar a la 
		clandestinidad en caso de ofensiva."
	
	
	Glahn recordó que,
	
		
		"le BDJ no era más que la pantalla, una 
		especie de vitrina legal de la organización anticomunista. La rama 
		clandestina Technischer Dienst u 'Organización Peters', como a veces la 
		llamaba su director, constituía la verdadera unidad combatiente" y 
		estaba presente en gran parte del territorio nacional."
		 
		
		"El TD se convirtió por consiguiente en un 
		componente esencial de la defensa antisoviética germano-americana. A los 
		americanos les interesaban ante todo los antiguos elementos del ejército 
		alemán", entre los que se hallaba precisamente él mismo.
		
		"Como yo no escondía mis posiciones anticomunistas, fui reclutado. Así 
		que yo era oficialmente el responsable del BDJ para la ciudad de 
		Oldenburg, en Frisia Oriental. Extraoficialmente, yo dirigía el TD en 
		toda la zona Oldenburg-Bremen-Frisia Oriental [en el noroeste de 
		Alemania]." [34]
	
	
	Con cierto orgullo, Glahn cuenta en sus memorias 
	que el "FBI alemán", el Bundesamt für Verfassungsschutz (BfV), conocía y 
	cubría las actividades de las redes stay-behind. 
	
		
		"Yo colaboraba muy estrechamente con Neubert, 
		del BfV." 
	
	
	Glahn menciona la lucha anticomunista en la que 
	ambos estaban comprometidos: 
	
		
		"de noche salíamos regularmente a pegar 
		carteles y tapar los de los comunistas (…) denunciábamos así los 
		vínculos que ciertos hombres de negocios mantenían con los comunistas. 
		Aquello llevaba a menudo a enfrentamientos violentos." 
		 
		
		Fue en esa época que "fundé numerosas 
		secciones del BDJ en mi zona", con la ayuda de la CIA que entrenaba a 
		los reclutas en el campamento de Waldmichelbach y en la base 
		estadounidense de Grafenwöhr. 
		 
		
		"Yo mismo participé varias veces en aquellos 
		entrenamientos. 
		 
		
		Los hombres, que portaban un uniforme 
		americano parduzco y estaban autorizados a llamarse entre sí únicamente 
		por su nombre de pila, venían de los cuatro puntos cardinales de 
		Alemania pero no podían en ningún caso revelar el lugar de donde eran 
		originarios. 
		 
		
		Durante 4 semanas estábamos completamente 
		aislados del mundo exterior." 
	
	
	Los miembros del Gladio seguían,
	
		
		"un entrenamiento intensivo con vista al 
		Día-D. En aquella época los americanos preparaban escondites de armas 
		por todo el territorio de la RFA. En mi zona, mi adjunto y yo mismo 
		éramos los únicos que conocíamos la localización exacta del escondite de 
		armas (…) 
		 
		
		Estaba enterrado profundamente en un pequeño 
		bosque." [35]
	
	
	La red stay-behind alemana no era la única que 
	gozaba de la protección de la poderosa CIA. 
	
	 
	
	Gracias a esta última, el servicio de 
	inteligencia ORG y su personal lograron enfrentar los descubrimientos de 
	1952 sin demasiados problemas. El general Reinhard Gehlen se mantuvo en 
	funciones y en 1956 la "Organización Gehlen" cambió aquel nombre por el de "Bundesnachrichtendienst" 
	(BND). 
	
	 
	
	Cuando le preguntaron al director de la CIA 
	Allen Dulles si no sentía vergüenza por haber colaborado así con el nazi 
	Gehlen, su respuesta fue:
	
		
		"Yo ignoro si es un crápula. Usted sabe, hay 
		muy pocos santos en el mundo del espionaje (…) Además, uno no llega ahí 
		para hacer amigos." [36]
	
	
	Por cierto, no fue hasta que el gobierno federal 
	del canciller conservador Kurt Georg Kiesinger y del vicecanciller y 
	ministro de Relaciones Exteriores Willy Brandt comenzó a dudar de su 
	servicio secreto BND que este último fue por primera vez objeto de una 
	investigación verdaderamente profunda.
	
	El "Informe Mercker" que se redactó entonces constituía,
	
		
		"un documento tan acusador para el BND que 
		todavía hoy sigue siendo confidencial". 
	
	
	Al menos eso fue lo que informó la prensa 
	alemana en 1995.
	
		
		"Su reveladora conclusión sobre el BND: 'una 
		organización corrupta”". [37]
	
	
	Reinhard Gehlen, directamente en el colimador de 
	la investigación gubernamental, ni siquiera fue autorizado a leer el 
	informe. 
	
	 
	
	Al leer el documento, los socialdemócratas, 
	quienes por primera vez desde la guerra acababan de entrar al gobierno en la 
	persona de Willy Brandt, se sintieron tan incómodos por la presencia nazi en 
	las altas esferas del ejecutivo que de inmediato despidieron a Gehlen. 
	
	 
	
	Después de haber pasado 20 años a la cabeza del 
	servicio de inteligencia alemán, Gehlen fue despedido el Día del Trabajador, 
	el 1º de mayo de 1968. 
	
	 
	
	Para no incomodar a la Casa Blanca se escogió 
	como sucesor a Gerhard Wessel, quien había servido en Washington como 
	agregado militar de la RFA después de 1945 y mantenía excelentes relaciones 
	con la CIA y con el Consejo de Seguridad Nacional estadounidense.
	
	Se ignora si el informe de Mercker, clasificado como confidencial, contenía 
	información sobre las actividades stay-behind del ORG y del BND, aunque eso 
	es lo que parecen indicar las pruebas descubiertas durante las 
	investigaciones realizadas en 1990. 
	
	 
	
	Según el sucinto informe que el gobierno alemán 
	presentó sobre el BND y su red stay-behind en diciembre de 1990, en 
	diciembre de 1968 - o sea, sólo unos meses después del informe - se creó un 
	marco legal para las actividades de la red clandestina: 
	
		
		"En diciembre de 1968, el jefe de la 
		cancillería federal había mencionado explícitamente en el artículo 16 de 
		las 'Directivas generales para el BND' que había que emprender 
		preparativos de defensa". 
	
	
	Parece que el gobierno de la época decidió 
	continuar la operación stay-behind, pero ya con bases legales:
	
		
		"La directiva indica: 'El BND procede a los 
		preparativos y planificaciones necesarios para la defensa, cuyas 
		cuestiones generales se acuerdan con el jefe de la cancillería 
		federal'". [38]
	
	
	El periodista especialista en el Gladio Leo 
	Muller se preguntó en 1990:
	
		
		"¿Qué lógica antidemocrática subyacía aún en 
		los nuevos stay-behind de los servicios secretos alemanes que fueron 
		descubiertos en 1990?" [39]
	
	
	¿La salida de Gehlen y la adopción de la nueva 
	ley debilitaron el control de la CIA sobre las redes stay-behind alemanas? 
	Eso está por averiguar. 
	
	 
	
	El ex miembro del Gladio Glahn precisa 
	claramente en su libro que la CIA mantuvo el control hasta el último 
	instante:
	
		
		"Escribo deliberadamente 'servicios 
		secretos' en plural porque nosotros fusionamos más tarde con la 
		Organización Gehlen por orden de los americanos."
	
	
	Según Glahn, aunque Gehlen fue el hombre clave 
	de la red stay-behind alemana, el mando quedaba en manos de Estados Unidos:
	
		
		"Esa organización había tomado el nombre de 
		su fundador, el general Gehlen (…) Él había establecido un excelente 
		cuartel general de la inteligencia en Pullach, en los alrededores de 
		Munich (…) 
		 
		
		El Technischer Dienst, o TD, estaba en 
		contacto permanente con la gente de la Organización Gehlen. En cuanto al 
		Día-D, la decisión en el plano militar era siempre, sin embargo, de los 
		americanos." [40]
	
	
	Cuando voló en pedazos la pantalla del ejército 
	secreto alemán, en 1952, a Gehlen y sus colegas se les ofreció asilo en 
	Estados Unidos para que pudieran escapar a la justicia alemana.
	
		
		"Me propusieron huir a Estados Unidos, al 
		igual que a otros miembros del TD que estaban implicados en una 
		investigación criminal. Lo discutí ampliamente con mi mujer… pero 
		finalmente decidí que no quería ser un emigrante. Mi lugar estaba aquí, 
		en Alemania." [41]
	
	
	En mayo de 1955, Alemania se incorporó a la 
	OTAN. 
	
	 
	
	Al igual que los demás ejércitos secretos de 
	Europa, la red alemana fue incorporada al programa de guerra no convencional 
	de la alianza atlántica. 
	
	 
	
	El informe oficial del gobierno alemán sobre el 
	stay-behind, redactado por Lutz Stavenhagen en 1990, confirmó que,
	
		
		"con el fin de uniformizar sus programas con 
		el mando militar de la OTAN, los servicios de inteligencia que 
		participaban en la operación establecieron en 1952 el Coordinating and 
		Planning Committee (Comité de Planificación y Coordinación) o CPC.
		
		 
		
		Para coordinar su cooperación crearon el 
		1954 el Allied Coordination Committee (Comité de Coordinación Alliado) o 
		ACC."
	
	
	El gobierno alemán confirmó además que el,
	
		
		"BND es miembro regular del CPC y del ACC 
		desde 1959".
	
	
	En un torpe intento de limitar los daños, el 
	informe oficial afirmaba erróneamente que,
	
		
		"los dos comités de coordinación nunca 
		fueron ni forman parte actualmente de la estructura de la OTAN". 
		
	
	
	Sin embargo, precisamente en el mismo momento, 
	la investigación del Parlamento de Bélgica revelaba que el ACC y el CPC 
	habían sido instaurados por el SACEUR [Comandante Supremo] de la OTAN, 
	puesto sistemáticamente ocupado por un general estadounidense, y que estaban 
	en contacto directo con el SHAPE [Supreme Headquarters Allied Powers in 
	Europe] de la OTAN. 
	
	 
	
	El informe oficial alemán trató de insistir en 
	la soberanía del ejército secreto alemán declarando: 
	
		
		"que el BND haya formado parte de esos 
		órganos no excluye en nada que el stay-behind nunca estuvo integrado a 
		la OTAN ni que siempre haya sido el instrumento del BND. Nunca hubo ni 
		existe hoy ninguna relación de subordinación de los diferentes servicios 
		de inteligencia con el ACC y el CPC." [42]
		 
		
		"Entre los diferentes servicios existía una 
		cooperación bilateral así como también multilateral cuya coordinación 
		garantizaba el ACC", describía el informe oficial del gobierno alemán al 
		referirse a la dimensión internacional del ejército secreto stay-behind.
		
		 
		
		"Entre esos participantes figuran, junto a 
		Alemania Occidental: Bélgica, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Italia, 
		Luxemburgo, Noruega y los Estados Unidos de América." 
	
	
	Según el informe, la cooperación incluía,
	
		
		"entre otras cosas ejercicios conjuntos, la 
		adquisición de un equipamiento de radio estandarizado [los transmisores 
		Harpoon], compartir experiencias en materia de entrenamiento, el 
		establecimiento de una terminología estandarizada en materia de 
		inteligencia".  [43]
	
	
	Debido a la presencia entre ellos de gran 
	cantidad de partidarios de la extrema derecha, Stavenhagen prefirió no 
	precisar cifras en lo que se refería al número de miembros del Gladio que 
	habían operado en Alemania durante la guerra fría. 
	
		
		"A finales de los años 1950, la organización 
		contaba alrededor de 75 miembros permanentes.", se limitó a indicar.
		
		 
		
		"El número de informantes llegó a veces a 
		500. En 1983, el personal stay-behind fue igualmente formado en la 
		dirección de los actos de sabotaje contra el invasor y en organización y 
		mando de grupos de resistencia en territorio ocupado." [44]
	
	
	Según el informe, el gobierno alemán había sido 
	informado de la existencia del ejército secreto,
	
		
		"poco después de 1974 (en el marco de una 
		presentación de estrategia de conjunto de los preparativos de defensa 
		del BND). Podemos suponer, sin embargo, que informaciones sobre las 
		bases de la operación stay-behind pudieron llegar a filtrarse antes de 
		esa fecha." 
	
	
	En lo tocante al legislativo, una comisión del 
	Parlamento, obligada a guardar silencio sobre ciertos secretos, fue puesta 
	al tanto en los años 1980, cuando hubo que buscar créditos para la compra de 
	nuevos equipos de comunicaciones Harpoon:
	
		
		"En ocasión de la compra de nuevos 
		transmisores de radio, la comisión competente (Vertrauensgremium) fue 
		informada de su utilización por el stay-behind." [45]
	
	
	Los transmisores de radio Harpoon habían sido 
	concebidos y producidos por orden del ACC, el centro de mando stay-behind de 
	la OTAN, por la firma alemana AEG Telefunken, filial del grupo Daimler. 
	
	 
	
	El servicio de inteligencia BND había servido de 
	intermediario y había comprado los sistemas Harpoon al fabricante por cuenta 
	del ACC, que no debía aparecer en la transacción. 
	
	 
	
	El BND había hecho un pedido total de 854 
	transmisores por un monto de 130 millones de marcos. Conservó equipos por 
	valor de unos 20 millones y revendió el resto a los demás ejércitos stay-behind 
	de Europa Occidental. 
	
	 
	
	Último grito de la tecnología en su época, el 
	sistema Harpoon podía enviar y recibir mensajes de radio codificados hasta 
	una distancia de 6 000 kilómetros, así que era capaz de garantizar el enlace 
	entre los diferentes stay-behind y entre ambas orillas del Atlántico. 
	[46]
	
	Durante la guerra fría Alemania estuvo dividida en 2 Estados. Una guerra 
	secreta se libró, por lo tanto, entre el BND de Alemania occidental, 
	respaldado por la CIA, y el MfS (Ministerium für Staatssicherheitsdient), 
	más conocido como Stasi, que dependía del KGB soviético.
	
	 
	
	Los dos servicios realizaban múltiples misiones 
	de espionaje así como intentos de infiltración desde ambos lados del muro de 
	Berlín. Aquellas operaciones eran especialmente fáciles en la medida en que 
	tanto los agentes de la Stasi como los del BND eran todos alemanes y 
	compartían, por lo tanto, el mismo idioma y la misma cultura. 
	
	 
	
	La CIA y el MI6, como resultado de sus 
	experiencias respectivas, habían puesto al BND el sobrenombre de "servicio 
	de filtraciones". [47] 
	
	 
	
	Incluso llegó a leerse en Der Spiegel, la 
	primera revista informativa de la RFA:
	
		
		"El KGB y la Stasi de Berlín Este parecen 
		haber logrado poner fácilmente a sus infiltrados en los puestos claves 
		de Pullach [el cuartel general del BND] y obtener así acceso a la lista 
		completa de sus agentes (…) Para sus rivales, el BND no es más que un 
		gran chiste." [48]
	
	
	
	
	Yuri Ivanovich Drosdov, 
	el general del KGB  
	
	que logró penetrar el Gladio 
	alemán,  
	
	estaba absolutamente al tanto 
	de toda la información  
	
	sobre la red stay-behind.
 
	
	
	Cabe preguntarse en qué medida la Stasi, y por lo tanto Moscú, tenía 
	conocimiento de los secretos vinculados a la operación stay-behind.
	
	 
	
	Todo parece indicar que ambos tuvieron 
	conocimiento de ella a finales de los años 1970. En la filtración comprobada 
	más célebre estuvo implicada Heidrun Hofer, una secretaria que trabajaba en 
	el Departamento IV del BND de Munich, el servicio a cargo de la dirección de 
	la red stay-behind. 
	
	 
	
	Su puesto le daba acceso a los documentos más 
	confidenciales de la OTAN, incluyendo los clasificados "cosmic". 
	
	 
	
	Aunque se desconoce la naturaleza exacta de los 
	datos que transmitió a la Stassi y el KGB, lo que sí se sabe es que comunicó 
	información sobre un centro de mando stay-behind altamente secreto, que se 
	hallaba en la costa atlántica y debía servir de base al gobierno alemán en 
	el exilio. 
	
	 
	
	Como consecuencia de la indiscreción de Hofer, 
	hubo que reconstruir aquel centro en otro lugar, lo cual costó 100 millones 
	de marcos.
	
	No fue a propósito que Hofer reveló aquel secreto. Siendo hija de un oficial 
	conservador, había sido específicamente seleccionada como blanco por el KGB, 
	que había enviado a Argentina un agente encargado de entrar en contacto con 
	el círculo de exiliados nazis para dotarse de una buena reputación. A su 
	regreso, el agente debía pedir a Heidrun que se casara con él. 
	
	 
	
	El padre de la muchacha apreciaba a aquel "Hans" 
	por sus ideas de extrema derecha, y dio su consentimiento.
	
	 
	
	Después del matrimonio, "Hans" le dijo a Heidrun 
	que él trabajaba para una organización ultraconservadora y la sorprendió 
	mostrando que conocía a la perfección el BND. Excitada ante la idea de 
	participar en una conspiración, Heidrun aceptó revelar información a Hans.
	
	El servicio de contraespionaje del BND demoró bastante en descubrir la 
	existencia del infiltrado del KGB. En diciembre de 1976, agentes del BND 
	tendieron una emboscada en el domicilio de la joven que, sin saberlo, ya 
	llevaba 6 años trabajando para el KGB. Hans logró escapar por una puerta 
	oculta, pero Heidrun fue arrestada y acusada de alta traición. 
	
	 
	
	Sólo entonces supo que su marido era un espía de 
	Moscú. 
	
	 
	
	La impresión que sufrió fue tan violenta para 
	aquella mujer de convicciones ultraconservadoras que al parecer trató de 
	matarse lanzándose por una ventana en momentos en que el BND la interrogaba 
	en una oficina del sexto piso de su sede en Munich. Sobrevivió con algunas 
	secuelas físicas y desde entonces vivió de una pensión por invalidez. 
	
	 
	
	La investigación sobre Hofer se cerró en 1987, 
	por falta de nuevos elementos. [49]
	
	El segundo caso de espionaje que tuvo que enfrentar el BND implicó a un alto 
	responsable ya que se trataba de Joachim Krase, el director adjunto 
	del propio BND, fallecido en 1988. 
	
	 
	
	Krase era en realidad un doble agente pagado por 
	la Stasi y, como escribió un periodista británico, había,
	
		
		"revelado todo sobre el stay-behind y la 
		Operación Gladio, levantando así un secreto que los rusos conocían desde 
		el principio". [50]
	
	
	Con la reunificación de Alemania, después de la 
	caída del muro de Berlín, la Stasi fue desmantelada y el BND extendió sus 
	actividades. 
	
	 
	
	Documentos del servicio de inteligencia de la 
	RDA, hoy desclasificados, confirman que este estaba extremadamente bien 
	informado sobre la operación stay-behind. Durante las maniobras efectuadas 
	por la OTAN en 1979, unidades de la Stasi interceptaron señales desconocidas 
	y detectaron la presencia de una red paralela. 
	
	 
	
	Al cabo de unos años de investigación lograron 
	descifrar el código que utilizaban los agentes del stay-behind del BND y 
	localizar más de 50 puntos repartidos por todo el territorio de Alemania 
	occidental, pero muchos de los cuales estaban concentrados en la zona 
	fronteriza con la RDA y Checoslovaquia.
 
	
	
	
	El general de la RDA 
	Horst Mannchen 
	
	presentaba a su gobierno 
	informes regulares 
	
	de la Stasi sobre el Gladio 
	alemán.
 
	
	
	En 1984, el general Horst Mannchen, director del Departamento III de 
	la Stasi y responsable de las escuchas radiofónicas, comunicó a los 
	ministros del gobierno de la RDA numerosos detalles sobre la red stay-behind 
	del BND.
	
		
		"Analizando señales de radio secretas del 
		BND que hemos logrado descifrar (…) hemos podido reunir datos fiables 
		sobre una categoría especial de agentes del BND."
	
	
	El informe de Mannchen, fechado el 3 de agosto 
	de 1984, explicaba que aquellos elementos especiales del BND, a los que la 
	Stasi llamaba "agentes" (Überrollagenten), se preparaban para una invasión 
	de los ejércitos del Pacto de Varsovia y que habían sido entrenados para la 
	realización de acciones subversivas tras las líneas enemigas. 
	
	 
	
	Subrayaba Mannchen que esos agentes secretos 
	"representan un peligro real para las operaciones de las fuerzas del Pacto 
	de Varsovia" y resaltaba por lo tanto la necesidad de identificarlos lo más 
	rápidamente posible para neutralizarlos inmediatamente "en caso de conflicto 
	militar". [51]
	
	En otro informe, fechado el 6 de noviembre de 1984, Mannchen precisaba que 
	en el seno del BND "esos agentes especiales son calificados de 'stay-behind”" 
	y que su creación parecía remontarse al programa de defensa desarrollado por 
	la OTAN en previsión de una primera ofensiva de las fuerzas del Pacto de 
	Varsovia. 
	
	 
	
	El director del Departamento III explicaba que 
	la red contaba también con mujeres en sus filas y que la Stasi había logrado 
	descifrar toda una serie de señales de radio secretas transmitidas desde el 
	cuartel general del BND a sus agentes stay-behind.
	
		
		"Estos agentes son hombres y mujeres, 
		ciudadanos de la RFA que viven en territorio de Alemania occidental, en 
		muchos casos a lo largo de la frontera con la RDA y Checoslovaquia.
		
		 
		
		Tienen un buen conocimiento de su zona de 
		operaciones y actúan solos o en grupos de 3 o 4 para efectuar misiones 
		que se les confían en un radio de 40 kilómetros a partir del lugar donde 
		residen. Según las informaciones de las que disponemos, entre 16 y 20 
		unidades están en contacto regular con el BND. 
		 
		
		Según varias fuentes en el seno del BND, el 
		número total de agentes pudiera elevarse a 80."
	
	
	Mannchen indicaba, a modo de conclusión, que 
	aquellos agentes especiales eran "peligrosos" y que la Stasi debería tratar 
	de identificar a la mayor cantidad de ellos. [52]
	
	En un informe ulterior, la Stasi concluía que los datos reunidos,
	
		
		"indicaban claramente que el BND había 
		concedido gran importancia al entrenamiento y la preparación de estos 
		agentes especiales". 
	
	
	Las comunicaciones radiales interceptadas por el 
	servicio revelaban también que la red stay-behind alemana estaba muy bien 
	coordinada y que estaba en contacto con los "servicios secretos de la OTAN" 
	en Cerdeña [Italia], en Huy (Bélgica) y en [las ciudades francesas de] Lille 
	y Grenoble. [53] 
	
	 
	
	Al espiar las comunicaciones radiales stay-behind 
	del BND, la Stasi supo de la instalación de los nuevos sistemas Harpoon en 
	Alemania occidental y, el 22 de mayo de 1984, indicó que los agentes estaban 
	utilizando ahora un equipamiento de comunicaciones más moderno y eficaz. 
	[54] 
	
	 
	
	En un informe muy detallado de 11 páginas sobre 
	la red stay-behind entregado en 1985, la Stasi deploraba que aquel nuevo 
	sistema capaz de enviar señales de radio en menos de 3 segundos hacía la 
	localización de los agentes del BND más difícil para los agentes de la RDA. 
	[55]
	
	Cuando se reveló, en 1990, la existencia de la red alemana, la prensa se 
	interesó especialmente por el equipamiento de la organización secreta y 
	preguntó al gobierno de Bonn si había escondites de armas en Alemania. 
	
		
		"Como apoyo a las unidades de resistencia en 
		territorio ocupado, los servicios secretos aliados establecieron 
		escondites de armas en los primeros tiempos de la operación stay-behind.
		
		 
		
		[Los escondites] contenían fundamentalmente 
		piezas de repuesto para los aparatos de radio, medicinas, oro y joyas 
		destinados a posibles transacciones en el mercado negro así como algunas 
		pistolas", así confirmaba el vocero del gobierno alemán las 
		características observadas en otros países. 
	
	
	Pero, sorprendentemente, trató de engañar al 
	público afirmando que,
	
		
		"esos escondites habían sido desmantelados 
		por las unidades stay-behind del BND antes de 1972, Las pistolas fueron 
		destruidas. Actualmente, el equipamiento y el entrenamiento de los 
		agentes de inteligencia se limitan estrictamente a las misiones de 
		obtención de información y evacuación. 
		 
		
		Ese equipamiento incluye un transmisor de 
		radio especial pero nunca armas ni explosivos." [56]
	
	
	Los periodistas alemanes sospecharon que el 
	vocero del gobierno Lutz Stavenhagen les había mentido al afirmar que 
	todos los escondites de armas habían sido destruidos en 1972. 
	
	 
	
	En efecto, misteriosos arsenales habían sido 
	descubiertos en Alemania en los años 1980. 
	
	 
	
	El más célebre de aquellos descubrimientos había 
	tenido lugar el 26 de octubre de 1981, cuando varios leñadores habían 
	encontrado por casualidad una importante excavación que contenía armas de 
	fuego y material de combate, cerca de la aldea de Ulzen, en los campos de 
	Luneburg. 
	
	 
	
	Aquel sorprendente hallazgo provocó el arresto 
	del guardabosque y militante de extrema derecha Heinz Lembke, quien 
	condujo después los investigadores a una vasta red de no menos de 32 
	escondites de armas.
	
		
		"Esos escondites fueron atribuidos por 
		principio al militante de extrema derecha Heinz Lembke", comentó en 1991 
		una fuente anónima en el ministerio de Defensa de Austria.
		
		"Pero aquella seductora explicación tenía un defecto. Además de armas 
		automáticas, los escondites contenían material de guerra química [Arsen 
		y Zyankali] y unos 14 000 cartuchos así como armas antitanque, 156 
		kilogramos de explosivos, 230 detonadores y 258 granadas de mano. Es 
		increíble que un Estado que tomó importantes medidas antiterroristas no 
		notara el robo o desvío de tal cantidad de material de combate." 
		[57]
	
	
	En su artículo titulado "Los ejércitos secretos 
	de la CIA en Europa", el periodista estadounidense Jonathan Kwitny se 
	interesaba por el documento del ministerio de Defensa austriaco, antes de 
	concluir que,
	
		
		"el programa stay-behind alemán hubiese 
		podido dar lugar a un segundo escándalo, similar al de 1952, pero nada 
		se dijo finalmente al público."
	
	
	Los escondites de armas descubiertos en 1981 
	habían permitido, en efecto,
	
		
		"llegar hasta un grupo de jóvenes 
		paramilitares dirigidos por el neonazi Heinz Lembke, quien fue 
		arrestado. Se le describió en aquella época como un extremista 
		desequilibrado que entrenaba clandestinamente sus tropas en medio del 
		bosque."
	
	
	Kwitny señalaba, sin embargo, que él no era el 
	único que relacionaba el arsenal de Heinz Lembke con la red stay-behind 
	del BND ya que la publicación austriaca también había echado abajo la tesis 
	de que el guardabosque no era más que un extremista perturbado y aislado.
	
		
		"El responsable de la publicación del 
		ministerio de Defensa austriaco, el general retirado Franz Freistatter, 
		afirma haber supervisado personalmente la redacción del artículo que 
		sugería que Lembke utilizaba los escondites de armas stay-behind para el 
		entrenamiento de sus tropas neonazis. 
		 
		
		También afirma que cree esas tesis, aunque 
		su autor haya preferido mantenerse en el anonimato." [58]
	
	
	El artículo de Kwitny y la publicación austriaca 
	sobre el Gladio parecen indicar con toda razón que los escondites de armas 
	de Lembke pertenecían a la red stay-behind alemana. 
	
	 
	
	Entre los documentos ocupados en 1952, cuando se 
	descubrió la organización BDJ-TD, había una directiva relativa de Día-D, el 
	día de la invasión. 
	
	 
	
	Aquella directiva indicaba que, en caso de 
	invasión, los campos de Luneburg serían el punto de reunión del stay-behind 
	del norte de Alemania y ordenaba:
	
		
		"Los responsables de sectores han recibido 
		orden de buscar dónde hay gran cantidad de camiones estacionados. 
		
		 
		
		El Día-D, los agentes requisarán esos 
		camiones, por la fuerza si es necesario, y los llevarán después hasta 
		los puntos de reunión especificados por el BDJ en las ciudades y 
		pueblos. 
		 
		
		De ahí los camiones transportarán a los 
		miembros hasta el punto de reunión del norte de Alemania, situado en los 
		campos de Luneburg." [59]
	
	
	Como es de imaginar, el descubrimiento de los 
	escondites de armas de Lembke, en octubre de 1981, provocó un verdadero 
	escándalo en Alemania. 
	
	 
	
	Pero el asunto se volvió aún más explosivo 
	cuando varias fuentes sugirieron que los arsenales no habían estado sin uso 
	en espera de una hipotética invasión soviética sino que Lembke había 
	utilizado parte del material para equipar a sus soldados de extrema derecha, 
	quienes a su vez habían utilizado las armas mortales en un atentado con 
	bomba perpetrado en Munich en 1980, un año antes del descubrimiento de los 
	escondites. 
	
	 
	
	Aquella teoría rebosante de implicaciones fue 
	emitida por el periodista alemán Harbart, quien estimaba que Gladio era,
	
		
		"una espada en manos de extremistas". 
		
	
	
	Harbart explicó que,
	
		
		"la investigación sobre el atentado de 
		Munich condujo hasta el guardabosque de Baja Sajonia Heinz Lembke".
		
	
	
	Harbart está convencido de que el hecho de 
	recurrir a las bombas y a la estrategia de la tensión no se limitó a Italia 
	sino que llegó hasta la propia Alemania. [60]
	
	El bombazo de Munich es el más grave atentado que conoció Alemania después 
	del fin de la Segunda Guerra Mundial. 
	
	 
	
	En la noche del 29 de septiembre de 1980, a las 
	22 horas 20 minutos, una bomba estalló en pleno centro de la popular Fiesta 
	de la Cerveza. Como todos los años, miles de personas se habían reunido para 
	participar en lo que muchos consideran el fin de semana más bello del año. 
	La explosión mató a 13 personas e hirió a otras 213, muchas de gravedad. 
	
	 
	
	El hecho conmocionó a todo Munich y toda 
	Alemania. La investigación policial mostró la responsabilidad de activistas 
	de extrema derecha. Y condujo hasta varios grupúsculos neonazis entre los 
	que se hallaba el "Wehrsportgruppe Hoffmann". 
	
	 
	
	Según la policía, un miembro de aquel grupo, un 
	tal Gundolf Kohler, de 21 años, había puesto la bomba. Los expertos 
	explicaron que el artefacto - una granada de mano metida dentro de un 
	extintor - había sido concebido con gran habilidad y se llegó a dudar que 
	Kohler hubiese logrado fabricar él solo una bomba tan compleja. 
	
	 
	
	Pero nunca fue interrogado porque murió en la 
	explosión.
	
	Ignaz Platzer, un participante en la fiesta que había perdido a sus 
	dos hijos en la explosión, concedió en 1996 una entrevista al diario alemán
	Suddeutsche Zeitung y señaló que nunca se había realizado una 
	investigación sobre la red de extrema derecha implicada en el atentado.
	
		
		"Ya hace varios años que usted viene 
		pidiendo que se reabra el expediente. ¿Usted no cree que Gundolf Kohler 
		haya sido el verdadero culpable?", le preguntó un periodista. 
		
		 
		
		"No. Hay demasiados elementos que tienden a 
		probar lo contrario. ¿Por qué alguien que comete un acto de ese tipo 
		portaría un pasaporte permitiendo así que se le identificara tan 
		fácilmente? ¿Por lo menos es seguro que no actuó solo", respondió el 
		padre de las dos víctimas. 
		 
		
		"Hace tiempo que vengo luchando por 
		descubrir quién se esconde detrás de todo eso. Pero he tenido que 
		acostumbrarme a la idea de que nunca recibiré una respuesta honesta."
		
	
	
	El periodista le preguntó después: 
	
		
		"¿Ha renunciado usted a pedir 
		explicaciones?" 
	
	
	A lo que Platzer respondió: 
	
		
		"Entendí que insistir sólo me traería 
		problemas." [61]
	
	
	Esos problemas provienen quizás del hecho que la 
	investigación sobre el atentado de Munich había seguido la pista de los 
	arsenales de Lembke hasta el ejército stay-behind alemán, que a su vez 
	implicaba a la mayor alianza militar del mundo - la OTAN - y a una de las 
	dos superpotencias de la época - Estados Unidos. 
	
	 
	
	E incluso si Estados Unidos, la OTAN y el BND no 
	hubiesen tenido nada que ver con el drama de Munich, el descubrimiento de un 
	ejército secreto vinculado a los movimientos de extrema derecha no habría 
	dejado de dar lugar a interrogantes extremadamente delicadas, como la del 
	control de las instituciones democráticas sobre los combatientes secretos y 
	sus depósitos de armas.
	
	Sólo un día después del atentado de Munich, la policía alemana a cargo de la 
	investigación ya había descubierto que Lembke había proporcionado 
	equipamiento a los activistas de extrema derecha. 
	
		
		"El señor Lembke nos mostró diferentes tipos 
		de explosivos, detonadores, mechas lentas, explosivos plásticos y 
		explosivos militares", confesó Raymund Hornle, miembro del 
		Wehrsportgruppe Hoffmann, a los policías que lo interrogaban.
		
		"Dijo que había numerosos escondites con ese tipo de material enterrado 
		en los bosques y que él podía darnos mucho (…) El señor Lembke nos dijo 
		que él entrenaba gente en el uso de los detonadores y explosivos." 
		[62]
	
	
	O sea, como demuestran los documentos de la 
	policía, paralelamente al entrenamiento de los miembros del Gladio alemán, 
	Lembke también proporcionaba apoyo a los terroristas de extrema derecha. 
	
		
		"Helmuth Meyer me dijo que se podía obtener 
		explosivos a través del señor Lembke", declaró la activista Sibylle 
		Vorderbrugge después del atentado.
		
		"Lembke nos mostró diferentes explosivos (…) nos dijo que había varios 
		escondites de armas en los bosques." [63]
	
	
	A pesar de aquellos testimonios, la policía no 
	efectuó ninguna investigación para tratar de hallar los escondites de armas 
	de Lembke, de forma tal que hubo que esperar un año hasta varios leñadores 
	descubrieron accidentalmente uno de aquellos arsenales, lo cual hizo 
	imposible seguir negando su existencia. 
	
	 
	
	Pero aún entonces, los investigadores tampoco 
	relacionaron el atentado con los escondites de armas stay-behind.
	
	El 25 de noviembre de 1981, el Dr. Daubler-Gmelin, del SPD, sacó a 
	relucir el tema ante el Parlamento nacional - el Bundestag - al dirigirse al 
	gobierno en los siguientes términos:
	
		
		"¿Pueden ustedes revelarnos, a raíz del 
		descubrimiento de estos escondites de armas y del arresto del señor 
		Lembke, si actualmente se vislumbra una nueva pista sobre el atentado de 
		Munich?"
	
	
	La pregunta era pertinente. Pero la respuesta lo 
	fue mucho menos. 
	
	 
	
	El secretario de Estado von Schoeler se limitó a 
	contestar:
	
		
		"No tienen nada que ver." [64]
	
	
	Aquella versión oficial tenía como objetivo 
	esconder toda relación con la organización Gladio ya que la existencia del 
	ejército stay-behind tenía que mantenerse en secreto. 
	
	 
	
	También contradecía los testimonios de los 
	militantes de extrema derecha interrogados por la policía. Inmediatamente 
	después del descubrimiento de los escondites de armas hallados el 26 de 
	octubre de 1981, la policía alemana registró el domicilio de Lembke y 
	confiscó un cargador de pistola G3 y un juego de mechas lentas 
	correspondiente a la fabricación de bombas. 
	
	 
	
	Pero el propio Lembke parecía intocable y no fue 
	arrestado.
	
	Nacido en 1937 en Stralsund, en el este de Alemania, Lembke había pasado un 
	tiempo en la socialista RDA antes de huir al oeste a los 22 años y adquirir 
	cierta celebridad en los círculos de extrema derecha. 
	
	 
	
	Se puso a la cabeza de la "Bund Vaterlandischer 
	Jugend" o BVJ (Alianza de Jóvenes Patriotas). Como ideólogo de dicha 
	organización concibió lemas tales como,
	
		
		"Un alemán que piensa como judío merece que 
		lo ahorquen".  [65]
	
	
	Al igual que el BDJ, declarado ilegal en 1952, 
	la BVJ fue prohibida en 1962. Pero Lembke no renunció a sus convicciones de 
	extrema derecha.
	
	 
	
	En 1968 trató de aspirar a un escaño en el 
	Parlamento regional de Baja Sajonia bajo la etiqueta del NPD. Pero renunció 
	rápidamente a su carrera política para dedicarse al activismo y a la lucha 
	contra los antifascistas alemanes, lo cual le valió ser enviado a los 
	tribunales antes de que una jurisdicción superior lo declarara 
	misteriosamente "no culpable".
	
	No fue sino varias semanas después del descubrimiento de los escondites de 
	armas que Lembke fue finalmente arrestado y encarcelado. 
	
	 
	
	Pero fue por otro motivo. Se le acusó de haberse 
	negado a servir de testigo durante el juicio contra su amigo y colega el 
	líder de extrema derecha Manfred Roder, del movimiento terrorista "Deutsche 
	Aktionsgruppen". 
	
	 
	
	En la cárcel, Lembke cambió súbitamente de 
	opinión y se declaró dispuesto a declarar sobre Roder, los escondites de 
	armas y todo lo que sabía. Lembke precisó incluso que quería hablar 
	únicamente con el fiscal que lo había interrogado inútilmente en el marco 
	del caso Roder. Se aceptó aquella condición y el fiscal visitó 
	inmediatamente a Lembke en su celda. 
	
	 
	
	Este comenzó finalmente a hablar y reveló la 
	localización exacta de los 33 escondites de armas, de los que sólo algunos 
	habían sido descubiertos hasta aquel momento. Lembke le dijo a su 
	interlocutor que le diría al día siguiente quién se suponía que debía 
	utilizar las armas y explosivos. 
	
	 
	
	Al día siguiente, el 1º de noviembre de 1981, 
	Lembke apareció ahorcado con una cuerda amarrada al techo de su celda. 
	[66]
	
	A la policía local se le retiró entonces el caso de Lembke, que fue 
	entregado a las autoridades nacionales de Bonn. El ministro del Interior de 
	Baja Sajonia, Mocklinghoff, calificó aquella maniobra judicial de 
	"chanchullo policial".  [67]
	
	 
	
	Un año más tarde, el 3 de diciembre de 1982, 
	Bonn decidió cerrar la investigación sin haber relacionado los arsenales 
	secretos con el atentado de Munich y declarando que el caso de Lembke era 
	"un caso privado". 
	
	 
	
	En el informe final, los investigadores 
	concluían que,
	
		
		"no existe ningún indicio que permita 
		deducir que Lembke tenía intención de perturbar el orden constitucional 
		de la República de Alemania mediante atentados o asesinatos". 
		
	
	
	El texto final se limitaba a reconocer que 
	Lembke vivía probablemente con el temor de una invasión soviética contra la 
	cual tenía intenciones de librar una 'guerra de partisanos' y concluía que,
	
		
		"el material de combate fue reunido y 
		enterrado por él a lo largo de años para realizar operaciones de 
		resistencia conforme a la hipótesis de una invasión, a la que él temía".
		[68]
	
	
	Para sorpresa general, la corte concluyó 
	finalmente,
	
		
		"que las actividades de Lembke no 
		representaban un peligro tan importante como se temió al principio. Sus 
		esfuerzos no estaban en realidad dirigidos contra el orden actual del 
		país." 
	
	
	Al mismo tiempo, el tribunal parece haber tomado 
	conciencia de la estrategia stay-behind al declarar que Lembke había 
	realizado una operación "Werwolf". 
	
	 
	
	Aquel término hacía referencia a las redes de 
	tipo stay-behind que los nazis habían dejado tras ellos en numerosos países 
	al final de la Segunda Guerra Mundial. Aquellas redes también disponían de 
	sus propios escondites secretos de armas. 
	
	 
	
	El Werwolf, criatura del folklore germánico, es 
	un ser humano que se transforma en un lobo sanguinario que ataca y mata a 
	las personas hasta que sale el sol. La corte descubrió que,
	
		
		"el guardabosque había emprendido además 
		preparativos en caso de que los comunistas llegasen al poder, para que 
		el 'Werwolf' pudiese entonces despertarse". [69]
	
	
	Ya muerto, durante su detención y en las 
	condiciones anteriormente mencionadas, Lembke no pudo comentar aquellas 
	conclusiones. 
	
	 
	
	Muchos de sus camaradas de extrema derecha 
	fueron condenados a pagar módicas multas. Entre toda la cantidad de armas 
	halladas en los arsenales subterráneos, sólo se aclaró el origen de 3 de 
	ellas. 
	
	 
	
	Provenían de una firma privada que equipaba al 
	ejército alemán y a la OTAN.
 
	
	
	
	El diputado verde 
	Manfred Such
 
	
	
	Como resultado de las conexiones con la extrema derecha y las presuntas 
	implicaciones con el atentado de Munich, Alemania enfrentó muchas 
	dificultades para investigar y aclarar su propia historia en materia de stay-behind.
	
	 
	
	El 5 de noviembre de 1990, Manfred Such, 
	diputado de Los Verdes, presentó al gobierno de Helmut Kohl un pedido 
	oficial sobre las sospechas de que existían estructuras del tipo Gladio en 
	Alemania. 
	
	 
	
	El vocero del gobierno alemán, Hans Klein, 
	provocó estupor y cólera entre los parlamentarios al declarar que,
	
		
		"el Gladio alemán no era, como se ha dicho, 
		un comando secreto o una unidad de guerrilla" y al agregar que no podía 
		entrar en detalles por razones de confidencialidad. [70]
	
	
	La declaración de Klein provocó una ola de 
	protestas en las filas de los socialdemócratas y Los Verdes de la oposición. 
	
	 
	
	El diputado Hermann Scheer, experto del 
	SPD en temas de defensa, comparó la misteriosa red de extrema derecha con 
	una especie de "Ku-Klux-Klan", más destinado a la realización de acciones 
	antidemocráticas en tiempo de paz que a actuar en caso de invasión 
	soviética. 
	
	 
	
	Con vista a aclarar completamente los hechos, 
	Scheer demandó la inmediata apertura de una profunda investigación judicial 
	al más alto nivel de la jerarquía del ejército de la sombra de la OTAN ya 
	que,
	
		
		"la existencia de una organización militar 
		armada y secreta que actúa fuera de todo control gubernamental es 
		totalmente contraria a la ley fundamental y cae, por lo tanto, en el 
		ámbito de la justicia penal". [71]
	
	
	Scheer insistía en que era urgente que se 
	realizara una investigación,
	
		
		"antes de que alguien pueda hacer 
		desaparecer las pruebas" [72]
	
	
	Las voces del SPD que exigían la apertura de una 
	profunda investigación enmudecieron de inmediato cuando se reveló que sus 
	ministros también habían participado en la conspiración. 
	
	 
	
	Ante la cercanía de las elecciones, los 
	socialdemócratas veían con temor el resultado de posibles investigaciones y 
	sólo el partido de Los Verdes, fundado en 1980, persistió en exigir 
	aclaraciones ya que, al no haber participado nunca antes en el gobierno, no 
	podía estar implicado en el asunto. 
	
	 
	
	Así que el pedido de Los Verdes de que se 
	discutiese en el Parlamento el tema del stay-behind y sus posibles vínculos 
	con el terrorismo fue rechazado por la alianza CDU/CSU-FDP-SPD, que temía un 
	escándalo de gran envergadura y que decidió por lo tanto, el 22 de noviembre 
	de 1990, que la cuestión se abordaría a puertas cerradas en el seno de la 
	PKK (Parlamentarische Kontrollkommission), la Comisión Parlamentaria de 
	Control, obligada a mantener sus debates en secreto. 
	
	 
	
	Fue en ese marco que Volker Fortsch, el 
	último director stay-behind del BND, informó que las unidades secretas iban 
	a ser desmanteladas. 
	
	 
	
	Los Verdes, que no estaban representados en 
	aquella importante comisión encargada de controlar las acciones del BND, 
	arremetieron contra ella declarando que todo el mundo sabía perfectamente 
	que la comisión acostumbraba a "cubrir más que aclarar".  [73]
	
	 
	
	Cuando algunos periodistas trataron de obtener 
	más información interrogando a Eberhard Blum, el ayudante de Gehlen y 
	director del BND entre 1983 y 1985, este respondió:
	
		
		"¿Gladio? Nunca hubo tal cosa en Alemania."
		[74]
	
	
	Los Verdes no se dieron por vencidos y 
	presentaron una nueva moción el 29 de noviembre.
	
		
		"A finales del mes de octubre, el actual 
		primer ministro italiano Giulio Andreotti confirmó en un informe al 
		Parlamento la existencia en el seno de la OTAN de un servicio 
		confidencial, conocido bajo el código de Gladio", comenzaba la moción, 
		que contenía además la siguiente interrogante:
		
			
			"¿Operó en Alemania una organización 
			supranacional de ese tipo vinculada a la OTAN?"
		
	
	
	El Dr. Lutz Stavenhaguen, miembro del 
	gobierno de Helmut Kohl y responsable del servicio de inteligencia 
	BND respondió con un breve y categórico "No".
	
	Los Verdes también querían saber:
	
		
		"¿Cuáles son la naturaleza y el contenido 
		exacto de los acuerdos que el gobierno alemán concluyó en el momento de 
		su adhesión a la OTAN o como consecuencia de ella y que autorizan las 
		acciones de tales organizaciones?"
	
	
	Nueva negativa de Stavenhaguen: 
	
		
		"El gobierno alemán no ha concluido ningún 
		acuerdo de ese tipo".
	
	
	Los diputados le preguntaron entonces:
	
		
		"¿Cuál es la naturaleza exacta de las 
		relaciones que ha mantenido o que mantiene la OTAN con ese servicio 
		secreto que operó en Alemania y/o en otros países de la OTAN?".
	
	
	Respuesta de Stavenhaguen: 
	
		
		"Dada la respuesta a la primera pregunta, 
		esta otra es inútil."
	
	
	Los Verdes acabaron por preguntar:
	
		
		"Estará dispuesto el gobierno a informar 
		detalladamente y por propia iniciativa a esta asamblea en cuanto 
		disponga de información pertinente? Y si no lo está, ¿por qué?"
	
	
	Respuesta: 
	
		
		"Sólo será posible responder a esta pregunta 
		cuando esos documentos estén disponibles. La respuesta depende, en 
		efecto, de las condiciones que rodeen la obtención de esos documentos."
		[75]
	
	
	Los Verdes estaban furiosos pero nada podían 
	hacer. 
	
	 
	
	El gobierno del canciller cristianodemócrata 
	Helmut Kohl, en funciones desde 1982, había preferido responder con una 
	serie de mentiras antes que poner en peligro sus posibilidades en las 
	primeras elecciones nacionales de la Alemania reunificada, que tendrían 
	lugar el 2 de diciembre de 1990 con la victoria de Kohl.
	
	Inmediatamente después de aquellas elecciones, el lunes 3 de diciembre de 
	1990, Lutz Stavenhaguen envió a todos los medios de difusión un fax 
	titulado: "Informe del Gobierno sobre la organización Stay-behind del BND". 
	
	 
	
	Contradiciendo sus declaraciones anteriores, 
	aquel informe confirmaba que una red secreta stay-behind vinculada a la OTAN 
	había existido en Alemania:
	
		
		"las unidades constituidas en territorio 
		alemán hasta 1955 por los servicios secretos aliados con vista a recoger 
		información y organizar operaciones de evacuación están bajo control del 
		BND desde 1956."
	
	
	El gobierno confirmaba también que el ejército 
	secreto se mantenía activo, aunque precisaba que el 22 de noviembre se había 
	informado a la Comisión Parlamentaria de Control de los detalles 
	importantes:
	
		
		"En este momento 104 personas colaboran con 
		el BND en el marco de la operación stay-behind."
	
	
	El informe concluía:
	
		
		"Teniendo en cuenta la evolución de la 
		situación política mundial, el BND comenzó desde el verano de 1990 a 
		estudiar el desmantelamiento de la organización stay-behind. En base a 
		acuerdos concluidos con los socios aliados, ese desmantelamiento 
		comenzara hacia abril de 1991." [76]
	
	
	Mientras el BND garantizaba al público que el 
	ejército secreto había sido disuelto y que los arsenales clandestinos en el 
	país habían sido desmantelados, el tema volvió a salir a la palestra el 17 
	de agosto de 1995. 
	
	 
	
	Aquel día, Peter Naumann, un neonazi de 
	43 años con conocimientos de química y experto en explosivos guiaba, ante 
	las cámaras, a un grupo de atónitos policías hasta el emplazamiento de no 
	menos de 13 escondites que, según sus declaraciones, él mismo había 
	preparado en Baja Sajonia y en Hesse durante los últimos 17 años. 
	
	 
	
	En aquellos depósitos había armas, municiones y 
	unos 200 kilogramos de explosivos. 
	
	 
	
	Naumann confesó a los policías que era amigo de 
	Lembke y que la mayoría de aquellas armas y explosivos venían de las 
	reservas de este último. [77]
	
	Resulta sorprendente comprobar que, a pesar de la presencia de terroristas 
	neonazis en sus filas y de su supuesta implicación en atentados terroristas 
	de extrema derecha, el ejército secreto alemán no fue objeto de ninguna 
	investigación parlamentaria, con excepción de un informe oficial bastante 
	detallado.
	
		
		"En materia de transparencia democrática, 
		Alemania clasifica en el último lugar entre todos los países europeos", 
		concluyó el periodista investigador Leo Muller en un breve libro 
		publicado en los primeros tiempos del escándalo sobre el Gladio 
		[78]. 
	
	
	Aunque otros periodistas, como Ulrich Stoll, 
	reportero de la ZDF, investigaron sobre el Gladio en Alemania, el tema está 
	lejos de estar agotado. 
	 
	
	Cuando se tuvo acceso a informes desclasificados 
	de la Stasi, en 2002, Stoll declaró: 
	
		
		"Las investigaciones sobre el Gladio pueden 
		reanudarse." [79]
	
	
	 
	
	 
	
	 
	
	Referencias
	
		
		[1] Para profundizar en el debate sobre los 
		verdaderos autores del incendio del Reichstag, ver Der Reichstagsbrand. 
		Wie Geschichte gemacht wird, de Alexander Bahar y Wilfried Kugel, (Quintessenz 
		Verlag, Berlín, 2000).
		
		[2] Bericht der Bundesregierung über die Stay-Behind Organisation des 
		Bundesnachrich tendienstes. Documento de 4 páginas redactado en Bonn por 
		Lutz Stavenhagen el 3 de diciembre de 1990. En el presente trabajo se 
		mencionará en lo adelante ese documento bajo la denominación de Informe 
		alemán de 1990 sobre el stay-behind.
		
		[3] Publicación francesa Intelligence Newsletter, 19 de diciembre de 
		1990.
		
		[4] Publicación británica Searchlight, enero de 1991.
		
		[5] Luego de ser extraditado desde Bolivia (en 1983), Klaus Barbie fue 
		juzgado en la ciudad francesa de Lyon, en 1967, y condenado a cadena 
		perpetua por crímenes contra la humanidad. Murió de cáncer en la cárcel, 
		4 años después del juicio. (Nota del editor)
		
		[6] Christopher Simpson, Blowback: America’s Recruitment of Nazis and 
		Its Effects on the Cold War (Weidenfeld y Nicolson, Londres, 1988), 
		Prólogo. Es importante resaltar que la prensa estadounidense siguió la 
		misma estrategia de disimulación que el Departamento de Justicia y 
		mencionó aquello como una excepción. Por ejemplo, la agencia 
		estadounidense UPI (United Press International) tituló al día siguiente: 
		'Barbie, la excepción, no la regla”. Y la cadena de televisión ABC 
		invitó a su edición nocturna a Allan Ryan quien explicó que Estados 
		Unidos había "reclutado a Barbie de buena fe, sin saber el papel que 
		había desempeñado en Francia… [y que] su caso no tenía nada de 
		significativo». Respondiendo a las preguntas de los periodistas, Ryan 
		prosiguió diciendo que era "altamente improbable que otros dignatarios 
		nazis se hayan beneficiado con el mismo grado de confianza que Barbie… y 
		que el caso [estaba] por lo tanto cerrado" (ibid.).
		
		[7] Simpson, Blowback, p.44.
		
		[8] Ibid., p.42.
		
		[9] Ibid., p.40.
		
		[10] Allan Francovich, Gladio: The Ringmasters. Primero de los 3 
		documentales de Francovich dedicados al Gladio, transmitido el 10 de 
		junio de 1992 por BBC2.
		
		[11] Ibid.
		
		[12] Publicación británica Searchlight, enero de 1991.
		
		[13] Ibid.
		
		[14] Leo Muller, Gladio. Das Erbe des Kalten Krieges. Der NATO 
		Geheimbund und sein deutscher Vorläufer (Rowohlt, Hamburgo, 1991), p.72. 
		Con este libro, publicado en los primeros momentos del escándalo sobre 
		el Gladio, el periodista alemán Leo Muller es probablemente quien ha 
		presentado la mejor descripción de lo sucedido en Alemania en 1952. El 
		fragmento sobre el testimonio de Hans Otto figura en el informe BDJ-TD 
		que el gobierno local de Hesse publicó a raíz del escándalo.
		
		[15] Dieter von Glahn, Patriot und Partisan für Freiheit und Einheit (Grabert, 
		Tubingen, 1994), p.58.
		
		[16] Otros campamentos militares, como el centro de entrenamiento de las 
		unidades paracaidistas situado cerca de Altenstadt, en Baviera, fueron 
		utilizados para el entrenamiento de las unidades stay-behind alemanas. 
		Ver Erich Schmidt Eenboom, Die 'Graue' und die 'Rote' Hand. 
		Geheimdienste in Altenstadt, años 1990. No publicado.
		
		[17] Muller: Gladio, p.123.
		
		[18] Ibid., p.124, citando el informe BDJ-TD.
		
		[19] Ibid., citando el informe BDJ-TD.
		
		[20] Ibid., p.130, citando el informe BDJ-TD.
		
		[21] Ibid., p.128, citando el informe BDJ-TD.
		
		[22] Ibid., p.129 et 130, citando el informe BDJ-TD.
		
		[23] Ibid., p.133.
		
		[24] Simpson, Blowback, p.181. Y Jens Mecklenburg (ed.), Gladio: Die 
		geheime Terrororganisation der Nato (Elefanten Press, Berlín, 1997), 
		p.74. Mecklenburg fue uno de los primeros en tomar conciencia, después 
		de 1995, de las considerables implicaciones del fenómeno Gladio y en 
		publicar en Europa varios ensayos sobre ese tema.
		
		[25] Muller: Gladio, p.94, citando el informe BDJ-TD.
		
		[26] Ibid., p.107, citando el informe BDJ-TD.
		
		[27] Ibid., p.136 y 143.
		
		[28] William Blum, Killing Hope. US Military and CIA interventions since 
		World War II (Common Courage Press, Maine, 1995). En la página 64 de su 
		profunda investigación sobre la CIA, Blum señala con toda razón que "esa 
		operación en Alemania… formaba parte de una red mucho más amplia, cuya 
		designación codificada era 'Operación Gladio”, creada por la CIA y otros 
		servicios de inteligencia europeos y que contaba con ejércitos secretos 
		en toda Europa Occidental».
		
		[29] Discurso de Zinn ante el Landtag (Parlamento régional) de Hesse, 
		pronunciado el 8 de octubre de 1952. Transcripción en Muller, Gladio, 
		p.146–152.
		
		[30] Citado en Glahn, Patriot, p.67. El agente del TD Glahn calificó 
		aquella declaración del estadounidense como "insultante hacia el TD».
		
		[31] Titulado Der Technische Dienst des Bundes Deutscher Jugend (El TD 
		del BDJ), el informe sobre la investigación, presentado en 1953 por el 
		ministro del Interior de Hesse, contaba 3 volúmenes: un largo desarrollo 
		de 121 páginas (primer volumen) y dos apéndices, uno de 200 páginas y el 
		otro de 300 con copias de cartas, de registros, de informes y decisiones 
		(volúmenes 2 y 3). Sin quitar mérito a los trabajos realizados en 
		Bélgica, Suiza e Italia, puede considerarse que el Informe sobre el BDJ-TD 
		es quizás la única investigación satisfactoria realizada después del 
		descubrimiento de una red stay-behind del Gladio.
		
		[32] Allan Francovich, Gladio: The Ringmasters. Primero de los 3 
		documentales de Francovich dedicados al Gladio, transmitido el 10 de 
		junio de 1992 por BBC2.
		
		[33] Publicación política austriaca Zoom, n°4/5, 1996: Es muss nicht 
		immer Gladio sein. Attentate, Waffenlager, Erinnerungslücken, p.97. Y 
		Klaus Harbart : "Gladio -  ein Schwert in rechter Hand», en Der 
		Rechte Rand, n°10, enero de 1991, p.4.
		
		[34] Glahn: Patriot, p.41–42.
		
		[35] Ibid., p.43–47.
		
		[36] Simpson, Blowback, p.260.
		
		[37] Sin autor especificado, "Schnüffler ohne Nase. Die Pannen und 
		Pleiten des Bundesnachrichtendienstes in Pullach" en el semanario 
		informativo alemán Der Spiegel, n°17, 1995.
		
		[38] Informe alemán de 1990 sobre el stay-behind.
		
		[39] Muller, Gladio, p.109.
		
		[40] Glahn, Patriot, p.48.
		
		[41] Ibid., p.74.
		
		[42] Informe alemán de 1990 sobre el stay-behind.
		
		[43] Ibid.
		
		[44] Ibid.
		
		[45] Ibid.
		
		[46] Mecklenbrug, Gladio, p.64.
		
		[47] Semanario británico The Economist, 27 de octubre de 1990.
		
		[48] Sin autor especificado, "Schnüffler ohne Nase. Die Pannen und 
		Pleiten des Bundesnachrichtendienstes in Pullach" en el semanario 
		informativo alemán Der Spiegel, n°17, 1995.
		
		[49] Muller, Gladio, p.20. Y Erich Schmidt Eenboom, Schnüffler ohne Nase. 
		Der BND. Die unheimliche Macht im Staate (Econ Verlag, Dusseldorf, 
		1993), p.376.
		
		[50] Diario británico The Observer, 6 de diciembre de 1990.
		
		[51] MfS Hauptabteilung III. Report of General Major Männchen to Genosse 
		Generalleutnant Neiber, Berlín, 3 de agosto de 1984. Desclasificado.
		
		[52] MfS Hauptabteilung III. Report of General Major Männchen to Genosse 
		Generalleutnant Neiber, Berlín, 6 de noviembre de 1984. Desclasificado.
		
		[53] MfS Streng Vertraulich. Information G/02069/13/02/84. Relevante 
		Funkverbindungen von Sonderagenten und der Partnerdienste des BND sowie 
		der NATO Geheimdienste. Desclasificado.
		
		[54] MfS Hauptabteilung III. Schnellautomatische Funksendungen im 
		Funknetz der Ueberrollagenten des BND mit einer neuen 
		Uebertragungsapparatur. Berlín, 22 de mayo de 1984. Desclasificado.
		
		[55] MfS Hauptabteilung III. Gegenwärtiger Stand bei der Bearbeitung des 
		Funkverbindungssystems des BND zu Ueberrollagenten. Berlin, 5 de julio 
		de 1985. Desclasificado.
		
		[56] Informe alemán de 1990 sobre el stay-behind.
		
		[57] Anónimo. Publicación austriaca Oesterreichische Militärische 
		Zeitschrift, n°2, 1991, p.123.
		
		[58] Jonathan Kwitny, "The CIA’s Secret Armies in Europe" en The Nation, 
		6 de abril de 1992, p.446.
		
		[59] Mecklenburg, Gladio, p.78.
		
		[60] Klaus Harbart, "Gladio -  ein Schwert in rechter Hand" en Der 
		Rechte Rand, n°10, enero de 1991, p.5.
		
		[61] Diario alemán Süddeutsche Zeitung del 27 de septiembre de 1996.
		
		[62] Mecklenburg, Gladio, p 82.
		
		[63] Ibid.
		
		[64] Transcripción de las sesiones del Parlamentp alemán. Deutscher 
		Bundestag.
		
		[65] Fragmento de Mecklenburg: Gladio, p.79.
		
		[66] Klaus Harbart, "Gladio -  ein Schwert in rechter Hand" en Der 
		Rechte Rand, n°10, enero de 1991, p.5.
		
		[67] Ibid.
		
		[68] Ibid., p.6.
		
		[69] Mecklenburg, Gladio, p.83.
		
		[70] Presse- und Informationsamt der Bundesregierung. Pressemitteilung 
		N°455/90, de Hans Klein, 14 de noviembre de 1990. Ver también Muller, 
		Gladio, p.30.
		
		[71] Fragmento de Muller, Gladio, p.14.
		
		[72] Sin autor especificado, "Das blutige Schwert der CIA. Nachrichten 
		aus dem Kalten Krieg: In ganz Europa gibt es geheime NATO Kommandos, die 
		dem Feind aus dem Osten widerstehen sollen. Kanzler, 
		Verteidigungsminister und Bundeswehrgenerale wussten angeblich von 
		nichts. Die Spuren führen nach Pullach, zur ‘stay-behind organisation’ 
		des Bundesnachrichtendienstes" en el semanario informativo alemán Der 
		Spiegel, 19 de noviembre de 1990.
		
		[73] Ibid.
		
		[74] Mecklenburg, Gladio, p.48.
		
		[75] "Kleine Anfrage der Abgeordneten Such, Frau Birthler, Hoss, Frau Dr 
		Vollmer und der Fraktion DIE GRUENEN. Tätigkeit eines NATO-Geheimdienstes 
		auch in der Bundesrepublik Deutschland?» Drucksache 11/8452. Inklusive 
		Antworten von Dr Lutz G. Stavenhagen, MdB, Staatsminister beim 
		Bundeskanzler, Beauftragter für die Nachrichtendienste. Bonn, 30 de 
		noviembre de 1990.
		
		[76] Informe alemán de 1990 sobre el stay-behind.
		
		[77] Publicación política austriaca Zoom, n°4/5, 1996: "Es muss nicht 
		immer Gladio sein. Attentate, Waffenlager, Erinnerungslücken», p.110. Y 
		Reuters, 17 de agosto de 1995.
		
		[78] Muller, Gladio, p.19.
		
		[79] Ulrich Stoll, Gladio: Späte Spuren einer NATO-Geheimarmee, en 
		Thomas Leif (ed.), Mehr Leidenschaft Recherche. Skandal-geschictehn und 
		Enthüllungsberichte. Ein Handbuch zur Recherche und 
		Informationsbeschaffung (Westdeutscher Verlag, Wiesbaden, 2003), p.184.
	
	
	
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