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17 Agosto 2016

Extractos de 'Láser en Sintergética' de Jorge Carvajal
 

 

 

 

 

 


Las reacciones químicas, las comunicaciones celulares y las transferencias de energía, se acompañan todas de intercambios de luz.

 

Flashes de fotones coherentes a ritmos específicos constantes, constituyen el lenguaje de la luz entre las células. A la dimensión de las células, la luz solar se vuelve coherente y, en el nivel nuclear, el ADN pareciera comportarse como un almacenador de fotones.

 

Nuestro cuerpo todo es como una pantalla donde se forman hologramas que reflejan la interacción de fotones coherentes.

 

Hologramas dentro de hologramas mayores, las células, los tejidos y los órganos forman sistemas de sistemas interconectados por la luz a la luz del universo.

 

Participando de los procesos cruciales de nuestra biología, emisiones ultra-débiles de fotones juegan un rol crucial en los procesos de multiplicación celular. Nunca antes como hoy, tuvo la medicina la oportunidad de saltar a otra dimensión que la libere de la fría prisión de las moléculas.

 

Nunca como hoy, pudo el hombre nacer a la medicina del campo biológico, allí donde hologramas vivos de los órganos nos permiten interactuar, sin interferirlos, con los delicados procesos de la fisiología.

 

Nunca como hoy, tuvimos la oportunidad de restaurar la visión de la unidad, revelando cómo lo que una vez dividimos, es en realidad indivisible y sencillo.

 

Nunca como ahora mismo, habíamos tenido la oportunidad de encontrar, más allá de la química, la física sutil de la luz en los tejidos vivos.

 



LA LUZ EN EL CORAZÓN DE LA VIDA

De información electromagnética y comunicación intercelular

La luz de baja intensidad emitida por las células es un fenómeno universal, cuyo reconocimiento es hoy esencial para la comprensión de los principios mayores de la evolución biológica.

 

A través de su estudio, podemos encontrar explicaciones en el campo del influjo del medio ambiente electromagnético sobre la evolución de la vida, la división celular y el cáncer, la investigación farmacológica, la nutrición, etc.

Ha llegado, por tanto, el tiempo de poner fin a la disociación entre biología y física:

Además de ser fundamental para toda forma de vida sobre la tierra, la luz juega también un rol central en los procesos moleculares invisibles, excitando las moléculas y modificando sus niveles energéticos, lo que hace posible gran cantidad de reacciones bioquímicas.

 

También en el microcosmos molecular la evolución es un intercambio de luz:

Las reacciones químicas sólo son posibles a partir de estados electrónicos activados que implican la liberación y el intercambio de fotones.

Podemos decir hoy que las características esenciales de la vida no dependen sólo de procesos metabólicos, que representan intercambios de materia y energía, sino también de intercambios y transferencias de información, por lo que ya no es suficiente con detenerse en los detalles concernientes a la transferencia de informaciones bioquímicas, como por ejemplo las hormonas, o en la transferencia de informaciones biofísicas habituales, como diferencias de potencial y gradientes de concentración.

 

Los problemas de recepción, transferencia, almacenamiento y procesamiento de informaciones biológicas, tanto en las células aisladas como en los organismos, han asumido para la ciencia de hoy una importancia crucial. [1]

El espectro de absorción y emisión de ondas electromagnéticas abarca en los sistemas vivos un amplio rango de amplitudes y de frecuencias.

 

Este dominio se extiende desde menos de 1 hertz hasta más allá de 10 a la quince hertz, presentándose resonancias globales e inespecíficas para las frecuencias más bajas y resonancias más individuales y específicas para las frecuencias más altas:

son las reacciones sensibles de los organismos vivos frente a exposiciones a ondas electromagnéticas de frecuencias bien determinadas.

Parece que las longitudes de onda más largas son activas sobre superficies mayores como las de los órganos, y que las longitudes de onda más cortas, intervienen a distancias más reducidas, como células y moléculas.

En los vertebrados superiores se pueden obtener poderosos efectos con frecuencias comprendidas entre 1 y 100 hertz.

 



LA LUZ EN LA TRANSFERENCIA DE INFORMACIONES BIOLÓGICAS
LA RADIACIÓN FOTÓNICA ULTRATENUE - EL MÍNIMO COMÚN DENOMINADOR DE LA EVOLUCIÓN BIOLÓGICA

"Las células vivas emiten normalmente una corriente fotónica constante.

 

Esta corriente se modifica de modo abrupto cuando un virus penetra en las células: exaltación de radiación-silencio-nueva exaltación y después extinción progresiva de la radiación en ondas múltiples hasta la muerte de las células.

 

Esto recuerda casi la crisis de dolor de un animal". [2]

Más allá de la biología molecular, es cada vez más creciente la evidencia científica de comunicación intercelular a través de la bio-información electromagnética.

La radiación fotónica ultra-tenue se revela como un común denominador en todos los seres vivos, en los que se manifiesta bajo la forma de emisiones ultra-débiles de fotones, que tienen un valor de comunicación por emitirse a ritmos específicos constantes.

 

Estas emisiones, que se constituyen en el sustrato portador fundamental de informaciones biológicamente significativas, han sido descritas en la bio-física desde comienzos del siglo XX, pero sólo se ha reconocida su ubicua importancia en toda la biología a partir de los avances en las técnicas de detección de bio-fotones .

En 1922 el biofísico ruso Alexander Gurwitsch observa que al aproximar raicillas de una cebolla al tallo de otra planta de cebolla, se induce en ésta un aumento de la división celular reconocida al microscopio por un aumento de la mitosis.

 

Este efecto es bloqueado al recubrir las plantas con tubos de vidrio, pero se presenta nuevamente cuando se introducen las plantas en tubos de cuarzo.

 

Sabemos bien que el vidrio absorbe la radiación ultravioleta, mientras que el cuarzo la deja pasar, lo cual significa que las raicillas inductoras del proceso de mitosis emiten una radiación en el rango ultravioleta absorbida por las células de la segunda planta de cebolla.

 

En esta experiencia queda descartado el influjo directo de mediadores químicos, lo cual permite lanzar por primera vez la revolucionaria hipótesis de la acción de la luz (en este caso luz invisible. por estar situada en el rango ultravioleta del espectro) sobre el cerebro ordenador de la multiplicación celular:

el ADN.

En efecto, éste presenta un espectro de absorción y emisión en el rango ultravioleta, en las bandas de 400 y 250 nanómetros. Gráfica.

En 1954, los italianos L. Colli y U. Facchini pudieron constatar, sin lugar a dudas, que las semillas de cereales germinados emiten luz. Los componentes luminosos que observaron se distribuían de la zona verde a la zona roja del espectro

En 1971, el Nobel de Física Denis Gabor, descubridor del principio de la holografía, pudo reproducir minuciosamente en los laboratorios Siemens de Berlín los resultados de las experiencias de Gurwitsch, estableciendo al mismo tiempo que los fotones aislados pueden desencadenar la multiplicación celular.

La propiedad de conversión fotón-fonón de la melanina (un polímero de dopamina sensible a la luz y responsable de la pigmentación de la piel y el color de los ojos) da cuenta de cómo una vibración electromagnética (fotón) puede convertirse en una vibración acústica, de menor velocidad (fonón).

 

Un fenómeno de resonancia entre la melanina de la piel y la neuromelanina situada en los circuitos más críticos del sistema nervioso central, puede dar cuenta de la transferencia de la información de la luz hasta el cerebro, y su subsecuente efecto sobre el comportamiento.

No de otra manera pudiera explicarse el significativo efecto terapéutico de la utilización de un láser infra-rojo de débil intensidad, modulado a muy bajas frecuencias, que por más de dos décadas hemos utilizado en el campo de la bioenergética médica.

S. Stschurin, V.P. Kaznatchejev y L. Michailova, científicos soviéticos, confirmaron en más de 5000 experimentos que las células vivientes transmiten informaciones por intermedio de fotones y, en particular, por la luz comprendida en la banda de radiaciones ultra-violeta.

Describen esta experimentación de la manera siguiente:

"Las células, inmersas en una solución nutritiva, viven en dos balones de cuarzo.

 

Los recipientes se tocan por la pared. Uno de los cultivos celulares es contaminado por un virus: prácticamente al mismo tiempo las células de la colonia contigua se enferman también.

 

El mismo fenómeno se produce cuando las células son destruidas por dosis de radiación ultravioleta o son envenenadas.

 

En cada experiencia, las células del recipiente vecino se enferman también y presentan los mismos síntomas aún cuando están aisladas por las paredes de cuarzo.

 

Solamente cuando se utiliza vidrio las células son protegidas de la transferencia de acción patógena. No puede tratarse aquí de los productos químicos o los virus introducidos en el primer cultivo.

 

Estos no han sido tampoco encontrados en el cultivo vecino…"

Simón Stschurin declara a propósito de las posibilidades que este descubrimiento ofrece a la medicina:

" Las células afectadas por diferentes enfermedades presentan características de radiación diferentes. Estamos convencidos de que los fotones tienen la capacidad de informarnos precozmente la presencia de un virus, aún antes del comienzo del proceso citopático".

A. Popp bio-físico alemán, y autor de numerosas comunicaciones científicas a propósito de los bio-fotones, ha confirmado en sus investigaciones que la luz, fuente fundamental de energía, es la base de todos los procesos vitales.

 

En su modelo, respaldado hoy por investigaciones de numerosos autores en el mundo, los cuantos de luz (fotones) representan un motor de procesos biológicos fundamentales como la evolución, el desarrollo, la diferenciación, y la degeneración celular.


Popp confirma que la célula emite radiación electromagnética coherente. La coherencia da a esta radiación la propiedad de resonancia y el extraordinario poder energético del láser.

 

Sus experimentos demuestran que este efecto láser proviene de una resonancia entre los fotones (de una emisión de luz exterior) y un campo electromagnético emitido por el ADN, pudiendo manifestar sus efectos a distancia, lo que lo distingue de las reacciones químicas.

En el marco de esta corriente fotónica celular se ha constatado además que :

  • Las radiaciones de las células próximas a su muerte se intensifican antes de extinguirse definitivamente.
     

  • La lesión suministrada a cualquier planta hace que la radiación celular aumente en otras plantas, aún alejadas.

Los procesos de reparación del ADN lesionado se relacionan con la foto-reparación o foto-reactivación, fenómeno experimentalmente establecido por el cual los daños genéticos de las células y las formaciones celulares, cualquiera que haya sido el modo en que se provocaron, se reparan prácticamente siempre en algunas horas, cuando son irradiados por una débil radiación ultravioleta de una banda espectral particular (alrededor de 400 nanómetros de longitud de onda.)

 

Descubierta primitivamente en las bacterias, esta reparación gracias a la luz ha sido luego puesta en evidencia sobre los organismos superiores y finalmente en el ser humano. [3]

 

Es importante reconocer que la frecuencia foto-reparadora está en la misma banda espectral de la radiación ultravioleta en la que se manifiestan las interacciones patológicas de la luz, lo cual nos puede introducir al principio terapéutico de la resonancia cuando se utiliza un haz de fotones de frecuencia particulares para eliminar el ruido en un sistema orgánica (este es uno de los principios del la técnica de desparasitaje a través de frecuencias específicas de radiación láser ultratenue.)

La luz tiene una acción sanadora. Porque es quizás de luz la sustancia de la sustancia. La vida misma está en un estado metaestable, lejos del equilibrio térmico.

 

Es un sistema abierto para procesar la luz.

Toda vida procesa la luz, enriquece la luz, y regala su luz como ofrenda.

La materia inerte es luz dormida. La luz es materia viva, despierta.

De luz son tus moléculas y tus pensamientos

El agua del océano de la creación es sustancia- luz.

 



DIMENSIONES CLÍNICAS DE LA LUZ

Todo pulsa. Esto significa que todo vibra en rangos de frecuencias que expresan la cualidad o capacidad de comunicación de un sistema.

 

Los patrones vibratorios de éste pueden entrar en resonancia con frecuencias similares de otros sistemas, lo cual permite la comunicación, y el cambio en el patrón de información original.

 

Todos los lenguajes implican códigos de comunicación que a su vez están determinados por resonancias. Esto permite comprender la utilidad de estímulos discontinuos en la terapéutica, que entran en resonancia con las frecuencias o pulsos de la energía biológica.

Los estímulos continuos no tienen la misma capacidad de desencadenar respuestas biológicas que los estímulos discontinuos, pues los organismos vivos se caracterizan por ventanas biológicas de emisión y recepción de señales pulsadas.

 

Corrientes continuas y alternas, campos magnéticos constantes o pulsados y aún la aplicación de luz tienen de tal forma un efecto biológico diferente.

Cuando se pulsa la luz, se encuentran patrones de respuestas biológicas que corresponden a secuencias bien determinadas.

 

En general las frecuencias muy bajas, situadas por debajo de 100 ciclos por segundo, pueden desencadenar una respuesta biológica significativa, lo cual tiene sentido si consideramos que el campo magnético terrestre, lejos de ser constante, está oscilando y los principales componentes de esta oscilación se encuentran por debajo de treinta ciclos por segundo (30 hertz).

 

Entre los 7 y los 10 Hz hay un pico de emisión que corresponde a las conocidas ondas alfa.

En los albores de la aurículo-medicina, y utilizando el VAS [4] como herramienta diagnóstica, Paul Nogier (padre de la auriculo-terapia y la auriculo-medicina) utilizó diferentes intensidades de luz continua para determinar un patrón de reacción que sigue una curva característica en la piel sana.

 

Posteriormente utilizó un diodo de luz roja modulada a bajas frecuencias, para explorar la respuesta dérmica a la luz. Constató que diferentes regiones de la dermis generaban patrones de reacción diferentes según el tipo de frecuencia utilizada.

 

Hay patrones de intensidad que de todas maneras, en condiciones normales, van a dar una respuesta expresada en un cambio en el patrón del pulso arterial a la estimulación luminosa, dependiendo de la intensidad, y de la longitud de onda de la luz utilizada.

Diferentes investigaciones pudieron revelar la sensibilidad de la piel a la luz, especialmente cuando ésta era pulsada.

 

Así, en conejos vendados pudo establecerse, en un tiempo en el que poco se sabía de la melatonina y la melanina, una respuesta biológica significativa a la luz pulsada, caracterizada por cambios en la concentración de catecolaminas plasmáticas.

 

Si bien estas experiencias constituyen apenas un preámbulo de la naciente ciencia de la fotobiología, son el punto de partida de una riquísima experiencia clínica que tiene luego su punto culminante en la utilización del soft laser en los protocolos terapéuticos de la auriculo-medicina.

Como elemento diagnóstico y terapéutico la utilización de la luz es apenas un capítulo del bio-electromagnetismo, una de las fronteras de la ciencia de hoy.

 

Aunque la luz pulsada fue utilizada inicialmente con fines diagnósticos, muy pronto pudimos constatar que su empleo en ventanas críticas de intensidad y de frecuencia podría convertirla en un precioso instrumento terapéutico.

 

Y el factor crítico para que esta posibilidad terapéutica se expresara era, más que la intensidad, la modulación de la luz, o secuencia de encendidos y apagados. Es la cualidad de la información suministrada más que la cantidad de energía introducida en el sistema lo que genera las respuestas terapéuticas más significativas.

Empezamos a vislumbrar un lenguaje biológico, la posibilidad de dialogar con los tejidos a través de detección de frecuencias por resonancias constatadas al VAS, pero más importante aún, a constatar efectos clínicos sorprendentes sin efectos secundarios.

 

A pequeños estímulos grandes respuestas.

 

Verdaderas cascadas de información biológica desencadenaban cambios fisiológicos que en el curso de los años nos permitieron afinar las diferentes frecuencias del soft-laser o láser blando en los protocolos clínicos propuestos en este documento.

 



FOTOBIOLOGÍA Y FOTO-REACTIVIDAD DEL ORGANISMO HUMANO


La foto-estimulación puede modificar las respuestas fisiológicas.

 

Los estímulos luminosos tienen muy diferentes efectos según sean continuos o discontinuos. Igualmente las reacciones del organismo varían según la longitud de onda, lo que explica la acción diferencial de los estímulos cromáticos ya descritos desde la antigüedad en la práctica de la cromoterapia.

La foto-sensibilidad dérmica es una de los fundamentos de la aurículo-medicina y sus técnicas descritas por la escuela francesa de Paul Nogier.

 

Esta foto-sensibilidad cutánea es la expresión particular de un fenómeno más global que permite que todos los tejidos sean sensibles a la luz:

la sensibilidad de la red etérica a diferentes rangos de frecuencias electromagnéticas, en los que la luz visible es apenas una pequeña ventana.

Esta red etérica, sirve de molde a toda organización tisular, lo cual significa que el mismo patrón de organización arquetípico que establece la conformación de un tejido, es sensible a diferentes frecuencias lumínicas selectivas.

 

Esto se puede constatar por las respuestas diferenciales al pulso (VAS+) de estímulos que no tocan la piel.

 

La foto-sensibilidad del revestimiento cutáneo no es la única vía a través de la cual los estímulos luminosos son procesados, para desencadenar respuestas fisiológicas.

 

Esto nos plantea la necesidad de considerar sistemas de transferencias de señales biológicas que incluyen el nivel molecular pero que no se reducen al mismo. Veremos en el documento relativo al sistema de conducción de señales, que el bioplasma y la red etérica holográfica que rodean los organismos vivos son también sensibles a la luz.

 

Eso nos explica el porqué debilísimas señales que no representan el más mínimo efecto térmico sobre los tejidos pueden provocar reacciones fisiológicas considerables, aplicables en la terapéutica.


 


FOTO-SENSIBILIDAD DÉRMICA

Cuando una radiación electromagnética entra en contacto con un material, parte de la energía es absorbida generando, según su intensidad, un efecto térmico; otra parte de la energía lumínica puede ser reflejada y aún una parte puede pasar sin interferencia.

 

La curva de absorción de la luz por los tejidos puede variar en función de su vitalidad.

 

Así por ejemplo los tejidos cancerosos muestran un tipo de curva que revelan su incapacidad para reabsorber o retroalimentarse de su propia emisión. [5]

La foto-sensibilidad, característica esencial de moléculas cruciales en la Biología como los pigmentos (clorofila, hemoglobina, porfirinas) es necesaria para la germinación y crecimiento del reino vegetal.

 

La semilla a través de fitocromos específicos de estructura proteica revela una finísima sensibilidad diferencial a la radiación roja e infrarroja, de tal forma que en presencia de los infra-rojos más cálidos, se desencadena una respuesta que activa y promueve la germinación.

 

El predominio de la radiación roja frena este mismo proceso biológico.

 

El tallo rico en pigmentos carotenoides es sensible a la luz azul, y la ausencia o presencia de esta luz determina la movilización de auxinas que actúan desencadenando con su presencia un crecimiento diferencial que permite la orientación del tallo hacia la luz.

 

La presencia de estas mismas auxinas en la flor determina, según su localización, el que la flor crezca del centro a la periferia, abriéndose, o de la periferia al centro, cerrándose, según la recepción de luz mediada por otros pigmentos, los flavonoides.

Si estudiamos la estructura de estos pigmentos orgánicos llegamos a los dobles enlaces de anillos aromáticos cuya oscilación electrónica a través del cambio de posición de los dobles enlaces nos permite explicar el fenómeno de resonancia con frecuencias cromáticas específicas y el proceso de absorción de una parte del espectro luminoso y la reflexión de otra parte.

 

Es bien interesante asociar este proceso de absorción-reflexión con el hecho de que el organismo no sólo parece absorber el color sino que al mismo tiempo como reacción frente al estímulo cromático pareciera generar la frecuencia o color complementario.

 

Pareciera que a nivel del color opera la misma ley física de acción y reacción, en la que a un estímulo dado se genera una respuesta de intensidad similar pero en dirección opuesta.

 

En este caso la dirección opuesta estaría en relación con la polaridad cromática complementaria, de tal forma que a un estímulo rojo, el organismo opondría una reacción en la gama del verde, y, así mismo, el naranja produciría azul y el amarillo, índigo.

La comprensión de este tipo de procesos es importante para resolver la aparente contradicción que existe en las propuestas de cromoterapia, pues en éstas el tiempo de aplicación juega un rol esencial.

 

Cuando los tiempos son cortos, mas que por la acción, el efecto es explicado por la reacción del organismo:

  • el rojo actuaría como verde

  • el naranja como azul

  • el amarillo como índigo

Un estímulo rojo que normalmente crearía un efecto de tonificación y congestión utilizado por un tiempo prolongado, produce durante corto tiempo (un estímulo no mayor de treinta segundos) un efecto descongestionante y anti-inflamatorio.

 

En cambio, una acción o estímulo prolongado fatiga la reacción biológica y termina imponiéndose.

En general los estímulos electromagnéticos propuestos en la bioenergética deben su efecto, mas que al estímulo mismo, al tipo de reacción complementaria provocada en el organismo. Su efecto es en cierta forma catalítico, promoviendo cascadas de reacciones biológicas más que imponiendo una información.

 

Es una especie de homeopatía electromagnética .

 

 


RADIACIONES LUMINOSAS EN LA PRACTICA CLÍNICA

La luz blanca y la luz polarizada desencadenan respuestas inespecíficas o globales, mientras que la luz filtrada a través de filtros cromáticos desencadena respuestas mucho más precisas.

 

La piel no sólo es sensible a la luz sino que la percibe, la procesa y la transfiere, desencadenando respuestas que se expresan más allá del nivel local.

Recordemos que la luz visible representa una pequeña octava del espectro electromagnético global, y que como radiación electromagnética está determinada por su longitud de onda, su frecuencia expresada en Hertz y su amplitud que expresa su intensidad.

 

La radiación luminosa comprende el conjunto de radiaciones cuyas longitudes de onda se extienden de los 380 a los 780 nanómetros.

 

Comprende los infrarrojos cuya longitud de onda se ubica por encima de los 750 nanómetros, el espectro visible, entre los 400 y los 750 nm y la gamma ultravioleta de importancia biológica crucial cuya longitud de onda se encuentra por debajo de los 400nm.

Experimentos realizados por Paul y Rafael Nogier concluyen que el estímulo con luz blanca continua disminuye los niveles circulantes de catecolaminas, mientras que la luz discontinua tiene el efecto contrario, aumentando los niveles de catecolaminas circulantes.

 

La utilización de luz de diferentes longitudes de onda produce efectos diferentes y en ocasiones contrarios.

Específicamente para la radiación infrarroja de los generadores de infrarrojos como el GIR o el GIRLASE utilizados en la aurículo-medicina y la bioenergética, el mecanismo está ligado a una de las propiedades de la melanina, la conversión fotón fonón, por la cual una vibración electromagnética puede convertirse en una vibración mecánica, con un efecto significativo sobre otras macromoléculas biológicas que tienen propiedades semiconductoras.

La foto-sensibilidad tiene implicaciones clínicas de importancia práctica:

  1. La luz halógena intensa sobre el pabellón auricular desencadena una reacción VAS+ sobre los puntos reflejos patológicos.

     

  2. La luz generada a partir de plasma o gas ionizado, como las de la lámpara de neón, tienen un interés particular en la detección de centros energéticos sagitales correspondientes a los chakras, y relacionados con plexos nerviosos y glándulas endocrinas a través de un sistema conocido en Bioenergética como el sistema energético vital.

     

  3. La luz polarizada permite detectar patrones normales o anormales de procesamiento de la luz en todo el organismo. [6]

     

    La presentación de un filtro polaroide, orientado convenientemente frente a la piel, puede desencadenar una respuesta al pulso que nos permite establecer si el tejido procesa la luz en una dirección fisiológica o patológica.

     

    Este tipo de reacciones cambia de la vigilia al sueño y en general parece regida por el predominio simpático o parasimpático del tejido.

     

    El procesamiento direccional constituye la base para entrar en el capítulo de la geometría energética vital, pues algunos síndromes y enfermedades presentan puntos patológicos alineados que representan la respuesta geométricamente estructurada del organismo frente a la noxa.

Uno de los capítulos más apasionantes en la investigación de la foto-sensibilidad dérmica, es el reconocimiento de verdaderos sistemas de circulación de radiación electromagnética, direccionalmente orientados, como si toda la compleja red dérmica, además de absorber y emitir radiaciones electromagnéticas, se comportara como un gigantesco filtro de polarización de la luz.

 

Un ejemplo reciente en nuestra investigación es el de la detección clínica de emisiones de alta frecuencia que siguen trayectos lineales específicos. Se conforman verdaderos circuitos para la conducción de información electromagnética en bandas de frecuenciales que nos dan los cimientos de lo que hemos denominado geometría energética vital.

Así mismo los llamados ejes auriculares y sus patrones de resonancia frecuencial constituyen ejemplos de cómo el organismo polariza la información electromagnética dándole una dirección privilegiada.

 

  1. Luz y color: el empleo de la luz visible representa uno de los más efectivas herramientas de la auriculo-medicina y su utilización se ha expandido en la bioenergética hasta la elaboración de patrones de estímulos de diferentes longitudes de onda dispuestos sobre diferentes territorios orgánicos, denominados hologramas cromáticos.

Cuatro características permiten la definición y clasificación de los colores:

  • la luminosidad

  • la claridad

  • el tinte

  • la pureza

En el arte, en la religión, en la arquitectura y la medicina ha sido reconocido el poderoso influjo del color, cuyo simbolismo ha representado una nota permanente en el curso de las grandes civilizaciones.

 

Helioterapia, cromoterapia, aguas solarizadas a través de filtros de color y empleadas con propósitos terapéuticos, el efecto del color en prisiones, escuelas y ambientes hospitalarios, son todas avenidas de investigación que aún no se han podido dilucidar en una perspectiva científica.




REFERENCIAS

[1] Este es el punto de vista sostenido por V. P. Kaznatchevjev, y L.P. Michailowa en " La radiación ultra-tenue como interacción celular", citado por F.A. Popp en su libro "Biologie de la lumiere",

[2] KAZNATCHEJEV V.P., MICAHILOVA L. P. - en ruso. Novosibirsk 1981. Mencionado por FA Popp en Biologie de la Lumiere

[3] Schumann W. (1980): Biologie in Unserer Zeit 2, 33. Citado por Popp

[4] Sigla para la señal autónoma vascular o Vacular Vutonomic Signal - respuesta vascular global generada cuando el organismo entra en resonancia con un estímulo biológicamente significativo.

[5] Ver Fotobiologie de Fritz Albert Popp

[6] A su paso por un filtro polaroide los fotones se orientan, haciendo que el movimiento ondulatorio se efectúe en una sola dirección.