
	por 
	Joe Vialls
			
			traducción de 
			Adela Kaufmann
			
			
			
			Versión 
			original
			9 de enero de 2004 
	
	del sitio Web
	
	Vialls
	recuperado a través del sitio Web
	
	WayBackMachine
	
	 
	
	 
	
		
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			La lógica dicta que la Princesa Di fue deliberadamente asustada a escribir 
	la carta incriminatoria antes de su muerte, pero la ciencia sugiere que ella 
	no escribió la carta para nada.  | 
		
	
	
	
	 
	
	
	
	
	


	
	 
	
	Temprano esta semana, el periódico The Mirror en Londres imprimió el nombre 
	del hombre a quien la Princesa Diana (supuestamente) escribió,
	
		
		"está planeando ‘un accidente’ con fallos de los frenos de mi automóvil y 
	serias lesiones en la cabeza…”
	
	
	Aunque las palabras reales han sido ennegrecidas durante años, el Mirror 
	reveló por primera vez que Diana aparentemente había escrito en completo,
	
		
		“mi esposo está planeando ‘un accidente’ en mi coche, con fallas de frenos y 
	serias lesiones de cabeza…”
	
	
	Fue la peor historia de horror de una princesa de hadas asesinada 
	brutalmente por el ogro de un marido adúltero, y el público amó esto a 
	muerte. Virtualmente nadie se molestó de siquiera preguntar si la carta era 
	genuina, o si la Princesa Diana, una maestra calificada, con la mejor 
	educación que el dinero pueda comprar en Gran Bretaña, ella misma hubiera 
	hecho los errores posibles en el cuerpo del texto. Y todo esto estaba 
	impreso por un periódico de ala izquierda con un conocido interés creado en 
	la abolición de la Monarquía.
	
	Simplemente demasiado conveniente, ¿no diría usted?
	
	Un recorte de la carta del periódico Mirror, reproducida por 
	
	GuluFuture.com está colocada abajo, y muestra muy claramente donde la “Princesa” 
	repentinamente perdió completamente el control de sus habilidades del idioma 
	inglés. En todas las otras cartas escritas antes de su muerte, la Princesa 
	Diana, sin excepción, comienza una nueva oración con una letra mayúscula, es 
	decir, “está planeando ‘un accidente’ en mi coche. Fallos de freno…”
	
	Sin embargo, no con esta única carta.
	
	Repentinamente Diana pierde su dominio del idioma inglés por primera vez, y 
	escribe, en vez de esto,
	
		
		“está planeando ‘un accidente’ en mi coche. Fallo de frenos…”
	
	
	Hay mucho, pero muchísimo más. Casi toda esposa leyendo este reporte sabe 
	que en el mundo real de princesas y comunes, Diana habría usado “Charles”, 
	si le estaba escribiendo a un amigo cercano, o quizás hubiera modificado 
	esto a “el Príncipe Carlos” si estuviera escribiéndole a un sirviente. 
	Solamente el editor de un periódico importante pensaría en “mi esposo”, un 
	término muy íntimo y muy personal, sustituido para sacar cada pedacito de 
	emoción de una audiencia amarillista voraz.
	
	Si la Princesa Diana realmente escribió esta carta o no, jamás lo sabremos 
	con certeza, aunque parece bastante inverosímil que lo haya hecho. De hecho, 
	la Duquesa de York, una amiga de toda la vida, parecía aterrada.
	
		
		“Esa simplemente no es ella” dijo Fergie, sacudiendo la cabeza en 
	desconcierto.
	
	
	La falsificación sería simplicidad con las super computadoras de hoy en día 
	y los software de gráficas. Todo lo que usted necesita es una muestra de la 
	carta de Diana, incluyendo todas las letras en el alfabeto, y la computadora 
	hace el resto para usted. Desafortunadamente, una computadora no 
	necesariamente tendría que saber que la Princesa Diana siempre comenzaba 
	cada oración con una letra mayúscula, ni que “mi esposo” suena ridículo para 
	los seres humanos normales.
	
	Tal como están las cosas actualmente, la Corona Real ha demandado que esta 
	“carta” sea reenviada a ellos para usarla como evidencia. Esperemos todos 
	que la Corona Real tenga sus ingenios sobre el, y compare esta misiva con 
	otras escritas por la Princesa con su propio puño y letra. Incluso las 
	mejores computadoras estarían sobrecargadas tratando de duplicar la exacta 
	presión ejercida por Diana en su propio papel de notas, si, de hecho, la 
	carta del periódico Mirror hubiera sido realmente escriba en el papel de 
	notas correcto del Palacio de Kensington.
	
	Materia para pensar…
	
	En cuanto al porqué uno de los periódicos más grandes de Gran Bretaña está 
	manipulando la verdad, o está el siendo manipulado por otros, el texto abajo 
	es probablemente una tan buena explicación como cualquiera. Aproximadamente 
	la mitad de este texto fue publicado en 2002 para explicar inexplicables 
	paralelos entre el Hotel Ritz en París y su homónimo en Londres, y también 
	describe el armamento usado para causar el choque.
	
	La mitad fresca, tejida dentro de la original revela por primera vez la 
	identidad de aquellos responsables de la muerte de Diana, la Princesa de 
	Gales.
	
	 
	
	
	
	 
	
	Durante la tarde del 29 de enero de 1999, quinientos dieciséis días después 
	de la muerte de la Princesa Diana, varios equipos de cámara, clasificados, 
	estaban parados, reunidos fuera del Hotel Ritz en Londres.
	
	El Príncipe Carlos estaba finalmente “saliendo” con su amante, Camila Parker-Bowles de su brazo, y los medios de comunicación de Londres habían 
	sido advertidos de antemano acerca de la oportunidad para la foto.
	
	Cuando la pareja sonriendo felizmente descendió las escaleras del Ritz, los 
	flashes predeciblemente comenzaron a destellar por todos lados. Entonces, 
	sucedió lo impensable. Desde una ubicación arriba y detrás de todo el 
	paquete de los medios de comunicación, alguien disparó una poderosa arma 
	óptica, un Pulsar-Estroboscópico “Menos que Letal”, directamente al Príncipe 
	y a Camila. Aunque levemente confuso por los flashes de las cámaras de abajo, 
	los intensos y distintivos pulsaciones blanco-azulados eran todavía 
	poderosamente suficientes para hacer que Camila Parker-Bowles se tambaleara 
	levemente, y luego palideciera.
	
	Aunque tomado desde un ángulo levemente diferente, la notable foto mostrada 
	arriba a la derecha fue expuesta en el segundo exacto que disparó el Pulsar-Estroboscópico 
	LTL.
	
	
	El PS-LTL es un arma de rayo-estrecho, y la foto claramente muestra el 
	intenso fulgor blanco-azulado directamente al ojo derecho de Camila, y al 
	lado derecho de la nariz del Príncipe Carlos. Porque el Príncipe tiene su 
	cara volteada lejos del arma al instante que disparó, el pudo escapar sus 
	efectos neurales.
	
	No hay duda que habrá “expertos” en fotografía allá afuera que demandarán 
	que esto fue meramente el destello de un flash de los medios. Cualquiera y 
	todas estas demandas pueden ser fácilmente refutadas. El paquete de los 
	medios estaba completamente contenido detrás de una barrera de más de 
	sesenta pies lejos del Hotel Ritz de Londres, a cuyo rango ningún flash de 
	los medios alguna vez inventado puede generar tal pulsación o rayo intenso 
	[y estrecho] blanco-azulado.
	
	Agregándose al misterio está el hecho que el arma usada era casi idéntica a 
	una que fue supuestamente usada en el túnel Pont de l’Alma en contra de la 
	Princesa Diana y Dodi Al-Fayed el 31 de agosto de 1997, justo después que 
	dejaron el hotel Ritz de París en su último viaje. Solo tres semanas después 
	de ese fatal choque, le escribí a Mohammed Al-Fayed acerca de las Armas de 
	Pulsar-Estroboscópico LTL.
	
	Esta carta fue enviada a Londres por correo registrado el 22 de septiembre 
	de 1997, mucho antes de cualquier razón “oficial” o sugerencia engañosa 
	acerca del choque fuera publicada por los medios:
	
		
		“Cuando esta arma LTL dispara, pulsa una brillante luz blanca de 
	alta-intensidad en las frecuencias del cerebro, induciendo a completa 
	confusión neural durante unos dos a cinco segundos. La exposición en la 
	línea de mira es abrumadora y hace al blanco completamente incapaz de 
	cualquier función significativa del cerebro. La exposición a los ángulos 
	oblicuos causa una confusión mental de moderada a completamente severa.
		
“Si este sistema LTL hubiera sido desplegado a la entrada del túnel para 
	desencadenar un acontecimiento letal, el Mercedes de una masa de dos 
	toneladas colisionando con una sólida pared de concreto a sesenta millas por 
	hora, hubiera asegurado la letalidad debido a la inercia del coche, la cual 
	podría haber sido exactamente calculada por adelantado.
“Aunque el pulsar-estroboscópico LTL, por su misma naturaleza deja muy poca 
	evidencia dura de su uso, hay indicadores que podrían ser útiles en 
	determinar si fue o no fue desplegada en el túnel de París.”
	
	
	Antes de seguir examinando quien pudiera haber tenido el motivo y medios 
	para orquestar el acontecimiento fuera del Ritz en Londres, pudiera ser 
	instructivo examinar cómo el paquete de los medios reaccionó a esta 
	extraordinaria arma óptica en ese momento.
	
	La BBC, obligada a transmitir el absolutamente peligroso corto de televisión 
	de los acontecimientos en el Ritz, trataron de culparlo todo en 
	sobre-abundancia, a las armas de destello:
	
		
		“Algunos habían estado esperando durante muchas horas para coger un vistazo 
	de la pareja. Muchos eran turistas, y otros solamente se habían detenido a 
	ver que estaba pasando, en su camino a casa de bares y restaurantes. Tal fue 
	la ferocidad de las pistolas de destello, que la Asociación Británica de 
	Epilepsia urgió a los locutores no transmitir más de cinco segundos de los 
	efectos del estroboscopio, temiendo que chispearía convulsiones 
	fotosensibles en algunas personas."
	
	
	De hecho, los “efectos del estroboscopio” ya habían hecho considerablemente 
	más daño que eso.
	
	En una estación televisiva en Londres, dos editores fueron severamente 
	confundidos, y en otra estación, un editor se desorientó totalmente y 
	colapsó a través de la consola de controles. Ninguno de este personal, u 
	otros que sufrieron efectos menores, tenía ninguna historia de epilepsia.
	
	Trabajando rápidamente detrás de las escenas, la Comisión de Televisión 
	Independiente en Londres tomó una línea mucho más dura que la BBC, 
	circulando rápidamente un directorio urgente a todas las redes televisivas. 
	
	
	
	El ITC advirtió que,
	
		
		“el corto de noticias [tomado fuera del Ritz de Londres] pareció 
	perceptiblemente practicar una abertura de pautas del ITC sobre el uso de 
	imágenes con destellos”, y solicitaron difusiones subsecuentes “para caer en 
	línea con las notas de la guía de la Comisión”.
	
	
	Según esta directiva, las transmisiones subsecuentes habían puesto el corto 
	en cámara lenta, un hecho reportado abiertamente por las redes de televisión 
	a través del mundo, incluyendo la ABC y SBS de Australia.
	
	Pero a pesar de la confusión, y el hecho que esta era la primera y única 
	ocasión documentada en la cual un corto de televisión tuvo que ser puesto en 
	cámara lenta a nivel mundial para evitar daño neural, ni siquiera un solo 
	medio en ninguna parte reportó sobre las razones reales para este fenómeno 
	único.
	
	Esto fue literalmente la primicia del siglo. Por primera vez en la historia, 
	gente estuvo inconsciente en el piso, y colapsando a través de consolas de 
	televisión, hasta el punto en donde las velocidades de transmisión tuvieron 
	que ser alteradas para limitar más daños físicos y mentales. En el mejor de 
	los casos, George Orwell había llegado a la ciudad, y en el peor, los 
	“Controladores Mentales” del gobierno habían acudido a trabajar. Era una 
	historia gigantesca pidiendo ser reportada a los televidentes, pero nadie 
	dijo nada. 
	
	 
	
	A todo el estúpido personal de los medios 
	simplemente se les dijo que mantuviesen sus bocas cerradas en ese día.
	
	Los posibles motivos para este acontecimiento deliberado debe también 
	incluir los posibles motivos detrás de las muertes de Dodi Al-Fayed y de 
	Diana, Princesa de Gales. Los vínculos entre el Príncipe Carlos, la Princesa 
	Diana, Camila Parker-Bowles y Dodi Al-Fayed se traslapan de diversas y 
	complejas maneras, hasta el punto donde cualquier diligente investigador o 
	analista los ignoraría a su propio riesgo.
	
	El nombre mismo del hotel apunta a otro vinculo o paralelo, el cual es poco 
	probable que sea una mera coincidencia. El Hotel Ritz en París le pertenece 
	a Mohammed Al-Fayed, mientras que el Hotel Ritz en Londres es conjuntamente 
	propiedad de Sir David y Sir Frederick Barclay, conocidos cariñosamente en 
	los círculos de Londres como “Los Gemelos Solitarios” porque huyen de la 
	atención y de la controversia.
	
	Por lo que se conoce, ambos Sir Barclays siempre han dejado el 
	funcionamiento cotidiano del Ritz de Londres enteramente a su propio equipo 
	de gerencia, así es que podemos excluir con confianza cualquier rivalidad o 
	conflicto entre ellos mismos, los propietarios del hotel. ¿Qué, entonces? La 
	explicación es larga y pudiera volverse un poco aburrida en algunas partes, 
	pero quédense conmigo, gente, quédense conmigo. El fin justifica el fin de 
	esta historia, y el fin de esta historia es espantoso.
	
	A través de la historia, un gran número de hombres poderosos [y quienes 
	pretenden y buscan ser hombres poderosos] han estado inexorablemente 
	atraídos hacia el simbolismo y fechas de aniversario. Usted ve evidencia de 
	todo esto por todas partes en la vida cotidiana. El día de la Independencia 
	de los Estados Unidos es celebrado el 4 de Julio todos los años, lo cual 
	sirve al doble papel de simbolismo [Independencia] como un día específico en 
	el cual celebrarla.
	
	Al otro lado del Atlántico tenemos el Jubileo de Oro de la Reina Isabel II 
	de Gran Bretaña.
	
	
	El padre de la Reina Isabel, el Rey Jorge VI, murió el 6 de febrero de 1952. 
	Como lo exige la tradición, el nuevo monarca accedió al trono inmediatamente. 
	En ningún momento ha estado Gran Bretaña sin un monarca. Es por esta razón 
	que la bandera del monarca, el Estandarte Real, nunca puede estar colocado a 
	media asta a pesar de que el público espera que el ‘Estandarte’ estuviera a 
	media asta en el momento de la muerte de la Princesa Diana.
	
	Aunque el Jubileo de Oro de la Reina es oficialmente celebrado en junio de 
	2002, fue realmente el 6 de febrero de 2002 que Isabel, la Segunda, completó 
	exactamente cincuenta años como Monarca. Hay otros acontecimientos y fechas 
	que la gente olvidó hace muchísimo, los cuales todavía podrían ser usados 
	subversivamente para propósitos conmemorativos más discretos.
	
	Bien, hasta la vez.
	
	Los propietarios de ambos Hoteles Ritz no están involucrados, pero todavía 
	tenemos una situación muy simbólica y altamente cargada. La última vez que 
	cualquiera de nosotros vimos viva a la distante esposa del Príncipe Carlos, 
	Diana, es cuando caminó hacia fuera por la puerta de atrás del Hotel Ritz en 
	París con Dodi Al-Fayed. La primera vez que vimos “oficialmente” a la amante 
	del Príncipe Carlos, Camila Parker-Bowles, es cuando ésta salió por la 
	puerta principal del Hotel Ritz en Londres.
	
	Así, pues, ¿Qué significa, y quien estaba realmente halando los hilos 
	simbólicos en este extraño tablero subliminal? Para contestar esto, 
	necesitamos remontarnos hacia atrás en el tiempo, a 1992-3, cuando 
	repentinamente y sin aparente razón, una persona de personas desconocida 
	comenzó a “escuchar” los teléfonos del Príncipe Carlos, la Princesa Diana y 
	Camila Parker-Bowles. Circularon rumores por los medios, insinuando que el 
	Príncipe Carlos comenzó todo, pero ¿porqué habría de molestarse?
	
	Hoy en día todos sabemos que en ese entonces, en 1993 y mucho antes, el 
	Príncipe Carlos tenía a una esposa protestante y una amante católica, es 
	decir, lo mejor de ambos mundos, y, sin duda alguna no molestaría al mismo 
	carrito de las manzanas. La Princesa Diana tampoco tenía motivo, ni lo tenía 
	Camila Parker-Bowles.
	
	Quienquiera que hubiese ordenado escuchar las llamadas telefónicas se 
	beneficiaba grandemente, en términos de socavar la credibilidad de la 
	Familia Real y eventualmente el periódico Sunday Mirror de Londres señaló 
	con el dedo, por tanto:
	
		
		“La Agencia Estadounidense de Inteligencia (CIA) Y 
		la Agencia De Seguridad 
	Nacional (NSA) tienen en sus manos un expediente de 1,056 páginas hecho de 
	las llamadas telefónicas escuchadas de los teléfonos de la Princesa Diana y 
	de espiar sus conversaciones. La CIA ha montado una operación de vigilancia 
	sobre Diana, a petición del Servicio Británico de Inteligencia, MI6”
	
	
	Sería un serio error de juicio suponer que el MI6, hogar del personaje 
	ficticio James Bond, está realmente controlado por el Gobierno Británico. 
	Sería igualmente otro serio error de juicio suponer que MI6 se sale de su 
	camino para proteger a los miembros de la Familia Real, porque no lo hace.
	
	Preservar la seguridad nacional y proteger a la Familia Real son tareas 
	manejadas conjuntamente por MI5 y el Servicio Metropolitano de Policía.
	
	Más bien conocido por su título correcto de “Servicio Secreto de 
	Inteligencia” (SIS), el MI6 fue hace mucho penetrado por la Agencia Central 
	de Inteligencia Estadounidense y el Mossad israelí. Por lo menos durante las 
	últimas dos décadas, el MI6 ha bailado al son de la CIA, la cual, 
	desafortunadamente, sobre el mismo período de la historia ha sido 
	subordinada a los intereses de Mossad.
	
	
	Por lo tanto, cualquier agenda internacional seguida por MI6 y la CIA ha 
	sido establecida por el Mossad.
	
		
		“¿Porqué, porqué”, le oigo preguntar, “el Mossad estaría interesado en dañar 
	al Príncipe Carlos, la Princesa Diana o a Camila Parker-Bowles?”
	
	
	Una vez más, debemos irnos hacia atrás a los libros de historia para 
	encontrar una respuesta, y por favor, observe que esta es una investigación 
	seria, no una cacería de brujas “anti-semítica”, como lo aseguran muchos 
	judíos. Es un hecho histórico documentado, que durante muchos siglos, los 
	financieros judíos efectivamente controlaron a varios Reyes y Reinas 
	Británicos y, fundando guerras y muchas otras empresas que deseaban en 
	ocasiones los extravagantes monarcas británicos.
	
	Cierto, de vez en cuando un Rey podría, y de hecho lo hizo, desterrarlos a 
	todos de Gran Bretaña, pero en general, los Judíos fueron los indiscutibles 
	ganadores. No fue sino hasta principios del siglo 20 que los desencantados 
	burócratas británicos finalmente los derribaron de su percha. Entonces los 
	Judíos perdieron, no solo el control financiero de la monarquía británica, 
	sino también el oído de la Corte Real.
	
	Sería realista afirmar que el mayor rencor que sostenían los Judíos en 
	contra de Gran Bretaña en tiempos contemporáneos fue su absoluto rechazo a 
	entregar a Palestina como el nuevo “Estado Judío”. Al final prevalecieron 
	los Sionistas Judíos, pero fue bastante difícil. Posteriormente, los 
	Sionistas decidieron prestarle más atención a Gran Bretaña.
	
	Las colonias habían desaparecido, una sobre el curso de los años pero, 
	diplomáticamente hablando, Gran Bretaña todavía era una Casa de Poder.
	
	Aunque el Monarca británico tenga muy poco poder verdadero hoy en día, el o 
	ella manejan una enorme influencia, y el Príncipe Carlos había ya exhibido 
	un deseo de ser el “Defensor de las Fes” cuando fuese eventualmente coronado 
	como Rey, es decir, no limitarse exclusivamente a su papel tradicional como 
	defensor de la Iglesia de Inglaterra.
	
	Siniestramente, quizás, a finales de mayo de 1996, apenas sobre un año antes 
	de que asesinaran a Diana en un túnel de París, el Primer Ministro Británico, 
	John Major tomó la extraña medida de públicamente desaprobar el soporte del 
	príncipe Carlos, mientras que al mismo tiempo, astutamente exponiendo el 
	hecho de que las “fes” en el sentido plural Real, no incluían el judaísmo.
	
	Entrevistado por la Televisión BBC, Major describió el deseo del Príncipe de 
	Gales de ser visto como figura representativa para todas las religiones en 
	Gran Bretaña, incluyendo católicos, musulmanes e Hindús, como “extraños”, 
	sugiriendo además que esa medida podría ser interpretada como un “gesto 
	vacío”. Se trata de un rendimiento observado muy de cerca por miembros 
	líderes de la comunidad judía, quienes colectivamente tenían muchas malas 
	vibras acerca de algún “Rey Carlos”.
	
	Allá por la Edad Media, Carlos I expulsó a los judíos de Gran Bretaña, como 
	resultado fue implacablemente perseguido por Oliver Cromwell, quien puede 
	describirse mucho sobre sus acciones y hechos como el “Primer líder 
	comunista de Gran Bretaña”, completo con un subordinado proletariado. Los 
	judíos querían regresar, y Cromwell era su hombre en cuerpo y alma.
	
	Eventualmente, el destino y Oliver Cromwell alcanzaron a Carlos I, quien 
	enfrentó su ejecución el 20 de enero de 1649 en Whitehall, donde fue 
	decapitado en un andamio especialmente construido. Luego, después de un 
	respetable interludio de solo unos pocos años, Oliver Cromwell graciosa y 
	obedientemente les permitió regresar a Gran Bretaña a los Judíos. 
	
	 
	
	Marque el 
	30 de enero de 1649 bien, porque algo extraordinario había de suceder 
	exactamente trescientos cincuenta años más tarde, en Londres, como lo 
	veremos en breve.
	
	Con el beneficio de la retrospectiva 20/20, los modernos años noventa del 
	Príncipe Carlos que estaban parados en la religión puede ser vista como 
	imprudente, si no francamente peligrosos. En el período previo a su 
	declaración sobre las “religiones”, Carlos había hecho varias visitas a las 
	comunidades musulmanas, mientras que aparentemente estuvo ignorando el 
	judaísmo. Haciendo esto, el Príncipe Carlos se abre a sí mismo como objetivo 
	para los fanáticos judíos, ninguno de los cuales estaban dispuestos a correr 
	el riesgo de ser expulsados de nuevo de Gran Bretaña.
	
	Finalmente fue considerado mucho mejor [y más fácil] desacreditar a Carlos, 
	por tanto, evitar que el ascendiera alguna vez al trono.
	
	Naturalmente, suficientes Sionistas sabían acerca del explotable esqueleto 
	en el armario de Carlos – Camila Parker-Bowles – porque ellos tenían el 
	completo control de las anteriores secuencias de “las chinches” por parte 
	del MI6 de Gran Bretaña. Pero si los Sionistas pensaron que el Príncipe 
	Carlos era un gran problema, ellos ciertamente no estaban listos para los 
	terribles acontecimientos de 1997.
	
	
	Muy repentinamente sucedió una catástrofe. En vez de continuar su aventura 
	con un relativamente inofensivo oficial británico muy joven, la Princesa 
	Diana comenzó una relación con Dodi Al Fayed, hijo de Mohammed Al Fayed de 
	la fama de Harrod. Y si había un hombre en Inglaterra que los Sionistas 
	detestaban con pasión era Mohammed Al Fayed.
	
	Tan intenso era su odio que durante mas de veinte años, miembros de Lobby 
	Sionista habían prevenido que Mohammed Al Fayed obtuviera la ciudadanía 
	británica, un privilegio entregado en base diario a cualquier inmigrante 
	ilegal que se tomara la molestia de llamar a las puertas traseras de Gran 
	Bretaña. 
	
	Instantáneamente se hizo evidente al Lobby Sionista que Dodi Al Fayed no 
	podría ser controlado para nada. Este hombre no era un joven oficial 
	británico que podría ser intimidado por Whitehall o por “La Empresa” en el 
	Palacio de Buckingham, sino que un independiente productor de Especial FX de 
	Hollywood con el total respaldo de su inmensamente rico padre.
	
	Aunque el Lobby se sintió seguro de poder “influenciar” o incluso controlar 
	la más bien confusa relación entre el Príncipe Carlos y Camila 
	Parker-Bowles, y eventualmente usar esa relación para minar completamente al 
	Príncipe Carlos, el solo pensamiento de una poderosa influencia musulmana 
	entre cualquiera cerca del Príncipe William o el Príncipe Harry, condujo a 
	sus miembros a la distracción.
	
	De alguna forma, el Lobby Sionista debía deshacerse de Dodi Al Fayed, y 
	luego, una vez más, arrogantemente desplegar su implícita “influencia” sobre 
	el Príncipe Carlos y Camila Parker-Bowles. Si se le permitía a Dodi Al Fayed 
	continuar su relación con la Princesa Diana, y quizás hasta casarse con ella, 
	entonces en última instancia su discreta influencia sobre el Príncipe 
	William y el Príncipe Harry bien podría minar todo su cuidadoso trabajo y 
	preparaciones para guiar al futuro Rey de Inglaterra y a sus herederos.
	
	Pero, ¿Cómo podrían deshacerse de el?
	
	De pronto, como de la nada, había una respuesta a las oraciones de los 
	sionistas. Con su conductor repentinamente cegado por un arma de Pulsar-Estroboscópico 
	LTL, y en medio de un apabullante chillido de los frenos y metal retorcido, 
	el Mercedes 600 SEL, llevando a la Princesa Diana y a Dodi Al Fayed lejos 
	del Hotel Ritz en París, estrellándose en la pared del túnel Pont de l’Alma 
	y detenerse en el carril central. Dodi Al Fayed y el chofer, Henri Paul 
	fueron muertos con el impacto. La Princesa Diana murió poco después. El 
	único sobreviviente fue el guardaespaldas, Trevor Rees Jones, aunque fue 
	críticamente herido.
	
	La mayor parte de Gran Bretaña entró en profundo shock, lamentando y 
	llorando la muerte de la Princesa Diana.
	
	Cientos de coronas y guirnaldas tomaron acres enteros de espacio fuera de su 
	residencia oficial, y cada religión en la Tierra envió a un representante 
	religioso a su funeral en la Abadía de Westminster. Bien, todas las 
	religiones excepto una. El Jefe Rabbi se negó a asistir, ostensiblemente 
	porque el funeral tuvo lugar en el Sabbat, el equivalente judio del Domingo 
	en la Iglesia Cristiana. Era un comportamiento extraño, porque no puedo 
	encontrar ninguna ley religiosa afirmando que los judíos no puedan entrar a 
	una Iglesia Cristiana en un Sábado.
	
	En la literatura judía, poesía y música, el Shabbat es descrito como una 
	novia o reina, como en el popular himno del Shabbat, Lecha Dodi Likrat 
	Kallah (ven, mi amado, a encontrar a la [Shabbath] novia.
	
	Se ha dicho,
	
		
		“más que Israel ha guardado el Shabbat, el Shabbat ha guardado a Israel.”
	
	
	El Shabbat no es un día específico de oración.
	
		
		“Decir que el Shabbat es un día de oración no es más exacto que decir que el 
	Shabbat es un día de celebración: comemos todos los días, pero en el 
	Shabbat, comemos más elaboradamente y de una forma más libre.”
	
	
	Para un foráneo como yo, la negación del Jefe Rabbi de asistir me pareció 
	más un desaire deliberado.
	
	Durante el siguiente año más o menos, el Príncipe Carlos tuvo que 
	enfrentarse con una creciente marea de hostilidad pública, al tratar de 
	presentar a Camila Parker-Bowles como su consorte. El pueblo británico 
	apenas oculta su resentimiento y, de hecho, varias conspiraciones comenzaron 
	a hacer rondas que tácitamente acusaban al Príncipe de estar directamente 
	involucrado en el asesinado de su joven esposa.
	
	Nunca hubo una prueba directa o indirecta para apoyar estas absurdas 
	demandas, y con el paso de los años fueron muriendo.
	
	Eventualmente, en enero de 1999, se hicieron arreglos para una fiesta en el 
	Hotel Ritz en Londres, aparentemente para celebrar el cumpleaños de una de 
	las muchas amigas de Camila. No es muy probable que el Príncipe Carlos o 
	Camila Parker-Bowles decidieran la fecha, el lugar o la hora, porque 
	tradicionalmente es el personal subalterno quien se encarga de tales 
	detalles.
	En otras palabras, de pronto, la decisión de celebrar una fiesta 
	específicamente en el Ritz de Londres el 29 de enero ciertamente no fue su 
	propia idea.
	
	Los medios de comunicación fueron discretamente avisados para que estuvieran 
	presentes, y cuando todo estaba en su lugar, el Príncipe bajó las escaleras 
	del Ritz con Camila Parker-Bowles de su brazo. Entonces, el Arma óptica de 
	Pulsar-Estroboscópico LTL disparó, y durante una millonésima de segundo, la 
	historia fue perfectamente detenida.
	
	Exactamente cincuenta años antes, el 29 de enero de 1949, la Corona había 
	finalmente y muy a regañadientes, concedido el reconocimiento diplomático 
	para el Estado de Israel.
	
	Los Sionistas líderes en Londres celebraron esta victoria en una fiesta de 
	toda la noche y hasta el día siguiente, en el mismísimo Hotel Ritz. Por lo 
	tanto, aunque desconocido para los participantes, la fiesta del Príncipe 
	Carlos y Camila Parker-Bowles en el Hotel Ritz de Londres el 29 de enero de 
	1999, marcó el Jubileo de Oro de la mayor y única victoria Sionista sobre 
	Gran Bretaña.
	
	Y al deslizarse las manecillas del reloj pasada la medianoche, y la fecha 
	avanzó a la perfección al 30 de enero de 1999, la fiesta también marcó el 
	350avo aniversario de la ejecución de Carlos I.
	
	 
	
	


	
	
 
	
	
	
	Exactamente Donde está el "Palacio de Kennington"?
	
	
	Los falsificadores de la “Carta de Diana” cometieron errores menos sutiles 
	que las letras mayúsculas. Según los fotógrafos en el periódico Mirror, 
	Diana escribió la horrible exposición en su propio papel de carta en el 
	Palacio de Kennington.
	
	¿Dónde? 
	
	 
	
	
	
	
	 
	
	Cuando estaba viva, Diana vivía en el Palacio Kensington, una muy bien 
	conocida residencia real.
	
	El “Palacio de Kennington” solía ser parte del Palacio de Lambeth en el 
	sureste de Londres, actualmente el hogar londinense del Arzobispo de 
	Canterbury.