revisado Diciembre 2003
del Sitio Web
BerzinArchives
Introducción
Motivados por tales creencias, los alemanes enviaron una expedición a Tibet
entre 1938 y 1939 ante la invitación del gobierno tibetano a asistir a las
celebración de Losar (Año Nuevo).
Como contrapartida, Japón apoyaba
al budismo tibetano en la Mongolia Interior, que se había anexado como parte
de Manchukuo, su “estado de paja” en Manchuria. El Gobierno Imperial, al
proclamar que Japón era Shambala, trataba de ganar el apoyo de los mongoles
bajo su gobierno para invadir la Mongolia Exterior y Siberia y así crear una
confederación pan-mongola bajo la protección japonesa.
La invitación para la visita de una delegación oficial de la Alemania nazi fue hecha en este contexto.
En agosto
de 1939, poco después de la expedición alemana a Tibet, Hitler rompió su
acuerdo con Japón y firmó el pacto nazi-soviético. En septiembre, los
soviéticos derrotaron a los japoneses que habían invadido la Mongolia
Exterior en mayo. Posteriormente, no llegó a concretarse nada de ese
contacto entre el gobierno tibetano con los japoneses y los alemanes.
Examinemos dicha cuestión.
Tal como Platón había citado la leyenda egipcia de la isla sumergida de la Atlántida, Herodoto mencionó la leyenda egipcia del continente de Hiperbórea en el lejano norte. Cuando el hielo destruyó esta tierra remota, su gente emigró al sur. En un escrito de 1679, el autor sueco Olaf Rubbeck identificó a los atlantes con los hiperbóreos y situó a estos últimos en el Polo Norte.
Según varios relatos, Hiperbórea se dividió
en las islas de Thule y Última Thule, que algunas personas identifican con
Islandia y Groenlandia.
El autor francés Louis Jacolliot promovió el mito en Les fils de Dieu (Los hijos de Dios - 1873) y en Les Traditions indo-européenes (Las tradiciones indo-europeas - 1876). En estos libros, vinculaba al vril con el pueblo subterráneo de Thule.
Los habitantes
de Thule aprovecharían el poder del vril para convertirse en superhombres y
dominar el mundo.
Aunque Nietzsche nunca mencionó al vril, en la publicación póstuma de su colección de aforismos, Der Wille zur Macht (La voluntad del poder), recalcó el papel de una fuerza interna para un desarrollo superhumano.
Escribió que “la manada”,
refiriéndose a las personas comunes, busca seguridad dentro de sí misma
creando reglas, moralidad y leyes, mientras que los superhombres cuentan con
una fuerza vital interna que les conduce a ir más allá de la manada. Esa
fuerza les exige y los conduce a mentir a la manada para poder permanecer
independientes y libres de la “mentalidad de manada”.
Este
movimiento mezclaba el concepto de las razas de la teosofía con el
nacionalismo alemán para afirmar la superioridad de la raza aria como la
base para la conquista alemana de los imperios globales coloniales de los
británicos y los franceses como el gobernante legítimo de las razas
inferiores. No obstante, debe señalarse que el movimiento teosófico nunca
propuso sus enseñanzas acerca de las razas como justificación para afirmar
la superioridad de una raza sobre otra ni previó destinar el derecho a
alguna de ellas para gobernar a las demás.
Hitler se encontraba entre ellos.
En 1918, Rudolf Freiherr von Sebottendorf estableció una sucursal en Múnich. Sebottendorf había vivido en Estambul durante varios años, donde formó una sociedad secreta en 1910, que combinaba el sufismo esotérico y la francmasonería.
Se basaba en el credo de los “assassins” (asesinos por motivos políticos) derivada de la secta nazarí del ismailismo islámico, que había florecido durante las Cruzadas. Durante su residencia en Estambul, Sebottendorf estuvo sin duda familiarizado con el movimiento pan-turaniano de los jóvenes turcos, iniciado en 1909, el cual estuvo implicado en el genocidio armenio de 1915-1916.
Turquía y Alemania fueron aliados durante la Primera Guerra Mundial. Una vez de regreso en Alemania, Sebottendorf fue también miembro de la Orden Germánica (Orden de los Teutones), fundada en 1912 como una sociedad de derecha con una logia secreta antisemita con el espíritu del movimiento de la ariosofía.
A través de estos canales, la
superioridad aria, el racismo, el antisemitismo, los asesinatos por motivos
políticos y el genocidio se hicieron parte del credo de la Sociedad Thule.
El anticomunismo fue añadido tras la Revolución Comunista Bávara en 1918,
cuando la
Sociedad Thule de Múnich se convirtió en el centro del movimiento
contrarrevolucionario.
A finales de aquel año, Dietrich Eckart, un miembro del núcleo de la Sociedad Thule, supuestamente inició a Hitler en la Sociedad y comenzó a entrenarle en sus métodos para aprovechar el vril en la creación de una raza aria de superhombres. Hitler tenía mente mística desde su juventud, desde que estudió ocultismo y teosofía en Viena.
Más tarde, Hitler dedicó Mein Kampf a Eckart.
En 1920, Hitler se convirtió en el líder del Partido de los
Trabajadores Alemanes, ahora renombrado como el Partido Nacional Socialista
de los Trabajadores Alemanes (nazi).
Haushofer, la Sociedad Vril y la geopolítica
Existe una creencia generalizada de que él fue el
responsable de la posterior alianza Alemania-Japón debido a la extremada
impresión que le causaba la cultura japonesa. También mostraba gran interés
en las culturas india y tibetana, aprendió sánscrito, y decía haber visitado Tibet.
También afirmaba el origen centroasiático de la raza aria.
Haushofer desarrolló la doctrina de la
geopolítica y, a principios de 1920, se convirtió en el director del
Instituto de Geopolítica en la Universidad de Ludwig-Maximilian de Múnich.
La geopolítica defendía la conquista de territorio para obtener mayor
espacio vital (en alemán Lebensraum) como un medio para adquirir poder.
Después de eso Haushofer visitó a menudo al futuro Führer, para enseñarle geopolítica en relación con las ideas de las Sociedades Thule y vril. Así, cuando en 1933 Hitler se convirtió en canciller, adoptó la geopolítica como su dirección para la conquista de Europa Oriental, Rusia y Asia Central por la raza aria.
La
clave del éxito sería encontrar los antepasados de la raza aria, los
guardianes de los secretos del vril, en Asia Central.
La svástica
Por ejemplo, la variante que gira en contra de las manecillas del
reloj, adoptada por los nazis, es también la letra “G” en la escritura
rúnica medieval del norte de Europa. Los francmasones la tomaron como un
símbolo importante ya que “G” podría significar “God” (Dios en inglés), el
“Gran arquitecto del universo”, o podría significar también “Geometría”.
Por esta asociación con el Dios del trueno, tanto los letones como
los finlandeses tomaron la suástica como la insignia de sus fuerzas aéreas
cuando obtuvieron su independencia después de la Primera Guerra Mundial.
En
1920, siguiendo la sugerencia del doctor Friedrich Krohn de la Sociedad
Thule, Hitler adoptó la “Hakenkreuz” dentro de un círculo blanco como el
diseño central de la bandera del Partido nazi. Hitler eligió el fondo rojo
para competir contra la bandera roja de su rival, el Partido Comunista.
Ellos postulan que esto se debió al interés de Haushofer en las culturas india y tibetana. Esta conclusión es poco probable, ya que Haushofer no conoció a Hitler sino hasta 1923, mientras que la bandera nazi apareció por primera vez en 1920.
Es más probable que Haushofer haya utilizado la presencia generalizada de la suástica en India y Tibet como evidencia para convencer a Hitler de que esta región era el lugar de los antepasados de la raza aria.
Por ejemplo, en 1925, Rudolf Steiner, el fundador del movimiento antroposófico, fue encontrado muerto. Muchos sospecharon que la Sociedad Thule había ordenado su asesinato.
En años posteriores, Hitler continuó la persecución de,
Varios académicos atribuyen esta
política al deseo de Hitler de eliminar cualquier rival ocultista a su
gobierno.
Steiner había utilizado la imagen del anticristo y de lucifer como futuros líderes espirituales que regenerarían al cristianismo en una nueva forma más pura.
Hitler llegó mucho más lejos. Se vio a sí mismo librando al mundo de un sistema degenerado dando pie a un nuevo paso en la evolución con la suprema raza aria. No toleraría a ningún anticristo rival, ni en ese momento ni en el futuro.
No obstante, toleraba al budismo.
Estaba abierta a miembros de todas las tradiciones budistas, pero principalmente atendía a las formas teravada y japonesa, ya que eran las más ampliamente conocidas en aquella época. En 1933, fue sede para el Primer Congreso Budista Europeo. Los nazis permitieron que la Casa de los Budistas permaneciera abierta durante la guerra, pero la controlaron firmemente.
Como algunos miembros sabían chino o japonés, fungieron como
traductores para el gobierno en correspondencia a la tolerancia hacia el
budismo.
Una explicación más factible es el deseo de Alemania de no perjudicar las relaciones con Japón, su aliado budista.
Entre otras
funciones, Hitler le encargó investigar las runas alemanas y la procedencia
de la suástica, y encontrar el origen de la raza aria. Tibet era el
candidato más prometedor.
Creía que
si pudiera llegar a Lhasa, encontraría allí la clave para localizar su
patria.
Desde 1909, los turcos tuvieron un movimiento pan-Turaniano encabezado por una sociedad conocida como los Jóvenes Turcos.
La siguieron, poco después, la Sociedad Húngara Turaniana en 1910 y la Alianza Turaniana de Hungría en 1920. Algunos académicos creen que los idiomas japonés y coreano también pertenecen a la familia turaniana.
Así, se fundaron en Japón la Alianza Nacional Turaniana en 1921 y la Sociedad Turaniana Japonesa a comienzos de 1930. Indudablemente, Haushofer tenía clara la existencia de estos movimientos que buscaban los orígenes de la raza turaniana en el Asia Central, sus objetivos encajaba bien con la búsqueda de los orígenes de la raza aria en la misma zona, por parte de la Sociedad Thule.
Su interés en la cultura tibetana hizo
que ganara peso la candidatura de Tibet como la clave para encontrar un
origen común para las razas aria y turaniana y para obtener el poder del
vril que sus líderes espirituales poseían.
Se involucró en actividades editoriales pro-nazis en Suecia
y llevó a cabo numerosas visitas diplomáticas a Alemania entre 1939 y 1943.
El Ahnenerbe tenía un Instituto de Tibet, que en 1943 se renombró como el Sven Hedin Institut für Innerasien und Expeditionen (Instituto Sven Hedin para el Asia Interior y Expediciones).
El Ahnenerbe le patrocinó una tercera expedición (1938-1939) ante la invitación oficial del gobierno tibetano. La visita coincidió con la renovación del contacto tibetano con Japón. Una posible explicación para tal invitación es que el gobierno tibetano deseaba mantener relaciones cordiales con los japoneses y sus aliados alemanes como contrapeso ante los británicos y chinos.
Así, el gobierno tibetano dio la bienvenida a la expedición
alemana en la celebración de Año Nuevo (Losar) de 1939 en Lhasa.
Durante las celebraciones, reportó que el oráculo de Nechung advirtió que aunque los alemanes traían dulces regalos y palabras, Tibet debía ser cauteloso pues el líder alemán era como un dragón. Tsarong, el ex-director militar pro-japonés de Tibet, trató de suavizar la predicción.
Dijo que el regente había oído mucho más del oráculo, pero que no estaba autorizado a divulgar los detalles. Que el regente recitaba plegarias diariamente para que no hubiera guerra entre los británicos y los alemanes, ya que esto también significaría terribles consecuencias para Tibet. Ambos países debían comprender que toda la gente de bien necesita hacer plegarias con el mismo objetivo.
Durante el resto de la estancia de Schäffer en Lhasa, se dieron frecuentes reuniones con el regente en las que
reinó la afinidad entre ellos.
En 1937, había propuesto un proyecto de investigación de Tibet Oriental y, con la expedición de Schäffer, planeaba investigar científicamente las características raciales del pueblo tibetano.
En su
camino hacia Tibet, en Sikkim, y posteriormente en Tibet, Beger midió los
cráneos de trescientos tibetanos y habitantes de Sikkim y examinó algunas
otras de sus características físicas y marcas corporales. Concluyó que los
tibetanos ocupaban una posición intermedia entre la raza mongola y las razas
europeas, con la presencia del elemento racial europeo mostrándose
primordialmente entre la aristocracia.
Aunque Beger también recomendó que se llevaran a cabo estudios más a fondo para medir a todos los tibetanos, no se emprendieron más expediciones a Tibet.
Su misión era, primero encontrar y después mantener contacto con los antepasados arios en Shambhala y Agarti, ciudades subterráneas ocultas bajo los Himalayas. Expertos en el tema servían como guardianes de secretos poderes ocultos, especialmente del vril. Las misiones buscaban su ayuda para aprovechar dichos poderes en la creación de la suprema raza aria.
De acuerdo con estos relatos, Shambala rechazó proporcionar ayuda alguna, pero Agarti accedió a ofrecerla.
Posteriormente, desde 1929, supuestamente, grupos de tibetanos fueron a Alemania y fundaron logias conocidas como la Sociedad de los Hombres Verdes, en conexión con la Sociedad del Dragón Verde en Japón, con la intermediación de Haushofer, que supuestamente ayudaron a la causa nazi con sus poderes ocultistas.
Himmler
se sentía atraído por estos grupos de expertos tibetanos y agartianos y se
cree que por su influencia fundó el Ahnenerbe en 1935.
En él relataba haber oído hablar de la ciudad subterránea de Agarti bajo del desierto de Gobi. Sus poderosos habitantes vendrían a la superficie, en el futuro, a salvar el mundo del desastre. La traducción alemana del libro de Ossendowski, Tiere, Menschen und Götter, apareció en 1923 y se hizo muy popular.
No obstante, Sven Hedin publicó Ossendowski und die Wahrheit (Ossendowski y la verdad) en 1925, en el que desacreditaba las afirmaciones del científico polaco. Señala que Ossendowski había recogido la idea de Agarti de la novela de Saint-Yves d’Alveidre de 1886 Mission de l’Inde en Europe (Misión de India en Europa) para hacer su historia más atractiva al público alemán.
Ya que Hedin tenía una gran influencia en el Ahnenerbe, es
poco probable que esta oficina haya enviado una expedición específicamente
para encontrar Shambala y Agarti y, posteriormente, hubiera recibido ayuda
de la última.
Shambhala and Tibet from BerzinArchives Website
Introduction
Prompted by
those beliefs, the Germans sent an official expedition to Tibet between 1938
and 1939 at the invitation of the Tibetan Government to attend the Losar
(New Year) celebrations.
In contrast, Japan was
upholding Tibetan Buddhism in Inner Mongolia, which it had annexed as part
of Manchukuo, its puppet state in Manchuria. Claiming that Japan was Shambhala, the Imperial Government was trying to win the support of the
Mongols under its rule for an invasion of Outer Mongolia and Siberia to
create a pan-Mongol confederation under Japanese protection.
The invitation for the visit of an official delegation from Nazi Germany was extended in this context. In August 1939, shortly after the German expedition to Tibet, Hitler broke his pact with Japan and signed the Nazi-Soviet Pact. In September, the Soviets defeated the Japanese who had invaded Outer Mongolia in May.
Subsequently, nothing ever materialized from the Japanese and German contacts with the Tibetan Government. Several postwar writers on the Occult have asserted that Buddhism and the legend of Shambhala played a role in the German-Tibetan official contact.
Let us examine the issue.
Just as Plato had cited the Egyptian legend of the sunken island of Atlantis, Herodotus mentioned the Egyptian legend of the continent of Hyperborea in the far north. When ice destroyed this ancient land, its people migrated south.
Writing in 1679, the Swedish author Olaf Rudbeck
identified the Atlanteans with the Hyperboreans and located the latter at
the North Pole. According to several accounts, Hyperborea split into the
islands of Thule and Ultima Thule, which some people identified with Iceland
and Greenland.
In these books, he
linked vril with the subterranean people of Thule. The Thuleans will harness
the power of vril to become supermen and rule the world.
Although Nietzsche never mentioned vril, yet in his posthumously published collection of aphorisms, Der Wille zur Macht (The Will to Power), he emphasized the role of an internal force for superhuman development.
He
wrote that “the herd,” meaning common persons, strives for security within
itself through creating morality and rules, whereas the supermen have an
internal vital force that drives them to go beyond the herd. That force
necessitates and drives them to lie to the herd in order to remain
independent and free from the “herd mentality.”
Thus, many Germans in the early twentieth century believed that they were the descendants of the Aryans who had migrated south from Hyperborea-Thule and who were destined to become the master race of supermen through the power of vril.
Hitler was among them.
Sebottendorf had previously lived for several years in Istanbul where, in 1910, he had formed a secret society that combined esoteric Sufism and Freemasonry. It believed in the creed of the assassins, deriving from the Nazari sect of Ismaili Islam, which had flourished during the Crusades. While in Istanbul, Sebottendorf was also undoubtedly familiar with the pan-Turanian movement of the Young Turks, started in 1908, which was largely behind the Armenian genocide of 1915-1916.
Turkey and Germany were allies during the First World War. Back in Germany, Sebottendorf had also been a member of the Germanen Order (Order of Teutons), founded in 1912 as a right-wing society with a secret anti-Semitic Lodge.
Through these
channels, assassination, genocide, and anti-Semitism became parts of the
Thule Society’s creed. Anti-Communism was added after the Bavarian Communist
Revolution later in 1918, when the Munich Thule Society became the center of
the counterrevolutionary movement.
Hitler had been mystic-minded from his youth, when he had studied the Occult and Theosophy in Vienna.
Later, Hitler dedicated Mein Kampf to Eckart. In 1920, Hitler
became the head of the German Workers Party, now renamed the National
Socialist German Worker (Nazi) Party.
Haushofer, the Vril Society, and Geopolitics
Because he was extremely impressed with Japanese culture, many
believe that he was responsible for the later German-Japanese alliance. He
was also highly interested in Indian and Tibetan culture, learned Sanskrit,
and claimed that he had visited Tibet.
Haushofer developed the doctrine of Geopolitics and, in the early 1920s,
became the director of the Institute for Geopolitics at Ludwig-Maximilians
University in Munich. Geopolitics advocated conquering territory to gain
more living space (Germ. Lebensraum) as a means of acquiring power.
Subsequently, Haushofer often visited the future Führer, teaching him Geopolitics in association with the ideas of the Thule and Vril Societies. Thus, when Hitler became chancellor in 1933, he adopted Geopolitics as his policy for the Aryan race to conquer Eastern Europe, Russia, and Central Asia.
The key to success would be finding the forefathers of the Aryan race in Central Asia, the guardians of the secrets of vril.
“Swastika”
is an Anglicization of the Sanskrit word svastika, which means well-being or
good luck. Used by Hindus, Buddhists, and Jains for thousands of years, it
became widespread in Tibet as well.
Because of
this association with the God of Thunder, the Latvians and Finnish both took
the swastika as the insignia for their air forces when they gained
independence after the First World War.
It would defeat and replace the cross, just as
Neo-Paganism would defeat and replace Christianity.
Hitler chose red for the background color to compete against the red flag of
the rival Communist Party.
This conclusion is highly unlikely, since Haushofer did not meet Hitler until 1923, whereas the Nazi flag first appeared in 1920.
It is
more likely that Haushofer used the widespread presence of the swastika in
India and Tibet as evidence to convince Hitler of this region as the
location of the forefathers of the Aryan race.
Nazi Suppression of Rival Occult Groups
In 1925, for example, Rudolf Steiner, the founder of the Anthroposophical movement, was found murdered. Many suspected that the Thule Society had ordered his assassination. In later years, Hitler continued the persecution of,
Various scholars ascribe this
policy to Hitler’s wish to eliminate any occult rivals to his rule.
Steiner had used the image of the Antichrist and Lucifer as future spiritual leaders who would regenerate Christianity in a new pure form. Hitler went much further. He saw himself as ridding the world of a degenerate system and bringing about a new step in evolution with the Aryan master race. He could tolerate no rival Antichrists, either now or in the future.
He was tolerant, however, of Buddhism.
In 1933, it hosted the First
European Buddhist Congress. The Nazis allowed the House for Buddhists to
remain open throughout the war, but tightly controlled it. As some members
knew Chinese and Japanese, they acted as translators for the government in
return for tolerance of Buddhism.
There is no evidence, however, that teachers of Tibetan Buddhism were ever present in the Third Reich. The Nazi policy of tolerance for Buddhism does not prove any influence of Buddhist teachings on Hitler or Nazi ideology.
A more probable explanation is Germany’s wish not to damage relations with its Buddhist ally, Japan.
Among other
functions, Hitler charged it with researching Germanic runes and the origins
of the swastika, and locating the source of the Aryan race. Tibet was the
most promising candidate.
From 1909, the Turks had a pan-Turanian movement spearheaded by a society known as the Young Turks. The Hungarian Turanian Society soon followed in 1910 and the Turanian Alliance of Hungary in 1920. Some scholars believe that the Japanese and Korean languages also belong to the Turanian family.
Thus, the Turanian National Alliance was founded in Japan in 1921 and the Japanese Turanian Society in the early 1930s. Haushofer was undoubtedly aware of these movements, which sought the origins of the Turanian race in Central Asia. It fit in well with the Thule Society’s search for the origins of the Aryan race there as well.
His interest in Tibetan culture added weight to the candidacy of Tibet as
the key to finding a common origin for the Aryan and Turanian races and for
gaining the power of vril that its spiritual leaders possessed.
Hielscher was a friend of Sven Hedin, the Swedish explorer who had led
expeditions to Tibet in 1893, 1899-1902, and 1905-1908, and an expedition to
Mongolia in 1927-1930. A favorite of the Nazis, Hitler invited him to give
the opening address at the Berlin Olympics in 1936. Hedin engaged in
pro-Nazi publishing activities in Sweden and made numerous diplomatic
missions to Germany between 1939 and 1943.
The Ahnenerbe had a Tibet Institut (Tibet Institute), which was renamed the Sven Hedin Institut für Innerasien und Expeditionen (Sven Hedin Institute for Inner Asia and Expeditions) in 1943.
The Ahnenerbe sponsored him to lead a third expedition (1938-1939) at the official invitation of the Tibetan Government. The visit coincided with renewed Tibetan contacts with Japan. A possible explanation for the invitation is that the Tibetan Government wished to maintain cordial relations with the Japanese and their German allies as a balance against the British and Chinese.
Thus, the Tibetan Government welcomed the German
expedition at the 1939 New Year (Losar) celebration in Lhasa.
During the festivities, he reported, the Nechung Oracle warned that although the Germans brought sweet presents and words, Tibet must be careful: Germany’s leader is like a dragon. Tsarong, the pro-Japanese former head of the Tibetan military, tried to soften the prediction.
He said that the Regent had heard much more from the Oracle, but he himself was unauthorized to divulge the details.
The Regent prays daily for no war between the
British and the Germans, since this would have terrible consequences for
Tibet as well. Both countries must understand that all good people must pray
the same. During the rest of his stay in Lhasa, Schäfer met often with the
Regent and had a good rapport.
Their agenda, however, was slightly different from that of the Tibetans. One of the members of the Schäfer expedition was the anthropologist Bruno Beger, who was responsible for racial research. Having worked with H. F. K. Günther on Die nordische Rasse bei den Indogermanen Asiens (The Northern Race among the Indo-Germans of Asia), Beger subscribed to Günther’s theory of a “northern race” in Central Asia and Tibet.
In 1937, he had proposed a research project for Eastern Tibet and, with the Schäfer expedition, planned to investigate scientifically the racial characteristics of the Tibetan people. While in Tibet and Sikkim on the way, Beger measured the skulls of three hundred Tibetans and Sikkimese and examined some of their other physical features and bodily marks.
He concluded that the
Tibetans occupied an intermediary position between the Mongol and European
races, with the European racial element showing itself most pronouncedly
among the aristocracy.
Although Beger also
recommended further studies to measure all the Tibetans, no further
expeditions to Tibet were undertaken.
Purported Occult Expeditions to Tibet
Their mission was first to find and then to maintain contact with the Aryan forefathers in Shambhala and Agharti, hidden subterranean cities beneath the Himalayas. Adepts there were the guardians of secret occult powers, especially vril, and the missions sought their aid in harnessing those powers for creating an Aryan master race.
According to these accounts, Shambhala refused any assistance, but Agharti agreed. Subsequently, from 1929, groups of Tibetans purportedly came to Germany and started lodges known as the Society of Green Men. In connection with the Green Dragon Society in Japan, through the intermediary of Haushofer, they supposedly helped the Nazi cause with their occult powers.
Himmler was
attracted to these groups of Tibetan-Agharti adepts and, purportedly from
their influence, established the Ahnenerbe in 1935.
In it, he related hearing of the subterranean land of Agharti beneath the Gobi Desert. In the future, its powerful inhabitants would come to the surface to save the world from disaster.
The German translation of Ossendowski’s book, Tiere, Menschen und Götter, appeared in 1923 and became quite popular. Sven Hedin, however, published in 1925 Ossendowski und die Wahrheit (Ossendowski and the Truth), in which he debunked the Polish scientist’s claims.
He pointed out that Ossendowski had lifted the idea of Agharti from Saint-Yves d’Alveidre’s 1886 novel Mission de l’Inde en Europe (Mission of India in Europe) to make his story more appealing to the German public.
Since Hedin had a strong influence on the Ahnenerbe, it is unlikely that this bureau would have sent an expedition specifically to find Shambhala and Agharti and, subsequently, would have received assistance from the latter.
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