por Adriel Kasonta 
13 Diciembre 2015

del Sitio Web NationalInterest

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

 

 

Adriel Kasonta es un Miembro del Consejo Editorial de la Revista Europea Centro de Estudios Internacionales y de Seguridad, e investigador en el

Europa Desk en Wikistrat.

También fue Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales en el depósito más antiguo conservador en el Reino Unido - El Grupo Arco (2014 hasta 2015).

 

 

 

 

 

 

 

Líderes de la UE han ofrecido a Turquía

un paquete muy generoso

que consta de tres mil millones de euros en ayuda,

pero ¿a qué costo para Europa?
 

 

 

El Presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que resulta ser un graduado de la historia, no parece haber estado poniendo gran atención durante sus estudios.

 

Se ve claramente como si él perdió esta importante lección del pensador francés político Alexis de Tocqueville:

"La historia es una galería de fotos en la que hay pocos originales y muchas copias."

El ex primer ministro polaco anunció el mes pasado en su cuenta oficial de Twitter que en la cumbre UE-Turquía prevista para el 29 de noviembre se pretende,

"re-energizar nuestras relaciones y detener el flujo de la migración".

Esta decisión ha sido tomada a la luz de la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.

 

Según el acuerdo del mes pasado en el plan de acción para apoyar a Turquía en el alivio de la carga de refugiados de Europa, los líderes europeos ofrecieron a Turquía un paquete muy generoso que consta de tres mil millones de euros en ayuda de más de dos años, una flexibilización de las restricciones de visado y el rápido seguimiento de su proceso de adhesión a la UE.

 

La oferta ha sido descrita por muchos como un "trato sucio", debido al hecho de no tener un consenso entre los Estados miembros de la UE en cuanto a su financiación.

 

Mientras quinientos millones de euros proceden del presupuesto de la UE, los restantes dos y medio millones de euros provendrán de las contribuciones de los Estados miembros, en el que el importe solicitado a cada uno de ellos se basa en la misma fórmula utilizada para determinar las contribuciones de los Estados miembros al presupuesto de la UE.

 

Esto significa que Alemania tendrá que pagar la mayor cantidad (534 millones de euros), seguido por el Reino Unido (410 millones de euros) y Francia (386 millones de euros).

 

A pesar de que Berlín es el mayor contribuyente, la canciller alemana, Angela Merkel, cuya voluntad de tomar casi un millón de refugiados este verano le ha puesto bajo una enorme presión política en casa, rompió con el protocolo para visitar presidente Recep Tayyip Erdoğan antes de las elecciones en su país y ejercer presión sobre el resto de los estados miembros de la UE para finalizar el acuerdo.

 

Sin embargo, la idea ha sido una fuerte oposición de los países como,

  • Hungría

  • Eslovaquia

  • la República Checa

  • Polonia,

... que tuvieron serias preocupaciones poniendo demasiado énfasis en la participación de un Estado no miembro de la UE en asuntos de la UE.

 

Como lo mencionó el primer ministro húngaro, Viktor Orban durante la cumbre de la migración en Malta el mes pasado:

"No queremos sentarnos para conversaciones con Turquía, haciéndolos pensar que son nuestra última oportunidad de salvarnos."

De hecho, este escritor tiene serias preocupaciones sobre la credibilidad de Turquía para entrar en esta alianza, cuando nuestros vecinos occidentales parecen estar listos para poner nuestros valores europeos a un lado en una búsqueda para resolver la crisis de los refugiados, tras la oración principal anunciada por Voltaire:

"Cuando se trata de una cuestión de dinero, todo el mundo es de la misma religión."

Es bastante sorprendente lo hipócrita que podemos ser en la estela del terrorismo y de la urgente necesidad de defender nuestra forma de vida, con el fin de hacer la vista gorda ante los fallos de los derechos humanos en Turquía, e inclinarse ante las demandas de dinero de Ankara, en el conocimiento que,

"en la propia Turquía, el deseo de unirse a Europa era sobre todo por razones económicas, en lugar de mejorar la calidad de la democracia y los derechos humanos en el país de Turquía", según el analista de Chatham House Fadi Hakura ha dicho.

Lo que es más, a la luz de publicados los reportes sobre el suministro de armas turcas a yihadistas en Siria por periodistas encarcelados ilegalmente en este país, y la más reciente agresión hacia Moscú estando comprometida a ayudar a derrotar Estado Islámico después de los atentados de París - donde un avión de combate ruso fue derribado - parece el mismo escenario desde el año 1855 que está siendo repetido.

 

Sin embargo, de acuerdo con Donald Tusk, "no tenemos otra opción" que sellar el acuerdo con un país cuya historia y raíces culturales no tienen su origen en Europa.