Apéndice VII
EXPERIENCIAS GENÉTICAS DE
EXTRATERRESTRES EN MIRASSOL (BRASIL)
Para que el lector vea que lo que hemos narrado a lo largo de este
libro tiene paralelos y confirmaciones en otras partes del planeta,
narraremos lo que desde el año 1979 está sucediendo en Mirassol, una
ciudad de unos 30.000 habitantes en el estado de Sao Paulo, en
Brasil.
La víctima, de tales experiencias, es un mulato llamado Antonio
Carlos Ferreira, que vivía con su madre en el número 2735 de la
Avenida 3.a en Mirassol, y tenía veintiún años de edad cuando en
1979 tuvo su primer encuentro con los extraterrestres o mejor dicho
fue abducido por ellos contra su voluntad.
Todos los pormenores de este interesantísimo caso fueron relatados
por el Dr. Walter Buhler y Guillermo Pereira en el libro «O caso de
Mirassol», publicado en Río de Janeiro en 1984. Los datos,
documentos, fotografías y pruebas que sostienen todo lo que allí se
dice, están guardados en las oficinas de la Sociedad de Brasileira
de Estudios sobre Discos Voladores (SBEDV), cuya dirección es:
Caixa
Postal n.° 16017
Correio do Largo do Machado
Río de Janeiro
Brasil
Lo primero que tenemos que decir es que los extraterrestres
envueltos en esta experiencia genética no son los mismos de los que
hemos tratado en este libro, aunque son también de baja estatura y
con una cabeza de gran tamaño.
Los hay de dos tipos o razas que parece conviven en el mismo
planeta. Unos tienen la piel bastante oscura, parecida a la de
Antonio Carlos, —y puede que ésta fuese una de las razones por las
que fue escogido para la experiencia— y de cabello rizado y rojizo:
y otros, que dan la impresión de ser los dominantes, tiene la piel
más clara y los cabellos lisos y negros.
Pero ambos, aun siendo de formas parecidas a las humanas, son de una
extraordinaria fealdad. Este detalle fue el que hizo que A. Carlos
se resistiese a las experiencias a que fue sometido y el que lo
inhibió para que voluntariamente practicase lo que de él se pedía,
cosa que otros humanos, abducidos por extraterrestres de formas más
armónicas, han practicado gustosamente. En el capítulo «Experiencias
genéticas» hemos aportado varios casos.
El resumen de lo acontecido a Antonio Carlos Ferreira es el
siguiente:
El día 28 de junio de 1979, a las tres de la madrugada, cuando AC
hacía sus rondas, en compañía de su perro policía «Hongue» en la
gran fábrica de muebles en la que trabajaba de vigilante nocturno,
vio en una gran explanada cerca de los servicios sanitarios una luz
muy brillante que descendía lentamente, dentro de los terrenos de la
fábrica.
Cuando observaba atentamente qué podía ser aquello, vio que se
acercaban a él tres criaturas de muy baja estatura —que más tarde
supo que eran robots— con la cabeza cubierta por una especie de
casco opaco y vestidos con un uniforme enterizo que los cubría
completamente hasta el cuello.
«Hongue» adiestrado para ello, partió hacía ellos gruñendo pero no
había hecho más que iniciar su carrera cuando lanzando un pequeño
gemido quedó paralizado y cayó como muerto.
De una pequeña caja que llevaba uno de aquellos seres partió un haz
de luz roja que inmovilizó a AC y en este estado fue transportado
por los tres individuos, sin tocar el suelo, hasta un pequeño
aparato discoidal que estaba aparcado en el extremo de la explanada.
Este aparato lo transportó a otro de mayor tamaño en donde sería
sometido a las experiencias que enseguida detallaremos. La nave
nodriza a donde fue trasladado tenía muchos compartimentos y salones
y en ella pudo ver una gran cantidad de hombrecitos de las dos
razas, atareados en sus quehaceres. Los tres robots que lo habían
inmovilizado y secuestrado, en cuanto lo entregaron a los
hombrecitos de la gran nave, se alinearon pegados a la pared y así
permanecieron inmóviles todo el tiempo que estuvieron a la vista de
AC. Durante su secuestro y traslado, en ningún momento se dirigieron
a él para nada ni los oyó comunicarse entre ellos.
Las dos razas, aparte de diferenciarse en el pelo y en el color de
la piel, tenían otras pequeñas disparidades, pero fundamentalmente
eran bastante parecidos, teniendo unos ojos muy salientes y
rasgados, sin cejas ni pestañas, gran boca con unos labios carnosos
y salientes, nariz muy ancha, chata aunque algo arremangada,
barbilla prominente y cuello bastante grueso.
Una vez que AC hubo recobrado sus movimientos y cuando de una manera
telepática le aseguraron que no le iban a hacer ningún daño y que lo
iban a regresar a su casa, lo llevaron a otra pequeña sala en donde
había un diván. Lo hicieron tumbarse en él y entonces comenzó la
parte más extraña e interesante de toda su aventura.
Por una parte apareció una mujer extraterrestre, que estaba
completamente desnuda, y que se acercó decididamente al diván en
donde estaba acostado AC. Era de la raza de los de piel oscura, y un
poco más alta que los otros de su especie, aunque bastante más baja
que AC. Tenía entre 1,50 y 1,55 mts., la piel color chocolate,
bastante parecida a la de AC y una gran cabeza; pelo rojo y
ensortijado, ojos negros y muy rasgados y una boca muy grande con
unos labios muy gruesos.
Aparte de esto su aliento era bastante
fétido, tenía la barbilla muy saliente, senos pequeños, pelo rojo en
la región púbica y una piel muy fría al tacto. Estos fueron los
detalles que posteriormente bajo hipnosis dio AC, ya que cuando
reaccionó de la impresión que le había causado la luz y los
hombrecitos que vio acercarse, no se acordaba de nada de lo que
había sucedido en las más de doce horas transcurridas.
Las incidencias de lo ocurrido entre AC y la mujer extraterrestre
las resumo de lo que escribieron Walter K. Buhler, Guillermo
Pereira y Ney Matiel Pires en el libro «UFO Abduction at Mirassol
- A biogenetic experiment» publicado privadamente en 1985 por Wendelle C. Stevens, en Tucson, Arizona.
«... En aquel momento la desnuda extraterrestre le habló algo a AC.
Le dijo con señales de afecto que ella quería que él la besase. Esto
lo repitió en más ocasiones mientras estuvieron juntos.
«AC consideraba a aquella mujer nada atractiva y estaba muy lejos de
agradarle. Cuando él tocó por un momento su piel, aparte de sentirla
muy fria, recibió una pequeña descarga (eléctrica)...
«Una vez que AC estuvo tumbado en el diván, tres de los
extraterrestres comenzaron a despojarlo de sus vestidos, pero él se
resistió. Los empujó y los golpeó, pero ellos eran fuertes y lo
trataron ásperamente y con dureza y finalmente lo dominaron. Le
arrancaron por la fuerza los vestidos rasgándoselos y durante el
forcejeo recibió magulladuras.
«Posteriormente se pudo hacer más luz sobre este incidente y en
especial sobre la manera bastante brusca con que lo despojaron de
sus vestidos. Los ovninautas trataban de desnudar a AC quitándole su
ropa de arriba a abajo como si fuese enteriza, sin desabrocharle los
botones ni descorrerle la cremallera, muy posiblemente porque
desconocían cómo es nuestra manera de vestirnos. Y esto puede
ayudarnos a comprender la manera extraña que ellos tienen de ponerse
y quitarse sus «monos» de una sola pieza de material elástico que de
ordinario llevan puestos. (Ver ilustración).
«Enseguida la mujer desnuda trató de acercarse a él de nuevo y de
cogerle las manos. AC estaba enormemente contrariado y le dijo a la
mujer que no quería que se le acercase, porque su fealdad le causaba
mucha repugnancia. Un extraterrestre un poco más alto que los otros
se acercó y le puso a AC una inyección en un brazo lo que motivó que
él perdiese toda su fuerza y también su deseo de resistir. Además en
el otro brazo (el izquierdo) le pusieron un pequeño aparato que AC
no sabe describir, pero que vio perfectamente cómo se lo acoplaban
al brazo.
«A continuación le untaron por todo el cuerpo una especie de aceite
de color ámbar oscuro. Enseguida lo colocaron encima de la mujer y
lograron que él consumase su unión sexual con ella.
«No estuvo mucho tiempo con la mujer y en cuanto terminó le quitaron
el aparato que le habían puesto en el brazo izquierdo y volvieron a
untarlo con el mismo aceite, antes de devolverle sus ropas (que,
sobre todo los calzoncillos, estaban bastante rasgados).
«Durante todo el tiempo los hombrecitos conversaban entre ellos en
un lenguaje que era totalmente ininteligible para AC. Sin embargo,
cuando se dirigían a él podía entender perfectamente lo que querían
decirle.
«Le volvieron a decir que no tenía que temer; que nada malo le iba a
suceder y que lo devolverían a la Tierra. También le dijeron que
ellos venían de otro planeta y que estaban en la Tierra para
conseguir el hijo (híbrido) de un terrestre para futuros estudios;
que ya habían conseguido tres. Le aseguraron también que volverían a
contactarse con él y que le mostrarían el fruto de su experiencia,
porque querían que él conociese a su hijo.
«Mientras le decían esto le marcaron en el cuerpo con una especie de
tatuaje que AC conserva todavía. (El tatuaje es un círculo con dos
diámetros en forma de cruz). Le dijeron que este símbolo era la
marca de ellos. AC sintió entonces que le faltaba el aire y le
dieron un líquido oscuro que tenía un sabor raro y desagradable.
«Tras de esto lo llevaron a una habitación completamente oscura en
donde sintió que lo trasladaban a otro vehículo más pequeño que lo
dejó en el mismo sitio en que lo habían abducido. Cuando se repuso y
quiso ver dónde estaba el pequeño vehículo que había visto al
principio, ya no estaba allí».
Hasta aquí lo que los citados autores nos cuentan resumidamente de
la experiencia de AC en el año 1979. Pero lo interesante es que las
experiencias han proseguido y hoy ya conocemos muchos pormenores
sobre todo este caso; no sólo sobre las consecuencias que ha tenido
sobre la vida de AC, sino sobre los mismos extraterrestres que lo
secuestraron y hacia los que en la actualidad AC ya no siente
ninguna animosidad.
Todos estos detalles han ido saliendo a la luz mediante las sesiones
de hipnosis a que AC ha sido sometido por expertos muy cualificados
que se han ocupado de verificar cada una de sus aseveraciones y de
asegurarse de que no están ante un sujeto fabulador.
Sin querer entrar en ninguna discusión que estaría completamente
fuera de lugar en este apéndice, les diremos a los que critican el
método de la hipnosis como un instrumento de trabajo en la ovnilogía,
que si conociesen bien todo lo que él conlleva, no perderían su
tiempo ni su reputación en atacarlo tan a ciegas y tan
absolutamente. Por supuesto, que puede haber algún caso de
fabulación, pero cuando se toman las precauciones debidas y es
practicado por verdaderos expertos se pueden descubrir datos y se
puede llegar a conclusiones que no admiten duda alguna.
AC fue sometido a una «Regresión de sensitividad» el 5 de agosto de
1979, mes y medio después de su primera abducción. A una regresión
hipnótica el 19 del mismo mes de agosto. A otra regresión hipnótica
en enero de 1983 tras otra abducción y a otra más en el mes de abril
del mismo año tras una tercera abducción. En cada una de estas
regresiones se descubrían otras abducciones de las que AC no se
acordaba.
Al igual que en muchos otros casos, AC tenía sólo una sensación
borrosa de que algo extraño le había pasado en aquella fecha o en
aquel lugar pero no conservaba ninguna idea clara ni concreta de lo
que entonces le había sucedido. Bajo hipnosis todo se volvía claro y
cuando posteriormente se oía a sí mismo en la cinta grabada en
estado hipnótico, se producía casi repentinamente una conexión entre
la mente consciente y la inconsciente, que en más de una ocasión ha
resultado ser bastante traumática.
Uno de los testigos más importantes que nos demuestra que no estamos
ante un caso de fabulación es el perro «Hongue». Tal como ya
dijimos, fue dejado como muerto por los dos robots cuando los quiso
atacar, pero en realidad estaba sólo paralizado. Cuando volvió en
sí, huyó del lugar y posteriormente no ha querido de ninguna manera
volverse a acercar al sitio en donde fue paralizado. No sólo eso,
sino que ya no ha vuelto a ser el mismo perro dócil y valiente que
era antes y se niega rotundamente a acompañar a AC en sus rondas
nocturnas, cosa que antes hacía con gran alegría, pues no en vano
había sido entrenado especialmente para ello.
AC ha cambiado mucho en su manera de ser desde que tuvo su
experiencia. En la actualidad puede comunicarse telepáticamente con
sus abductores con los que, como ya dijimos, mantiene unas
relaciones mucho más amistosas que en un principio. En sucesivas
abducciones, además de las dos razas ya descritas, ha visto otras
dos completamente diferentes. En un caso se trata de individuos de
talla alta, y rubios de ojos azules que cooperan amigablemente con
las otras dos razas; y en otro de individuos muy peludos, parecidos
a gorilas o chimpancés, pero racionales pues los vio hablar entre
ellos, aunque no se dirigieron a él en ningún momento.
En julio de 1982 le fue mostrada a AC su pequeña hija, fruto de la
experiencia llevada a cabo en su primera abducción. En esta ocasión
AC no fue abducido sino que sencillamente se la mostraron a la
puerta de una pequeña nave que se posó cerca de él. Un mes más
tarde, el 8 de agosto, fue abducido nuevamente y esta vez se la
enseñaron de cerca. Es una niña bastante parecida a su madre, pero
con las facciones más dulcificadas y con la misma piel color
chocolate de sus progenitores. (Ver ilustración).
En un ocasión AC vio cómo en su propia casa su hijo terrestre
Fernando, de tres años, nacido de su matrimonio con Jandira, jugaba
con su hija extraterrestre, de cuatro años. Y entonces le fue dicho
que esto sucedía muchas veces por la noche sin que sus padres se
diesen cuenta.
Tal como hemos dicho este no es el único experimento biogenético
hecho por extraterrestres del que se tenga noticia en Brasil.
He
aquí unos cuantos tomados del catálogo de la SBEDV:
-
13 de abril de 1978. Lugar: Maringá (Paraná), Brasil.
Jocelino de
Mattos, trabajador en una Compañía eléctrica, fue abducido por la
noche cuando caminaba hacia su casa. También fue elevado hacia el
ovni a través de un haz de luz. Primero le extrajeron semen y luego
fue obligado a copular con una extraterrestre de piel clara que dijo
ser médica en su planeta. Duración de la experiencia: dos horas.
-
3 de enero de 1979. Lugar: Hialeah (Miami), U.S.A.
Filiberto
Cárdenas, cubano exiliado, mientras examinaba su coche descompuesto,
fue levantado en el aire al atardecer por una nave medio escondida a
poca altura en una pequeña nube. El hecho sucedió en presencia de un
amigo, la esposa de éste, y una hija de ambos que viajaban con él en
el coche. Los extraterrestres le extrajeron muestras de semen en el
examen físico a que lo so metieron. Le dijeron que ellos tenían ya
81 híbridos de su propia raza con humanos. Apareció semiconsciente
al próximo día, tirado en una carretera no muy lejana y en buenas
condiciones físicas.
-
15 de octubre de 1979. Lugar: Saquarema (Río de Janeiro).
Luli
Oswaldo y un amigo fueron abducidos por un objeto esférico que salió
del mar. Sometidos a un examen físico les extrajeron semen y luego
fueron obligados a tener relaciones sexuales con dos de tres mujeres
que tenían caras feísimas como de roedores y de estatura bastante
baja, que no demostraron emoción ni sentimiento alguno durante todo
el encuentro. Duración: dos horas y media.
-
30 de noviembre de 1982. Lugar: Botucatú (Sao Paulo), Brasil.
Juan
Valerio de Silva, portero de un hospital. Cuando a media noche salió
al patio de su casa para tomar un vaso de agua, fue elevado hacia un
ovni que flotaba encima de un árbol, mediante un rayo de luz. La
extraterrestre con la que tuvo relaciones sexuales tenía la piel
oscura y cabellos largos y negros. Le hicieron numerosos tatuajes
con símbolos extraños. Duración: aproximadamente tres horas.
-
14 de diciembre de 1983. Lugar: Chapeco (Río Grande), Brasil.
Antonio Nelso Tasca, locutor-reportero de una emisora de radio. Fue
elevado hacia un ovni, también mediante un haz de luz, mientras
manejaba su auto por la carretera BR-282. La mujer con la que copuló
tenía los ojos muy rasgados y era de piel clara. Duración del
suceso: unas ocho horas.
Los robots a los que se hace referencia en el texto, que la noche
del 28 de junio de 1979
secuestraron a Antonio Carlos Ferreira y lo
llevaron a una pequeña nave
en la que lo transportaron a otra mayor
que se hallaba estacionada a gran altura en el espacio.
Dibujo de la ET con que AC tuvo relaciones.
Los puntos en los muslos
son una señal que llevan todos los de su raza.
El dibujo fue hecho
por Vilma Buhler tras dos años de trabajo con el abducido
y después
de muchas correcciones conforme a lo que él le iba indicando.
La misma mujer con la que tuvo relaciones,
vistiendo el traje de una
sola pieza que ordinariamente llevan puesto los de su especie.
La
insignia que en él se ve es la misma que le tatuaron a AC en un
brazo.
Imagen idealizada por el artista norteamericano Chan Johnson, de la
mujer con la que tuvo relaciones Antonio Carlos.
A lo que parece
tiene en cambio bastante semejanza con la hija que resultó de la
unión de ambos.
Esta no tiene tan acentuados los rasgos de la madre,
que tan mala impresión causaron en el ánimo de AC.
Dos vistas de AC con el investigador Ney Matiel.
La superior, en el
lugar exacto de una de las abducciones.
En la inferior se puede ver
a Fernando, su pequeño hijo, con el que algunas noches viene a jugar
su medio-hermana extraterrestre.
Juan Valerio y su hijo Reginaldo.
Los extraterrestres que lo
secuestraron y lo obligaron a tener relaciones sexuales le dijeron
que tanto él como Reginaldo eran fruto de experiencias genéticas que
ellos habían llevado a cabo;
en cambio los otros miembros de su
familia, no.
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