El lector debe
saber que también yo voy descubriendo esta obra a medida
que la voy traduciendo. Aunque el tema no me es nuevo,
no deja de impactarme cada episodio en el que se nos
narra cómo un individuo se ve sometido a una sistemática
intromisión por parte de entidades de las que,
para
mayor dramatismo, casi nadie habla.
Se trata de miles,
posiblemente, cientos de miles de personas normales,
secuestradas durante el curso de sus vidas, algo que,
hasta el día de hoy (y así me temo que seguirá) sólo
logra captar el interés
de unos pocos científicos
comprometidos.
A lo largo de la traducción he creído interesante
colocar alguna información adicional (señalada por notas
a pie de página), ajena a la obra, que - de seguro
- será
útil para una mayor comprensión del fenómeno. |
Contenido
-
Reconociendo la señal
-
"Se
que suena un poco loco, pero..."
-
Sombras de la mente
-
¿Qué
hacen ellos?
-
Lo que son los Alienígenas
-
La razón por la que se ocultan
-
Infiltración
-
Las especies híbridas - Niños
-
Las especies híbridos - Adolescentes y
adultos
-
Actividad Independiente de los híbridos
-
La naturaleza de las intenciones alienígenas
-
¿La vida como la conocemos?
-
Aceptando lo Inaceptable
Capítulo 1
Reconociendo la señal
10 Mayo 2011
En el éxito cinematográfico de 1996, Independence Day, alienígenas
hostiles convierten la Tierra en un infierno de muerte y
destrucción. En ella, unos ingeniosos seres humanos luchaban unidos
contra el enemigo común, salvado el planeta.
Este escenario de Hollywood no es nuevo, sino que ha dominado la
gran pantalla de versiones de contacto con alienígenas desde 1951, con el
estreno de La Cosa (The Thing), en la cual un solo alienígena hacía
estragos sobre un grupo de humanos.
Una versión más pacífica del contacto con alienígenas ha acabado por
convertirse en toda una corriente cultural. Desde 1951, con
Ultimátum a la Tierra (The day the Earth Stood Still) hasta llegar a
Encuentros en la Tercera Fase (Close Encounters of the Thirth Kind)
en 1977, los alienígenas eran benignos visitantes que ayudan a los
humanos. En este escenario, los visitantes ofrecen a líderes,
científicos, medios de comunicación, su asistencia y cooperación.
Hay un respeto mutuo: los humanos esperan aprender de los avances
tecnológicos alienígenas, y éstos esperan ayudarlos a vivir en paz,
cooperando para construir un mundo mejor.
Hay, todavía, otra visión de la intervención alienígena en la vida
humana: la idea de que ellos vienen para salvar, específicamente, a
unos individuos concretos, antes de que lleguen los cataclismos.
Cultos grupales que creen en esto han existido desde comienzos de la
década de los cincuenta del siglo veinte.
Miembros del culto Heavens Gate, en 1997, estaban tan convencidos de que un ovni
vendría y los salvaría del apocalipsis, llevándolos a un mundo más
elevado, que 39 de ellos cometieron suicidio para facilitar su
rescate y transporte.
Un cuidadoso análisis del fenómeno de abducción alienígena nos
indica que el contacto, de hecho, ya ha tomado forma, sin que, no
obstante, guarde relación alguna con los escenarios antes descritos.
No ha habido encuentros públicos, no se ha involucrado a los líderes
mundiales, no hay cobertura periodística alguna. Tampoco hay
colaboración, asistencia, guerra, muerte o apocalipsis; el contacto
se ha establecido en los términos de los alienígenas, y en secreto.
Allá por 1966, cuando comencé a estudiar el fenómeno ovni, no podía
imaginar, si quiera, este escenario de contacto.
Tampoco imaginé que
dedicaría tantos años de mi vida adulta a estar en medio de esta
investigación. Nunca pensé que habría de decirles a mis hijos que no
la mencionaran en sus escuelas, a fin de que no fuesen blanco de la
más inmisericorde ridiculización. Tampoco supe que mi esposa habría
de aprender a guardar silencio sobre mi labor, para que en su lugar
de trabajo los empleados no pensasen que se había casado con un
loco.
Cuando hablo sobre el fenómeno ovni-abducción con mis colegas de la
comunidad académica, soy consciente de que ellos piensan que mis
capacidades intelectuales están seriamente dañadas. Finalmente, me
hallo a mí mismo en medio de esta poco confortable posición,
tratando de adivinar las consecuencias futuras de mi investigación
sobre los alienígenas.
Principalmente, soy profesor de Historia, especializado en la
América del siglo veinte. Pienso, leo, enseño, sobre el pasado, pero
el estudio del fenómeno ovni me ha obligado a especular sobre el
futuro. El estudio de Historia prueba que predecir eventos futuros
es una tarea inútil, pero, irónicamente, aquí estoy, tratando de
suponer qué puede depararnos el futuro.
Mi investigación comenzó en el Departamento de Historia de la
Universidad de Wisconsin, donde me gradué. Mi disertación doctoral
estaba centrada en la controversia generada por los ovnis en
América, desde una perspectiva intelectual, social, militar de la
historia. En mi investigación dediqué semanas en la Base Militar de
Maxwell, así como en la Biblioteca del Congreso, leyendo
documentación gubernamental sobre los avistamientos ovni. Viajé por
el país, entrevistando a algunos de los más destacados
investigadores, tanto civiles como militares.
En 1975, el
Departamento de Prensa de la Universidad de Indiana publicó una
extensa versión de mi disertación doctoral bajo el nombre La
Controversia ovni en América (The Ufo Controversy in America).
Mi más temprana investigación se centró en los avistamientos. Mi
hipótesis de trabajo, sobre una base de cuidado análisis, conllevaba
que, si los ovnis procedían de fuera de la Tierra, estaríamos ante
el más grande descubrimiento científico de todos los tiempos. En la
otra mano, si se demostraba que los avistamientos eran fruto de una
confusión de los testigos con fenómenos naturales o convencionales,
o de su propia imaginación, el fenómeno ovni acabaría relegado a
formar, simplemente, parte de la cultura popular. Sólo cabían esas
dos posibilidades.
De este modo, me uní a los investigadores que trataban de advertir,
a través del testimonio de los testigos, si lo que veían era
anómalo, artificial, naves inteligentemente controladas. Analizamos
fotografías, grabaciones de película, archivos de radar, y cualquier
residuo aparentemente generado por los ovnis. Así amasamos cientos
de miles de informes de avistamientos procedentes de todo el mundo.
Trabajamos con una metodología que determinaba si el testigo era
creíble o no. Y me convertí en un investigador de campo para una
desaparecida organización que analizaba el fenómeno, entrevistando
testigos, tocando a la puerta de otros investigadores, y publicando
los resultados de mi trabajo en magazines de ufología.
A comienzos de la década de los setenta la comunidad de
investigadores había recolectado tantos informes sobre ovnis que su
base de datos era enorme. Sabíamos sobre la hora del avistamiento,
su duración, movimientos del objeto, cambios de color, número de
testigos, así como de los efectos del ovni sobre animales, personas,
equipos electrónicos, coches y medio ambiente en general. Cada uno
de esos informes fue cuidadosamente investigado y documentado. En
muchos casos, la abundancia de testigos le aportaba más crédito a
las evidencias. Por aquel entonces, la cabeza visible de la
comunidad de investigadores era el Dr. J. Allen Hynek.
Por supuesto, había debates internos sobre casos específicos, pero
ello no desacreditaba la legitimidad del fenómeno en su conjunto. A
finales de los años setenta, la evidencia del asunto ovni, como un
fenómeno real, era tan grande que no se podía ya negar que los
testigos veían algo extraordinario cuya procedencia, probablemente,
fuera de más allá de la Tierra.
Como parte de nuestra investigación, desde luego que pensábamos
sobre las consecuencias del contacto entre especies alienígenas y
humanos. Teorizamos sobre cómo afectaría a la religión, las
instituciones gubernamentales, y sobre cuál sería el lugar del
hombre en el universo.
Debatíamos sobre el ya se habría producido un
contacto, o sobre si las intenciones de los alienígenas eran
hostiles hacia nosotros. Los ovnis se mostraban como si quisieran
mantener las distancias, evitando un contacto formal. No estaban
llevando a cabo aterrizajes masivos, sino que volaban por unos
instantes y desparecían.
Su aparente timidez sugería que eran
neutrales o, al menos, que no eran hostiles hacia los humanos.
Sin embargo, la curiosidad y las preguntas sobre las motivaciones de
los alienígenas continuaban bajo la propia investigación del
fenómeno. Si bien, puesto que era muy poca la información a ese
respecto, la mayoría de los investigadores no dedicó mucho tiempo a
esas especulaciones. Cuanto más aprendíamos sobre los ocupantes de
las naves, más difícil se nos hacía comprender sus motivaciones.
Durante las décadas de los sesenta y setenta, los informes sobre
ovnis y sus ocupantes comenzaron a tener, cada vez más, una
naturaleza estrafalaria, verdaderamente extraña (bizarre). Los ovnis
perseguían coches, desparecían en el aire, y dejaban marcas en los
testigos. Operaban en secreto sin una razón aparente. Los testigos
afirmaban haber visto a los ocupantes fuera de sus naves.
Ocasionalmente, decían haber observado a los humanoides alrededor de
sus naves, paralizando y examinando a los desafortunados humanos.
En
otros informes aparecen los humanoides reparando sus naves o
excavando la tierra. Algunas veces se muestran colectando plantas,
como si saciaran su curiosidad sobre la flora y fauna terrestre. En
otras ocasiones, ocupados en comportamientos más desconcertantes,
sin prestar atención a los testigos, o apareciendo inesperadamente
con una cajita en sus manos para luego desaparecer.
Los registros de esas actividades eran un desafío para los
investigadores, quienes trataban de ver algún sentido a ellas.
Nuestra mentalidad no era, en cualquier caso, la de quienes
observaban en su comportamiento alguna intención hostil. De hecho,
los alienígenas parecían estar examinando la topografía u obteniendo
conocimiento.
Cuando las abducciones fueron por primera vez conocidas, como la de
1961, vivida por Barney y Betty Hill, éstas parecían ceñirse a un
propósito de mera curiosidad. Todavía, aunque Barney y Betty Hill no
eran los típicos charlatanes contactados de los años cincuenta que
trataban de hacer dinero con su historia, uno no podía estar seguro
de que no estaban inventando su testimonio.
Como en otros informes de abducciones, los investigadores
sospechaban la posibilidad de fraude. Para mí habría sido fácil
adoptar una posición escéptica. A diferencia de quienes avistan los
ovnis, los abducidos tienen fotografías, ni hay en sus experiencias
archivos de radar, ni filmaciones, y usualmente no hay más testigos.
Sus relatos fueron extraídos por medio de hipnosis, lo cual era un
claro impedimento para otorgarles crédito.
A causa de la naturaleza extrema de las afirmaciones de los
abducidos, me mantuve lejos del fenómeno de las abducciones,
mientras nuestro conocimiento sobre el mismo comenzaba a crecer. El
caso de Barney y Betty Hill era lo que se puede entender como
estándar, en el que alienígenas grises se comunican telepáticamente
con ellos, los examinan, y parecen interesados en la reproducción
humana. Tras la abducción, los Hill padecieron una especie de
amnesia y su memoria sobre el incidente sólo pudo ser recuperada
mediante el uso de hipnosis.
Este caso fue contado por capítulos en
un magazín semanal, fue objeto de un best seller, y acabó
convirtiéndose en una de las abducciones mejor conocidas de la
historia.
Pero hubo conocimiento de otro caso de abducción anterior, el vivido
por Antonio Villas Boas, en Brasil, 1957. Villas Boas dijo haber
sido abducido mientras conducía el tractor de su padre. Afirmó haber
mantenido relaciones sexuales con una alienígena con rasgos
femeninos casi humanos. Este caso era demasiado embarazoso y
desconcertante para que los investigadores lo tomaran en serio, y no
fue publicado hasta 1966, el mismo año en que el público supo del
relato de los Hills.
Sólo unos casos más fueron conocidos a mediados de los años sesenta
y comienzos de los setenta. Uno de ellos fue el llamado Caso
Pascagoula, de 1973, en el cual dos hombres decían haber sido
abducidos mientras estaban pescando en los bancos del Río Pascagoula,
en Mississippi. Durante la abducción, los alienígenas los hicieron
ir flotando hasta una nave, donde un objeto con forma de balón de
béisbol pasaba sobre sus cuerpos y los examinaba. Los dos abducidos
parecían traumatizados por este suceso, y uno de ellos no habló de
lo ocurrido por muchos años.
Otro caso sucedió en 1975. Travis Walton fue abducido y desapareció
de su entorno durante cinco días. Sólo unos momentos antes de su
abducción, seis testigos vieron cómo Travis era golpeado por una
bola de luz que había surgido de un ovni. Los testigos entraron en
pánico, huyeron, y únicamente regresaron al rato, cuando Travis ya
había desaparecido.
Leí sobre estas abducciones y no me impresionaron. Quienes tratan de
desacreditar (debunkers) el fenómeno han indicado - incorrectamente
- que Travis Walton había deseado ser abducido, convirtiendo todo su
relato en un asunto sospechoso. Además, los alienígenas del caso
Pescagoula no encajan en las descripciones dadas por otros
abducidos.
En 1976, confidencial y erróneamente le dije a J. Allen Hynek que yo
pensaba que el tan publicitado caso de Pascagoula y el caso de
Travis Walton eran, posiblemente, fraudes. Lo hice por el
desconocimiento que teníamos del fenómeno. Pensaba que la
posibilidad de que esos casos fueran fraudes era mayor que la
posibilidad de que, en efecto, fuera cierto lo que los abducidos
decían, esto es, que habían sido secuestrados por alienígenas.
En 1976 tuve la oportunidad de entrevistar a Betty Hill, quien me
dijo algo que había mantenido en secreto desde la abducción
padecida: las entidades habían extraído esperma a su esposo Barney.
Encontré esto fascinante. No sólo reforzó el creciente número de
informes en el que aparecían alienígenas interesados en la reproducción
con humanos, sino que me hizo pensar lo siguiente: Si la historia de
los Hill era producto de una invención (como afirmaban los debunkers),
¿por qué inventarse algo con la intención expresa de no contársela a
nadie? En mi mente, el misterio de las abducciones estaba
convirtiéndose en un asunto profundo y muy complejo.
Como fuera, todavía seguía concentrado en el paradigma de los
avistamientos, en el cual me convertí en un experto. Avistamientos,
aunque todavía considerados por el público en general como una
invención, eras seguros y confortables de investigar. El creciente
número de testigos de crédito, informes de radar, fotos, Films, y
efectos físicos, nos otorgó una sólida base de evidencias en la que
confiar. Mientras tanto, a las abducciones, pese a mi interés por
ellas, aún les faltaban las evidencias mínimas que se precisan (por
mi parte) para poder ser investigadas.
Yo era escéptico sobre el trabajo de 1979 del veterano investigador
ovni Ray Fowler, sobre el caso de Betty Andreasson. El caso
demostraba que los alienígenas podían mentalmente controlar a las
personas desde la distancia; los alienígenas apagaron - inutilizaron el
subconsciente o inmovilizaron - a las personas que estaban en el
hogar de la Sra. Andreasson, mientras la abducían a ella y a su
hija.
Este caso también ilustró una manipulación física de la
materia que, a juzgar por otros informes, los alienígenas realizan
rutinariamente. Tal es así que ellos, los alienígenas, llegaron a través
de las paredes de la casa para llevar a cabo las abducciones. Y
durante ellas, Betty Andreasson vio desconcertantes e inexplicables
imágenes de extraños lugares y estrafalarios animales. Pero yo me
mantuve en la duda y creí que las imágenes que ella vio, y quizás la
abducción completa, eran generadas por su propia mente.
Sin embargo, allá por 1980 la mayoría de las abducciones reportadas
mostraban un patrón de similitud: parálisis, exámenes
médicos/físicos, telepatía, amnesia, y pequeñas entidades grises con
grandes ojos negros.
Muchos de esos informes hablaban de un permanente interés de los
alienígenas en la reproducción humana. Todavía entonces, yo había leído
algo de literatura sobre abducciones, pero no había sido persuadido
de dejar atrás mi trabajo sobre los avistamientos. Los abducidos
podían estar mintiendo, o tal vez tenían graves problemas
psicológicos.
Entonces, en 1981, Budd Hopkins publicó su obra Missing Time, un
estudio en el cual examinó a siete abducidos y encontró que una
persona podía ser abducida muchas veces durante el curso de su vida,
y podría tener una pantalla de memoria que enmascarase otros eventos
de abducción. Hopkins descubrió reveladoras cicatrices en los
sujetos abducidos, las cuales les eran producidas durante el rapto.
Su trabajo también confirmó el interés de estas entidades por la
reproducción humana.
El libro de Hopkins dio a los investigadores
del fenómeno ovni la primera tabla sistemática de coincidencias
entre las experiencias de los abducidos, y demostró que el fenómeno
podía ser estudiado con seriedad.
Un año más tarde, en 1982, Tracey Torme, amigo común de Budd Hopkins
y mío, nos reunió a ambos. Visité a Hopkins en su casa de campo de
Cabo Cod, y aprendí más sobre lo que él estaba haciendo. Advertí
cómo de prudente y cauteloso era en su trabajo. Había estado
desarrollando modelos en su investigación que eran difíciles de
ignorar. Los abducidos con los que él trabajaban eran serios, gente
sobria genuinamente preocupada sobre lo que a ellos les estaba
ocurriendo, y me sentí intrigado.
Tras mis encuentros con Hopkins llamé a Hynek y le dije que creía
que Hopkins estaba trabajando en un área importante del fenómeno.
Hynek me advirtió de que permaneciera al margen de los casos de
abducción, porque los sujetos eran gente excéntrica que nos
apartaría del camino principal, el análisis de los avistamientos. No
estaba de acuerdo con él, y le dije que me parecía que el trabajo
desarrollado por Hopkins era sólido.
Hynek reiteró su advertencia,
tratando de conducirme hacia el buen camino de la investigación; los
informes sobre abducciones era demasiado bizarros para él. No podía
someter la fenomenología de las abducciones a la clase de análisis
científico que él sí aplicaba sobre los informes de avistamientos.
Aunque yo había adoptado durante más de quince años una postura
similar a la de Hynek, esta vez debía seguir las evidencias. Había
comenzado a comprender que si las abducciones estaban sucediendo
realmente, éstas podían ser la clave del misterio ovni, ya que el
fenómeno de los abducidos nos permitía entrar dentro de los ovnis.
Nos otorgaba el conocimiento que, examinando el exterior de los
objetos, nunca habíamos logrado obtener. Y decidí que comenzaría a
estudiar esos casos por mí mismo, de tal forma que pudiera sopesar
las evidencias cuidadosamente. Para emprender esta investigación
habría de aprender a realizar hipnosis.
Realicé mi primera hipnosis regresiva en agosto de 1986. Desde
entonces he llevado a cabo más de trescientas hipnosis regresivas, y
he descubierto que analizar los relatos de los abducidos no es tarea
sencilla. Aún haciendo las preguntas adecuadas, y separando realidad
de fantasía, todavía es un asunto difícil; falsas memorias y
confabulaciones podrían conducir a los investigadores y a los
propios abducidos hacia un terreno de pensamiento deseoso y
fantasía.
En 1992 publiqué el primer segmento del resultado de mis
investigaciones: Vida Secreta, informes de primera mano sobre
abducciones en ovni (Secret Life: Firsthand Accounts of UFO
Abductions), en el que expuse la estructura de la abducción estándar
y los variados procedimientos mentales mostrados por los abducidos.
También describí múltiples procedimientos físicos y reproductivos,
desconocidos hasta la fecha, y fui capaz de re-crear minuto a minuto
la típica experiencia abductora desde el comienzo hasta el final.
Desde mi propia investigación pude añadir a los hallazgos de Hopkins
sobre los procedimientos reproductivos de los alienígenas acerca de la
implantación de óvulos y la extracción de fetos.
Ambos encontramos
que los alienígenas requerían abducidos que les fueran útiles para que
interactuaran físicamente con bebés y niños de extraña apariencia,
los cuales son generalmente descritos por los abducidos como
semejantes a una combinación entre alienígenas y humanos: híbridos.
Mediante el descubrimiento de esos elementos del fenómeno, Hopkins
también descubrió uno de los aspectos centrales del por qué esas
entidades están en nuestro mundo.
Habiendo analizado mi propia
investigación sobre los procedimientos reproductivos de los
alienígenas sobre los humanos, supe que ellos - los alienígenas
- estaban
tomando óvulos o esperma. Pude identificar cuándo un feto era
extraído o implantado en una abducida. A todas luces, los
alienígenas estaban ocupados en alguna clase de programa de
reproducción, si bien las razones finales de dicho programa
reproductivo se mantenían en un completo misterio.
Los procedimientos mentales eran incluso más desconcertantes. Los
alienígenas casi siempre miraban a los ojos de los abducidos a una escasa
distancia y parecían inducir a sus víctimas a sentir amor, miedo o
enfado. Algunos de esos escaneos mentales eran procedimientos
visuales que provocaban intensa excitación sexual tanto en hombres
como mujeres. Entrando a través de los ojos de sus víctimas, las
entidades podían generar en ellas escenarios y situaciones
convenientes en sus mentes para lograr sus fines.
En aquel entonces
no tenía ni idea del cómo y el porqué esto se hacía. Ahora creo que
entiendo la razón.
Los alienígenas, en sí mismos, eran enigmáticos. Lo mismo que los bebés,
adolescentes, adultos híbridos; sus vidas eran un misterio. Pero una
cosa era cierta, los alienígenas estaban inmersos en un tremendo número
de abducciones. Una encuesta nacional llevada a cabo por la Roper
Organization, en 1991, reveló la posibilidad de un programa de
abducción mucho más extenso de lo que nosotros pudiéramos imaginar.
Nuestra continua investigación puso sobre la mesa otras muchas
cuestiones. Por ejemplo, la investigadora (y abducida) Karla Turner
afirmó en 1993 que algunos de los abducidos decían haberlo sido con
la cooperación de militares estadounidenses. En 1994, el Profesor
John Mack, de Harvard, dijo que los alienígenas tenían un aparente
interés en el cuidado del medio ambiente terrestre.
Los abducidos crecientemente afirman que adultos híbridos están
involucrados en sus abducciones. Budd Hopkins encontró que los
alienígenas estaban emparejando jóvenes abducidos para relaciones a largo
plazo. Para complicarlo más, aunque el fenómeno de las abducciones
es traumático para la mayoría de las víctimas, muchas de ellas
encontraron iluminación y expansión de su consciencia en la
experiencia vivida.
Como si estos aspectos no complicasen lo suficiente el asunto, hasta
hace poco no tenía, si quiera, respuestas provisionales a las
cuestiones más importantes: ¿Cuál es el propósito del programa de
reproducción llevado a cabo por los alienígenas? ¿Cuál es la razón por la
que operan secretamente? ¿Cuál es la magnitud del programa de
abducciones? ¿Cuál es el propósito de la hibridación?
Durante los primeros veinte años de investigación pensé que nunca
podríamos responder a las preguntas fundamentales sobre las
motivaciones e intenciones alienígenas. Pero todos esos pensamientos
han cambiado ahora. En los pasados diez años he reunido la
información que responde satisfactoriamente a esas preguntas.
En mi más reciente investigación, he hallado información que permite
a los investigadores del fenómeno ovni a resolver el misterio, al
menos aquellas cuestiones que tendrán un mayor impacto en nosotros.
He colocado muchas de las piezas del puzzle y no me gusta lo que
veo. Por primera vez en más de treinta años de investigación del
fenómeno ovni los resultados me asustan. El entendimiento no ha
conducido a un sentimiento de logro, más bien hacia un profundo
temor acerca del futuro.
El fenómeno de las abducciones es mucho más siniestro de los que yo
había llegado a pensar. El optimismo no es la respuesta apropiada
ante las evidencias, las cuales sugieren que la agenda alienígena es
principalmente beneficiosa para ellos, no para nosotros.
Sé la razón
por la que los alienígenas están aquí, y cuales serán las
consecuencias sobre nosotros si su misión alcanza el éxito.
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Capítulo 2
"Se que suena un poco loco, pero..."
21 Mayo 2010
En plena onda expansiva de un movimiento que tiene, o eso parece, su
epicentro en España, no conviene olvidar que hay una agenda (en
última instancia, alienígena, por supuesto) que, o bien es madre del
movimiento, o bien es madrastra que pretenderá fagocitarlo.
En
cualquier caso, la prudencia sugiere mantener una cierta distancia,
y dejar reposar por algún tiempo, hasta que veamos si lo que está
gestándose en el seno de la sociedad está ungido por el sol, o
envenenado con decepción y engaño. Entretanto, si nos atenemos a las
conclusiones obtenidas por quienes han dedicado su esfuerzo en pos
de saber qué se hallaba tras el fenómeno
ovni-alienígenas-abducciones, una amenaza se cierne sobre nuestro
mundo.
Puede que esa amenaza alienígena haya sido la autora
intelectual de la avaricia cincelada en la frente de las bestias que
crearon este maldito sistema económico. Las bestias que, rozando
fechas claves para la evolución de la humanidad, desplomaron el
sistema y pusieron la estabilidad del despreocupado hombre
occidental al borde del colapso que trajo este movimiento...
Puede
que esa sea la estrategia perfecta, más que una simple cortina de
humo, para preocupar a todo Noé, de modo que no finalice la
construcción de su arca. Pero el diluvio ya llega, y Noé no ha de
olvidar que únicamente lo que se contiene en el arca tiene Vida....
Amigo lector, La Amenaza, revelando la agenda secreta de los
alienígenas, (1998), capítulo segundo: Sé que lo que voy a decir es
una locura, pero…
Son los propios abducidos quienes han respondido sobre las
intenciones de los alienígenas, a pesar de que no es sencillo para
ellos hablar sobre sus experiencias. Han aprendido a mantenerse en
silencio. En la niñez, por poner un ejemplo, una abducida quizás le
ha contado a su madre y a su padre sobre esas personitas que
aparecen en su dormitorio, atravesando las ventanas cerradas, para
llevársela.
Probablemente, sus padres la tranquilizaron diciéndole
que su relato es un simple sueño, mientras que la insistencia de la
niña - ¡fue real, yo estaba despierta! - no es lo más conveniente para
ella. Finalmente, el abducido decide parar de contar lo que vive a
sus padres.
En la escuela, es posible que nuestra niña confíe en alguna amiga, a
la que pueda revelarle que en su dormitorio se le aparecen
fantasmas, quizás alienígenas. Puede que esta amiga le guarde el secreto
por un breve tiempo, pero no tardará en saberse por el resto de los
niños, quienes se burlarán de ella sin piedad alguna. Y con ello, el
abducido aprender a no contarle su secreto a nadie más.
Llegada la vida adulta, nuestra amiga, probablemente, ya guarda
secretamente lo que ha experimentado. Si, acaso, se lo contase a
alguien, siempre será dentro de un contexto que no la exponga
demasiado al ridículo, sino que hablará en términos graciosos que le
permitan restar seriedad al asunto; eso sí, siempre esperando que
alguien le confiese que también ha tenido esa misma experiencia.
Cuando la abducida contraiga matrimonio no confesará nada a su
marido, y el secreto seguirá adelante, pues no desea que él crea que
está loca.
Ella sabe que su historia es difícil de aceptar, y que
podría no contar con su apoyo. De este modo, la mayoría de los
abducidos aprenden, durante el curso de sus vidas, que la mejor
manera de permanecer protegidos de la burla, el modo de no promover
la victimización, reside en no contar lo vivido a nadie. Así, ellos
viven sus vidas escondiendo sus secretos y ocultando sus miedos.
Tal es así, que ponerse en contacto con un investigador de
abducciones como yo, es un acto de valentía. Son personas que
sospechan que algo extraño e inusual está aconteciendo en sus vidas,
que encabezan las cartas que me envían con estas desgarradoras
frases:
‘Sé que parece una locura, pero…
O aquellas otras:
‘Sé que
se reirá cuando lea esto o ‘He escrito esta carta cientos de veces,
en mi mente.
Desesperadamente quieren que alguien les crea, aunque
son conscientes de que lo que están narrando es, inherentemente, una
historia difícil de creer, por lo que están dispuestos a exponerse a
más ridículos.
La mayoría de los abducidos viene a mí con una
cuestión básica, ‘¿qué me está sucediendo?. Otros tienen en su
haber un incidente desencadenante que les ha impulsado a ponerse en
contacto conmigo: ‘Verá, en 1979, mi novio y yo vimos cómo un ovni
se nos acercaba y bajaba en picado hacia nosotros. Todo lo que
recuerdo es que yo estaba corriendo y, después, ya estábamos los dos
dentro de nuestro coche, pero habían transcurrido seis horas. He
pensado sobre este incidente todos y cada uno de los días de mi vida
desde entonces.
Durante las posteriores sesiones hipnóticas que les realicé, los
abducidos recuerdan extraños sucesos que pueden llegar a ser
profundamente inquietantes y aterradores. Cuando les pregunté si
estaban dispuestos a someterse a hipnosis y revivir sus
experiencias, sus respuestas fueron variadas.
Mientras la mayor parte de ellos estaban dispuestos y algunos
vacilantes, sólo unos pocos dijeron que no, que preferían no saber
qué había ocurrido durante sus experiencias. Todos ellos se dieron
cuenta de que habían cambiado un problema por otro: ya tenían
respuestas a las preguntas sobre sus experiencias, pero ahora que
sabían lo que había ocurrido, estaban asustados.
La mayor parte del
conocimiento que salía al consciente sobre su difícil situación, los
transformó psicológicamente. Ahora se sentían más integrados, menos
confusos sobre sus circunstancias, y emocionalmente más fuertes. No
obstante, ellos también se sentían asustados e impotentes a la hora
de encarar las repentinas intrusiones físicas de los alienígenas en
sus vidas.
Traté a los abducidos individualmente, buscando toda nueva y,
quizás, reveladora información sobre el fenómeno, aunque casi toda
ella servía como confirmación de las otras. Por ejemplo, en más de
700 casos de abducciones investigadas mediante el uso de la
hipnosis, ha emergido la información sobre extracción de óvulos casi
150 veces, revisión física unas 400, inducción mediante la mirada
penetrante sobre unas 375, y contacto con bebés y niños pequeños, en
180 ocasiones.
Algunas experiencias las he escuchado sólo
ocasionalmente; si escucho una experiencia sólo en una ocasión, sin
coincidencia con otros testimonios, no puedo estar seguro de la
veracidad o rigor de la persona que me lo cuenta, por lo que pongo
su relato en stand-by, pendiente de que surja un testimonio
coincidente.
Prácticamente, todo lo que describiré en posteriores capítulos ha
sido confirmado en múltiples ocasiones. He entrevistado abducidos
procedentes de todo el continente americano, Europa, Asia y África;
y he trabajado con más de treinta testimonios escritos que han
surgidos de las sesiones hipnóticas que realicé a 110 de esos
abducidos. Se trata de individuos de variadas características
culturales, étnicas, raciales, educativas, económicas, políticas,
etc. Unas breves descripciones de los casos de algunas de esas
personas nos indican la amplia dimensión del fenómeno de las
abducciones…
Allison Reed tenía 28 años cuando se puso en contacto conmigo en
junio de 1993. Ella y su marido tenían un exitoso negocio que
desarrollaban desde su hogar. Allison me buscó mientras mi familia y
yo pasábamos unas vacaciones en la isla de Long Beach (New Jersey).
Ella estaba preocupada acerca de algunas extrañas cosas que le
habían estado ocurriendo a lo largo de toda su vida, las cuales
había aprendido a sobrellevar en silencio. Pero, ahora, su hijo de
ocho años y su hija de cinco le habían estado contando sobre
extraños y aterradores que habían vivido. La alarma fue aumentando a
medida que Allison escuchaba las experiencias de sus hijos, las
cuales eran confirmadas por la aparición de marcas físicas en sus
cuerpos.
Cuando sus hijos, de modo independiente, hicieron dibujos sobre lo
que estaban experimentando, Allison se dispuso a actuar. En
principio, contactó con aficionados al tema ovni, que la
convencieron de que el gobierno ocultaba el impacto de una nave en
la Costa Este. Finalmente, me encontró a mí.
No realizo sesiones regresivas con niños, pues aún desconocemos los
efectos que podrían tener sobre su desarrollo psicológico el
conocimiento de una experiencia de abducción. Sin embargo, accedí a
conocer lo que Allison deseaba contarme de sus experiencias. Cuando
descubrió que, al igual que sus hijos, era víctima de abducciones,
Allison se mostró extremadamente decidida a profundizar sobre el
asunto, con la intención de poner punto y final a aquello que
amenazaba a su familia y a ella misma.
He de decir que los informes
que obtuve de las sesiones hipnóticas que le practiqué, fueron tan
exactos como ninguno otro que yo haya escuchado. Así, descubrimos
abducciones que iban desde lo neutral a lo traumático, llegando a
ser, incluso, dañino. No fue hasta que transcurrieron dieciséis
sesiones hipnóticas que ella me habló sobre un suceso - de cinco días
de duración - que vivió junto a su esposo y uno de sus bebés (de sólo
diez meses) en 1986. Desde esa décimo sexta sesión examinamos
meticulosamente cada detalle de lo ocurrido durante las siguientes
ocho sesiones.
Allison acabó resignada a verse involucrada dentro del fenómeno de
las abducciones. Había tratado de prevenirlas mediante el uso de una
video cámara, la cual colocaba para que la enfocase durante toda la
noche, pero apenas tuvo unos pocos resultados positivos. Ella, como
todos los abducidos, ha tratado de acostumbrarse psicológicamente al
fenómeno, a fin de poder seguir adelante con su vida sin estar
pensando constantemente sobre lo que le ocurre a ella y su familia.
La primera vez que vi a Christine Kennedy fue en 1992. Era una mujer
de 29 años con tres hijos, que había tenido, a lo largo de su vida,
una serie de inusuales experiencias, ‘sueños, y sucesos. En su
juventud acostumbró a beber alcohol para apartar de su mente las
noches de terror que vivía.
No obstante, años antes de conocernos ya
estaba rehabilitándose y sobria, y aún seguía acudiendo a las
reuniones de rehabilitación cuando la conocí. A menudo despertaba
con contusiones en su cuerpo. Cuando sólo tenía seis años de edad,
despertó y fue inducida a conocer lo que era el coito. Ha visto
ovnis; ha visto entidades en su dormitorio. Estando embarazada de su
primer hijo, recuerda estar discutiendo con alguien sobre cómo aquel
bebé era ‘suyo y no de ‘ellos. Un día, supo de mí mientras leía un
artículo en un magazine sobre ciencia y ciencia ficción, y se
decidió a buscarme.
Al igual que Allison, Christine se propuso resistirse a sus
abductores, jamás se rindió ante lo que le estaba sucediendo, y
trató de combatirlo lo mejor que pudo. Finalmente, usó una video
cámara y equipamiento magnético en su dormitorio, con el fin de
detectar la presencia de alienígenas; también trató,
infructuosamente, de impedir que tanto ella como sus hijos fueran
abducidos. Odia a esos seres, pero - inútilmente - ha tratado de
protegerse de ellos.
Pam Martin ha llevado una vida todavía más inusual. Nació en 1944, y
vivió por un tiempo en un orfanato. Creció en New Jersey, donde tuvo
una existencia marginal e inconformista por muchos años. Habiendo
dejado los estudios en octavo grado, Pam es una autodidacta con
talento para la literatura y el arte.
Siendo joven trabajó como
bailarina en un club, camarera, camionera y, más tarde, como
asistenta médica.
Como resultado de sus experiencias con el fenómeno, Pam llegó a
creer durante años que ella estaba llevando una vida auspiciada por
ángeles de la guarda que la ayudaban a superar las dificultades de
la vida. Acabó siendo un devoto miembro de la Nueva Era. Tras una
particularmente vívida experiencia de abducción, ella concluyó que
los alienígenas eran, en realidad, maravillosos seres pleyadianos
que la visitaban.
Ciertamente sintió que se le habían otorgado
ciertos poderes que la capacitaban para manipular el tiempo y la
realidad en su propio beneficio. Por ejemplo, cuando tenía que
conducir hasta algún lugar, ella podía llegar mucho antes de lo que,
en principio, debía.
He realizado más de treinta sesiones de hipnosis con Pam, y durante
ese tiempo ella ha ido dejando atrás la visión romántica que tenía
sobre lo que le estaba sucediendo en su vida. Al principio se mostró
decepcionada, al advertir que lo que recordaba mediante la hipnosis
no eran las agradables experiencias que ella había imaginado. Sin
embargo, ahora ha logrado aceptar la realidad de lo que, en verdad,
acontecía.
Se ha dado cuenta de que no ha habido ángeles guardianes
o seres de las Pléyades en sus experiencias, así como que tampoco
puede alterar el tiempo y la realidad. Ahora, Pam quiere ser capaz
de enfrentar a esos seres sin temor alguno, y forzarlos a responder
cuestiones sobre sus actividades. Su esposo ha sido un apoyo para
ella, y siente que también él ha sido víctima de abducciones, aunque
él no tiene interés por conocer sobre esa posibilidad.
Claudia Negron nació en Puerto Rico en 1941, trasladándose a EE.UU.
cuando tenía seis años de edad. A mediados de los años setenta era
una divorciada madre de dos niños, y entró a la universidad con 32
años. Desde que se graduó trabaja como secretaria, y siendo seducida
por el fenómeno ovni, se unió al grupo local que estudiaba el
fenómeno.
Con una experiencia de vida repleta de abducciones,
Claudia está sensibilizada acerca del fenómeno; cuando los detalles
de sus abducciones comenzaron a aflorar en las sesiones hipnóticas,
ella quiso aprender todo lo posible al respecto. A pesar de todo,
Claudia tiene sentimientos encontrados, de modo que, si bien siente
una intensa curiosidad sobre el fenómeno, también se frena.
Susan Steiner nació en Nueva York, en 1950. Graduada universitaria,
comenzó su carrera como técnico fotográfico en un estudio de Nueva
York. Se casó en 1987 y, desde entonces, trabaja en su propio
negocio, un consultorio de marketing. En principio, Susan era
extremadamente escéptica acerca de lo que le estaba ocurriendo. Como
muchos otros abducidos, ella había dado otras explicaciones a las
experiencias que se producían a lo largo de su vida. Hasta que tuvo
su punto de inflexión en 1985, que es cuando se decide a buscarme.
Lo que ocurrió fue que ella y un amigo estaban de viaje de acampada
cuando tuvieron un avistamiento cercano de un ovni, seguido de un
periodo de miedo y confusión para, finalmente, vivir un episodio de
tiempo perdido de varias horas. Susan pensó continuamente sobre lo
ocurrido durante años, antes de someterse a mi sesión de hipnosis.
Ha pensando que, de ser abducida, su marido no la apoyaría.
Terry Mathews me escribió sobre su inusual experiencia en octubre de
1994. Nació en una pequeña ciudad de Pennsylvannia, y creció en una
familia de clase media alta cuyo cabeza de familia era un padre
agresivo.
Terry asumió que los sueños extraños y otras experiencias que se
daban en su vida estaban, de alguna manera, relacionados con los
actos de su padre. Esto fue aparentemente confirmado por un
terapeuta, quien - durante hipnosis - descubrió memoria reprimida,
tanto de carácter emocional como sexual. Terry se convenció de que
había sido sexualmente abusada y fue, por años, a terapia por ello.
Siempre con sentimiento de culpa a sus espaldas, rompió furiosamente
con un terapeuta que le comenzó a hablar de vidas pasadas. Incluso
aunque Terry es una persona muy religiosa, para ella era difícil de
asociar sus extrañas experiencias - que parecían no tener origen en
su padre - con entidades religiosas. Ella encontró una salida para su
confusión interna en la escritura creativa, y cuando la conocí
estaba buscando un editor para publicar sus novelas.
Como hija de un pastor protestante, Michelle Peters pensaba que
algunas de sus experiencias eran de naturaleza religiosa. Como en el
caso de Terry, Michelle sobrelleva sus memorias escribiendo sobre
ellas, y es la autora de una novela que no se ha publicado.
Poseedora de un encantador sentido del humor que le permite reírse
de sí misma, Michelle nunca se sintió victimizadas por el fenómeno
de las abducciones.
Como le ocurre a Pam Martin, ella tenía la
sólida convicción de que había sido visitada por ángeles de la
guarda, sucesos que Michelle pensaba habían llegado a su fin cuando,
con veinte años, se casó en 1982. Pero cuando cumplió los treinta y
dos, despertó en medio de la noche y observó brillantes luces azules
que provenían del exterior de su casa. Trató, infructuosamente, de
despertar a su esposo, y se dirigió hacia el salón, mirando por la
ventana. La luz azulada era demasiado brillante como para advertir
detalle alguno.
Lo siguiente que supo es que, cuando se levantó a la
mañana siguiente, estaba enferma, y que no vestía su camisón y la
bata estaba al revés. Este aterrador episodio la impulsó a buscar el
origen de sus experiencias.
Reshma Kamal nació en una aldea en India y se mudó con su familia a
Minneapolis cuando era una niña.
Finalmente se casó con un hombre,
también de India, y mantiene orgullosamente su tradicional hogar
indio. Cuando en la adolescencia se dio cuenta de que estaban
sucediendo cosas extrañas en su vida, se embarcó en la búsqueda de
una explicación. Su madre la envió de vuelta a India, pensando que
sanadores tradicionales indios podrían librarla de sus experiencias,
pero Reshma pensó que la actitud de esos sanadores era
irritantemente absurda. El doctor de la aldea y otros amigos de la
familia afirmaban que ella se construía esas historias en su mente
para llamar la atención, debido a su interés por casarse.
Años
después, el deseo de Reshma por entender sus experiencias se hizo
más fuerte, justamente cuando advirtió que lo que ella vivía también
le estaba pasando a sus cinco hijos. Ella conscientemente recordó
muchos detalles y, a través de los años, los escribió ampliamente en
su diario. Su esposo la apoya - y a sus hijos - enormemente, pero,
como ocurre con otros abducidos, la familia se siente impotente para
ponerle una solución al problema.
Conocí a Kathleen Morrison cuando realizó una prueba de ingreso a mi
curso ‘Ovnis y la Sociedad Americana, en la Universidad de Temple.
Ella había regresado a la universidad después una larga ausencia
tras recibir el doctorado. Como el contenido del curso se tornó
hacia el fenómeno de las abducciones, ella comenzó a sentirse
incómoda y dejó de asistir a clase. Me contó que unos años antes
asistió a una representación teatral en la que uno de los personajes
flotaba en el aire; escena que desencadenó borrosas memorias que le
causaron tanto pánico que hubo de salir del recinto e ir al
vestíbulo.
Allí tuvo que agarrarse a un pasamanos para sentirse
segura, mientras hiper-ventilaba a causa del miedo.
Finalmente
tuvimos 26 sesiones de hipnosis regresiva, durante las cuales ella
aprendió que el motivo de aquellas respuestas de miedo estaba en
haber empezado a ser consciente de la intrusión alienígena en su
vida. A pesar de llevar 20 años casada, Kathleen no le ha contado
nada a su marido, temiendo que los aspectos sexuales de las
abducciones fuesen un conflicto demasiado difícil de manejar por él.
Jack Therstrom era un estudiante graduado que estudiaba por su
doctorado en física en la Universidad Ive League. Vino a mí con la
intención de examinar algunos eventos de su vida, varios de los
cuales había interpretado dentro de un contexto religioso. También
tenía confusos e inquietantes recuerdos de estar en el sótano viendo
a ‘un pequeño ser que salía de una radio, de ‘serpientes que lo
seguían, y de ser ‘abusado sexualmente en el bosque. Sus sesiones
hipnóticas eran difíciles, pues Jack apretaba sus dientes, tensaba
sus músculos y, literalmente, se sacudía violenta y ansiosamente
durante cada sesión.
Tras diez sesiones, de repente, él se sintió
con gran convencimiento que no debía hablarme más sobre sus
experiencias, pues hacerlo significaba alguna clase de violación de
acuerdo, o algo similar. Abandonó la hipnosis regresiva, aunque
todavía sigue acudiendo a los encuentros de apoyo que organizo.
Tanto Budd Hopkins (véase capítulo 1) como yo hemos trabajado con
Kay Summer, una mujer de treinta y un años que vive en el Medio
Oeste, la cual ha tenido, tal vez, más sesiones de hipnosis que
ningún otro paciente. Kay ha experimentado toda la gama de
procedimientos propios de la abducción, y, en su caso, han sido más
violentos que en los demás.
Aunque, habitualmente, ella ha padecido
una serie de heridas físicas en sus abducciones, incluyendo
- hasta
en dos ocasiones - rotura de huesos, su determinación en encarar la
adversidad es extraordinaria. Ella insiste en llevar una vida normal
y rechaza caer en la depresión que usualmente siente.
Los padres de Kay reaccionan con hostilidad a la realidad del
fenómeno, y no la apoyan; además, no le ha confesado nada de lo
experimentado al hombre con el que vive por miedo a que se aleje.
Por causa de este conflicto, Kay lleva una existencia emocionalmente
aislada, menos cuando habla con Budd Hopkins o conmigo, estando
totalmente resignada al destino que le ha tocado.
En sus momentos más bajos me ha confesado que ella desearía que esos
entes la matasen, como única salida para liberarse de ellos de una
vez y para siempre.
Yo hago todo lo que puedo por levantarle el ánimo y canalizar su
depresión hacia áreas de resistencia en sí misma que sean más
productivas. En cualquier caso, debo admitir, que la depresión es
una frecuente y predecible respuesta al fenómeno de las abducciones.
Todos los abducidos en este estudio están unidos en su deseo de
entender lo que les está sucediendo. Ellos comparten el vínculo
común de verse inmersos en un fenómeno que, al comienzo no pudieron
entender, después no pudieron creer, y ahora no pueden controlar.
Todos ellos están determinados a obtener un dominio intelectual y
emocional sobre sus experiencias.
Tal como ellos han narrado sus abducciones, habitualmente han
descrito experiencias inofensivas e, incluso, agradables. En
cualquier caso, de lejos, el tipo que prevalece es aterrador y
traumático. Yo sólo puedo escucharlos y animarlos a que sobrelleven
sus experiencias.
Mi responsabilidad es ser lo más honesto, y estar
lo más informado, posible, pues los aficionados y la especulación
engañosa pueden encontrarse en cualquier parte. A los abducidos les
ayudo a comprender dos cosas: lo que les ha estado sucediendo, y
cómo pueden encarar esas experiencias y seguir adelante con sus
vidas. Esto es todo lo que puedo hacer por ellos, pues sé que el
único modo de ayudarlos de manera permanente sería poniendo fin a
las abducciones, pero eso no está en mi mano.
Durante el proceso en el cual rememoran sus experiencias, muchos
abducidos se dan cuenta de su delicada posición: están en la
cabecera de la investigación de este monumentalmente importante
fenómeno.
Ellos son los ‘exploradores que vienen de regreso e
informan sobre aquello que han visto y experimentado. Como
observadores y participantes del fenómeno, ellos tienen el rol más
importante de todos, pues ofrecen a los investigadores como yo las
piezas del puzzle, de modo que podemos colocarlas.
Ellos no son,
simplemente, víctimas de abducciones, también son héroes, sin los
cuales no obtendríamos ningún entendimiento coherente sobre el
sentido real del fenómeno ovni.
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Capítulo 3
Sombras de la mente
31 Mayo 2011
He recibido miles de llamadas de teléfono y cartas de personas que
tienen recuerdos de inusuales experiencias que les han inquietado
sobremanera.
Han buscado en vano, durante años, el origen de esos
recuerdos. Piensan que yo, tal vez, pueda ayudarles. Por supuesto,
el que una persona haya vivido experiencias fuera de lo corriente no
necesariamente significa que haya sido abducida.
A este respecto, he
diseñado un método de exploración que me permite identificar a
quienes no son serios en su búsqueda de una respuesta (y podrían
estar, simplemente, tonteando), aquellos que no están emocionalmente
preparados para adentrarse en la observación de lo que han vivido, y
aquellos otros que no han tenido, según estimo, experiencias que nos
sugieran que se trata de abducidos.
En principio, de forma deliberada les hago realizar una serie de
tareas.
Les pido que rellenen un cuestionario sobre las experiencias
que les llevaron hacia lo vivido, y sobre otras que, sin ellos
haberse dado cuenta, podían haber sido parte del fenómeno de las
abducciones (por ejemplo: ¿Alguna vez has visto un fantasma?). Les
pido que me envíen el cuestionario completado, que yo analizo, tras
lo cual decido si tal experiencia es, o no, suficientemente
significativa como para justificar más investigación mediante la
hipnosis.
Cuando vuelvo a hablar con ellos trato de persuadirles de
que no miren dentro de lo que podríamos llamar la ‘Caja de Pandora.
Les doy sólidas y honestas advertencias sobre los riesgos de
adentrarse en una hipnosis que desvelará un evento de abducción:
podrían padecer depresión, alteración del sueño, aislamiento
emocional, etc.
En efecto, se exponen a cambiar un problema por
otro. Así que les animo a que comuniquen su decisión a sus seres
queridos, y que posteriormente me llamen. Luego les hago saber, de
nuevo, mis advertencias, que les envío por escrito, de forma que
puedan tomar una decisión lo más informados posible.
Alrededor del 30 % que se pone en contacto conmigo decide no
someterse, en ese momento, a la hipnosis. Para ellos es la decisión
correcta, sin importar cuales sean sus motivaciones. A quienes
deciden sí seguir adelante con el proceso, les vuelvo a reiterar mis
advertencias y, si asumen su decisión, acordamos una cita para
llevar a cabo una sesión. Para cuando llegan por primera vez a la
sesión de hipnosis regresiva, yo ya he insistido suficientemente
sobre los riesgos que podrían surgir de una regresión.
Igualmente,
son conscientes de que aquello que emerja de ella no necesariamente
tiene que ser preciso o, incluso, cierto.
Cuando, finalmente, llegan a mi casa, subimos las escaleras que
conducen a mi oficina y charlamos durante una o dos horas antes de
que la hipnosis dé comienzo. Habremos acordado sobre qué suceso
concreto de sus vidas deseamos investigar durante esa sesión.
Podría
tratarse, por ejemplo, de una ocasión de ‘tiempo perdido (missing
time) o un incidente en el cual despertaron del sueño y advirtieron
la presencia de pequeños seres alrededor de su cama. Después se
tienden en el diván, cierran los ojos y los conduzco a una
relajación que les permita concentrarse.
En esa primera sesión,
habitualmente, el paciente se siente desconcertado, pues no advierte
un estado de hipnosis que lo saque se su forma habitual; puede
debatir conmigo, ir al lavabo, y está completamente en control de
sus constantes.
Nunca sé qué es lo que va a surgir en una sesión de hipnosis. Si el
paciente recuerda un evento de abducción - y hay falsas alarmas,
cuando parece que una abducción podría haber tenido lugar pero nunca
la hubo - empiezo a realizar preguntas prudentes, a modo de simple
conversación que sigue el hilo que el sujeto comienza.
Algunos abducidos narran sus experiencias con una cierta distancia e
imparcialidad, observando lo ocurrido en el pasado desde un punto
presente; otros reviven el suceso como si estuviesen precisamente en
el momento en que aconteció. Unos están calmados mientras recuerdan
y otros tan aterrados que se les hace muy difícil continuar, por
mucho que yo les trato de facilitar la regresión.
Hay quienes recuerdan lo vivido entre titubeos, como si los
recuerdos brotasen a cuentagotas, mientras que otros tienen
dificultades para describir sus experiencias, pues sus recuerdos
parecen ser arrastrados por la corriente. Casi todos los abducidos
recuerdan sus vivencias con una combinación de asombro, sorpresa y
familiaridad.
Cuando han concluido la regresión, recuerdan lo vivido y hablamos de
ello por un tiempo; cuando deja mi consulta han transcurrido unas
cinco horas.
A pesar de las advertencias que les doy y de las discusiones
preliminares al respecto antes de la primera regresión, sobre el 25
% de los pacientes no continúa con el proceso; están demasiado
asustados para proseguir. Pero con aquellos que sí siguen adelante,
mis sesiones con ellos son tantas como puedo.
Desesperadamente
quieren comprender qué les ha ocurrido y cómo les ha afectado en sus
vidas. He llegado a conducir hasta treinta y tres sesiones con un
solo individuo, aunque el promedio de los 110 abducidos que he
tratado es de seis sesiones. Habitualmente no hago dos regresiones
sobre un mismo evento de abducción.
Mi cuestionario no es del tipo interrogatorio. Intento establecer
intercambio informativo con el abducido, después de estar seguro de
que no les influiré, ni siquiera involuntariamente. Los llevo a que
piensen cuidadosamente en los eventos, tratando de darles la
perspectiva y la habilidad de analizarlos, tal como ellos recuerdan.
Y sobre todas las cosas, trato de normalizarlos, de tal modo que los
abducidos puedan liberarse a sí mismos del inconsciente agarre
emocional que el fenómeno les provoca a lo largo de sus vidas.
Procuro de darles la fuerza que les permita desvincularse a sí
mismos respecto de los efectos psicológicos de la abducción, de
forma que puedan seguir con normalidad sus vidas, sin pensar
constantemente en su situación. Me gusta llevarlos al punto en el
que no sienten más la necesidad de buscar a un hipnotizador que les
permita comprender lo que hasta entonces les ha venido pasando.
La hipnosis es sencilla. En tanto que una persona quiera ser
hipnotizada, cualquiera puede llevar a cabo el proceso. El problema
estriba en hacer las preguntas adecuadas, del modo efectivo, en el
momento preciso, e interpretando las respuestas correctamente.
La dinámica correcta entre hipnotizador y abducido depende del
conocimiento que el primero haya adquirido sobre el fenómeno de las
abducciones, la práctica de la hipnosis, y las ideas preconcebidas
que lleve consigo a la hora de realizar la terapia.
Adicionalmente, el hipnotizador debe ayudar al paciente a
sobrellevar los traumáticos recuerdos, interviniendo
terapéuticamente durante la sesión y proporcionándole consuelo. De
este modo, un hipnotizador competente debe tener conocimiento
profesional sobre hipnosis, sólido conocimiento del fenómeno de las
abducciones, estar familiarizado con la ‘falsa memoria, y destreza
en cómo desarrollar una terapia. Desafortunadamente, sólo hay unos
pocos individuos con semejantes cualificaciones.
Todos los investigadores competentes aprenden rápidamente que la
memoria es volátil y poco fiable.
No es infrecuente que una persona
recuerde los detalles de un evento traumático de manera errónea. Los
investigadores han demostrado que se puede hacer recordar algo que
jamás ha ocurrido. Una conversación informal, pero deliberada, sobre
un evento, puede dar paso a la ‘instalación en el paciente de un
recuerdo que carece de toda base real. Además, con el paso del
tiempo, la memoria se degrada, los sucesos se mezclan unos con
otros, y la fantasía se superpone a la realidad.
Fui extremadamente afortunado al haberme topado con la realidad de
las mentes volátiles desde la primera vez que conduje una sesión de
hipnosis regresiva. Melissa Bucknell - de 27 años - y yo, estábamos de
acuerdo desde antes de comenzar la sesión, en investigar un
incidente que ocurrió cuando sólo tenía seis años.
Ella comenzó a
describir cómo jugaba con una amiguita en el campo, cuando se
inclinó para observar de cerca una mariposa y se quedó paralizada en
esa posición.
Seguidamente, se encontró a sí misma elevándose hasta
que se adentró en un ovni que flotaba en el aire. Allí, unos seres
de extraña apariencia le quitaron el vestido y la colocaron sobre
una mesa, donde le realizaron todo un examen físico y, para su
vergüenza, hasta una prueba ginecológica.
Tras esto, un alienígena con apariencia bastante cercana a la humana
- a quien Melissa llamó ‘Sanda - la condujo hasta un vestíbulo donde
la niña se encontró con una criatura de pequeña estatura. A Melissa
se le hizo tocar la cabeza del pequeño alien e, inmediatamente,
sintió amor, calidez y cariño procedentes del ente.
Posteriormente, Sanda la introdujo en otra sala, donde se estaba celebrando una
especie de reunión de muchos alienígenas, todos sentados alrededor de una
mesa, debatiendo sobre cuán brillante, fuerte y buena era Melissa, y
que así sería también de adulta. Tras todo esto, la niña fue
conducida a un vestíbulo, donde se la vistió antes de ser devuelta
al campo de donde había sido tomada.
Aquella noche, tras la sesión, traté de escuchar la grabación de
audio que le hice a Melissa, y - para mi horror - descubrí que la
paciente había hablado tan suavemente que nada había quedado
registrado. Así que, bueno, continué trabajando con Melissa y, tres
meses después de aquella primera sesión, sugerí volver a aquel
suceso que ella había narrado, explicándole lo que había ocurrido
con la cinta de audio.
En esa nueva ocasión, la paciente estaba
menos segura de lo que había sucedido; se describió a sí misma
flotando dentro del ovni, recordó la parte del examen físico
relativo a la parte ginecológica (relato que volvió a avergonzarla),
cómo la levantaban de la mesa, la vestían y, finalmente, devolvían
al campo. Para mi sorpresa, no relató el episodio del encuentro con
el pequeño alienígena al que tocaba la cabeza y del que sintió su
amor.
Tampoco hubo mención al consejo de entidades reunidas
alrededor de la mesa, dialogando sobre las cualidades de la niña.
Quedé perplejo. Durante la primera sesión, Melissa me había hablado
con gran convicción y emoción del encuentro con el alienígena de
pequeña estatura, pero ahora que yo le preguntaba al respecto, ella
no estaba tan segura de que tal episodio hubiese ocurrido realmente.
También le pregunté sobre el consejo de alienígenas alrededor de la mesa,
y su respuesta - tras pensar sobre ello por un instante - fue que, tal
vez, dicho episodio fue vivido por una amiga suya, también abducida.
De lo que Melissa estaba bastante segura era de que no le había
ocurrido a ella.
Esta experiencia me enseñó una valiosa lección, ya que me había dado
cuenta de que, aún con entera honestidad y sinceridad, los abducidos
podían, algunas veces, recordar cosas que no eran ciertas. Así que
me decidí a trabajar con una estricta metodología que me permitiera
estar vigilante ante falsos recuerdos.
En tanto que mi investigación
progresaba, cuando un abducido me informaba de algo que yo nunca
había escuchado antes, yo esperaría por una confirmación de otro
abducido desconocedor del testimonio primero. Cuidadosamente
cuestioné cada inconsistencia, laguna o salto lógico. Trabajé por
una completa cronología de los hechos, segundo a segundo, de cada
evento de abducción, sin saltarme nada, sin lagunas u omisiones.
Nunca más volví a escuchar otro relato de abducido al que se le
hubiese requerido tocar la cabeza de un alienígena y recibir así
emociones amorosas. He escuchado algunos episodios de alienígenas
sentados tras un escritorio, desde donde hablan al abducido, pero en
circunstancias distintas a las narradas por Melissa. Además, Melissa
nunca volvería, tras más de treinta sesiones conmigo, a mencionar un
suceso similar.
Todo lo cual sugiere que ella podría haber
absorbido, inconscientemente, un fragmento de memoria procedente de
su amiga abducida, estando confusa sobre otros detalles.
Melissa Bucknell me ha hecho un tremendo favor, pues me ha enseñado
los peligros extraer testimonios mediante hipnosis. Fue una lección
que agradezco haber aprendido, pues se trata de una de esas
cuestiones que todo hipnotizador e investigador del fenómeno debiera
aprender.
Recuerdo de un suceso normal
Lo que es un ‘recuerdo normal no es fácil de comprender.
Los
neurólogos saben que el cerebro humano registra sucesos a los que
otorga, por así decirlo, un código de prioridad. Por ejemplo,
recordar un crimen del que has sido testigo recibe por tu parte una
mayor prioridad que el recuerdo de a quién te cruzaste paseando por
la calle.
Esto es así porque el cerebro organiza todo su material
sobre la base del impacto sensorial. En primer lugar toman lugar los
detalles surgidos de lo visual, lo auditivo, lo olfativo, y lo
táctil, en memoria a corto plazo; después, si fueran suficientemente
importantes, almacena esos detalles en la miríada de espacios
neuronales que dan forma a la memoria a largo plazo.
El cerebro posee un sistema de recuperación de datos que trae al
consciente, por variados medios, los recuerdos: pensando acerca del
suceso en cuestión, permitiendo que otro suceso provoque el recuerdo
de esos datos. También se puede hacer emerger ese recuerdo mediante
una señal determinada, un sonido, aroma, o tacto. La memoria también
puede residir en la consciencia de uno, sin un mecanismo que haga
saltar recuerdos, como sucesos traumáticos difíciles de olvidar.
La memoria no se almacena de manera lineal, sino en una base de
datos ‘relacional, donde varios bits de memoria están depositados
en varios espacios neuronales. La fecha y la hora de un evento son
colocados en un espacio concreto, el lugar donde se produjo el hecho
es colocado en otro, los sonidos relacionados con el suceso en otro,
y del mismo modo sucede con respecto al color, los aromas,
sensaciones, etc.
Cada uno de esos fragmentos de memoria puede ser
eventualmente olvidado; es susceptible de deteriorarse hasta
deformarse por completo.
Algunas veces, una persona recuerda un
fragmento de memoria que únicamente tiene sentido si el sujeto
inconscientemente crea un escenario para ese fragmento de memoria,
incluso si se trata de un escenario ficticio creado para incorporar
ese fragmento.
Dada la complejidad de la memoria, es de esperar que muchos críticos
del fenómeno de las abducciones argumenten que las abducciones son
sólo creaciones mentales, trampas que le juega la mente al
individuo. En ese sentido, los críticos afirman que las abducciones
pueden explicarse como consecuencia del síndrome de falsos recuerdos
y la contaminación cultural (cine y televisión) de la mente.
¿Son
válidas sus objeciones?.
Síndrome del recuerdo falso
6 Junio 2011
Los críticos del fenómeno de las abducciones postulan que los
abducidos, a menudo animados por los investigadores,
inconscientemente se inventan fantasías sobre sucesos de abducción.
Que las personas pueden tener falsos
recuerdos es indudable; dándose ciertas circunstancias puede, por
ejemplo, inventar complejas informaciones sobre abusos físicos y
sexuales. La Fundación del Síndrome de Falso Recuerdo (FMSF),(1)
en Filadelfia, está compuesta por miembros que injustamente han sido
acusados de abuso sexual.
Los falsos recuerdos acerca de abusos se producen cuando la persona
recuerda algún suceso, generalmente de cuando se era niño, que nunca
ocurrió.
No obstante, los detalles que relatan
las víctimas pueden ser extraordinarios. Estos reviven sus
experiencias con el mismo impacto emocional de los sucesos que son
reales. Algunos recuerdan cultos satánicos que los aterrorizaron, en
los que incluso aparecen bebés asesinados en sacrificios rituales.
Cuando las ‘víctimas se ven
confrontadas con los hechos reales (los investigadores no han
hallado bebés muertos; no hay denuncia alguna sobre bebés que hayan
desaparecido cuando los supuestos rituales tuvieron lugar), éstas,
las víctimas, dan - furiosamente - explicaciones, tales como que las
madres de los bebés sacrificados eran satanistas que entregaron a
sus criaturas a dichos rituales, razón por la que no reportaron su
desaparición.
Las personas pueden expresar recuerdos falsos con tanta convicción y
sinceridad que llegan a engañar a muchos investigadores. Sacar a la
luz falsos recuerdos de abuso sexual puede también a conducir a
mayores traumas en sus vidas; las familias se rompen, los hermanos
se separan, aparecen las demandas judiciales, y personas inocentes
son injustamente acusadas e, incluso, encarceladas.
Sacar a la luz recuerdos falsos es algo que, usualmente es
facilitado por un terapeuta que está convencido de que su cliente ha
padecido abuso sexual (o la clase de abuso que el falso recuerdo
muestre), incluso aunque su paciente no tenga memoria de ello. A
través de una insistente persuasión, el terapeuta le inculca a su
cliente que todos sus problemas emocionales proceden de la represión
de un recuerdo de algún trauma anterior. El terapeuta podría decirle
al paciente que si piensa intensamente podrá recordar el suceso
traumático.
A juicio del terapeuta, la sanación sólo
tendrá lugar cuando los recuerdos comiencen a aflorar, considerando
que no recordar el trauma es síntoma de que la víctima está en un
estado de negación, la cual es - a juicio del terapeuta - una
‘prueba del abuso. Atrapado en este bucle, la víctima de un
terapeuta serio pero equivocado lo tiene difícil para salir de él.
Finalmente, como ocurrió en el conocido caso de Paul Ingram y su
hija, el sujeto acaba ‘recordando el abuso.(2)
Hay expertos investigadores del síndrome de Falso Recuerdo, quienes
han tenido una extensa experiencia en lo que se refiere a
alegaciones de abusos sexuales, y son capaces de detectarlo.
En cualquier caso, estos investigadores
han comenzado a extender sus habilidades hacia áreas que,
desafortunadamente, no son su especialidad. Y el fenómeno de las
abducciones se ha convertido en un irresistible objetivo.
Por ejemplo, el psicólogo y especialista en hipnosis Michael Yapko
escribe en su trabajo ‘Indicios de Abusos (Suggestions of Abuse),
que el fenómeno de las abducciones es un simple problema de
‘sugestión humana, que a Yapko causa ‘irritación e incredulidad.
La psicóloga y experta en la memoria
Elizabeth Loftus, en su obra ‘El Mito de la Memoria Reprimida (The
Mith of the Repressed Memory), clasifica a las abducciones como una
forma de irracionalidad asociada a personas que, por otro lado, son
‘sensatas e inteligentes.
Loftus cita al psicólogo Michael Nash,
quien afirmó que “había tratado con éxito” a un hombre que decía
tener una muestra de esperma que le extrajeron durante una
abducción.
Nash le tranquilizó y lo ayudó a volver
a su rutina normal usando hipnosis y otras técnicas terapéuticas,
pero, se lamenta Nash,
“salió de mi oficina tan
completamente convencido de que había sido abducido como cuando
había entrado”.
Loftus coincide con Nash en que el poder
de los falsos recuerdos de este hombre lo incapacitaba (a Nash) para
continuar creyendo su ridícula historia.
Loftus y Nash, como otros críticos, están en lo incorrecto. Ninguno
de ellos, ni de los otros críticos, ha presentado alguna vez
evidencia de que los reportes sobre abducción sean productos del
síndrome de falsos recuerdos (o de otra causa). La razón por la que
ellos no han presentado evidencia alguna está causada por su
incomprensión del fenómeno de las abducciones.
Si lo comprendieran, se darían cuenta
que los informes de abducciones difieren del síndrome de falsos
recuerdos en cinco significativas áreas:
-
En contraste con las víctimas
del síndrome de falsos recuerdos, los abducidos no sólo
cuentan experiencias de la infancia. Por supuesto que sí,
cuentan sucesos de abducción que acontecieron durante la
infancia, porque el fenómeno llegó a sus vidas en esa época,
pero también narran sucesos de la misma naturaleza que se
produjeron ya en la vida adulta.
De hecho, muchos de los relatos de abducciones, a diferencia
de los de falsos recuerdos, proceden de sucesos muy
recientes. En las últimas 450 abducciones que he
investigado, cerca del 30 % de las mismas ocurrieron durante
el mes previo a la sesión, mientras que más del 50 %
tuvieron lugar durante el año anterior a la sesión. También
he investigado eventos de abducción que se me contaron tan
solo unas horas antes, e incluso minutos antes de que se
hubiesen producido.
Por ejemplo, en 1991, Jason Howard, profesor de escuela, se
disponía a ponerse en camino hacia mi casa, donde se
realizaría un encuentro de apoyo para las víctimas del
fenómeno. Se calzó los zapatos, que estaban frente a la
puerta de entrada, siendo ésta la última cosa que solía
hacer antes de abandonar su hogar.
De repente, habían transcurrido
cuatro horas y Jason estaba tumbado en la cama de su
dormitorio, en el piso de arriba. Me llamó de inmediato,
explicándome lo que vagamente recordaba que había sucedido:
se había puesto los zapatos y se había tendido en el sofá.
Cuando le realicé una sesión hipnótica al respecto de este
evento, Jason logró recordar que se había calzado un zapato,
tras lo cual cayó en una irreprimible necesidad de tenderse
en el sofá.(3)
También recordó que varias
entidades de pequeña estatura hicieron aparición en el salón
y lo condujeron - flotando y atravesando el techo - hasta el
interior de un ovni. A partir de entonces le practicaron una
serie de pruebas, incluyendo la toma de una muestra de
esperma, y la proyección de imágenes mentales. Finalmente,
los alienígenas devolvieron a Jason a su hogar; ahora bien,
en lugar de devolverlo al sofá donde había dado comienzo la
abducción, lo colocaron sobre la cama del dormitorio, en el
piso de arriba.
Entonces, cuando recobró la
consciencia, de percató de que algo había sucedido y me
llamó por teléfono, informándome de lo ocurrido (missing
time, tiempo perdido: 4 horas), que no se ajusta a la
descripción del síndrome de falsos recuerdos.
-
En contraste con las víctimas
del síndrome de falsos recuerdos, los abducidos tienen
indirecta confirmación del suceso vivido. Por ejemplo: yo me
encontraba al teléfono con Kay Summers, cuya abducción
comenzó a producirse mientras estábamos hablando.
Kay describía un crepitante
ruido algunas veces asociado con el principio de un suceso
de abducción, y yo pude escuchar ese sonido a través del
teléfono. La hipnosis a la que la sometí posteriormente
reveló que inmediatamente después de que ella colgara el
teléfono, fue abducida.
Falsos recuerdos no toman forma
simultáneamente a un suceso actual en el cual el
investigador ejerce como confirmador del mismo.
-
En contraste con las víctimas
del síndrome de falsos recuerdos, los abducidos
habitualmente recuerdan sucesos sin la ayuda de un
terapeuta. Pueden recordar sucesos que les han ocurrido en
momentos concretos de sus vidas. Siempre han sabido que ese
hecho les pasó, por lo que no precisan de un terapeuta que
reafirme sus recuerdos.
-
En contraste con las víctimas
del síndrome de falsos recuerdos, los abducidos están
físicamente desaparecidos durante el suceso. El abducido no
se encuentra donde se supone que está; quienes los han
buscado no los han encontrado. Por lo general, el abducido
es consciente de que hay una laguna de dos o tres horas que
ni él ni nadie puede justificar. Semejante prueba física no
existe en el síndrome de falsos recuerdos.
-
En contraste con las víctimas
del síndrome de falsos recuerdos, los abducidos pueden
aportar una confirmación independiente de la abducción.
Aproximadamente, el 20 % de las abducciones incluye dos o
más personas que se están observando mutuamente durante el
suceso de abducción; algunas veces reportan de forma
independiente esto al investigador.
Adicionalmente, es importante remarcar que, a diferencia de las
víctimas del síndrome de falsos recuerdos, los abducidos
habitualmente no experimentan la desintegración de sus vidas
personales después de haber tomado conciencia de su particular
situación.
De hecho, de muchas formas, lo que
sucede es precisamente lo contrario; cuando los abducidos se ponen
en manos de terapeutas competentes y entienden la naturaleza de sus
recuerdos, a menudo comienzan a tomar control intelectual y
emocional de dichos recuerdos.
Sienten una mayor autoconfianza, en
tanto que se dan cuenta de que sus, hasta entonces, supuestamente
inapropiados temores y pensamientos de tantos años (por ejemplo;
miedo a entrar al dormitorio por la noche, pensamientos sobre estar
sobre una mesa rodeada de extrañas criaturas, sentir excesivo temor
a los médicos) eran la reacción lógica y adecuada a una fuerza
poderosa y desconocida.
Mediante el recordatorio de los sucesos,
los abducidos se hacen con el control de los miedos que les han
acosado durante años, y devuelven el equilibrio a sus vidas, incluso
siendo conscientes de que el fenómeno de las abducciones no se ha
interrumpido en ellos.
El conocimiento del fenómeno les ayuda a
llevar una vida más estable e integrada, en vez de sufrir los
poderosos efectos desintegradores que son tan comunes en las
víctimas que padecen síndrome de falsos recuerdos.
Recuerdos encubridores(4)
de abuso sexual
Antes de que el síndrome de falsos recuerdos cobrase importancia,
los terapeutas habían asumido que los relatos sobre abducciones eran
debidos a recuerdos reprimidos de abusos sexuales padecidos en la
infancia.
Los terapeutas presuponían que, dado que
el abuso sexual había sido tan traumático, la víctima -
inconscientemente - ‘transformaba esos recuerdos en un relato de
abducción; a fin de sobrellevar el terror, la persona asumía un
trauma mucho más aceptable que el causado por los abusos: ser
secuestrada por alienígenas.
No obstante, no hay pruebas para esta explicación. No hay ejemplos
en los registros de un relato de abducción que sea un ‘recuerdo
encubridor de abuso sexual. De hecho, lo contrario sí ocurre: hay
grandes pruebas de personas que ‘recuerdan ser abusadas sexualmente
cuando, en realidad, lo que les ocurrió es que fueron víctimas de
una abducción.
Jack Thernstrom recuerda cuando, con doce años, caminaba junto a su
hermana por un área arbolada detrás de su hogar. Durante el paseo,
Jack se encontró con un hombre que llevaba puestas unas gafas
oscuras y que abusó sexualmente de él. Jack no tenía claros los
detalles del suceso, pero sí que recuerda haberse quitado la ropa y
quedarse completamente desnudo. Tampoco tenía claridad respecto a
qué le ocurrió a su hermana, pero él pensó que, tal vez, había huido
corriendo.
Él nunca contó a nadie lo sucedido,
viviendo los siguientes dieciocho años con los traumáticos recuerdos
de haber sido objeto de abusos sexuales por parte de un extraño.
Cuando Jack, en una sesión de hipnosis regresiva, contó este
episodio, el hombre que llevaba gafas negras se desveló como un
alienígena, y el suceso se mostró como un rutinario evento de
abducción en el cual Jack había sido sometido a un examen médico. Ni
siquiera había sido sexualmente abusado. Jack había creado un
recuerdo a base de piezas de un suceso, tan horrible que pudo haber
sido, que tomó sentido para él en un relato de abuso sexual.
En otro caso, Julie ‘recordó un suceso que tuvo lugar cuando tenía
diez años. Ella estaba en su hogar, concretamente en el sótano
(donde había un bar), con su padre y tres vecinos. Julie recordó
cómo su padre le sujetaba las manos sobre la cabeza (de ella)
mientras los vecinos la asaltaban sexualmente. Mediante hipnosis
regresiva la mujer desveló que todo había sido un suceso de
abducción, el cual comenzó mientras estaba en el bar del sótano, en
compañía de su padre y los amigos de éste.
El padre y dos de los vecinos habían
sido llevados a un estado de inmovilidad y semi-consciencia (como si
los hubiesen ‘apagado), durante todo el suceso. Los alienígenas se
llevaron tanto a Julie como al tercer vecino, el Sr. Sylvester,
fuera del sótano, introduciéndolos en un ovni. Durante el episodio
de abducción, a ella se la condujo a observar escenas de contacto
sexual entre un hombre y una mujer (ella pensó que, quizá, el hombre
era el Sr. Sylvester).
Cuando esto acabó, tanto ella como su
vecino fueron devueltos al bar. En esa ocasión, Julie no había sido
sexualmente violada. El Sr. Sylvester, a quien - hasta entonces,
durante años - ella había despreciado, había sido tan víctima como
la propia Julie.
Obviamente, no todos los casos de abusos sexuales son, en realidad,
sucesos de abducción. Una abducida recordaba que había sido
sexualmente asaltada cuando tenía trece años. No recordaba cómo
había llegado, escaleras abajo - al sótano - hasta el dormitorio del
chico que la asaltó, y estaba confusa acerca de otros detalles.
Sospechando que esto podría ser un
‘recuerdo encubridor que ocultaba un suceso de abducción, lo
revisamos bajo hipnosis regresiva. Entonces, ella recordó al
muchacho, cómo bajó las escaleras, lo que aconteció en el sótano y
lo que sucedió después. La paciente no tenía recuerdos en los que
viese alienígenas, siendo transportada fuera de su hogar hasta ovni
alguno.
Realmente, ella había sido sexualmente
asaltada, pero no había sido abducida.
Notas
(1) Fundación del Síndrome de Falso
Recuerdo (FMSF):
http://en.wikipedia.org/wiki/False_Memory_Syndrome_Foundation
http://www.fmsfonline.org/
(2) Información sobre este caso lo encontramos en el siguiente
artículo: ‘Polémica mundial sobre las terapias regresivas,
http://alturl.com/b4ndg
(3) El Profesor Corrado Malanga da una explicación al súbito
sueño padecido por los abducidos. Fue respondiendo a una
consulta (Conferencia ‘Un portal entre pasado, presente y
futuro) sobre estelas químicas (chemtrails). Aunque los
chemtrails no son su campo de trabajo, allí mencionó un análisis
químico de muestras recogidas en terreno, tras una fumigación,
que revelaba una composición de bario, aluminio y cristales de
cuarzo. Y añadió que algunos de esos componentes producen,
mediante pulsaciones del campo magnético, una alteración (de
naturaleza piezoeléctrica) sobre algunos de los cristales
existentes en la glándula pineal. Sugirió, entonces, que esa
alteración podría ser el objetivo de las fumigaciones.
Después de todo, la pineal es considerada vital, no sólo a
niveles del sistema endocrino y sus funciones, sino, en última
instancia, por su relación con los procesos de conciencia,
siendo esta minúscula glándula una suerte de enlace con el
cosmos espiritual (nuestra conciencia, a la que en mis trabajos
he denominado, simbólicamente, nuestro ‘80 %).
Dentro de este marco, Malanga formula las siguientes preguntas:
¿No será que los elementos que son introducidos en el ambiente
son componentes que distraen la glándula pineal cuando realiza
cierto tipo de función? ¿Esparcir esas sustancias
(micro-cristales que interactúan piezoeléctricamente con los
mismos tipos de cristales existentes dentro de la glándula
pineal), es un obstáculo creado para dificultar la toma de
conciencia (80 %)?
De hecho, afirma, los implantes alienígenas que se colocan cerca
de la glándula pineal, introduciéndolos por las fosas nasales
(generalmente, la derecha) y rompiendo el hueso esfenoides,
tendrían como propósito intervenir magnéticamente sobre la
glándula pineal y, consecuentemente, alterar la secreción de
melatonina, pues esta hormona induce al sueño. Sueño que reduce
las defensas conscientes en nuestra mente, y que facilita la
intervención del alienígena sobre la parte anímica, la codiciada
alma del abducido…
(4) ‘Recuerdos encubridores, en inglés ‘screen memories, es
una expresión propia de psicología, y hace referencia a un falso
recuerdo que, inconscientemente, construye una víctima para
evitar reconocer el verdadero recuerdo que causó un trauma.
Contaminación mediática
La serie televisiva ‘Star Trek, en esencia, ha venido a ser parte
de la conciencia estadounidense.
Millones de personas han visto esos
relatos de ficción sobre humanos y alienígenas, tanto como la gente
que ha visto noticias sobre abducciones en televisión o ha leído
algún libro al respecto. La sociedad ha sido tan intensamente
saturada con historias sobre abducciones alienígenas que es muy
difícil, para la mayoría, escapar de ellas.
Un relato (sobre abducción) no
intoxicado por esa mediatización es cada vez más difícil de obtener.
Durante mucho tiempo, el problema de la influencia de los medios en
la información de ovnis y abducciones alienígenas ha desbordado a
los investigadores. Con los años, los investigadores han aprendido a
analizar cada avistamiento ovni según sus particulares
circunstancias, y han desarrollado una metodología para ‘separar la
señal del ruido.
La credibilidad del testigo, la calidad
de la información, y los relatos confirmatorios de otros testigos,
se han convertido en los criterios válidos para evaluar un informe.
Este es el proceso que los investigadores aplican.
¿Representa la contaminación mediática un problema significante para
la investigación de las abducciones? No. Aunque pueda ser un
problema de tiempo en tiempo, en realidad, la mayoría de los
abducidos son extremadamente sensibles ante los ‘peligros de las
influencias culturales. Cuando examinan sus recuerdos junto a mí,
ellos son plenamente conscientes de que existe la posibilidad de que
hayan incorporado a sus recuerdos un hecho irreal.
En las primeras sesiones de hipnosis
regresiva, la autocensura que desarrolla el abducido es tan grande
que se convierte en un problema, pues las personas no quieren
afirmar cosas que les hagan parecer locas, ni quieren repetir como
loros al investigador algo que hayan podido tomar de fuera, de la
sociedad.
Los abducidos me dirán durante la
hipnosis cuándo ellos creen que podrían haber mezclado su
experiencia con algún residuo cultural externo. Están muy
preocupados acerca de esta contaminación, tanto que habitualmente
debo decirles que se dejen llevar y no se autocensuren.
Cuando los abducidos me dicen lo que recuerdan, sus memorias suelen
contener una riqueza de detalles que no pueden considerarse tomados
de la contaminación mediática. Los medios de comunicación masivos
diseminan información muy poco sólida sobre abducciones. Que los
abducidos recuerden y describan aspectos concretos de los
procedimientos que se llevan a cabo con ellos (detalles que montones
de abducidos han descrito pero que no han sido publicados) es
extraordinario, e incide fuertemente contra las influencias
culturales.
Un buen ejemplo de ausencia de contaminación mediática es el
enormemente controvertido libro ‘Communion (1987), de Whitley
Strieber.
Estuvo en la lista de los más vendidos
del ‘New York Times durante treinta y dos semanas, y en el puesto
número uno por casi cinco meses. Strieber relata detalles de sus
experiencias que no coinciden con lo que la mayoría de los abducidos
cuenta. Él dice haber sido transportado a una sucia antesala, donde
se sentó en un banco en medio del desorden.
Este intensamente evocador pasaje de su
libro fue, a la vez, dramático y aterrador.
Si la contaminación mediática fuese un problema, yo esperaría que
algunos de los abducidos con los cuales he trabajado, que han leído
‘Communion, me describiesen una situación similar.
Pero eso no ha ocurrido. Ni uno sólo de
ellos me ha mencionado alguna vez que hubiese estado sentado en un
banco de una sala sucia o llena de ropas. Igualmente, en la versión
cinematográfica (también llamada Communion) de la obra de Strieber,
vista por millones de personas, hay una escena donde se observa un
baile por parte de gordos y azules entes alienígenas.
Ni yo ni ninguno de mis colegas
investigadores ha oído alguna vez una información similar. No
obstante, a pesar de la aparente ausencia de evidencia alguna de
contaminación mediática, todos los investigadores debemos, no
obstante, permanecer vigilantes.
Pues puede que no reconozcamos
contaminación mediática si la persona la incorpora sutilmente y
acaba siendo parte de sus ‘recuerdos.
Sucesos recordados conscientemente
Si los relatos de abducción no son parte de un síndrome global de
sutil e insidiosas influencias en el cerebro de la personas, los
críticos del fenómeno dicen que los abducidos deberían ser capaces
de recordar conscientemente sus experiencias, y proveer a los
investigadores de información precisa de cuanto les ha ocurrido.
De hecho, los abducidos conscientemente
recuerdan las abducciones; algunas veces se trata de fragmentos,
otras de largas secuencias, y en otras ocasiones incluso los sucesos
al completo. Habitualmente, esos relatos son concretos y detallados
y se igualan cercanamente a aquellos otros relatos obtenidos
mediante hipnosis.
Sin embargo, habitualmente los recuerdos conscientes de sucesos son
extremadamente inexactos, con destalles distorsionados de hechos
actuales y recuerdos ‘concretos de eventos que nunca sucedieron.
Un excelente ejemplo es el caso de Marian Maguire, una mujer
sexagenaria con dos hijas, quien despertó una mañana de 1992 y
conscientemente recordó un caso en el cual ella estaba con una de
sus hijas, años atrás, en medio de una abducción. Marian recordaba
cómo tomaba a su hija de las manos y, junto a otras personas, eran
‘conectadas a un aparato especial que había en un muro.
Esto es cuanto ella recordaba, y estaba
segura que este suceso había tenido lugar exactamente como ella lo
había recordado.
Yo no había oído hablar sobre abducidos que fuesen conectados a una
máquina en un muro. Unas semanas más tarde, Marian y yo exploramos
su episodio mediante hipnosis, sesión durante la cual ella tuvo
dificultad en recordar cómo subía al muro, era conectada a él y
luego desconectada. Cuanto más lo analicé, menos segura se mostraba
Marian acerca de lo que realmente había sucedido.
Se dio cuenta de que el muro tenía
pequeños cuadrados negros, a los cuales miraba mientras yo le
preguntaba qué veía debajo de ellos. Creí que me diría que lo que
veía era el muro o el suelo, pero, en cambio, me dijo que veía unas
manos extrañas. Las manos estaban unidas a unas muñecas, y éstas a
brazos. Fue entonces cuando Marian se dio cuenta de que estaba
mirando dentro de unos negros ojos de un alienígena.
Ella no estaba, en realidad, conectada
al muro, sino que permanecía de pie en una habitación, junto a sus
hijas, mientras una entidad se le acercaba y miraba fijamente a los
ojos. Conforme el tiempo pasaba, los ojos negros (alienígenas) que
ella observaba en su mente se transformaban en una especie de
cajones dispuestos en el muro, y su incapacidad para evitar esos
ojos se transformó en verse pegada a ellos (los cajones del muro).
Durante la hipnosis, los cajones se transformaron en los cuadrados
negros.
Aunque había una base real para la
memoria de Marian, los detalles que ella recordaba no habían
sucedido.
Otro ejemplo es el de Janet Morgan, una madre soltera con dos hijos,
quien conscientemente recordaba una rarísima experiencia de
abducción. Mientras permanecía tendida sobre una mesa, vio cómo unos
pequeños seres se afanaban en llevar a la habitación un caimán vivo.
Los entes colocaron el animal en el suelo, cerca de la mesa,
pusieron de espaldas al reptil y con un cuchillo lo abrieron en
canal.
El pobre caimán gruñía y miraba a Janet,
que estaba en estado de shock. Estos traumáticos recuerdos sumieron
a Janet en una profunda y larga depresión.
En principio, ella no quería recordar el
suceso mediante hipnosis, porque temía que nuevos detalles de lo
sucedido le agudizaran la depresión. Nos obstante, tras estar
continuamente afectada por el incidente durante casi un año, Janet
se armó de valor y decidió enfrentar el recuerdo y lograr así el
control emocional sobre él.
En hipnosis, el recuerdo de Janet se reveló como parte de un
complejo suceso de abducción en el cual los alienígenas llevaron a
cabo diversos procedimientos sobre ella. La examinaron, le
extrajeron un óvulo, la forzaron a sumergirse en un recipiente lleno
de líquido y la sometieron a un escáner mental que le produjo un
profundo miedo.
Después, Janet se encontró sola en la
habitación, tendida sobre la mesa, llena de miedo e inquietud. Los
alienígenas entraron por una puerta a la izquierda de Janet,
empujando al caimán con ellos, al cual colocaron en el suelo, cerca
de la mesa. Mirándolo fijamente, ella comenzó a darse cuenta de que
el animal realmente no parecía ser un caimán, pues no observó ni
cabeza o patas de caimán.
En realidad se trataba de un hombre
dentro de un saco de dormir de color verde. Cuando el hombre fue
sacado por los alienígenas del saco de dormir, éste miro a Janet y
comenzó a gemir. No había habido ningún caimán al que los
alienígenas hubieran abierto en canal.
Algunos de los recuerdos conscientes más comunes se corresponden con
los primeros o últimos instantes de una abducción, cuando el
individuo está todavía en su ambiente habitual. Los abducidos
habitualmente recuerdan que se han despertado y observado figuras
erguidas junto a sus camas. Pero, en vez de recordar a los
alienígenas, recuerdan a familiares fallecidos, amigos o figuras
religiosas.
Por ejemplo, Lily Martinson, un agente inmobiliario, recordó el
siguiente incidente cuando ella estaba de vacaciones con su madre en
las Islas Vírgenes, año 1987.
Dormida en la habitación del hotel,
despertó y vio a su hermano fallecido, de pie junto a la cama. Lily
recordó con claridad su apariencia, encontrando que esta experiencia
era reconfortante y tranquilizadora. Cuando examinamos estos
recuerdos bajo hipnosis, sin embargo, la descripción que Lily hizo
de su hermano era la de una persona pequeña, sin ropas, delgada, sin
cabello y con grandes ojos. No era su hermano.
Aunque Lily se sintió decepcionada por
no haber visto a su hermano, también estaba satisfecha por haber
conocido la verdad de lo ocurrido.
Efectivamente, los alienígenas han creado, quizás sin quererlo, un
único obstáculo para aprender la verdad sobre las abducciones. Se
trata del problema de ‘recuerdos incrustados, imágenes que los
alienígenas han ‘colocado intencionadamente en la mente de los
abducidos.
Durante procedimientos de visualización,
los alienígenas pueden mostrar a un abducido multitud de imágenes:
explosiones atómicas, meteoritos impactando contra la Tierra, el
planeta partiéndose en dos, degradación medioambiental, desastres
ecológicos, muertos bañados en sangre que están esparcidos por la
tierra, y supervivientes rogando al abducido por ayuda.
También pueden mostrar imágenes de
Jesús, María, y otras figuras religiosas.
Dichas imágenes son tan vívidas en su
efecto sobre los abducidos que éstos piensan que esos sucesos
realmente ocurrieron o que realmente vieron a esas figuras
religiosas. Esto puede ser un problema, especialmente cuando el
investigador no está familiarizado con estos procedimientos de
visualización y no se logran identificar estos ‘recuerdos
incrustados.
De este modo, Betty Andreasson relata, en el vanguardista libro de
Ray Fowler ‘The Andreasson Affair, una situación en la cual ella
vio un ave similar a un Fénix emergiendo de las cenizas. Fue real
para ella, y así lo hizo saber.
Yo he tenido personas que recuerdan
figuras que se parecían a Abraham Lincoln, con su sombrero de copa,
ángeles, demonios, etc.
Recuerdos que surgen durante la
hipnosis
La fiabilidad de traer a la memoria recuerdos durante hipnosis no
depende del sujeto, sino del hipnotizador.
Usada de manera inapropiada, la hipnosis
puede conducir a confusión, canalización, y falsos recuerdos.
Desafortunadamente, hay consenso a la hora de afirmar que se hace un
uso inapropiado de la hipnosis en la investigación de las
abducciones.
Y cuando los sucesos de abducción son
traídos al consciente por un investigador que tiene poca experiencia
o está instruyéndose en técnicas de hipnosis, en ambos casos, el
paciente y el terapeuta pueden caer en el error de dar por buenos
los falsos recuerdos que nunca acontecieron.
Influyendo al testigo
Los escépticos del fenómeno de las abducciones a menudo acusan a los
investigadores que hacen uso de la hipnosis de influir a la persona
en la creencia de que, en efecto, ha sido abducida.
Los críticos dicen que los factores
culturales o psicológicos empujan a la persona a buscar a un
hipnotizador que tenga un interés - emocional o intelectual
- en
considerar al paciente como un abducido. El sujeto acude al
terapeuta y se establece una fuerza o presión que conduce a hablar
sobre abducciones.
Y a través de sutiles indicaciones y
preguntas directas, el hipnotizador presiona al paciente a
‘recordar todo un inventado relato de abducción.
Esa influencia es un serio problema en la investigación del
fenómeno, aunque no en la forma en que los críticos la consideran.
Cuando un hipnotizador, inexperto o ingenuo, escucha la historia de
un abducido, a menudo no reconoce fantasías y falsos recuerdos, ni
recuerdos inculcados por los alienígenas. El resultado es que el
paciente conduce al terapeuta a creer en algo que no ha ocurrido.
Un ejemplo: Supongamos que un abducido viene a mí para hablar sobre
sus supuestas experiencias de abducción, y que bajo hipnosis me
cuenta que estando a bordo de un ovni se sentó en el suelo y
participó con los alienígenas en un juego de mesa bastante parecido
al Monopoly, pero con nombres de calles realmente extraños.
Si yo le preguntase por el nombre de
tales calles correría el riesgo de llevar a cabo una inadecuada
influencia sobre el paciente. En mis más de once años de
investigación en el terreno de las abducciones jamás he escuchado a
nadie (abducido) que hubiese estado jugando a juegos de mesa, y debo
estar seguro de que el hecho ha sucedido tal como ha sido descrito,
antes de ahondar en él.
Dado que sé que la persona creará experiencias imaginarias,
especialmente en las primeras sesiones hipnóticas, sospecharía
inmediatamente, en este caso, que se estaba fabulando, si bien
siempre debo tener presente que es posible que los alienígenas hayan
estado jugando al Monopoly con el abducido… Yo probaría a explorar
para así determinar lo que quiera que ese suceso fue realmente.
Observaría las contradicciones o
inconsistencias yendo sobre el incidente desde diferentes
perspectivas de tiempo, realizando preguntas que conduzcan al
abducido hacia delante y hacia atrás en el tiempo. Le pediría que
describa la secuencia de sucesos - segundo a segundo
- buscando
leves incoherencias en su versión de los hechos.
Le preguntaría si los alienígenas
estaban de pie o sentados, hacia dónde estaban mirando y exactamente
el qué miraban. En otras palabras, buscaría los procedimientos de
visualización del alien, que pudieron haber infundido esta imagen en
la mente del abducido, haciéndole creer que realmente jugó a este
juego (el Monopoly, como mero ejemplo práctico y poco probable)
cuando, en realidad, no lo jugó.
Si el abducido fuera inconsistente en
sus respuestas, yo consideraría su suceso de abducción con
escepticismo. Si el abducido sostiene su historia, como mínimo,
pondría el relato ‘en cuarentena, a la espera de que otro abducido
confirme - de forma independiente - una experiencia similar.
En contraste a la metodología que acabo de describir, el ingenuo
hipnotizador, inconsciente de que está siendo engañado, escucha la
historia sobre el Monopoly y pregunta:
‘¿cuáles eran los nombres de las
calles (del juego de mesa)?.
Esta pregunta, sutilmente aceptada por
el terapeuta de la hipnosis, sirve para reforzar el convencimiento
del paciente, de que su (fantasiosa) experiencia ha sido real.
De ese modo, al abducido se le fomenta a
fantasear. Una inconsciente y sutil forma de disociación toma forma,
y el abducido comienza a ‘recordar más sucesos de los que ha
imaginado. (Este estado mental es semejante al de las
‘canalizaciones, a través del cual una persona, en un estado
alterado de conciencia, cree que está recibiendo comunicación por
parte de un espíritu invisible, o una entidad que responde a
preguntas o imparte enseñanzas.)
El abducido - inconscientemente
- ha
inducido al terapeuta a cometer un error, y éste (el terapeuta)
actúa, inconscientemente, del mismo modo, llevando a error al
paciente.
Ambos están manufacturando un relato que
podría tener una porción de verdad, pero que es fantasía en su mayor
parte.
Fantasías mutuamente confirmadas
Realizar investigación sobre abducciones es excepcionalmente
difícil, no sólo a causa de la naturaleza del material con el que se
trabaja - y el modo en que se obtiene - sino porque las
satisfacciones que este trabajo ofrece son, habitualmente, nulas.
Los principales ‘honores que se reciben son ridiculización y
desprecio.
Yo creo que cualquiera que ponga su reputación en aventurarse dentro
de esta peligrosa área, merece el reconocimiento de aquellos que
valoran la búsqueda de la verdad.
A pesar de esto, incluso los más prominentes investigadores, algunas
veces, caen en la trampa de las fantasías mutuamente confirmadas.
John Mack (1), profesor de psiquiatría en la Universidad
de Harvard, además de investigador del fenómeno de las abducciones,
es un ejemplo de las fantasías que son mutuamente confirmadas. Mack,
conocido en todo Estados Unidos como un crítico social y ganador del
Premio Pulitzer, quedó fascinado con el fenómeno de las abducciones,
allá por 1990, tras atender una conferencia de Budd Hopkins (fallecido
en verano de 2011).
Rápidamente, Mack reconoció que el
fenómeno no era generado en la mente del abducido, sino que, por el
contrario, provenía de una realidad externa. Así que, valientemente,
emprendió una investigación del fenómeno a gran escala, en
detrimento de su carrera en Harvard y a pesar del desprecio de sus
colegas.
En su libro de 1994, ‘Abducción: encuentros humanos con alienígenas,
Mack relata una sesión de hipnosis con una paciente llamada
Catherine, en la que unos alienígenas - supuestamente - le
mostraron a ella, sobre una pantalla, imágenes de un ciervo, musgo,
desiertos, y otras cosas relacionadas con la naturaleza. Después,
Catherine observó las pinturas de una tumba egipcia y sintió con
certeza que cuanto estaba viendo era ella en una vida anterior.
Entonces, los alienígenas le enseñaron una imagen de pinturas de
tumbas con la pintura descascarillada (deteriorada).
"Pero entonces era yo la que estaba
pintando".
Pero en esa encarnación ella era un
hombre y presenció esta escena (dijo ella).
"Esto tiene sentido para mí... esto
no es un truco, es información útil. No están tirando un montón
de mierda como todo lo demás."
Ahora Catherine sintió que se confirmaba
su empeño en un intercambio de información más recíproco.
Mack:
‘Entonces, pedí a Catherine que me
contase más sobre esta imagen de ella misma, como pintor en la
tumba de una pirámide egipcia. En respuesta a mi pregunta ella
me proporcionó un montón de información sobre el hombre, sus
métodos (de trabajo) y su medio ambiente. Lo asombroso era el
hecho de que Catherine no estaba teniendo fantasías sobre el
pintor.
Por el contrario, ella era el
pintor, y podía ver cosas desde su punto de vista, en lugar de
ver desde el punto de vista de un observador ajeno a la escena.
Catherine continuó ‘recordando muchos
detalles de la pintura egipcia y su vida pasada. Y al final de la
sesión de hipnosis, ella le dijo a Mack que un alienígena le había
preguntado si había comprendido el significado de aquella escena del
Antiguo Egipto.
Entonces, ella se dio cuenta de que,
‘todo está conectado, los cañones,
los desiertos y los bosques. Uno no puede existir sin lo otro, y
ellos, los alienígenas, me estaban mostrando una vida pasada
para que me diera cuenta de que yo estaba conectada con eso, y
con todas esas otras cosas.
Catherine también se dio cuenta de que
estaba conectada a los alienígenas. Resistirse a ellos sólo
significaría luchar contra sí misma, por lo cual, no había razón
alguna para resistir. (2)
Mack no sólo acepto la validez de este ‘diálogo, sino que también
dio por buena la interpretación que Catherine había hecho de todo el
asunto. Mas que tratar el episodio completo con extrema cautela y
escepticismo, Mack no cuestiona ni la interpretación dada por
Catherine sobre su vida pasada, su sentido de la conexión (3),
su sensación de que una previa petición de información recíproca fue
respondida afirmativamente (por Mack), y la decisión de ella de no
resistirse a esa afirmación.
Catherine también le dijo a Mack que,
‘ellos (los alienígenas) estaban
tratando de que superase el miedo, razón por la que estaban
tratando de asuntarme tanto, porque así yo podría, finalmente,
enfadarme y superarlo, yendo más allá, hacia cosas más
importantes.
Una vez más, Mack da por buena esta
conversación y le otorga valor, pidiéndole a Catherine que,
‘explique más cómo es que
asustándola intensamente conseguiría llevarla a superar el
miedo.
Esta es una pregunta que reclama una
información que no está dentro del ámbito del testimonio de
Catherine. Como era de esperar, ella le dio a Mack una respuesta con
los detalles.
El relato de Catherine contiene una vida pasada, ‘diálogo, intentos
- por parte de los alienígenas - de ayudar al abducido, un mensaje
sobre el medio ambiente, y crecimiento personal. Para el terapeuta
cualificado y diestro en las hipnosis de abducidos, todos y cada uno
de los aspectos de este relato deberían ser sospechosos. Catherine
pudo haber sido, fácilmente, inducida a un estado disociativo en el
cual ella consideró ciertas fantasías internas como si fuesen
sucesos que realmente le ocurrieron.
Si las imágenes de la vida pasada en el Antiguo Egipto ocurrieron
(en la mente de Catherine), podrían haber tomado forma durante una
secuencia imaginaria, y ello automáticamente significa que un
procedimiento mental de inculcación estaba en proceso. Algunas
veces, los abducidos mezclan procedimientos imaginarios, sueños, y
fantasías, como si fueran recuerdos de realidades externas.
Su interpretación de esos ‘recuerdos, a
menudo, tienen más que ver con sus sistemas de creencias que con
acontecimientos reales.
A menos que el terapeuta esté
adecuadamente formado en los problemas que esos procedimientos
mentales pueden crear, será fácil que caiga en aceptar fantasías
como si fuesen realidades. Mack no manifiesta escepticismo acerca de
la historia contada por Catherine. Más aún, él admira la ‘clara y
concisa composición de la narrativa de la abducida.
Hay otros dos terapeutas de abducciones que, como John Mack, caen
presa de errores metodológicos. Como parte de una serie de trece
regresiones hipnóticas con abducidos, la psicóloga clínica Edith
Fiore presenta - en su libro de ‘Encuentros (1999)
- una larga transcripción de un suceso extraterrestre. Fiore cree que
el hecho de relacionar la información, sea ésta real o imaginaria,
tiene un valor terapéutico, por tanto, ella está más interesada en
saber qué piensan los abducidos sobre lo que han vivido, que en
saber qué les ocurrió realmente.
Fiore describe la regresión hipnótica de un paciente llamado Dan,
quien ‘recordó haber sido miembro de unas Fuerzas Armadas
Alienígenas que luchaban contra sus enemigos en otros planetas.
Recordaba haber visitado los planetas
‘Deneb y ‘Markel, tomar unas copas con el capitán, así como otros
detalles extraordinariamente semejantes a la vida diaria en la
Tierra. Cierto día, Dan se encontró a sí mismo de pie en la
Cordillera de las Cascadas (Norteamérica), mirando fijamente a los
árboles. Era hermoso y calmado.
Parecía que Dan había ‘tomado el cuerpo
de un pequeño niño humano.
Dra. Fiore: ¿Dónde está tu nave?
Dan: Soy un niño. Sin nave ni responsabilidades, sólo un bonito
día de verano sin nada que hacer, mas que explorar.
Dra. Fiore: Ahora te vemos como un
niño. Voy a preguntarte cómo conectas tú a ese pequeño contigo.
Dan: Somos dos personas distintas. El niño tiene todos los
recuerdos. Es como una ‘jubilación, teniendo la oportunidad de
no hacer nada si vives más tiempo. Estar en un lugar precioso.
Dra. Fiore: ¿Cómo llegas tú a ser
ese niño?
Dan: Me uní a él en la carretera. Realmente, lo reemplacé
(sustituí).
Dra. Fiore: Ahora vayamos al momento
en el que te uniste a él, y hazme saber cómo llegas hasta esa
carretera.
Dan: Yo estaba borracho, tremendamente borracho. Fue una buena
fiesta… Me despedí.
Dra. Fiore: ¿Qué ocurrió entonces?
Dan: Soy el de hoy. Uno a uno. Elige tu planeta, uno que sea
fácil. Todos se ríen.
Dra. Fiore: Dices que estabas
borracho…
Dan: La noche anterior. Una resaca horrible.
Dra. Fiore: ¿Dónde te emborrachaste?
Dan: En la nave. Confusión, bebiendo.
Dra. Fiore: ¿Qué clase de nave es
esa?
Dan: Clase M. Grande. Un crucero de combate; catorce
transbordadores Drop-ship.(4) 3.500 personas
armadas hasta los dientes.
Este interrogatorio (tal como está
planteado por la doctora) confirmó lo que el sujeto (Dan) estaba
diciendo y, sutilmente, sirvió para confirmar su autenticidad.
Fiore diría más tarde que la información
aportada le sirvió a Dan para,
‘la mejora de su autoestima, así
como una maravillosa y profunda paz mental.
Ella cree que cada una de las
experiencias recordadas por los pacientes,
‘realmente sucedieron de un modo muy
cercano a como ellos las recordaron.
Claramente, este escenario no se asemeja
al escenario de abducción tal como lo conocemos, aunque hay algunas
similitudes entre ambos, como son los híbridos adultos que, algunas
veces, visten uniformes muy parecidos a los militares.
En lugar de enfocarse en un suceso concreto, Fiore salta a nueve
diferentes encuentros en su primera sesión hipnótica con Dan, lo
cual, en manos de una inexperta terapeuta de hipnosis, puede
conducir a unas conclusiones confusas y superficiales.
Además, Dan conoce la respuesta a prácticamente todas y cada una de
las preguntas que Fiore le plantea acerca de la vida a bordo de la
nave militar. Dicho conocimiento de las respuestas por parte de Dan
es, habitualmente, un fuerte indicador de falsa memoria.
Fiore: ¿Existe ahí la
homosexualidad?
Dan: Algo.
Fiore: ¿Cómo es percibida?
Dan: Tolerada. No se la observa favorablemente, pero es
tolerada.
Fiore: ¿Hay ahí algún problema con
los anticonceptivos?
Dan: No.
Fiore: ¿Por qué no?
Dan: Medicamentos, inyecciones.
Fiore: ¿Con cuánta frecuencia os los
dan (esos medicamentos)?
Dan: En cada viaje.
Las probabilidades de que el relato de
Dan sean fantasías son extremadamente altas.
Fiore y Mack estaban cualificados como
terapeutas, no como investigadores del fenómeno. Su aproximación a
los relatos sobre abducciones es muy diferente de la aproximación
llevada a cabo por los investigadores que están orientados
empíricamente.
Es importante entender que, a pesar de sus problemas metodológicos,
Mack y Fiore, como otros terapeutas de hipnosis, ponen al
descubierto muchos de los típicos procedimientos - físicos y
reproductivos - que dan forma al núcleo de la experiencia de
abducción. No obstante, a causa de su formación profesional, ellos
no están particularmente interesados en lo que, realmente, le ha
ocurrido al abducido.
Para Mack, como para otros muchos
terapeutas, investigar en las circunstancias reales y concretas de
la experiencia narrada por un cliente, no es la preocupación
primordial. Averiguar, exactamente qué es lo que le ocurrió al
abducido es menos importante que lo que el cliente cree que le
ocurrió.
La exactitud y la veracidad del relato
es una mínima preocupación.
Como afirma Mack:
‘La cuestión de si la hipnosis (u
otra no habitual modalidad que pueda ayudarnos a acceder a
realidades que están fuera o más allá de la realidad física)
revela con precisión lo que literalmente “ocurrió” puede ser
inoportuno.
Una cuestión más práctica sería si
el método de investigación puede producir información que es
consistente entre abducidos, y si conlleva convicciones
emocionales, y nos sirve para engrandecer nuestro conocimiento
de un fenómeno que es importante para las vidas de los abducidos
y para una cultura más amplia.
De este modo, cuando Mack dirige una
sesión de hipnosis, lo primero que explica a su paciente es que él
está,
‘más interesado en la integración
(por parte del abducido) de las experiencias recordadas, sobre
la marcha, durante el proceso de la terapia, que en “extraer la
historia”. La historia se ocupará de sí misma a su debido
tiempo.
La verdad o falsedad de las experiencias
de una persona (la cronología, el procedimiento lógico, y las
percepciones exactas de los sucesos) juega un papel secundario en la
metodología de Mack.
Plantea que su,
‘criterio para dar crédito a una
observación aportada por un abducido depende, sencillamente, de
si el abducido la vivió de una manera real y me la comunicó a mí
sincera y fielmente.
Los hechos juegan un rol limitado en el
momento en que Mack encara un suceso de abducción.
La Dra. Fiore lleva un modelo similar.
Ella plantea que,
‘puesto que mi principal
preocupación es ayudar a la persona, no es relevante para mí si,
por ejemplo, el paciente me comunica con certeza, o no, el color
de piel del alienígena. Lo que es primordial es que los efectos
negativos de la abducción desaparezcan mediante las sesiones de
regresión.
Notas
(1) El trabajo de John Mack,
fallecido en 2004, ha sido divulgado en este blog. Aquí (http://alturl.com/ufjzg)
tenemos su investigación sobre el encuentro, en 1994, de
alienígenas con los alumnos del Colegio Ariel, en Zimbabwe. Aquí
(http://alturl.com/7ivpn) hay otras menciones.
(2) El trabajo del Profesor Corrado Malanga tiene otro punto de
vista acerca de la memoria que relatan los abducidos que están
bajo estado de hipnosis. Él afirma que el recuerdo de vidas
pasadas tendría que ver con la incorporación, a la mente de un
sujeto abducido, de la ‘memoria de otros abducidos ya
fallecidos. Es importante que el lector valore esta otra
explicación del fenómeno, cuyo desconocimiento por parte del Dr.
Jacobs justifica su incomprensión de no pocos de los detalles de
las experiencias narradas por algunos abducidos, como veremos en
el caso de Dan. Personalmente, sin obviar la posibilidad de que
la mente del abducido fantasee, creo que la argumentación
presentada por Corrado Malanga merece la pena ser tenida en
cuenta. El lector puede leer al respecto aquí:
http://alturl.com/43k8m
http://alturl.com/k35um
http://alturl.com/m3jiz
(3) Sentido de la conexión que la induce a supeditación a los
alienígenas.
(4) Nave de la película ‘Aliens.
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Capitulo 4
¿Qué hacen ellos?
7 Enero 2012
Jacobs comienza afirmando que todo lo que los alienígenas hacen
forma parte de su programa de abducciones, incluido los detalles
aparentemente absurdos de su actividad.
Añade que los investigadores, en su primer contacto con el fenómeno,
tienden a pensar que las abducciones tienen como objetivo la
investigación sobre los humanos, de un modo paciente, a largo plazo,
recolectando datos.
Esta presunción ha conducido a la idea - generalmente aceptada por la sociedad que ha seguido esas
investigaciones - de que, en tanto que los alienígenas actuaban como
observadores e investigadores del mundo humano, su naturaleza no era
hostil.
No obstante, ahora sabemos que el propósito primordial de las
abducciones no es la mera investigación.
‘La evidencia sugiere que todos los
procedimientos alienígenas sirven a su agenda reproductiva; y el
núcleo de esa agenda reproductiva lo tenemos en su programa de
hibridación, mediante el cual, los alienígenas toman esperma y óvulos
humanos, incuban fetos en cuerpos humanos en pos de producir
híbridos humano-alienígenas, y conducen a los humanos a - mental
y físicamente - interactuar con esos híbridos, con el propósito
de su desarrollo.
Unidades de Gestación Extrauterina
Un significativo componente del programa de hibridación consiste en
la creación de Unidades de Gestación Extrauterina (UGE).
Cuenta Jacobs que únicamente tras años de investigación llegó a
comprender el motivo y funcionamiento de este componente.
Durante años, sigue diciéndonos el autor, las mujeres abducidas
habían estado hablándole a los investigadores acerca de los
procedimientos ginecológicos a los que estaban siendo sometidas
durante las abducciones.
Algunas describen lo vivido de la
siguiente forma: como si los alienígenas hubiesen estado maniobrando
molestamente sobre sus órganos reproductivos. Tienen la sensación,
estas mujeres, de que los alienígenas estaban ‘agrandando o creando más
espacio en la cavidad uterina o en alguna parte del área pélvica.
Jacobs menciona el caso de la abducida Barbara Archer (1988), quien
describió su vivencia en términos de ‘presión interna e
‘hinchamiento en sus órganos reproductivos. Lucy Sanders, otra
abducida, vivió el mismo procedimiento en varias ocasiones, el cual
lo describe como si a la derecha de su pelvis la estuviesen
‘inflando, sintiendo como si aquello la quemara internamente en el
área sobre el que estaban interviniendo.
Otra abducida, Laura Mills, sentía que la manipulación ginecológica
a la que se vio expuesta sirviera para determinar cuánto espacio
tenía en su cavidad uterina. Exactamente igual lo vivió Belinda
Simpson, quien sentía como si aquellos procedimientos se asemejasen
a estar siendo ‘hinchada, como si estuviese embarazada.
Algunas abducidas han sugerido que lo que vivieron (aparente
introducción de aire en sus zonas reproductivas) era muy semejante a
la laparoscopia a la que somete una paciente cuando se tienen
problemas ginecológicos.
Dicho lo cual, Jacobs sospecha que, en
realidad, los alienígenas podrían estar manipulando el área
reproductivo femenino para extraer óvulos. Esta opinión no la
convierte en una conclusión, pues no existe (al menos hasta que
escribe La Amenaza) suficiente información al respecto.
Sí es destacable que la histerectomía es algo común entre las
abducidas:
‘Durante mis diez años como
investigador de las abducciones he trabajado con un número de
mujeres abducidas que han sido sometidas a histerectomía, o han
padecido problemas ginecológicos, como resultado de sus
abducciones.
Muchas de estas mujeres me han dicho
que el cirujano que les ha llevado a cabo la histerectomía han
comentado que la posición de sus ovarios ha variado, como si
hubiesen sido apretados hacia un lado, o hundidos hacia las
trompas de Falopio.
Algunas mujeres informan de anómalas
cicatrices en los ovarios, lo cual es consistente con la teoría
de que, en ocasiones, los alienígenas toman óvulos directamente
de los ovarios.
Jacobs menciona el caso concreto de
Melissa Bucknell, abducida de 27 años, que en sesiones de
regresión afirmaba haber recibido implantes alienígenas durante sus
abducciones.
Una mañana de 1987 se despertó con
dolores en el área de sus órganos reproductivos, tan severos que le
impedían sentarse. Fue entonces cuando tuvo la certeza de que los
implantes eran un asunto real. El Dr. Jacobs la llevó inmediatamente
al ginecólogo (Dr. Daniel Treller), quien la examinó de
urgencia.
El examen del Dr. Treller confirmó que la zona pélvica de Melissa
estaba muy sensible, y ordenó que se le observase con ultrasonidos,
técnica que rápidamente detectó una anomalía.
A la derecha del ovario derecho de
Melissa aparecía una masa de alguna clase, pequeña, aparentemente
orgánica, que se suponía no debía estar ahí.
‘El desconcertado equipo de
ultrasonidos llamó al Dr. Treller, quien estaba perplejo.
Ninguno de ellos había visto nunca antes una cosa igual.
Pensando en un inusual embarazo ectópico, Dreller ordenó un test
de sangre para determinar si Melissa estaba embarazada. El
resultado fue negativo.
Prosigue el Dr. Jacobs contándonos el
extraño caso de Melissa Bucknell, quien insistía en que aquella masa
anómala junto a su ovario derecho era un implante alien.
Melissa estaba decidida a que no se le
extirpara. Más aún, se negó a cualquier posterior observación por
parte del Dr. Treller, aduciendo que no deseaba que nadie molestara
a ‘aquello, a pesar del dolor físico que le causaba. No obstante,
Jacobs logra convencerla para un nuevo examen, un mes después del
primero, y el resultado fue que la anómala masa había desaparecido.
Jacobs nos cuenta otro caso, el de Lydia Goldman, una señora de 60
años que se levanta una mañana de 1992 con la sensación de que está
embarazada.
Aquello no sólo era imposible por la
edad, o por el hecho de que la Sra. Goldman no tenía relaciones
sexuales, sino porque se había sometido a una histerectomía completa
hacía muchos años.
No obstante, Lydia Goldman reconocía aquellos síntomas, pues los
recordaba de cuando el embarazo de sus hijos. Unas semanas después,
la parte derecha de bajo abdomen comenzó a dilatarse ligeramente.
Luego, para su horror, Lydia empezó a sentir que algo, como si fuera
un feto, se movía en su interior.
Lydia aceptó acudir al ginecólogo, a
pesar de pensar que estaba perdiendo a lo que fuera que tuviese en
su útero.
Unos días antes de la cita comenzó a
sentirse mejor, su estómago no volvió a hincharse, y los síntomas
desaparecieron.
‘Cuando Lydia me habló de este
episodio, yo estaba perplejo.
Hasta entonces, los investigadores
sabíamos que los alienígenas tomaban ovarios y esperma humanos, los
fertilizaban in Vitro, añadían material genético alienígena y
colocaban el embrión híbrido en un útero. Presumiblemente, el
sujeto debía de tener un útero en el que implantar el embrión.
Sin embargo, yo había sometido a
regresión a muchas mujeres que fueron abducidas cuando estaban
en fase postmenopáusica o con ligadura de trompas, o a las que
se les había retirado su útero y ovarios. Siempre he asumido que
los alienígenas administran procedimientos reproductivos a estas
mujeres, diferentes a los aplicados a las que todavía son
fértiles.
Lydia y el Dr. Jacobs decidieron hacer
regresión de la noche anterior a la que la abducida se había
despertado con síntomas de embarazo. Ella recordó que estaba dormida
en casa de su hija, en Florida, cuando la abducción tuvo lugar.
Lydia:
‘Ellos (los alienígenas) sostienen en sus
manos algo como nosotros lo hacemos con los bebés, pero ese algo
no es un bebé… es como una langosta (marina). Apenas puedo
imaginarlo. Mis piernas están levantadas y ellos están
insertándome algo… parece redondo y luminoso, diría que del
tamaño de un pomelo… ellos están sosteniendo eso, y tengo la
impresión como si sostuvieran un bebé, algo muy valioso… me lo
traen.
Es una idea terriblemente repulsiva…
encuentro esto extremadamente repulsivo, sucio. Y me siendo mal,
pues están haciendo que esa cosa sea parte de mí. Siento aquí
una terrible irritación, y repulsión extrema.
Se trata de una unidad sólida e
independiente. Hay algo dentro de ella. Tengo la impresión de
que se trata de una especie de envoltorio o envase, y lo han
insertado en mí, vaginalmente. Por completo siento que no quiero
eso dentro de mí…
El relato de Lydia insiste en la idea de
que toda la experiencia le resulta repulsiva.
Añade ser consciente de que lo que fuera
que ocurriera durante aquella abducción, ella se sentía sirviendo a
unos propósitos marcados por los alienígenas, que la obligan a ello.
El Dr. Jacobs recuerda el testimonio - anterior a éste - de otra
abducida postmenopáusica, que decía sentirse embarazada y advertir
que ‘algo la golpeaba (desde dentro hacia fuera) en la zona de bajo
vientre.
‘Entonces no supe cómo interpretar
aquella experiencia. Ahora sí. Me di cuenta de que era posible
que los alienígenas estuviesen haciendo que las mujeres portaran
‘bebés incluso cuando éstas no tuviesen ya útero.
En lugar de implantar el embrión en
un útero, los alienígenas podrían estar insertando una Unidad de
Gestación Extrauterina (UGE), un saquito capaz de incubar un
feto sin estar unido al tejido uterino.
Los alienígenas colocan esta UGE cerca
del útero o, tal vez, incluso en el espacio antes ocupado por la
matriz, o detrás de la vejiga o cerca de un ovario.
La Unidad de Gestación Extrauterina con
la que teoriza Jacobs sería el envase o envoltorio, del tamaño de un
pomelo, mencionado por la abducida Lydia Goldman.
La experiencia vivida por Lydia, y la información extraída de ella,
hizo que el Dr. Jacobs reconsiderase la situación de Melissa
Bucknell, la joven abducida que, tras grandes dolores se le
descubrió una masa anómala junto al ovario derecho.
A la luz de las experiencias
investigadas posteriormente por él, la masa anómala (que había sido
interpretada por la abducida como un implante alien) de Melissa
parecía tratarse de una implantación fetal cerca del ovario. Así
resultaba comprensible la inconsciente e instintiva protección de la
chica hacia la extraña masa, propia de una gestante hacia el feto
que desarrolla dentro.
Igualmente cobraba sentido el testimonio de las abducidas que
afirmaban sentir cómo se les ‘inflaba con aire en sus órganos
reproductores.
Este procedimiento podría no ser sino la
preparación del espacio que luego sería ocupado por la Unidad de
Gestación Extrauterina.
‘Las implicaciones de estos casos
son perturbadoras. Cualquiera que fuese el estado de las mujeres
(dentro o fuera de edad reproductiva) abducidas, los alienígenas
podían producir ‘bebés.
Los alienígenas podían “hospedar”
implantes fetales en el útero, así como implantar Unidades de
Gestación Extrauterina (UGE). Adicionalmente, esas UGE podían
ayudar a camuflar el fenómeno: Las UGE no desencadenan la
reacción hormonal (gonadotropina) que normalmente se registra en
un test de embarazo.
El extenso uso de mujeres, como ‘hogares para bebés híbridos
pone de relieve la importancia del Programa de Hibridación
Alienígena. El alcance es enorme. En teoría, los alienígenas han
producido cientos de miles, si no millones, de vástagos
Protegiendo los embarazos
Durante mis años de investigación me ha quedado claro que los
alienígenas evitan esas acciones retirando de la abducida las
evidencias antes de que ésta pueda actuar.
En numerosas ocasiones,
las abducidas han planificado un aborto, sólo para luego descubrir
que su útero está vacío. Cuando la abducida se somete al proceso
abortivo los alienígenas ya han retirado de ella el feto.
Extraño objeto, que no sé si es metálico o no… Ellos lo usan para
hacer bebés. Ellos ponen esas cosas juntas en un laboratorio. Luego
lo introducen en un útero, de modo que “eso” crecerá ahí y se
desarrollará en un bebé. Pasado cierto tiempo - ellos lo monitorean,
y saben si progresa - ellos regresan, te abducen y te extraen el
feto, el cual todavía no está completamente desarrollado, aunque sí
lo suficiente como para reconocerlo como tal.
Lo extraen y se lo llevan. Ya lo he
visto antes… lo ponen en una especie de fluido, de cálido fluido que
hay en una suerte de tanque, y allí es donde lo mantienen con vida y
sigue creciendo.
Por tanto, los alienígenas deben monitorizar selectivamente. Y,
probablemente, lo hagan sólo acerca de cuestiones concretas. Si una
abducida piensa en queques o en ir de compras, no se activa alarma
alguna. Pero si una abducida piensa acerca de abortar, embarazo,
bebés o implantes, esos pensamientos provocan una reacción en los
alienígenas, más allá de que tengan tiempo para intervenir.
Cuando apuré
a Melissa (véase La Amenaza 7) a que acudiera a su ginecólogo para
que se le realizara una prueba de ultrasonido, los alienígenas no
tuvieron suficiente tiempo para extraer la “masa” que ellos habían
implantado en su cuerpo, pues todo fue muy rápido, en el margen de
una hora.
Abducidos con implantes sufren de por vida problemas nasales,
sangrado, congestión nasal, audición disminuida, acúfenos (tinnitus)
y sangrado de oídos. Los médicos han advertido anómalas cicatrices
en tejidos y agujeros en las vías nasales de los abducidos.
Las funciones exactas de los implantes nos son desconocidas, pero
podemos especular al respecto. Probablemente se trate de complejos
dispositivos multifuncionales, los cuales podrían servir de monitor
o afectar niveles hormonales que afectan a la lactancia,
menstruación, ovulación o embarazo.
Probablemente también son usados
como localizadores de los abducidos.
Kathleen: ‘Bien, creo él está haciendo una lectura sobre cómo está
mi cuerpo. Hace un escaneo rápido, pero luego profundiza en mi
mente. El alien me dirá una palabra determinada, y yo debo responder
a ella. Me da la palabra “Treller”, a lo que yo respondo que tengo
intención de visitar al Doctor Treller. Me pregunta si acaso no me
siento bien, y yo le dije que estaba teniendo algunos problemas y
deseaba saber qué me estaba ocurriendo. Los alienígenas quieren
saber a qué me refiero exactamente, a lo que yo respondo “bueno, ya
sabéis…”.
Dr. Jacobs: ‘Cuando dices eso, ¿cómo responden
ellos?
Kathleen: ‘La palabra que viene a mi mente es HIELO. El
comportamiento cambió. Siento que antes se mostraban más amables…
Siento alguna forma de calor en el área vaginal. Se va tornando cada
vez más extraño a medida que yo digo que no sé si es calor o frío
extremo. Mi pregunta es “¿Qué queréis?” Y la cosa es que ellos
quieren saber si todo (lo que han hecho en la zona vaginal) marcha
bien. “Pero no marcha bien - les digo - y es por eso que voy a ver
al doctor”. ‘Deberías dejarnos saber si todo va bien”, dicen. Y
yo siento que debería hacerles caso, pero no sé cómo.
Relaciones sexuales
Las mujeres abducidas han informado que han sido embarazadas bajo
circunstancias imposibles. No se habiendo mantenido relaciones
sexuales han acabado embarazadas, continuado con el proceso, y
parido bebés normales y sanos.
Ocasionalmente, dos abducidos se conocen en un contexto
normal (no en un episodio ovni), donde ellos sienten un fuerte
sentido de familiaridad mutua, sintiendo una poderosa atracción del
uno al otro.
Por ejemplo, Dena y Ray, supieron inmediatamente que
eran el uno del otro desde que se conocieron. Desconocían el motivo
de porqué sentían aquello, pero la fuerza de atracción era tan
poderosa que ambos se divorciaron de sus esposos y se casaron.
La
hipnosis reveló que ambos habían tenido una duradera relación sexual
durante la adolescencia, que exclusivamente había sucedido durante
sus episodios de abducción.
CONTROLANDO LOS ASUNTOS HUMANOS
El Dr. David Jacobs continúa su relato hablándonos del
desconcertante uso del ‘escaneo mental, con el objetivo de excitar
sexualmente a las abducidas.
El escaneo mental - el cual se lleva a
cabo, habitualmente, durante o inmediatamente después de comenzar el
examen físico - se realiza por un alienígena alto (no un ‘gris de
pequeña estatura) que coloca su cara muy cerca del rostro de la
abducida, mirándola fijamente. De ese modo, el ente puede obtener un
abanico de emociones de la mujer, y puede generar en ella la emoción
específica que él desee. Cuando la induce a la excitación sexual
puede conducir a su víctima hasta alcanzar el orgasmo.
La cuestión es: ¿por qué se estimula sexualmente a las abducidas?
Para responder a esta pregunta debemos prestar atención a lo que el alien alto (el que realiza el escaneo mental) lleva a cabo
inmediatamente después de que la excitación sexual haya llevado a la
abducida hasta el orgasmo. Cuando ese estado se ha alcanzado, el
alienígena deja de mirar fijamente a los ojos de la mujer, y procede
a la extracción de óvulos. Así, la inducción al orgasmo no tendría
otro objetivo que dicha extracción.
El proceso de excitación sexual femenino generado por ellos no
tendría más razón que provocar los efectos fisiológicos que
acompañan al orgasmo - lubricación, dilatación y, tal vez, ovulación
- que facilitarían los procedimientos de extracción ovular en los que
los alienígenas están ocupados. Aunque el rol del orgasmo en la ovulación
es controvertido, Gloria Kane - médico y abducida - está convencida de
que durante el escaneo mental el alien estaba provocándole la
emisión de óvulos desde los ovarios.
Kane cuenta que a la edad de dieciséis los alienígenas que la
abducían le hicieron saber que desde que la menstruación era un
hecho en ella, ellos le habían provocado una alteración en los
procesos internos que la conduciría a ovular mediante los orgasmos
provocados por escaneo mental.
La ovulación debe tener lugar en el momento adecuado para el
Programa de Reproducción. Los híbridos han instruido a otros íbridos
en las complejidades de la generación y extracción de óvulos.
La
abducida Christine Kennedy recordó un suceso de abducción en el cual
un híbrido explicaba los métodos de inducción a la ovulación con
otros tres híbridos, al tiempo que ella servía de ejemplo, esto es,
inmovilizada sobre una camilla, siendo víctima de todo el proceso de
escaneo mental antes expuesto.
Menciona el Dr. Jacobs que la habilidad de los alienígenas para
dominar la mente de los abducidos mediante el escaneo mental es
extraordinaria, fruto de su conocimiento avanzado, al servicio de
que el ser humano cumpla con su cometido dentro del Programa de
Reproducción y el resto de la Agenda alienígena.
La habilidad de estas inteligencias para controlar al ser humano se
desarrolla a través de la manipulación de nuestro cerebro.
Por ejemplo, cuando los alienígenas se colocan cerca de los ojos del
abducido, comenzando a mirar fijamente, casi inmediatamente la
víctima siente efectos físicos y emocionales. Esto podría ocurrir
porque los entes usan el nervio óptico para lograr entrar a las vías
neuronales de su víctima, a través del Quiasma Óptico, dentro del
Cuerpo Geniculado Lateral, para luego pasar a la Corteza Visual
Primaria (V1), en la parte trasera del cerebro.
Una vez alcanzada la V1, procederían a acceder a la Corteza Visual
Secundaria (V2) en el Lóbulo Occipital, para continuar hasta otros
emplazamientos en los lóbulos Parietal y Temporal y el Hipotálamo.
Mediante esa ruta, el alien puede estimular vías neuronales y
provocar la activación de neuronas en cualquier área deseada.
Advierte Jacobs que, si los alienígenas son capaces de conectar con las
redes neuronales, pueden recomponer los recuerdos del abducido.
Pueden inducir nuevas imágenes directamente en el Córtex Visual,
eludiendo las imágenes que el sujeto obtiene mediante las
observaciones que llegan a la retina, provocando que el individuo
‘vea cosas' que pasan a formar parte de sus recuerdos de abducción.
Pueden, además, activar áreas dentro del Sistema Límbico y provocar
emociones fuertes, tales como miedo, ira, o afecto. Pueden inducir a
excitación sexual, o bien a la amnesia que preserve el secreto de lo
experimentado.
Cómo los alienígenas maniobran sobre el Nervio Óptico nos es desconocido,
pero tenemos algunas claves. Jacobs menciona que los abducidos,
cuando da comienzo el proceso de escaneo mental, no son capaces de
cerrar sus ojos, siendo obligados a mirar a los ojos del
secuestrador.
La mayoría de los abducidos hablan de ojos opacos,
marrones o negros. Otros advierten una especie de líquido en el
interior de estos ojos. Frecuentemente, los abducidos observan un
movimiento en el interior de esos ojos, que genera una suerte de
luz. Es posible, nos dice Jacobs, que esa emanación luminosa sea la
que active el Nervio óptico de la víctima, dando comienzo al
tránsito del alien hasta las redes neuronales.
Para finalizar este apartado, mencionar que los abducidos sugieren
que la información que los alienígenas adquieren mediante el escaneo
mental de sus víctimas, es transferida a las mentes de los híbridos,
de tal forma que éstos pueden aprender cómo viven y sienten los
humanos.
También hay procedimientos por los cuales los híbridos directamente
toman información de los humanos. Un alien colocó a Allison Reed
(abducida) junto a un híbrido femenino, y las conectó a ambos,
sentada la una frente a la otra. Entonces, Allison pudo sentir cómo
sus pensamientos y recuerdos eran ‘absorbidos por la entidad
híbrida.
Los procedimientos mentales deben ser observados, nos dice el Dr.
Jacob, dentro del marco de la Agenda Reproductiva Alienígena.
Habitualmente, los abducidos se sienten incluso más violados
mediante estos procederes mentales que por los reproductivos.
Saben
que sus pensamientos no son propios, y que han podido ser
manipulados.
A través de los
informes sobre abducciones, el Dr. Jacobs tratará de arrojar luz
sobre estas importantes cuestiones.
UN ÚLTIMO APUNTE
He estado leyendo la obra
‘Encuentros con humanoides (1982), del desaparecido investigador
Antonio Ribera, y he creído oportuno añadir aquí, en medio de las
pesquisas del Dr. David Jacobs, un breve extracto de la obra de
Ribera, precisamente, del Epílogo, que dice así respecto del
fenómeno alienígena:
‘Cuando me preguntan si
«nos invadirán» o «cuándo establecerán contacto», suelo
responder que, de hecho, ya nos han «invadido» (de una manera
discreta y sigilosa) desde hace años - los casos recopilados en
este libro, ínfima parte de los ocurridos, así lo demuestran, y
en cuanto al contacto, lo han establecido ya... con quienes
ellos han querido (no, desde luego, con los políticos pomposos y
vociferantes, ni con los científicos oficiales, de los que nada
aprenderían, y mucho menos con los militares, a los que sólo les
interesarían las posibilidades bélicas de su maravillosa
tecnología). Y quienes ellos han querido han resultado ser, por
lo general, hombres y mujeres sencillos, del montón, no
especializados.
Se observa en el autor - a la hora de mencionar con quiénes no han
establecido contacto los alienígenas - un prejuicio concreto hacia
políticos, científicos y militares.
Es comprensible. Ahora bien - sin
que suene a reproche-, cuando se lee esta obra no se halla en Ribera
un razonamiento que nos permita pensar que la decisión tomada por
los alienígenas esté justificada, precisamente por un bien mayor. No
parece que haya nada especialmente encomiable en la decisión de esas
inteligencias por establecer contacto con la gente sencilla, del
montón.
A mi parecer, el contacto,
per se, es una amenaza en
cualquiera de los casos. Y lo es por varias razones:
-
Desconocemos la procedencia de
dichos entes. La explicación dada por las entidades - de que
provienen de otros planetas - no es satisfactoria.
-
Desconocemos si, como parece,
están aquí, acompañándonos, desde que el mundo es mundo.
-
Desconocemos su grado de
implicación en la dinámica de la historia humana,
especialmente en el ámbito religioso.
-
Y, sumando oscuridad,
desconocemos sus intenciones, no así sus mensajes, envueltos
en un atractivo ropaje de esperanza y buen rollo.
Arrojando luz, y otorgando peso a la
suspicacia, decir que los comunicados que diseminan entre sus
elegidos terrestres conducen a una filosofía - cada vez más
extendida - de inoperancia.
Mi sospecha - basada en la perfecta teatralidad que flota en los
contactos directos con humanos, en mensajes narcotizantes que
invitan a no razonar, y en el componente traumático existente en el
capítulo de las abducciones - es que la elección de la gente llana
como interlocutor no es algo a lo que se ven obligados por las
miserias existentes en política, ciencia y militares. Los
alienígenas han optado por el público mayoritario por simple
predilección (como lo hicieron con los niños de Fátima); como el
depredador que no se enfrenta al pastor ni a los perros, sino que
condiciona al ganado de una forma muy poco explícita.
Como la nación que subvierte al pueblo de su enemigo, para que el
camino de la intervención directa se allane consistentemente con
mucha antelación, y con vocación de permanencia.
Dicho esto, y volviendo a Antonio Ribera, aclarar que el
investigador se adhiere a la Hipótesis Interdimensional propuesta
por Jacques Vallée.
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Capitulo 5
LO QUE SON LOS ALIENÍGENAS
Los abducidos han descrito una imagen clarificadora sobre el
comportamiento de los alienígenas.
Se les muestran de un modo muy
profesional, como una sociedad tan cooperativa como una eficiente
empresa. No obstante, los alienígenas son discretos respecto de su
‘vida personal, y la sociedad de la que proceden.
A pesar de lo cual, han ido dejando
retazos, piezas de información, que lentamente nos deja ver más.
¿DE DONDE PROCEDEN?
¿Vienen los alienígenas del espacio exterior, de otra dimensión, o
de un universo paralelo?
En un principio, los investigadores
creyeron que su origen era el espacio exterior, por ser esta la más
lógica explicación; que los alienígenas nos visitaban desde Marte o
Venus, o cualquier otro rincón del Sistema Solar. Pero cuando los
científicos aprendieron más sobre el Sistema Solar, pareciendo una
evidencia que la Tierra era el único planeta albergando vida
inteligente.
Por tanto, los investigadores concluyeron que los
alienígenas podía proceder de otro sistema solar. Pero, incluso el
más cercano está a años luz de distancia, lo que hacía que viajar
hasta aquí fuese una tarea desalentadora, incluyo haciéndolo a la
velocidad de la luz.
El problema de cómo los ovnis pueden viajar hasta la Tierra ha sido
un freno intelectual para muchos, y los científicos han desarrollado
varias teorías a lo largo de los años, a fin de resolver este
obstáculo. El astrónomo e investigador ovni J. Allen Hynek propone
que los ovnis proceden de algún otro lugar, mediante el ‘plano
astral.
Los alienígenas, de alguna manera, es ‘personan aquí, como
viajando a través de un modelo mental. El investigador Jacques Vallée y otros, sugiere que los ovnis proceden de una realidad
alternativa que la humanidad, de alguna forma, identifica con la
consciencia. Esta realidad alternativa presumiblemente existe en
paralelo a la nuestra.
Este dilema intelectual - cómo reconciliar viajes espaciales con el
actual conocimiento científico - ha imposibilitado que la comunidad
astronómica haya explorado el fenómeno ovni con una actitud seria.
Todavía, este dilema es un falso problema. En lugar de preguntarnos
de dónde proceden los alienígenas y cómo habrían llegado hasta
nosotros, lo apropiado sería preguntarnos ¿está la gente viendo,
realmente, algo anómalo, artificialmente construido,
inteligentemente pilotado? ¿Son reales las experiencias descritas
por los abducidos? La cuestión no es el ‘cómo han hecho para
visitarnos, que no es sino, en última instancia, un detalle
tecnológico.
Desde luego que los abducidos le han preguntado a los alienígenas
por su lugar de procedencia, y las respuestas dadas indican que, en
efecto, vienen de un planeta en algún lugar del universo conocido.
Partiendo de que existen billones de estrellas, y junto a ellas,
otro tanto de posibles planetas, esta respuesta parece razonable.
Cuando los abducidos han preguntado a sus secuestradores por cuál es
su ‘hogar, a veces han indicado un punto concreto en un área del
cielo. No hablan de universos paralelos, viajes en el tiempo,
dimensiones, u otros lugares exóticos.
El Dr. Jacobs expone el caso de dos abducidas, y la conversación que
cada una de ellas mantuvo con híbridos adultos. Las respuestas dadas
son muy infantiles y poco claras, apuntando al cielo estrellado.
Otros testimonios hablan de terrenos áridos, arenosos, como medio
ambiente de los alienígenas.
En definitiva, imágenes vagas que no
aclaran nada en absoluto.
EL ORGANIGRAMA ALIENÍGENA
Dentro de los ovnis, los alienígenas parecen actuar dentro de una
reconocible cadena de mandos y roles bien definidos.
En mi libro ‘Secret Life, apunté que
los alienígenas tipo gris, de baja estatura, actuaban como asistentes de
los alienígenas grises de mayor estatura. Los grises pequeños conducen a
los abducidos hasta la nave, les quitan las ropas, los acompañan
hasta la sala de examen físico e, incluso, realizan alguna otra
labor no especializada.
Estos grises bajitos raramente entablan
conversación, y su comunicación con el abducido se limita a paliar
el miedo experimentado por éste, tratando de tranquilizarlo.
Ahora, los investigadores saben que los
grises de más estatura, a quienes los abducidos alguna vez se
refieren como ‘doctor o ‘especialista, a menudo se suman a los
procedimiento de la abducción una vez que los grises pequeños han
llevado a cabo un examen del abducido. Los grises altos llevan a
cabo los procedimientos más complejos, como la extracción de esperma
u óvulos.
También se encarga de implantar los embriones en las
abducidas, a las que, meses después, extraerán los fetos. Además,
estos grises altos son los que realizan los ‘escaneos mentales, con
los que se extraen recuerdos o información del abducido; con los
escaneos mentales se logra excitar sexualmente a la víctima,
llevándola al orgasmo.
Los grises de mayor estatura parecen tener más personalidad que los
grises pequeños. Los primeros puede que entablen conversación con
los abducidos, pero se mantienen evasivos sobre los objetivos de la
abducción, y sobre los procedimientos específicos llevados a cabo en
ella.
El Dr. Jacobs añade que no ha recibido reportes (por parte de los
abducidos) acerca de alienígenas - de pequeña estatura - y género
femenino. Los reportes sobre alienígenas femeninas indican que se
encuentran en la variedad de los altos, especializados en
procedimientos ginecológicos y urológicos.
La máxima distinción consiste en que los alienígenas femeninos atienden a
los vástagos híbridos. Ellas conducen a los bebés híbridos a los
abducidos, para la importante interacción física que los primeros
requieren de los segundos. También se ocupan de vigilar directamente
las actividades de los bebés y niños híbridos.
La diferenciación de estas tareas (entre alienígenas masculinos y
femeninos) podría ser una consecuencia de la percepción cultural de
los abducidos, pero las descripciones de los seres femeninos parece
desmentirlo. Los alienígenas femeninos carecen de atributos físicos, en
los términos en los que un abducido esperaría. Carecen de senos o
cualquier característica sexual.
A pesar de ello, los abducidos
afirman que los alienígenas femeninos parecen - en alguna forma imprecisa
- más amables, dulces, femeninas, gráciles. A pesar de la imprecisión
de sus descripciones, los abducidos están absolutamente seguros de
que se trata de alienígenas femeninos.
En los inicios de mi investigación me enfoqué en los seres grises,
porque son la forma alienígena predominante en los relatos de
abducidos. Pero ahora es importante advertir que los abducidos
reportan otros subgrupos de alienígenas. Algunas veces mencionan a
pequeños seres con diferentes colores de piel - moreno o blanco son
los más frecuentes.
También describen una variedad de
características faciales, tanto en los seres altos como en los
bajos. Tenemos a los grises estándar, pero también a los ‘nórdicos,
‘reptilianos, ‘insectoides, otros son altos, vestidos con túnicas
o encapuchados.
Puesto que los más reportados son los pequeños grises, durante años
creí que las menciones a los ‘nórdicos eran fruto de confabulación
o pensamiento deseoso, transformando alienígenas de fea apariencia
por otros más apuestos, rubios, con ojos azules. Tras escuchar
tantos testimonios sobre esos tipos de alienígenas (tan parecidos a
los humanos), concluí que la evidencia claramente nos sugiere que
los ‘nórdicos son - probablemente - híbridos adultos, el producto del
apareamiento entre humanos y alienígenas. Estos híbridos son
críticamente importantes, y posteriormente describiré sus roles.
Aunque todavía no hemos logrado conocer específicamente los roles de
los ‘reptilianos, los tipo ‘insectoide parecen desarrollar un
papel claro: los abducidos han reportado la participación de estos
(los ‘insectoides) en un rol de supervisores de, incluso, los
alienígenas de mayor tamaño. Ese alienígena insectoide es muy alto y
habitualmente viste una túnica o capa, con un cuello alto.
En
ocasiones es descrito como una entidad con semejanza a una hormiga
gigante o a una mantis religiosa. Raras veces se encarga de examinar
al abducido, dedicándose a procedimientos de escaneo mental (mirando
fijamente a los ojos de la víctima). Cuando se comunica
telepáticamente con los abducidos, su lenguaje es más substancial y
comunicativo en la información que desvela. Pero generalmente
permanece al margen, observando los procedimientos de la abducción,
dando instrucciones a los entes más altos.
La existencia de una serie de tareas específicas para cada tipo,
sugiere que estamos ante una ‘sociedad jerarquizada, con
probabilidad de un ‘cuerpo de gobierno, con una cadena de comando,
desde los entes insectoides hasta los alienígenas grises de menor tamaño.
Frecuentemente, los abducidos afirman que los alienígenas actúan con
mentalidad de colmena. Los grises pequeños actúan como tal, visten
uniformemente, y a bordo del ovni nada sugiere que tengan rasgos de
personalidad individual. Toda actividad individual está encaminada
al objetivo de la abducción, en términos clínicos y asépticos.
Los
más altos parecen mostrar algo más de individualidad, y los que
parecen insectos con túnicas aún más.
HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
Los alienígenas se comunican telepáticamente entre ellos, y con los
humanos.
Cuando los abducidos describen los procesos de
comunicación, afirman que reciben una imagen en su mente que,
automáticamente, se convierte en palabras comprensibles. La mayoría
de la veces, los abducidos parecen entender extremadamente bien el
mensaje dado por los alienígenas.
Si bien, el amplio rango de
expresiones y matices humanos (cinismo, ironía, sarcasmo, afección)
parece estar ausente para ellos.
CONDUCTA EMOCIONAL
La mayoría de los abducidos afirma que los alienígenas poseen una
limitada y ‘controlada capacidad emocional.
Habitualmente se
muestran en calma y serenos. Cuando se muestran más emocionados, es
en términos de satisfacción, pero nunca felices o jubilosos. Actúan
irritados, enojados y molestos, pero no furiosos. Los extremos
emocionales no parecen ser parte de su identidad.
Su restringido rango de emociones puede ayudarnos a comprender la
razón que motiva a los alienígenas a forzar a los abducidos a la
interacción de estos con los bebés y niños híbridos. Los abducidos
afirman que dicha interacción convierte, habitualmente, a los bebés
más pasivos en activos, como si el abducido hubiese - de alguna
forma - ‘cargado a los bebés, o les hubiese dado más energía.
El Dr. Jacobs menciona, a propósito de cómo los alienígenas son
incapaces de colmar las necesidades de un bebé, el caso de Reshma
Kamal, una abducida que fue inducida a tomar en sus brazos a un
bebé. Ella se negó, y preguntó por el origen del mismo, y el
propósito por el cual estaba allí.
La alienígena le respondió que
aquellas eran cuestiones por las que no debía preocuparse; que todo
lo que debía hacer era tomar el bebé en sus brazos, acto necesario
para que creciera sano. La respuesta de Reshma fue que daba igual,
que aquel bebé ya no estaba creciendo en unas condiciones normales
(por su condición de secuestrado).
La alienígena le hace entender
que la presencia de aquel bebé (y otros) entre ellos (los
alienígenas) es necesaria, y que los abducidos que interactúan con
los bebés les aportan lo que ellos no pueden, esto es, emociones,
sentimientos. Los alienígenas pueden alimentar y vestir a los bebés, pero
no pueden dotarlos de los elementos necesarios para su desarrollo
emocional.
La alienígena explica que esos bebés no son exactamente
alienígenas, ni exactamente humanos, y que precisan tener emociones. La
alienígena se muestra frustrada con Reshma, pues se muestra poco
cooperativa, con una contundente negativa a ayudar en ese propósito.
A fin de vencer esa resistencia, Reshma es conducida a un
incubatorium, una sala que contiene cientos de contenedores de
fetos.
La entidad alien espera que aquello ejerza un efecto en la
abducida, y se decida a colaborar. Aquellos fetos estaban
físicamente vivos, pero emocionalmente eran muertos. Reshma insiste
en cuestionar el propósito de todo aquello. La actitud del alien es
de silencio. No logra comprender la razón por la que la abducida
desea saber más y más sobre el proyecto.
Le hace saber que aquellos
bebés no son como los humanos, y que - como híbridos - precisan de
elementos tanto de los alienígenas como de los humanos. Reshma se muestra
enojada. El alien dice que esos fetos no deben permanecer durante
los nueve meses de gestación en los vientres de sus madres, que es
mejor extraer los fetos cuando son pequeños, para trabajar con mayor
libertad, teniéndolos en esas incubadoras.
La abducida se mantiene
en no prestar su ayuda.
BIOLOGÍA ALIENÍGENA
Los reportes de los abducidos sugieren que los alienígenas carecen de
boca, dientes, esófago, tracto digestivo, estómago, incluso
orificios para eliminar residuos. Ningún abducido ha afirmado
haberlos visto comiendo.
Cuando la abducida Lynne Miller
directamente preguntó a los alienígenas qué comían, tras una pausa,
uno de ellos respondió: ‘No necesitamos consumir de la sustancia que
vosotros sí necesitáis.
Jacobs:
‘Hasta ahora, cómo los alienígenas
obtienen ‘combustible ha sido un misterio. En mi temprana
investigación aparecía que la biología alienígena era diferente
de la biología humana, pero asumiendo que no había signo alguno
de ingesta de alimentos, fácilmente podría pensarse que esas
entidades eran similares a robots, dependientes de una fuerza
energética interna. Una de las experiencias de abducción de
Allison Reed me dio la clave a este enigma.
El Dr. Jacobs narra los entresijos de la
experiencia de abducción de Allison Reed, que duró cuatro días y
medio.
En ella, la abducida fue conducida por un híbrido (mitad
humano, mitad alien) a reunirse con su acompañante, un hombre que la
acompañaba desde el comienzo de la abducción. El híbrido - equivocadamente
- llevó a Allison a una estancia que, aparentemente,
estaba en zona prohibida (para abducidos). Era una gran sala
circular con techo abovedado.
Alllison observó aproximadamente
cuarenta depósitos llenos de líquido, dispuestos en forma de
herradura alrededor de la estancia circular. Ella escuchó un zumbido
y observó una luz amarillenta que manaba - procedente del techo - hacia el centro de la sala.
Durante la sesión de hipnosis regresiva con Allison, ésta le
describió a Jacobs lo que allí ocurrió, que viene a ser una suerte
de alimentación o toma de combustible líquido mediante absorción
cutánea.
Y Jacobs añade: La teoría de la absorción está apoyada por
las informaciones que tenemos sobre fetos que flotan contenidos en
depósitos llenos de líquido, a modo de incubadoras.
Muchos fetos no
tienen cordones umbilicales, lo que sugiere que éstos (los fetos) no
reciben alimento de una placenta. Un alienígena le hizo saber a
Diane Henderson, una abducida de Illinois, que los fetos permanecían
en líquido para alimentarlos, y que el líquido era nutritivo. La
misma explicación le fue dada a Pam Martin (otra abducida).
Un alien
la condujo a una sala de incubación, y le explicó la función del
líquido ambiental en el cual los fetos flotaban, afirmando que éstos
tomaban todo lo necesario del líquido.
Jacobs nos cuenta el caso de Susan Steiner, una abducida que fue
llevada a una sala guardería donde se le presentó un alienígena con
un bebé en brazos. Lo primero que el alien hizo fue procurar que el
bebé tuviese contacto con la piel de Steiner, frotando la cabeza y
abdomen del bebé con ella. Luego, los alienígenas deseaban que ella
alimentase al bebé, a lo que ella se opuso. Puesto que no pudieron
forzarla a ello, trajeron un bol con líquido marrón y una ‘brocha
para que ella cubriera al bebé con aquel líquido.
Preguntados sobre
el propósito de esto, le respondieron que se trataba de
‘alimentarlo.
Así pues, comoquiera que sean los específicos procesos biológicos de
los alienígenas, lo que sabemos es que obtienen ‘combustible - procedente de los humanos
- de diferentes formas, y que su piel
tiene una función excepcional.
Pero estos son meros indicios sobre
la biología alienígena, puesto que la razón de nuestra ignorancia
reside, precisamente, en que ellos no desean que sepamos más. Han
implementado una política de secretismo que, con éxito, nos previene
de comprenderlos y conocer sus intenciones.
El secreto es la piedra
angular sobre la que se levanta todo el fenómeno de las abducciones.
El éxito de la agenda alienígena depende de ello.
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Capitulo 6
LA RAZÓN POR LA QUE SE OCULTAN
-
¿Por qué los ovnis no toman tierra
enfrente de La Casa Blanca?
-
¿Por qué no toman los alienígenas la
iniciativa y solicitan reunirse con nuestros líderes?
-
¿Por qué
no promueven un contacto formal?
Estas preguntas han sido
planteadas por la gente durante años, y merecen una atenta
consideración.
Aunque estas cuestiones son problemáticas en sí
mismas porque están basadas en la asunción de que los
alienígenas quieren darse a conocer, establecer contacto con los
humanos, y hablar con nuestros líderes. Estas premisas son
incorrectas. La evidencia que rodea a los ovnis y al fenómeno de
la abducción sólidamente nos señala que no pretenden revelarse
ante los humanos, sino que mantienen una estrategia de
ocultación.
¿Por qué querrían los alienígenas mantener el asunto ovni y el
fenómeno de las abducciones en secreto?
El secreto les beneficia
a ellos y desconcierta a los humanos. Oculta los hechos y
abastece, infinitamente, las especulaciones. El secreto es
responsable del prolongado y hostil debate entre quienes
sostienen la realidad del fenómeno de las abducciones y quienes
lo desacreditan.
El secreto tiene, también, una poderosa y
negativa influencia sobre los abducidos. Les causa a ellos (y al
público que los escucha), el cuestionamiento de su sanidad
mental. Sin secretismo, no existiría controversia sobre los
ovnis ni sobre el fenómeno de las abducciones.
Últimamente, los avistamientos ovni no compromete el
secretismo. Es imposible basar el análisis de las motivaciones y
objetivos alienígenas sobre los avistamientos de ovnis y,
ocasionalmente, de sus ocupantes. Debemos concluir, entonces,
que los alienígenas marcan, activamente, los términos sobre los
cuales nosotros podemos estudiarlos.
Han elegido no aterrizar
junto a La Casa Blanca. Han elegido no hacer contacto. En los
años sesenta del siglo XX, el gran investigador francés Aime
Michel brevemente lo etiquetó como “El Problema del No
Contacto”.
Seguidamente, el Dr. Jacobs se propone
hacer un recorrido sobre las interpretaciones que el fenómeno ha
tenido durante las diferentes fases históricas que, desde los años
cuarenta del siglo XX, nos han traído hasta aquí.
Las hipótesis tempranas (1940-1960)
Jacobs:
‘Un avistamiento, cualquier
avistamiento, parecería ser inconsistente con una política de
ocultación (por parte de los alienígenas). Si los tecnológicamente
superiores alienígenas desean mantener su secretismo, se podría
argumentar que ellos habrían de evitar ser vistos por testigos.
Pero a finales de los años cuarenta, los investigadores luchan
con el puzzle del porqué los ovnis no hacen un contacto formal.
Los investigadores sugieren diversas hipótesis sobre el No
Contacto.
Las primeras teorías apuntan a que la motivación del
No Contacto reside en la hostilidad humana, la no interferencia
por razones éticas, o en que vienen en misión de reconocimiento.
Se incluyen varias combinaciones de los mismos supuestos.
La teoría de los ‘humanos hostiles sugiere que los ovnis se
mantienen en la clandestinidad porque temen la agresión de
nuestro mundo. Esta hipótesis estuvo muy de moda cuando EEUU
participaba en los escenarios bélicos de la Segunda Guerra
Mundial, Corea, la Guerra Fría, y fue influida por las - entonces
muy corrientes - ideas antropológicas de que el hombre era
innatamente agresivo, un animal belicoso. La primera reacción a
una visita extraterrestre, al menos a niveles institucionales,
sería el uso de fuerzas militares para controlar o destruir a
los ovnis. De ese modo, se entendía que los ovnis mantenían las
distancias debido a que eran presumiblemente pacíficos, especie
que evitaba el conflicto.
Como el analista de las Fuerzas
Aéreas norteamericanas James Lipp sugirió en 1949:
“Es difícil creer que una raza
tecnológicamente avanzada venga hasta aquí, exhiba sus
habilidades de forma misteriosa y, luego, simplemente se
marche”.
Lipp sugiere que,
“la aparente falta de un
propósito, en sus diversos episodios, es también
desconcertante. Sólo puede achacárseles un motivo: que los
hombres del espacio sienten que nuestras defensas están
‘fuera de lugar, sin esperar a ser beligerantes”.
Jacobs prosigue:
‘Esta teoría tuvo su expresión
popular en 1951, en la película “The Day the Earthj Stood Still”
(‘Ultimátum a la Tierra), en la que un ovni toma tierra cerca de
La Casa Blanca, y los militares, armados y con tanques,
inmediatamente lo rodea.
Un soldado dispara y hiere a un
extraterrestre salido del ovni. Cuando el alienígena escapa,
éste completa su misión en la Tierra, sólo viviendo de incógnito
entre los humanos. Así, evitar un contacto público era visto
como una reacción preventiva a la inherente hostilidad humana.
Jacobs menciona a uno de los pioneros en
la investigación ovni, Donald Keyhole (autor de ‘Flying saucers are
real, 1950), quien defendió que la Tierra había estado bajo una
periódica observación desde otro planeta o planetas, desde, al
menos, los últimos dos siglos.
Dicha observación, a juicio de Keyhole, respondía a un amplio plan de inspección, sin signos de
contacto inminente. Plan que proseguiría hasta que su observación de
nuestra especie se hubiese completado.
Sobre la base sugerida por Keyhole, el investigador canadiense
Wilbert Smith especuló en 1953 que los extraterrestres, tras
observar nuestra belicosa civilización, decidirán dejarnos, por ser
demasiado primitivos y no alcanzar el estándar mínimo exigido. Otros
investigadores opinaban igual, considerando a los alienígenas como
una suerte de antropólogos que practican una política de no
interferencia. Según esa teoría, los alienígenas tendrían una
responsabilidad moral hacia nosotros, tratando de protegernos de las
consecuencias de un contacto tan desigual.
Aime Michel combinó, en 1956, la hipótesis de humanos hostiles y la
consecuente no intervención alienígena, cuando sugirió que los
ocupantes de los ovnis no entraban en contacto por evitarse el
peligro.
Pero Michel añade que también habría razones ‘egoístas por
parte de los alienígenas, dado que de mostrarse abiertamente las
distancias entre ellos y nosotros podrían verse reducidas, perdiendo
ellos su superioridad.
‘¿Usaríamos nosotros el conocimiento
con la misma prudencia con que ellos lo han usado?, se preguntó
Michel.
Posteriormente, Aime Michel sugirió que
los alienígenas habrían evitado el contacto para no causar estragos
en la vida e instituciones humanas.
Y los alienígenas nos suplantarían en
la lucha darwiniana del que mejor se adapta. Y añade que el contacto
podría, de algún modo, tener lugar sin nuestro conocimiento, porque
los alienígenas son tan superiores y clandestinos que seríamos incapaces
de detectar su actividad o analizar sus motivos.
En la década de los cincuenta, un nuevo elemento se introdujo en el
debate sobre el No Contacto; aparecieron personas que alegaban estar
en constante contacto con amistosos ‘hermanos del espacio. Unos y
otros se encontraban en restaurantes, paradas de autobús y áreas
deshabitadas. Aunque los investigadores rápidamente expusieron a los
contactados humanos como meros fraudes, las masas se creyeron el
cuento.
En los años sesenta, la hipótesis de los humanos hostiles fue
abandonándose, aunque la hipótesis de que los alienígenas venían en plan
de reconocimiento se mantuvo.
Entretanto, miles de personas seguían observando avistamientos ovni;
los investigadores recogieron miles de reportes de todo tipo de
avistamientos, incluido aterrizajes de naves. Se incrementó,
incluso, el número de reportes sobre ocupantes de ovnis, en los que
los testigos veían a los alienígenas dentro o cerca del ovni.
El caso de Barnie y Betty Hill, a comienzos de los sesenta, alimentó el
argumento de que se el contacto se estaba llevando de forma
encubierta.
¿Significaba esto que los alienígenas estaban mostrándose en un
propósito? ¿Cuál era ese propósito?
Las hipótesis posteriores
(1970-1990)
Ya en la década de los setenta,
algunos investigadores comenzaron a teorizar que los ovnis estaban
revelándose a sí mismos, lentamente, de forma que los humanos
pudieran aclimatarse a la idea de la presencia alienígena.
Supuestamente, una revelación brusca y repentina de su existencia
afectaría enormemente a todas las instituciones humanas. Miedo,
depresión. Aumentarían los suicidios, se produciría una
desintegración institucional, habría crisis gubernamental, y otras
formas de catástrofe podrían sobrevenir, conduciendo al caos y la
anarquía. Así que los alienígenas no querrían impactar brutalmente a la
sociedad humana mostrándose abruptamente.
Por tanto, los alienígenas habrían permitido a los humanos observar los
ovnis como una especie de amortiguador social, aceptándolos
gradualmente.
Los investigadores (Jacques Vallée entre ellos)
teorizaban que los avistamientos nos permitían lograr una forma más
elevada de conciencia sobre los alienígenas, de una forma controlada (por
los alienígenas) que se parecería mucho a la acción de un termostato,
controlando (siempre ellos, los alienígenas) la temperatura.
Parte del diseño alienígena fue permitir la asociación entre el ovni
- como objeto extraterrestre - y el escenario espacial; asociación que
se introdujo en la cultura popular. De ese modo, los investigadores
teorizaron que los alienígenas jugaban con nosotros como titiriteros, por
nuestro propio bien, mientras cuidadosamente supervisaban el
conocimiento que, sobre ellos, obteníamos.
Jacobs nos dice.
‘El investigador Jacques Vallée
expuso una versión de su teoría en ‘The Invisible College
(1975).
Las aleatorias apariciones de ovnis,
y las oleadas de avistamientos tomaron importancia para Vallée.
Esas manifestaciones de ovnis serían parte de un Sistema de
Control diseñado por los alienígenas para,
“estimular la relación
existente entre las necesidades de la conciencia humana y las
complejidades que nos rodean, las cuales han de ser comprendidas
por ella”.
Esto conduciría a lo que Vallé llamó “un nuevo
comportamiento cósmico”.
Para Vallée, el fenómeno ovni residía en algún lugar entre el
los mundos físico y psíquico. Y estaba enlazado a la conciencia
del hombre, llamado a condicionar a la humanidad a fin de que
ésta cambiase su observación del mundo y, presumiblemente, la
posición del hombre dentro del universo.
Así, los ovnis eran
parte de un régimen de condicionamiento hacia los humanos,
aunque Vallée era poco preciso acerca de los objetivos de dicho
condicionamiento.
El progresivo aumento de avistamiento de
ocupantes de ovnis a finales de los años setenta y comienzos de los
ochenta, dio peso a la hipótesis de que los entes provenían de
reinos psíquicos, inmateriales, en lugar de proceder del espacio.
Los alienígenas se mostraban de forma incomprensible para nuestra
lógica; eludían el contacto, suspendían la comunicación, parecía que
inspeccionaban a los humanos - a quienes paralizaban-, para luego
meterse en su nave y desaparecer en vuelo. Los testigos hablan de
ovnis que descienden sobre coches en marcha, ‘paseando a su lado en
las carreteras, o persiguiéndolos.
Otros testigos describen objetos
que se han materializado enfrente de ellos, para luego desaparecer
sin que se les haya visto, siquiera, volar.
El investigador y astrónomo J. Allen Hynek luchó con el problema del
No Contacto y el aparentemente absurdo comportamiento de los ovnis.
Cuando los ovnis empezaron a acercarse a coches y aviones, asustando
a las personas, sin mostrar señales de buena voluntad, todo parecía
ilógico.
¿Por qué los ovnis y sus ocupantes mostrarían un
comportamiento tan bizarro?
Hynek especuló que los ovnis procedían de un universo paralelo, u
otra dimensión. En cualquier caso, la facilidad con la que se
muestran entre nosotros nos sugiere que los ovnis pueden hacer lo
que deseen sin necesidad de llevar a cabo un contacto formal.
El biólogo e investigador Frank Salisbury resumió esas actitudes en
1974, cuando afirmó que ‘los extraterrestres podrían, simplemente,
tener sus motivos para no desear un contacto formal, y… nosotros, en
este estadio de nuestro desarrollo, simplemente no podemos
comprender esos motivos.
Jacobs añade a modo de colofón:
‘Creo que esas anteriores hipótesis
son inadecuadas para explicar el fenómeno ovni.
Los
investigadores han basado sus hipótesis sobre el No Contacto en
las evidencias circunstanciales. Además, la mayoría de las
teorías han situado el No Contacto dentro de un contexto que
tiene al hombre como centro: los alienígenas pueden temer a los
humanos, o desear ayudarlos.
Como Ptolomeo, quien asumió que la
Tierra era el centro del Sistema Solar, la mayoría de los
investigadores han asumido que los alienígenas vienen a la Tierra
porque se han dado cuenta de la importancia y singularidad de la
humanidad. Esto es lo que la tradición judeocristiana enseña.
En verdad, la mayoría de las tradicionales teorías de un
contacto forman tiene sus raíces en el antropomorfismo
judeocristiano. Esas teorías, generalmente, han asumido que unas
especies alienígenas tendrían un poderoso interés en los
complejos procesos de pensamiento, civilización y tecnología
humanos.
Los alienígenas nos respetarían y compartirían con
nosotros su conocimiento científico y tecnológico. Y los humanos
se unirían, junto a los alienígenas, a la comunidad de planetas. Esas
asunciones han estado basadas no en evidencias, sino en ideas y
procesos mentales derivados de la sociedad y cultura en las
cuales esos investigadores vivían.
Hipótesis actuales y abducciones
El fenómeno de las abducciones ha sido siempre mucho más hermético
que el fenómeno de los avistamientos de ovnis.
Los investigadores han analizado los
avistamientos durante cuarenta años antes de que surgiera un caso de
abducción. Otros veinticinco años han transcurrido antes de que
pudieran comprender que las abducciones eran abundantes y el
epicentro del fenómeno ovni.
Cuando los investigadores empezaron a investigar las abducciones,
asumieron que una abducción era un evento que se producía una vez en
la vida de un adulto.
Se las interpretó como fruto de la
curiosidad de los alienígenas, más que como un acto de manipulación.
Puesto que los abducidos recordaban fragmentos de su experiencia,
los investigadores determinaron que los alienígenas estaban “estudiando”
a las personas, o “experimentando” con ellas.
Puesto que el número de reportes sobre abducciones fue en aumento,
muchos investigadores adoptaron el argumento ético de la no
interferencia, y asumieron que los alienígenas conducían sus
estudios en secreto a fin de no afectar demasiado a la vida de los
humanos abducidos; los recuerdos de una abducción podían ser tan
traumáticos que podían interferir negativamente en el bienestar de
los sujetos.
Adicionalmente, los investigadores
también asumieron que los alienígenas inducían a los abducidos a no
recordar el evento, de forma que éste se enterraba en el
inconsciente del individuo.
Otros investigadores teorizaron que un abducido no podía recordar
una abducción como respuesta natural defensiva del cerebro humano a
un evento traumático. La mente humana podría no sobrellevar el
terror de una abducción alienígena. En vez de encarar los sucesos
horrendos, la mente entierra los recuerdos, lo que conduce a los
investigadores a usar la hipnosis para recuperar esos recuerdos
reprimidos.
El argumento de que los alienígenas actúan en secreto a fin de no afectar
las vidas de los abducidos podría tener sentido si no fuera por el
hecho de que - aun si tomar conciencia de la abducción experimentada
- la vida del abducido se ve enormemente trastornada.
Si los alienígenas estuviesen realmente preocupados por no causar
alteraciones a esos individuos, simplemente no los abduciría o, al
menos, no con tanta frecuencia en el curso de sus vidas.
La hipótesis de que los abducidos reprimen sus recuerdos para
sobrellevar el trauma de una abducción plantea problemas
probatorios. Los mecanismos de represión de recuerdos traumáticos
son altamente discutibles; e incluso, si la hipótesis fuera
acertada, la frecuencia de las abducciones incide negativamente
sobre la represión en cada caso. Abundan los casos de abducción que
no son traumáticos y, no obstante, no son recordados por los sujetos
que los vivieron.
Además, los investigadores no han
descubierto procedimientos posthipnóticos que los alienígenas hayan usado
para “enterrar” un evento de abducción. Si esos procedimientos se
llevaron a cabo, los investigadores los habrían visto.
Aunque la neurología exacta nos es desconocida, se puede decir que
los alienígenas almacenan los sucesos de la abducción directamente en el
sistema de “memoria a largo plazo” del abducido, eludiendo la
“memoria a corto plazo” y previniendo el desencadenamiento del
mecanismo que permite su reconstitución.
La hipnosis restituye el mecanismo que
permite a los recuerdos salir a la luz. A Reshma Kamal se le dijo
(por los alienígenas) que la razón por la que a los abducidos no se les
borran totalmente los recuerdos es porque hay aspectos de ellos que
han de ser tenidos en cuenta por el sujeto con vistas al futuro (Tavo:
simple conveniencia alien). Así que, los recuerdos permanecen
intactos, pero inaccesibles a través de la vía normal.
Durante años, el fenómeno de las abducciones ha yacido oculto bajo
capas de directa o indirecta protección: creencias sociales,
hostilidad científica, memoria consciente incompleta, confabulación
en testimonio de hipnosis, y manipulación de recuerdos inducidos por
los alienígenas.
A diferencia de los avistamientos ovni,
no hay rastro de rádar, fotografías, vídeos. La evidencia es,
primeramente, anecdótica, con un artefacto ocasional. Sólo hay una
cosa cierta: por la razón que sea, la estrategia de secretismo por
parte de los alienígenas ha sido enormemente exitosa.
La mayoría de las personas que han
tenido una vida repleta de eventos de abducción siguen ignorando lo
que les ha sucedido.
Éstas negarían - como si de una locura
se tratara - cualquier insinuación de que hayan estado involucradas
en el fenómeno de las abducciones, incluso aunque hayan sido
abducidas unas horas antes.
Métodos para proteger el secretismo
El objetivo principal del secretismo es prevenir al abducido a que
recuerde lo que le ha ocurrido; una estrategia que es mucho más
efectiva que simplemente induciendo a la amnesia.
-
Primero: todos aquellos que se
encuentran cerca de la abducción deben no ser conscientes de
lo que está sucediendo. Por tanto, rutinariamente, los
alienígenas inmovilizan, dejan inconsciente o alteran la
percepción de los testigos de la abducción. En efecto, los
alienígenas “desconectan”, “apagan” a aquellos que no deben
interferir en el evento. Maridos, esposas, amigos, testigos,
todos ellos son convertidos en inconscientes de la
abducción.
-
Segundo: el abducido es separado
de un grupo. Por ejemplo, si el abducido está en un picnic,
éste irá a “dar un paseo”, y no regresará hasta pasada una
hora y media. Cuando regresa al grupo, explica vagamente que
“perdió la pista del tiempo”, y sus amigos ignorarán el
incidente.
-
Tercero: para hacer mucho más
difícil la obtención de recuerdos, los alienígenas nublan la
memoria del abducido, insertando recuerdos confusos y falsos
en su mente. Por ejemplo, si una persona es abducida desde
su cama, ésta podría recordar un inusual, vívido y realista
“sueño”. Otras abducciones pueden producir “pantallas” de
recuerdos de animales (lechuzas, ciervos, monos, mapaches)
que miran fijamente a los ojos de un abducido. El sujeto
puede pensar que ha visto un “ángel” o un “demonio”, o a un
familiar muerto de pie junto a su cama. La sociedad le
provee de un abanico de explicaciones, y los abducidos
eligen dependiendo de su bagaje y cultura.
El secreto se extiende a los aspectos
físicos de una abducción, y el “encubrimiento” de un abducido es
parte de ello.
Cuando una persona es abducida de su
medio habitual, se reporta que él ha salido flotando directamente a
través de una ventana cerrada, atravesando paredes, techos y
tejados, hasta introducirse en el ovni que le espera.
Cuando una persona está conduciendo su coche, los alienígenas causan la
parálisis del vehículo, de forma que el abducido puede caminar hacia
el ovni situado junto a la carretera. Algunas veces, el abducido
flota directamente a través del cristal delantero del auto.
Típicamente, los alienígenas esperan hasta que no hay otros vehículos en
la carretera, o ellos fuerzan al sujeto a transitar una ruta
desierta.
A menudo, los alienígenas toman el coche con
el abducido, resolviendo el problema de dejar el auto abandonado en
la carretera.
Amenazas al secretismo
El secretismo alienígena no ha sido perfectamente implantado.
Aparentemente, los alienígenas no pueden
lograr un secreto completo. Los testigos observan ovnis; marcas de
su existencia son dejadas sobre el terreno, y quedan efectos físicos
sobre el medio ambiente. Muchos abducidos tienen recuerdos
conscientes de sus experiencias; reconocen que han vivido
experiencias de “tiempo perdido”. Tienen cicatrices inexplicables y
otras “pistas” físicas.
Adicionalmente, la política de secretismo tiene otros puntos
vulnerables.
El primero de ellos es el dispositivo implantado en muchos
abducidos. Llevar un implante es arriesgado; el sistema de
monitorización que alerta a los alienígenas de que existe un propósito de
extracción del implante sólo funciona en ocasiones que no son de
emergencia. Según mi conocimiento, en al menos veinte ocasiones,
abducidos que no eran conscientes de que lo eran, han “estornudado”
un implante, o lo han expulsado mediante otro medio.
Potencialmente, la expulsión de un implante puede amenazar el
secretismo alien. Los confundidos e ignorantes abducidos asumen que
asumieron el objeto accidentalmente (‘Debe ser que el viento lo
introdujo en mi nariz). O puede que un abducido se sienta forzado a
desembarazarse del implante. Por ejemplo, una joven mujer expulsó
vaginalmente un amarillento objeto aparentemente plástico de dos
centímetros, el cual, por supuesto, la horrorizó.
Ella “sabía” que debía librarse del
objeto inmediatamente. Tiró de la cadena del inodoro por varias
veces hasta que se aseguró de que había desaparecido. Sólo entonces
se sintió mucho mejor.
No se grabado en video o fotografiado es esencial para el
mantenimiento del secretismo alienígena. Son extremadamente
cuidadosos de que el abducido no lleve encima ningún medio
fotográfico antes del evento.
Si fuera necesario, ellos pueden
provocar fallo de energía en la casa o vecindario del abducido, para
protegerse ante equipamiento de detección.
No desean ser vistos.
Protegiendo el feto
El área en el que los alienígenas son más vulnerables, aquel que - de
lejos - tiene un mayor impacto en el mantenimiento del secretismo,
es la implantación de un feto que se está gestando.
Virtualmente, todas las abducidas han
tenido embriones implantados, y tras un período de semanas o meses
el feto les ha sido extraído. Sin la fase (del programa) de
implantación-extracción fetal, el completo fenómeno de las
abducciones sería baldío o inoperativo. Es absolutamente esencial
que el feto esté protegido del aborto durante esa fase.
La fase de implantación es, precisamente, donde la seguridad (del
programa) se ve más comprometida. Una vez que la abducida ha sido
embarazada, ésta continúa su vida normal, pero llevando en ella el
feto.
Aunque algunas mujeres abducidas sean
conscientes de la existencia del feto, ellas - y no los alienígenas
- están en control de él y su embarazo. Para los alienígenas este período
es crucial. Si la mujer se da cuenta de que está portando un feto
implantado por los alienígenas, puede decidirse por el aborto.
En efecto, muchas abducidas han optado
por ello.
Razones para el secreto
La cuestión principal sigue ahí: ¿Por qué son los alienígenas tan
reservados?
La respuesta a esta pregunta puede estar
en los motivos y objetivos del Programa de Reproducción
(Hibridación). Puesto que el feto debe ser protegido (de las propias
abducidas), el método más efectivo para evitar que las mujeres
decidan es mantenerlas ignorantes de ello.
En respuesta a una pregunta de la
abducida Lucy Sanders, un alienígena fue inusitadamente comunicativo
y claro:
“Nosotros tenemos nuestro propio
interés al extraerte tus óvulos, usándolos para nuestros
propósitos genéticos. Sabemos que estos puede ser muy
perturbador para las humanas, pues están siendo usadas como
órganos reproductivos entre dos especies (alien y humana), ellas
son las ‘anfitrionas (de parásitos) para la reproducción, y
nosotros sólo tomamos aquellos (óvulos) que necesitamos”.
Cuando Lucy preguntó qué quería decir
exactamente, el alien respondió:
“Nosotros, algunas veces, usamos a
las humanas como anfitrionas para objetivos genéticos de
reproducción. Creemos que si la parte femenina de la especie
conociera que su cuerpo está siendo usado como una ‘anfitriona
(recipiente), podría querer deshacerse de aquello que no siente
como suyo.
Así que ponemos una fuerte laguna
mental en su proceso de memoria, de modo que no sepa que se le
ha realizado una implantación de feto (…) Dentro del primer
trimestre de gestación, debe ser extraído, de modo que la mujer
no se dé cuenta del proceso.”
Más allá de la protección del feto, hay
otras razones para mantener el secreto.
Si las abducciones son, como todas las
evidencias claramente nos indican, un fenómeno intergeneracional, en
el cual los hijos de los abducidos también son víctimas de
abducciones, entonces, una de las metas de los alienígenas es la
generación de más abducidos.
¿Son todos los hijos de los abducidos introducidos en el fenómeno?
Las evidencias sugieren que la respuesta es “sí”.
Y si un abducido tiene hijos con alguien
que no es abducido, las oportunidades son que todos sus
descendientes serán abducidos. Esto quiere decir que, a través de un
incremento poblacional normal, divorcio, segundas bodas, etc, la
población de abducidos se incrementa rápidamente a través de las
generaciones.
Cuando esos niños crecen y se casan y
tienen hijos propios, todos esos niños, sin importar si se casan con
un abducido o con alguien que no lo es, serán abducidos.
Con el fin de proteger la naturaleza intergeneracional del Programa
de Reproducción, debe mantenerse en secreto (hacia los propios
abducidos), a fin de que continúen teniendo hijos. Si un abducido
descubre que está siendo sometido a un programa intergeneracional,
podría decidirse a no engendrar hijos. Esto conduciría el programa a
un final, lo cual los alienígenas no pueden permitir que ocurra.
La razón final del secretismo alienígena es expandir el Programa de
Reproducción (Hibridación). Para integrarse más adelante en la
sociedad, los alienígenas deben asegurarse que abducidos copulen con no
abducidos, produciendo niños abducidos. Si los abducidos fuesen
conscientes de este programa, ellos podrían decidirse por no tener
hijos en absoluto, o copular sólo con abducidos. Así, el número de
uniones (por motivos de embarazo) entre abducidos y no abducidos
podría descender, poniendo en peligro la continuidad del Programa de
Reproducción.
El Programa de Reproducción debe mantenerse en secreto, no sólo
hacia las mujeres, sino también hacia los varones y la sociedad
completa.
Cuando Claudia Negrón tenía seis años, una joven chica híbrida le
explico, al menos, parte del programa:
“Le pregunté (a la chica híbrida)
por la razón por la que estaban haciendo esto. Ella me dijo que
era bueno para todos, y que ellos debían hacerlo. Es muy
importante y yo no soy la única; hay mucho más (…) Le pregunté
qué clase de proyecto era ese, y ella me dijo que ese proyecto
era para hacer un mundo mejor, un mejor lugar”.
Podría afirmarse que desde que sabemos
de la existencia del Programa de Reproducción, el secretismo
alienígena se ha visto efectivamente comprometido.
Pero no es cierto.
El muro de secretismo de los alienígenas
sólo será atravesado cuando mucha gente, dentro de nuestra sociedad,
quizás la mayoría, completamente se dé cuenta de lo que les ha
estado sucediendo, y entiendan las implicaciones (del Programa de
Reproducción) para ellos y sus descendientes. Después de cincuenta
años de conocimiento público sobre avistamientos ovni y abducciones,
el debate continúa en si el fenómeno es real, y la comunidad
científica rechaza estudiarlo.
De este modo, en estos momentos, la política de secretismo de los
alienígenas ha sido - y continúa siendo - muy exitosa, a pesar de
millones de avistamientos ovni y reportes sobre abducciones.
La mayor parte de los abducidos tienen bloqueados los recuerdos de
sus experiencias, entrelazados dentro de un laberinto de sueños,
confabulación, falsos recuerdos, imágenes inducidas, exactamente
donde los alienígenas desean que permanezcan.
Si los abducidos recobran los recuerdos
de esas experiencias, tienen que soportar la crítica, el ridículo,
el descrédito y la condescendencia de la sociedad.
El secretismo alienígena no es necesario para proteger a la sociedad
del shock producido por la revelación del contacto. Tampoco es
necesario para proteger la vida individual del trastorno. El
secretismo es necesario para proteger el Programa de Reproducción.
Se trata de una medida defensiva, no contra la hostilidad de
violentos y aterrados humanos, sino de defensa contra la hostilidad
de una población que es víctima de un programa global de explotación
fisiológica.
Ahora podemos comprender el porqué los
alienígenas no toman tierra en los jardines de La Casa Blanca. Si lo
hiciesen, las razones que les han traído a la Tierra podrían ser
descubiertas, lo cual impediría la continuidad del Programa de
Reproducción.
Dado que es encubierto, el fenómeno de las abducciones - que es
esencial para el Programa de Hibridación - ha crecido en enormes
proporciones. Y ambas, sus objetivos y su magnitud, tienen profundas
y alarmantes implicaciones en el futuro.
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Capítulo 7
INFILTRACIÓN
Durante muchos años los investigadores pensaron que las abducciones
eran raros sucesos que desafortunadamente ocurrían a adultos que
estaban en el lugar equivocado en el momento menos oportuno.
En los años recientes los investigadores
se han dado cuenta que el fenómeno de las abducciones es para toda
la vida. Ahora sabemos que comienza en la infancia. Las madres han
descrito cómo eran abducidas junto a sus bebés. Algunas abducidas
incluso han informado que habían sido ‘visitadas en el hospital poco
antes o después del nacimiento de sus hijos.
Ahora sabemos que la abducción es un fenómeno que continúa - desde
la infancia - hasta la edad adulta. Sabemos que el abducido lo es de
por vida. Cada abducido al que mis colegas o yo mismo hemos
investigado ha tenido numerosos eventos de abducción a lo largo de
su vida.
Así que, ¿cuántas personas han sido sometidas a abducción?
Esta pregunta es virtualmente imposible
de responder, mayormente porque la gente abducida no recuerda la
experiencia en cuestión. A pesar de esta dificultad, sabemos que las
abducciones están muy extendidas.
Mi colega Budd Hopkins y yo hemos recibido miles de cartas y
llamadas telefónicas de abducidos que nos relatan sus vivencias.
Otros investigadores, procedentes de todas partes de nuestra
sociedad, han lidiado con abducciones o escuchado de ellas por
decenas de miles.
Todavía, el número de personas que
entran en contacto con investigadores no es una representación
exacta del número de personas que podrían haber sido abducidas,
pues, de nuevo, la mayoría de los abducidos son inconscientes de
ello.
Estimaciones informales de la magnitud
del fenómeno
En 1987, Budd Hopkins diseñó un
cuestionario para la revista OMNI, a fin de recopilar datos sobre
abducciones.
Cuatro mil cuestionarios de los lectores
de OMNI fueron respondidos. El Físico Bruce Macabee y los ufólogos
Don Berliner y Rod Swiatek (ambos de la Fund for UFO Research)
analizaron 450 de los cuestionarios, concluyendo que alrededor del 4
% de los varones y el 11 % de las féminas que respondieron podrían
ser abducidos.
En 1987 también yo comencé a crear archivo de datos sobre abducidos.
Desarrollé un estudio simple, basado en el cuestionario para OMNI,
dirigido a los estudiantes de una universidad. A través de los años
mejoré el cuestionario y continué entregándolo a los estudiantes. En
1991 había recolectado mil doscientas respuestas, mayormente de
universitarios con edad comprendida entre 18 y 23 años.
Se dividió en tres categorías:
-
posible abducido
-
probable no abducido
-
no abducido
El resultado de mi análisis sugirió que
el 55 % de quienes respondieron al cuestionario eran ‘posibles
abducidos, mientras que el 15 % eran casos discutibles. Esos números
eran terriblemente altos.
Hay otras estimaciones informales. Por ejemplo, las evidencias
poderosamente sugieren que la mayoría - si no la totalidad - de los
eventos ‘encuentro cercano de avistamiento ovni son el comienzo o
desenlace de un suceso de abducción. Incluso los avistamientos de
alto nivel pueden ser indicativos de abducción.
Estadísticas de Gallup sobre avistamientos ovni han variado desde 9 % hasta 14 %
desde 1950.
Si un porcentaje de esos avistamientos
enmascara abducciones, entonces el número de sucesos de abducción es
elevado.
LA ENCUESTA ‘ROPER
En 1991, Robert Bigelow, un filántropo que apoya la investigación
ovni, y otro investigador propusieron a Budd Hopkins y a mí que
condujésemos la investigación formal que nos permitiera conocer una
estimación del número de estadounidenses que podrían haber sido
víctimas de abducciones.
Aceptamos el ofrecimiento.
Sabíamos de los retos que aquello suponía. Tuvimos que construir el
sondeo así que obtendríamos un amplio rango de información y
superaría los problemas de carencia de recuerdos conscientes de los
abducidos. Luego tuvimos que encontrar una organización de
encuestas, y elegimos la Roper Organization, porque las personas que
la forman estaban entusiasmadas con el proyecto. Finalmente, tuvimos
que ser muy cautelosos y prudentes en el análisis de los resultados.
En el verano de 1991, Roper llevó a cabo
una recopilación del sondeo realizado sobre una masa de adultos
elegidos al azar por todos los Estados Unidos.
El sondeo se realizaba en el hogar de
los participantes, con un entrevistador que acudía, preguntaba, y
tomaba nota de las respuestas en su cuestionario. Las preguntas
sobre abducción eran parte del apartado de cuestiones sobre
experiencias personales y políticas.
Una pregunta fue específicamente
diseñada para identificar a quienes a se sentían forzadas a
responder positivamente pesar de los hechos. Hopkins se inventó el
término ‘trondant, y preguntábamos a los encuestados si dicha
palabra tenía para ellos algún significado especial. Si un amplio
porcentaje de personas respondía la cuestión ‘trondant de forma
positiva, sabríamos que las respuestas al resto del cuestionario
debían ser puestas en suspenso.
La investigación mediante encuesta, usualmente, abarca a una
población de mil seiscientas personas, lo cual es considerado
suficientemente grande como para proporcionar resultados correctos
para la mayoría de las encuestas nacionales.
En cualquier caso, dada la controvertida
naturaleza de la investigación sobre abducciones, quisimos realizar
el sondeo sobre una base de población aún mayor, a fin de afinar la
corrección de datos obtenidos. El número final de encuestas
realizadas fue de 5,947, las cuales arrojaban un rango de error del
1,4 %.
El Sondeo Roper, de esta manera, se
convirtió en la más grande y precisa encuesta de este tipo nunca
realizado. Es importante añadir que no se trataba de un sondeo de
opinión, sino una encuesta basada en experiencias personales
contadas por el entrevistado, lo cual la diferencia de otros sondeos
de esta naturaleza.
En sus resultados iniciales, el número de potenciales víctimas de
abducción era muy - violentamente - elevado:
-
El 18 % alguna vez había
despertado paralizado con una extraña presencia acompañando
en el dormitorio.
-
El 15 % había visto una
presencia aterradora.
-
El 14 % había vivido experiencia
de ‘salir del cuerpo.
-
El 13 % había experimentado el
inexplicable tiempo perdido (missing time).
-
El 11 % había presenciado la
visita de un fantasma.
-
El 10 % había estado flotando en
el aire.
-
El 8 % había sido testigo de la
presencia de luces inusuales en el dormitorio.
-
El 8 % había advertido en su
cuerpo cicatrices desconcertantes.
-
El 7 % había presenciado un
ovni.
-
El 5 % había soñado con ovnis.
-
El 1 % dijo que la palabra
‘trondant tenía una significancia especial para ellos.
El pequeño número de respuestas
positivas a la cuestión ‘trondant significaba que el sondeo no se
había inclinado hacia quienes tienen el impulso a responder
positivamente.
La Roper Organization eliminó de las
estadísticas finales todos los cuestionarios con una respuesta
positiva a la cuestión ‘trondant.
El resultado del Sondeo Roper nos indica que millones de
estadounidenses podrían ser abducidos. Tanto Hopkins como yo mismo
sabíamos que el fenómeno de las abducciones estaba muy extendido,
pero esas cifras quitaban el aliento. Por dicho motivo, fuimos lo
más cautelosos posible al aproximarnos a los datos.
Aislamos las cinco preguntas que, en
investigaciones previas, sabíamos que eran indicativos de actividad
de abducción alien. E incluimos en la muestra final solamente a
aquellas personas que habían respondido positivamente, al menos,
cuatro de las cinco preguntas.
El análisis final indica que el 2 % de los estadounidenses - cinco
millones - han experimentado eventos consistentes con aquellos que
los abducidos han vivido antes de que supieran de su condición.
Incluso si este número fuera un 75 % mayor que la frecuencia real,
aún estaríamos hablando de un millón de estadounidenses abducidos.
Una cosa está clara: El Sondeo Roper confirmó la menos formal y
anecdótica evidencia de que hay un enorme número de personas que ha
vivido experiencias de abducción. Y podemos concluir, por lo tanto,
que el fenómeno de las abducciones está muy extendido y afecta a
casi todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Adicionalmente a todo ello, el Sondeo Roper informa de resultados
por edad, sexo, raza, geografía, estatus social, y provee de datos
en esos subgrupos. Un importante sub-análisis enfocado en la edad, y
un segundo sub-análisis enfocado en el grupo de encuestados que la
Roper Organization denomina ‘militantes sociales/políticos.
Esas personas, sin importar su tendencia
política, son conscientes de los problemas sociales y buscan
solventarlos. Por ejemplo, escriben cartas de protesta a sus
consejos escolares y, de cualquier forma, tienen un semblante de
responsabilidad social. Poseen más estudios y unos ingresos
económicos superiores (38,700 $ frente a 28,300) a la mayoría.
Los resultados de esos dos sub-análisis son los que siguen. El
primero resume las respuestas según el grupo de edad, mostrando que
el conjunto de 18 a 29 años respondió más positivamente a los cinco
indicadores de abducción que cualquier otro conjunto de edad.
Esto parece que va contra la lógica,
porque la gente mayor ha tenido una mayor oportunidad a lo largo de
su vida de tener más experiencias de abducción.
Relación entre Cinco Indicadores
de Abducción y la edad (muestra total)
Total edades / 18 a 29 / 30 a 44 / 45 a 59 / mayores de 60
años
*Despertar paralizados con sensación de que hay una extraña
presencia:
18 % - 22 % - 21 % - 17 % - 10 %
*Experiencia de pérdida de tiempo (missing time):
13 % - 14 % - 13 % - 13 % - 10 %
*Sensación de que realmente estaban volando:
10 % - 11 % - 13 % - 10 % - 8 %
*Vieron bolas de luz en el dormitorio:
8 % - 11 % - 9 % - 7 % - 5 %
*Se encontraron con cicatrices inexplicables:
8 % - 14 % - 7 % - 6 % - 5 %
El segundo sub-análisis, concerniente a
aquellas personas social o políticamente activas.
Este conjunto se supone que no habría de
experimentar sucesos bizarros como los que narra, pues son personas
que están situadas en el espacio público, a la vista de todos. En
cualquier caso, no sólo puntúan los más altos en todas las
preguntas, sino significativamente muy alto.
Relación entre Cinco Indicadores
de Abducción y activismo social y político (muestra total)
Totales / Activismo social-político
*Despertar paralizados con sensación de que hay una extraña
presencia:
18 % - 28 %
*Experiencia de pérdida de tiempo (missing time):
13 % - 17 %
*Sensación de que realmente estaban volando:
10 % - 18 %
*Vieron bolas de luz en el dormitorio:
8 % - 11 %
*Se encontraron con cicatrices inexplicables:
8 % - 9 %
El Sondeo Roper nos provee de datos
sobre incidentes relacionados con el fenómeno de las abducciones,
pero no sobre la frecuencia de los mismos.
Sabemos que las abducciones suceden a lo
largo de la mayoría de la vida de un abducido. En cualquier caso,
estimar la frecuencia es harto difícil. El primero y principal
problema reside en que los abducidos no recuerdan la gran parte de
sus sucesos de abducción. A fin de recopilar datos sobre la
frecuencia, pedí a numerosos abducidos que hiciesen un seguimiento
de sus experiencias.
Estos abducidos tuvieron un número
suficiente de sesiones de hipnosis conmigo como para estar atentos a
aquellos sobresalientes indicadores que evidenciaban actividad de
abducción. Seis abducidos cuidadosamente registraron los sucesos de
abducción que habían vivido.
Hemos confirmado algunos de ellos a
través de regresión hipnótica, y otros los investigaremos más
adelante.
Frecuencia de abducción
Abducido - Período - Abducciones
- Investigadas
Karen Morgan - 25 enero 1988 - 22 enero 1989 (1 año) 9 - 7
Kathleen Morrison - 1994 (1 año) 13 - 7
Christine Kennedy - oct. 1992 -
febrero 1993 (31 meses) 8 - 5
Allison Reed - 20 julio 1993 - 22 julio 1994 (1
año) 33 - 14
Gloria Kane - 4 julio 1988 - 28 feb. 1989 (8
meses) 54 - 11
Kay Summers - 13 nov. 1993 - 14 dic.
1993 (1 mes) 14 - 1
El gráfico deja al descubierto algunos
datos que nos hacen reflexionar.
Christine Kennedy, por ejemplo, tiene
relacionado su ciclo menstrual con sus eventos de abducción. Cuando
no fue abducida su período menstrual era de 28 días, mientras que
cuando vivió abducción el ciclo se reducía hasta 24 días.
Allison Reed tiene relacionadas sus abducciones con el nivel de
azúcar en la sangre (teniendo diabetes, se hace mediciones de azúcar
cada mañana); su nivel de azúcar en sangre era, a menudo, elevado
después de una abducción, unas tres o cuatro veces más elevado que
lo normal.
Gloria Kane descubrió que sus experiencias de abducción aumentaban
durante el período de ovulación, mientras que disminuían cuando
llegaba la menstruación, aunque ovulación y menstruación no eran los
únicos determinantes de sus abducciones.
La mujer que representa el extremo del fenómeno de las abducciones
de Kay Summers, quien vive en el Medio Oeste y trabaja en un pequeño
comercio. Un constante contacto telefónico me ha permitido hacer un
seguimiento de muchos de los sucesos que le han sucedido. Ha vivido
tantas abducciones como 100 durante un período de un año, un
promedio de una abducción cada tres días. Esto ha tenido un efecto
devastador en Kay, quien vive desesperada. Recibe el mínimo apoyo de
su familia y amigos, quienes crean o no en ella, se niegan a creer
en la asombrosa frecuencia de los sucesos.
A menudo cansada y deprimida por la pérdida de sueño y el trauma de
la abducción, Kay ha aprendido a disociarse psicológicamente de su
experiencia (abducción) mientras está sucediendo, como lo haría un
niño que padece un abuso físico o sexual de forma sistemática. Ella
está en una montaña rusa emocional.
Aunque la frecuencia con la que Kay es abducida es extrema, no es
tan inusual como pensábamos originalmente. En los últimos años,
muchos abducidos han informado de una dramática aceleración en la
frecuencia de sus abducciones. La tendencia general ha ido hacia un
mayor número de abducciones por cada víctima.
Supongamos que los datos sobre la frecuencia de las abducciones
están equivocados. El más pequeño número de abducciones /por año que
se me ha informado es de 9. Si la tasa es sólo de 5 por año, y si el
fenómeno comienza en la infancia y continúa en la madurez, el número
aún aumenta rápidamente.
La conclusión sobre el Sondeo Roper y sobre nuestra propia
investigación es que, sin ninguna duda, un enorme número de personas
está experimentando un elevado número de abducciones. Los
alienígenas han invertido una gran cantidad de tiempo y energía - y
continúan haciéndolo - en el programa de abducciones. Mucha gente
cree que las abducciones son ‘estudios o ‘experimentos, o que los
alienígenas están aprendiendo algo de nosotros. Las cifras indican
lo contrario.
El aprendizaje y la experimentación, si
alguna vez los hubo, están concluidos.
Por consiguiente, la evidencia
claramente indica que los alienígenas están conduciendo un extenso y
sistemático programa de explotación psicológica de los seres
humanos.
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Capítulo 8
Las especies híbridas
- Niños
En construcción...
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