R. Los Elementales y los
Dioses son
la misma clase de entidad estructuralmente, aunque difieren
enormemente en personalidad y comportamiento. Usted pudiera
decir que los Dioses son elementales civilizados.
Así, por
nuestras descripciones de cómo los cuerpos y mentes astrales de
estos seres funcionan, utilizaremos el término “elementales”.
Por una parte, los Elementales son tipos especializados de
bandas teocráticas. Son un gran compuesto de espíritus
conteniendo miles de almas astrales humanas muy cercanamente
vinculados. Por otra, son criaturas pensantes y sensibles en su
propio derecho, con personalidades y emociones bastante
diferentes de aquellas de seres humanos ordinarios.
Una cosa
queremos destacar: Los elementales y los humanos no son dos
razas de seres, sino que diversas formas de una raza. La
plantilla astral de ADN de ambos es idéntica, pero los seres
humanos son la forma individual y los elementales son la forma
compuesta.
Formas compuestas de vida física existen en la Tierra. Las
abejas, las hormigas, las terminas y otros insectos sociales son
los más inteligentes de éstos. Los elementales llevan la sana
relación a los humanos como una colonia ordinaria de abejas de
miel lo hace a una abeja primitiva y solitaria.
P. He especulado durante años que una colonia de insectos
sociales pudiera tener una sola alma o una mente grupal que es
mucho más altamente desarrollada que la mente que pudiera
encajar en el minúsculo cerebro de un insecto individual.
Ciertamente el comportamiento de toda una colonia muestra mucha
más inteligencia que el comportamiento de un individuo.
R. La naturaleza de la mente grupal depende de la cantidad de
control que tienen sobre sus miembros individuales. Hay más o
menos cuatro niveles de control, aunque cada uno se integra con
el siguiente.
Estos pueden ser verbalizados como:
-
cooperación
-
persuasión
-
coerción
-
compulsión
La cooperación está trabajando con otros porque nuestros
intereses mutuos coinciden, y el esfuerzo compartido es de
beneficio mutuo sin mayores concesiones por parte de cualquier
facción implicada.
La persuasión es esencialmente el trueque:
“Voy a hacer esto para ti si tu haces eso otro para mí”.
La
coerción es similar, pero el trueque es negativo:
“Te haré daño
a menos que tu hagas alguna cosa en particular para mí.”
La
compulsión es un control directo de alguien más que trasciende
la voluntad de esa otra persona.
P. A mí me parece como si las sociedades humanas en la Tierra
operasen en todos los cuatro niveles, por lo que probablemente
tienen mentes grupales por nuestra definición.
R. No. Las sociedades terrestres operan casi solamente por
cooperación y persuasión, con alguna coerción y solo una pequeña
cantidad de compulsión. Una colonia de abejas opera enteramente
por compulsión, casi de la misma forma en que su cerebro opera
en su cuerpo a través del sistema nervioso.
P. A la gente no le gusta la coerción ni la coacción, por lo que
tendemos a pensar que están entre los factores más importantes
que rigen una sociedad. Sin embargo, usted está en lo correcto
señalando que esa cooperación y persuasión son mucho más
comunes. La razón por la cual nos preocupamos tanto de los dos
factores negativos es que tenemos una aversión instintiva por
ellos.
R. Hay dos razones por las cuales las sociedades humanas se
resisten a volverse una verdadera entidad compuesta.
-
Primero, la
gente tiene cerebros altamente desarrollados y son completamente
inteligentes como individuos
-
Segundo, cada persona tiene un
alma astral por separado, con una voluntad astral que se resiste
a un control externo
Es posible controlar las mentes de la
gente viva por medio de la coacción psíquica bajo determinadas
circunstancias, pero esto es muy difícil. La gente se resiste
fuertemente a tal control, por sus cerebros y almas altamente
desarrollados.
Una colonia de abejas es una entidad compuesta, porque las
abejas individuales no tiene cerebros lo suficientemente grandes
como para soportar una verdadera inteligencia, y porque no
tienen almas astrales individuales. Una colonia de insectos
sociales tiene una sola alma astral que está vinculada con el
cuerpo de cada individuo en ella.
El cerebro de una abeja tiene
una capacidad muy limitada de almacenar información, y muy poca
programación para procesar información. En lugar de esto, el
individuo utiliza la telepatía para pasarle información a la
mente astral de la colmena. Esta mente grupal procesa y almacena
la información recibida de abejas individuales y piensa por la
colmena entera, pasando sus órdenes por telepatía.
La mente colectiva de una colonia de abejas muestra una
inteligencia más allá de la capacidad de razonamiento y
almacenamiento de memoria de una abeja individual. De hecho, en
ciertas áreas estrechas, esta mente grupal despliega un nivel de
inteligencia casi igual a aquel de los seres humanos.
Un ejemplo
es la habilidad de la colonia de dirigir los cambios físicos que
las abejas individuales atraviesan durante el curso de sus vidas
para ejecutar diversas funciones especializadas: recolección de
alimento, limpieza y reparación de la colmena, la crianza de los
jóvenes, defensa de la colonia de enemigos, salidas en enjambre
para producir una nueva colonia, etc. Una colonia de abejas está
realmente mejor organizada en términos de división del trabajo
que una sociedad humana.
Otro ejemplo es la capacidad de la colonia de controlar la
temperatura dentro de la colmena, utilizando un sistema
biológico de calefacción central y aire acondicionado. Cuando la
mente grupal percibe que dentro de la colmena está demasiado
caliente, ciertas abejas tienen la instrucción de actuar como
ventiladores vivientes.
Se aferran a las paredes de los pasillos
que conducen a las entradas de la colmena y circulan aire fresco
batiendo sus alas. Cuando la colmena está demasiado fría, las
entradas están cerradas con cera, pero las abejas sirviendo como
ventiladores se mantienen circulando aire, el cual distribuye
igualmente el calor generado por el metabolismo de todas las
abejas en la colmena.
Las sociedades humanas son superficialmente similares a
entidades compuestas, pero no son verdaderos compuestos, porque
las personas individuales tienen inteligencia y voluntad
independientes. Sin embargo, el alma astral humana tiene un
fuerte potencial para formar entidades compuestas mientras está
en un estado desencarnado, porque las almas pueden literalmente
vincularse todas juntas, como fue descrito en el capítulo sobre
las pandillas o bandas teocráticas.
Hay mucha más compulsión en
una pandilla teocrática en el plano astral que en cualquier
sociedad totalitaria en la Tierra, porque los Teócratas unen sus
cordones de plata a otros espíritus y los controlan tan
directamente como el cerebro humano controla las manos.
La estructura de una banda teocrática como la hemos descrito
anteriormente, es similar a una rueda: el espíritu controlando
la banda es el eje, y los espíritus subordinados son los rayos.
Note que la religión más antigua sobreviviente, el
Vedanta,
utiliza tal rueda de rayos como símbolo.
El sol con rayos, usado
por muchas otras religiones es el mismo símbolo, quitándole el
círculo de la rueda.
Sin embargo, el borde del círculo es muy importante, porque
indica que una pandilla teocrática produce naturalmente una
estructura de materia astral separada de las almas individuales
unidas a el.
P. ¿Esta usted diciendo que con el transcurso del tiempo,
una
banda teocrática desarrolla su propia alma astral y mente astral
que es el equivalente a la mente astral compuesta de una abeja o
una colonia de hormigas?
R. Sí. Esta es otra razón importante del porqué los espíritus
teocráticos no alcanzan la verdadera inmortalidad. Mientras más
perdura una banda teocrática, más se desarrolla en una entidad
compuesta como una mente propia. Primero, el Teócrata en control
domina completamente la mente grupal, pero eventualmente esa
mente se vuelve lo suficientemente poderosa para volverse
independiente, y la mente se convierte en un elemental.
P. Cuando escucho el término “Elemental” pienso en la
leyenda del Wendigo. Varias mitologías indígenas norteamericanas describen
al Wendigo como un inmenso y poderoso espíritu desencarnado que
es capaz, tanto de razonar como de hablar.
Sin embargo, se
comporta como un animal depredador y no como un ser humano. Las
leyendas dicen que come las almas de los muertos en el plano
astral, y que a veces puede matar a gente viva y devorar sus
almas también. El Wendigo es uno de los monstruos espirituales
más atemorizantes en la mitología humana.
R. Seres similares son descritos en mitologías desde todo el
mundo, pero solo unos pocos elementales se han vuelto tan
peligrosos como los Wendigos. La mayoría de elementales que se
han formado en la Tierra hasta la vez has sido menos peligrosos
que una gran pandilla teocrática controlada por el espíritu de
algún tirano humano.
La mayoría de elementales que se vuelven independientes de su
creador no son más inteligentes que un infante humano o un
animal depredador.
En la mayoría de casos, el elemental se queda
en un solo lugar, alimentándose de almas desencarnadas de
animales o humanos que se acercan: fue condicionada a hacer esto
mientras estaba todavía bajo el control de espíritus humanos.
P. Yo supongo que esta es la razón por la cual tantos mitos
hablan acerca de hechizos mágicos para “encadenar” malos
espíritus en un solo lugar. Y esto también explica porqué las
religiones primitivas realizaban sacrificios y rituales para
aplacar a los espíritus que habitaban lugares específicos. Los
elementales vivían allí, y alimentándolos le daba más seguridad
a la gente viva de viajar por ese lugar.
R. A veces el “espíritu de un lugar” era un elemental, a veces
era una banda teocrática. Realmente no era relevante: ambos
querían ser alimentados a través de sacrificios y rituales.
Las
áreas no habitadas donde se hacían tales sacrificios eran muy a
menudo lugares donde grandes sacrificios religiosos a
gran-escala de seres humanos o animales habían sido alguna vez
llevados a cabo, donde estuvo alguna vez una ciudad, o donde
grandes números de gente habían muerto en una batalla o
desastre.
Cualquiera de esas actividades habría formado bandas
teocráticas, las cuales pudieran más adelante convertirse en
elementales.
La mayoría de elementales de este tipo no son particularmente
peligrosos porque fueron formados por religiones de primer o
tercer nivel, y no son particularmente grandes o poderosos. Sin
embargo, las religiones de segunda etapa que practicaron
sacrificios humanos en masa crearon bandas o pandillas
teocráticas que eventualmente formaron elementales de inmenso
poder.
Las bandas teocráticas de segunda-etapa tuvieron que ser
extremadamente grandes porque esta era la única manera en que
podían ejercer el suficiente poder sobre las poblaciones de
esclavos vivos para evitar que colapsara toda la sociedad.
Invariablemente, tales bandas rápidamente se convirtieron en
elementales.
Muchas antiguas ciudades que practicaban la religión teocrática
de segunda etapa fueron abandonadas después de haber sido
conquistadas por sus enemigos. Cartago es un ejemplo, y la
Biblia judeo-cristiana menciona algunos más. Nadie quería vivir
en el sitio durante largo tiempo, por la presencia de grandes y
peligrosos Elementales. Por supuesto, si la gente evitaba el
lugar el tiempo suficiente, los elementales morían de hambre,
haciendo el área segura de nuevo para los asentamientos humanos.
Los Wendigos eran un fenómeno relacionado, excepto que los
Elementales no permanecían donde fueron formados por primera
vez.
Los Wendigos se habían originado en esas áreas donde los
Incas, Maya y Aztecas practicaban la Teocracia de segunda-etapa.
Cuando se formaba un nuevo Elemental en esta región, las otras
bandas teocráticas unidas a esas tribus no trababan de
encadenarlo a un solo lugar, sino que trabajaban con magia para
enviarlo muy lejos.
Algunos de estos Elementales desaparecidos
fueron todo el camino hasta América del Norte y le dieron pie a
las leyendas de la leyenda Wendigo. Otros fueron al cono sur de
América del Sur, donde los indios Araucanos tienen leyendas
similares.
Cosas similares tan sucedido también durante las guerras
modernas. El destino de Hitler y el de un número de los otros
líderes Nazi de la cumbre y sus amigos Teócratas en el
plano
astral después de la rendición de Alemania en 1945 es un
ejemplo.
P. Hubo rumores persistentes durante muchos años que Hitler
realmente no murió al finalizar la guerra, sino que huyó
exitosamente de Alemania. Desde que hice mi avance, he
sospechado que esos rumores pudieran ser verdad, pero no en el
sentido físico. En otras palabras, el sí cometió suicidio en
aquel bunker, pero inmediatamente se puso a cargo de una banda
de Teócratas Nazi el plano astral, y probablemente existen
todavía hoy en día, apoyado por las energías psíquicas de los
inadaptados quienes continúan usando la svástica y practicando
el credo Nazi de fanatismo y violencia.
R. La verdad es mucho más extraña que eso.
Hitler y cientos de
otros líderes Nazi huyeron como espíritus desencarnados a Japón
para ayudar allí a sus aliados teocráticos. Ellos esperaban que
una invasión tipo Día-D de Japón resultaría demasiado costosa
para los aliados, y que el fascismo japonés sobreviviría luego
de una paz negociada.
En este punto, tanto los Teócratas alemanes como los japoneses
tenían acceso a enormes cantidades de energía de los millones de
víctimas de la Segunda Guerra Mundial, y ellos deliberadamente
manipularon al gobierno estadounidense a dejar caer la bomba
atómica para que les proporcionara aún más víctimas.
Su
esperanza era crear un Elemental y utilizar su inmenso poder
psíquico, ya sea para convertir la derrota en victoria en el
plano de la Tierra o bien huir hacia otro mundo.
Afortunadamente, el intento falló y los Teócratas implicados
fueron devorados por la entidad que estaban tratando de crear.
Este Elemental aún sobrevive en el plano astral, y se convertirá
en un punto importante de enfoque en la lucha entre el Colegio
Invisible y los Teócratas en el futuro.
P. Una cosa que he leído sobre lo que usted acaba de decir
acerca de los líderes Nazi es que los Teócratas mismos pudieran
ser enemigos naturales de los Elementales.
R. Esto es muy cierto. Esto es porqué las etapas tercera y
cuarta de la religión teocrática fueron inventadas, para
permitir a las bandas teocráticas permanecer estables en el
plano astral durante largos períodos de tiempo.
Sin embargo, ya
sea que el espíritu teocrático debe reencarnar o de sino
su pandilla eventualmente se convertirá en un Elemental. Ese es
un hecho de la naturaleza.
El hecho de que los seres humanos tienden a crear una tecnología
que permita a la población total incrementar constantemente es
otro factor que evita que los espíritus teocráticos se
conviertan en verdaderamente inmortales. Por supuesto, una
población creciente genera nuevas almas en grandes números, lo
cual, a su vez incrementa el número de almas en el plano astral
que son fáciles presas para los espíritus teocráticos.
Pero esta
superabundancia de almas es una bendición mezclada, porque
fomenta a las bandas teocráticas que crezcan tanto que se salen
de control y se convierten en Elementales.
Esta es la razón por la cual las religiones teocráticas a menudo
tratan de inhibir el progreso tecnológico, pero tal política es
auto-limitante.
P. Ya veo lo que quieres decir. Si los Teócratas evitan que su
sociedad en particular desarrolle tecnología al mismo ritmo que
las sociedades vecinas, lo más probable es que será conquistada
desde el exterior.
¿Podrían decirme porqué los seres humanos
tienen este impulso instintivo de alcanzar el progreso
tecnológico?
R. La causa del progreso tecnológico es un proceso de selección
natural darviniana, la cual permite que una sociedad sobreviva
desastres naturales, derrote a sus enemigos en la Guerra y
desarrolle los recursos naturales disponibles más complemente.
Todo esto le da una ventaja sobre cualquier sociedad que no hace
esas cosas. Las culturas que fomentan a sus miembros a trabajar
para el progreso tecnológico sobreviven mejor que aquellas que
no lo hacen.
Este ciclo en particular contiene las semillas de su propia
destrucción: el avance tecnológico en un planeta primitivo como
la Tierra invariablemente causa que la población humana
incremente hasta el punto donde la explotación de los recursos
naturales altera gravemente los equilibrios ecológicos.
La
mayoría de gente en la Tierra están ahora conscientes que es una
bomba demográfica que está haciendo tictac hacia la explosión.
Los científicos están prediciendo que esta violación de los
recursos del planeta destruirá la biosfera de la Tierra y
causará la extinción de la especie humana, o, por lo menos,
destruirá la civilización tecnológica. Otros son más optimistas.
Ellos predicen que casi toda la gente en los países
subdesarrollados morirá de plagas y hombrunas, pero que las
naciones avanzadas sobrevivirán la crisis con la mayoría de su
población y tecnología intactas.
Los biólogos en la Tierra ya saben que las explosiones
demográficas en una especie determinada son seguidas por una
muerte masiva.
Esto es muy común, y usualmente no es una señal
de que la especie esté dirigida a la extinción. Los ciclos de
sobrepoblación/extinción son muy comunes es especies exitosas
que están tratando de ampliar su gama, pero son bloqueadas por
las barreras ambientales. El proceso a menudo crea nuevas
variantes de las especies, que pueden sobrevivir en una variedad
más amplia de ambientes.
Estamos razonablemente seguros por nuestras experiencias en otros
planetas, que la biosfera de la Tierra no es tan frágil que
pudiera ser destruida por las acciones de los seres humanos,
excepto posiblemente por una guerra nuclear a escala masiva.
También estamos tranquilos por el hecho de que las poblaciones
de todas las sociedades tecnológicamente avanzadas en la Tierra
ya son razonablemente estables, incluso en países como la Unión
Soviética, donde la política oficial del gobierno es fomentar el
crecimiento de la población.
Sin embargo, todavía transmitimos
mensajes telepáticos que instan a las personas a tomar una
posición alarmista en cuanto a la sobrepoblación y la posible
destrucción de la biosfera de la Tierra.
Si no existieran los espíritus teocráticos ni los elementales,
el ciclo masivo de pobreza y sobrepoblación que afecta ahora a
la mayoría de los habitantes de este planeta tampoco existiría.
Los radicales políticos están, en parte, en lo correcto cuando
culpan a la avaricia del Primer Mundo de la pobreza del Tercer
Mundo, pero el imperialismo económico es, en sí, solamente otro
efecto de la misma causa raíz – una trama teocrática para
engrosar la población mundial hasta el punto donde ocurran
extinciones masivas.
Ya hemos descrito cómo un aumento de población forma nuevas
almas. Si hay abundancia de almas astrales humanas en una etapa
inferior de desarrollo en el plano astral para que los Teócratas
recluten o se alimenten, las bandas teocráticas tienden a
volverse cada vez más y más grandes, haciendo más común la
creación de Elementales. En este momento, la Tierra tiene más
espíritus Elementales de lo que jamás ha tenido antes en su
historia. Y esto es una situación muy peligrosa.
Mientras la población de la tierra va en incremento, los
elementales existentes y las bandas teocráticas tienen un
suministro constante de nuevas almas para alimentarse de ellas o
reclutar. Pero cuando ocurren muertes humanas masivas, inmensos
números de nuevas almas estarán varadas en el plano astral de
una sola vez.
Esta sobre-abundancia de almas causará que miles
de espíritus Elementales embriónicos comiencen a crecer muy
rápidamente hacia la edad adulta. Una vez un joven Elemental
alcanza una cierta masa crítica se vuelve capaz de agarrar y
capturar almas por medio de la
Telequinesis
en contra de la
voluntad, algo que las bandas teocráticas ordinarias no pueden
hacer porque carecen de la energía psíquica necesaria.
Al crecer este Elemental en tamaño y poder psíquico, puede
capturar a la fuerza almas desencarnadas en una etapa cada vez
más alta de desarrollo espiritual. Si se vuelve lo
suficientemente grande, es capaz de devorar a bandas teocráticas
ordinarias enteras, y finalmente incluso a las almas astrales de
humanos vivos. Si esto sucede, entonces la mayor parte de la
población humana, viva y desencarnada puede terminar siendo
tomada y eventualmente devorada por un pequeño número de
elementales.
Estos Elementales adultos, entonces, se ven obligados a dejar su
planeta de origen en busca de una nueva fuente de alimento.
Ellos pueden viajar distancias interestelares. Civilizaciones
avanzadas pueden usualmente defenderse en contra de tales seres,
pero éstos pueden despoblar muy fácilmente a planetas enteros en
una etapa inferior de civilización.
Esta es la razón por la cual
el Colegio Invisible está interviniendo en la evolución de la
sociedad humana en la Tierra.
El orden natural del universo es para personas (no
necesariamente en cuerpos del tipo del humano terrestre) para
comenzar a desarrollar una tecnología avanzada bajo el control
de espíritus teocráticos. Tal mundo nunca llega más allá de la
religión teocrática de segunda etapa, pero sí desarrolla
suficiente tecnología para permitir que la población humana
llegue a los billones.
Cuando lo hace, repentinamente una guerra
nuclear o biológica reduce la población, y los Elementales y los
Teócratas comienzan a luchar entre ellos sobre quien controla el
planeta, y cuales Elementales alcanzarán la edad adulta.
En el lapso de unos pocos años después de haber alcanzado este
punto, los Elementales adultos dejan el planeta y se van al
espacio profundo.
A veces, el repetido crecimiento y el violento final de la
civilización humana destruyen la biosfera del planeta, y a veces
la biosfera sobrevive, pero no así los seres humanos.
Más comúnmente, unas pocas personas vivas y unos pocos espíritus
teocráticos sobreviven y todo el ciclo comienza una vez más y
sigue su curso sobre un período de miles de años.