Fuente: MATTHIAS SCHULZ © Der Spiegel
El País.es, 11 de junio de
2006
de
TerraeAntiqvuae Website
Cuatro de los pilares descubiertos en el yacimiento arqueológico de
Göbekli Tepe (Turquía).
(DAI ORIENT-ABTEILUNG)
Los arqueólogos han encontrado indicios de que el relato bíblico
está basado en leyendas con un trasfondo real.
Geólogos y expertos climáticos creen que el paraíso era un lugar
real y que el Antiguo Testamento contiene la guía que nos lleva
hasta él.
En su libro ’Legend’, el investigador británico David Rohl sitúa el
jardín de las delicias de Adán y Eva en el norte de Irán, cerca del
lago Urmía.
En una colina pelada en
Urfa se apiñaban varios templos en la cumbre;
se han calificado como ejemplar único con la energía de un
Stonehenge.
Las investigaciones abren nuevas perspectivas sobre la historia
bíblica de la Creación, tantas veces alabada por su claridad,
profundidad y belleza.
Los arqueólogos han descubierto en el este de Turquía vestigios de
una "era dorada" de la Edad de Piedra de 11.000 años de antigüedad.
Cazadores de gacelas erigieron allí inmensos templos dedicados a las
serpientes y vivieron como en el jardín del Edén. Los expertos
sospechan que Adán existió realmente y que en la parábola del pecado
original hay un fondo de verdad.
"Y el Señor plantó un jardín en Edén, mirando al Este, y puso al
hombre dentro".
Así de inocentemente comenzó la historia. Con Adán y
Eva apaciblemente sentados en medio de un parque, rodeados de
árboles "de aspecto seductor". Es el principio de todos los tiempos.
La historia de la Creación ha tenido una repercusión inmensa; es uno
de los textos esenciales de la cristiandad. Los celtas tuvieron Avalon, el jardín de los manzanos; los griegos, la isla de los
bienaventurados. Pero sólo en el Edén se llegaron a enredar
pecaminosamente el sexo y el espíritu. El texto de la parábola del
paraíso no ocupa más de 50 líneas en la Biblia. Pero, ¿qué significa
realmente?
Recientemente se ha abierto un sorprendente debate en torno a este
tema. Geólogos y expertos climáticos, que no son proclives a dejarse
impresionar por el carácter revelado del "documento divino", creen
que el paraíso tiene coordenadas, que era un lugar real y que el
Antiguo Testamento contiene la guía que nos lleva hasta él. Sobre
todo, los investigadores del Neolítico (del 12000 al 4000 antes de
Cristo) sospechan que la narración del primer libro de Moisés (Génesis)
tiene un fundamento real.
Más fascinante aún es la hipótesis del investigador británico David Rohl. En su éxito de ventas
Legend [todavía no ha salido la edición
española], sitúa el jardín de las delicias de Adán en el norte de
Irán, cerca del lago Urmía.
Rohl basa su búsqueda en los capítulos segundo y tercero del Génesis,
que hablan del jardín del Edén casi como si fuera un destino
vacacional terrenal. Se mencionan puntos cardinales, así como
regiones colindantes. Cuatro ríos nacen en el paraíso. Dos de ellos
son el Éufrates y el Tigris, así que el curso de ambos delimita el
pasillo geográfico donde Rohl lleva a cabo su búsqueda.
Y parece que está siguiendo una pista de lo más prometedora:
precisamente en el curso superior del Éufrates y el Tigris, allí
donde según la Biblia Adán trilló por primera vez el grano de su
cosecha, es donde se ha estipulado que tuvo origen la agricultura.
Fue en la región suavemente empinada que precede a las cordilleras
de Tauro y Zagros, en la zona fronteriza entre Irán, Irak y Turquía,
donde tuvo lugar esta revolución cultural hace unos 11.000 años.
El
Homo sapiens, hasta entonces nómada y cazador, dejó a un lado las
armas de caza.
El primer granero
Los biólogos del Instituto Max Planck para la Investigación de
Cultivos de Colonia (Alemania) han localizado el lugar exacto donde
dio comienzo esta transformación y, por tanto, donde estuvo
emplazado el primer granero de la humanidad.
Han comparado la
genética de 68 tipos de escanda moderna y han logrado retrotraerlos
a una planta originaria común.
Este vegetal silvestre crece todavía en las laderas del volcán
apagado de Karacadag (ver el mapa
abajo). Si Adán fue realmente el primero
en comer platos cocinados con harina, tuvo que hacerlo en este lugar.
Pero la historia del pecado original también coincide en los
detalles con los hechos reales. Excavaciones en Siria y en Turquía
muestran los pasos que siguió el proceso de sedentarización:
- En torno al año 10000 antes de Cristo, los pueblos cazadores de la
media luna fértil todavía vivían en medio de una naturaleza
exuberante. Por todas partes crecía abundante hierba y había
inmensos rebaños de animales.
- Alrededor de 7500 antes de Cristo, las reservas de caza se
agotaron. Sólo entonces, obligados por el hambre, los hombres se
agruparon en pueblos y dio comienzo la ímproba tarea del cultivo de
la tierra.
Los comienzos de la cría de animales también fueron difíciles. Si
bien es cierto que resultaba muy fácil capturar ovejas y cabras,
estos animales salvajes sufrían una verdadera conmoción como
consecuencia de la vida en cautividad. Casi todos quedaban estériles.
La comparación de los esqueletos de los cazadores de la Edad de
Piedra con los de los primeros campesinos arroja los siguientes
resultados:
- Los primeros granjeros trabajaban más duro, padecían enfermedades
con más frecuencia y morían antes.
- Los campesinos del pueblo primigenio de
Nevali Çori (en torno a
8500 antes de Cristo) atestiguan las fatigas que trajo consigo esta
nueva forma de vida. Su esmalte dental era muy malo y tenían
flatulencias. Porque comían, sobre todo, guisantes y lentejas.
En comparación, ¡qué bella había sido la antigua vida de cazadores!
Libre, sin ataduras y repleta de aventuras. En aquel entonces las
gacelas y los asnos salvajes recorrían la verde campiña de la alta
Mesopotamia.
"Eran rebaños de 100.000 cabezas o más", explica el paleozoólogo
Joris Peters.
Cuando estas inmensas manadas cruzaban los vados poco profundos del
Éufrates, las hordas de la Edad de Piedra se preparaban para librar
la gran batalla. Los últimos hallazgos demuestran que en el año
12000 antes de Cristo los nómadas ya erigían asentamientos
permanentes (eran depósitos para guardar carne que secaban y salaban
allí).
Una vida paradisíaca
Pero en el montañoso norte de Mesopotamia, la cuna de los cereales,
allí donde está ubicada también la franja de terreno donde busca
Rohl, se han hecho todavía más descubrimientos.
Esta zona alberga el
templo más antiguo del mundo. Se trata de maravillosas
construcciones megalíticas y vestigios de una "era dorada" de la
Edad de Piedra, prácticamente desconocida hasta ahora.
El lugar que despierta mayor asombro es una colina pelada cercana a
Urfa. Antaño se apiñaban en su cumbre varios templos. Se han
desenterrado cuatro y se han detectado otros 16. Han salido a la luz
una serie de pilares de piedra decorados con arañas, leones y
ciempiés. Entre los escombros se divisa la estatua de un jabalí y
una cabeza humana de gran tamaño.
El director de las excavaciones del monumental Göbekli Tepe (Monte
Ombligo), Klaus Schmidt, califica este conjunto de "ejemplar único"
con la "energía arquitectónica de un Stonehenge". El pilar más
pesado, de 50 toneladas, está en una cantera cercana.
Schmidt cree que este lugar alcanzará pronto fama mundial. Porque lo
asombroso es su antigüedad: este recinto sagrado fue erigido hace
unos 11.000 años por cazadores y recolectores. Es un lugar
primigenio, como el paraíso.
"Hasta ahora se pensaba que los únicos que habían construido templos
y asentamientos permanentes habían sido los campesinos sedentarios",
explica el experto.
Pero es que además hicieron falta de 300 a 500
canteros para levantar este tétrico Vaticano.
Los trabajadores arrancaron de la roca estelas y postes totémicos.
En este lugar vivían los sacerdotes. En los templos circulares
ardían fogatas. En la época en que aquí se celebraban cultos
sacrificiales, aún no había un solo pueblo campesino en todo el
planeta Tierra.
Schmidt presenta en un libro detalles sobre la misteriosa cultura
del pueblo cazador de Göbekli Tepe. Aquello era el país de Jauja y
sus gentes bien podrían haber sido los padrinos de Adán y Eva.
En torno al 9000 antes de Cristo, cuando surgió este santuario, por
fin volvían a soplar vientos templados en Eurasia después de más de
100.000 años de era glacial. Se anunciaba el deshielo. En la alta
Mesopotamia todo germinaba y grandes áreas del paisaje comenzaban a
florecer.
El pueblo de Göbekli cazaba sobre todo gacelas; bien organizados en
grupos de cientos de personas, encauzaban rebaños enteros hacia los
vados del Éufrates o hacia trampas en forma de V de kilómetros de
largo. De este modo se apoderaban de una sola vez de toneladas de
carne y pieles. Al mismo tiempo, estos ingeniosos cazadores
inventaron el primer muesli energético.
Bajo la beneficiosa
influencia del clima suave posterior a la era glacial, crecieron en
esta zona grandes campos de cereales silvestres. Expertos en el
"control extenso del paisaje", en palabras de Schmidt, estos
cazadores se limitaron a cerrar el paso a los prados de grano y a
protegerlos de los "bocados de los animales".
Después sólo tenían que recoger la cosecha. Así que este pueblo de
la Edad de Piedra conseguía sin mucho esfuerzo el cereal.
Esta tierra de la dicha neolítica muestra un parecido asombroso con
la patria de Adán y Eva. Es verdad que los poetas y pintores gustan
de interpretar el Paraíso Terrenal como una selva virgen de
naturaleza salvaje en la que los primeros seres humanos se limitaban
a holgazanear. Pero lo cierto es que en el parque divino también se
trabajaba, aunque eso sí, relajadamente.
En el Génesis 2:15 se dice
literalmente que Adán recibió el encargo de "cultivar y conservar"
el Edén. Tenía que cuidar de los árboles y las plantas, como los
pioneros del cultivo del cereal de Göbekli Tepe.
¿Resuena aquí un eco de tiempos pasados? ¿No será la parábola de la
Biblia una noticia difusa procedente de la "era dorada" de la Edad
de Piedra? Lo más desconcertante de todo es una plaquita de
esteatita que se ha hallado entre los guijarros de este santuario
montano.
Mide unos cuatro centímetros de alto y tiene pinta de ser
una placa identificativa. Lleva grabados dos símbolos: un árbol y
una serpiente.
Pero hay más paralelismos todavía. En la búsqueda del jardín del
Edén muchas de las pistas apuntan a la alta Mesopotamia:
- En el paraíso de la Biblia burbujean fuentes de agua; en la
cordillera de Tauro nacen más de una docena de ríos.
- Según Ezequiel 28:14, el jardín del Edén estaba emplazado en un
monte sagrado, como el Göbekli Tepe.
- La gruta del nacimiento de Abraham se encuentra en la ciudad de
Urfa, apenas a dos kilómetros de distancia de este monte sacro
prehistórico.
Cada vez se tienen más indicios de que el paisaje en torno a
Urfa
era un centro religioso "con gran peso mitológico"
(Schmidt), un
epicentro del desarrollo de la civilización.
Ya en la fase precerámica del Neolítico se veneraba la gruta de Abraham como
fuente sagrada. Allí ha aparecido la estatua de gran tamaño más
antigua del mundo. Mide casi dos metros de alto y procede
probablemente del décimo milenio antes de Cristo. (click
imagen derecha)
Un planteamiento como éste, por osado que pueda parecer, abre una
nueva perspectiva sobre el que probablemente sea el fragmento más
influyente del Antiguo Testamento, tantas veces alabado por su
claridad, profundidad y belleza.
"Entonces el Señor Dios modeló al
hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida...",
nos cuenta el narrador.
Este proceso mágico presenta claras
analogías con el modelado de la arcilla. En Nevali Çori, a tan sólo
50 kilómetros de Göbekli Tepe, han aparecido por vez primera un gran
número de figuras de arcilla cuyo origen se remonta en torno a 8500
antes de Cristo.
Hubo que esperar al siglo XIX para pasar página.
En aquel entonces
los primeros arqueólogos se adentraron con ímpetu en Mesopotamia y
se toparon con vestigios de una brillante cultura antigua. En las
ruinas de Babilonia, Nínive y Asur, las primeras capitales de
Oriente, se descubrieron las verdaderas raíces de la Biblia.
Los arqueólogos sacaron a la luz minotauros de piedra, los Karibu.
Aparecían representados en placas como guardianes del Árbol de la
Vida, como los querubines de la Biblia. Incluso se encontró un ángel
primigenio. Se trata de un hombrecillo barbudo con cuatro alas que
llama la atención en un sello cilíndrico de 3.500 años de antigüedad.
Estos descubrimientos conmocionaron a muchos cristianos. El Antiguo
Testamento había perdido su carácter de texto revelado. Ya no era la
palabra divina que desciende entre nubes, como expuso el asiriólogo
Friedrich Delitzsch en una conferencia en el año 1902.
Moisés había
sido más bien un "diligente copista".
Los pioneros del Génesis
Incluso los modelos de Adán y Eva parecen emerger de las ruinas de
Oriente.
Un sello de rollo de 4.000 años de antigüedad (que se
encuentra en el Museo Británico de Londres) muestra dos personas
sentadas junto al Árbol de la Vida de siete ramas. Detrás de la
mujer se enrosca una serpiente. Según Delitzsch, estamos ante los
dos pioneros del Génesis.
Aunque hoy en día sabemos que el "sello de Adán y Eva" representa a
una pareja de héroes, existen, no obstante, claros indicios que
apuntan a que la leyenda de la primera pareja de seres humanos
también procede de Oriente.
Hoy en día los científicos saben que en torno a 4000 antes de Cristo
surgieron las primeras ciudades en el curso inferior del Éufrates.
Hubo más de 20 grandes asentamientos, habitados por reyes,
sacerdotes y astrónomos que hacían el catastro del cielo desde lo
alto de enorme torres escalonadas. Aquí se inventó la cerveza, la
escritura, la rueda y el primer laxante.
Y de nuevo aparece en primer plano el peculiar Göbekli Tepe, esa
inmensa y polvorienta colina de los dioses, sede de una religión aún
no descifrada. Sólo se ha excavado el 5% de este santuario. Schmidt
comenzará la próxima campaña en septiembre. Antes es imposible, hace
demasiado calor. Cuando se visitan hoy las cumbres peladas de las
montañas del sureste de Turquía resulta difícil creer que allí
hubiera alguna vez bosques ribereños y pistachos. Pero así es.
Los
cazadores de Göbekli Tepe habitaron hace 11.000 años un suave
paisaje cubierto de pastizales, semejante a un jardín. La tala de
árboles y la sobrecarga del suelo que trajo consigo la agricultura
transformó este terreno en un infierno polvoriento y desolador.
Uruk, la ciudad más grande del planeta en 3000 antes de
Cristo
Los judíos mantuvieron relaciones con estas bullentes metrópolis
primigenias. Aquí vivió Abraham antes de marchar a la tierra
prometida. La tribu israelita de Benjamín estuvo asentada largo
tiempo en el curso superior del Éufrates.
En aquel entonces, las coplas callejeras y las leyendas resonaban en
las estrechas callejuelas de las ciudades de adobe mesopotámicas.
Muchos de sus relatos eran informes sobre acontecimientos reales.
Gilgamés existió en realidad, al igual que Enmerkar, otro héroe.
Pero los sumerios también cantaban una y otra vez a su antigua
patria. No está del todo claro cuál es el origen de este pueblo
fundador. Pero de lo que no cabe duda es de que estas gentes habían
llegado desde el montañoso Norte. Procedían de la antigua cuna de la
agricultura.
Y también mantenían contactos comerciales con aquel mundo montañoso.
Se sabe que hacia el 3000 antes de Cristo, los primeros señores de
la que fuera la mayor ciudad del planeta, Uruk, enviaban caravanas
de burros cargados de alimentos en dirección a Zagros. A cambio
recibían metales y piedras preciosas.
Todo el que se adentraba detrás de las siete montañas, tal y como
refieren los textos de escritura cuneiforme, llegaba a un país de
verdes valles que se iba encaramando hacia cumbres cada vez más
puntiagudas. El nevado monte Ararat ya era considerado trono de los
dioses en la Edad de Piedra.
También es muy probable que la leyenda del diluvio esté basada en
una catástrofe natural real que se desencadenó donde el Éufrates
serpentea a través de estrechas gargantas de roca y cañones.
Göbekli Tepe (Turquía)
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