Parte 2 de 3
No fue hasta comienzos del siglo XVII que fue hecha la primera
traducción aceptable de la Biblia al idioma Inglés, por el Rey
escocés James VI (casa Stewart), James I de Inglaterra. Ésta fue la
versión autorizada, a partir de la cual se basaron la mayoría de las
subsecuentes Bíblias en lengua inglesa. Pero ni siquiera esa fue una
traducción directa; se tradujo mayormente del griego, parcialmente
del latín, y hasta cierto punto, a partir del trabajo de otros que
habrían hecho otras traducciones ilegítimas previamente.
En su representación del nuevo testamento, los traductores del Rey
James se esforzaron por apaciguar tanto a los Protestantes como a
los Católicos. Ésta era la única manera de producir un texto
globalmente aceptable, pero su intento de apaciguamiento no fue
completamente exitoso. Los Católicos pensaron que los traductores
estaban del lado de los Protestantes y trataron de deponer al Rey
James en las Casas del Parlamento, y los Protestantes dijeron que
los traductores estaban aliados con los Católicos.
De todas formas, la Biblia sobrevivió, pero los traductores
intentaron también hacer algo a lo que denominaron como
“políticamente correcto”. Hoy en día sabemos al respecto; en aquel
entonces también se aplicaba. Encontramos buenos ejemplos de eso en
muchas instancias - una en particular, donde la traducción directa
se refería a un grupo de personas llamados los soldados
“celestiales”. Eso no gustó mucho, pues en realidad estaba
enrevesado, y soterradamente se lee como “ejército celestial”. Pero
alguien llegó y dijo, “no, aún no está bien; así denota una unidad
armada; eso no es políticamente correcto,” de modo que lo
enrevesaron de nuevo y resucitaron una antigua palabra que no había
sido escrita en lengua inglesa desde hacia siglos. Les llamaron “las
huestes celestiales”. Nadie sabe lo que son las huestes celestiales.
De hecho es asombroso como fueron reintroducidas muchas viejas,
oscuras y obsoletas palabras para presentar lo políticamente
correcto en la Biblia del Rey James, lo cual nadie podía entender.
Al mismo tiempo, William Shakespeare hacía lo propio con sus obras.
Si echamos un vistazo a los libros de referencia que existieron
antes de James, Shakespeare y a los posteriores, veremos que el
vocabulario de la lengua inglesa se incrementó en más de cincuenta
por ciento, como resultado de palabras inventadas o reintroducidas
desde la oscuridad por los escritores de la época. El problema era
que nadie, aparte de los compiladores de diccionarios, sabía el
significado de la mayoría de esas palabras. ¡Pero de algún modo
tenían que definirse y el término “huestes celestiales” surgió muy
ambiguamente, como “grupo de gente celestial! ”
Así, a pesar de lo eminentemente poético, el lenguaje de la Biblia
inglesa autorizada es bien distinto de cualquier lenguaje hablado en
Inglaterra o en cualquier otra parte. No guarda relación con el
griego o el latín a partir del cual fue traducido. Ciertamente, no
era el lenguaje hablado por Dios, como alguna vez me dijeran unos
clérigos, pero a partir de ésta interpretación canónica aprobada,
han surgido en sus varias versiones todas las otras Bíblias del
idioma inglés. A parte de ello, debido a todas sus faltas, apartando
su hermoso patrón de versos y las nuevas palabras, aún sigue siendo
la más exacta de todas las traducciones inglesas, de los manuscritos
griegos originales. El resto de las versiones, las estándar, las
nuevas, las revisadas y las del inglés moderno han sido
significativamente corrompidas y son muy poco confiables para
estudios serios, puesto que tienen sus propias segundas intenciones.
Podemos citar una versión extrema de cómo se pone esto en práctica.
Podemos revisar una Biblia actualmente en uso en el Pacífico, en
Papua Nueva Guinea, donde existen tribus que no experimentan tanta
familiaridad a diario con ningún otro animal, como con el cerdo. ¡En
la actual edición de su Biblia, cada animal mencionado en el texto,
ya sea originalmente un buey, león, asno, ovejas o el que sea, ahora
es un cerdo! ¡Incluso Jesús, el “tradicional cordero de Dios”, en
esta Biblia es “el cerdo del dios”!
Así pues, para inducir mayor confianza en los Evangelios, debemos
regresar a los manuscritos griegos originales, con su frecuente uso
de palabras y frases hebreas arameas. Al hacerlo, descubriremos que
así como con la historia de la natividad, se ha omitido,
incomprendido, mal traducido o simplemente se ha perdido en el
relato una buena cantidad de contenido importante. Esto a veces ha
sucedido, porque las palabras originales no tienen ninguna
contraparte directa en otros idiomas.
A todos se nos ha enseñado que José, el padre de Jesús, era un
carpintero. ¿“Por qué no? Lo dicen los Evangelios. ”Pero eso no es
lo que se dice en los Evangelios originales. La traducción más
exacta realmente decía que José era un maestro de las artes. La
palabra “carpintero” era simplemente el concepto de algún traductor
acerca de la palabra artesano. Cualquier persona asociado con la
Francmasonería moderna reconocerá el término “las artes”. No tiene
nada que ver en absoluto con la carpintería. El texto simplemente
señalaba que José era un hombre con maestría, docto y con estudios.
Otro ejemplo es el concepto del nacimiento virginal. Nuestros
Evangelios en idioma inglés nos cuentan que Maria la madre de Jesús
era una virgen; se continúa diciendo que ella era virgen. Bien,
consideremos la palabra “virgen”. Nosotros entendemos la palabra;
esta nos dice que era una mujer sin experiencia de unión sexual.
Pero inicialmente, esto no fue traducido del griego sino del latín.
Fue fácil porque en latín se le llamaba “virgo”; Maria era una
“virgo”. Eso no significa lo mismo en absoluto!. Virgo en latín no
significa más que “mujer joven”. Para haberle dado el mismo
significado que tenemos hoy en día para la palabra “virgen”, la
expresión latina debía haber sido “ virgo intacta”, es decir, “una
joven mujer intacta”.
Veamos más allá del texto latino; veamos por qué la llamaban “virgo”
o mujer joven. Quizás el término realmente tenga algo correcto que
nosotros hemos equivocado. Descubriremos que la palabra traducida
que significaba “virgo”, o mujer joven, era la vieja palabra hebrea
“almah”, que significaba “ mujer joven”, no tenía ninguna
connotación sexual. Si Maria realmente hubiese sido físicamente
“virgo intacta”, la palabra hebrea utilizada habría sido “bethula”,
no “almah”.
Entonces hemos sido totalmente confundidos por los Evangelios? No;
hemos sido confundidos por las traducciones al idioma inglés de los
Evangelios. También hemos sido confundidos por el estamento de una
Iglesia, que ha hecho todo lo que estaba a su alcance, para negarle
a la mujer en el relato de los Evangelios, cualquier estilo de vida
normal. Las mujeres claves del nuevo testamento son vírgenes o
prostitutas, o eventualmente viudas – jamás compañeras de diario,
esposas o madres, y ciertamente jamás eran sacerdotisas o hermanas
santas.
A pesar de eso, los Evangelios nos dicen una y otra vez que Jesús
descendía del Rey David a través de su padre José. Hasta San Pablo
nos lo dice en su Epístola a los hebreos. Pero se nos ha enseñado
que el padre de Jesús era un pobre carpintero y que su madre era una
virgen – descripciones ninguna de las cuales encontraremos en ningún
texto original. Entonces para sacarle el mejor partido a los
Evangelios, en realidad debemos leerlos tal y como fueron escritos,
no como decidamos interpretarlos de acuerdo al lenguaje moderno.
La fecha en que fueron escritos los cuatro Evangelios principales es
incierta. Lo que sí sabemos es que fueron publicados por primera vez
en varias épocas durante la segunda mitad del siglo primero. En un
principio, todos ellos fueron unánimes al decirnos que Jesús era
Nazareno. Esto se relata realmente en los anales romanos; y las
crónicas judías del siglo primero, así como los Hechos de los
Apóstoles en la Biblia, confirman que el hermano de Jesús, Santiago
y San Pablo, eran líderes de la secta de los Nazarenos.
Esta definición de “Nazareno” es muy importante para la historia del
Grial, pues se ha tergiversado muy a menudo para sugerir que Jesús
vino de la ciudad de Nazareth. Por los últimos 400 años, los
Evangelios de la lengua inglesa han perpetuado el error, traduciendo
incorrectamente a “Jesús el Nazareno” como “Jesús de Nazareth”. No
había conexión entre Nazareth y los Nazarenos. De hecho, el
establecimiento en Nazareth fue en el año 60 D.C., treinta años o
más después de la Crucifixión. ¡Nadie en los primeros años de Jesús
provenía de Nazareth - no existía!
Los Nazarenos eran una secta liberal judía, opuesta al estricto
régimen hebreo de los fariseos y los saduceos. La cultura y la
lengua del Nazarenos estaban profundamente influenciados por los
filósofos de la antigua Grecia y su comunidad apoyaba el concepto de
oportunidades iguales para hombres y mujeres. Los documentos de la
época no se referían a Nazareth sino a la sociedad Nazarena. Las
sacerdotisas existían en igualdad de oportunidades que los
sacerdotes, pero eso era muy distinto a lo que deseaba la
predominantemente masculina sociedad hebrea. Y a lo que más tarde
requirió la Iglesia romana también dominada por hombres.
Ha de recordarse que Jesús no era Cristiano: él era un radical
nazareno o judío occidentalizado. El movimiento Cristiano fue
fundado por otros a raíz de su propia misión. La palabra “Cristiano”
se registró y utilizó por primera vez en el año XLIV D.C. en
Antioquia - Siria.
Hoy en día, en el mundo árabe, al igual que entonces, la palabra
usada para describir a Jesús y a sus seguidores es Nazara. Esto está
confirmado en el Corán musulmán: Jesús es Nazara; sus seguidores son
Nazara. La palabra significa custodios o guardianes. La definición
completa es Nazrie ha-Brit, los “Custodios de la Alianza”. De hecho,
el término Brit, en la frase anterior es la raíz misma del país
llamado Britain (Bretaña). Brit–ain significa “Tierra de la
Alianza”.
En los tiempos de Jesús los Nazarenos vivían en Galilea, en aquel
místico lugar que la Biblia llama “el desierto”. El desierto
realmente un lugar muy específico. Era esencialmente la tierra
alrededor del asentamiento de Qumran, el cual se extendió a Mird y a
otros lugares. Fue dónde se descubrió y elaboraron los Rollos del
Mar Muerto, en Qumran - año 1948.
En algún punto después de la crucifixión, Pedro y su amigo Pablo
partieron hacía Antioquia, luego a Roma, e iniciaron el movimiento
que se convertiría en la Cristiandad. Pero según lo registrado en
otros anales, Jesús, su hermano Santiago y la mayoría de los otros
apóstoles, continuaron el movimiento Nazareno y lo extendieron hasta
Europa. Éste se convirtió en la Iglesia Céltica. El movimiento
Nazareno como Iglesia, está documentado en los archivos de la
Iglesia Céltica como formalmente implementado bajo el nombre de
Iglesia de Jesús, en el año XXXVII D.C., cuatro años después de la
crucifixión. La Iglesia romana se formó 300 años más tarde, luego
que los Cristianos seguidores de Pablo y Pedro fuesen perseguidos
durante tres siglos.
Durante muchos siglos el movimiento de la Iglesia céltica de origen
Nazareno, estuvo abiertamente opuesto a la Iglesia de Roma. La
diferencia fue una muy simple: la fe Nazarena estaba basada en las
enseñanzas del mismo Jesús. La esencia de la religión, los códigos
morales, los patrones de comportamiento, las prácticas sociales, las
leyes y la justicia estaban relacionadas con las enseñanzas del
Viejo Testamento, pero teniendo en mente un mensaje liberal de
igualdad - ésta fue la religión de Jesús. La cristiandad romana es
la “Churchianity” (N. del T. fusión en inglés de las palabras
Iglesia y cristiandad). El mensaje de Jesús no era lo importante:
esta Iglesia convirtió a Jesús en una religión. En resumen, la
Iglesia Nazarena era la Iglesia social. La Iglesia romana era la
Iglesia de los emperadores y de los papas; éste fue el movimiento
imperial híbrido.
Aparte de los malentendidos directos, interpretaciones y malas
traducciones, los Evangelios canónicos sufren de numerosas enmiendas
convenientes. Se ha cambiado o suprimido algunos pasajes originales;
se ha agregado otros pasajes para satisfacer los propios intereses
de la Iglesia. Allá por el siglo IV, cuando se tradujeron los textos
al latín, a partir de su original en Griego y lenguas semíticas, se
hizo la mayoría de estas ediciones y enmiendas.
Aún antes, por el año 195 D.C. - hace mil ochocientos años - el
Obispo Clemente de Alejandría hizo su primera enmienda conocida a
los textos del Evangelio. Él suprimió una sección substancial del
Evangelio de Marcos, escrita más de cien años antes, y justificó su
acción mediante una carta:
...“Pues aún si dijese algo verdadero, aquel que ama la verdad no
debería… estar de cuerdo con ellos… Pues no todas las verdades han
de ser dichas a todos los hombres.”
Interesante. Lo que quiso decir
fue que aún en aquellas primeras etapas, ya había una discrepancia
entre lo que habían escrito los redactores del Evangelio y lo que
querían enseñar los obispos.
Hoy en día, esa sección suprimida por San Clemente, aún falta en el
Evangelio de Marcos. Pero cuando se compara a Marcos con el
Evangelio que conocemos hoy en día, aún sin esa sección, encontramos
que el actual Evangelio es bastante más largo que el original! Una
de estas secciones adicionales comprende la secuencia completa de la
Resurrección; esto asciende a doce versos completos al final del
Evangelio de Marcos, capítulo 16.
Ahora sabemos que todo lo relatado acerca de los acontecimientos
después de la crucifixión, fue agregado por los obispos de la
Iglesia o sus escribas, algún tiempo después, al final del siglo IV.
Aunque esto está confirmado en los archivos del Vaticano, es difícil
para la mayoría de la gente tener acceso a ello, y aún si lo
tuvieran, el griego antiguo es muy difícil de entender.
¿Pero que había exactamente en esta sección de Marcos que Clemente
suprimió? Era la sección que trataba de la ascensión de Lázaro. Sin
embargo, en el contexto del escrito original de Marcos, se
presentaba a Lázaro en un estado de excomunicación: muerte
espiritual por decreto, no muerte física. El relato incluso tenia a
Lázaro y Jesús comunicándose entre sí antes que la tumba fuera
abierta. Esto echó por tierra el deseo de los obispos de presentar
la ascensión de Lázaro como un milagro espiritual, no como una
simple liberación de la excomunicación. Y lo más importante, esto
preparó la escena para la historia de la crucifixión de Jesús, cuya
propia ascensión posterior a la muerte espiritual, quedó determinada
por la misma regla de los tres días que se aplicó a Lázaro.
Jesús ascendió (se liberó o resucitó) de la muerte por decreto, al
tercer día establecido por la Ley. En el caso de Lázaro, sin
embargo, Jesús violó las reglas, elevando a su amigo luego del
período de tres días de enfermedad simbólica. En ese punto, la
muerte civil habría sido absoluta a los ojos de los ancianos de la
ley. Lázaro habría sido envuelto en telas de saco y enterrado vivo.
Su crimen fue haber conducido una revuelta de gente violenta, para
salvaguardar el suministro público de agua, el cual había sido
desviado mediante un nuevo acueducto romano en Jerusalén. Pero Jesús
efectuó esta liberación sin tener ningún derecho sacerdotal para
hacerlo. Lo que sucedió fue que Herodes Antipas de Galilea, obligó
al Alto Sacerdote de Jerusalén a que fallara a favor de Jesús - y
esto fue visto como un milagro sin precedentes!
Pero había más de la sección suprimida de Marcos, pues al contar la
historia de Lázaro en el relato de Marcos, queda perfectamente claro
que Jesús y Maria Magdalena realmente eran marido y mujer. La
historia de Lázaro en el Evangelio de Juan contiene una secuencia
algo extraña en la que Marta sale de la casa de Lázaro para saludar
a Jesús, mientras que su hermana, Maria Magdalena, permanece adentro
hasta que Jesús la llama. Pero en contraste con esto, el relato
original de Marcos decía que Maria Magdalena realmente salió de la
casa con Marta y luego fue regañada por los discípulos y enviada
adentro de nuevo a que esperara las instrucciones de Jesús. Esto era
un procedimiento específico de la ley judaica, por el cual no se le
permitía a una esposa en ritual de luto, salir de la propiedad hasta
que se lo ordenara su esposo.
Existe una gran cantidad de información externa a la Biblia, que
confirma que Jesús y Maria Magdalena eran marido y mujer. ¿Pero
existe algo relevante en los Evangelios de hoy día, cualquier cosa
que se haya escapado a los editores que nos cuente la historia?
Bueno, hay algunas cosas específicas y algunas auxiliares.
Hay siete listas que se dan en los Evangelios, de las mujeres que
permanentemente parecían seguir a Jesús, y estas incluyen a la madre
de Jesús; pero en seis de esas siete listas, el primer nombre, aún
por encima de su madre, es el de Maria Magdalena. Cuando uno estudia
otras listas del período que se relacionan con cualquier forma de
sociedad jerárquica, uno nota que la “primera dama” era siempre el
primer nombre en la lista. El término “primera dama” se utiliza hoy
en día en América. La primera dama era siempre la mayor; siempre se
le mencionaba de primera - y como la reina mesiánica, Maria
Magdalena habría de mencionarse primero, como de hecho se hizo.
¿Pero está definido este matrimonio en los Evangelios? Bien, si lo
está. Muchos han sugerido que las bodas de Cana fue el matrimonio de
Jesús y Maria Magdalena. Ésa no fue la ceremonia matrimonial como
tal, aunque el matrimonio se detalla en los Evangelios. El
matrimonio está determinado por las distintas unciones en Betania.
En el Evangelio de Lucas, tenemos una primera unción de Jesús por
Maria, dos años y medio antes de la segunda unción. Mucha gente no
se imagina que son historias diferentes, con una separación de dos
años y medio.
Los lectores del primer siglo, habrían estado completamente
conscientes del ritual de dos partes para el matrimonio sagrado de
un heredero dinástico. Jesús, como sabemos, era un “Mesías”, lo cual
significa simplemente “el ungido”. De hecho, todos los sacerdotes
mayores ungidos y los Reyes Davídicos eran Mesías. Jesús no era la
excepción. Aunque no era un sacerdote ordenado, se ganó su derecho
al estatus de Mesías, a través de la descendencia del Rey David y de
la línea real, pero él no alcanzó el estatus de Mesías hasta que en
verdad fue físicamente ungido por Maria Magdalena, en su capacidad
como Alta Sacerdotisa, poco antes de la crucifixión.
La palabra “Mesías” viene del verbo hebreo “ungir”, el cual a su vez
se deriva de la palabra egipcia messeh, “el cocodrilo sagrado”. Era
con la grasa del messeh que las hermana-novias del faraón untaban a
sus esposos en matrimonio. La costumbre egipcia proviene de la
práctica real de la vieja Mesopotamia.
En la canción del viejo testamento de Salomón, de nuevo oímos de la
unción nupcial del Rey. Está definido que el aceite usado en Judea
fue el fragante ungüento de nardo, un costoso aceite de raíces
proveniente de los Himalayas, y hemos conocido que este ritual de
unción siempre se efectuaba mientras el esposo/Rey , se sentaba a la
mesa. En el nuevo testamento, la unción de Jesús por Maria
Magdalena, de hecho se realizó mientras él estaba sentado a la mesa,
y con el ungüento nupcial de nardo. Luego, Maria enjugó sus pies con
su cabello, y en la primera fase del matrimonio de dos partes ella
lloró. Todas estas cosas denotan la unción marital de un heredero
dinástico.
Otras unciones de Mesías, ya fuese en una coronación o en la
admisión al sacerdocio mayor, fueron conducidas siempre por hombres,
por el Alto Zadok o el Alto Sacerdote. El aceite usado era aceite de
oliva, mezclado con canela y otras especias; nunca, jamás de nardo.
El nardo era una prerrogativa expresa de una novia Mesiánica que
tenía que ser una Maria, una hermana de una orden sagrada. La madre
de Jesús era una Maria; su esposa también, habría sido una Maria,
por título por lo menos, si no por nombre bautismal. Algunas órdenes
conventuales todavía mantienen la tradición agregando el título
“Maria” a los nombres bautismales de sus monjas: Hermana Maria
Teresa, Hermana Maria Luisa.
Los matrimonios Mesiánicos fueron conducidas siempre en dos etapas.
La primera etapa, la unción mencionada en Lucas, fue el compromiso
legal del matrimonio. La segunda etapa, la unción en Mateo, Marcos y
Juan, fue la concreción del contrato. Y en el caso de Jesús y de
Maria, la segunda unción en Betania, fue de expresa significación.
Aquí comienza la historia del Grial, puesto que, según lo explicado
en los libros de la ley judía en ese entonces y por Flavio Josefo en
Las Antigüedades de los Judíos, la segunda parte de esta ceremonia
de matrimonio, nunca se efectuaba hasta que la esposa tenía tres
meses de embarazo.
Se requería expresamente que los herederos Dinásticos como Jesús
perpetuasen sus linajes. El matrimonio era esencial, pero la ley
debía protegerlos de la unión con mujeres que se probara eran
estériles, o que tuviesen embarazos con problemas, y esta protección
venía dada por la regla del tercer mes de embarazo. Los abortos a
menudo no sucedían después de ese término, y una vez que pasaban ese
período, se consideraba lo suficientemente seguro para completar el
contrato de matrimonio. La novia Mesiánica, al ungir a su marido en
esta etapa, de acuerdo a la costumbre, se requería que lo ungiese
para el entierro. Esto se confirma en los Evangelios. La novia a
partir de ese día, llevaría un frasco de nardo alrededor de su
cuello por el resto de la vida de su marido; ella lo utilizaría de
nuevo en su sepulcro.
Fue para este mismo propósito que Maria Magdalena habría ido a la
tumba, como lo hizo en el Sabbath, después de la crucifixión.
Posteriormente a la segunda unción en Betania, los Evangelios
relatan que Jesús dijo: “Dondequiera que este Evangelio sea
predicado en todo el mundo, esto mismo que ella ha hecho será
recordado en su memoria.”
En su famosa representación de ese acontecimiento, el artista del
renacimiento Fra Angelico, representó ciertamente a Jesús colocando
una corona en la cabeza de Maria Magdalena. Pero a pesar de que Fra
Angelico era un docto fraile Dominico del décimo quinto siglo, ¿las
autoridades de la Iglesia Cristiana honraron a Maria Magdalena y
hablaron de este acto como el memorial de ella? No; no lo hicieron.
Ignoraron totalmente la propia ordenanza de Jesús y denunciaron a
Maria como prostituta.
Para la Iglesia esotérica y los caballeros Templarios, sin embargo,
Maria Magdalena siempre fue vista como santa. Muchos hoy en día aún
la veneran como tal, pero la parte interesante sobre esa santidad,
cuando pensamos acerca de este conocimiento del Grial, es que Maria
está registrada como la santa patrona de los vinicultores, la
guardiana del vino – la custodia del Santo Grial y del linaje
sagrado.
Hay mucho en los Evangelios que no presumimos que esté allí, porque
nunca se nos anima a que miremos más allá del nivel superficial. A
este respecto, en los años recientes ha sido de gran ayuda los
Rollos del Mar Muerto y la investigación extraordinaria de la
teóloga australiana, la Dra Barbara Thiering.
Los Rollos del Mar Muerto han abierto todo un nuevo conocimiento de
la jerga; tenemos aquí toda una nueva luz. Por ellos se estableció
las oficinas de la comunidad del Mesías de Israel. Nos hablan sobre
el consejo de los doce apóstoles delegados que fueron designados
permanentemente para dirigir aspectos específicos del gobierno y de
los rituales. Esto conduce a un mayor conocimiento de los apóstoles
mismos. Ahora sabemos no sólo cuáles eran sus nombres - siempre los
supimos – sino que podemos entender quiénes eran, quiénes eran sus
familias, cuáles eran sus deberes y posiciones.
Ahora al estudiar los Evangelios, entendemos que hay una alegoría
dentro de ellos: el uso de palabras que no entendemos hoy en día.
Ahora sabemos que a los sacerdotes bautismales los llamaban
“pescadores”; sabemos que a los que les ayudaban reclutando los
candidatos bautismales en los barcos con grandes redes, les llamaban
las “barcas”; y sabemos que a los candidatos bautismales mismos les
llamaban los “peces”. Los apóstoles Santiago y Juan eran ambos
“pescadores” ordenados. Los hermanos Pedro y Andrés eran
“pescadores”, y Jesús les prometió sacerdocio dentro del nuevo
ministerio, diciéndoles “haré que se conviertan en pescadores de
hombres”.
Ahora sabemos que existía una jerga particular en la época de los
Evangelios, una jerga que habría sido entendida fácilmente por
cualquiera que leyese los Evangelios en el siglo I y posteriormente.
Esas palabras de jerga, se han perdido para posterior
interpretación. ¿Hoy en día, por ejemplo, llamamos a nuestros
productores de teatro “ángeles” y a nuestros actores “estrellas”,
pero qué diría un lector de una cultura distante de aquí a dos mil
años acerca de la frase: “el ángel vino a hablar con las estrellas”?
Los Evangelios están llenos de esa jerigonzas. “el pobre”, “los
leprosos”, “la multitud”, “el ciego” - ninguna de esas palabras eran
lo que suponemos hoy en día. Definiciones tales como “nubes”,
“ovejas”, “pescados”, “panes” y muchas otras más, eran todas
relativas, tal como la palabra “estrellas” para la gente.
Cuando se escribieron los Evangelios en el siglo primero, se hizo
bajo un entorno controlado por los romanos. Su contenido debió ser
disfrazado contra el escrutinio romano. La información
frecuentemente era política; estaba codificada y velada. Donde
aparecían secciones importantes, a menudo eran anunciadas por las
palabras: “esto es para aquellos que tengan oídos” - para aquellos
que entiendan el código. No era distinto de la información
codificada que se pasaba entre los miembros de grupos oprimidos a lo
largo de la historia. Hay un código que se descubrió en unos
documentos manejados entre los judíos recientes en Alemania entre
los años 1.930 y 1.940.
Mediante nuestro conocimiento de ésta criptología de los escribas,
ahora podemos determinar las fechas y las locaciones con gran
exactitud. Podemos revelar muchos de los significados ocultos en los
Evangelios, hasta el punto que los milagros mismos alcanzan todo un
nuevo contexto. Al hacerlo, esto de ninguna manera denigra del hecho
de que hombres como Jesús y de hecho , Jesús específicamente,
obviamente fue una persona muy especial con poderes enormemente
especiales, pero los Evangelios colocaron ciertas historias que
desde entonces han sido descritas como “milagros”. Éstos no fueron
incluidos realmente por ser eventos supernaturales; se reseñaron
porque en la arena política de ese entonces, realmente eran acciones
sin precedentes que violaron la ley con éxito.
Ahora sabemos otras cosas. Ahora sabemos porqué los Evangelios a
menudo no concuerdan entre sí. Por ejemplo, Marcos dice que Jesús
fue crucificado en la tercera hora, mientras que Juan dice que fue a
la sexta hora. Esto no luce demasiado importante en sí, pero como
veremos, estas tres horas de diferencia fueron cruciales para los
eventos que seguirían.
Veamos lo del agua y el vino en Cana, siguiendo la historia a través
de lo que nos cuenta la Biblia, contra lo que creemos saber. Lo que
fue un evento muy llano, se ha distorsionado con insinuaciones
supernaturales. De los cuatro Evangelios, las bodas de Cana sólo se
describen en el de Juan. ¿Si era tan importante para la Iglesia como
milagro, por qué no está en los otros tres Evangelios? Allí no se
dice (como a menudo se dice en los púlpitos): “Se quedaron sin
vino”. Allí no dice eso. Allí dice: “Cuando quisieron vino, la madre
de Jesús comentó: “no tienen vino”.
El Evangelio nos dice que la persona a cargo, era la que conducía el
banquete. Esto específicamente no lo define como una ceremonia de
boda en sí, sino como un banquete pre-nupcial. El vino utilizado en
los banquetes nupciales, solo estaba disponible para los sacerdotes
y los judíos célibes, no para los hombres casados, principiantes o
cualquier otro considerado impío. A estos sólo se les permitía
utilizar agua - un ritual de purificación, como sostiene Juan.
Llegado el momento para este ritual, Maria, claramente no contenta
por la discriminación y llamando la atención de Jesús hacia los
huéspedes impuros, dijo: “Ellos no tienen vino.” No habiendo sido
aún ungido al estatus de Mesías, Jesús respondió: “Mi hora todavía
no ha llegado.” En eso, Maria forzó la situación y entonces Jesús
violó la convención, dejando de lado el agua. ¡Vino para todos! El
anfitrión del banquete no hizo en absoluto ningún comentario acerca
de un milagro; él simplemente expresó su asombro sobre el hecho que
el vino había sido utilizado para esa etapa de la ceremonia.
A menudo se ha sugerido que la boda de Cana, fue la propia ceremonia
de matrimonio de Jesús, porque tanto él como su madre exhibieron un
derecho de ascendencia que no se le atribuiría a invitados comunes.
No obstante, este banquete podría datarse en verano del año 30 D.C.,
en el mes equivalente a junio. Las primeras bodas siempre se
efectuaban el mes de Expiación (septiembre), y los banquetes
nupciales se hacían tres meses antes. En este caso, encontramos que
la primera unción marital de Jesús por Maria Magdalena, fue en la
Expiación del año 30 D.C., tres meses después de la ceremonia de
Cana, la cual parece haber sido su propio banquete nupcial
Los Evangelios cuentan una historia que, aunque no siempre concuerda
de Evangelio en Evangelio, es realmente trazable fuera de la Biblia.
Las relatos de las actividades de Jesús hasta el momento de la
crucifixión pueden encontrarse en varios registros de la época. En
los anales oficiales de la Roma imperial, se menciona el juicio de
Pilatos y la crucifixión. Podemos determinar en forma precisa a
partir de éstos diarios cronológicos de los gobernadores romanos,
que la crucifixión ocurrió en la Pascua del año 33 D.C. La segunda
unción de matrimonio en Betania, fue una semana antes de eso.
Sabemos que en ese punto, Maria Magdalena tendría que haber tenido
tres meses de embarazo, por ley – lo que significa que habría dado a
luz en septiembre del año 33 D.C. Regresaremos a eso luego.
Si se leen los Evangelios tal como están escritos, Jesús aparece
como un liberador dinástico, esforzándose por unificar a la gente de
la época de la opresión del imperio romano. En ese momento, Judea
era como Francia bajo ocupación alemana en la Segunda Guerra
Mundial. Las autoridades estaban controladas por la fuerza militar
de ocupación; eran comunes los movimientos de resistencia.
Jesús era esperado, aguardado y al final de la historia habría de
convertirse en el Mesías ungido. En el siglo I, en las Antigüedades
de los judíos, a Jesús se le llama “hombre sabio”, “maestro” y “el
Rey”. Allí no hay nada que denote divinidad.
Puesto que en los rollos del mar muerto se identifica al Mesías de
Israel como su comandante militar supremo, no es ningún secreto que
los apóstoles estaban armados. Para el momento del reclutamiento,
Jesús se aseguró que todos ellos tuvieran espadas. Al final de la
historia, Pedro blandió su espada contra Malchus. Jesús dijo, “no
vine a traer la paz, sino la espada.”
Muchos de los judíos de alta categoría en Jerusalén estaban muy
complacidos de ostentar posiciones de poder, respaldados por un
régimen militar extranjero. Aparte de eso, los mismos grupos hebreos
eran sectarios; no querían compartir su Dios Jehová con nadie más,
especialmente con los gentiles impuros. Para los Fariseos y los
Saduceos, los judíos eran el pueblo elegido de Dios: Él les
pertenecía y viceversa. Pero habían otros judíos – los Nazarenos, y
los Esenios – quienes estaban influenciados por una doctrina
occidental más liberal. Eventualmente, la misión de Jesús fracasó;
la fractura era infranqueable. Los Gentiles, en el lenguaje moderno
- son las razas árabes no Judías - la fractura permanece hoy en día.
La sentencia de Jesús fue dada por el gobernador romano Poncio
Pilatos, pero Jesús en realidad fue condenado y excomulgado
previamente por el Concejo del Sanhedrin. Se decidió idear un
castigo, mediante el cual, Jesús sería sentenciado por el gobernador
romano, quién también estaba juzgando otros prisioneros por liderar
otras insurrecciones en contra suya.
Como lo confirma el Juez Superior y el Procurador General de Israel
aún hoy en día, era completamente ilegal que el Concejo del
Sanhedrin sesionara en la noche o funcionara durante la Pascua, de
modo que el momento era perfecto. Tenían una oportunidad ideal, y un
motivo para decir: “lo sentimos, nosotros mismos no podemos hacerlo.
Usted, el gobernador romano, debe hacerlo.”
En cuanto a la muerte de Jesús en la cruz, está perfectamente claro
que fue una muerte espiritual, no una muerte física, según lo
determinaba la regla de los tres días, la cual habría entendido
cualquier persona del siglo I que leyese esto. En términos civiles y
legales, Jesús ya estaba muerto cuando fue crucificado. Fue
denunciado, azotado, preparado para morir por decreto. Hoy, en día,
a esto le llamamos “excomunión”. Durante tres días, Jesús habría
estado nominalmente enfermo, sobreviniéndole la muerte absoluta al
cuarto día. En ese día sería sepultado, enterrado vivo; pero durante
los tres primeros días podría ascender o resucitar. De hecho, él
predijo que lo haría.
Las ascensiones y resurrecciones (apartando el hecho que Jesús una
vez violó la regla, y eso fue un milagro!) sólo podían ser
efectuadas por el Alto Sacerdote o por el Padre de la Comunidad. El
Alto Sacerdote para ese momento era Jose Caifás, el mismo que
condenó a Jesús; por lo tanto, la ascensión debía ser realizada por
el Patriarca. Existen relatos en los Evangelios acerca de Jesús
hablando con el padre desde la cruz, finalizando con la frase:
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, y por los registros
sabemos que para ese momento el padre allí señalado era el apóstol
Simón Zelote el Mago.
Se nos ha enseñado que la muerte física de Jesús quedó confirmada
por la sangre y el agua que fluyó cuando fue penetrado con la lanza,
pero esto ha sido traducido muy mal. La palabra original no se
traduce como “penetrado”; se traduce como “punzado” o “rasguñado”.
Esto en cambio, fue mal traducido al verbo latino “abrir”, y a la
palabra inglesa “penetrado”.
Aquellas no eran épocas primitivas. Eran épocas en las cuales había
doctores, hombres de la medicina; había incluso formas de
hospitales. Y podemos ver que, al igual que hoy, la prueba para la
acción refleja era un rasguño, punzando o pinchando la piel con un
instrumento agudo.
Tengo en mi posesión una carta de un cirujano del Consejo Médico
Británico. Ella dice:
“Médicamente, el flujo de agua es imposible de
explicar. La sangre que fluye de una herida de puñalada es evidencia
de vida, no de muerte. Haría falta una laceración muy grande, para
que fluyera siquiera una gota de la sangre de un cuerpo muerto,
porque ya no existe acción vascular.”
Entonces vayamos más lejos; veamos qué decían los Evangelios
realmente. José de Arimatea bajó de la cruz el cuerpo de Jesús. De
hecho, la palabra que fue traducida a la palabra inglesa “cuerpo”
era el la palabra griega soma, que significa “cuerpo vivo”. La
palabra alternativa que denotaría “cuerpo sin vida” o “cadáver”
habría sido ptoma.
Al parecer Jesús sobrevivió, y esto se sostiene explícitamente en
otros libros. Incluso el Koran dice que Jesús sobrevivió a la
crucifixión.
Durante esa tarde del viernes cuando Jesús estaba en la cruz, hubo
un adelanto de horario de tres horas. Por entonces, el tiempo era
registrado por relojes de sol y por los sacerdotes que marcaban las
horas mediante una secuencia de sesiones de rezos medidas.
Esencialmente, había horas diurnas y horas nocturnas. Actualmente
tenemos un día de veinticuatro horas. En el Evangelio de Juan, Jesús
dijo: “No hay doce horas en un día?” Sí, había doce horas en un día
y había doce horas en una noche, y el día comenzaba con la salida
del sol. De vez en cuando, el comienzo del día cambiaba; de ese modo
cambiaba el anochecer. En Marzo, el amanecer habría sido en algún
momento alrededor de de las seis de la mañana, como sabemos.
Sabemos que José de Arimatea negoció con Poncio Pilatos para bajar a
Jesús de la cruz después de colgar algunas horas en ella. Los
Evangelios aquí no concuerdan realmente en la secuencia de los
eventos: algunos utilizan la hora antes del cambio de horario; otros
utilizan la hora después del cambio. Pero desaparecieron tres horas
diurnas, para ser substituidas por tres horas nocturnas. Las horas
de claridad fueron substituidas por horas de oscuridad. Se dice en
los Evangelios que la tierra cayó en la oscuridad por tres horas.
Hoy simplemente, agregaríamos, en un instante, tres horas nocturnas
al día.
Pero estas tres horas fueron el quid de los eventos a continuación,
pues los lunaristas hebreos hacían su cambio durante el día. Los
solaristas, de los cuales los Esenios y los Reyes Magos eran
facciones, no hacían el cambio sino hasta medianoche – lo que en
realidad significa que según el Evangelio que se relaciona con el
tiempo hebreo, crucificaron a Jesús en la tercera hora; pero en el
otro, de tiempo solar, lo crucificaron en la sexta hora.
En esa tarde los hebreos comenzaban su Sabbath en la vieja hora
nueve en punto, pero los Esenios y los Magos, todavía tenían tres
horas antes del Sabbath. Fueron esas tres horas las que les permitió
trabajar con Jesús, en Jesús y para Jesús, durante un período de
tiempo en el cual a nadie más se le permitía emprender cualquier
trabajo físico en absoluto.
Y de esa manera llegamos a un acontecimiento que es probablemente
uno de los menos entendidos de la Biblia, y desde allí avanzaremos,
más allá del período Bíblico a través de la historia, para contar
qué sucedió en relación al nacimiento del heredero de Jesús y Maria
en Septiembre del año 33 D.C. Uno de los acontecimientos peor
comprendidos de la Biblia es la ascensión, y al discutirla,
consideraremos el nacimiento de los tres hijos de Jesús y de sus
descendientes.
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