por José Antonio Campoy del Sitio Web Dsalud
La importancia del agua en la salud está fuera de toda duda y en la revista ya hemos dedicado a ello muchos reportajes que el lector puede leer aquí. Sin embargo, hay algo que no habíamos tratado aún: si es mejor beber agua mineral o destilada.
Porque si uno pregunta a los médicos la mayoría le responderá que el agua destilada no es apta para el consumo humano. Sin más. Y no es así. El agua destilada y luego reestructurada y energetizada es mucho más saludable.
Se lo contamos en detalle.
El investigador español Felicísimo Ramos - doctor en Química y Física - puntualiza incluso que en el ser humano adulto es agua el 99% del plasma, la saliva y los jugos gástricos, el 84% de los tejidos nerviosos, el 73% del hígado, el 71% de la piel, el 60% del tejido conectivo y el 30% del tejido adiposo.
Siendo eso lo que permite que en el interior de nuestro organismo la luz viaje a velocidades increíbles transmitiendo información y que, por tanto, su pérdida sea una de las principales causas de enfermedad y de ahí que su restitución permita recuperar la salud.
En consecuencia, para mantener un buen estado de salud es necesario un estado de equilibrio entre el cuerpo magnético y el cuerpo bioquímico donde tanto el cuerpo férrico como las moléculas de cristal líquido juegan un papel básico.
Como en su momento se explicó Esther del Río tiene patentando un proceso químico que permite, partiendo de agua purificada, obtener agua-cristal líquido. Y de su eficacia en numerosas patologías - cáncer incluido - se habló ya de forma extensa en el mencionado número de la revista, información que ampliaría durante la ponencia que ofrecería en el congreso.
Y justifica en parte la rotunda afirmación del Dr. Fereydoon Batmanghelidj de que,
Es decir, son consecuencia de no beber la suficiente cantidad de agua cada día.
Por eso asevera que el agua es la mejor medicina natural para gran número de las llamadas enfermedades y de ahí que lo que para muchos médicos es un "cuerpo enfermo" para Batmanghelidj no es con frecuencia sino un "cuerpo sediento".
De ahí que añadiera:
Aseveración, agregaremos nosotros, que se matiza quizás con el descubrimiento de la doctora Esther del Río ya que el agua-cristal líquido que tanta importancia tiene para la salud y se encuentra en nuestro interior lo obtiene el organismo de la llamada agua biológica, es decir, de la que contienen las frutas y verduras crudas.
Por lo que para asegurarse de tener suficiente agua
biológica - es decir, de agua de cristal-líquido en forma de clatratos - sea necesario ingerir también a diario frutas y verduras
crudas, bien enteras, bien en zumos recién exprimidos.
Prácticamente todos los procesos destacables de intercambio y transformación necesarios para la obtención de energía se desarrollan en ese medio líquido. Es además el medio de transporte más efectivo. No sólo a nivel químico sino a nivel fotónico y cuántico. Y, sobre todo, cumple una función de limpieza absolutamente imprescindible. Sin agua el organismo no puede depurarse. Solo que para ello hace falta que se trate de un agua de buena calidad.
Y la verdad, ¿bebemos agua de calidad hoy día?
Evidentemente la respuesta depende de dónde vivimos, cuál es el origen del agua y cómo ha sido ésta tratada antes de ingerirla. No es lo mismo beber agua de grifo en Madrid que en Valencia.
Ni agua de grifo que agua de manantial. Y también entre éstas hay diferencias, especialmente en lo que al grado de mineralización se refiere: cuantos menos minerales tenga mejor es para el consumo. A fin de cuentas los minerales del agua no se asimilan por el organismo y deben ser eliminados.
Así que si alguien bebe agua rica en minerales creyendo que eso le viene bien al organismo se equivoca.
Lo único que puede terminar logrando es tener piedras en los riñones y los conductos urinarios así como en las paredes intestinales, las arterias, las articulaciones, el hígado y hasta el corazón, a veces corroyendo incluso los tejidos. Porque los minerales del agua son minerales inorgánicos y nosotros - al igual que los animales - sólo podemos asimilar los minerales orgánicos. Es decir, los que producen las plantas.
La gente debería saber que son sólo las plantas las que pueden absorber por las raíces los minerales inorgánicos quelándolos y transformándolos en orgánicos, es decir, en asimilables por animales y humanos. Y son también las plantas - frutas y verduras - las que transforman el agua que absorben de la tierra en agua destilada, es decir, libre de minerales inorgánicos, pura y además en forma de cristal líquido. Algo que no ocurre con el agua destilada al vapor ni, en menor medida ya, con la tratada por aparatos de ósmosis inversa que los eliminan sólo parcialmente.
Los filtros de carbón, en cambio, no eliminan los minerales del agua salvo el cloro.
Y sólo hay una manera de prevenir ese problema: eliminar los minerales inorgánicos.
¿Cómo? Pues ingiriendo agua desmineralizada. Preferentemente, destilada.
Y, si se nos apura, transformándola en "agua dialítica". Hablamos del método inventado por el fallecido sacerdote español José Ignacio Martín Artajo que permite lograr la modificación de la posición de los átomos hidrógeno-oxígeno-hidrógeno que conforman una molécula de agua para aumentar la capacidad disolvente de cuerpos cristalinos que de por sí tiene el agua.
Algo que se puede lograr mediante una energía débil capaz de influir sobre la distancia - para aumentarla - y la colocación - disminuyendo el ángulo espacial de los átomos de hidrógeno respecto del de oxígeno que componen la molécula - ya que si la fuerza fuera demasiado potente - por ejemplo, una descarga eléctrica - se corre el riesgo de destruir la molécula.
Fuerza débil que se consigue mediante los pequeños campos electrostáticos que generan los cristales de cloruro de sodio y cloruro de litio y que, debidamente tratados y almacenados en ampollas de vidrio, logran ese efecto estando simplemente en contacto con el agua. De hecho hace años ya que se comercializan en forma de ampollas - en farmacias y tiendas de dietética - con el nombre de Slackstone II. (ver nº 44)
Agua que contiene todo tipo de sustancias químicas sintéticas causantes de graves efectos secundarios, minerales inorgánicos - algunos radioactivos - bacterias, virus, hongos, mohos, microalgas, etc.
Y que, para colmo, está
cargada de otras muchas informaciones patógenas.
Obviamente en las grandes poblaciones urbanas las llamadas aguas potables han sido ya sometidas a un proceso de purificación y se supone que son aptas para el consumo pero la verdad es que su calidad es en general bastante discutible. Porque no hablamos sólo de su "dureza", de que sea salina o calcárea, sino también de los microorganismos que no se eliminan con tales procesos a pesar del cloro añadido.
Por eso en muchas poblaciones la instalación de métodos de purificación de agua en los domicilios, oficinas e instalaciones públicas sea una necesidad perentoria.
Y hablamos básicamente de tres posibilidades:
Sobre los primeros diremos que los más útiles son los de carbón activado ya que eliminan del agua la arena, el mal olor, el cloro y la mayoría de los contaminantes orgánicos como los pesticidas, los herbicidas, el benceno, los trihalometanos (THM) y los policlorobifenilos (PCB) además de las partículas usuales de aluvión de forma parcial.
Los otros dos tipos de filtros tienen menores posibilidades. Los segundos hacen todo eso y además eliminan contaminantes inorgánicos como el arsénico, el boro, el cadmio, el calcio, el cromo, el cobre, el plomo, la plata, el manganeso, el mercurio, los sulfatos, los cloruros, el sodio, el selenio y el zinc (no así el cloro) además de los contaminantes radioactivos estroncio 90 y radio 226 y 228, un contaminante orgánico como el tanino e, incluso, la mayor parte de las microalgas, bacterias, hongos y mohos presentes en el agua.
Mucho más eficaces pues que los filtros de carbón pero también más caros; sin olvidar que se aprovecha sólo entre el 10% y el 20% del agua. Hasta hace poco, sin embargo, ninguno de los dos métodos permitía eliminar del agua el hierro, los nitratos, los sulfuros, los fluoruros y los virus lo que sí logran los aparatos de agua destilada que eliminan todos los contaminantes mencionados sin excepción: los inorgánicos, los orgánicos, los radioactivos y los biológicos.
Siendo algunos de excelente calidad y precio muy asequible: unos 200 €. Y sin pérdida de agua.
Empero, es verdad que hoy hay ya aparatos de ósmosis inversa que también logran esto último en porcentajes que van del 95 al 99% solo que su acción germicida se consigue sometiendo el agua a radiación ultravioleta y aunque se dice que ésta no afecta negativamente al agua hay quien asevera lo contrario.
Además, cuando el agua es muy "dura" - por exceso de calcio y magnesio - hace falta instalar también un descalcificador si no lo lleva - el caso de la mayoría - y el precio medio del mismo es incluso superior al del equipo de ósmosis inversa.
Y para que el aparato se mantenga en buenas condiciones de uso es necesario hacer periódicamente lavados del circuito - consumiendo unos veinte litros en cada ocasión - cambiar los filtros o cartuchos - en el caso de los primeros cada año y en el de los segundos cada 3 o 4 meses - y sustituir las membranas semipermeables cada dos años.
La otra posibilidad es adquirir un aparato de ósmosis inversa que ya
incluya el descalcificador pero su precio está entre los 1.500 y los
3.300 €.
Pues aquélla que procede de la evaporación natural por elevación de la temperatura y una vez en la atmósfera cae de nuevo a causa del frío en forma de lluvia, rocío o nieve.
Es decir, agua pura que en los antiguos textos chinos se denominaba agua de larga vida y se recogía en las cumbres de las regiones montañosas.
Una práctica que desgraciadamente ya no puede seguirse porque hoy el agua y la nieve que descargan las nubes está también contaminada. De ahí que lo más práctico sea instalar una destiladora pues a fin de cuentas lo que ésta hace es imitar el proceso de la naturaleza evaporando el agua mediante calor para luego condensarla con frío, en aparatos de acero inoxidable libres de contaminantes.
Porque quienes argumentan que para ser apta para el consumo el agua debe tener una carga mínima de minerales parecen desconocer, como ya hemos dicho, que los minerales inorgánicos del agua sólo le son útiles a los vegetales, no a los seres humanos ni a los animales. Por tanto, la afirmación de que beber agua destilada puede llevar a desmineralizarnos es absurda y no se sostiene científicamente.
El otro "argumento" de quienes no recomiendan consumirla es la diferencia de presión osmótica del agua destilada y el agua mineralizada. Y para apoyar su afirmación dicen que basta introducir en una probeta con agua pura células animales para constatar que éstas se hinchan y explotan. Lo que se explica porque dos soluciones con distinta concentración tienden a igualarse y al entrar cada vez más agua en la célula llega un momento en que la membrana no soporta la creciente presión interior y explosiona.
Por lo que coligen que lo mismo puede ocurrir en el cuerpo.
Por supuesto, basta que usted ingiera un vaso de agua destilada para dejar en evidencia a quienes usan ejemplos que no son comparables. Millones de personas beben en el mundo agua destilada cada día y ninguno ha tenido un problema como ése. Porque, sencillamente, en cuanto el agua destilada entra en contacto con el cuerpo cambia su concentración y presión.
Por eso hay quienes afirman que consumirla puede dificultar la conducción eléctrica y fotónica entre las células pero tal aseveración carece a nuestro juicio de fundamento.
La pregunta pragmática siguiente era obvia: ¿debe dejarse enfriar el agua caliente que produce la destiladora antes de consumirla?
Para Ignacio Chamorro está claro que el agua actúa en ambos casos pero de forma más eficaz y rápida estando caliente:
Chamorro nos aseguraría que tras beber agua destilada, una vez se han disuelto los depósitos minerales en el organismo, hacer ejercicios musculares suaves, lentos, fuerza a los venenos disueltos y a los productos de desecho de los tejidos a entrar en la sangre y ésta a los órganos de excreción.
¿Y los niños? ¿Hay peligro en que beban agua destilada?
Chamorro es contundente:
Ignacio Chamorro terminaría recordándonos que para la doctora Hulda
Clark es absolutamente fundamental que toda persona con alguna
patología degenerativa o enferma de cáncer, beba y cocine sólo con
agua destilada energetizada.
Aunque esto último debo decir que no me parece negativo porque si bien pierde la información positiva también se pierde la negativa. En cuanto a la desestructuración es obvio que se produce.
Lo demuestran las microfotografías de agua destilada congelada que hizo el investigador japonés Masaru Emoto, una de las cuales fue publicada en el de la revista con motivo del reportaje sobre el Activador de Agua Vital que permite al agua recuperar su estructura genuina merced al Principio de Resonancia. (ver nº 94)
De ahí que debamos sugerir a quien se anime a consumir a partir de ahora agua destilada que antes de beberla la reestructure, energetice y cargue de información. Algo, por otra parte, que ya hacían los antiguas culturas milenarias antes de beberse el agua de nieve traída de las montañas.
¿Cómo? Pues vertiendo el agua de un recipiente a otro desde una altura de al menos medio metro 8 veces seguidas. Según su experiencia de esa manera el prana o energía que existe en el agua se reactiva.
Otra posibilidad - complementaria a la anterior en nuestra opinión - es dinamizarla - como se hace en Homeopatía - es decir, agitándola fuertemente antes de beberla. Siendo mucho mejor si antes se expone el agua destilada al sol una o dos horas.
Basta para ello tener al lado del recipiente de agua destilada una botella de agua Grander para que la primera se cargue por biorresonancia o, en su defecto, hacerlo mediante la utilización del dispositivo con cobertura de oro diseñado al efecto aunque no nos parece necesario (ver nº 69).
Emoto ha demostrado que hasta las palabras y pensamientos ejercen influencia constatable en el agua.
Y que por eso pegar una etiqueta en la jarra con una palabra clave - Dios, Amor, Armonía, Salud, etc. - o pronunciarla en voz alta delante de ella con sentimiento permite cargar de información el agua.
Y si a alguien esto le parece magia infantil sin fundamento científico que se lea - y, sobre todo, que vea las fotografías - los libros de Masaru Emoto titulados Mensajes Del Agua y El Poder Curativo Del Agua. Dejará de sonreír...
Procede pues recordar que durante milenios el hombre ha buscado, convencido de su existencia, la Fuente de la Eterna Juventud.
Y yo me pregunto:
Piénselo...
Como explicamos en el texto central de este reportaje y resumimos en el recuadro que acompaña a estas líneas hay tres tipos de posibilidades:
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