del Sitio Web ElMundo
Meteoritos Registrados entre 1994 y 2013
Un mapa
publicado recientemente por la NASA
revela que en el periodo comprendido entre 1994 y 2013 han caído
sobre la Tierra al menos 556 cuerpos rocosos que han creado meteoros
brillantes de los denominados bólidos o bolas de fuego.
Vemos, pues, que se observan unos dos bólidos al mes por término medio.
El tamaño de cada punto es proporcional a la energía óptica radiada durante el estallido, que a su vez es una función del tamaño del meteoroide al penetrar en la atmósfera. Los tamaños de estos cuerpos rocosos están comprendidos, aproximadamente, entre 1 y 20 metros.
Cuando un meteoroide atraviesa la atmósfera de la Tierra produce un fenómeno luminoso que, dependiendo de su brillo, puede ser llamado meteoro, bólido o bola de fuego.
Finalmente, se usa la palabra meteorito para nombrar a los meteoroides que alcanzan la superficie de la Tierra, cuando no se desintegran por completo en la atmósfera.
REUTERS/EM
Este fenómeno, que fue muy bien referido por ElMundo.es, equivalió a la explosión de 500.000 toneladas de TNT (500 kilotones de energía) y causó más de 900 heridos y daños en numerosos edificios de al menos 6 ciudades.
Tras la explosión sucedida en el aire, los restos del meteoro cayeron sobre la superficie de la Tierra en la forma de numerosos meteoritos, el mayor de los cuales, con una masa de unos 650 kilogramos, fue recuperado en el lago Chebarkul.
Se piensa que el de Cheliábinsk ha sido el bólido más
violento de los caídos en la Tierra desde 1908, fecha en que tuvo
lugar el
bólido de Tunguska en Siberia.
Cómo protegernos
Afortunadamente la atmósfera de nuestro planeta actúa como un eficiente escudo protector pues en la fricción con el aire, esas partículas y meteoroides quedan completamente calcinados en su inmensa mayoría.
Por la experiencia de Cheliábinsk vemos que los asteroides empiezan a ser peligrosos cuando superan un tamaño de unos 10 o 20 metros.
USGS/D.RODDY
De ellos, los que miden más de unos 140 metros son unos 14.000; se estima que cae a la Tierra uno de estos cada 50 siglos. Finalmente, hay un millar que miden más de un kilómetro.
Naturalmente la caída de uno de estos asteroides mayores es potencialmente muy destructiva en la Tierra ya sea mediante su estallido en el aire o mediante la caída de los meteoritos que alcanzasen la superficie del planeta.
Para protegerse de tal riesgo el primer paso es
localizar todos los objetos potencialmente peligrosos y calcular sus
órbitas.
Pero el conocimiento de los de tamaño medio, que también son potencialmente muy peligrosos, es mucho peor. En el año 2005, el Congreso de los EE.UU. encargó a NASA el trabajo de localizar antes del año 2020 el 90% de los asteroides que pudiesen causar un daño grave en nuestro planeta.
Sin embargo, se estima que hoy por hoy solo
conocemos, como mucho, el 20% de estos objetos y el objetivo de NASA
hace tiempo que dejó de considerarse realista.
NASA
El disparo de proyectiles capaces de fragmentar el
objeto o de alterar su órbita es posiblemente la propuesta más
conocida, aunque existen otras posibilidades, como el aterrizaje de
una nave sobre el asteroide que sea capaz de aplicar el impulso
necesario para desviarlo hacia una dirección sin peligro.
Se trata de un riesgo serio que no debe ser
infravalorado, la catalogación concienzuda de los objetos
potencialmente peligrosos y el desarrollo de una tecnología
protectora apropiada deben ser considerados objetivos importantes
para la preservación de nuestra civilización y de nuestro planeta.
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