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			por 
			Marielalero 
			 
			
			02 Noviembre 2013 
			
			del Sitio Web 
			
			Marielalero-Marielalero 
			
			  
			
			  
			
			 
			El presente Post fue realizado en respuesta a la inquietud 
			manifestada por medio de preguntas y comentarios por parte de los 
			lectores sobre el trato y la relación entre padres e hijos dentro 
			del holograma planetario. 
			 
			Fuera de este mundo se considera las relaciones parentales, como 
			interventoras y en muchos sentidos contraproducentes para el 
			crecimiento físico-espiritual de sus integrantes, debido a que desde 
			que tiene uso de razón su vida es constantemente dirigida y guiada a 
			comportarse como un ciudadano planetario en el que social y 
			religiosamente está comprometido a demostrar que es una persona de 
			bien, obediente y condescendiente.  
			 
			Los seres humanos han sido formados dentro de un adoctrinamiento 
			planetario que les exige eficiencia en sus roles y funciones, siendo 
			la paternidad una de sus responsabilidades más grandes e invasoras a 
			la vez, porque conscientemente lleva a que los padres con el 
			consentimiento o sin el consentimiento de sus hijos sean los que 
			deban definir qué es lo mejor para su crecimiento y aprendizaje, por 
			encima de lo que ellos quieren y sienten querer experimentar en cada 
			uno de los estadios de su vida.  
			 
			Los padres en nombre de la educación y la buena imagen familiar les 
			enseñan a sus hijos desde muy temprana edad a comportarse dentro de 
			lo que son las acciones correctas, honestas y bondadosas, le indican 
			cuales son las indebidas: mentiras, el engaño, las discusiones, etc. 
			Mientras tanto ellos las ponen en práctica como mecanismos de 
			defensa y manipulación para obtener sus fines propios o en conjunto.
			 
			 
			Estas controversias en el ambiente parental llevan a los adultos a 
			vivir pendientes de su representatividad social aparentando una 
			fachada familiar que no coincide con la convivencia de todos los 
			días y en la que sus hijos viven consecuentemente sin posibilidad 
			alguna de protegerse del impacto psicológico y emocional que les 
			generan las conductas de sus padres y seres queridos. 
			 
			En este mundo la educación de los hijos se la centra en objetivos y 
			desafíos más que en valores de crianza donde los padres sean 
			informados y formados para que el contenido de sus mensajes y 
			comportamientos para con ellos no les afecte la integridad 
			espiritual, salud psicológica y física de sus hijos, tampoco sean 
			víctimas de la tergiversación familiar que experimentan como su 
			realidad concreta. 
			 
			Los padres, entienden que su única labor es ocuparse solamente de la 
			crianza y de educación de sus hijos, trasmitirles sus valores 
			morales y espirituales como principios sólidos de su formación, se 
			preocuparan por ser sus referentes y ejemplos de vida, confunden 
			educación con obligaciones en las que autoritaria y afectivamente se 
			sienten ser los partícipes y los dueños de la vida de sus 
			hijos, implícitamente el legado cultural del adoctrinamiento 
			planetario los induce a tomar las riendas y el control del nivel de 
			consciencia de sus hijos.  
			
			  
			
				
				Considerarse ser los dueños de la 
				vida de sus hijos, de su estado de consciencia y responsabilidad 
				vincular, esta situación no tiene caducidad.  
				  
				
				Conjugar el afecto hacia sus hijos 
				con sus valores posesivos hacia ellos, llevando a que los padres 
				consideren a sus hijos sus bienes personales.  
				 
				Ser como padres los custodios y protectores de sus vidas, desde 
				que nacen hasta que como padres concluyan con sus vidas. 
				 
				Atribuirse el rol de ser jueces, los sabedores de la verdad y 
				quienes tienen la última palabra ante la opinión de los mismos. 
				 
				Controlar la libertad de sus hijos, condicionarles aquellas 
				ideas o tendencias personales que no sean las convenientes para 
				la imagen familiar. 
				 
				Alterar sus programas de vida, hecho que lleva a los padres a 
				participar en sus decisiones mientras son menores de edad y a 
				pasar por alto las necesidades o inquietudes que manifiestan sus 
				hijos ante lo que definen claramente como parte de su 
				crecimiento y desarrollo cognitivo. 
				 
				Evitarles sus experiencias, anteponiendo sus vivencias 
				personales, sin saber los padres que con esta actitud proyectan 
				sobre los programas de vida de sus hijos sus propios programas. 
				Esta acción de parte de los padres termina provocando la 
				repetición de sus experiencias personales sobre las futuras 
				vivencias de sus hijos. 
				 
				Influenciar a los hijos, con sus personalidades llevándolos a 
				que estos se comporten lo más parecido en sus modales, 
				pensamientos, gustos y procedimientos. 
				 
				Vigilar sus vidas, implica que los padres tienen a su cargo el 
				control sobre los pensamientos, las expresiones, los 
				movimientos, las acciones, salidas y contactos sociales de sus 
				hijos, para asegurarse que éstos no corren el riesgo de ser 
				desviados o mal influenciados y en consecuencia obre 
				inadecuadamente según lo transmitido como legado familiar.  
				 
				Obligarlos a callarse cuando estos se expresen con su verdad, 
				negarles lo que observan como irregularidades de los padres o 
				adultos.  
				 
				Enseñarles a tener que demostrar que son buenas personas, 
				haciendo aquello que no les nace voluntaria o afectivamente. No 
				tener en cuenta sus necesidades personales, cuando éstas no son 
				convenientes para la imagen y adoctrinamiento familiar. 
				 
				Intervenir en sus decisiones personales, sobre todo en aquellas 
				en la que los hijos necesitan independizarse de sus padres para 
				poner en funcionamiento su vida "Programa de vida" y ser el 
				precursor de su propio destino dentro y fuera del Holograma 
				Tierra. 
				 
				Controlar los sentimientos y emociones de los hijos, valiéndose 
				de recursos emocionales como lo son: Enfermedades, angustias, 
				depresiones, problemas económicos, la soledad, antecedentes 
				familiares o de terceros, etc.  
				  
				
				Para que estos no se les alejen de 
				sus vidas, se muden a otro país o provincia, se casen o 
				relacionen amistosa o afectivamente con las personas que no les 
				son de su agrado.  
				 
				Indicarles, la profesión que deben seguir o el trabajo que deben 
				realizar para que obtengan sus logros y progresos personales, 
				reconocimiento familiar y social. Para que su felicidad y 
				recompensa sea segura, como demostración de haber sido bien 
				guiado y contendido en su educación y formación personal.  
				 
				Indicarles cómo deben vestirse, peinarse, que actividades 
				deportivas deben aprender, música, costumbres culturales e 
				ideológicas deben seguir. 
				 
				Influenciarlos en sus gustos personales, por ejemplo proyectar 
				sobre los hijos aquellas experiencias o vivencias que cuando 
				fueron jóvenes no pudieron plasmarlas como su realidad concreta.
				 
				 
				Reproducir en el cognitivo de los hijos, sus realidades 
				ilusorias hecho que provoca en éstos confusión y disociación de 
				lo que percibe como realidad concreta. 
				 
				Enseñarles a comparar su ambiente familiar, con respecto a la de 
				las otras familias, para que los hijos piensen y se convenzan de 
				que su hogar y trato vincular es el ejemplar. 
				 
				Participar a los hijos, de los problemas de pareja 
				involucrándolos en asuntos que no son de su incumbencia, 
				haciéndolos sentir como el responsable del vínculo. 
				 
				Estar presentes en eventos sociales o familiares en contra de su 
				voluntad, ser testigos o cómplices de conflictos familiares que 
				no les competen. 
				 
				Tener que estar a favor de sus padres, por más que ellos no 
				estén de acuerdo con lo que observan y receptan de éstos. 
				 
				Señalarles, cuales son las personas que social y moralmente no 
				tienen los mismos valores y costumbres que ellos han aprendido. 
				 
				Enseñarles a ser críticos, discriminativos y censuradores como 
				parte de su reforzamiento cognitivo para que éste sepa 
				diferenciar donde está el mal y donde está el bien según la 
				estructura religiosa y cultural de los padres o de la familia en 
				sí.  
				 
				Trasmitirles conceptos morales como estos: Hacer valer su 
				dignidad, defender su orgullo y postura personal o familiar por 
				encima de la de los demás. 
				 
				Indicarles cuales son las falencias de las personas y los 
				errores que éstas cometen en sus vidas, como referentes que él 
				no debe seguir. 
				 
				Inculcarles el derecho de opinar y entrometerse en la vida de 
				las otras personas, para demostrarles a estas que sus 
				procedimientos están equivocados, que sus costumbres familiares 
				no son buenas y juzgarlos por lo que son.  
			 
			
			 
			 
			Conclusión 
			
			Este formato planetario, es el que ha 
			imposibilitado que la relación vincular entre padres e hijos los 
			desvincule generacionalmente, debido a que los padres interpretan 
			que su función paternal es la correcta, justa y equilibrada como 
			educación arbitraria, por consiguiente no tan solo intervienen en 
			los programas de vida de sus hijos sino que también se los modifican 
			por completo.  
			 
			Si se tuviera que profundizar en lo que respecta sobre cómo son las 
			actitudes personales que asumen los padres para con sus hijos, 
			muchas de ellas serian cuestionables.  
			
			  
			
			Viven esclavos de sus temores, 
			especulaciones y frustraciones, llevándolos a que se olviden que 
			como pareja siguen siendo una relación vincular en los que 
			mutuamente necesitan disponer de sus momentos de intimidad y 
			encuentro sexual para que ambos se reconstituyan energética y 
			físicamente como humanos y no se olviden que el amor de la pareja es 
			el cimiento de su continuidad, compañerismo y unión vincular.  
			
			  
			
			Ambos mental y vibratoriamente vivirían 
			sanos y felices, podrían hablar sus asuntos de pareja con sapiencia 
			y amabilidad, saber precisar equilibradamente lo que ellos y sus 
			hijos necesitan como vínculo familiar, para crecer todos juntos en 
			un clima vibratorio distendido, tranquilo y amistoso.  
			 
			En general, esto no puede darse en los núcleos familiares en razón 
			de que las madres traen consigo el legado de sus antecesoras que les 
			inculcaron como debían criar a sus hijos, conducir sus hogares y 
			comportarse con sus maridos.  
			
			  
			
			Moralmente les implantaron roles y 
			actitudes que debía desempeñar como las primordiales. Les 
			enquistaron tabúes sexuales y la consciencia de la pecaminosidad 
			para que no experimentasen la sexualidad con su marido/pareja libre 
			y plácidamente.  
			 
			Los padres, llevan consigo los estereotipos masculinos que deberán 
			desempeñar como jefes de familia, postergando en él su sensibilidad 
			masculina y física a cambio de su responsabilidad para con su mujer 
			e hijos.  
			
			  
			
			Buscará su momento de intimidad sexual 
			para recodarse a sí mismo que está vivo y que la mujer que tiene a 
			su lado lo es todo para continuar sintiéndose feliz, aunque el 
			tiempo de estar juntos y compartirse sea reducido o esporádico.  
			 
			Durante los primeros años de la crianza, la pareja debilito su 
			intimidad sexual y afectiva, al ocupar los hijos la mayor parte de 
			sus tiempos, dentro del mismo hogar son dos seres desconocidos en 
			los que pareciera interesarles sus defectos más que sus virtudes, se 
			plantean sus diferencias y la posibilidad de una separación por no 
			coincidir en sus caracteres.  
			
			  
			
			La escasa o nula sexualidad y la 
			dedicación vincular para con ellos mismos se convierte, en uno de 
			los reproches más fuertes donde con frecuencia las mujeres son las 
			que más se sienten afectadas ante la sinceridad de su pareja sobre 
			este plano.  
			 
			Una realidad que en la mayoría de las mujeres, sigue siendo una 
			materia pendiente en sus vidas, debido a varios conflictos que se 
			les plantea sobre la sexualidad, entre ellos: Creer que por el hecho 
			de ser madres y tener hijos han cumplido con la naturaleza materna, 
			hacen feliz a su pareja, dejan conforme a la demanda familiar y 
			social.  
			 
			Ser madres les otorga el poder y el control sobre los sentimientos 
			de su pareja, protagonismo heroico ante éste y los demás, dominio 
			sobre los ingresos económicos o sociedades establecidas.  
			
			  
			
			Victimizarse o poniendo de ejemplo las 
			activadas que desempeña en el hogar, con los hijos y en su trabajo.
			 
			
			  
			
			Ceder o hacer valer sus derechos para 
			conseguir lo que necesita para ella o para sus hijos. Socialmente 
			tener una representatividad social con matices manipuladores, ello 
			se ve muy bien cuando contrae matrimonio y más si aun si su posición 
			económica la difieren del común denominador., etc.  
			 
			Prácticamente su vida, se fundamenta en tener que demostrar lo que 
			es y lo que no es para que la reconozcan como una mujer eficiente y 
			multifuncional.  
			
			  
			
			Muchas mujeres en este mundo se sienten 
			obligadas a tener que cumplir sexualmente con su pareja en vez de 
			sentir que éste estado en su vida es un proceso natural que 
			fortalece la convivencia y la conexión vibratoria con su pareja.
			 
			
			  
			
			No se está denigrando a sí misma. Esta 
			amando y sintiendo corporal y energéticamente los sentimientos de su 
			pareja para con ella. 
			 
			Aunque parezca inaceptable, para el género femenino esta materia 
			pendiente cobra vida e importancia cuando los hijos llegan a su 
			mayoría de edad y les plantean el querer irse de su hogar para 
			iniciar sus vidas como adultos.  
			
			  
			
			La madre ante esta realidad siente que 
			la salida de sus hijos de su techo y dominio vincular les generara 
			un vacío que es irremplazable, sus días, tiempo de crianza y 
			sobreprotección para con ellos ha finalizado, se quedara sola en la 
			casa con su pareja y en el caso de no tenerla se sentirá 
			desprotegida porque no se hace a la idea de que tendrá que aprender 
			a vivir sin la rutina de su maternidad.  
			
			  
			
			Sus días de crisis y síntomas físicos o 
			emocionales comenzaran a tener cuerpo para atraer hacia ella la 
			atención de sus hijos, hasta que llegue su rol de abuela. 
  
			
			  
			
				
				¿Cuánto influyen estos aspectos generales 
				en la crianza de los hijos?  
				 
				La magnitud es impredecible porque está sujeta al manejo lícito 
				o ilícito de lo que les conviene a los padres, para seguir 
				ejerciendo su control en los hijos.  
				  
				
				Se han acostumbrado a ser padres 
				custodios, controladores, opresores y dictaminantes sobre la 
				vida de éstos, roles que se han enraizado en sus psiquis. 
				 
				Los hijos, son llevados a que vivan en dos realidades paralelas 
				la que le indican sus padres y la que ellos quieren auto 
				realizar. 
				  
				
				Independientemente a la formación 
				recibida de sus padres, una fuerza en su interior lo insta y 
				moviliza a querer armar la suya, siente que no está haciendo 
				nada malo de su parte, su programa de vida ha comenzado a 
				funcionar y a trasmitirle su contenido a modo de datos, ideas, 
				necesidades, gustos, inquietudes, imágenes… donde se verá o 
				percibirá a si mismo hacer o ser lo que siente nacerle de 
				vocación e incitativa propia. 
				 
				Querrá comunicarle a sus padres sus planes y decisiones, 
				obteniendo por parte de ellos su apoyo, comprensión y 
				consentimiento, en este mundo se llama bendición, lo que menos 
				espera por parte de ellos son su disconformidad u obstáculos, 
				los cuestionamientos, discusiones serán los que propicien el 
				quiebre de una relación vincular y el cambio de enfoque que 
				tenían los hijos para con sus padres, donde éstos les 
				recriminaran que mientras fueron chicos y adolescentes tuvieron 
				que hacer a su voluntad por encima de lo que querían para su 
				felicidad.  
				 
				Los padres, sacarán a relucir todo lo que hicieron por ellos 
				mientras fueron chicos y adolescentes. Moralmente les harán 
				sentir que postergaron sus vidas para que ellos lo tuvieran todo 
				a su alcance.  
				  
				
				¿Realmente es así? ¿Tiene que ser 
				así? 
				 
				La influencia moral, religiosa e ideológica por parte de los 
				padres se convierte en sus armas de poder para seguir socavando 
				los sentimientos para con sus hijos, éstos se sentirán afectados 
				psicológicamente y conmovidos emocionalmente ante la exposición 
				y descarga cognitiva de sus padres a modo de sermón, acusaciones 
				o examen de conciencia.  
				  
				
				Sin embargo detrás de tales acciones 
				se esconde un egoísmo enfermizo de los padres hacia los hijos, 
				sus bienes materiales y afectivos quieren independizarse de 
				ellos y dejarlos de considerar sus referentes esenciales.  
				 
				Realidad que sin duda alguna lleva a que los padres busquen la 
				manera de tener que ceder a la fuerza o llegar a un acuerdo 
				entre ellos para no perder el acercamiento y relación con sus 
				hijos, estar presentes en su nueva etapa de desarrollo como 
				adulto pero subliminalmente seguir influenciándolo como si 
				siguiese siendo un niño tras la frase.  
				
					
					"Hijo, en la decisión que has 
					tomado para empezar con tu vida de adulto te falta 
					experiencia, ¿quien mejor que tu padres para acompañarte en 
					este aprendizaje" . 
				 
				  
				
				 
				¿Qué reflexión se les hace llegar a 
				los padres desde el Futuro Inmediato para con la crianza de sus 
				hijos? 
				 
				Los padres deben preguntarse:  
				
					
				 
				
				Mientras no resuelvan este conflicto 
				moral y afectivo, seguirán ejerciendo el control sobre ellos en 
				forma discreta o manifiesta según los casos. Su función y roles 
				como padres nunca terminarán.  
				  
				
				¿Cuándo van a vivir sus vidas como 
				parejas y personas? 
				 
				Si amasen sin apegos a sus hijos, no experimentarían dolor o 
				angustias al verlos crecer y saber que están cada vez más 
				próximos a cumplir con su mayoría de edad, les sucedería todo lo 
				contrario se sentirían felices y tranquilos al saber que 
				hicieron de su parte lo humanamente necesario para que los hijos 
				supiesen establecer dentro de ellos parámetros para saber 
				cuidarse por sí mismos: 
				
					
					Que sepan en qué tipo de hábitat 
					planetario están viviendo. 
					 
					Cuáles son los peligros que circulan dentro de este mundo, 
					saber reconocerlos y proceder convenientemente para su 
					seguridad y libertad. 
					 
					Que conozcan su estructura de carácter y depuren en ella los 
					indicios de su dualidad. 
					 
					Saber cómo relacionarse debidamente con sus otros pares. 
					 
					Cuidar su salud, estado físico y estado cognitivo. 
					 
					Haberles enseñado a que desarrollen el sentido de la 
					independencia, autonomía y responsabilidad personal.  
					 
					Haberles enseñado a cocinar, asear y reparar su ropa como su 
					actividad personal. 
					 
					Conocer la economía del hogar y las responsabilidades 
					administrativas de la misma, a interpretar debidamente el 
					sentido del dinero y la función que éste cumple para con sus 
					vidas y estabilidad económica. 
					 
					Que sean maduros en sus pensamientos y a través de ellos 
					desarrollen su condición humana Luz para que ésta se vea 
					reflejada en su personalidad. 
					 
					Que sepan cuáles son las decisiones y elecciones que deberán 
					realizar en cada etapa de su vida donde se sientan íntegros 
					y felices. 
					 
					Que sientan seguridad sobre sus emociones, sentimientos e 
					ideas, como base segura de su formación personal y 
					espiritual, para que sincronicen vibratoriamente sus 
					relaciones amistosas, pareja y ambiente laboral. 
					 
					Saber convivir y compartir en familia y en sociedad. 
				 
				
				Esta preparación ayudaría a los 
				padres a que alivien la sobrecarga impuesta sobre sus programas 
				de vida por parte del adoctrinamiento planetario y estructura 
				familiar para con la crianza y protección de sus hijos. 
				 
				  
				
				Acortarían años de esfuerzos, 
				cuidado, vigilancia y un trabajo psicofísico-emocional desmedido 
				al saber que como padres les brindaron a sus hijos la mejor 
				preparación para que se conduzcan por sí mismos acompañados por 
				sus consejos y asesoramiento durante el periodo de su niñez y 
				adolescencia. 
				 
				La mejor experiencia que puede tener un padre junto a su hijo, 
				es la de aprender y compartir mutuamente sus vivencias. 
  
				  
				
				 
				¿Cómo deben proceder los padres 
				para con la educación de sus hijos sin que intervengan en sus 
				programas de vida? 
				 
				Los padres durante los primeros 18 años de sus hijos, tienen a 
				su cargo el cuidado, la mantención, educación y la formación 
				moral-humana de éstos.  
				  
				
				Esta función no les otorga el 
				privarles o condicionarles su libertad y tampoco influenciarles 
				el desarrollo de sus personalidades, su rol es enseñarles el 
				conocimiento de las funciones básicas y cotidianas que debe 
				asimilar e incorporar un humano para habitar bajo su techo 
				familiar, adaptarse en la escuela y relacionarse con su medio 
				ambiente amistoso, para que tenga un cierto dominio de como es 
				el funcionamiento del hábitat planetario e ir actualizándole las 
				respectivas funciones que le competen para con sus edades.  
				 
				Los hijos mientras son pequeños creen y confían plenamente en la 
				contención y en el afecto que les demuestran sus padres, no se 
				imaginan que ellos pueden mentirles y tampoco saben cuánto 
				influencian sobre sus programas de vida mientras son menores de 
				edad.  
				  
				
				Si los padres, quieren asegurarse de 
				que con sus roles no modificaran los programas de vida que 
				portan sus hijos, lo primero que deben hacer, es educarse a 
				ellos mismos porque son los espejos por donde sus hijos se 
				miraran y harán de sus aprendizajes los propios adoptando, sus 
				gestos físicos y expresivos y sonidos verbales para 
				reproducirlas como tal, por ejemplo:  
				  
				
					- 
					
					Saber comunicarse debidamente 
					con ellos, este proceso empieza a los tres meses de haber 
					nacido.  
					  
					
					Es una costumbre humana 
					hablarles a los bebes con diminutivos y deformación en la 
					pronunciación de las palabras, acompañadas de expresiones 
					gestuales graciosas.  
					  
					
					El cerebro del niño graba todo 
					lo que registra como imagen visual y sonido verbal que 
					reproducen los padres al referirse a ellos, lo traduce y 
					vierte como canal de información al cognitivo del bebe éste 
					lo internaliza como códigos de comunicación lingüística 
					gestual natural.  
					  
					
					El niño crecerá sintiendo 
					sonidos y capturando imágenes gestuales como su aprendizaje, 
					los padres le están enseñando que ese es su modo de hablar y 
					de interrelacionarse con ellos, lo que no sabe que más 
					adelante serán sus padres quienes le corregirán el 
					procedimiento enseñado. 
					 
					Auditiva y corporalmente el niño, creció replicando en su 
					mente las palabras que le anunciaban sus padres y entorno 
					parental. Aproximadamente a los dos años de edad, se verá en 
					el aprieto de tener que modificar la pronunciación y la 
					modulación del lenguaje internalizado por uno nuevo ante la 
					insistencia que ejercen sus padres hacia él. 
					 
   
					- 
					
					Los padres son propensos a mal 
					acostumbrar a sus hijos, generarle dependencias, rutinas y 
					vicios como hábitos. Este tipo de comportamiento en los 
					adultos es muy habitual.  
					  
					
					Normalmente los padres tratan a 
					sus bebés como si fuesen sus juguetes y no seres humanos que 
					tienen su nivel consciencia y que están aprendiendo a través 
					de ellos.  
					 
   
					- 
					
					Las madres, por su estado de 
					maternidad suele reemplazar el enamoramiento de su esposo 
					hacía para con sus hijos, el mensaje que recibe el niño es 
					que su lugar esta primero que el de su padre, por lo tanto 
					su actitud tendera a desplazarlo cada vez que se acerque a 
					su madre, lo que equivale que desde pequeño sienta que ha de 
					compartir la cama matrimonial y espacios estando entre medio 
					de los dos.  
					  
					
					Ello genera en el niño, 
					confusión en el afecto que recibe de sus padres llevando a 
					que la madre este pendiente de él, siendo su mecanismo de 
					defensa el llanto si la madre se le aleja o el padre le 
					quita su atención, variaciones en su estado anímico, 
					enfermarse…… 
					 
   
					- 
					
					Transmitirle como mensaje que 
					todo lo que está a su alrededor le pertenece y es de su 
					dominio. 
					 
   
					- 
					
					Enseñarle u otorgarle permiso a 
					que rompa sus juguetes, pertenencias personales de los 
					padres u otras personas o motivarlo a que haga sus 
					travesuras como si cada uno de estos procedimientos fuesen 
					conductas normales de sus padres al tener el consentimiento 
					de ellos.   
				 
				  
				
				Estos ítems son los que 
				implícitamente accionan tempranamente en los prototipos de los 
				bebes y niños.  
				  
				
				Su entorno adulto le distorsiona su 
				realidad y le hace creer que puede hacer a su voluntad mientras 
				es niño, pero esto no es así, se le está inculcando hábitos y 
				conductas que llegado el momento serán sus primeras experiencias 
				de sufrimiento e incomprensión ante el reto o castigo que recibe 
				de sus padres.  
				  
				
				La misma situación atañe a los 
				abuelos para con los nietos.  
				 
				El educar a los hijos implica hablar de dos tiempos en su 
				crianza: 
				  
				
					
					El primero 
					
					La educación de los padres para 
					con sus hijos comienza cuando ellos están gestándose y se 
					afianza cuando nace.  
					  
					
					Los niños en sus programas de 
					vida no traen determinados hábitos y costumbres, más bien 
					son los adultos lo que les generan las tendencias, modismos 
					y las necesidades, es decir los niños prueban y experimentan 
					lo que los padres les ofrecen.  
					 
					Enseñarles a ser independientes y solventes por ellos 
					mismos, ello empieza aproximadamente a los cuatro meses 
					cuando tienen más dominio sobre su cuerpo y estado 
					cognitivo, etapa que a modo de juego se le permita 
					internalizar hábitos diarios, como sostenerse físicamente 
					por sí mismo, tener su tiempo de recreación donde movilice 
					su cuerpo, piense y trabaje por su propia iniciativa. 
					 
					  
					
					Este simple acto para con él 
					será más que suficiente para que desarrolle firmeza en su 
					plano consciente y corporal. 
					 
					Enseñarle a comer sano y lo necesario para su bienestar. Que 
					disfrute de ese momento en su vida, como es también el 
					bañarse, descansar,, etc. 
					 
					Crear un ambiente natural como hábitat familiar, en el que 
					experimente seguridad psicológica y estabilidad en sus 
					emociones. 
					 
					Que los padres no discutan sus asuntos económicos o 
					vinculares delante de él.  
					 
					Con buenos modales y gestos neutros señalarles las zonas de 
					peligro, cuando se acerque físicamente. No gritarle o 
					asustarlo. Ello entorpece su codificación planetaria.  
					 
					No se le debe reprimir el llanto cuando está bajo efecto de 
					susto. Dentro de lo posible sin excederse hablarle 
					correctamente como si estuviesen en presencia de un adulto. 
					 
					En contexto general, los padres deben procurar que la 
					educación con sus hijos no esté hecha en base a hábitos 
					insanos para su desarrollo físico y cognitivo no sea motivo 
					de caprichos, rebeldías e intolerancias en sus caracteres. 
  
					  
					
					 
					El segundo 
					
					No contribuir en los primeros 
					años de sus crianzas (periodo entre los dos años a los 18 
					años) a que sean egocéntricos, resentidos. 
					  
					
					El daño más grande que pueden 
					llegar a producir los padres a sus hijos es el de 
					compararlos con aquel que consideran ser mejor que él. Moral 
					y afectivamente, se los anula y generan complejos, se les 
					debilita su potencial cognitivo, es decirle directamente que 
					existen otros niños mejores que él.  
					 
					Acompañarlos en sus etapas de aprendizaje, dialogando 
					abiertamente con ellos, ser parte de sus conversaciones de 
					interés.  
					  
					
					En este sentido los padres sin 
					tergiversar la realidad deben traducirles a sus hijos como 
					suele ser el comportamiento habitual de los adultos según 
					sus personalidades y modo de encarar sus vidas sin emitir 
					juicios críticos sobre éstos, tan solo limitarse responderle 
					a sus preguntas y estar atentos a las que son frecuentes 
					porque ello está indicado que los hijos aún no logran 
					asociar la conducta que tienen las personas en bases sus 
					temperamentos y que en forma similar también se da con los 
					de su misma edad.  
					  
					
					Hablando claramente con los 
					hijos, ellos entenderán. 
					 
					Aconsejarlos, a que cuiden y valoren sus vidas sabiendo 
					prudenciar los peligros en que pueden llegar a exponerse, 
					ante lo que quieren vivenciar como sus experiencias. 
					 
					  
					
					Esta labor para los padres de 
					por si les provoca mucho estrés, implica tener que dejar que 
					sus hijos hagan lo que les gusta donde los resultados pueden 
					ser desfavorables o en su contra, ante esta realidad 
					inevitablemente como padres no pueden quedarse callados y 
					manifestarles sus opiniones, ante lo que dimensionan como 
					peligroso para con sus vidas. 
					  
					
					Por lo que se les aconseja desde 
					el Futuro Inmediato, que cuando se vean en situaciones 
					apremiantes en las que sus hijos le soliciten sus permisos 
					para realizar una actividad o directamente se la comuniquen 
					sin habérselas consultado, sincerarse con ellos sin 
					manipulaciones de por medio y de corazón expresarles a 
					modo de reflexión vuestros criterios y posturas, sin que 
					intervengan en sus programas de vida.  
					  
					
					A modo de ejemplo:  
					
						
						"Como tus padres, somos los 
						responsables de tu seguridad física e integridad humana 
						hasta que cumplas con la mayoría de edad. 
						  
						
						Es nuestra labor procurar 
						que crezcas feliz y trasmitirte como consejo lo que 
						hemos sumado como nuestras experiencias para que las 
						tengas en cuenta y utilices a tu conveniencia los datos 
						para que te sirvan como antecedentes y referentes, para 
						que te guíes a ti mismo en esta instancia de tu vida. 
						  
						
						Solo queremos contribuir a 
						tu proceso de madurez y de crecimiento hasta que 
						aprendas a distinguir lo que es bueno y seguro para tu 
						bienestar personal sin que arriesgues tu vida, porque 
						como tus padres no podemos evitar de ver que no tienes 
						experiencias propias y que es tu derecho el que las 
						tengas, sin ponernos en tu contra. 
						  
						
						Recibirás nuestros consejos, 
						sugerencias y la orientación que consideremos 
						conveniente para que las evalúes con libertad y 
						agradeceríamos que nos comuniques tu decisión y que 
						sepas que aquí estamos para cuando quieras compartirnos 
						tus dudas o requieras de nuestros consejos. 
						 
						Queremos que sepas, que para nuestro rol de padres el 
						hablarte de esta forma, es un nuevo proceso que estamos 
						aprendiendo en nuestras vidas, donde nuestros 
						sentimientos para contigo se tornan más fuertes al 
						sentirte crecer y volverte independiente, implica 
						reconocer que estas dejando de ser un niño para 
						convertirte en tu propio estado de ser.  
						 
						Confiamos en ti, eres todo para nuestras vidas. Solo 
						queremos que sepas cuidarte y valorar todo lo que hagas 
						en tu vida, para que a través de ella hagas y seas lo 
						que nace de tu corazón.  
						  
						
						De esta toma de consciencia 
						de tu parte, consistirá tu felicidad y crecimiento 
						humano, es lo que entendemos como padres de amor para 
						con sus hijos".  
					 
				 
				
				Este sistema de comunicación para 
				con los hijos, debe ser empleado como puente 
				cognitivo-vibratorio para consolidar sus relaciones y dentro de 
				lo posible aplicarlo en las conversaciones cotidianas, donde los 
				padres se expresen reflexiblemente, sin connotaciones 
				emocionales o quiebre en la voz al hablarles, los niños o los 
				jóvenes tomaran con seriedad las palabras y los consejos de sus 
				padres al sentir que en ellas se proyectan la vibración de sus 
				verdaderos sentimientos, limpios de manipulaciones y extorsiones 
				en sus contenidos. 
				 
				Esta reflexión, por parte de los padres no debe ser comunicada 
				hacia sus hijos como si se tratase de un convenio o compromiso a 
				fijar.  
				  
				
				Es una mediación que se establece en 
				común acuerdo de ambas partes, donde el niño o el adolescente 
				sientan y confirmen que el tono vibratorio en las palabras y 
				gestos de sus padres son convincentes y firmes en su intención y 
				coinciden con sus actos, ello les dará tranquilidad al sentir 
				que sus padres lo consideran una persona que tiene sentimientos 
				y vida propia.  
				 
				En general, los padres no deben tratar a sus hijos como si 
				fuesen minusválidos o faltos de inteligencia, al considerarlos 
				que están desprotegidos en este mundo, acciones que le terminan 
				más adelante ocasionándoles conflictos, en el ambiente educativo 
				como ser: el llamado de atención de los educadores al 
				responsabilizarlos que sobreprotegen a sus hijos, como también 
				el que tengan problemas de inadaptabilidad con sus otros pares 
				por no querer compartir o reconocer cuál es el lugar que ocupa 
				dentro de este ambiente.  
				  
				
				Sin querer están llevando a que los 
				niños sean víctimas del sistema planetario.  
  
				  
				
				 
				¿Qué tipo de conversación o 
				expresiones son las que rechazan los hijos de sus padres? 
				
					
					Aquellas que les suenen ser, 
					discursivas y peyorativas a la conveniencia de sus padres. 
					Manipulación implícita. 
					 
					Las que utilizan el uso de muletillas, refranes o 
					experiencias a modo de ejemplos. Emocionalidad en la voz y 
					expresión gestual. 
					 
					Que les mientan en sus conversaciones o deformen en estas el 
					sentido original de los hechos y que le den su enfoque.  
					 
					Dar vuelta los discursos, cuando se quedan sin fundamentos o 
					son descubiertos en sus procederes.  
					 
					Notar las intenciones y los propósitos que transmiten en sus 
					conversaciones para convencerlos, atemorizarlos o llevarlos 
					a que desistan de sus planes.  
					 
					Dramatizar o exagerar las conversaciones y en las 
					expresiones en su comunicado. Rigidez e inflexibilidad en el 
					dialogo, imponiendo sus criterios. 
					 
					Que los acusen o culpabilicen, en vez de dialogar e 
					interesarse por saber cómo fueron los hechos que lo 
					comprometen justa o injustamente.  
  
				 
				  
				
				¿Cómo deben aconsejar los padres a sus 
				hijos para no intervenir y modificar en sus programas de vida? 
				 
				Ser claros en sus procedimientos y en la intención de sus 
				palabras. 
				 
				Los padres, si quieren llegar a sus hijos necesariamente tienen 
				que actualizar la educación que recibieron cuando eran niños a 
				través del adoctrinamiento planetario, porque éste ahora les 
				enseña a sus hijos a que aprendan lo que es inmoral como lo 
				moral y lo correcto para sus vidas, por más que quieran 
				intentarlo ellos van a rotular sus lineamientos de anticuados, 
				tampoco deben copiarles sus estilos para demostrarles que están 
				en sintonía con ellos. 
				 
				Tienen que ser neutros con sus hijos, actuando con naturalidad 
				delante de ellos, significa explicarles acorde a la edad y la 
				sensibilidad de ellos, que las adicciones y el sentirse 
				motivados a experimentar sensaciones que le generen placer, 
				éxtasis y diversiones promiscuas perjudican su condición humana, 
				su salud física y psicológica, que está en su consciencia saber 
				elegir lo benévolo para su vida y diferenciar la verdadera 
				amistad de aquella que no lo es.  
				 
				El trabajo educativo de los padres, consiste en una práctica 
				didáctica constante y saludable, si quieren vencer al 
				adoctrinamiento planetario en su batalla implacable para con sus 
				hijos.  
				 
				Consejo: Los padres, solo deben advertir con discreción lo que 
				ellos intuyen como peligro o problemas para con sus vidas, con 
				la única intención de que estén atentos y prevenidos. 
				 
				Los hijos, escucharán sus palabras y activaran en ellos sus 
				mecanismos de defensas y protección. No estarán solos, 
				dimensionalmente serán asistidos en el caso que exista 
				interferencia hiperdimensional dirigida en su contra. 
				 
				Los padres no deben decretar promesas a cambio de la salvedad de 
				sus hijos. 
				 
				Si quieren ayudarlos ante hechos como estos, procuren mantener 
				su nivel vibracional alto para que sincronicen a sus hijos con 
				los planos sutiles Luz. También pueden meditar, para con la 
				misma intención.  
				  
				
				De esta manera no intervienen en el 
				programa de vida de ellos, se hace una cautelosa participación 
				para ayudarlos a aliviar el curso de sus vidas dentro de este 
				mundo o fuera de él. 
  
				  
				
				 
				¿Cómo deben relacionarse los padres 
				cotidianamente con sus hijos? 
				 
				El trato con ellos debe ser cordial y afectivo, particularmente 
				con los adolescentes. 
				 
				No deben establecer diferencias entre sus hijos, esta acción 
				perjudica el programa de vida entre hermanos. Cuando un padre 
				establece diferencias para con uno de sus hijos, lleva a que su 
				preferencia siembre distancias, desunión y enemistad entre los 
				hermanos.  
				  
				
				Aun así, fuese hijo único su rol 
				como padre es enseñarle que a aprenda compartir desde pequeño y 
				a relacionarse bondadosamente con los de su edad para que crezca 
				sintiéndose parte de la totalidad que lo rodea y no el centro de 
				su propio mundo. 
				
					
					No compararlos entre hermanos. 
					Brindarles a todos por igual. 
					 
					Propiciar conversaciones constructivas y flexibles en el 
					dialogo. 
					 
					Compartir sus juegos, gustos personales. Saber prudenciar 
					sus silencios y momentos de enojo, para llegar a ellos desde 
					el verdadero amor.  
					 
					Crear un nexo afectivo-vibratorio libre de tensiones, 
					presiones y exigencias. 
					 
					Integrarlos en las actividades diarias del hogar, para 
					sientan la importancia de vivir en muy buenas condiciones 
					vibratorias en familia. 
				 
				
				La educación que le brindan los 
				padres a sus hijos, es tan valiosa como el aprendizaje que ellos 
				receptan de lo que observan de sus padres.  
				  
				
				Pensar y reflexionar sobre las 
				acciones cotidianas que se vive en familia también, contribuye a 
				que cuiden individualmente de sus programas de vida y en armonía 
				padres e hijos mantener en pie las esperanzas de que en esta 
				vida planetaria si se unen y entienden evolucionaran juntos, por 
				más que estén dentro del Holograma Tierra.  
				 
				Todo es posible de realizar y de concretar, cuando se ha 
				entendido que el verdadero Amor existe y es el templo vibratorio 
				para proteger las relaciones humanas y vínculos parentales. 
			 
			
			  
			
			 
			 
			Lista de 
			Preguntas 
			
			...para que los padres trabajen sobre la 
			desactivación de sus apegos y sentimientos de culpa 
			
				
				¿Qué formación me inculcaron mis 
				padres y abuelos sobre la crianza de los hijos? ¿Fueron 
				flexibles en su educación y trato? 
				 
				¿Qué sistemas utilizaron mis padres para que les obedeciéramos y 
				respetásemos?  
				 
				¿Qué recuerdos de mi infancia y adolescencia son los que más 
				prevalecen como imagen materna y paterna? ¿Siento algún tipo de 
				repercusión emocional o física al rememorarlo? 
				 
				¿Influyen en la actualidad estos recuerdos para con en la 
				educación y crianza que les brindo a mis hijos? 
				 
				¿Será que ahora al estar en la misma posición de mis padres, 
				valoro y respeto el tiempo y dedicación que ellos tuvieron 
				conmigo y mis hermanos? Por más que no hubiesen sido 
				demostrativos dada la influencia del adoctrinamiento planetario.
				 
				 
				¿Qué sentimientos me generan como estados de consciencia la 
				maternidad o paternidad para con mis hijos? ¿Qué emociones y 
				sentimientos se gestaron en mí al sentirme responsable de la 
				vida y del porvenir de ellos? 
				 
				¿Soy flexible y tolerante con sus personalidades? ¿Qué aspectos 
				de sus caracteres son los que me generan apegos y deseos de no 
				querer desprenderme de ellos? 
				 
				¿Qué reacciones físicas y emotivas me produce el hecho de saber 
				que mis hijos van creciendo y tornándose independientes en 
				cuanto mi cuidado y acompañamiento para con ellos? ¿Me siento 
				desplazada como madre o padre? 
				 
				¿Tengo con mis hijos las mismas reacciones y contestaciones que 
				tenían mis padres para conmigo para llamarme la atención o 
				explicarme lo que debía aprender moral y religiosamente como 
				bien o mal? 
				 
				¿Siento culpas en mi desempeño y función de madre o padre cuando 
				no puedo brindarles a mis hijos mejoras en su calidad de vida y 
				atención personal? ¿Por qué convierto un hecho concreto en un 
				estado de culpa? ¿Cómo nacieron mis culpas y tensiones desde que 
				soy madre o padre? 
				 
				¿Cómo me siento cuando mis hijos me reclaman que les de libertad 
				para moverse independientemente? ¿Cómo me siento el tener que 
				limitarlos o prohibirles lo que me piden a cambio de mi 
				tranquilidad? 
				 
				¿Cuáles son los mecanismos de defensa que utilizo para que ellos 
				me obedezcan o producir el efecto emocional que los haga 
				desistir de sus ideas e insistencias ante aquello que no quiero 
				que hagan? 
				 
				¿Soy consciente que influencio a mis hijos con mi temperamento y 
				realidad ilusoria? si me doy cuenta de lo que hago con mis 
				actitudes y pensamientos ¿porque sigo haciendo lo mismo? ¿Qué 
				tipo de ejemplo moral y humano es el que les estoy reflejando 
				como comportamiento humano y afectivo para con ellos? 
				 
				¿Cómo defino el amor que siento hacia mis hijos? ¿Es amor sano o 
				posesivo? ¿Qué pensamientos me otorgan el derecho de hacer o 
				deshacer lo que a ellos les conviene sin tener en cuenta sus 
				opiniones? ¿Me gustaría que ellos hicieran lo mismo conmigo en 
				algún momento de mi vida? 
				 
				¿Por qué confundo responsabilidad de madre o padre con el 
				concepto misión?  
				 
				¿Qué actitudes y acciones corregiría de mi parte para no seguir 
				dañando la integridad moral, psicológica y humana en mis hijos? 
				 
				¿Cómo me dirigiría hacia ellos, para hacerles saber mi posición 
				o postura sobre las actividades que realizan o vínculos 
				amistosos que frecuentan sin que tenga que intervenir en sus 
				programas de vida? 
				 
				¿Cómo generaría de mi parte un clima armonioso, comunicativo y 
				participativo entre padres e hijos para fortalecer nuestro 
				vinculo y lazo familiar? 
				 
				¿Cómo ayudaría o asistiría a mis hijos en esta época planetaria 
				sin modificar o alterar sus programas de vida? 
				 
				¿Cuán consciente soy que mis miedos, fobias y preocupaciones 
				alteran la estabilidad emocional y equilibrio psicológico de mis 
				hijos? 
				 
				¿Cómo defino la estructura de carácter de mis hijos? ¿Con cuál 
				de ellos siento más conexión y afinidad? ¿Establezco 
				diferencias? ¿Qué me lleva a tener que hacerlo, aun sabiendo que 
				me expongo ante mis otros hijos? Sé que les provoco daño ¿Porque 
				no lo evito? 
				 
				¿En que se basa mi amor de padre o madre para con cada uno de 
				mis hijos? ¿Los premio según su obediencia y los castigo en su 
				rebeldía? ¿Por qué no les enseño a comportarse debidamente para 
				evitar roces y contratiempos con otras personas? 
				 
				¿Cómo hablaría con mis hijos para que ellos me entiendan y 
				comprendan que no soporto la idea de que les suceda algo? 
				 
				¿Cómo haría de mi parte para de ahora en más ser flexible, 
				tolerante y diplomático al referirme a mis hijos y expresarles 
				mi enfoque, descontento o preocupación ante lo que ellos hacen y 
				seguir preservando nuestro clima de armonía sin que ello afecte 
				nuestra relación y sentimientos? 
				 
				¿Qué mensaje y reflexión me daría a mí mismo, como cierre de 
				este trabajo Auto-analítico?  
			 
			
			  
			
			
			  
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