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LaCosechaDeAlmas
Todos tenemos una familia, nacemos en un núcleo que previamente elegimos, pero no somos conscientes del "premio" hasta que es demasiado tarde.
Unos tienen la suerte de encontrar en ella su apoyo y su guía y otros tienen en ellos a su peor enemigo. Si tienes la fortuna de tener una familia idílica es probable que no te sientas identificado, o no logres a discernir lo que es una familia tóxica.
Quien mas, quien menos ha chocado frontalmente con algún miembro de su núcleo familiar, también es mas común de lo que parece, tener varios frentes abiertos con cada uno de los miembros que forman tu familia.
Esos seres con los que te une un nudo
férreo, a los que estas unido por el lazo irrompible de la sangre,
pueden hacer de tu casa un autentico Pandemónium, un infierno
comprimido y asfixiante en el que ninguna penitencia parece aliviar
su fuego.
Un polluelo que no necesita lecciones para emprender el vuelo, es un desagradecido y merece su rechazo más absoluto.
Por regla general, los progenitores no
reciben con agrado que un hijo pueda aleccionar y dar ejemplo, ellos
o no supieron o no tuvieron el valor de enfocar sus vidas de la
manera que idearon y desprecian irracionalmente a su vástago por
lograr lo que ellos no se atrevieron emprender.
Una familia opresora y castrante es el impulso que necesitas para salir y encontrarte a ti mismo. Encontraras indiferencia y rechazo, ese será el ultimo empujón que necesitabas.
Tomar un rumbo distinto al que te ofrece hasta ese momento la vida, en esa especie de bucle sin salida, sin progresos, sin metas, para desarrollarte como persona, encontrar tus verdaderos dones, desarrollarlos y perfeccionarlos.
Convertirte por ti mismo, en un ser
completamente nuevo con un bagaje amplio y unas experiencias que te
hagan crecer y evolucionar.
Salir y enfrentarte al mundo solo, es la vía no solo de escape, si no que te permita saber quien eres y de lo que eres capaz, esto solo se aprende con la experiencia y en solitario.
Si no yerras una y otra vez, nunca
aprenderás y este paso por la vida será como un cero a la izquierda,
en tu casillero de experiencias.
Con el paso del tiempo y una vez madurada y reposada tu vida en el conocimiento y la experiencia de vivir en consecuencia con tus propias decisiones, puede que el regreso a casa sea distinto, la vida te ha dado las herramientas para lidiar con esas personas cerradas, y puedas emprender de nuevo esa relación, construyéndola con otros lazos distintos.
En el peor de los casos, te darás cuenta
de que poco o nada ha cambiado y bendecirás el momento que decidiste
partir y encontrar tu lugar en el mundo.
Tu intuición, tu criterio y tu sentido común deben ser la brújula que te marque la dirección correcta.
No hay que tener miedo al error, ya que
gracias a él te convertirás en mejor persona, forjaras carácter y
enriquecerás tu personalidad. Permanecer encarcelado en una relación
tóxica solo por el lazo que te une a ellos, impedirá que despliegues
las alas de tu autoconocimiento y vueles hacia horizontes donde la
sabiduría y la experiencia te esperan con los brazos abiertos.
Debemos permanecer al lado de todo aquel que nos enriquece y nos hace mejores y debemos apartarnos de aquellos que nos hacen reincidir en nuestro peor defecto, nos obliga a tropezarnos una y otra veza con nuestro ego y limita nuestra expansión mental y social.
Nunca debemos arrepentirnos de lo que
hicimos. Por muy mal que nos resulte esta empresa, por muy
traumática que sea la experiencia, siempre será mejor haber errado
que el no haberlo intentado al menos.
Ellos inconscientemente te ayudaron a dar con la senda que te permitió hallarte entre un mar de caos y dudas, dar con el sentido a esta vida y desarrollar tus propios dones, para convertirte en ese instrumento perfectamente afinado que hay en ti, es una gran recompensa.
Agradece a esos que te oprimieron ya que
sin esa negatividad no hubieras encontrado tu positividad, gracias a
esa oscuridad hallaste el modo de encender tu luz e iluminar tu
camino...
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