por Ruben Torres del Sitio Web LaCosechaDeAlmas
Pero eso no pasa siempre...
De hecho, son las familias, los seres mas queridos y mas cercanos, los que provocan los mayores fracasos, son el foco de los mayores conflictos y son la maquinaria perfecta para la creación de traumas.
La familia que no "eliges", la que esta ahí cuando naces y que con suerte se multiplica llenando tu existencia de acompañantes que como tú, inician sus días a tu lado con el único propósito de competir y zancadillearte una y otra vez.
Son los hermanos los que iniciaran una
lucha sin tregua por la atención y el amor paternal, tratando de
unificar el foco de atención sobre si mismo, restando en tamaño tu
parcela de cariño y provocando el rechazo.
Por regla general si destacas en el núcleo paterno filial, estarás provocando que tus hermanos se conviertan en enemigos, estos aprovecharan cualquier tropiezo para utilizarlo a su favor y desviar la atención paternal, y comenzar una campaña de desprestigio sistemático, que de cómo resultado tu exclusión y posterior rechazo.
Una vez se dan las pautas necesarias para que la exclusión sea efectiva, tu familia tratara por todos los medios que cualquier gesto de proximidad, sea malinterpretado, rechazado y desviado del foco de atención progenitora.
Toda esta campaña de rechazo ira
inevitablemente acompañada de una sistemática y cansina cantinela de
despropósitos dirigidos sibilinamente hacia tu persona, con el fin
de tratar de fabricar un enemigo global de la familia, un integrante
que de permitir su reentrada, provocaría el desmembramiento de el
resto de sus integrantes y por ende, la desintegración, provocando
el miedo y la inseguridad paternal, instalando en la mente de los
progenitores la ilusión de que es mejor estar tuerto que ciego y
justificar así la ausencia de uno de los miembros.
Destacar sobre el resto o simplemente, no llegar a desarrollar una personalidad gregaria, y ser por contra independiente y seguro, desencadena la peor de las tormentas políticas en el seno de cualquier familia.
La mayoría de las veces los progenitores actúan de llama, que hace que esa mecha prenda, marcando diferencias y mostrando constantes comparaciones entre los distintos hijos, provocaran que estos activen sus mecanismos de defensas mas primarios y luchen de la forma mas sangrienta y agresiva por la atención del progenitor.
Esa aprobación que calma a la fiera, la mano en el lomo que tratan de conseguir a toda costa, mostrando una constante, infinita e insaciable necesidad de atención paternal.
Esto es muy antiguo, desde Caín y
Abel, los conflictos familiares se han ido refinando hasta
lograr dramas difíciles de superar, vidas marcadas y traumadas, por
un rechazo familiar, por un tratar de ser uno mismo, por tratar de
formarte y forjarte en un ser completo e independiente, chocas con
las aspiraciones parasitarias del resto de los miembros y termina
por provocar la salida forzada del núcleo.
Ya demostraste ser independiente y capaz
de volar por ti mismo, ya dejaste patente que tu necesidad de dosis
paternal era baja, pues es ahora cuando tienes que demostrarlo. Por
suerte no te hacen falta y demuestras desenvolverte perfectamente en
el mundo sin la necesidad del visto bueno de ninguna figura
paternal, que te de la palmadita en la espalda y te diga lo bueno
que eres.
Te enfrentas al mundo y este te hace reverencias, es fácil que la vida te sonría, pero que jamás logres contestarte muchos de los porqués que rondan tu cabeza, es fácil que esas preguntas nunca sean contestadas, porque básicamente el ego de las personas impide que reconozcan sus errores, desde luego esto es lo normal.
Rectificar y pedir perdón es un
esfuerzo titánico en aquellos que sus carencias le impiden ver sus
dones y reconocerse autores de una conspiración domestica.
Este tipo de rechazos solo los cura el
tiempo, pueden que pasen décadas, pero tarde o temprano se
terminaran desencadenando unos acontecimientos que pongan todas las
cosas en su sitio.
También se suele dar el caso de que es
el hijo el que se convierte en maestro de sus propios padres, este
con su personalidad y su forma de desenvolverse en el entorno,
provoca que los progenitores se queden sin argumentos y queden
anulados por su propia progenie lo que es un ataque a su autoestima
y ala figura de poder que representan y provoca el consiguiente
rechazo como consecuencia directa.
Es difícil asumir el rechazo, desde pequeños se instala en nuestro subconsciente que tus padres son tus guías, tus maestros, tu coraza y quedarte desnudo y desprotegido, es un licor verdaderamente amargo, muy difícil de tragar, pero evidentemente no imposible.
Todos en mayor o menor medida han sufrido algún tipo de rechazo familiar.
La familia no es perfecta no es para
nada una garantía de éxito y esta en nosotros el deber de enfocar
debidamente cada situación y saber reconocer el conflicto y tratar
de solucionar en la medida de lo conscientes que seamos del mismo.
Parar y recapacitar en el mejor aliado que tendremos, no dejarnos llevar por la corriente, evitar participar en el drama en la medida de lo posible y tratar de rectificar aquello que podamos ser participes y coautores.
Quizás no eres el rechazado, pero inconscientemente estas participando en un proceso inquisitorio, repasa y revisa tus acciones y trata de curar esas situaciones en las que fuiste el actor principal.
Tampoco es recomendable tomar el papel de victimas.
Este rol es la peor solución a cualquier
problema que surja en una familia, ser responsables, maduros y
conscientes, asumir aquello que provocó tu desacertada acción y
rectificarla es el mayor síntoma de consciencia y madurez que
conseguirás desarrollar en tu vida...
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