8 Enero 2015
del Sitio Web
GazzettaDelApocalipsis
¿Hay algún
mecanismo en el mundo
que sea más ridículo,
absurdo y rebajante
para la dignidad humana
que
"ir a la moda"?
¿Alguien se ha planteado alguna vez
qué significa realmente
"ir a la moda en el
vestir",
por poner un ejemplo?
Ir a la moda significa literalmente que alguien desconocido y por
motivos inexplicados e injustificados, decide unilateralmente qué y
cómo debes vestir y calzar y qué colores, texturas y elementos
estéticos deben gustarte, sin tan solo tener en cuenta tu criterio,
tus gustos o tu opinión al respecto.
Es un mecanismo tan increíblemente infundado y arbitrario que
incluso resulta difícil de procesar mentalmente, por su carencia de
lógica interna.
Es como si año tras año, cada persona recibiera una carta anónima de
origen desconocido en su casa en la que tan solo pusiera "mañana
usted se pintará el pelo verde y vestirá ropa naranja" y al día
siguiente todo el mundo saliera orgulloso a la calle vistiendo de la
misma manera y con el pelo convertido en un matorral, pavoneándose
ante los demás por haber seguido las instrucciones de la nota.
Si esto sucediera y lo viéramos con nuestros propios ojos,
pensaríamos que todo el mundo ha sido hipnotizado.
Sin embargo, esto es lo que sucede continuamente a nuestro alrededor
representado de múltiples maneras y a todos nos parece la cosa más
normal del mundo.
Temporada tras temporada recibimos nuestro "mensaje anónimo" que nos
dice cómo debemos peinarnos, cómo debemos vestirnos, qué música
debemos bailar y qué acto de supina estupidez tipo Harlem Shake
o selfie-idiota-grupal-de-turno, debemos reproducir junto con
nuestros amigos para poder subirlo a YouTube o Instagram, con el
objetivo de compartirlo con esos millones de pseudo-individuos que
han decidido obedecer la nota exactamente como hemos hecho nosotros.
Un grupo de borregos bailando
el Harlem Shake "porque está de
moda"
Lo vemos como algo lógico cuando en realidad es un elemento propio
de una película de terror.
Parecen ser los primeros estertores de lo que acabará
convirtiéndose en una gigantesca mente de colmena planetaria,
en la que ya no habrá individuos diferenciados, sino clones
numerados y programados.
Nadie quiere percatarse de ello, pero ya hemos dado pasos tan
decididos en esa dirección, que actualmente ni tan solo nos hace
falta saber quién nos dicta las instrucciones para que las
obedezcamos ciegamente sin tan solo preguntarnos el por qué.
VESTIR A LA MODA
Por más vueltas que le demos, "vestir a la moda" no nos reporta
ningún beneficio tangible y si lo analizamos con un mínimo de
espíritu crítico, veremos que no significa nada y no tiene la más
mínima utilidad.
La moda de temporada no está basada en el valor intrínseco de la
ropa como instrumento útil, ni en su comodidad, ni en su
funcionalidad, ni tampoco tiene nada que ver con la belleza
estética, aunque muchas personas se empeñen en creer que sí.
Es un concepto basado, exclusivamente, en la programación mental más
arbitraria y su única función es la de disolver cualquier de
individualidad en el ácido de la estupidez socializada.
Resumiendo, podríamos decir que:
-
La moda de temporada no tiene justificación
(cada temporada se decide una nueva tendencia estética por
motivos arbitrarios y desconocidos)
-
La moda de temporada no tiene una función
concreta (seguir los cánones estéticos de temporada no te
salva de los rayos ultravioletas, ni te protege ante un
accidente de coche, ni te hace mejor persona, ni más fuerte,
ni más guapo, ni más inteligente)
-
Seguir la moda no ofrece ninguna recompensa a
quien la viste (quien viste a la moda debe gastar dinero a
cambio únicamente de una etiqueta imaginaria que dice "esta
persona sigue la moda")
Las únicas personas que pueden justificar la necesidad de la moda de
temporada son los propios fabricantes de ropa y los
creadores de tendencias, pues hacen negocio con ello.
Pero para nosotros, las personas de la calle, seguir las modas que
nos imponen no tiene ninguna justificación práctica ni racional y
solo nos representa un gasto, pues sus impulsores no se dedican a
compartir sus ganancias económicas con nosotros en pago por
nuestra desinteresada y generosa colaboración en su "proyecto de
negocio".
Es obvio pues, que seguir la moda es un ejemplo de programación
mental pura y dura; y si no, fijémonos en las expresiones que se
utilizan habitualmente en el campo de la moda de alta costura.
Típico ejemplo de expresión
sin sujeto propia de las
publicaciones de modas y tendencias
Cuando escuchamos por la televisión que "esta temporada se llevarán
los tonos pastel y las telas vaporosas", podemos observar que se
trata de una expresión impersonal que carece de sujeto.
Por lo tanto, cuando escuchamos a alguien que afirma que viste una
determinada ropa "porque es lo que se lleva", podemos deducir que
esa persona no ejerce ningún tipo de gobierno sobre su propia
existencia y es poco mas que un mero reproductor irreflexivo de las
instrucciones que la sociedad instala en su mente, como lo sería
cualquier autómata programado.
Ni tan solo llega a escuchar su propia voz: hace simplemente aquello
que le ordenan, sin pensar por sí mismo.
Su lógica de funcionamiento es:
Tengo que vestir esto / ¿Por qué razón? / Porque
esto es lo que se tiene que vestir
Un mecanismo propio de una mente en estado de
hipnosis, que ni tan solo llega a preguntarse quién o quiénes
están detrás de aquella corriente estética que decide seguir ni qué
razones han tenido para crearla.
No deja de ser paradójico pues, que precisamente esas personas
sin criterio ni personalidad propia, capaces de pronunciar
impávidamente frases sin sujeto para justificar su obediencia
hipnótica, sean las que se burlen de todo aquel que no siga a
rajatabla la programación mental a la que ellos están sometidos.
Y lo peor del caso es que lo hacen bajo el pretexto de la "belleza",
hasta el punto de llegar a sentir auténtica repulsión por elementos
estéticos "pasados de moda", o simplemente no coincidentes con la
corriente del momento.
Esto a pesar de que, precisamente, esos mismos
elementos estéticos que tanto denotan ahora, son los mismos que
ellos consideraban "bellos" o "atractivos" en su día y pueden volver
a serlo si los diseñadores, de forma unilateral y sin contar con su
opinión, lo deciden así y deciden ponerlo de nuevo "de moda".
"Los 80 vuelven al invierno de
2013″
Tan profundo es pues, el nivel de programación mental al que
están sometidos estos pseudo-individuos que siguen la moda.
Tan profundo que incluso llega a alterar sus
sentimientos y su percepción sobre lo que se supone que es bello y
lo que no lo es, como si alguien realizara un borrado de su disco
duro e instalara un nuevo programa.
Eso nos hace llegar a la triste conclusión de que los esclavos de
cualquier la moda, y en el caso extremo, los "fashion victims",
aparte de ser patéticos seres sin criterio ni personalidad, ni tan
solo albergan en sus vacuos cerebros ni una mínima sensibilidad
propia sobre lo que es la belleza.
Estamos pues, y con poco espacio para la duda, ante el escalafón más
bajo y despreciable de la especie humana.
Sí, quizás suene como una expresión muy fuerte, pero ¿es que hay
algo más despreciable que un ser humano que renuncia a su propio
criterio y personalidad con el fin de obedecer ciegamente mecanismos
de los cuales desconoce su procedencia, su justificación y su
sentido práctico y de los cuales ni tan solo obtiene ningún
beneficio tangible?
¿Se puede caer más bajo y ser más soberanamente estúpido?
El Universo se ha desarrollado durante miles de millones de años.
Tras una serie de procesos inconcebibles, se han
creado el tiempo y el espacio, la energía y la materia.
Se han formado las estrellas y los planetas y sobre
ellos, como si fuera un milagro, se han producido reacciones
químicas que han conducido a la creación de biomoléculas cada vez
más complejas, que a su vez se han combinado hasta convertirse en
entes biológicos cada vez más asombrosos:
virus, bacterias y organismos pluricelulares, que
se han desarrollado durante millones de años hasta formar
inmensas estructuras biológicas fascinantes, vivas y pensantes
que han tratado de proliferar adaptándose a todo tipo de
condiciones adversas, provocadas por las fuerzas desatadas de la
naturaleza.
Y tras tal número inimaginable de prodigios
maravillosos acaecidos durante eones, en la culminación de este
soberbio proceso que tanta gente considera divino, la
naturaleza nos ha brindado el más prodigioso de los seres vivos,
aquél que con mirada vacía se mira al espejo y dice:
"!Uy, esta temporada se llevarán los cuadros
tartán! ¡Tengo que salir a comprarme un abrigo a cuadros y
zapatos y complementos a juego!"
¿Para eso hacía falta tanto esfuerzo y energía?
¡Menudo insulto para el Universo...!
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