por D.R. Herrera/M. Llamas
23 Noviembre 2009
del Sitio Web
LibertadDigital
Un hacker desvela documentos y correos electrónicos de la elite
científica vinculada al
Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático de
la ONU (IPCC).
Los calentólogos admiten que manipulan
datos, destruyen pruebas, ejercen fuertes presiones para acallar a
los científicos escépticos... |
Algunos ya lo califican como el mayor escándalo científico del siglo.
Este fin de semana la red se ha convertido en un auténtico hervidero
tras la publicación de toda una serie de documentos comprometedores
pertenecientes a la cúpula científica del calentamiento global
antropogénico (causado por el hombre).
Acuerdos para manipular datos, destrucción de pruebas,
conspiraciones para evitar que los escépticos publiquen en revistas
científicas, dudas privadas sobre sus propias aportaciones a la
teoría del calentamiento global que no se reconocen en público,
ocultamiento del "Periodo Cálido Medieval", alegría por la muerte de
un escéptico...
Todo ello forma parte de una serie de documentos y correos
electrónicos privados que han sido desvelados bien por un hacker
externo o bien por una fuente anónima interna de uno de los templos
de la calentología.
Pueden encontrarse ya en las redes P2P, buscando
en Google "FOI2009.zip", y ya existe incluso
un buscador.
Se trata de la Unidad de Investigación del Clima (CRU, por sus
siglas en inglés), perteneciente a la británica Universidad de East
Anglia, uno de los centros de investigación más activos en sus
esfuerzos por demostrar la teoría del calentamiento global de origen
antropogénico. En septiembre se vio envuelto en
una polémica con el think tank norteamericano
Competitive Enterprise Institute por
destruir datos originales de toma de temperaturas por "falta de
espacio".
Sus datos han sido empleados en muchos estudios alarmistas, pero son
datos "cocinados", y el problema es que ya no es posible saber si
esa “cocina” ha sido hecha correctamente tras la destrucción de los
originales.
¿Y qué dicen esos correos?
Lo principal que se extrae de la lectura de estos correos
electrónicos es, en palabras del blogger norteamericano
John
Hinderaker, una mentalidad de bunker asediado por los enemigos, esto
es, los escépticos.
Estos científicos creen sinceramente en la
teoría del calentamiento global, de un modo tan fanático que les
lleva a alegrarse de la muerte en 2004 del escéptico John Daly o
desear "darle una paliza" al también escéptico Patrick Michaels.
Pero, sin duda, lo más importante es que parecen plenamente
dispuestos a maquillar sus datos para que se ajusten a la teoría.
Así, en
un correo del pasado 28 de septiembre, uno de estos
científicos anuncia su intención de bajar 0,15 grados la temperatura
registrada del océano para que se ajuste a sus modelos climáticos.
Otro científico, David Parker, discute en otro Email la posibilidad
de cambiar el período de referencia para elaborar el índice de
temperatura global. Se opone afirmando que tal cambio podría
confundir al público y, sobre todo, reflejaría que el actual período
es menos cálido de lo que pretenden hacer creer.
Tim Osborn describe cómo algunos datos son manipulados para ocultar
que los resultados de un estudio muestran una aparente tendencia al
enfriamiento de la temperatura del planeta.
El propio
Michael Mann,
uno de los climatólogos de cabecera del IPCC de
la ONU, afirma en
otro correo que sería bueno "contener" la temperatura del “Período
Cálido Medieval ".
Manipulación de informes
Por su parte, Tom Wigley le comenta a otro colega que el
calentamiento en la superficie terrestre desde 1980 ha sido casi el
doble que en los océanos, un dato que no se debe salir a la luz, ya
que podría ser utilizado por los científicos escépticos como prueba
de que los centros urbanos constituyen auténticas islas de calor,
sin que esto nada tenga que ver con el calentamiento global.
También existe otro de 1999 en el que un científico reconoce haber
usado el "truco de Mike" (Michael Mann, el del Palo de Hockey) en
Nature para "ocultar el descenso" de temperaturas. El "truco" en
cuestión consiste en ocultar la divergencia entre las temperaturas
de 1960 en adelante y los registros de los anillos de los árboles
empleados para reconstruir el clima pasado.
¿Cómo? Eliminando esos
registros en los resultados durante los años problemáticos, es decir,
aquellos que no se ajustaban al modelo.
También se observa la paranoia del propio Mann, uno de los artífices
de los informes del IPCC. Así, en un correo reciente, este gurú del
calentamiento global protesta por la "máquina de ataque pagada por
las multinacionales", pese a que fluyen muchos, muchos más fondos
hacia los científicos que defienden el cambio climático causado por
el hombre que hacia los escépticos.
De hecho, en otro de los correos un climatólogo británico se queja
de un artículo cuestionando la teoría del calentamiento porque es
justo "lo que no necesita" en sus esfuerzos para sacarle dinero a
Siemens. Un correo reconoce que están negociando con Esso, una de
las subsidiarias de Exxon.
Y
otro de los documentos muestra que el
director del CRU ha recaudado 13,7 millones de libras
(esterlinas) desde 1990.
Ocultación de datos
También existe algo más grave.
Las leyes británicas obligan a
desvelar todos los archivos de las investigaciones financiadas con
dinero público, como son las del CRU. Un correo pide a varios
científicos de diversas universidades que borren ciertos mensajes,
lo que ha sido interpretado como un posible
intento de evitar verse
obligados a desvelar contenidos "incómodos" para la
teoría del
calentamiento ante una posible petición bajo las leyes británicas.
Uno de los correos, de hecho, reconoce que de verse obligado a dar
los datos de las estaciones de temperatura del CRU preferiría
borrarlos, lo cual podría estar relacionado con esa "falta de
espacio" que se adujo en septiembre para no revelarlos.
Conspiración para no dejar publicar a los escépticos
Uno de los más repetidos mantrams de los climatólogos creyentes
consiste en que los escépticos no publican en revistas científicas
respetables, las llamadas peer-reviewed, y ellos sí. Pero parece que
en parte esto sucede por un esfuerzo concertado para que así sea.
Uno de los intercambios de correos desvelado se indigna ante la
publicación de un par de documentos científicos de los escépticos en la
revista Climate Research y promueve un boicot contra la misma.
Ese intento de acallar las publicaciones científicas escépticas
alcanza al IPCC, el macro-informe de la ONU que se supone contiene
toda la información relevante sobre la ciencia del clima.
Pues bien,
otro de los correos muestra a estos científicos indicando que harán
todo lo que puedan para evitar que un estudio contrario a sus
teorías llegue al IPCC, incluso aunque sea a costa de "redefinir lo
que significa un estudio peer-reviewed".
-
Phil Jones escribe a la Universidad de Hull para intentar detener a
su colega escéptica Sonia Boehmer Christiansen
-
Michael Mann explica
cómo destruir una revista que ha publicado documentos científicos
sobre el clima elaborados por escépticos
-
en otro correo, el propio Mann dice que se pondrá en contacto con la cadena británica BBC para
averiguar por qué permitió la publicación de un artículo vagamente
escéptico
-
otro correo desvela que una carta de
calentólogos enviada
a The Times fue redactada con la inestimable ayuda de Greenpeace...
Siempre se ha alegado desde el campo escéptico que no es necesaria
ninguna conspiración para explicar el elevado número de científicos
que apoyan la teoría del calentamiento global.
Existen suficientes
intereses académicos, ideológicos y hasta pecuniarios que permiten
explicar acciones de distintas personas en la misma dirección. Pero
eso no significa que no puedan existir conspiraciones como ésta, con
la intención de acallar a algunos críticos, que pueden haber logrado
algún éxito.
El material tardará en ser examinado, pues incluye cientos de
correos, documentos científicos, datos contables sobre los fondos
recibidos para la investigación y hasta el código empleado para las
reconstrucciones del clima pasado, ése que siempre se han negado a
enviar a los escépticos para su examen y ha tenido que ser
reconstruido por los estadísticos McIntyre y McKitrick.
No existe una seguridad al 100% de que todos los correos
electrónicos y documentos publicados sean ciertos, pues son
demasiados como para que se haya podido verificar, por el momento,
uno a uno. Sin embargo, la propia Universidad ha reconocido la
veracidad de su origen y ha cambiado los claves de acceso de su
personal para evitar más filtraciones.
De hecho, algunos afectados
han reconocido la autoría de algunos de los correos más
sorprendentes del lote.
Tras saltar a la red, el escándalo ya ha sido recogido por algunos
medios, tales como
New York Times,
Washington Post o el alemán
Die
Welt.
Video
Arrest the Crimatologists NEW CLIMATEGATE
subtítulos español
by
EmpoweredByKnowledge
November 30, 2009
from
YouTube Website
|