por Ido Hartogsohn
27 Octubre 2007

del Sitio Web DigitalMindsBlog

traducción de Editorial-Streicher
6 Noviembre 2013

del Sitio Web Editorial-Streicher

Versión original en ingles

 

 

 

Diciendo que fue publicado primeramente en Enero de 2004 en la revista israelí Cinematheque Magazine, el siguiente ensayo del mismo autor de la entrada inmediatamente anterior a ésta especula con un análisis en torno a la trilogía cinematográfica de "The Matrix".

 

Este artículo, dice su autor, a la vez que no atenta contra las otras posibilidades interpretativas de la serie y de la Matrix en sí, sostiene, desde su particular perspectiva judía, que "The Matrix" nos presenta una red ideológica devoradora, y que la naturaleza capitalista de esa red es lo que está en su centro.

 



 

 

 

 


'The Matrix'

...como una Red Ideológica

 

 

La trilogía de películas "The Matrix" puede ser el equivalente de la serie Star Wars de nuestra generación, que ha creado una nueva mitología en un nuevo mundo.

 

Es indudablemente pretenciosa en sus efectos especiales, y mucho más en su teoría y su filosofía, hasta el punto de que algunos críticos rechazan las extensas discusiones filosóficas como irremediablemente confusas. Otros que buscaron un significado coherente en sus símbolos y lenguaje encontraron exactamente lo que estaban buscando, es decir, hallaron aquello en lo que ellos creían de antemano.

 

Esa lista incluye a marxistas, psicoanalistas, platonistas, post-modernistas, e incluso creyentes de diversas religiones (cristianos, budistas, taoístas, judíos).

 

Cada uno de ellos ofreció su propia tendenciosa interpretación de The Matrix, tal como los seis hombres ciegos que trataban de describir un elefante, donde cada uno estaba (parcialmente) en lo correcto pero al mismo tiempo muy equivocado.

La verdad es que The Matrix es todas esas cosas:

aparentemente incoherente pero también cristiana y psicoanalítica y post-moderna.

Pero todo aquel que ha tratado de analizar el film usando cualquiera de estos dogmas ha caído presa de exactamente la misma engañosa Matrix de que trata la trilogía.

 

La gran pregunta que todos están tratando de responder - la que Morfeo hace a Neo y a nosotros en la primera película - es: "¿qué es la Matrix?".

 

Esta pregunta no puede tener una respuesta única porque por sobre todo la Matrix es simplemente la Matrix misma, un término irreductible.

Tal como la idea de complejidad de Deleuze, que afirma que la realidad no tiene un origen simple, la Matrix carece de cualquier origen simple e ideológicamente homogéneo.

 

El significado de esta noción de "complejidad" es que la realidad en sí misma es un ser o una experiencia complejos, que no puede reducirse a ese medio limitado que son las palabras.

 

La Matrix es del mismo modo irreductible, y contiene varias complejidades ideológicas así como posibilidades ideológicamente contradictorias y complementarias. La película The Matrix, al igual que la Matrix misma, nos presenta una red ideológica que está vinculada con todos los lugares.

 

Ésta es el lugar de encuentro para todas las áreas, un animado libre mercado de ideologías religiosas, filosóficas, políticas y sociales.

 

 



 

 


La trama

En la primera película de The Matrix, el experto computacional Neo es contactado por un enigmático grupo de gente que le dice que el mundo que él ha conocido no es sino una simulación generada por una inmensa red de computadores.

 

El tiempo en que vive no es a finales del siglo XX, como él cree, sino unos 200 años después. El mundo está gobernado por las máquinas, las cuales utilizan los cuerpos de los seres humanos para satisfacer sus necesidades de energía. Las máquinas crían a las personas en celdas aisladas donde son conectadas a conductores que les absorben la energía y la transfieren a las máquinas.

 

En paralelo, la gente al mismo tiempo es conectada desde sus celdas a un universo digital que simula el mundo de finales del siglo XX: la Matrix.

 

La única gente que vive fuera de este mundo virtual es un grupo de rebeldes que se desconectaron de la Matrix y construyeron un mundo subterráneo dentro de la Tierra llamado "Sión".

 

Desde este mundo subterráneo ellos salen en misiones de rescate a través de la Matrix para rescatar a otros prisioneros de ella.

En una de las clásicas escenas de la primera película, una escena que se repite con distintas variaciones a través de la serie, Morfeo, el líder del grupo, le ofrece a Neo dos píldoras que simbolizan la disyuntiva que éste está enfrentando.

 

Si él toma la píldora roja, su mente y su cuerpo abandonarán la Matrix y a él se le hará ingresar a la feroz realidad de la guerra contra las máquinas. Si él toma la píldora azul, quedará en condiciones de regresar a la Matrix, olvidar todo lo que ha ocurrido y continuar una vida de placentera ignorancia.

Neo elige la verdad, y aquí la trama comienza a complicarse. Neo (un anagrama de "one", uno) averigua que el líder de los rebeldes ha alimentado esperanzas de que Neo sea "el Uno", el Elegido, el mesías, que salvará a la gente de la tiranía de las máquinas. Neo hace un buen comienzo en el cumplimiento de sus esperanzas.

 

Pronto él aprende a mirar a través de la ilusión de la Matrix de un mundo y a verlo tal como es, un laberinto kabalístico de letras que pueden ser comprendidas y alteradas, permitiendo así doblegar las reglas.

 

Neo, como un "mekubal" (un adepto del misticismo judío) digital, adquiere capacidades de combate sobrenaturales dentro de la Matrix manipulando y controlando el texto que compone el mundo.

En sus distintas aventuras Neo también llega a conocer una serie de curiosos personajes, entre los cuales está el Oráculo, una profetisa que conduce a Neo a su camino (aunque la credibilidad de sus profecías esté constantemente en duda). Otra figura importante es el Arquitecto, un creador y programador de la Matrix, un demiurgo incierto con motivos dudosos.

 

El factor común entre estas diversas figuras es que todos ellos son programas computacionales, como sub-aplicaciones en la inmensa red computacional que es la Matrix.

El mesías es el único que vive en lo verdadero. Y Neo, después de aprender a doblegar las reglas de la realidad virtual, desarrolla capacidades similares en el mundo real también.

 

La segunda y tercera películas tienen batallas apocalípticas, casi bíblicas, entre las máquinas que llegan para destruir a Sión y a los rebeldes, mientras Neo, por contraste, va en una misión de paz a la ciudad de las máquinas para hacer la paz con el mundo de las máquinas.

¿Qué narrativa explica esta historia? Hay varias.

 

 



 

 


El mesías como un híbrido cristiano, judío y oriental

11

 

 

 


 

 



Neo como un mesías kabalístico

The Matrix está llena de ideas kabalísticas y hasídicas judías.

 

Los hermanos Wachowski han estudiado la Kabalá, y ahora sus ideas están siendo enseñadas en escuelas de Kabalá en Israel. Entonces no es ninguna sorpresa que el concepto del Mesías en The Matrix tome prestado bastante de la Kabalá y la teología judías.

Por ejemplo, la percepción de Neo del mundo como un mundo textual, donde conocer la fuente textual permite torcer las reglas, recuerda antiguos libros kabalísticos como el Sefer Yetzirah del siglo I d.C., donde la creación del mundo es descrita como un acontecimiento textual.

 

Como en The Matrix, el Sefer Yetzirah nos dice que el mundo es creado desde un mar de letras. Uno podría incluso comparar a Neo y al personaje midráshico de Abraham como una persona que tiene el poder de re-crear el mundo por medio de actos textuales (vea el libro Golem, de Moshe Idel).

Neo primero ve a través de la Matrix digital. Lo que él aprende allí, lo pone en práctica más adelante en el mundo real, que él revela como otra Matrix.

 

De manera bastante interesante, donde Neo una vez encontró un laberinto de dígitos él ahora encuentra un resplandor de luz. Neo percibe el mundo real como una corriente de luz radiante que rodea todas las cosas, una cosmovisión reminiscente de las teorías kabalísticas de emanación que se hallan en las fuentes judías.

 

El Libro del Esplendor - El Zohar - y la kabalá de Isaac Luria ven el universo entero como una creación de luz que es inmanente en todas las cosas.

Smith, aquel agente que se auto-duplica y contra quien Neo lucha una y otra vez, podría ser kabalísticamente interpretado como los klipot. Significando literalmente pieles o cáscaras, los klipot son la explicación kabalística de por qué no percibimos la existencia verdadera del mundo como un mundo de luz, de la manera en que Neo lo hace.

 

La razón es que las cosas están cubiertas con los klipot, pieles que esconden y nos impiden ver la verdadera luz divina que está presente en todas las cosas. Los klipot representan la cruda exterioridad de las cosas, una exterioridad que debe ser despellejada para revelar la esencia verdadera, que es la luz.

Además, la Kabalá dice que el proceso de la peladura de los klipot es un proceso dinámico. Una persona tiene que arrancar los klipot durante toda su vida, porque los klipot se duplican por naturaleza y le ponen nuevas barreras al hombre en su búsqueda de la verdad de la realidad. Cada día en que usted no limpia sus ojos, usted consigue un nuevo polvo que obscurece su visión. Ésta es la duplicación interminable de Smith.

La manera en que Neo se deshace de Smith, infiltrándose en el cuerpo de éste y llenándolo de luz hasta que Smith se rompe desde su interior y se quema con la luz interna, trae a la memoria la Kabalá radical del siglo XVII del falso mesías Shabbetai Zvi y sus creyentes.

 

Shabbetai Zvi fue arrestado por las autoridades turcas y se le dio a elegir entre la muerte o la conversión al Islam.

 

Él decidió convertirse, lo que fue naturalmente un golpe para muchos (aunque no todos) de sus seguidores. Tratando de justificar su acción, sus fieles aparecieron con una nueva explicación teológica que describe al Mesías como un gusano dentro de una manzana, o un espía sagrado.

 

El Mesías se introduce en la fuente de impureza (Smith, el klipot) y la llena con luz hasta que reviente desde dentro.

 

 



 

 


Neo como un místico oriental

El taoísmo y el budismo son también muy evidentes en The Matrix.

 

A través del prisma de la religión oriental, Neo no es sólo el Mesías sino también "el Iluminado", el Buda. Smith le dice a Neo que ambos son muy similares, y efectivamente lo son. Ambos identifican al Yo con el mundo, sólo que de un modo fundamentalmente diferente.

 

Smith es el Ego, la impureza de que habla el budismo, el que se ve a sí mismo dondequiera que mire: el egocentrismo. Ésta es la razón de que, cuando Smith toca a la gente o a otros agentes, ellos se convierten en él.

 

Smith se ve a sí mismo en todas partes. Neo (One), por otra parte, sigue el ideal budista de verse a sí mismo como una parte de la unidad del universo. Neo puede controlar el mundo porque él es carente del ego que nos separa del mundo y puede identificarse con el universo totalmente.

Como Neo y Smith son tan similares uno a otro - en verdad, Smith es realmente parte del Yo de Neo - Smith también se hace más fuerte cada vez que Neo se hace más fuerte, como en el antiguo refrán judío que dice que,

"mientras más grande es una persona, mayores son sus tentaciones".

En otras palabras, paralelamente con el desarrollo espiritual de Neo, las trampas del Ego (Smith) se hacen cada vez más peligrosas.

 

Como en el budismo, el borrado del Yo y llegar a hacerse uno con el mundo circundante conduce a un control total. El arquero Zen no apunta, y esto es lo que le da un blanco a su flecha.

 

Cuando el ciego Neo lucha sin mirar, y ve a sus oponentes de un modo místico como corrientes de energía en el mundo, uno no puede menos de acordarse de la serie de kung-fu budista "Zatoichi", que trata acerca de un guerrero ciego cuya ceguera es esencial para su perfección espiritual y su habilidad para luchar.

Más allá de las metáforas de la religión oriental, hay también ideas que son comunes a todas las religiones, como la paz y el amor. Es fácil olvidar que, aparte de la representación de Hollywood de estas ideas, dichas ideas tienen un mensaje profundamente religioso.

 

En la guerra de la Humanidad contra las máquinas en The Matrix, la narrativa subyacente es que las máquinas no son en sí mismas el verdadero enemigo de Neo. Este hecho se hace más claro a medida que la serie The Matrix avanza, cuando encontramos máquinas que sienten (un quiebre de la oposición entre la Máquina y el Hombre que podría ser materia de otro artículo entero).

En la película "Animatrix", una colección de 9 películas de animación escritas y producidas por los hermanos Wachowski, la batalla entre las máquinas y los humanos es realmente una consecuencia de la opresión de las máquinas por la gente.

 

El verdadero enemigo de Neo es por lo tanto Smith, los klipot que separan a las máquinas de la Humanidad en nuestra percepción y que los hacen enemigos.

 

La diferencia entre los humanos y las máquinas es una de tipo externo que sólo Neo, como el unificado-unificador, puede abolir. Ésta es la razón de por qué la destrucción de Smith es en las películas la condición para la paz.

A fin de dejar de percibir los klipot y ver a hombres y máquinas como una sola cosa, Neo debe descubrir el amor en su sentido religioso, el amor que Dostoievsky implica cuando dice que,

"el infierno es la incapacidad de amar".

Éste es el amor de reconocer la unidad de las cosas, de retirarse uno mismo y hacer sitio para el Otro:

la capacidad de Neo de dejar su ciudad e ir a la ciudad de las máquinas y encarar al último Otro de la fuente, el código de todos los códigos.

Cuando él se entrega totalmente a la máquina, cuando él está en un lecho de pequeñas máquinas, ésa es una señal de aquel amor.

Vale la pena notar que la misma lucha con Smith, la lucha de la última redención, ocurre dentro de los límites de la Matrix. La salvación viene desde dentro de la Matrix.

 

Éste es el amor que puede traer la paz de la que Neo habla, aquella paz que realmente significa la resolución redentora de la oposición entre hombres y máquinas, y entre todas las oposiciones.

 

 


 

 



La meta-religión y el capitalismo

A pesar de la abundancia de religiosidad en The Matrix, ningún clérigo ortodoxo estaría contento con estas películas.

 

The Matrix acepta casi cada dirección espiritual que ha sido inventada alguna vez, y esta aceptación total es una negación de cada sistema espiritual que exige cualquier clase de exclusividad o unicidad.

 

Tome, por ejemplo, la conversación de Neo con el Oráculo en la segunda parte de The Matrix.

 

El oráculo le dice a Neo que los fantasmas, los ángeles, los vampiros, los hombres-lobo, los OVNIs y cada fenómeno anti-natural sobre el cual él haya oído alguna vez, existen todos. La explicación de todos ellos consiste en que ellos son triviales anomalías en el sistema digital de la Matrix.

De esa manera, ¿qué significa la religión para los rebeldes cuando ellos proclaman una y otra vez que ellos "creen"? Ninguna otra palabra es dicha tan a menudo en The Matrix como la "creencia".

 

Una y otra vez Morfeo anuncia su creencia en Neo; una y otra vez a los demás se les exige contestar en cuanto a su creencia en Neo.

 

Y cuando Neo le pregunta al Oráculo cómo él puede estar seguro de la sinceridad de las palabras de ella, ésta le dice que no hay ningún modo de saber, ni ninguna información que pudiera ayudarle a decidir de quién es profeta ella: si de Satán o de Dios.

 

El mundo es una ecuación formada exclusivamente de incógnitas, y la pregunta es: ¿cree usted, o no? Neo, por supuesto, decide creer.

En último término, la única religión que The Matrix está promoviendo comercialmente es la meta-religión, que es una expansión radical de la idea ecuménica.

 

La meta-religión es un nombre para quizá el concepto espiritual más extendido en la sociedad occidental secular de hoy. Es la religión sin mandamientos o sacramentos, la religión de existencia virtual que está dispuesta a abolir la forma a fin de alcanzar la esencia interior, simbolizada por la Matrix de letras-dígitos-símbolos (liberada de los klipot).

Por lo tanto no hace ninguna diferencia si llamamos a Neo como Salvador, Mesías o Buda. La meta-religión está dispuesta a asimilar todos los símbolos sin obligarse a siquiera uno de ellos. Es una versión más sofisticada de la espiritualidad New Age. Los creyentes de la meta-religión no se limitan a las reglas de ningún discurso.

 

La meta-religión aspira a y hace una ensalada de términos e ideas de campos espirituales diferentes a fin de alcanzar el contenido que busca. De ahí la abundancia de dioses, símbolos e ideologías con los cuales The Matrix está saturada.

¿Pero a quién sirve la meta-religión? ¿A quién está dirigida esta metáfora al final?

 

La Matrix de la meta-religión es antes que nada la Matrix capitalista que saca ganancia de toda mercancía que pasa por ella y obtiene una comisión de cada venta - incluso de la venta de libros marxistas.

En la segunda película Morfeo prepara a su muchedumbre de creyentes para la batalla final contra las máquinas en un discurso estilo Masada.

 

Morfeo aparece como el profeta del capitalismo y le pide a los que lo escuchan:

"Esta noche, enviemos un mensaje a aquel ejército".

Para explicar lo que él quiere decir, añade:

"¡Sacudamos esta cueva! Esta noche hagámosles recordar que esto es Sión".

El significado de estas palabras es comunicado en la siguiente escena, tal vez la más desconcertante en la serie de The Matrix.

 

Durante muchos minutos largos y aparentemente sin sentido vemos a los rebeldes mínimamente vestidos bailar al son de una fuerte música rock y restregándose unos contra otros sensualmente en una especie de festival pagano.

 

La combinación de la reluciente piel de la juventud sudorosa y las olas humanas saltando rítmicamente da a la escena la estética de un anuncio comercial.

 

Éste es el mensaje de la escena de unificación de la gente en Sión:

una fiesta sexual y de sensualidad, la esencia de la redención capitalista.

No es que The Matrix realmente diga que el capitalismo representa la redención, pero tampoco es marxista de una manera clásica.

 

Quizás The Matrix es una película marxista-capitalista. Critica realmente el capitalismo, pero también deja en claro que la resistencia es vana. El final de cualquier resistencia llega al ser absorbida dentro del sistema.

 

En otras palabras, The Matrix es una película de Hollywood. La crítica es también parte de Hollywood. Sin las estrellas, el equipo de producción y el sistema de mercadotecnia de Hollywood, nada de esto existiría.

 

 



 

 


La cinematográfica religión del capitalismo en The Matrix

En una lectura marxista, uno podría ver la lucha de Neo contra los agentes como una lucha contra los vendedores de capitalismo.

 

Smith, el agente que se auto-duplica, se parece mucho a los hombres de negocios que pueblan Manhattan, y en efecto en la tercera The Matrix vemos rascacielos enormes llenos de Smiths duplicados. Smith está vestido con un traje negro y negros lentes de Sol impenetrables.

 

En su mano él sostiene una maleta tipo James Bond, como si él hubiera venido para venderle algo a usted. La mercancía que a Smith le gustaría que nosotros viéramos es por supuesto el mundo simbólico, la simulación digital que le gustaría imponer sobre cada uno.

 

Uno podría interpretar a Neo como una especie de luchador marxista contra los multiplicados agentes de ventas, pero en un examen más cercano se ve que los rebeldes no son diferentes de los vendedores.

Cualquiera que haya visto la primera The Matrix debe recordar la presentación digital y visual y el convincente discurso que Morfeo da a Neo en su primera reunión, cuando él explicó la historia de la Matrix y trataba de convencerlo para que la abandonara y se integrara a los rebeldes.

 

Más tarde, cuando se nos dice que la principal ocupación de los rebeldes es liberar a la gente, lo que significa convencer a la gente para que se traslade al mundo "real" de aquéllos, uno puede entender que Morfeo y Neo son de alguna manera también vendedores que trabajan de 9 a 5, sólo que con un producto más atractivo: ellos venden la realidad.

La Matrix en este caso es un campo de batalla entre dos clases de agentes de ventas, y en el capitalismo, no importa lo que usted compre, la casa siempre gana. Esta inmunidad de la red capitalista de la Matrix podría ser vista en la escena al final de la tercera The Matrix, donde el agente Neo y el agente Smith luchan la batalla final entre unos míticos rascacielos.

 

El detalle interesante aquí es que, a pesar de las enormes ondas expansivas que se elevan desde la tierra durante esta batalla titánica y que se mueven como tormentas feroces entre los rascacielos, aquellos rascacielos siguen de pie y los paneles de vidrio siguen brillando.

Las fuerzas destructivas de la batalla titánica entre los dos vendedores se desplazan a través de y son tragadas dentro del impenetrablemente oscuro vidrio de los rascacielos. El capitalismo mira la gran lucha entre lo simbólico y lo real indiferentemente. Al final de la película, cuando la largamente esperada redención finalmente llega, el único símbolo de ello es una pequeña niña que está de pie y mira los relucientes rascacielos.

 

Ésta es la redención del capitalismo.

Pero en última instancia, ¿por qué deberíamos sumergirnos en ilusiones? Después de todo, somos los que viven entre rascacielos simbólicos pero también muy reales.

 

La batalla entre Neo y Smith simboliza, quizás improbablemente, la visita al cine, cuyos resultados están también capitalistamente predeterminados. El cine es entonces la misma celda en la cual la Matrix nos encarcela, donde usted se sienta como una marioneta inerte y produce la energía para la Matrix capitalista.

¿Qué podría ser más absurdo que Neo apareciendo en la pantalla, llamándonos a abandonar la ilusión y vendiéndonos el mundo de lo "real"?

 

La voz de Neo viene desde las profundidades interiores de la simulación. Neo y Smith, ambos son agentes de la Matrix capitalista, diseñada para mantenernos dóciles en nuestros asientos.

 

¿Quién se atrevería a levantarse de su asiento e ir fuera a la "realidad" (¿'La Alegoría de La Caverna' de Platón?) después de pagar una buena suma para entrar a la Matrix del cine?

 

 


El imperativo de la secuela

De un modo muy notable, el final de The Matrix es una especie de combinación entre teoría religiosa e intereses comerciales puros.

 

El rasgo prominente de la redención al final de la serie de The Matrix es que la redención final todavía no ha llegado. Religiosamente, uno podría entender aquello a partir de la existencia de entidades distinguibles y el acaecimiento de la redención dentro de los límites de los rascacielos y el mundo existente.

 

Ésta es una redención restauradora, una redención que devuelve las cosas a su estado de funcionamiento en el pasado, pero no trae ningún mensaje nuevo y radical.

 

La redención final debería causar que el mundo llegara a ser Uno, eliminando cualquier conflicto y dualidad. El problema es puesto en claro en la conversación entre el Oráculo y el Arquitecto, el demiurgo de la Matrix. El Arquitecto duda del futuro de la paz que ha sido conseguida.

 

Hay un problema religioso grande aquí. ¿Es ésta la paz que hemos estado esperando?, ¿o es simplemente un alto al fuego?

Una respuesta posible puede ser encontrada en la teoría kabalística del shmitot. Según esta teoría esotérica el mundo existe en 7 ciclos de 7.000 años. Al final de cada ciclo hay una creación renovada. El séptimo ciclo es como el shabbat judío (el séptimo día de la semana), el ciclo final, al término del cual viene el jubileo de los cincuenta años de la redención total.

El Arquitecto le dice a Neo que el propio Neo es el sexto en una serie de mesías.

 

El uso de este número y el final indeterminado de The Matrix nos hacen pensar que los hermanos Wachowski planean otra resurrección de Neo, una séptima batalla por la redención, que sería el sabbath de la Matrix.

 

O tal vez éste es un pensamiento sobre la redención como un concepto utópico que nunca se realiza como un estado permanente sino sólo como un proceso, similar a la paradoja judía de una siempre inminente, pero siempre ausente, redención.

De una u otra forma existe una chocante combinación de pensamiento religioso profundo con intereses comerciales puros, una combinación que caracteriza a The Matrix como una película que es un punto de encuentro de varias ideologías que coexisten en una red ideológica, la Matrix.