24 Septiembre, 2007
del Sitio Web
Maikelnai
Los universos paralelos existen realmente, según el descubrimiento
matemático efectuado por científicos de Oxford, descrito por un
experto como “uno de los desarrollos más importantes en la historia
de la ciencia”.
Se dice que la teoría del universo paralelo, propuesta por primera
vez en 1950 por el físico estadounidense
Hugh Everett, ayuda a
explicar los misterios de la mecánica cuántica que han desconcertado
a los científicos durante décadas.
En el universo de “muchos mundos” de Everett, cada vez que se
explora una nueva posibilidad física, el universo se divide. Dado un
número de alternativas posibles resultantes, cada una de ellas se
realiza en su propio universo.
Un motorista que se libra por un pelo de un accidente, por ejemplo,
podría sentirse afortunado de haber escapado. Pero en un universo
paralelo, otra versión del mismo motorista habría muerto. Y en otro
universo más veríamos al motorista recuperarse tras una estancia en
el hospital. El número de escenarios alternativos es infinito.
Es una idea extraña que ha sido descartada como fantasiosa por
muchos expertos. Pero la nueva investigación realizada en Oxford
demuestra que ofrece una respuesta matemática a los acertijos
cuánticos, por lo que no debería ser descartada ligeramente – y
sugiere que el doctor Everett, que era estudiante de doctorado en la
Universidad de Princeton cuando propuso su teoría – podría estar en
el camino correcto.
Según comentarios del doctor Andy Albrecht (físico de la Universidad
de California, Davis) en la revista
New Scientist:
“Este trabajo
será acogido como uno de los desarrollos más importantes en la
historia de la ciencia”.
De acuerdo a la mecánica cuántica, no se puede decir que algo exista
a nivel subatómico hasta que no sea observado. Hasta entonces, las
partículas ocupan una nebulosa de estados “superpuestos”, en la que
estas pueden tener simultáneamente espines “arriba” y “abajo”, o
aparecer en lugares diferentes al mismo tiempo.
Las observaciones parecen “forzar” a la partícula a adoptar un
estado particular de realidad, en un modo similar a lo que sucede a
una moneda que esté girando por el aire, y de la que solo se podrá
afirmar que muestra “cara” o “cruz” una vez que se la atrape.
Según la mecánica cuántica, las partículas no observadas se
describen como “función de onda”, y representan a un conjunto de
múltiples estados “probables”. Cuando un observador realiza una
medición, la partícula es forzada a adoptar una de esas varias
opciones.
El equipo de la Universidad de Oxford, dirigido por el doctor
David Deutsch, demostró matemáticamente que la estructura del universo (ramificado
como un árbol) creada por este al dividirse en versiones paralelas
de si mismo, puede explicar la naturaleza probabilística de los
resultados cuánticos.
|