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Erraticario

 

 

 

 

 

 

 

Los datos del telescopio Planck apuntan a que lo nuestro es un multiverso.

 

O eso dicen algunos de los cosmólogos que han estudiado estas cosas a la vista de las anomalías halladas en el más reciente mapa del Cosmos, creado a partir de los datos del telescopio Planck de la ESA y publicado en marzo de este año.

 

Mapa que se ha convertido en el territorio de una batalla en la que se enfrentan los partidarios de arrasar con un modelo cosmológico que, consideran, hace aguas por doquier y quienes no están dispuestos a que el pacífico, consideran, orden establecido se derrumbe por unas cuantas manchas mal puestas.

 

Los primeros piensan que algo está atrayendo la materia hacia una región muy concreta en los confines de nuestro océano espaciotemporal. Y ese algo, dice George Efstathiou, de la Universidad de Cambridge, sólo puede ser otro universo.

 

La ciencia dice que la expansión tras el Big Bang debería haberse desarrollado de manera uniforme en todas las direcciones.

 

Sin embargo, el mapa del Planck, que muestra la disposición del fondo de microondas tal y como era 380.000 años después de la Gran Explosión, señala una mayor concentración de radiación cósmica en la mitad sur, además de un punto frío que nadie parece terminar de entender.

 

Que se iban a encontrar anomalías en la radiación de fondo del universo ya lo predijeron los físicos teóricos Laura Mersini-Houghton y Richard Houghton en 2005.

 

Ambos, defensores de la teoría del multiverso y para quienes no hay duda de que estamos ante la huella gravitatoria de otro universo vecino.

 

Dice Mersini-Houghton:

Estas anomalías fueron causadas por otros universos tirando del nuestro cuando éste se formó en el Big Bang. Es la primera evidencia sólida acerca de la existencia de otros universos que hemos visto.

(Daily Galaxy)

La anomalía señalada en el mapa de Planck vendría a confirmar lo que en 2005 fue denominado "eje del mal" (axis of evil) tras analizar los datos del satélite WMAP de la NASA, y que muchos consideraron que no era sino la huella de errores en los instrumentos de medición del satélite, pues otra cosa suponía poner patas arriba el actual modelo cosmológico.

 

El Planck, diez veces más sensible que su predecesor, viene a descartar el fallo técnico, como señalaba Efstathiou en un artículo de New Scientist publicado en marzo, tras hacerse público el nuevo mapa.

 

 

 

 

El flujo oscuro

 

Tres años después de los datos del WMAP, en 2008, los científicos se las tuvieron que ver con algo llamado "flujo oscuro", cuando científicos de la NASA dirigidos por Alexander Kashlinsky descubrieron que una parte de la materia conocida parecía moverse en una misma dirección de manera uniforme, hacia una región comprendida entre las constelaciones de Vela y Centauro.

Se ha observado que la velocidad de los cúmulos es diferente de la que se podría esperar de la expansión del universo, y la velocidad no parece decrecer con la distancia, tal como seria predecible si estos cúmulos estuvieran acumulando velocidad como consecuencia de la gravedad ordinaria.

 

Para explicarlo, los investigadores han postulado que diferentes partes del universo tienden a tener diferentes velocidades, un vestigio del Big Bang. Se sospecha que las fluctuaciones de éstos campos de velocidad sean los responsables del movimiento de cúmulos.

 

En algunos modelos de la inflación cósmica, se puede interpretar un modelo en el que la velocidad primordial fluctúa de un punto a otro como respuesta gravitacional a estructuras que por ahora permanecen fuera del universo observable.

 

De hecho, en 2010, estudios realizados por científicos de la NASA utilizando 1000 cúmulos de galaxias situados hasta a 3000 millones de años luz, sugieren que éste fenómeno puede estar producido o bien por la atracción gravitatoria de otro universo, o bien por una región del espacio-tiempo radicalmente distinta a la nuestra, pero en cualquier caso mucho más allá del Universo observable.

(Wikipedia)

Las conclusiones de la NASA en 2010 descartaron la posibilidad de agujeros negros porque estos provocarían una aceleración de la materia según se acercase, cosa que al parecer no ocurre.

 

 

 

 

El flujo estaría arrastrando a unos cuantos centenares de millones de estrellas hacia una zona muy concreta de los cielos.

 

Y algo que pueda llevarse por delante a tanta materia no entra dentro de los planes establecidos por los modelos cosmológicos al uso. De ahí el calificativo "oscuro", que se suma a la materia oscura y a la energía oscura, lo cual hace que, en definitiva, el 95% de las cosas que pasan en el universo resulten oscuras.

 

Sin embargo, en abril de este año 175 científicos firmaron un estudio por el que se concluía que el flujo oscuro no existe.

"Y si no hay flujo oscuro, no hay necesidad de de explicaciones exóticas como la de otros universos", decía Elena Pierpaoli, de la Universidad de California del Sur.

Otro de los que han estado trabajando con los datos del Planck, Fernando Atrio-Barandela, de la Universidad de Salamanca, se desmarcó de sus colegas de investigación y rechazó las conclusiones de sus 175 pares, al considerar que se ha infravalorado la incertidumbre que muestran los datos, dándose por hecho que una señal que podría apuntar al flujo oscuro no es más que ruido de fondo.

 

Así que Atrio-Barandela está trabajando con Kashlinsky en unas conclusiones alternativas.

 

El "descubridor" del flujo, si es que existe, parece ser que también es de los que creen que hay que tener mucho cuidado con lo que se firma, ya que se corre el riesgo de confundir la hierba con la maleza:

"One has to be very careful not to wash the baby out with the bathwater".

Y es a ellos a los que se suman las nuevas voces citadas al principio.

 

 

 

 

Ideas sobre el multiverso

 

Según se interpreten los datos del Planck, se puede afianzar la idea de que el universo conocido, ese que llega hasta los 13.700 millones de años, no es más que un trozo del tejido de la Matrix que nos contiene.

 

Y confirmaría, según algunos puntos de vista, que el Big Bang no tuvo nada de especial.

 

Podría haber sido una explosión más en la evolución natural del Cosmos, formando parte de una cadena repetida de eventos similares, al igual que ocurre, en una escala inferior, con las estrellas en nuestro universo. Una estructura de eventos fractales más allá de lo conocido.

 

Hay quienes ven en el modelo inflacionario una expansión continua de universos burbuja que acabaría, tarde o temprano, en el choque. Y el punto frío que señala el mapa del telescopio Planck vendría a ser algo así como un moratón, la huella de tal encuentro.

 

En un sentido parecido, la teoría de cuerdas considera la existencia de universos "membrana"

 

Es decir, que podríamos estar viviendo dentro de una capa energética, algo así como si cada universo fuera una rebanada de pan y, cortadas pero dispuestas aún en el molde, cada rebanada sería un universo paralelo.

 

En un diseño así, el Big Bang seria el resultado de un choque entre dos membranas y para nada un acontecimiento 'único', sino que se repetiría innumerables veces de manera impredecible.

 

 

 

 

Si el Big Bang tuvo lugar hace 13.700 millones de años, entonces nada más allá de esa distancia, en años luz, puede ser conocido, pues la luz que nos llega, en todas sus formas de radiación, partió de la gran explosión.

 

Y no podemos conocer aquello que la luz no ha recorrido todavía.

 

Más allá, podrían existir estructuras inimaginables y la especulación es libre, pues nunca podrán ser conocidas. Al menos, no mediante el espectro electromagnético en que basamos toda nuestra existencia y su conocimiento.

 

Así, para Max Tegmark, cosmólogo del M.I.T. (Massachusetts Institute of Technology), las opciones de un multiverso incluyen la infinitud de universos burbujas, de modo que, tal y como explica en la entrevista con Eduard Punset que se adjunta al final de este artículo:

…si existe un número infinito de lugares donde las cosas pueden empezar aleatoriamente, entonces cualquier cosa que pueda suceder, o cualquier  cosa que podría haber sucedido pero no lo ha hecho… sucederá en otro lugar.  

 

Por ejemplo, hay otro universo donde hablo español mejor que aquí, porque he nacido en  España, ¿no?

 

Esto podría haber sucedido según las leyes de la física, así que el multiverso  predice que en realidad ha sucedido: que hay otro Max ahí fuera que habla español.

Más aún, las leyes de la física varían de un universo a otro y muestran todas las posibilidades barajables:

Me gusta explicarlo con el ejemplo del agua.

 

Si analizamos las leyes físicas que gobiernan el agua, nos percatamos de que en realidad, aunque el agua sea un líquido, puede presentarse en tres estados distintos. Puede ser también hielo o vapor, todo depende de cómo haya empezado  y de a qué temperatura esté.

 

Más recientemente, hemos descubierto que el propio espacio  probablemente sea también como el agua, en el sentido de que puede presentarse en muchas  fases distintas… no solamente tres, sino tal vez un uno con quinientos ceros detrás, e incluso  un número infinito de maneras distintas.

 

Así que sería como si el propio espacio pudiera condensarse o congelarse, y muchas de las cosas que creíamos que eran leyes fundamentales de la física en realidad no serían más que propiedades de nuestro estado concreto del espacio.

 

 

 

Para Tegmark, el multiverso también explicaría las complicaciones cuánticas:

Pues bien, la ecuación de Schrödinger de la física cuántica nos dice que, en realidad, cada partícula va en ambas  direcciones a la vez. E incluso se puede ver la manifestación directa de ese fenómeno con dos puntos aquí.

 

Lo extraño es que yo también, por supuesto, estoy hecho de pequeñas partículas elementales. Así que, si las partículas pueden estar en dos lugares a la vez, entonces yo también debería ser capaz de estar en dos lugares simultáneamente. [...]

 

Yo creo que lo que sucede es que sí que puedo estar en dos lugares diferentes a la vez, lo que sucede es que, si mis partículas están tanto aquí (aquí está Max) como allí, entonces las partículas de aquí sentirán que están aquí y no serán conscientes en absoluto de la  versión paralela de ellas, sino que creerán que eso es lo que ha sucedido.

 

El otro Max también pensará que lo suyo es lo que ha ocurrido.

 

Pero, de hecho, es como si nuestra realidad se hubiera dividido en dos universos paralelos (el yo de aquí y el yo de allá). Podemos empezar con un universo pero luego se divide en muchos.

 

Esto sucede cada vez que uno toma una decisión, como "¿me pongo la camisa azul o la blanca?".

 

Lo que digo es que tú has tomado las dos decisiones, como resultado de lo que han hecho algunas partículas de tu cerebro. Existe, por tanto, otra versión en la que ambos estamos conversando pero tú llevas puesta una camisa blanca para la entrevista.

He dejado para el final las observaciones hechas por Roger Penrose en 2010 a raíz de los datos del WMAP, el de los "fallos técnicos".

 

Y es que, para el físico y matemático de Oxford y miembro de la Royal Society de Londres, la radiación del fondo de microondas respondía a un patrón estructurado en forma de círculos concéntricos, lo que le llevaba a pensar que se trataba de las huellas de explosiones anteriores al Big Bang.

 

Penrose sugiere, así, que existen ciclos o "eones", y que lo que actualmente percibimos como nuestro universo, no es más que uno de esos eones.

 

Hubo otros antes del Big Bang y habrá otros después.

 

 

 

 

Estas ideas, hace apenas tres años, provocaron la mofa de buena parte de la comunidad científica, hasta el punto de que existe un mapa interactivo para que cada cual incluya el patrón que ha descubierto por sí mismo, desde conejos hasta perritos saltarines, pasando por la mismísima firma de Stephen Hawkings, según se aprecia en la imagen que se adjunta arriba…

 

En fin, se ve que algunos no se han visto la serie Stargate:

No mucho tiempo después de la creación de los Stargates, los Antiguos descubrieron un patrón en la radiación del fondo cósmico de microondas, reconociendo que el patrón no podía ser de origen natural.

 

Los Antiguos concluyeron que su presencia sugiere un orden en el universo que nunca se creyó posible, posiblemente algún tipo de mensaje. Sin embargo, el mensaje estaba fragmentado y no pudo recuperarse.

 

Con tal fin, dedicaron los esfuerzos de toda una generación a la construcción de la Destiny, con el propósito de encontrar y volver a montar los fragmentos, completando el mensaje.

(Stargate wikia)

Y es que los Antiguos eran meticulosos.

 

 

 

 

No firmaban estudios para mantener el orden…

 

 

Como dice Tegmark al final de la entrevista con Punset:

Si hay un espacio infinito, con algunas regiones que son como un oasis, en las que las condiciones son las idóneas para la vida, ¡es inevitable que en  esos lugares sea donde se encuentre la vida y que nosotros estemos en uno de ellos!

 

Y deberíamos estar agradecidos por ello sin perder de vista que todo parece indicar que el precio que debemos pagar por la fortuna de existir es que tenemos que ser un poco humildes y aceptar que no somos el centro de todo, ¡y que la realidad es mucho más grande de lo que pensábamos!

Primero fue la Tierra el centro del universo. Luego fue el Sol. Luego, el centro de la galaxia…

 

Y aún así, seguimos sin enterarnos…