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por Eric Jaffe
traducción de
Adela Kaufmann
Grant, sin ser ya un niño en su tamaño mas sí en espíritu, ahora juega un papel sustancial colocando esas probabilidades.
El
geólogo del Centro para Estudios Planetarios y de la Tierra, parte
del Museo Nacional del Aire y el Espacio, es uno de media docena de
científicos a cargo de crear itinerarios para 'Espíritu' y 'Oportunidad',
los dos exploradores nómadas de la NASA que desde principios de 2004
han explorado Marte en busca de señales de vida, pasada o presente.
Pero las
habilidades para el descubrimiento de vida de los exploradores están
limitadas. Les falta el equipo para analizar los compuestos
orgánicos o examinar los fósiles. (El chiste en curso de la misión,
dice Grant, es que un explorador descubrirá un hueso de dinosaurio y
será incapaz de recuperarlo.)
La búsqueda de vida en el universo, sin embargo, no está confinada al camino de los exploradores.
Porque este asunto ya no está limitado a Marte, o aun al sistema solar de la Tierra. Cada vez más, astrónomos en laboratorios y observatorios alrededor del mundo están encontrando evidencia para las cimentaciones de la vida - más que nada, agua - en nuestro grupo planetario y más allá de él.
Esto recibió otro punto a mediados de junio, cuando un grupo de científicos reavivó la idea que un inmenso océano existió una vez en el hemisferio norte de Marte.
Hace un par de décadas, científicos
analizaron imágenes de esta región y encontraron lo que parecía ser
una línea costera. Pero una línea costera del océano tiene una
elevación uniforme, y las pruebas topográficas más tarde revelaron
gran variación - en algunos lugares, más de una milla separaba las
crestas y declives del terreno.
Ya sea que los científicos puedan excavar en la superficie del planeta y encontrar evidencia del hallazgo de agua - con todo y sus señales de vida - queda por verse.
Si ellos pueden, con precisión, identificar esas señales es incluso otra pregunta. Todavía, el nuevo trabajo invita a un nuevo tema de conversación que se ha enfocado en las imágenes de los exploradores, escribe a María Zuber del Instituto de Tecnología de Massachussets, que no estaba asociado con el estudio, en un comentario acompañándolo.
Muchos científicos creen que la historia azul de Europa, una de las lunas de Júpiter, todavía está siendo escrita.
Europa orbita Júpiter cada pocos días, y esta órbita rápida genera fricción, que calienta el interior de la luna. Por esa razón, algunos sienten que un enorme océano salado todavía existe bajo la superficie helada de Europa, conteniendo quizás dos veces más líquido que los océanos combinados de toda la Tierra.
Algas, bacterias e incluso animales existen en condiciones similares en Antártica, viviendo a menudo bajo capas de hielo.
Porque Europa es bombardeada por radiación, organismos similares a los de la tierra no podrían vivir en la superficie.
Pero podrían
existir sólo a varios pies debajo, en las grietas visibles. En
papeles y charlas recientes, Jere Lipps, de la Universidad de
California, Berkeley, ha perfilado varias formas en que la vida en
Europa, o sus restos, podría ser expuesta a la superficie - e igual
que los exploradores o similares enviados a estudiar la luna. Éstos
incluyen lugares donde el hielo se ha agrietado y vuelto a congelar,
con vida atrapada en el interior; bloques de hielo que se han roto,
han sido arrojados fuera y ahora enfrentan la superficie; y
escombros alojados en crestas o en profundos abismos.
Mientras Europa y otros sitios cerca de la Tierra, como la luna de Saturno, Titán, siguen siendo lugares prometedores para encontrar agua, algunos científicos han puesto sus vistas lejano mucho más allá de este sistema solar.
Recientemente, Travis Barman, del
Observatorio de Lowell en Flagstaff, Arizona, detectó agua en la
atmósfera de un planeta a unos 150 años luz - la primera evidencia
de un planeta fuera del grupo de la Tierra.
Cuando él comparó sus modelos con las imágenes de HD 209458b del telescopio Hubble, aquellos que incluían agua en la atmósfera demostraron ser exactos, informa en la edición del 1º de junio de las Cartas Astrofísicas.
Recreación de un artista mostrando un envoltorio extendido eliptoide
de oxígeno y carbono descubierto alrededor del planeta extrasolar HD
209458b
(Instituto
de Astrofísicas de París, CNRS, Francia)
Un par de semanas después, un equipo de investigadores europeos anunció otro descubrimiento fuera de este sistema solar: el descubrimiento de un planeta increíblemente similar a la Tierra.
El
planeta, a unos 20 años de distancia y cinco veces la masa de la
Tierra, orbita a
la estrella Gliese 581. Hace varios años,
científicos encontraron otro planeta - este muy similar a Venus - orbitando esta misma estrella.
Pero porque Gliese es más pequeño que el Sol, la temperatura en la superficie de este planeta podría ser favorable al agua líquida, los investigadores informan en una próxima edición de Astronomía & Astrofísica.
Sin embargo, al final, las condiciones acuosas o incluso el agua misma, sólo puede contar parte de la historia de la vida más allá de la Tierra.
La conclusión debe esperar hasta que herramientas más poderosas o exploraciones más precisas conviertan la mera sugerencia en prueba sólida.
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