por Eric Jaffe

traducción de Adela Kaufmann
del sitio Web SmithsonianMagazine

Versión original en ingles
 

 

"Cuando yo era un niño", dice John Grant," la gran pregunta era: hay billones de estrellas en nuestra propia Vía Láctea, ¿Cuáles son las probabilidades para que no exista más vida?"

Grant, sin ser ya un niño en su tamaño mas sí en espíritu, ahora juega un papel sustancial colocando esas probabilidades.

 

El geólogo del Centro para Estudios Planetarios y de la Tierra, parte del Museo Nacional del Aire y el Espacio, es uno de media docena de científicos a cargo de crear itinerarios para 'Espíritu' y 'Oportunidad', los dos exploradores nómadas de la NASA que desde principios de 2004 han explorado Marte en busca de señales de vida, pasada o presente.

Los Investigadores diseñaron los vehiculos-exploradores (rovers) para recoger imágenes de piedras y de terreno donde el agua, el presunto previo requisito de vida, podría haber fluido. "Oportunidad" tubo éxito cuando llegó, después de tocar fondo en Meridiani Planum; un buen rato después "Espíritu" aterrizó entre las piedras volcánicas del Cráter de Gusev.

 

Pero las habilidades para el descubrimiento de vida de los exploradores están limitadas. Les falta el equipo para analizar los compuestos orgánicos o examinar los fósiles. (El chiste en curso de la misión, dice Grant, es que un explorador descubrirá un hueso de dinosaurio y será incapaz de recuperarlo.)

Estas tareas son reservadas para la misión Laboratorio de Ciencia de Marte, fijada para 2010.

 

 

 

 

La búsqueda de vida en el universo, sin embargo, no está confinada al camino de los exploradores.

 

Porque este asunto ya no está limitado a Marte, o aun al sistema solar de la Tierra. Cada vez más, astrónomos en laboratorios y observatorios alrededor del mundo están encontrando evidencia para las cimentaciones de la vida - más que nada, agua - en nuestro grupo planetario y más allá de él.

"Al conseguir más datos acerca de lugares fuera de la Tierra, estamos empezando a ver condiciones en donde hay que rascarse la cabeza y decir, ‘Este es un potencial ambiente habitable’, dice Grant.

"No es una prueba, pero usted está haciendo estadísticas y todos ellos están en la categoría de: A favor de la Vida".

Esto recibió otro punto a mediados de junio, cuando un grupo de científicos reavivó la idea que un inmenso océano existió una vez en el hemisferio norte de Marte.

 

Hace un par de décadas, científicos analizaron imágenes de esta región y encontraron lo que parecía ser una línea costera. Pero una línea costera del océano tiene una elevación uniforme, y las pruebas topográficas más tarde revelaron gran variación - en algunos lugares, más de una milla separaba las crestas y declives del terreno.

La nueva investigación, publicada en el periódico Nature, el 14 de junio, argumentando que, en los pasados mil millones de años, Marte ha cambiado la manera en que rota sobre su eje. En el proceso, mucha de la masa del planeta ha cambiado de tal manera que responde de la alternación de la línea, alguna vez línea costera.

El océano, claro, ya los tiene mareas, y fluye a lo largo de este límite. Pero es improbable que toda el agua escapara al universo, dice el principal autor del estudio, J.Taylor Perron de la Universidad de Harvard.

"Nosotros sabemos que la vida, como la conocemos, parece requerir agua líquida," dice Perron. "Ese requisito básico del elemento esencial puede haber sido satisfecho en Marte, ya sea cuando el océano existió en la superficie, o por consecuencia, más profundamente dentro de la corteza".

Ya sea que los científicos puedan excavar en la superficie del planeta y encontrar evidencia del hallazgo de agua - con todo y sus señales de vida - queda por verse.

 

Si ellos pueden, con precisión, identificar esas señales es incluso otra pregunta. Todavía, el nuevo trabajo invita a un nuevo tema de conversación que se ha enfocado en las imágenes de los exploradores, escribe a María Zuber del Instituto de Tecnología de Massachussets, que no estaba asociado con el estudio, en un comentario acompañándolo.

"El resultado indica… que la comprensión de la historia ‘azul' del planeta rojo está lejos de ser completa".

Muchos científicos creen que la historia azul de Europa, una de las lunas de Júpiter, todavía está siendo escrita.

 

Europa orbita Júpiter cada pocos días, y esta órbita rápida genera fricción, que calienta el interior de la luna. Por esa razón, algunos sienten que un enorme océano salado todavía existe bajo la superficie helada de Europa, conteniendo quizás dos veces más líquido que los océanos combinados de toda la Tierra.


Aunque la búsqueda de vida en Marte ha desviado atención y recursos de Europa, la luna helada ofrece muchas indicaciones que podría crecer vida allí, incluyendo la presencia de oxígeno, sal hidratada y quizás fotosíntesis.

 

Algas, bacterias e incluso animales existen en condiciones similares en Antártica, viviendo a menudo bajo capas de hielo.

"Si hiciéramos que Europa fuera de alta prioridad y pensáramos cuidadosamente donde aterrizar, pienso que habría una buena oportunidad de encontrar señales de vida allí", dice el científico planetario Richard Greenberg, de la Universidad de Arizona.

"Si hubo vida pasada en Europa, no veo por qué todavía no estaría allí. Es sumamente activa".

Porque Europa es bombardeada por radiación, organismos similares a los de la tierra no podrían vivir en la superficie.

 

Pero podrían existir sólo a varios pies debajo, en las grietas visibles. En papeles y charlas recientes, Jere Lipps, de la Universidad de California, Berkeley, ha perfilado varias formas en que la vida en Europa, o sus restos, podría ser expuesta a la superficie - e igual que los exploradores o similares enviados a estudiar la luna. Éstos incluyen lugares donde el hielo se ha agrietado y vuelto a congelar, con vida atrapada en el interior; bloques de hielo que se han roto, han sido arrojados fuera y ahora enfrentan la superficie; y escombros alojados en crestas o en profundos abismos.

Tales exposiciones implican que las exploraciones de Europa podrían descubrir vida sin las potenciales difíciles misiones de desembarco-y-excavaciones.

"Europa es activa, en el sentido que su cuerpo está reformándose continuamente", dice Greenberg. El "hielo se está agrietando, abriendo, cerrando. Hay una buena oportunidad que las substancias oceánicas salgan regularmente a la superficie".

Mientras Europa y otros sitios cerca de la Tierra, como la luna de Saturno, Titán, siguen siendo lugares prometedores para encontrar agua, algunos científicos han puesto sus vistas lejano mucho más allá de este sistema solar.

 

Recientemente, Travis Barman, del Observatorio de Lowell en Flagstaff, Arizona, detectó agua en la atmósfera de un planeta a unos 150 años luz - la primera evidencia de un planeta fuera del grupo de la Tierra.

El planeta, conocido como HD 209458b, reside en la constelación de Pegaso y está completamente hecho de gas. Como se ve desde la Tierra, HD 209458b pasa delante de su estrella cada pocos días. Durante esta etapa, la atmósfera del planeta bloquea una cierta cantidad de luz de las estrellas, permitiéndole a Barman que modelara los componentes atmosféricos.

 

Cuando él comparó sus modelos con las imágenes de HD 209458b del telescopio Hubble, aquellos que incluían agua en la atmósfera demostraron ser exactos, informa en la edición del 1º de junio de las Cartas Astrofísicas.

 

 

Recreación de un artista mostrando un envoltorio extendido eliptoide

de oxígeno y carbono descubierto alrededor del planeta extrasolar HD 209458b
Crédito: Agencia Espacial ÇEuropea y Alfred Vidal-Madjar

(Instituto de Astrofísicas de París, CNRS, Francia)
 

 

Un par de semanas después, un equipo de investigadores europeos anunció otro descubrimiento fuera de este sistema solar: el descubrimiento de un planeta increíblemente similar a la Tierra.

 

El planeta, a unos 20 años de distancia y cinco veces la masa de la Tierra, orbita a la estrella Gliese 581. Hace varios años, científicos encontraron otro planeta - este muy similar a Venus - orbitando esta misma estrella.

El nuevo planeta está mucho más cerca a Gliese que la Tierra al Sol, completando su órbita en aproximadamente dos semanas.

 

Pero porque Gliese es más pequeño que el Sol, la temperatura en la superficie de este planeta podría ser favorable al agua líquida, los investigadores informan en una próxima edición de Astronomía & Astrofísica.

"El planeta es el gemelo más cercano a la Tierra hasta la fecha", escriben ellos.

Sin embargo, al final, las condiciones acuosas o incluso el agua misma, sólo puede contar parte de la historia de la vida más allá de la Tierra.

 

La conclusión debe esperar hasta que herramientas más poderosas o exploraciones más precisas conviertan la mera sugerencia en prueba sólida.

"Nosotros creemos que la vida, como nosotros la conocemos, necesita agua para existir, pero la presencia de agua no implica la existencia de vida", dice Barman.

 

"Sin una evidencia directa, será muy difícil decir si la vida, en una u otra forma, está presente en cualquier planeta".