PARTE II

SATURNO Y LA INUNDACIÓN

 

 


Diluvio

” El diluvio de las Escrituras es considerado por historiadores y exegetas críticos como un producto legendario.

“La leyenda de un diluvio universal es, en sí mismo, un mito y no puede ser nada más.” (1)

Es “más desnuda y abiertamente mitológico.”

La tradición de un diluvio universal es contado por todas las civilizaciones antiguas, y también por razas que nunca alcanzaron la habilidad de expresarse en símbolos escritos de un idioma. Se encuentra por todo el mundo, en todos los continentes, en las islas del Pacífico y Atlántico, por todas partes. Normalmente se explica como una experiencia local llevada de raza en raza, corriendo de boca en boca. El trabajo de intercalar tal material se ha hecho repetidamente, y solamente fatigaría al lector si yo fuera a repetir estas historias como se cuentan en todas las partes del mundo, incluso en lugares nunca visitados por misioneros. (2)

El resto de las tradiciones recopiladas tampoco son idénticas en detalles, y a veces son muy diferentes en su escenografía, de la historia de Noé, pero todos están de acuerdo en que la tierra fue cubierta hasta las cimas de las montañas por el agua del diluvio, viniendo desde arriba, y que sólo unos pocos seres humanos escaparon a la muerte, en el diluvio. Las historias están a menudo acompañadas por detalles sobre una simultánea hendidura de la tierra. (3)

En la América precolombina, la historia de un diluvio universal es muy persistente; la primera edad mundial fue llamada Atonatiuh, o la edad que fue llevada a su fin por un diluvio universal. Esto está escrito e ilustrado en los antiguos códices de los mexicanos y fue narrado a los españoles que vinieron al Nuevo Continente. (4) Los nativos de Australia, Polinesia, y Tasmania, descubiertos en el siglo diecisiete, relatan casi idénticas tradiciones.(5)

Se encontraron lápidas de arcilla con inscripciones acerca de las tempranas edades y el diluvio en Mesopotamia. Su similitud con la cuenta bíblica, y a la historia del sacerdote de Caldea, Berosus (6), quién vivió en la edad helenística, causó una gran sensación al final del último siglo y el principio del actual. En este sensacional descubrimiento fue basado el sensacional panfleto Babel y la Biblia, por Friedrich Delitsch (1902), quién intentó demostrar en él que los hebreos simplemente habían pedido prestado esta historia, junto con muchos otros, de la reserva babilónica de leyendas.

Pero si aquí y allí, la historia del diluvio pudiera decirse que ha sido pedida prestada por el autor de las escrituras de los babilónicos, y por algunos nativos de los misioneros, en otros casos, ninguna explicación pudo ofrecerse. El carácter indígena de las historias, en muchas regiones del mundo hace muy frágil la teoría de haber pedido prestado.

Geólogos ven vestigios de lluvias diluviales por el mundo; los folkloristas oyen la historia de un diluvio universal dondequiera que el folklore es recopilado; los historiadores leyeron de un diluvio universal en los manuscritos americanos, en las lápidas de arcilla babilónicas y en los anales de casi todas las culturas de los pueblos.

 

Pero los climatólogos ponen muy en claro que aun que absolutamente todo el contenido del agua de la atmósfera se haya venido abajo en forma de lluvia, el diluvio resultante no puede haber cubierto ni siquiera las tierras bajas, mucho menos los picos de las montañas, como insisten todas las cuentas, que lo hizo este diluvio.
 


Referencias

1. A. Loisy, Les mythes babyloniens et les premiers chapitres de la genese (Los mitos babilónicos de los primeros capítulos del Génesis) (Paris, 1901).

2. R. Andree, Die Flutsagen (Sagas del Diluvio) (1891); Sir J.G. Frazer, Folk-lore in the Old Testament(Folklor en el Antiguo Testamento) (Londres, 1918); M. Winternitz, Die Flutsagen des Alterthums und des Natuervoelker (Sagas del Diluvio de la Antigüedad y de los Pueblos Primitivos)

3. Ej. La Historia de Malaya en Andree, Die Flutsagen (Sagas del Diluvio), p. 29. s

4. [Cf. el Código Vaticano, publicado por primera vez por Humboldt, y las cuentas de Ixtlilxochitl y Veytia entre otras.]

5. [Cf. A. C. Caillot, Mitos, leyendas y tradiciones de los polinesios (Paris, 1914); H. H. Howorth, Los Mamuts y el Diluvio (Londres, 1887), pag. 455ff.]

6. La historia de Berosus del Diluvio está citada en el Praeparatio Evangelica de Eusebius Libro IX, cap. 12, y en Cyril’s Contra Julianum, Bk. I.

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William Whiston y el Diluvio


Los años 1680 y 1682 fueron años de cometas extraordinariamente luminosos. Muchos folletos fueron impresos, sobre todo en Alemania, del inminente fin del mundo; o por lo menos, se esperaban grandes catástrofes. No había nada nuevo en tales pronósticos. En los siglos más tempranos y también más temprano, en el siglo XVII, los cometas eran considerados con temor y se les atribuía cualquier efecto negativo. Así, un erudito autor, David Herlicius, publicó en 1619 un discurso sobre un cometa que había aparecido poco antes, en 1618, y enumeró las calamidades que éste, y los cometas en general, traían consigo o presagiaban:

El desecamiento de las cosechas y esterilidad, pestilencia, grandes vientos tormentosos, grandes inundaciones, naufragios, derrota de ejércitos o destrucción de reinos,. . . defunción de grandes potentados y estudiosos, cismas y divisiones en la religión, etc. Los augurios de cometas son de tres partes—parte natural, parte político, y parte teológico. (1)

David Herlicius (2) también citó a Cicerón: “Del recuerdo más remoto de la antigüedad se sabe que los cometas siempre han pronosticado desastres.” (2)

El miedo y aun el horror causados por el cometa de 1680 estaban empezando a calmarse, cuando en 1682, apareció otro gran cometa.

Edmund Halley tenía veintiséis años cuando, en 1682, apareció este cometa. Él tenía experiencia en observaciones y cálculos astronómicos, después de haberse pasado tiempo en la isla Santa Helena, catalogando allí 341 estrellas del sur; él había observado el tránsito de Mercurio, e hizo observaciones de péndulo. Ahora él calculó la órbita del cometa de 1682, y predijo su retorno en 1759.

 

Realmente, la periodicidad de los cometas no fue primero descubierta por Halley. Los antiguos autores sabían que los cometas tienen su tiempo de revolución. Seneca escribió en su tratado “De Cometis”—en algunos respectos, aun la más avanzada discusión en este tema—que los caldeos contaban los cometas entre los planetas. (3) Un cometa con una periodicidad de aproximadamente 70 años era conocido por los rabinos. (4)

No obstante, muy poco consciente de los trabajos de los antiguos, el mundo moderno aclamó a Halley como descubridor de la periodicidad de los cometas; sin embargo, esta aclamación sólo vino después de que su pronóstico fuera comprendido. El cometa de 1682, o el cometa Halley, regresó en 1759. Vino algo retardado a causa de su pasaje cerca de los planetas Júpiter y Saturno. Este retraso había sido calculado por Halley, aunque no con suficiente precisión.

 

En la tumba de Halley están grabadas estas palabras:

“Bajo este mármol descansan apaciblemente los restos. . . Edmundus Halleius, LL.D., indiscutiblemente el más grande astrónomo de su época.”

Pero cuando Halley ofreció su teoría de la periodicidad de los cometas, y del retorno del cometa observado después de setenta y cinco años, esta teoría no fue recibida inmediatamente con entusiasmo. Todavía en la mente de un matemático contemporáneo, la idea de un retorno periódico de los cometas era el principio de una teoría ampliamente-desarrollada del origen del mundo y de la naturaleza del diluvio.

William Whiston, nacido en 1667, publicó en 1696 su Nueva Teoría de la Tierra. En este libro, él afirmó que el cometa de 1682 era de una periodicidad de 575 años y medio; que el mismo cometa había aparecido en febrero de 1106, en +531, en el consulado de Lampadius y Orestes, y en septiembre de -44, el año del asesinato del César. (5) Whiston afirmó, más allá, que este cometa se había encontrado con la tierra en -2346, y causó el Diluvio. (6)

Whiston encontró en referencias, en la literatura clásica, al cambio en la inclinación del eje terrestre y, atribuyéndolo a un desplazamiento de los polos por el cometa del Diluvio, concluyó que antes de esta catástrofe, los planos de rotación diaria y la revolución anual coincidían, y que, por consiguiente, no habían estaciones. También encontró referencias a un año que consiste de solo 360 días, y aunque los autores griegos se refirieron el cambio del tiempo de Atreus y Thyestes, y los romanos al tiempo de Numa, más o menos en -700, Whiston atribuyó estos cambios al efecto del encuentro de la Tierra con el cometa del Diluvio. Whiston pensaba que la misma Tierra fue alguna vez un cometa.

Whiston fue escogido por Isaac Newton para tomar su cátedra de matemáticas en la Universidad de Trinidad, en Cambridge, cuando el Newton, después de muchos años, se jubiló para dedicarse a los deberes de presidente de la Sociedad Real. Whiston, como Newton, era un Unitario. También estaba cerca de ser un fundamentalista. Él estaba seguro que sólo una catástrofe global fue descrita en las Escrituras—aquella del Diluvio. Del fenómeno descrito en el libro de Josué, él escribió:

“Las Escrituras no intentaban enseñarle filosofía a los hombres, o acomodarse al verdadero sistema pitagórico del mundo.”

Es difícil decir lo que impulsó a Newton, quien seleccionó a Whiston como su sucesor, de oponerse a la elección del mismo Whiston como miembro de la Sociedad Real. Tenemos otro caso similar después un siglo, cuando el Sir Humphry Davy, el mentor de Michael Faraday, dirigió una campaña activa para mantener alejado a Faraday de ser admitido a la Sociedad Real de la que Davy era presidente.

Pero la idea en sí de una periodicidad de los cometas, tomada de Halley por Whiston, todavía no era aceptada. En 1744, un autor alemán escribió:

“Es bien conocido que Whiston y otros como él, que desean pronosticar las idas y venidas de los cometas, se engañan a sí mismos, y se ha vuelto objeto de ridículo por el mundo entero.” (7)

Todavía más tarde, Whiston fue ridiculizado por Georges Cuvier, él mismo un defensor de una teoría catastrofista:

Whiston imaginó que la tierra fue creado de la atmósfera de un cometa, y que fue inundado a causas de la cola de otro. El calor que permaneció de su primer origen, en su opinión, excitó a toda la población antediluviana, a los hombres y a los animales, a pecar, por lo que todos ellos fueron ahogados en el diluvio, exceptuando los peces, cuyas pasiones eran aparentemente menos violentas.
 

Referencias

1. (“Ausduerrung des Erdbodens und unfruchtbarkeit, Pestilenz, grosse mechtige Sturmwinde, Erdleiden, grosse Wasserfluthen, Schiffbruch, verenderung der Regimenten, oder verstoerung der Koenigreich . . . abgang grosser Potentaten und gelaerter Leute, Rotten und Secten in Religion, etc. Sind also die significationes oder Bedeutungen der Cometen dreyerley, etliche sind Naturales oder natuerlich, etliche Political oder weltlich, etliche Theological oder gestlich.”) “Desecamiento de la tierra e infertilidad, Pestilencia, grandes y poderosas tormentas de viento, Penalidades de la tierra, grandes inundaciones, Naufragios, terminación de regimientos o disturbios del Reina…ocaso de grandes Potentados y Personas letradas, Podredumbre y Sectas en Religiones, etc. Son también los significados de todos los Cometas, algunos son Naturales otros políticos, otros mundiales, algunos teológicos o espirituales.”
 

2. Cicero, De Natura Deorum: “Ab ultima antiquitatis memoria notatum cometas semper calamitatum praenuntios fuisse.” The Pythagoreans believed that great comets appear at great intervals of time. Posidonius, Fg. 131b, L. Edelstein and I. G. Kidd eds., (Cambridge, 1972), p. 123.
Quaestiones Naturales IV.1. La misma opinión fue atribuida Hippocrates.
 

3. En el siglo II de esta era, el Rabino Joshua dijo “Hay una estrella que aparece cada 70 años y desencamina a los capitanes de barcos.” Se ha sugerido que esta declaración sea una referencia al cometa de Halley. (W. M. Feldman, Matemática y Astronomía Rabínica.) (New York, 1931), pp. 11, 216.
 

4. [La periodicidad de 575 y medio años del cometa de 1682, y sus previos regresos comentando en -44, fueron primero propuestos por Halley y aceptados por Newton (Philosophiae Naturalis Principia Mathematica tercera edición, 1726, Libro III, Proposición XLI, Problema XXI).]
 

5. “La Causa del Diluvio Demostró, siendo un Apéndice a la 2ª edición de la Nueva Teoría de la Tierra” (Londres, 1708). Whiston cambió la fecha calculada por cometógrafos más tempranoa xcomo rwniwnso un múltiplo de 575½ años. David Rockenbach, Seth Calvisius, y Christopher Helvicus habían arreglado la fecha a -2292, y Henricus Eckstormius y David Herlicius a -2312.
 

6. S. Suschken, Unvorgreifliche Kometen-Gedanke (Pensamientos en Cometas Inimaginables) (1744), p. 8. “Es seguro que Whiston y otros, que quieren predecir la aparición y desaparición de los cometas, se engañan a sí mismos y se convierten en blanco de burla para el mundo.”

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Diluvio y Cometa


La idea que un cometa anunció el Diluvio no era nuevo para William Whiston: se encuentra en varios autores más tempranos, los llamados “cometógrafos” y cronologistas del siglo XVII. Pero ellos, en efecto, sólo describieron la apariencia del cometa en el momento del Diluvio, y no dedujeron teoría alguna de él. No vieron ninguna relación causal: era más de naturaleza de coincidencia. Lo nuevo en Whiston fue la identificación del cometa de 1680 como el cometa del Diluvio, y los perturbadores efectos en la posición y movimiento de nuestro planeta, atribuido por él a las actividades del cometa; finalmente, su teoría general es que la misma Tierra fue una vez un cometa.

El autor que Whiston nombra como su fuente es J. Hevelius, cuyo libro “Cometografía” fue publicada en 1668. Al parecer, Whiston no regresó más allá a las fuentes de Hevelius: a Abraham Rockenbach (15 -16), Seth Calvisius (1556-1615), Henricus Ecstormius, Christopher Helvicus (1581-1617) y David Herlicius (1557-1636). (1)

 

Abraham Rockenbach fue un erudito del Renacimiento tardío, un hombre de amplios intereses, ya evidente del hecho que él ocupó tanto, la cátedra de griego y Matemáticas en la Universidad de Frankfurt, y después enseñó leyes y se volvió Decano de la Facultad de Filosofía en esa Universidad. En 1602 publicó un corto tratado en latín, Del cometis tractatus novus methodicus, y en él estaba la siguiente entrada sobre el Diluvio:

En el año de la creación del mundo, 1656, después de que Noé había llegado a la edad de 600 años, tres días antes de la muerte de Matusalén, apareció un cometa en la constelación Piscis, fue visto por el mundo entero cuando cruzó los doce signos del zodíaco en el espacio de un mes; el dieciséis de abril desapareció de nuevo. Después de esto, siguió inmediatamente el Diluvio, en que todas las criaturas que se mantienen en la tierra y se arrastran en ella fueron ahogadas, con la excepción de Noé y el resto de las criaturas que habían entrado con él en el arca. Sobre estas cosas cuenta el Génesis, en el capítulo 7. (2)

Rockenbach vivió y escribió casi cien años antes que Whiston.

 

¿Cuáles fueron las fuentes de Rockenbach? Él no nos dejó conocerlas. Se refirió a ellas al principio de su tratado, afirmando que estaba basado en información ex probatissimis & antiquissimis veterum scriptoribus —"del más fidedigno y más antiguo de los escritores tempranos.” Ya hemos tenido la ocasión de citar de Rockenbach en relación con el cometa que brilló durante el Éxodo. (3)

 

Allí él sólo se refiere a Plinio, aunque él probablemente usó otras fuentes además de: Lydus, Servius, Hephaestion, y Junctinus, que escribieron sobre cometas, y Servius también menciona las escrituras de Campester y Petosiris.

Aunque nunca podemos estar seguros de las fuentes en las que Abraham Rockenbach y otros cometógrafos entraron al mencionar un cometa en conexión con el Diluvio, la gran autoridad medieval rabínica, Rashi, estaba probablemente entre ellos(4). Rashi escribió referente a Khima, un cuerpo celestial mencionado en Job 9:9 y 38:31, y en Amos 5:8, que es “una estrella con una cola,” o un cometa. En el Talmud, Khima es asociado con el Diluvio, y esta parece haber sido la fuente de la aserción de los cometógrafos de que 'un cometa apareció en conjunción con ese evento.

La pregunta ahora es, ¿que era Khima, y cual fue su papel en el Diluvio? ¿Realmente era un cometa como lo pensó Rashi?
 


Referencias

1. Herlicius escribió en 1619 (Kurzer Discurs vom Cometen (Corto Discurso sobre Cometas, etc.): .): “Man liest in den Historien dass im God. Jahr Alters Nohae, in welchem die Strafreife Welt mit der Suendfluth vordorben, ein Comet in der Fischen erschienen sey unter der Gubernation Jovis, welcher 29 Tagen alle Signa oder Zeichen des Zodiacs durchgangen, und aller Welt Erschienen sey“. ( “El Hombre lee en la Historia que Dios, en los tiempo en el cual llegó el castigo del mundo al pecado, un cometa apareció entre los peces, bajo la gobernación de Jovis, la cual por 29 días toda señal del zodíaco pasó, y apareció por todo el mundo.)

2. Anno a conditu mundi, millesimo, sexcentesimo, quinquagesimo sexto, postquam Noa annum aetatis sexcentesimum attingit, triduo ante obitum Methusalem, Cometa in duodecatemorio piscium, a toto terrarum orbe, conspectus est, quid duodecim signa coeli, unius mensis spatio percurrit, dicimoq; sexto Aprilis die rursus evanuit. Post hunc, diluvium statim secutum est, in quo omnia viventia humiq; serpentia animalia, Noa excepto, reliquisque creaturis cum Noa in arcam ingressis, suffocata sunt. De quibus Genesism cap. 7 scriptum est.

3. Mundos en Colisión, sección “El Cometa Tifón.”

4. “Rashi” es una abreviación para Rabino Isaac ben Salomón; él vivió en el sur de Francia en el siglo XXI. Su comentario a la Biblia y a algunas partes del Talmud todavía es considerado como el más autoritario en el campo de conocimientos rabínicos que tienen las grandes autoridades en cada uno de los veinte siglos desde el principio de aprendizaje rabínico. Hasta hoy, el comentario de Rashi se le proporciona a muchas ediciones hebreas de las Escrituras y Talmud, con el super comentario sobre Rashi, por autoridades más tardías, también agregadas.

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Khima


El Tractate Brakhot del Talmud babilónico dice que el Diluvio fue causado por dos estrellas que se cayeron de Khima hacia la Tierra. La declaración se lee de la siguiente manera:

Cuando el Santísimo... quiso traer un diluvio sobre el mundo, Él tomó dos estrellas de Khima y trajo un diluvio sobre el mundo. (1)

Ya he mencionado que Rashi, el exégeta medieval, cuya autoridad es insuperable entre los rabinos, dice que en la frase citada, Khima significa una estrella con una cola, o un cometa. Esta explicación encontró su camino en los Jobs de varios teólogos gentiles. (2) ¿Debe entenderse, entonces, que cuando dos grandes meteoritos se desprenden de un cometa y se caen a la Tierra, causan grandes mareas? Los casos cuando cayeron meteoritos mientras un cometa brillaba en el cielo es un hecho conocido, y el clásico caso lo encontramos en Aristóteles. (3)

 

Un meteorito, igual en su masa, al que, con su impacto, formó el cráter de Arizona, si cayera en el océano, levantaría grandes mareas y olas, de una cobertura tan ancha, que posiblemente le diera la vuelta al globo?. Entonces ¿debemos entender el Diluvio como una inmensa marea con enormes olas recorriendo y atravesando los continentes? Este cuadro difiere ampliamente de la historia del Génesis, según la cual el agua estaba cayendo durante un largo período, del cielo, y que las aguas de las profundidades subieron, cubriendo la superficie de la tierra.

El Tractate Brakhot explícitamente señala los puntos a la causa del Diluvio, que antes de clasificar la narrativa en Génesis en su integridad como imaginación folklórica (lo que en parte, ciertamente lo es), y también antes seguir más allá con la idea de Rashi, debemos inquirir: ¿Cual cuerpo celestial es Khima? ¿Está correctamente explicado como cometa?

En el Antiguo Testamento, Khima se menciona en varias ocasiones. En Job, Cap. 9, el Señor es quien,

“el arranca los montes con su furor... y las vuelca... el remueva la tierra de su lugar... el manda al sol, y no sale; y seela a las estrellas... El solo extendió los cielos... El hizo a Aish y Kesil, y Khima, y los lugares secretos del sur....”

En la versión del Rey James, estos nombres se traducen como Arcturus, Orión, y las Pléyades. Las cámaras del Sur normalmente son explicadas como las constelaciones del sur.

Khima y Kesil son también nombradas en Job, capítulo 38, donde, de nuevo, en un texto que trata con los actos violentos a los cuales la Tierra fue una vez sometida:

“. . . ¿Quien encerró con puertas el mar cuando se derramaba saliéndose de su seno? . . . ¿Cuándo puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad… y establecí sobre él mi decreto… le puse puertas y cerrojo, Y dije: Hata aquí llegarás y no pasarás adelante…”

El Señor le pregunta a Job:

“¿Podrás tu atar los lazos de Khima, O desatarás las riendas de Kesil? ¿Sacarás tu a su tiempo las constelaciones de los cielos, O guiarás a Mazzaroth con sus Hijos? …”

Davidson y Lanchester se preguntan sobre el significado de este pasaje: como la versión del Rey James, ellos traducen Pléyades por Khima, o Orión por Kesil. (4) Mazzaroth queda sin traducir (N. de T. En la versión Reina Valera, Mazzarot se traduce como la Osa Mayor)

En Amos, capítulo 5:8, una vez más, son mencionados Khima y Kesil, en un verso que revela los grandes actos del Señor,

“buscad al que hace Khima y Kesil, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche: el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra…”

Hieronymus, también conocido como San Jerónimo, el autor del siglo IV del Vulgate, la versión latina del Antiguo Testamento, traduce Khima como Arcturus en una instancia (Amos 5), como Pléyades en otra (Job 38), y como Hyades en la tercera (Job 9):
 

 

KHIMA

KESIL

AISH

Job 9:9

Hyades

Orion

Arcturus

Job 38:31

Pléyades

Arcturus

 

Amos 5:8

Arcturus

Orion

 


Similarmente, Kesil fue traducido por el Septuagint, la versión griega del Antiguo Testamento, que fecha hasta atrás, al siglo III antes de la era presente, como Hesperus, o la Estrella de la Tarde, y en otra instancia como Orión. Aish, traducido como Arcturus en el Vulgate, traducido como Pléyades por el Septuagint:
 

 

KHIMA

KESIL

AISH

Job 9:9

Arcturus

Hesperus

Pléyades

Job 38:31

Pléyades

Orion

 

Amos 5:8

no se da

no se da

 


Obviamente el verdadero significado de estos nombres se perdió, porque la misma autoridad, en varias ocasiones usó diferentes constelaciones estelares o planetas para cada una de ellas: Kesil, Khima, Mazzaroth, Aish. Intérpretes más tardíos tentaron en la oscuridad; por lo que Calmet, el eminente comentarista francés y exégeta de principios del siglo XVIII tradujo Khima como el Gran Oso. (5) Otros lo tradujeron como Sirio (Can Mayor).

Los intérpretes estaban especialmente integrados por la descripción en Job 38. El Señor pregunta a Job si él puede ligar las cadenas de Khima o soltar las riendas de Kesil.

“La palabra en la segunda cláusula es de una raíz que siempre tiene el significado de halar o tirar de. . .” (6)

¿Cuál estrella está en cadenas? ¿Y que estrella es tirada por riendas, como si fuese por caballos?

Las identidades de Khima y Kesil, Aish y Mazzaroth, eran de menor importancia cuando se sumaron para encontrar su significado por su propia causa en las oraciones poéticas de Amos y Job. Pero tal identificación, especialmente de Khima, crece en importancia si la citada frase del Tractate Brakhot puede contribuir a una comprensión del etiología del Diluvio, como los antiguos lo conocieron o pensaron conocerlo.

En Mundos en Colisión, yo he explicado que Mazzaroth significa la Estrella de la Mañana (Tarde); el Vulgate tiene a Lucifer como Mazzaroth y el Septuagint se lee: “Puedes traer a Mazzaroth en su estación y llevar a la estrella de la Tarde por su larga cabellera?” Yo ya he mostrado el porqué la estrella de la Mañana-Tarde fue descrita como teniendo cabellera o cola, y por que Venus no aparecía en sus estaciones.

Aparentemente los otros miembros del grupo eran planetas también. Y realmente nosotros haber empezado por el descubrimiento que en la literatura rabínica, Khima es llamado Mazal Khima. (7) En hebreo, mazal significa “planeta”. Entonces, ¿cual planeta es Khima? Si nosotros pudiéramos averiguar cual de los planetas es Khima, entonces también podríamos saber a que planeta el Talmud asignó la causa física de la inundación mundial. Como hemos visto, los textos Bíblicos, en sí, no contienen los medios para determinar cual de los planetas son Khima y Kesil.

“Si no fuese por el calor de Kesil, el mundo no podría soportar el frío de Khima; y si no fuese por el frío de Khima, el mundo no podría soportar el calor de Kesil.”

Esta frase se encuentra, también, en el Talmud babilónico, en el Tractate Brakhot. (8)

Kesil quiere decir en hebreo “necio” (fool). De los textos bíblicos no está claro porqué uno de los planetas recibió este adverso nombre adverso, o, porqué, más probablemente, la palabra “necio” es derivada del nombre del planeta. (9)

En la Ilíada, Ares-Marte es llamado “necio”. Pallas Atena le dijo:

“Necio, ni siquiera ahora has aprendido cuan mucho más poderos, me confieso ser, que tu, que tu mides tu fuerza con la mía.” (10)

Estas palabras también explican porqué Marte fue llamado necio: chocó repetidamente con el planeta-cometa, Venus, mucho más macizo y más fuerte que él.

 

Para los pueblos del mundo este prolongado combate debe de haber parecido, o como una valiente acción por parte de Marte, sin descansar, sino que, por el contrario, volviendo de nuevo, y de nuevo a atacar al estupendo Venus, o debe de haber parecido una acción necia de arremeter repetidamente contra el planeta más fuerte. Homero describió las batallas celestiales como acciones necias por parte de Marte. Así Kesil, o el “necio”, entre los planetas nombrados en el Antiguo Testamento, es muy probablemente Marte.

En Plinio encontramos una frase que se lee:

“La estrella Marte tiene una luz ardiente. . . debiendo esto a su excesivo calor y a la escarcha de Saturno, Júpiter estando situado entre ellos, combina la influencia de cada uno y lo hace saludable.” (11)

El efecto calorífico, atribuido en el Talmud a Kesil, es atribuido por Plinio a Marte, y el efecto refrescante de Khima, a Saturno. Por esta frase de Plinio nos fortalecemos en nuestra identificación de Kesil como el planeta Marte; corrobora la conclusión que acabamos de hacer, con la ayuda de la Ilíada. Pero lo que es más aun importante, Pliny ayuda a identificar el “planeta Khima”: es Saturno.

Cicerón también escribió que “Saturno tiene una influencia refrescante,” considerando que Marte “imparte calor.” (12) Porfirio, un autor del siglo III, escribió similar a Plinio y a Cicerón: “El poder de Kronos [Saturno] se percibe como flojo y lento y frío. El poder de Ares [Marte] lo perciben ardiente.” (13)

Plotino, contemporáneo de Porfirio escribió: “Cuando el planeta frío [Saturno] está en oposición con el planeta caliente [Marte], ambos se vuelven dañinos”. (14) Otras declaraciones al mismo efecto se pueden encontrar en Vitruvio, (15) y Proclo. (16) En estas frases, así como en aquellas de Plinio y del Talmud, Marte es considerado como ser un planeta ardiente (17) Saturno como un planeta frío. (18)

El pasaje en el Libro de Job (38:31) puede ahora ser leído: “¿Podrás tu atar los lazos de Saturno y desatarás las ataduras de Marte?” Las ataduras de Saturno pueden verse incluso hoy, con un telescopio pequeño. Las riendas de Kesil, están discutidas en Mundos en Colisión, sección “Los Corceles de Marte.” Las dos lunas pequeñas de Marte, Phobos y Deimos, fueron conocidas a Homero (19) y son mencionadas por Virgilio. (20) Fueron considerados por los pueblos de la antigüedad como corceles uncidos al carruaje de Marte.

El pasaje en el Talmud que hace al planeta Khima responsable por el Diluvio: “Dos estrellas hicieron erupción del planeta Saturno y causaron el Diluvio.”
 


Referencias

1. Tractate Brakhot (Seder Zerafim) capítulo IX, Fol. 59a, traduc. por Maurice Simon, edic. por I. Epstein (Londres, 1948).

2. Cf. Por ejemplo J. B. Wiedeburg, Astronomische Bedenken ueber die Frage ob der vorstehende Untergang der Welt natuerlicher Weise entstehen, inbesondere durch Annaeherung eines Cometen zur Erde werde befoerdert werden.(Reflexiones Astronómicas sobre la Pregunta si el antes citado Fin del Mundo será de una Forma Natural, sobre todo sería propiciado a través del acercamiento de cometas a la tierra) (Jena, 1744), pag. 80, 157.

3. El meteorito cayó en Aegospotami, cerca del Bósforo. Vea Spyridon Marinatos, Two Interplanetary Phenomena of 468 B.C.(Dos Fenómenos Interplanetarios del 458 A.C.) (Atenas, 1963).

4. A. B. Davidson por H. C. Lanchester, a Job 38:31 en La Biblia de Cambridge (Cambridge, 1926).

5. Augustin Calmet, Commentaire litteral sur tous les livres de l’ancien et du nouveau Testament (Comentario literal de todos los libros del antiguo y nuevo Testamento), “Los XII pequeños profetas” (Paris, 1715).

6. La Biblia de Cambridge.

7. Jacob Levy, Woerterbuch ueber die Talmudim und Midrashim (Diccionario sobre el Talmudismo y el Midrashismo) 2ª ed. (Berlin, Vienna, 1924): entrada “Khima.”

8. Op. cit., Fol. 58b.

9. S. R. Driver a Amos 5:8 en La Biblia de Cambridge (Cambridge, 1918).

10. La Ilíada, Libro XXI, línea 400.

11. Pliny, Historia Natural II. 34: “Saturni sidus gelidae ac rigentis esse naturae . . . tertium Martis ignei, ardentis a solis vicinitate . . . hujus ardore nimio et rigore Saturni, interjectum duobus ex utroque temperari Jovem salutarmque fieri.”

12. De Natura Deorum II. 46.

13. L. Thorndike, Una Historia de la Magia y Ciencia Experimental Vol. I (New York, 1920), p. 43.

14. Plotinus, Es de valor la Astrología? Traducc. por K. Guthrie (Londres, 1918). [Similarmente escribió el astrólogo Dorotheus—vea J. Haeg en Hermes XLV (1910), pág. 315-319. En la astrología babilónica, la conjunción de los dos planetas era considerada favorable (J. Oppert, Fragmentos mitológicos (Paris, 1882), p. 37.]

15. De Architectura IX. 1, par. 16: “Martis stella, itaque fervens ab ardore solis efficitur. Saturni autem . . . vehementer est frigida. Ex eo Iovis cum inter utriusque circumitiones habeat cursum, a refrigeratione caloreque earum medio convenientes temperatissimoque habere videtur effectus.”

16. Proclus Diadochus, En el Vol. de Timaeo IV, pág. 92,: “Las Estrellas” iii.1.: “Saturno y Marte son los extremos, y en oposición uno del otro. . . uno siendo el principio de refrescar, el otro de calentar. . . Júpiter sostiene el centro y lleva a una feliz mezcla las actividades creativas de los otros dos.” [Cf. también el resumen del sistema de Philolaos en su In euclide de Proclus. 402. 21: “Cronos, de hecho, sostiene todas las substancias húmedas y frías, y Ares toda la naturaleza de fuego.”]

17. El otro nombre para Marte en Hebreo rabínico—Maadim—significa “rojo” o “enrojeciéndose.” Marte tiene un color rojizo.

18. [Estas cualidades astrológicas de los dos planetas son descritas largamente en el Tetrabiblos de Plotemy II.9. Cf. R. Klibansky, E. Panofsky, and F. Saxl, Saturno y and Melancolía (Londres, 1964); también D. Cardona, “El Misterio de las Pléyades,” KRONOS Vol. 3 No. 4 (1978), pág. 24-44.]

19. Ilíada XV. 119-120.

20. Georgica III. 91: “Martis equi biiuges.”

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Los Cometas de Saturno

Antes de escudriñar en las tradiciones antiguas por cualquier posible asociación de Saturno con el Diluvio, debemos notar que la idea que Saturno pueda haber tenido algo que ver con el origen de algunos de los cometas del sistema solar no es sin una fundación teórica. Un grupo de cometas de corto período lleva el nombre de “La familia saturniana de cometas”; ellos giran en elípticas que acercan estrechamente a la órbita de Saturno. Una familia más grande de cometas de corto período lleva el nombre de “Joviano” , y Júpiter es considerado que tiene algo ve ver con su origen: sus órbitas llegan muy cerca de la órbita de Júpiter.

La explicación usual para las familias Saturnianas y Jovianas de cometas es que ellos, originalmente habían viajado en órbitas extremadamente elongadas o aun parabólicas, y que pasando cerca de uno de los planetas grandes, fueron cambiadas a cometas de cortos-períodos, viajando en elípticas— es usual decir que fueron “capturados”.

 

Sin embargo, el astrónomo ruso K. Vshekhsviatsky, del Observatorio de Kiev, una de las principales autoridades en cometas, ha traído fuertes argumentos para demostrar que los cometas del sistema solar son cuerpos celestes muy jóvenes—de solamente unos pocos miles de años—y que se originaron en explosiones de los planetas, especialmente de los más grandes planetas, Saturno y Júpiter, o de sus lunas.

 

Comparando la luminosidad observada de los cometas periódicos en sus subsecuentes regresos, él encontró fallas y rápida disminución de sus masas por la pérdida de materia al espacio, a través del cual viajan; la cabeza del cometa emite colas en cada pasaje cerca del sol y luego disipa la materia de las colas sin recuperarla.

 

Entonces, Vshekhsviatsky concluyó que los cometas de duración corta se originaron en el sistema solar, y no fueron capturados de afuera de ese sistema—un punto al cual la mayoría de los astrónomos todavía se adhiere—y que ellos vinieron a la existencia por medio de explosiones de Júpiter y Saturno, y a una magnitud más pequeña, por la explosiones de planetas más pequeños, como Venus y Marte. (1)
 

Para originarse de esta manera desde un planeta, la masa explotada debe superar el tirón gravitatorio del cuerpo-padre; mientras más grande sea la masa del planeta, mayor debe ser la velocidad inicial de escape de la materia desplazada. Por esta razón, la idea de la explosión de cometas desde los planetas se prefiere a la idea de su explosión desde el sol.

 

Debido a la gran masa del sol, la velocidad de escape de allí debe ser de una aproximación de xxx kilómetros en el primer segundo, y desde Saturno, sólo 35 km. Pero incluso estas velocidades son bastante altas, por lo que el Profesor Vshekhsviatsky reconoció que debe de haber habido circunstancias inusuales, las cuales no intentó determinar, pero cuya existencia afirmó en base a los efectos producidos, es decir, los efímeros cometas alcanzando a las órbitas de Júpiter y Saturno cada vez que estos cometas retroceden del sol, a sus puntos más lejanos (aphelia). (2)

La frase en el Tractate Brakhot que atribuye la causa del Diluvio a los cuerpos cometarios que erupcionaron del planeta Saturno, no parece tan fantástico como cuando primero comprendimos el significado de Khima en esa frase.

La explosión de cuerpos cometarios desde Saturno y Júpiter se afirma en base a cálculos y observaciones completamente astronómicos; las circunstancias de tales explosiones deben de haber sido reconocidamente extraordinarias; el tiempo cuando esto pasó debe medirse en los miles de años, no en decenas de miles o millones. ¿También podremos ser capaces de establecer, con la ayuda de la memoria humana colectiva, cuales fueron las extraordinarias condiciones?

Pero, no debemos primero, ubicarnos en terrenos más firmes, demostrando que la afirmación en el Tractate Brakhot un es solo un testimonio, sin apoyo en las tradiciones y creencias de las razas antiguas del mundo?
 


Referencias

1. K. Vshekhsviatsky, Publicaciones de la Sociedad Astronómica del Pacífico, Vol. 74 (1962), p. 106.

2. [Su-ma Chien, el historiador chino (aprox. -145 hasta aprox. -80) escribió que el planeta Júpiter, “si no está en el lugar donde debería estar” podría producir diferentes tipos de cuerpos cometarios. (Les gouverneurs du ciel -Los Gobernantes del cielo-, traducc. por E. Chavannes). El origen de los cometas de las conjunciones de planetas fue postulado por varios filósofos griegos, entre ellos, Demócrito y Anaxagoras.. (Aristóteles, Meteorologica I, 6; Diogenes Laertius; Seneca, Quaestiones Naturales).]

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Saturno y el Diluvio


Siguiendo las fuentes rabínicas que afirman que el Diluvio fue causado por dos cometas arrojados por el planeta Khima, y nuestra interpretación del planeta Khima como Saturno, empezamos a entender los textos astrológicos, tales como ciertos pasajes en el Tetrabiblos de Ptolomeo, que atribuyen al planeta Saturno inundaciones y todas las catástrofes causadas por las altas aguas. (1)

La presencia del planeta (6) en Acuario, especialmente, trajo expectativas de pesadas lluvias pesadas e inundaciones(2) , como es atestiguado, entre otros, por el escritor romano del siglo I, Lucan. (3) Muchos de los antiguos astrólogos estaban de acuerdo en este punto. (4) En un trabajo titulado Speculum astrologiae, Junctinus atribuye las inundaciones a la acción de los cometas de Saturno. (5) Los textos cuneiformes contienen profecías de un diluvio que tiene lugar cuando un cometa asume una dirección con su cabeza hacia la Tierra. (6)

Filósofos de la antigüedad, que no eran astrólogos, expresaron su creencia que Saturno está, de alguna manera, relacionado a la humedad—entre ellos, los pre-Socráticos Philolaus y Philodemus, (7) y, algo después, Platón. (8) El antiguo Pliny escribió en su Historia Natural, que es bien conocido que las pesadas lluvias siguen transiciones de Saturno. (9)

 

Servius afirmó que “Saturno es un dios de las lluvias . . . Cuando está en el signo de Capricornio, causa lluvias muy pesadas, sobre todo en Italia” (10) y de nuevo: “Saturno es el dios de todo lo que es húmedo y frío.” (11) Proclus registró las creencias Pitagoreanas: “De nuevo, en los cielos, Ares es fuego, Júpiter, aire, Kronos, agua.” (12)

 

Nonnos se refirió al “antiguo Kronos , de pesadas rodillas, vertiendo lluvia.” (13) Hipólito escribió de las creencias de un miembro de la secta de Peratae: “Pero el agua, dice, es destrucción; ni tampoco el mundo, dice, pereció más rápido por cualquier cosa que el agua. El agua, sin embargo. . . ellos afirman (que es) Cronus.” (14) Nosotros reconocemos que la conexión astrológica entre Saturno y las catástrofes creadas por el agua alta tienen un origen muy antiguo.

En la historia caldea del Diluvio, como es contado por Berossos, Kronos (Saturno) develó al rey Xisuthros que un diluvio universal empezaría el 15 del mes Dasios. Abydenos dice: “Kronos anunció a Sisithros que una inundación sería vertida desde arriba.” (15)
 


Referencias

1. Tetrabiblos II. 8. 84. Afirmaciones similares pueden ser encontradas en Hephaestion I. 20.

2. A. Bouche-Leclercq, L’astrologie grecque (Paris, 1899), p. 96 and n. 1; cf. J. Geffcken, “Una Visión Gnóstica,” Sitzungsberichte der Preussischen Akademie der Wissenschaften (Reportes de reuniones de lal Academia Prusiana de Ciencias) (1899), p. 699.

3. Lucan, Pharsalia, traduc. por R. Graves (Londres, 1956), Bk. I, 11. 640ff: “No9 es como si este fuera el mes de acuario, y el frío y malévolo planeta, Saturno, encendiera sus oscuros fuegos arriba, produciendo, por eso, un verdadero Diluvio Deucalioniano para inundar estas tierras”. Catalogus Codicum Astrologorum Graecorum X, 249, 2ff.

4. Junctinus, Speculum astrologiae p. 317a. Cf. F. Boll, Sternglaube und Sterndeutung,(Creencia en las Estrellas y Astrología) 4ª ed. por W. Gundel (Leipzig, 1931), p. 114.

5. “Die Keilschriften prophezien bereits, dass eine Hochflut eintritt, wenn der Komet diese Richtung [mit dem Kopfe nach der Erde] einnimmt. F. Boll, op. cit., p. 114; Cf. Jastrow, Die Religion Babyloniens und Assyriens (Giessen, 19??), Vol. II, p. 696, n.1.

6. Cf. Klibansky et al., Saturno y Melancolía, pág. 138, n. 39.

7. Cratylus 402b.

8. Pliny, Natural History II. 106: “Igitur (sidera) in suo quaeque motu naturam suam exercent, quod manifestum Saturni maxime transitu imbribus faciunt.”

9. Servius, Commentarii in Virgili Georgicas I. 336: “Saturnus deus pluviarium est, unde etiam senex fingitur . . . Hic autem in Capricorno facit gravissimas pluvias, praecipue in Italia.”

10. Ibid., I. 12: “Quod Saturnus humoris totius et frigoris deus sit.” Cf. Pauly’s Realencyclopaedie XI. 1987-1988, donde Kronos es descrito como representante de ríos y agua. El astrólogo árabe del siglo nueve, Abu Ma'sar escribió: “[Saturno] preside sobre los trabajos de humedad. . . lagos y ríos.”

11. (Introduction to Astrology,(Introducción a la Astrología) Libro IV, citado en Klibansky et al., Saturn and Melancholy, p. 130.

12. Proclus Diadochus, In Timaeo 32b. [En su comentario sobre la Geometría, deEuclides (I. 402. 21), Proclus atribuye una concepción similar a la del folósofo pre-Socrático, Philolaos.]

13. Nonnos, Dionysiaca VI, 175-178.

14. Hippolytus, Refutatio Omnium Haeresium, Book V, chapter 11 in The Ante-Nicene Fathers, Vol. V. Hippolytus lived between the years 170 and 236.

15. Cyril, Contra Julianum I. 5. Cf. Syncellus, Chronicon 28 y Eusebius, Praeparatio Evangelica IX. 12. Cf. también el relato de Alexander Polyhistor en Cirilo, Contra Julianum, loc. cit. [Las tradiciones de los hidús asignan el Diluvio al final del Satya yuga y al reinada de Satyavrata, quien se conoce como Saturno (E. Moor, TEl Panteón Hingú [1864], p. 108). Cf. Sir W. Jones, “Sobre los Dioses de Grecia, Italia e India,” Investigaciones Asiáticas Vol. I (1799), p. 234: “El Satya, o (si podemos llamarlo así) la edad Saturniana era, en verdad, la edad del diluvio general flood. . . .” Brahma (i.e., el planeta Saturno—ver abajo, sección “El Culto de Saturno,” n. 5), se dice que le advirtió a Manu que el Diluvio pronto se tragaría al mundo (The Mahabharata, XXXX); y cuando las aguas del diluvio cubrieron la tierra, Brahma es descrito flotando sobre la expansión del océano (Agneya Purana, capítulo IV; cf. S. Shastri, La Leyenda del Diluvio en la Literatura Sánscrita [Delhi, 1950], p. 51). Una antigua talladura en madera publicada por Athanasius Kircher (China Illustrata [Amsterdam, 1667], p. 158) retrata a Brahma (identificable por sus cuatro caras, or chatra mukha) como sentado sobre un disco , aparentemente Saturno, que flota sobre las aguas del Diluvio. Cf. F. Maurice, Antigüedades Hindús (Londres, 1800), Vol. II, opp. p. 352. El grabado en Madera lustra el tercer avatar de ishnu y, más específicamente, podría estar inspirado por las palabras del Padma Purana: “entonces el Señor . . . flotó sobre el vasto océano, vacío del sol y de la luna. . . .” (Shastri, La Leyenda del Diluvio, p. 41; compare también el Salmo 29: “el Señor se sienta sobre el diluvio” ).].

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La Luz de los Siete Días

Isaías, describiendo los días por venir, cuando tengan lugar grandes cambios en la naturaleza, dice que la tierra dará su aumento en abundancia, y “la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces, como la luz de los siete días. . . .” (1)

Uno podría pensar que “la luz de los siete días” se refiere a los siete días de la creación—sin embargo, la explicación real me parece que es diferente: la expresión “la luz de los siete días” se refiere, en mi punto de vista, a los siete días que preceden el Diluvio a los que se refiere el verso:

“Durante aun siete días, yo causaré que llueva sobre la tierra. . . . Y vino a pasar después de siete días, que las aguas del Diluvio estaban sobre la tierra.” (Génesis 7:4, 10)

No se explica en el texto—después de siete días, ¿de que? Pero la tradición rabínica relaciona que durante siete días antes del Diluvio “las personas oyeron una gran conmoción en el cielo,” eso significó “el fin de la era.”

La tradición Talmúdica, que a menudo alcanza más lejos al pasado que otras fuentes mejor conocidas, como los libros de las Escrituras, revelan en este caso, una memoria no sospechada a la lectura del séptimo capítulo del Génesis. Pero en vista de lo que hemos sacado hasta ahora, y lo que estamos intentando iluminar en las páginas siguientes, la cegadora luz, durante los siete días, precediendo al Diluvio, es un detalle interesante e importante.

 

El mundo estaba envuelto en una deslumbrante luz, siete veces más fuerte que la luz del sol; la luz era tan fuerte y tan brillante en el día y la noche, igual, que el sol estuvo completamente predominado por ella; y en los días de Isaías, miles de años después, la memoria de la luz de los siete días era vívida en la tradición, por lo que el profeta pudo referirse a ella deseando describir la luz solar de la edad mesiánica. (2)

Numerosos textos Sánscritos afirman que siete o incluso doce soles brillaban justamente antes del Diluvio. “Encendiéndose, de repente, toda la esfera terrestre ardió.” Doce soles brillaron con “deslumbrante fulgor” y consumieron el mundo. (El Skanda Purana en Shastri, La Leyenda de Diluvio en la Literatura Sánscrita, pág. 86). Cf. cuentas similares en el Matsya Purana, cap. ii, el Padma Purana, cap. xxxvi, el Vishnu Purana, cap. iii, el Kalika Purana, cap. xxv, y en el Mahabharata, capítulo “Matsyopakhyana.”].

La luz de los siete días no era de origen solar. ¿De que origen era? ¿Fue causada por las nubes brillantemente iluminadas de hidrógeno ionizado, o protones, lanzados a lo largo del sistema solar y vertidos sobre la tierra? En el último caso podrían haber llegado de la distancia actual de Saturno en aproximadamente una semana, considerando que las partículas de protones—hidrógeno ionizado—llegaron del sol en el espacio de veinticinco horas. (3) Este es el lapso de tiempo que pasa una señal luminosa de una llamarada solar (protuberancia) al despliegue de las luces polares—la aurora boreal.

La luz de los siete días sirvió la población del mundo como una advertencia de algunos extraordinarios eventos. (4)
 


Referencias

1. Isaías 30:26.

2. [Una memoria de la luz de los siete días puede estar preservada en las cuentas babilónicas de “antorchas flameantes, iluminando la tierra con su brillantez”, justo antes de la llegada de las aguas del Diluvio. ( Epica de Gilgamesh, traduc. por A. Heidel, tablilla XI).]

3. La distancia de Saturno del Sol es cerca de 9.5 unidades astronómicas. Vea abajo, sección “La Era Dorada de Saturno.”

4. [Una advertencia de duración de siete días es también una característica de varias cuentas sánscritas. Vea S. Shastri, La Leyenda del Diluvio en la Literatura Sánscrita (Delhi, 1950), p. 30.]

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Nova


De vez en cuando, una vez en una década o en un siglo, una incandescente estrella invisible con luz brillante, puede volverse más brillante que cualquiera de las estrellas fijas, y que cualquiera de los planetas en el cielo; puede verse, no sólo en el cielo nocturno, sino en algunos casos, en completa luz del día; se quema durante semanas o meses, luego pierde su brillo, y finalmente se vuelve una vez más una estrella escasamente visible. Tal estrella incandescente es llamada una nova. (1)

 

La stella nova, vista en 1572, por los días de Tycho de Brahe, realmente pertenecía a la categoría de supernova. De Brahe observó que la nova no pertenecía al sistema solar, sino que era una de las estrellas fijas. Era más luminosa que Júpiter y Venus y fue vista al mediodía—durante meses permaneció visible al ojo desnudo. Otra supernova fue observada por Johannes Kepler en 1604. Un evento similar más temprano, registrado en los anales chinos durante el año 1054, dio lugar a la Nebulosa del Cangrejo. Otras observaciones indican que también ocurrió una supernova en 1006.

Isaac Newton sugirió una colisión entre dos estrellas como la causa de la formación de una nova. El punto de vista prevaleciente es que una nova es el resultado de la interacción de dos estrellas en un sistema binario, cuando ambos miembros se rompen entre sí en un íntimo acercamiento. En tal caso, los filamentos de la estrella rota son rasgados fuera del cuerpo y esparcidos y lanzados en grandes borbotones, para ser absorbidos por la estrella compañera. El súbito traslado de materia se piensa que produce la cataclísmica explosión de la estrella. (2)

Con el desarrollo de la espectroscopía en el siglo diecinueve se encontró por el desplazamiento de las líneas espectrales, que los gases de una nova se mueven rápidamente hacia el observador, así como también en todas las otras direcciones; la atmósfera de la estrella se expande con una velocidad que alcanza a veces más de de tres mil kilómetros por segundo. (3)

Mientras los gases exteriores de la estrella son lanzados al espacio, mucho del núcleo interno permanece.
 


Referencias

1. [Se piensa que más de veinte novas ocurren en nuestra galaxia cada año, pero solo raramente alguna se vuelve prominente como para aproximarse aun a un tercio de la magnitud de brillantez. Una supernova en la parte de nuestra galaxia, observable desde la Tierra puede ocurrir una vez en varios cientos de años: La nova de Kepler (1604) fue el último de tales eventos.]

2. [En el caso de una nova pequeña, el incremento en luminosidad es de aproximadamente cien veces. Vea J. S. Gallagher et al., Astrophysical Letters Agosto 15, 1976.]

3. [Más común un rango de velocidades desde 1,300 to 2,500 km/sec.]

 

 



“Estrella del Sol”

Saturno no es un planeta visible en el cielo. Si no fuese por su movimiento lento, un ojo sin ayuda apenas lo podría distinguir de las estrellas circundantes. En muchas fuentes antiguas Saturno es llamado “sol.” El nombre usual para Saturno en la astronomía caldea era Alap-Shamas, significando “Estrella del Sol.” (1) Diodorus de Sicilia informó que los caldeos llamaban a Cronos (Saturno) con el nombre de Helios, o sol, y él explicó que esto era porque Saturno era el más visible de los planetas ; (2) Hyginus también escribió que Saturno fue llamado “Sol.” (3)

 

En los textos astrológicos babilónicos, la palabra Shamash (Sol) fue usada para designar a Saturno:

“Hemos aprendido de las notas escritas por los astrólogos, que por la palabra ‘sol' , debemos entender que la ‘estrella del sol', es decir, Saturno.” (4)

Ninib era el nombre babilónico para Saturno: “Ninib, en varios lugares, se dice que brilla como el sol.” Él era conocido como UT-GAL-LU, el “gran sol de tormentas.” (5) Los griegos llamaban a Saturno, Phaenon, “el que brilla”. (6)

¿Si Saturno siempre fue tan invisible como lo es en la actualidad, ¿que podría haber causado que las razas de la antigüedad, como por consentimiento común, darle a Saturno el apelativo de “sol” o “el que brilla?”

“Los astrólogos, ciertamente deben haber encontrado contrario a la razón el asociar la estrella que nos da luz y vida con una de las más pálidas, y el más lento de los planetas”. (7)

La etimología folklórica de los hebreos explicó el nombre Khima como significando “aproximadamente cien (ke'me-ah) estrellas.” (8)

El Bhagavat Gita contiene la siguiente descripción de una deidad:

“Si el fulgor de mil soles fuera a estallar de una sola vez en el cielo, eso sería como el esplendor del poderoso. . . el destrozador de los mundos.” (9)

Todo lo que hemos considerado hasta ahora indica que Saturno alguna vez explotó en un estallido de luz, como nova. La fecha de este evento sería duro de especifican, aun aproximadamente, pero posiblemente tuvo lugar más o menos hace unos diez mil años. El sistema solar y todavía más allá de él fueron iluminados por la estrella explotada, y en materia de una semana, la Tierra fue envuelta en aguas de origen Saturniano.
 


Referencias

1. J. Menant, La bibliotheque du Palais du Ninive (Paris, 1890), p. 99.

2. El llama a Saturno “epiphanestaton"—el más visible (II. 30. 3-4). [J. Bidez, Revue de Philologie XXIX (1905), pp. 319-320 llamó la atención al hecho que uno de los mejores manuscritos platónicos, Epinomis, el Parisinus 1807A, tiene “Sol” donde se esperaría “Saturno”, en el pasaje donde el papel de los planetas es discutido. Bidez comentó: “. . . La designation qui fait du Saturne ‘l’astre du soleil’ se trouve attestee par un temoignage nouveau, extremement remarquable a cause de son anciennete.” Cf. F. Boll, “Kronos-Helios,” Archiv fuer Religionswissenschaft XIX (1919), p. 344. El autor cita también otros ejemplos. En 1869 una estela dedicada a “Kronos-Helios” fue encontrada en Beirut. Vez G. Colonna Ceccaldi, “Estela inédita de Beirut,” Revue Archeologique 23 (1872), Vol. I, pp. 253-256. Sobre el aspecto solar del culto a Saturno en la Africa romana, vea a M. Leglay, Saturne Africain (Paris, 1966), pp. 183-187, 229.].

3. “Secunda stella dicitur solis quam alii Saturni dixerunt. Hanc Eratosthenes a Solis filio Phaethonta apellatam dicit. (Hyginus, De Astronomia II. 42, 8-10. Cf. A. Bouche-Leclerq, L’astrologie grecque (Paris, 1899), p. 93, n. 2.

4. R. C. Thompson, Los Reportes de los Magos y Astrólogos de Nineveh y Babilonia en el Museo Británico, Vol. II (Londres, 1900), pag. xxv-xxvi (nos. 174 and 176). [Cf. M. Jastrow, “Sol y Saturno,” Revue d’Assyriologie et d’Archeologie Orientale VII (1910); e igualmente en La Religión de los Babilonios y los Asirios (Giessen, 1905), Vol. II, p. 483 n. 4; 578, n. 4.]

5. P. Jensen, La Cosmología de los Babilónicos (Strassburg, 1890), pp. 116, 140. [Cf. Jastrow, La Religión de los Babilonios y Asirios, Vol. I, pp. 57, 154.] (Una visión gnóstica) Eine gnostische Vision,” op. cit., p. 699. “La Estrella Brillante” era una designación para Saturno en Babilonia. Vea, por ejemplo, una inscripción de Nabonidus en Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament de James B. Pritchard ed., (Princeton, 1950), p. 310.

En India, el apelativo para el sol, arki, era también aplicado a Saturno. R. Temple escribe (El Misterio de Sirio [New York, 1976], p. 180):

De nuevo, en sánscrito, arka significa “perteneciente o relative al sol.” Arkam significa “tan lejos como el sol, aun incluyendo al sol.” Arki se ha convertido en un nombre para Saturno, que en ese tiempo se pensaba que era el planeta más distante. Arc significa “brillar, luminiscente,” y puede significar “causar que brille.” Arkin significa “radiante con luz.”

Arkaja, el nombre a menudo aplicado a Saturno, lo denomina como un retoño del Sol (Markandeya Purana)].

6. Bidez, Revue de Philologie, op. cit., p. 320: “Les astrologues trouverent sans doute de plus en plus deraisonnable de donner en appanage a l’astre d’ou nous vient la lumiere et la vie, une des plus pales et la plus lente des planetes.”

7. Rabbi Samuel in Tractate Brakhot, Seder Zera’im of the Babylonian Talmud, IX, fol. 59.

8. The Bhagavat Gita, ch.

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La llegada de las Aguas

Siguiendo los “siete días” cuando el mundo parecía estar ardiendo en “el fulgor de mil soles”, comenzó el Diluvio.

Primero, según la cuenta hindú, inmensas nubes recogieron lo que “sombreó al mundo entero.” (1)

“Estas nubes ominosas. . . retumbando y disparando relámpagos, se extendieron en el cielo.” (2)

 

Eran “tan inmensas como montañas.”

 

“Algunas eran oscuras, algunas rojas, algunas blancas, algunas brillantes (en matices). (3) Otras fuentes las describen como amarillas, o azul celeste, o rojas.

 

“Fuerte en rugido y violentas en el tamaño, llenan el cielo entero.” (4)

 

Estaban “orladas con relámpagos, meteoros y rayos.” (5) Entonces, “retumbando estruendosamente, con relámpagos [ellas] se vertieron en torrenciales y espesos arroyos como ruedas de carruajes.” (6)

 

Ellas “llovieron con terribles rugidos, inundando los tres mundos con incesantes torrentes de aguaceros. . . ” (7) “y luego fueron vistos en todos los lados de los cuatro océanos engullendo con tempestuosas olas la superficie entera de la tierra”. (8)

 

Toda la creación fue “golpeada con violencia por los densos y luminosos diluvios.” (9)

Al principio del diluvio, la nova en el cielo brilló a través del esplendor de los cielos iluminados y a través de las capas de lluvia, aumentando cada vez más en intensidad. (10) La expresión Bíblica “el Señor se siento sobre el diluvio” (11) era una descripción apta para la llameante nova sobre las aguas del Diluvio. Tiene una contraparte babilónica con el título de Tammuz como bel girsu: “señor del diluvio.” (12)

 

La nova ardió espantosamente, pero pronto la luz se volvió difusa, las sombras crecieron cada vez más oscuras, el mundo que era todo esplendor y luz se puso cada vez más y más oscuro; las aguas torrenciales se volvieron cada vez más espesas; las nubes de polvo oscurecieron todavía más el cielo, y finalmente, el drama de lo que estaba teniendo lugar en la tierra, continuó en la oscuridad.

El Diluvio no fue una abundante lluvia pacífica, que llenaba la tierra de agua, subiendo cada vez más en nivel. Las fuentes antiguas dan una descripción del Diluvio que difiere grandemente del espectáculo de lluvias vertiéndose desde arriba sobre una tierra pacífica y un mar pacífico.
 


Referencias

1. Skanda Purana in S. Shastri, The Flood Legend in Sanscrit Literature (Delhi, 1950), p. 87.

2. Agneya Purana in ibid., p. 50.

3. Kalika Purana in ibid., p. 103.

4. Vishnu Purana in ibid., p. 50.

5. Skanda Purana in ibid., p. 88.

6. Bhagavata Purana in ibid., p. 61.

7. Kalika Purana in ibid., p. 103.

8. Bhagavata Purana in ibid., p. 61.

9. Ibid., loc. cit.

10. Cf. la expression babilónica de los lamentos del Tammuz: “El brillante océano para tu perdición te ha tomado.” (S. Langdon, Tammuz and Ishtar [Oxford, 1914], p. 15).

11. Psalm 29.

12. S. Langdon, Babylonian Liturgies (Paris, 1913), p. 96.

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El Diluvio en las Fuentes Rabínicas

Durante los “siete días” cuando el mundo fue inundado con capas de luz, y aterradoras señales y los cielos se llenaron de conmoción, “el Santo. . . revirtió el orden de la naturaleza, el sol subiendo en el oeste y poniéndose en el este.” (1)
 

Pero durante el Diluvio “el sol y la luna no vertieron luz alguna” (2) y durante un año entero, los planetas no siguieron sus cursos regulares. (3) Esto puede ser debido al polvo descargado por los volcanes, que el cielo permaneció velado durante un largo período, y este velo hizo imposible cualquier orientación celestial para los pocos sobrevivientes; pero muy posiblemente, la declaración se refiere a un cambio en las órbitas celestiales. Las fuentes rabínicas agregan que la tierra estaba temblando, y que el sol fue oscurecido, y que las fundaciones del cosmos fueron desalojadas. El mundo entero estaba en actividad volcánica; “entre relámpagos y truenos, se oyó un fuerte sonido en el mundo entero, nunca antes oído.” (4)

El Diluvio fue causado por aguas que se vertieron de arriba, pero también por aguas tiradas desde el suelo“. Todas las fuentes de las grandes profundidades estaban rotas, y se abrieron todas las ventanas de cielo.” (5) Las aguas que vinieron del cielo estaban calientes. Muchos pasajes en la literatura rabínica se refieren al agua caliente. (6)

La literatura rabínica también se refiere a grandes mareas y gigantescas olas de agua que cubrieron la faz de la tierra. “El diluvio comenzó a sacudir el arca de lado a lado. Todos dentro de ella fueron sacudidos como lentejas en una olla.” (7) También se dice que no una, sino muchas arcas o navíos fueron usados como medios de escape, pero fueron arruinados o volcados uno después del otro, en el agua que surgía. (8)

 

A juzgar por esto, uno pensaría que hubo amplias señales de la inminente catástrofe, e intentaría organizar el rescate preparando barcos o naves, probablemente todos destinados a fallar. La cuenta Bíblica para explicar la supervivencia de las especies humanas y algunos animales de la tierra, hizo del arca de Noé el tema central de la historia. Deben de haber habido muchos Noés, y así lo dice también el Midrashimo—pero ninguno de ellos escapó con su barco a la violencia de la naturaleza.

 

Posiblemente, en algunas cuevas en lo alto de las montañas, en lejanas regiones separadas de la tierra, los seres humanos sobrevivieron el Diluvio; pero ningún barco ni arca. Los esfuerzos por encontrar los restos de un arca en la Montaña Ararat probablemente son tan fútiles como buscar las costillas de Adán. Sin embargo, tales esfuerzos se hacen, incluso en nuestro tiempo. (9)

La duración del diluvio se describe de diferentes maneras—cuarenta días, y también mucho más tiempo. (10) Como la anterior catástrofe de la caída del hombre, esta catástrofe del Diluvio, según la cosmogonía hebrea, cambió la naturaleza de la hierba, los animales y los hombres. La prosperidad del tiempo antes del gran diluvio se fue para nunca más volver; el mundo estaba en ruinas. La tierra fue cambiada; aun el cielo no era el mismo.

Los continentes cambiaron sus lugares en las catástrofes anteriores, y una vez más en la catástrofe del Diluvio. Las áreas que ahora son las orillas del mediterráneo, eran las orillas de un océano abierto—por lo que uno podría concluir de la siguiente declaración:

“Antes del nacimiento de Noé, el mar tenía el hábito de transgredir sus límites dos veces diarias, mañana y tarde. Después se mantuvo dentro de sus confines”.

Cuando los volcanes hicieron erupción, el cielo se oscureció, y el océano se infló y rodó sobre un desvalido planeta que tembló cuando fue cogido por nubes de hidrógeno de origen cósmico.
 


Referencias

1. Tractat Sanhedrin 108B of the Babylonian Talmud, ed. by I. Epstein (19xx). [Tomado literalmente, esta afirmación implica un reverse en la rotación de la tierra, o un reverse de sus polos. Para discutir la última posibiliidad, vea The Reversing Earth (La Tierra Revertida) de Peter Warlow, (Londres, 1982) y su discusión por V. J. Slabinski y C. L. Ellenberger en KRONOS VII. 2 (1982), pp. 86-96; cf. también KRONOS VIII.3 (1983), pp. 84-89. En el modelo electromagnético propuesto por Velikovsky en Cosmos sin Gravedad (1946) o como aquel concebido por R. Juergens,”On the Convection of Electrical Charge by the Rotating Earth” ("Sobre la Convección de la Carga Eléctrica por la Tierra en Rotación”) KRONOS II.3 [1977], pp. 12-30) y E. R. Milton, disturbios de Saturno de la magnitud descrita aquí, ciertamente traerían cambios drásticos en el movimiento rotatorio de la Tierra.]

2. L. Ginzberg, Las Leyendas de los Judíos (Philadelphia, 1928), vol. I, p. 162.

3. Midrash Rabba al Genesis 25:2.

4. Ha-Yewani Zerahiah, Sefer Hayashar, The Book of the Righteous, editado y traducido por S. J. Cohen (New York, 1973), p.

5. Genesis 7:11.

6. La opinion de Rabbi Hisda respecto a este efecto está registrada en Rosh Hashanah 12A y Sanhedrin 108B. Cf. J. B. Wiedeburg, Astronomische Bedenken (Reflexiones Astronómicas) (Jena, 1744), p. 80, y otras fuentes en Ginzberg, Leyendas Vol. V, p. 178.

7. Ginzberg, Leyendas, vol. I, p. 162.

8. Ibid., Vol. VI, p. 35.

9. E.g., la expedición recontada por D. Balsinger y C. Sellier, jr. en En Busca del Arca de Noé (Los Angeles, 1976). Si hubiera algunas antiguas estructuras fosilizadas que parecieran un arca, como lo aseguran algunos exploradores, entontes, Probablemente son la presencia de estos restos que causaron el relato del autor bíblico para relacionar el barco de rescate con las escarpadas montañas de Ararat al sur de los montes Caucásicos.

10. Parece que la tradición de “un año” del diluvio llevó a una confusión en los cálculos, y que las huellas de esta confusión parecen encontrarse en la doble redacción de la historia del Diluvio. La edad de Noé y sus contemporáneos indicarían que el año era más corto; aun así podría haber consistido en un número de meses, pero no meses de treinta días; y los días mismos pueden haber sido más cortos.

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Hidrógeno y Oxígeno

El conflicto entre los planetas más grandes dio como resultado la expulsión de filamentos largamente-estirados arrojados por un perturbado Saturno, que cruzaron la órbita de la Tierra. El hidrógeno del planeta, combinado con el oxígeno de la atmósfera terrestre, en descargas eléctricas que se convirtieron en agua.

Hay indicaciones definidas de una drástica caída del oxígeno atmosférico en el tiempo del Diluvio—por ejemplo, dicen muchas fuentes, que los sobrevivientes de la catástrofe fueron incapaces de encender fuegos. (1)

El consumo del oxígeno en el aire, por su conversión en agua, no podía fallar en tener un marcado efecto en todo lo que respira. La vida animal que sobrevivió necesitó acomodarse a las condiciones cambiadas.

Según fuentes rabínicas, antes del Diluvio, el hombre era vegetariano; pero la población post-diluviana no continuó con los hábitos vegetarianos de la “pecadora” población de la tierra. El Talmud y el Midrashim narran que después del Diluvio, un instinto carnívoro fue despertado en el animal y en el hombre, y todos tenían el impulso de morder. (2)

El miedo de ti y el pánico de ti estará en cada bestia de la tierra y en cada pájaro del aire... Cada cosa viva que se mueve serán tu comida; y así como te di las plantas verdes, yo te daré todo. (3)

La prohibición en contra de reprimir la sed de sangre(4) es una ordenanza que se dice, fue introducida inmediatamente después del Diluvio.

En un programa teológico, este resultado del Diluvio no parece apropiado para una catástrofe provocada para castigar a la raza humana y a los animales, para limpiarlos de sus vicios y hacerlos mejores. Debido a su aparición no-programada, la urgencia carnívora no debe haber sido un motivo mitológico, sino un resultado de cambios fisiológicos. Más probablemente, una anemia conectada con la disminución del oxígeno en el aire, fue responsable de la nueva inclinación. (5)

 

Referencias

1. [Tales fueron las cuentas de los Sioux, Menomini, y otras tribus indias, como lo cuenta J. G. Frazer en sus “Observaciones” al Volumen II de Apollodorus, en las series de Loeb, La Biblioteca, pág. 342. Cf. Skanda Purana, describiendo al mundo en diluvio en el cual “nada podia ser visto…fuego, no había, ni luna, ni sol.” (Shastri, La Leyenda del Diluvio en la Literatura Sánscrita, pág. 88). Aun en la atmósfera relativamente rala de La Paz, Bolivia, “por el reducido contenido de oxígeno … los fuegos comienzan con tanta renuencia que hay muy poco trabajo para el departamento de bomberos de la ciudad.” (Manual del Area para Bolivia [Washington, 1974], p. 55.].

2. El Liibro de Enoc 89:11: “Después del diluvio ellos comenzaron a morderse unos a otros.” Según Midrash Aggada sobre el Génesis 10:8, Nimrod fue el primero en comer carne.

3. Génesis 9:2-3

4. Génesis 9:4ff.

5. [Uno podría especular que la dieta de carne pudiera conducir a la producción de células rojas adicionales en la sangre, que el cuerpo necesita para absorber más eficientemente la reducida cantidad de oxígeno entrando en los pulmones. En las grandes Alturas del Tibet y su rala atmósfera, se dice que es imposible seguir la dieta vegetariana defendida por las enseñanzas budistas. Cf. Ciencia Vol. 203, No. 4383 (Marzo 23, 1979), pág. 1230: “A grandes Alturas, todos los animales se hiper-ventilan—un mecanismo involuntario de respiración rápida en el cual el dióxido de carbono causa que el ph de la sangre se vuelva alcalino y constriña los vasos sanguíneos. Esto, a su vez, reduce el flujo de sangra hacia el cerebro y las células cerebrales mueren por falta de oxígeno. Un ph alcalino en la sangre también puede producir otros efectos fatales”].

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El Origen de los Océanos

Debe de haber sido en el mismo principio de mi ocupación con los problemas desarrollados más tarde en mis libros y en manuscritos todavía no publicados, que llegué a preguntarme el origen de las sales en los mares y los océanos. La sal común es un ingrediente sustancial del contenido oceánico, o, dijo de otra manera, el agua de los océanos y mares contiene una solución sustancial de NaCl, o de cloruro de sodio.

 

Aunque nuestra sangre y los tejidos abundan en cloruro de sodio, el hombre y los animales no se adaptan a beber agua salada, y la vida en la tierra sólo podría desarrollarse gracias a la evaporación del agua de la superficie de los mares y océanos, o por destilación—las aguas evaporadas están libres de sales. Cayendo como lluvia o nieve o rocío, alimentan las fuentes subterráneas y también los glaciares, y a través de ellos, los arroyos, ríos y lagos, y normalmente es entregada para nuestro uso a través de tubos de hormigón y cañerías de metal.

De las sales de los mares, el cloruro de sodio es el más abundante. Su procedencia es, sin embargo, un enigma. Se asumía, y todavía se hace, que las sales en los océanos se originan principalmente a través de la importación de la tierra, habiendo sido disueltas de las piedras, por el flujo de los riachuelos y ríos, éstos, alimentados por fuentes subterráneas, y el mismo proceso funcionando en las piedras de los lechos marinos.

 

Las formaciones terrestres son ricas en sodio, y hace eones de tiempo, se supone, el sodio lavado de las piedras proporcionó su volumen a los océanos; los mares se evaporan y la concentración de estas sales crece. Pero, las piedras no son tan ricas en cloro, y he allí el problema—de dónde vino el cloruro para contribuir su abundancia al agua oceánica? Hay cloruro en el agua de las fuentes, pero normalmente no en cantidades significantes. La proporción de sales en los ríos es muy diferente de su proporción en los mares.

 

El agua de los ríos tiene muchos carbonatos (80 por ciento de las sales), y aun menos sulfatos (13 por ciento) y todavía menos cloruros (7 por ciento). El agua del mar tiene muchos cloruros (89 por ciento), menos sulfatos (10 por ciento) y sólo unos carbonatos (0.2 por ciento). La comparación de estas figuras hace claro que no pueden hacerse responsables a los ríos de la mayor parte de las sales de los mares.

 

Por consiguiente, también es obvio que no hay ninguna manera apropiada de calcular la edad de la Tierra, comparando la cantidad de sales en los mares, con la descarga anual por los ríos; lo más que puede hacerse en este respeto es calcular la cantidad rica de carbonatos en los ríos en su relación a la concentración relativamente pobre de estas sales en los mares; pero no habrá ninguna explicación, entonces, para la concentración rica de cloruros en los mares, comparado con su concentración pobre en los ríos.

Una parte de las sales podría ser rastreada al lavado de tierras y el suelo de los mares; el cloro también es conocido por ser descargado por los volcanes, pero para contar con el cloro encerrado en los mares, las erupciones volcánicas, ya sea en la tierra o debajo de la superficie de los mares, necesitaba haber tenido lugar en una escala inimaginable—realmente, se dedujo que en una escala imposible. Así, fue reconocido que la procedencia de cloro en las sales de los mares es un problema no resuelto.

La investigación paleontológica pone en claro más bien que los animales marinos, en alguna edad temprana estaban más estrechamente relacionados a la fauna de agua dulce; en otras palabras, la salinidad de los océanos aumentó notablemente a alguna edad en el pasado.

El efecto más obvio y permanente de un diluvio de origen extraterrestre en la Tierra sería el aumento en su volumen de agua, y del lugar ocupado por los mares. Actualmente, cuatro quintas partes de la Tierra están cubiertas de agua. Una estupenda añadidura de agua a la Tierra debería de haber disminuido, no aumentado su salinidad, si el agua bajara en un estado puro. Pero si la Tierra fue regada por torrentes de hidrógeno y agua, algunos otros ingredientes de la atmósfera de Saturno pudieron haberse barrido a través de la órbita de la Tierra.

En el libro budista, “Los Ciclos Mundiales,” el Visuddhi-Magga donde se describen las catástrofes que terminaron las eras mundiales, se dice:

Pero cuando un ciclo mundial perece por el agua. . . allí se levanta una gran nube que destruye el ciclo de agua salada. Al principio llueve con una lluvia muy fina, la cual gradualmente aumenta a grandes torrentes, que llenan cien mil veces diez millones de mundos, y luego se inundan las crestas de las montañas de la tierra con agua salada, y oculto de la vista. Y el agua es mantenida a flote a en todos los lados por el viento, y surge hacia arriba de la tierra hasta que engulle los cielos. (1)

Los volcanes que estaban activos durante el cataclismo del Diluvio y durante otros trastornos cósmicos, vomitaban azufre, cloro, y carbonatos, y contribuyeron a la composición de las sales de los océanos. Los carbonatos cayeron sobre la Tierra en grandes cantidades en algunos de los trastornos, ciertamente en el que tuvo lugar en medio del segundo milenio antes de la era presente, en el mismo fin del Reino Medio en Egipto, un trastorno descrito en detalle en Mundos en Colisión. Pero una porción mayor del cloro en el que son tan ricos los océanos debe de haber venido de una fuente extraterrestre. (2)

Mi explicación del origen de una gran parte de las sales de los mares sugiere que Saturno no sólo es rico en agua sino que también en cloro, ya sea en forma de cloruro de sodio o en alguna otra combinación, o incluso libre de átomos. La última solución, un cloro libre de átomos, parecía química y biológicamente algo difícil considerar, porque el cloro es un elemento muy activo, buscando vínculos con otros elementos; biológicamente porque estaría dañando cualquier vida de plantas, sin embargo, hay otras indicaciones que apuntan a la posibilidad de vida de plantas en Saturno.
 

 

Referencias

1. El Visuddhi-Magga, traduc. por H. C. Warren en Buddhism in Translations (Cambridge, Mass., 1896), Cap. xiii, p. 327.

2. [El conocimiento que el agua de los océanos vino en su mayor parte de Saturno y que las aguas eran saladas, fue combinado por los griegos a una metáfora, en la cual el mar son las “lágrimas de Kronos”. Esta tradición se originó con la escuela pitagoreana y puede estar derivada de Egipto. (Plutarco, De Iside et Osiride, ch. 32: “Según lo que dicen los pitagoreanos, el mar es la lágrima de Kronos.” Clemente de Alexandría, Stromata, V. 8, 20f.: “Esto creían los pitagoreanos . . . comparando al mar con una lágrima de Kronos.” Lo mismo es encontrado en un fragmento de Aristóteles en la edición de V. Rose (Teubner, 1886), No. 196. Cf. de Porfirio La Vida de Pitágoras (edición Nauck, pág. 39). Cf. también E. Lefebure, Estudios Egitológicos, Vol. III: Le Mythe osirien (Paris, 1874), p. 125: . . . et il faut sans doute regarder comme égyptienne cette croyance des Pythagoriciens rapportée par Plutarch, que la mer était une larme de Kronos. . . .” ].

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Saturno el Dios de las Semillas

Saturno era llamado “el dios de las semillas” o “de la siembra,” (1) también “el señor de los campos frutales.” (2)

Un Diluvio destruyendo mucha vida de fauna debe de haber causado una gran diseminación de plantas: en muchos lugares deben de haber crecido nuevas formas de vegetación, de la rica tierra fertilizada por la lava y el barro; las semillas fueron llevadas desde todas partes del globo y en muchos casos, por el cambio en el clima, fueron capaces de crecer en nuevos ambientes. El eje de la tierra fue cambiado de sitio, la órbita cambió, la velocidad de rotación fue alterada, las condiciones de irrigación se volvieron diferentes, la composición de la atmósfera no era la misma— prevalecieron enteramente nuevas condiciones de crecimiento.

Ovidio describe el exuberante crecimiento de la vegetación siguiendo al Diluvio, de esta manera.

“Después de la antigua humedad que permanecía del Diluvio se volvió cálida con los rayos del sol, el lodo de los húmedos pantanos se infló con el calor, y las semillas fecundas de vida, nutridas en esa tierra que da vida, como en el útero de una madre, creció, y al tiempo asumió alguna forma especial.”

 

“Cuando, por consiguiente, la tierra, cubierta con el barro del reciente Diluvio, se calentó por los cálidos y geniales rayos del sol, trajo innumerables formas innumerables de vida, en parte, de formas antiguas, y en parte criaturas nuevas y extrañas.” (3)

Las innumerables nuevas formas de vida en los reinos animal y vegetal que siguieron al Diluvio podrían ser solamente un resultado de múltiples mutaciones. (4) Aunque ésta parece una explicación suficiente del por que y cómo llegó Saturno a ser acreditado con el trabajo de diseminación y mutación, no debe omitirse la mención de otra posibilidad.

Si es verdad que la Tierra atravesó los gases explotados de Saturno, no debe ser completamente excluido el que gérmenes fueron acarreados junto con los meteoritos y gases, y alcanzaron la Tierra.

El mundo erudito en los años recientes se ha ocupado con la idea que microorganismos— células vivientes o esporas—pueden alcanzar la Tierra de los espacios interestelares, acarreadas junto con la presión de rayos de luz. (5) La explosión de un planeta es más probablemente el método de llevar semillas y esporas a través de los espacios interplanetarios.

Las nuevas formas de vida podrían haber sido el resultado de mutaciones, un asunto que yo he discutido en la Tierra en Agitación. Pero la posibilidad que semillas hubieran sido acarreadas de un planeta en explosión no puede descartarse tampoco.
 


Referencias

1. Augustine, De Civitate Dei VII. 13f. [Augustine wrote: “Saturnus . . . unus de principibus deus, penes quem sationum omnium dominatus est.” Cf. Arnobius 4.9; Macrobius, Saturnalia I. 7. 25; Servius, On Vergil’s Georgics I. 21; Saturn fue acreditado con la introducción de la agricultura en Italia (Macrobius, Saturnalia VII. 21). En Grecia, Kronos era asociado con la cosecha de granos (H. W. Parke, The Festivals of the Athenians (Londres, 1977), pág. 29. Entre los egipcios se decía que “Osiris era semilla.” (Firmicus Maternus, El Error de las Religiones Paganas, II. 6; cf. A. Erman, Die Religion der Aegypter (La Religión de los Egipcios) (Berlin, 1934), pág. 40; Gressman, Tod und Auferstehung des Osiris (Muerte y Resurrección de Osiris), pág. 8ff. En Babilonia durante el festival que marcaba el ahogamiento de Tammuz, se tiraban granos y plantas a las olas. (Langdon, Tammuz e Ishtar, pág. 13.]

2. Lydus, De Mensibus IV. 10.

3. Ovid, Metamorphoses, lines 418ff., transl. by F. J. Miller. Cf. Empedocles, fg. 60, 61, edited by J. Brun (Paris, 1966); cf. also Plato, The Statesman, 65.

4. [Los efectos de una cercana supernova en la biosfera han sido objeto de estudios intensivos para los geólogos, en los años recientes, en un intento de explicar cambios repentinos en la historia de la vida en este planeta. Cf. D. Russel and W. Tucker, “Supernovae and the Extinction of the Dinosaurs,” Nature 229 (Feb. 19, 1971), pp. 553-554. Repentinas extinciones fueron seguidas por la aparición de nuevas especies, muy diferentes de aquellas que les precedieron en el registro estratográfico. En un intervalo relativamente breve, completos géneros han sido aniquilados, abriendo camino a nuevas criaturas de aspecto radicalmente diferente, y que tienen muy poco en común con las formas que vinieron a reemplazar. Vea N. D. Newell, “Revoluciones en la Historia de la Vida,” Geological Society of America Special Papers (Documentos Especiales de la Sociedad Americana de Geología) 89, pág. 68-91; Cf. S. J. Gould y N. Eldredge, “Punctuated equilibria: reconsideración del tiempo y manera de la evolución,” Paleobiology 1977, Vol. III, pp. 115-151. Así, en las últimas dos o tres décadas, muchos geólogos y paleontólogos se han encontrado atraídos al punto de vista que los repentinos cambios observados en la biosfera, como aquel que marcó el fin de la era Mesozoica y que se cree que trajo consigo la extinción de los dinosaurios, entre otro grupo de animales, puede ser mejor explicado por la exposición de los organismos vivientes en ese entonces, a dosis masivas de radiación llegando de una supernova cercana. La radiación aniquilaría muchas especies, especialmente aquellas cuyos representantes, ya sea por su gran tamaño o por otras razones, no fueron capaces de protegerse de los poderosos rayos; al mismo tiempo, nuevos organismos serían creados a través de mutaciones o de una “macro-evolución”. Vea los comentarios de Velikovsky en “Las Trampas de Fechar por Radiocarbono,” Pensée IV (1973), p. 13: “. . . en la catástrofe del Diluvio, yo atribuiría a la explosión de Saturno como nova, los abundantes y fuertes rayos cósmicos que causaron mutaciones masivas entre todas las especies de vida…” Los animales sufrirían mucho más severamente que las plantas—en las plantas, el efecto principal sería mutagenético. Vea K. D. Terry y W. H. Tucker, “Efectos Biológicos de Supernova,” Science 159 (1968), pp. 421-423.].

5. E.g, F. Hoyle and Ch. Wickramasinghe, “Vienen del Espacio Externo las Enfermedades Epidémicas??” New Scientist, 17 Noviembre, 1977, págs. 402-404.

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El Culto a Saturno


Saturno, tan activo en los cambios cósmicos, fue considerado por toda la humanidad como el dios supremo. Seneca dice que Epigenes, quien estudió astronomía entre los Caldeos “estima que el planeta Saturno ejerce la mayor influencia entre todos los movimientos de los cuerpos celestiales.” (1)

Al volverse una nova, arrojó filamentos en todas las direcciones, y el sistema solar se iluminó como si fuese por cien soles. Menguó bastante rápidamente y se retiró a regiones lejanas.

Los pueblos que recordaban las tempranas tragedias representadas en el cielo por los cuerpos celestes afirmaron que Júpiter alejó a Saturno de su lugar en el cielo. Antes que Júpiter (Zeus) se convirtiera en el dios principal, Saturno (Kronos) ocupaba el trono celestial. En todas las antiguas religiones, el dominio pasa de Saturno a Júpiter. (2) En la mitología griega, Kronos es presentado como el padre, y Zeus como su hijo que lo destrona. Kronos devora a algunos de sus hijos. Después de este acto, Zeus domina a su padre, lo encadena, y lo saca de su estación real en el cielo. En el folclor o religión egipcia, se dice que los participantes del drama fueron Osiris-Saturno, hermano y marido de Isis-Júpiter.

El culto de Osiris y los misterios asociados con él dominaron la religión egipcia como ninguna otra cosa. Cada hombre o mujer muertos eran enterrados con observaciones que honraban a Osiris; la ciudad de Abydos, en el desierto al oeste del Nilo y al noroeste de Thebes era consagrada a él; Sais, en el Delta, conmemoraba el cuerpo flotante de Osiris llevado por el Nilo hacia el mediterráneo. ¿Qué hizo que Osiris fuese tan profundamente inculcado en la memoria religiosa de la nación, que su culto saturó la mitología y la religión?

El dominio de Osiris, antes de su asesinato por Seth, fue recordado como un tiempo de beatitud. Según la leyenda, Seth, hermano de Osiris, lo mató y lo desmembró, después de lo cual Isis, la esposa de Osiris, siguió las peregrinaciones para coleccionar sus dispersados miembros. Habiéndolos recogido, los envolvió junto con los implementos de vendaje, y devolvió a Osiris a la vida. La memoria de este evento era una cuestión de celebración anual entre los egipcios. (3) Osiris se convirtió el señor del bajo mundo, la tierra de los muertos. En una leyenda, una parte prominente del ciclo de Osiris, dice que Isis dio nacimiento a Horus, quien ella concibió del ya fallecido Osiris, (4) y que Horus creció para vengar a su padre, comprometiendo Seth en un combate mortal.

En la Egiptología, el significado de estos acontecimientos ha permanecido como un misterio irresoluto. El mito de Osiris “es demasiado notable, y ocurre en demasiadas formas divergentes para no contener un considerable elemento de verdad histórica,” escribió Sir Alan Gardiner, el principal estudioso en estos campos; (5) pero, ¿cual verdad histórica será? ¿Podría ser de “un antiguo rey, cuya trágica muerte fue la base de la leyenda entera?” se preguntaba Gardiner. (6)

 

Pero de tal rey “no se ha encontrado un solo rastro antes del tiempo de los textos de la Pirámide,” y en estos textos, se habla de Osiris sin un final. Allí, él aparece como un dios muerto o rey o juez de la muerte. ¿Pero quién fue Osiris en vida? pregunta Gardiner. A veces “él es representado a nosotros como la vegetación que perece en el agua del diluvio, misteriosamente resurgiendo de ella. . . .” (7) El es asociado con la luz brillante. (8)

Después de una vida de estudiar historia egipcia y religión, Gardiner confesó que él permanecía sin saber a quien representó Osiris representó: “El origen de Osiris sigue siendo para mí un misterio sin solución.” (9) Ni otros, en su campo, han podido ayudarle a encontrar una respuesta.

El Egiptólogo, John Wilson, escribió que es una admisión de fracaso el hecho que el principal volumen cultural de la civilización egipcia, su religión, sus rasgos mitológicos se narren una y otra vez, se aluda a ello en textos y se represente en estatuas y relieves de los templos, y no sea comprendido. (10) El significado astral de deidades egipcias no fue comprendido y los eventos cósmicos que sus actividades representan no han sido pensadas.
 



El profeta Ezekiel, en el destierro babilónico, tuvo una visión—la semejanza de un hombre, pero hecho de fuego y ámbar, que lo alzó por sus cabellos y lo llevó a una cámara oscurecida, donde los ancianos de la casa de Israel, con incensarios en sus manos le rendían culto a ídolos retratados en todas las paredes alrededor.

 

Luego, el ángel de la visión le dijo:

“Verás mayores abominaciones que las que ellos hacen"—y él llevó al profeta a la puerta de la verja de la casa del Señor—" y, vea, mujeres allí sentadas que lloran por Tammuz.”

Luego, él también le mostró judíos en la corte interna de la casa del Señor “con sus espaldas hacia el templo del Señor y sus caras hacia el este; y ellos le rendían culto al sol hacia el este.” (11)

El culto del sol y los planetas fue desacreditado por Jeremías, un contemporáneo de Ezekiel. ¿Pero que era este llanto por Tammuz?

Tammuz era un dios babilónico; uno de los meses del año, coincidiendo aproximadamente con julio, por el verano, fue nombrado en su honor; y por este mismo nombre es conocido en el calendario hebreo actual. Tammuz era un dios había muerto y estaba escondido en el bajo mundo; su muerte era razón de ayuno, acompañado por lamentos de las mujeres de la tierra. Su descubrimiento, o su retorno a la vida en resurrección fueron los motivos de la pasión. (12)

Tammuz era un dios de la vegetación, del diluvio, y de las semillas: “El dios Tammuz vino de Armenia todos los años en su arca, en el desbordante río, bendiciendo el aluvión con nuevo crecimiento.” (13) En el mes de Tammuz él estaba “amarrado”, y las liturgias hablan de que fue ahogado (inundado) entre flores que fueron tiradas sobre él cuando se hundió bajo las olas del Eufrates.” (14) El ahogamiento de Tammuz era una ocasión de lamento para las mujeres: “El diluvio ha tomado a Tammuz, la furiosa tormenta lo ha traído abajo.” (15)

De Tammuz se narra también que él era asociado con luz brillante, (16) con el descenso al mundo inferior, visitado allí por Ishtar, su esposa. La muerte de Tammuz, su subsecuente resurrección, o su descubrimiento en los alcances lejanos, pero sin ser ya brillante, eran los temas del culto que no era solo uno de los misterios, sino el culto principal y superior.

Los misterios de Osiris, los gemidos por Tammuz, todos se refieren a la transformación de Saturno durante y siguiendo al Diluvio. Osiris no fue un rey sino el planeta Saturno, Kronos de los griegos, Tammuz de los babilónicos. Los babilónicos llamaban a Saturno “la Estrella de Tammuz.” (17) Después del Diluvio, Saturno era invisible (el cielo estuvo cubierto durante mucho tiempo por nubes de polvo volcánico) y los egipcios lloraron por Osiris, y los babilónico lloraron por Tammuz.

 

Isis (Júpiter en ese momento) fue en busca de su marido, e Ishtar (también Júpiter en ese tiempo temprano) fue al bajo mundo para encontrar a su marido, Tammuz. Durante un tiempo en que Saturno desapareció, ahuyentado por Júpiter, y cuando reapareció, ya no era el mismo planeta: se movía muy despacio. La desaparición del planeta Saturno al “mundo inferior” se volvió tema de muchas observancias religiosas, comprendiendo liturgias, obras de misterio, lamentos, y ayunos. Cuando Osiris fue visto de nuevo en el cielo, aunque grandemente disminuido, los pueblos estaban frenéticos por el retorno de Osiris de la muerte; no obstante él se volvió rey del bajo mundo.

 

De la manera egipcia de ver el drama celestial, Isis (Júpiter), el esposo de Osiris (Saturno) lo envolvió en el vendajes. Osiris era conocido como “en vendado"—la manera en que los fallecidos llegaron a ser vestidos para su jornada al mundo de los muertos, sobre el cual reina Osiris. Ritos similares eran famosos en honor de Adonis, quien murió y resucitó después de una estadía en el bajo mundo(18), en los misterios de Orfeo. (19)

Sir James G. Frazer, el coleccionista de folclor, vino a considerar a Osiris como un dios de la vegetación (20); igualmente él vio en el babilónico Tammuz, un equivalente del egipcio Osiris, un dios de vegetación y, guiado por este concepto, escribió su libro “El Bough Dorado”, (21) construido alrededor de la idea que el dios de la vegetación, que muere y resucita el año siguiente.

Algunos pueblos, a través de las consecutivas edades planetarias guardaron fidelidad al antiguo Saturno, o Kronos, o Brahma, (22) cuya edad era anterior a aquella de Júpiter. Así, los Scythians fueron llamados Umman-Manda por los Caldeos(23)—el "Pueblo de Manda"—y Manda es el nombre de Saturno. (24) Los fenicios consideraban a El-Saturno como su principal deidad; Eusebio nos informa que El, un nombre también usado en la Biblia como nombre para Dios, era el nombre de Saturno. (25) En Persia, Saturno era conocido como Kevan o Kaivan. (26)

Los diferentes nombres para Dios en la Biblia reflejan el proceso de haber atravesado muchas edades en las cuales un planeta reemplazó a otro y fue de nuevo reemplazado por el próximo en la guerra celestial. El era el nombre de Saturno; Adonis, de los sirios, la deidad lamentada, también era, como Osiris, el planeta Saturno; pero en el período del concurso entre los dos mayores planetas, Júpiter y Saturno, los apelativos de los dioses duales se convirtieron en Adonai, que quiere decir “mis señores”; luego, con la victoria de Júpiter, llegó a ser aplicado solamente a el. (27)



Referencias

1. Naturales Quaestiones VII. 4. 2. [Un tratado astrológico atribuido a Manetho afirma que “En el principio, Kronos, el Titán, gobernaba todo el éter; su estrella, la cual los dioses que veían lejos llamaban “el brillante”. ” Manethonis Apotelesmaticorum libri sex, edic.. C. A. M. Axtius and Fr. A. Rigler (Colonia, 1832), p. 64 (Bk. IV, líneas 14-15). Cf. Proclus, En Timaeo (ed. E. Diehl, Leipzig, 1904), vol. III, p. 169.]

2. [Cf. Ovid, Metamorphoses I, transl. by M. Innes: “When Saturn was consigned to the darkness of Tartarus . . . the world passed under the rule of Jove.” Tacitus refers to “a storm during which Saturn was forcibly expelled by Jupiter and ceased to rule.” ("qua tempestate Saturnus vi Jovis pulsus cesserit regnis.” ) The Histories V. 2.]

3. [For a graphic description of some of the Egyptian rites, see Firmicus Maternus, The Error of the Pagan Religions transl. by C. Forbes (New York, 1970), pp. 44f.]

4. Plutarch, De Iside et Osiride.

5. Gardiner, Egypt of the Pharaohs, (Oxford University Press, 1961), p. 424.

6. [Este punto de vista fue sostenido por Kurt Sethe. Vea Urgeschichte und aelteste Religion der Aegypter (Pre historia y religiones importantes de los egipcios).

7. (Leipzig, 1930), p. 73, n. 3.]

8. Ibid., p. 426. [La conexión de Osiris con el agua o agua-de-inundaciones es frecuentemente ustada tanto en las Fuentes nativas egipcias como en reportes por autores clásicos y tempranos cristianos. Plutarco (De Iside et Osiride 33. 364f) escribió que el Nilo es el “importante poderoso y húmedo”, que el Nilo es el “efflux de Osiris” (39. 366c, 32.363d, 38.366a) y que Osiris es Océanus (34,364d). Cf. Griffiths, Plutarch’s De Iside et Osiride, pp. 36, 56f., 424. Vea también Origen, Contra Celsum 5.38; Hippolytus, (Refutatio Omnium Haeresium 5.7.23) reportó que los egipcios “decían que Osiris era agua.” Cf. también Sallustius, De diis et de mundo, 4. Nockm en su comentario a su edición de Sallustius (p. xlviii, n. 44) compare un papiro griego del primer siglo (P. Leiden J. 384, col. vii, 23) en el cual está escrito “Yo soy Osiris, a quien llaman ‘agua’.’” El ahogado de Osiris, descrito por Plutarco, es atestiguado en algunos de los textos jeroglíficos egipcios más tempranos. Vea K. Sethe, Die altaegyptische Pyramidentexte (Los antiguos Textos Egipcios de las Pirámides) 24D, 615D, 766D; cf. idem, Denkmal Memphitischer Theologie (Monumento Teológico de Memphis) 8, 10b, 19ff., 62ff; H. Gressmann, Tod und Auferstehung des Osiris (Muerte y Resurrección de Osiris), págs. 4, 11-12, 39].

9. [H. Brugsch, (Astronomische und astrologische Inschriften altaegyptischer Denkmaeler (Inscripciones de los Monumentos astronómicos y astrológicos del Antiguo Egipto) [Leipzig, 1883]) escribió de la identificación de ciertos planetas, entre ellos aquel de Osiris, con el sol (“Los Planetas como Soles”), y publicó una inscripción que había copiado en Philae: “es sind Sonnen, welche leuchten tagtaeglich und welche strahlen in der Daemmerung, es sind (dies) der Sahu-Stern der Seele des Osiris und der Sothis Stern.”(son Soles que brillan a diario y que relumbran en la semimoscuridad, son la Estrella del alma de Osiris y la estrella Sothis) Gardiner, “Fue Osiris un Antiguo Rey que fue después deificado?” El Diario de la Arqueología Egipcia 46 (1960), p. 104.

10. J. Wilson, “Cultura Egipcia y Religión” en La Biblia y el Antiguo Meidio Oriente, Ensayos en Honor a William Foxwell Albright edic. por E. Wright (New York, 1961), p. 307.

11. Ezequiel, ch. 8.

12. S. Langdon, Tammuz e Ishtar (Oxford, 1914), pp. 9, 22, 84f.

13. H. Gressman, La Torre de Babel (New York, 1928), p. 28; cf. Langdon, Tammuz e Ishtar, pág. 13.

14. Langdon, articuleo “Tammuz” en La Encyclopedia Británica, XIII Edición Vea también, Liturgias Babilónicas (Paris, 1913), p. 96.

15. Langdon, Tammuz e Ishtar, p. 15. Langdon agrega que “Como Damu, el, [Tammuz] es llamado bel girsu (ummun mersi), ‚señor de la inundación.’” (Ibid., p. 6 n.)

16. Langdon, Tammuz e Ishtar, p. 15: “El brillante océano te ha tomado para tu perdición . . .” Cf. pág. 21: “La brillante corona de tu cabeza ha despojado . . .”

17. E. F. Weidner, Handbuch der babylonisches Astronomie (Manual de la Astronomía babilónica) (Leipzig, 1915), p. 61; cf. A. Jeremias, Handbuch der altorientalistischen Geisteskultur (Leipzig, 1913), pp. 92, 137.

18. Cf. C. Vellay, Le Culte et les fetes d’Adonis-Thammouz dans l’orient antique (El Culto y las Fiestas de Adonis-Thammouz en el antiguo oriente)

19. (Paris, 1904); Sir James G. Frazer, Adonis, Attis, Osiris, Vols. I-II (Londres, 1922).

20. Cf. W. Guthrie, Orpheus and Greek Religion (Orfeo y la Religión Griega) (Londres, 1935).

21. Esto también fue reconocido por Hugo Gressman ("Tod und Auferstehung des Osiris,” (Muerte y Resurrección de Osiris) Das Alte Orient (El Antiguo Oriente) [1923], p. 12.

22. Vea especialmente el volumen titulado Adonis, Attis, Osiris.

23. [Que Brahma es Saturno fue entendido por Velikovsky hace tanto tiempo como a principios de los 1940s, aunque no publicó la idea hasta 1974 en el texto de su conferencia ante el simposio de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Vea Pensée VII (1974), p. 10 and KRONOS III.2 (1977), p. 6. La identificación de Brahma con Saturno es evidenciada por el hecho que el dios es asignado una esfera celestial (cf. El Ramayana, traducc. por R. Griffith, Vol. I [Londres, 1870], Canto XLV, p. 208; cf. también The Kalika Purana, cap.. xxv). Una esfera celestial podría ser interpretada como una órbita. En el Mahabharata se dice más allá que “la altísima-alma de Brahma [está] sentada en la bóveda más alta” (citado en Shastri, La Leyenda del Diluvio, pág. 10). La Brhad-aranyaka Uphanishad coloca a Brahma en el “mundo” más alto.” En la cosmología del Yogabhasya de Vyasa, la esfera celestial más alta es aquella de Brahma. En el Vishnu Purana, el Brahmaloka, que es el cielo de Brahma, es el séptimo y más alto cielo. Algunas Fuentes se refieren a Brahmaloka como Satyaloka. Cf. Tacitus, Las Historias V. 4: “Enla más alta órbita y ejerciendo la mayhaor influencia se mueve la estrella Saturno.” Hace muchos años, F. Wilford reportó la opinion de ciertos eruditos Brahmanes que le dijeron que mientras Shiva brille en el planeta Júpiter, “Saturno es dirigido por Brahma.” ("En Egipto, etc. de los Antiguos Libros de los Hindús,” Asiatick Researches (Investigaciones Asiáticas) III (1799), pág. 382). Cf. E. Moor, The Hindu Pantheon (El Panteón Hindú) 1864), pág. 218. Yo asumo que Wilford es la fuene no conocida de la aseveración de Moor, que Brahma es Saturno.

In China, el planeta Saturno estaba asociado con el palacio y con el Emperador. Era llamado “el planeta del Hijo en la Tierra.” (Se-ma Ts’ien, Les memoires historiques, edic. por E. Chavannes, vol. III, pt. 2, p. 367.)].

24. Cyril I. Gadd, La Caída de Nineveh (Londres, 1926); cf. D. J. Wiseman, Las Crónicas de los Reyes Caldeos en el Museo Británico (Londres, 1956).

25. P. Jensen, La Cosmología de los Bailonios, pág. 114. Cf. El Brihajgatakam de Vahara Mihira, traducc. Por Swami Vijnanananda (Allahabad, 1912), p. 38, n.2: “Saturno es Manda.”

26. Praeparatio Evangelica IV.xvi: “Kronos [El] fue deificado en la estrella Saturno.” Esta declaración es citada por Eusebius de la redacción de Philo’s d la perdida Historia Fenicia de Sanchuniathon. Algunos escritores clásicos, entre ellos Tácito (Histories V.4) alegan que los Judíos eran adoradores de Saturno; cf. La refutación de Agustín en Contra Faustum Manichaeum XX. 13.

27. Dabistan 31; Bundahis, E. West. P. Jensen, La Cosmología de los Babilonios, pág. 114.

28. Origen, Contra Celsum, V. 41.

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Diecisiete

En la historia del Diluvio Universal se dice:

“En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, en el decimoséptimo día del mes, el mismo día, todas las fuentes de las grandes profundidades se rompieron, y las ventanas del cielo se abrieron.” (1)

Cinco meses después, según el libro del Génesis, en el decimoséptimo día del séptimo mes, el arca descansó en Ararat.

En la creencia religiosa egipcia, Osiris fue ahogado “en el decimoséptimo día del mes Athyr.” (2) El ayuno para Tammuz, conmemorando su descenso al bajo mundo, empezó en el decimoséptimo del mes nombrado en su honor. (3) Aunque la similitud de las versiones babilónicas y Bíblicas de la historia del Diluvio fue repetidamente enfatizada, la importancia del número diecisiete en la historia de Tammuz respecto al mismo número en el libro del Génesis no fue enfatizada, o incluso notada.

La fiesta de las Saturnalia empezaba “siempre en el 17 de diciembre” y con el tiempo, en la Roma imperial, cuando era celebrada por tres días consecutivos, empezaba en el decimoquinto y continuaba durante dos días más, hasta el decimoséptimo. (4)

La conexión entre el número diecisiete y el Diluvio no está así confinada a las fuentes bíblicas, babilónicas, y egipcias —también las encontramos en las creencias y prácticas romanas. La importancia del número diecisiete en el misterio juega relacionando a Osiris ahogándose y en las festividades de las Saturnalia es una indicación que estas conmemoraciones estaban relacionadas al Diluvio.



Referencias

1. Génesis 7:11.

2. Plutarco, De Iside et Osiride, ch. 13; cf. también cap. 42. [La coincidencia de la fecha bíblica del comienzo del diluvio con la fecha de la desaparición de Osiris, o el ahogamiento, fue notada por el erudito del siglo 18, Jacob Bryant, quien afirmó, además, que ambas cuentas del mes eran la segunda después del equinoccio del otoño (Un Nuevo Sistema o Un Análisis de la Antigua Mitología, segunda edición [Londres, 1775], pág. 334. Bryant también creía que “en esta historia de Osiris, tenemos una conmemoración del patriarca y del Diluvio” (ibid., pág. 334, Nº. 76). La identidad de las dos fechas ha sido notada por varios autores, entre ellos, George St. Clair. Vea sus Registros de la Creación Descubiertos en Egipto (Londres, 1898), pág. 437. Sobre el significado de la fecha diecisiete en Egipto. El Plutarco, De Iside et Osiride de Griffiths, pág. 312. Cf. H. E. Winlock, “Origen del Antiguo Calendario Egipcio,” Procedimientos de la Sociedad Filosófica Americana 83 (1940), pág. 456 Nº.: “ÇA través de los tiempos Cópticos y Ärabes, por lo menos, la noche del diecisiete de junio era celebrada como la ‘noche de la Caída’, cuando se creía que una caída milagrosa se cayó al Nilo, causando que este se levantara.” ].

3. [Según Langdon, En Babilonia, se dice que el dios Tammuz descendió al bajo mundo el 18 de Tammuz y que se levantó el 28 de Kislev (Diciembre).” (Menologías Babilónicas y los Calendarios Semíticos [Londres, 1935], pág. 121). Originalmente, la fecha había sido el diecisiete; pero “cuando fue alterada la cuenta de las fechas al grado de hacer que el día comenzara con el levantamiento del sol en lugar de la aproximación de la noche” (M. Jastrow, La Religión de Babilonia y Asiria [Boston, 1898], p. 78), el 18avo día del mes comenzó cerca de doce horas más temprano e invadió cerca de las horas del día del séptimo día, que ahora eran contadas como parte del 18avo día. Según Fuentes rabínicas, el fin de los 40 días de lluvia mencionados en la cuenta del Génesis, llegó el 27 de Kislew —el muy mismo día que el 28 de Kislev en los relatos babilónicos, cuando se dice que Tammuz se levantó].

4. [Macrobius, Saturnalia I. 10. 2f. Cf. Cicero, Ad Atticum 13. 52. 1.]

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Festivales de Luz


El Diluvio y los siete días de luz brillante que lo precedieron fueron una experiencia universal, y dejaron recuerdos indelebles. Muchos de los ritos religiosos y observancias de todos los credos regresan a estos eventos del pasado, en que los dioses celestiales, Saturno y Júpiter, eran los participantes principales. Entre la más antigua de todas estas observancias estaban los festivales de luz, de siete días de duración, celebradas en honor a Saturno. Los “siete días de luz” justo antes de que el Diluvio agobiara la Tierra, es recreado en estos festivales. (1)

Herodoto describe que un festival nocturno de luz es sostenido cada año en Sais, en conmemoración de la muerte y resurrección de Osiris. Era llamado la Fiesta de las Lámparas:

Hay una noche en la cual todos los habitantes queman una multitud de luces al aire libre, alrededor de sus casas. . . . Éstas alumbran la noche entera. . . . Los egipcios, quienes están ausentes del festival, observan la noche del sacrificio, nada menos que el resto, por una iluminación general de lámparas; para que la iluminación no sea confinada a la ciudad de Sais, sino que se extiende sobre todo Egipto. (2)

En Roma, la fiesta de luz fue llamada Saturnalia. Según la tradición, la Saturnalia había sido establecida en honor de Saturno cuando, de repente, después de un largo y próspero reinado, “Saturno de repente desapareció.” (3) Macrobio escribió que, celebrando las Saturnalia, los romanos honraban los altares de Saturno con las velas encendidas. . . enviando afilamientos de cera redondos durante Saturnalia.” (4) En su tiempo, el festival era celebrado durante tres días consecutivos pero, escribió Macrobio,

Y todavía, de hecho, entre los hombres viejos había algunos que supusieron que las Saturnalia duraban siete días. . . para Novius. . . dice: ‘Largamente esperando ellos vienen, los siete días de Saturnalia '; y Mummius también. . . dice: ‘De las muchas excelentes instituciones de nuestros ancestros, éste es el mejor—que ellos hicieron que comenzaran los siete días de las Saturnalia cuando el tiempo está más frío. (5)

Hannukah y Navidad son ambas fiestas de luz y, como las Saturnalia, ambas pueden remontarse a los días del Diluvio Universal. La tradición hebrea que Hanukkah fue establecido para conmemorar el “el milagro con el aceite” que fue encontrado lleno y suficiente para siete días, es una racionalización muy pobre.

 

Un mejor terreno para el re-establecimiento de una fiesta, similar a las Saturnalia, en Judea, era el hecho que a la mitad del segundo siglo antes de la era presente, Roma conquistó Grecia, y aproximadamente el mismo tiempo en la rebelión del Hashmanaim (bien conocido por el nombre de uno de los hijos, Judah Maccabi) contra el gobierno Helenístico, el pueblo de Palestina se estaban llegando cerca del los tiempos de su conquista de Grecia. Así, la fiesta de Hanukkah parece ser una adaptación de las Saturnalia romanas. (6)

La observación de este festival fue más tarde tomado por la fiesta de Navidad, la cual fue originalmente observada durante siete días, del 25 de diciembre hasta el primero del Año Nuevo.
 


Referencias

1. [El más temprano de los festivales de este tipo que conocemos era la celebración annual de siete días de duración, conmemorando la inauguración del templo de Ningirsu en Babilonia, en le tiempo de Gudea (antes aprox. 2000 B.C.). Para este y otros festivales similares, vea P. Bourboulis, Antiguos Festivales del tipo de “Saturnalia” (Salonica, 1964). Ningirsu fue “aquel que cambió la oscuridad en luz,” lo mismo que Ninib, o Saturno (M. Jastrow, La Religión de los Babilonios y los Asirios, cap. IV, pág. 56ff). En Atenas, la fiesta en honor a Saturn era llamada la Kronia. Vea H. W. Parke, Festivales de los the Atenienses (Londres, 1977), pág. 29-30. Aparecería que la idea principal detrás de los festivales tipo Saturnalia, tan difundidos en la antigüedad, era el recreamiento de las condiciones que existieron durante la Edad Dorada, cuando reinaba Saturno. La celebración de la Saturnalia romana, la cual, según Macrobius, pre-data la fundación de Roma por muchos siglos (VII. ??), estaba marcada por un revés de relaciones sociales, la soltada de la estatua de Saturno que estaba parada en el Foro desde sus lazos (Macrobius, Saturnalia VII. ??), la coronación de un rey-bufo (aparentemente representando a Saturno) cuyos comandos debían ser estrictamente obedecidos (Tacitus, Anales 13, 15; Epictetus, D, I. 25. 8; Lucian, Saturno. 2. 4. 9), y quien fue más tarde sacrificado en el altar de Saturno. Algunos detalles de tal sacrificio son dados en el Acta Sancti Dasii, edic. por F. Cumont en Analecta Bollandiana XVI (1897). Vea también a Cumont, “Le roi des saturnales,” Revue de Philologie (“El rey de los Saturnales” Revista de Filología XXI (1897), pág. 143-153. Porphyry reporta la existencia de un festival similar en Rhodas durante el cual un hombre era sacrificado a Kronos (De Abstinentia II. 54). Un festival persa similar era la Sacaia (Dio Chrysostom, Orationes IV. 66). Un posible paralelo en México puede haber sido el festival Atemoztli, “La Caída de las Aguas,” descrita en u n manuscrito reproducido en Kingsborough, The Antiquities of Mexico(Las Antigüedades de México): “En el 21 de diciembre ellos celebrant el festival de aquel dios quien, ellos dicen, fue el que descubrió la tierra cuando fue aniquilada por las aguas del diluvio.” ].

2. Herodotos II. 62, traduc. por George Rawlinson. Cf. J. G. Frazer, Adonis, Attis, Osiris, segunda edición (Londres, 1907), pp. 300f.

3. Macrobius, Saturnalia I. 7. 24: subito non comparuisset. [Fue entonces, según Macrobius, que Italia vino a ser llamada Saturnia en honor al planeta. Cf. Dionysius de Halicarnassus, Antiquitates Romanorum I. 6; Ovid, Fasti, VI. 1. 31.]

4. (Saturnalia I. 7. 31-32, transl. by P. Davies, 1969). Macrobius notó también la opinion de aquellos que “piensan que la prácrica es derivada simplemente del hecho que fue durante el reinado de Saturno que nosotros hicimos nuestro camino hacia la luz, desde una rústica y oscura existencia hasta el conocimiento de las artes liberales.” [Cf. arriba, “Tammuz y Osiris,” Nº. 9 sobre el festival egipcio de la luz en honor a Osiris.]

5. Saturnalia X.

6. De manera similar, el camino de orar con la cabeza cubierta parece ser tomado de una costumbre romana—la costumbre girega era orar con la cabeza descubierta.

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Saturno y Júpiter


La historia de este par, el antiguo Kronos y Zeus, o Saturno y Júpiter, como está reflejado en muchas tradiciones alrededor del mundo, cuenta una historia que no tiene ningún parecido a la serena y tranquila circulación de estos cuerpos celestes en sus órbitas, que la astronomía moderna afirma como un hecho.

Saturno y Júpiter están muy similares al sol; si no eran planetas, podrían ser considerados estrellas, como nuestro sol. (1) Júpiter es casi 330 veces más grande que la Tierra, y Saturno, 80 veces. Ambos planetas están cubiertos de gases, los cuales están en constante movimiento, como la atmósfera gaseosa del sol. El sol tienen nueve satélites, y numerosos asteroides y cometas; Júpiter tiene por lo menos catorce satélites y numerosos asteroides y cometas. Saturno tiene diez satélites conocidos; y cuatro o cinco cometas constituyen la familia Saturniana (aunque estos cometas no circulen alrededor del mismo Saturno, normalmente son considerados como relacionados a la órbita de Saturno).

Si Júpiter y Saturno fueran libres de los vínculos del sol, ellos podrían ser considerados como estrellas o soles. Si dos de estas estrellas son puestas en el espacio cerca una de la otra, constituirían un sistema de doble-estrella, ambas estrellas circulando alrededor de un enfoque común.

Como hemos dicho, el cuadro que emerge del folklore comparativo y la mitología, presenta a Saturno y a Júpiter en vigorosas interacciones. Supongamos que estos dos cuerpos se acercaron uno al otro lo suficientemente cerca en un tiempo, causando violentas perturbaciones y enormes efectos en las mareas en ambas atmósferas.. Su mutua perturbación condujo a una explosión estelar, o nova.

 

Como hemos visto, se piensa que una nova es el resultado de una inestabilidad en una estrella, generado por una súbita entrada de materia, usualmente derivada de su compañero, en un sistema binario. Si lo que nosotros llamamos hoy Júpiter y Saturno son los productos de tal sucesión de eventos, su apariencia y masas respectivas deben de haber sido anteriormente bastante diferentes. (2)

Un escenario como este explicaría la importancia de Saturno antes de su cataclísmica ruptura y desmembramiento— debe de haber sido un cuerpo más grande de lo que es ahora, posiblemente del volumen de Júpiter. Lo más interesante es que, por algunas razones, G. Kuiper originalmente asumió que Saturno tenía una masa igual que la de Júpiter. (3)

 

En algún punto, durante un extremo acercamiento a Júpiter, Saturno se volvió inestable; y, como resultado de la entrada de material extraño, explotó, resplandeciendo como una nova, la cual, después de menguar, dejó un remanente, que los antiguos aún reconocieron como Saturno, aunque era ya solo un fragmento del cuerpo celestial de días más tempranos. En la explosión de Saturno, mucha de la materia absorbida anteriormente fue tirada al espacio. Saturno fue grandemente reducido en tamaño y alejado a una órbita distante—el sistema binario estaba roto y Júpiter tomó la posición dominante en el cielo.

 

Los antiguos griegos vieron esto como Zeus, victorioso sobre su padre, forzándolo a soltar a los hijos que anteriormente había tragado, y desterrándolo a los alcances exteriores del cielo. A los ojos egipcios era Horus-Júpiter asumiendo el poder real, dejando a Osiris reinar encima del reino del muerto.

Si las descripciones de Saturno como un “sol” tienen algún significado, Saturno debe de haber sido visible, en el tiempo antes de su explosión, como un disco grande. Si éste fuera el caso, la distancia incrementada entre la Tierra y Saturno podría ser el resultado del traslado de la Tierra de su lugar, o de Saturno de su lugar, o de ambos. Saturno sólo podría haber sido movido por el planeta Júpiter, el único miembro más poderoso que Saturno, de la familia planetaria. Y, de hecho, el mito dice que Saturno fue alejado por Júpiter.
 


Referencias

1. [En Mundos en Colisión, Velikovsky escribió sobre eventos que puede, en teoría haber tenido lugar en el futuro: “Alguna estrella oscura, como Júpiter o Saturno, puede estar en el camino del sol, y puede ser atraído hacia el sistema solar y causar mucho daño en él.” (énfasis añadido). Mientras en 1950, los astrónomos asumían que ambos planetas estaban cubiertos por gruesas capas de hielo, ellos saben ahora que son, en su composición, como estrellas, y que tienen propiedades termales. En el caso de Saturno, H. Spencer Jones (Vida en Otros Mundos [Compañía Macmillan: New York, 1940], cap. 6) argumentaba que Saturno debe de haber estado cubierto con agua semi-congelada, o con amoníaco congelado. El libro de Spencer-Jones fue publicado en el mismo año en el cual Velikovsky sacó una conclusiones totalmente diferentes acerca de la historia y estructura termal sobre Saturno. Las conjeturas de los astrónomos estaban basadas en un simple cálculo de la cantidad de calor alcanzando al planeta: Saturno, estando casi diez veces más lejos del Sol que la Tierra, debía tener una mínima temperatura cercana a los -155º grados Celsius. Las razones por las cuales Velikovsky concluyó que la temperature de Saturno debería de ser considerablemente más alta que el estimado aceptado estaban basadas en, primero, “el calor residual de la catástrofe en la cual Saturno fue descarrilado de su órbita” y, segundo, “la radioactividad resultante de la catástrofe debe ser todavía muy pronunciada en Saturno.” (Del manuscrito no publicado, Las Pruebas del Tiempo). Encima de todo esto, “basado en su historia pasada, Saturno puede ser considerado como una estrella y puede tener algo del mecanismo que hace que nuestro sol brille con luz intensa.”

En 1966, Kellerman describió sus observaciones y medidas en una longitud de onda de 21.3 cm, lo cual mostró una temperatura de 90º grados Fahrenheit para las capas atmosféricas internas. (Icarus) Libros de texto revisados, tomando cuentas de los descubrimientos, comenzaron a hablar de “temperature de ambiente” en Saturno, registrada en la banda de 21-centímetros. (por Ej., Fred Whipple, Tierra, Lune y Planetas, tercera edición revisada [Cambridge, Mass., 1968], pág. 187). En 1972, en mediciones de longitud de onda de 50 y 100 centímetros, se encontraron temperaturas “inusualmente altas” —aproximadamente 240º F. y 520º F. respectivamente. “Entonces, parece que Saturno, como Júpiter, no es un desierto completamente congelado que una vez se pensó que era.” (D. McNally, “Serán los Planetas Jovianos ‘Estrellas Fallidas’?” Nature 244 [Agosto, 1973], págs. 424-426).

Pronto fue comprendido que Saturno debía tener una fuente de energía interna, y que es, de hecho, más como una estrella que como un planeta, aunque no es considerado lo suficientemente grande para funcionar como una verdadera estrella. (Science News 101 [1972], pág. 312. El artículo compara el punto de vista expresado solamente unos pocos años antes, por C. Sagan, de que Saturno no podría ser un lugar que albergara vida, por sus temperaturas atmosféricas algunos grados bajo cero, Fahrenheit. Cf. Vida Inteligente en el Universo).

Mediciones en rangos lejanos-infrarrojos y submilimétricos, publicados en 1977, indicant que la fuente interna de energía de Saturno anda “dentro del rango de 2.3 a 3.2 veces la energía absorbida del flujo solar.” (R. F. Loewenstein et al., “Observaciones lejanas Infrarojas y submilimétricas de los planetas,” Icarus 31 [1977], pág. 315. Cf. El Diario Astrofísico 157, pág. 169ff.). En otras palabras, Saturno emite hasta tres veces la cantidad de energía que recibe del sol.

Al principio de 1980, análisis de medidas tomadas por el Pioneer 11 durante su vuelo pasando cerca de Saturno, mostraron que el interior del planeta tiene una temperature que exceed los 10,000 degrees Kelvin, lo que es considerablemente más caliente que la superficie del Sol (menos de 6,000 degrees Kelvin).].

2. Una hipótesis que las masas protoplanetarias de Júpiter y Saturno eran casi las mismas fue anticipado por G. Kuiper.

3. Cielo y Telescopio (Marzo, 1959), pág. 259.

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Los Anillos de Saturno


Un caso del mito de Saturno puede ser verificado con la ayuda de un pequeño telescopio: Saturno está en cadenas. En vez de resolver algo, este hecho presenta un nuevo problema que exige una solución. ¿Cómo supieron los antiguos griegos y romanos, que Saturno está rodeado por anillos? (1) Es extraño que esta pregunta no fuera hecha antes. (2) La existencia de estos anillos alrededor de Saturno se volvió conocida en tiempos modernos, solo en el siglo diecisiete. después de ser inventado el telescopio. Ellos fueron vistos primero, pero mal entendidos, por Galileo (3) y entendido por Huygens. (4)

Si el mito no inventó estos anillos, por alguna casualidad, los griegos los deben de haber visto. Este último caso podría ser verdad si los griegos, o algunas otras personas orientales hubieran poseído lentes adaptados para la observación de cuerpos celestiales, o si los anillos alrededor de Saturno fueron, en algún momento, visibles al ojo desnudo en el pasado—ahora que ellos no son visibles sin instrumentos de aumento.

 

Hay casos de observaciones exactas por los caldeos, que hacen pensar en el uso de algunos medios técnicos exactos. (5) Estos medios podrían consistir en una clase de astrolabio como aquel de Tyche de Brahe, que hizo observaciones muy exactas de cuerpos celestiales sin la ayuda de un telescopio; también Copérnico, antes de Tyche de Brahe, hizo todos sus cálculos de los movimientos de los planetas antes de que se inventara el telescopio. Pero ni Tycho de Brahe ni Copérnico vieron los anillos.

La estatua de Saturno en el Capitolio Romano tenía correas alrededor de sus pies, (6) y Macrobio, en el siglo V de nuestra era, ya ignorante del significado de estas correas, preguntó: “Pero por qué está el dios Saturno en cadenas?”

En la leyenda egipcia, Isis (Júpiter) envolvió a Osiris (Saturno). El apelativo egipcio para Osiris era “el envuelto.” (7)

En el Zend-Avesta se dice que la estrella Tistrya (Júpiter, más tarde, Venus) mantiene a Pairiko en dobles ataduras. (8) Saturno es abrazado por dos grupos de anillos—uno más grande y uno más pequeño, con un espacio en medio. Para ver esto es necesario un mejor telescopio que aquel usado por Galileo o el otro usado por Huygens; la doble estructura del cinturón fue observada primero en 1675. (9)

Los anillos de Saturno también eran conocidos a los aborígenes de América antes de que Colón descubriera la tierra; esto también significa que antes de que el telescopio fuera inventado, a principios del siglo XVII. Un antiguo tablero grabado, de madera, en México muestra a la familia de los planetas: uno de ellos es Saturno, fácilmente reconocible por sus anillos. (10)

Ni tampoco los Maoris de Nueva Zelanda eran ignorantes acerca de ellos:

“Uno de los grandes misterios conectados con Saturno es la pregunta todavía sin contestar de cómo los antiguos Maoris de Nueva Zelanda sabían acerca de los anillos—ya que hay evidencia que ellos tenían una leyenda de los anillos Saturnianos mucho antes de los días de Galileo.” (11)

En el mito se dice que Júpiter ahuyentó a Saturno, y que en esta ocasión, Saturno fue puesto en cadenas. Si estas palabras significan lo que dicen, y no son una porción sin sentido del mito—ni en sueños, por lo menos, no hay partes sin sentido—ya que el conocimiento de los antiguos acerca de los anillos de Saturno pudo haber sido adquirido debido a una mejor visibilidad:: en otras palabras, en algún momento en el pasado, Saturno y la Tierra parecen haber estado más cerca uno del otro.

Originalmente asumí que los anillos de Saturno podían consistir de agua en forma de hielo, pero desde la antigua erudición alrededor del mundo dice que fue Júpiter quien le puso estos anillos alrededor a Saturno, (11) yo consideré que ellos podrían tener también algunos otros componentes. Desde que el estudio espectroscópico de los anillos de Saturno ha confirmado que más probablemente consisten de agua en forma de hielo. (13)
 


Referencias

1. [Aeschylus, en Eumenides 641, refiriéndose a los anillos de Saturno: “El [Zeus] mismo envuelve en cadenas a su viejo padre, Cronus” ; cf. Lucian, Astrology, 21: “Por otra parte, tampoco es verdad que Saturno está en cadenas.” Los neoplatonistas como Proclus En Timaeo, tr. por Festugiere, vol. III, pág. 255 y Nº. 4; In Cratylo 209.3f) y Porphyry (De Antro Nympharum 67.21ff.) buscó un significado filosófico o místico en la tradición. Cf. también Clemens Alexandrinus, Homilia, VI. xiii in Patrologiae Cursus Completus, Serie Greca, J.-PÁG. Migne Ed., Vol. II.207f; Dio Chrysostom, Décimocuarto Discurso 21ff: “Y sin embargo el Rey de los Dioses, el primero y más anciano, está en cadenas, dicen ellos, si hemos de creer a Hesiod y a Homero y a los otros hombres sabios que cuentan esta historia acerca de Cronus.” Cf. Hesiod, Trabajos y Días, 169ff. Auustín, refutando a aquellos que aseveraban que el Sabat Judío era celebrado en honor a Saturno, escribieron: “ita patres nostri longe fuerunt a Saturnoiacis catenis, quamvis pro tempore propheatiae sabbati vacationem observaverint.” (Contra Faustum Manichaeum XX. 13. in Migne ed., Patrologiae Cursus Completus, Series Latina, Vol. XLII, Pág. 379). Cf. También Arnobius, Contra Gentes IV. 24 in ibid., vol. III: “Numquid paricidii causa vinctum esse Saturnoum, et suis diebus tantum vinculorum ponderibus revelari?” y Minucius Felix, Octavius XXI, in ibid., vol. III, col. 304: “Quid formae ipsae et habitus? . . . Saturnous compeditis.” Un epigrama de Marcial (III. 29) se refiere a los lazos de Saturno, comparándolos a anillos: “Has cum gemina compede dedicat catenas, Saturnoe, tibi Zoilus anulos priores.” “Estas cadenas con su dobles cadenas, Zoilus te las dedica a ti, Saturnous. Ellas eran anter sus anillos."—traduc. por W. Kerr (Londres, 1919). Los santuarios a Saturno en la África romana retrataban al dios con su cabeza rodeada “por un velo que cae sobre cada uno de sus hombros,” de alguna manera un reminiscente de los anillos del planeta. Vea J. Toutain, De Saturnoi Dei in Africa Romana Cultu (Paris, 1894), pág. 42 y fig. 1 and 2.].

2. [Pero cf. Th. Taylor en The Classical Journal 40 (1819), págs. 324-326, y A. de Grazia, “Antiguos Conocimientos de las cintas de Júpiter y los Anillos de Saturno,” KRONOS II.3 (1977), pág. 65ff.]

3. [Cuando Galileo vio por primera vez los anillos, en Julio de 1610, el pensó que eran dos satellites a cada lado de Saturno, y esto es lo que él también anunció en su Sidereus Nuntius. Cf. A. Alexander, El Planeta Saturno, (1962), pág. 84ff.]

4. [Chr. Huygens, Systema Saturnoium (1659); Cf. Alexander, El Planeta Saturno, loc. cit.]

5. PÁG. Jensen, La Cosmología de los Babilonios, Pág.

6. Macrobius, The Saturnoalia, I.8.5, traduc. por PÁG. V. Davies (New York, 1969): “ Saturno, también, es representado con sus pies atados juntos, y, aunque Verrius Flaccus dice que el no sabae la razón . . . Apollodorus dice que a través del año, Saturno está atado con un lazo de lana, pero es liberado en el día de su festival.” Cf. ibid., I.8.1.

7. Vea abajo, sección “Tammuz y Osiris” . Cf. A. S. Yahuda, “El Culto a Osiris y la Designación de los Ídolos de Osiris en la Biblia,” Diario de Estudios del Cercano Este III (1944), pPág. 194-197.

8. El Zend-Avesta xvi, traduc. por J. Darmesteter (1883), pág. 107. [El texto del Zend-Avesta se lee: “Tistrya, estrella brillante, mantiene a Pairiko en lazos dobles, en lazos triples.” Un tercer anillo alrededor de Saturno fue observado en 1980. Velikovsky también pensaba que las representaciones Mithráicas de Kronos con su cuerpo rodeado por una serpiente (cf. F. Cumont, Los Misterios de Mithra [1903], figs. 21-23) podría atestiguar una memoria de los anillos de Saturno. Cf. la Sani Hindú (el planeta Saturno) mostrado en un antiguo madero reproducido en F. Maurice, Antigüedades Indias (Londres, 1800), Vol. VII, y descrito por el autor como “cercado con un anillo formado por serpientes.” Tammuz, quien representaba al planeta Saturno en Babilonia (E. Weidner, Manual de la Astronomía Babilónica [Leipzig, 1915], pág. 61) fue llamado “aquel que está atado.” Vea también, de Thorkild Jacobsen, Hacia la Imagen de Tammuz (Imprenta de la Universidad de Harvard, 1970), pág. 85. y de A. E. Thierens, Astrología en la Cultura Mesopotámica (Leiden, 1935). Ninib, quien era también Saturno, se decía que sostenía “el lazo irrompible” o “la poderosa Serpiente"—Jastrow, La Religión de Babilona y Asiria, CaPág.. xvii, pág. 463.].

9. La observación fue hecha por G. D. Cassini.

10. Kingsborough, Antigüedades de México (Londres, 1830), Vol. IV, el cuarto plato desde el final del volúmen. Vea Fig.

11. Guy Murchie, Músic de las Esferas (Boston, 1961), pág. 94. [Una útil discussion de las ideas astronómicas de los Maori es suministrada por un monografía por E. Best, El Conocimiento Astronómico de los Maori,, Genuino y Empírico,, Nueva Zelanda Dominium Museum Monografía No. 3 (Wellington, 1922), Pag. 35: PAREARAU representa uno de los planetas. Stowell dice que es Saturno; que Parearau es un nombre descriptivo para aquel planeta, y describe su apariencia, rodeada por un anillo. La palabra pare denota una cinta o diadema; arau significa “enredado"—o quizás “rodeado”, en este caso, si los nativos realmente pueden ver la pare de Saturno con el ojo desnudo. Si fuera así, entonces el nombre parece uno adecuado . . . Del origen de este nombre, uno dice, ‘Su cinta la rodea completamente, por lo tanto, ella es llamada Parearau.’” ].

12. [En cuanto al proceso de los anillos de Saturno, Velikovsky pensaba que pudieran haber sido análogos a la formación del anillo en forma de disco de material gaseoso alrededor de algunas estrellas en sistemas binarios, como es descrito por H. Friedman en Science 181, (Agosto 3, 1973), pág. 396: “El gas entra en las órbitas Keplerianas y se acumula en un disco, de alguna manera parecido a los anillos de Saturno . . .”].

13. En Agosto de 1965, Tobias Owen, escribiendo en Science, (Pág. 975) reportó que “el espectro de reflejo del bloque de hielo dió el mejor igual a lo absorción observada en los anillos de Saturno"—sino que “las más probables y similares alternativas” serían “hielos de metano y amoníaco"—ambos conocidos ingredientes de la atmósfera Joviana, estando el metano también en la composición de la envoltura de la nube Saturniana. Vea también al Apéndice 26. [Tan temprano como en 1947, Kuiper (Las Atmósferas de la Tierra y Planetas [1949]), concluyó, en base a mediciones espectrales en infrarrojo que “los anillos están cubiertos por escarcha, si no de hielo compuesto.” Cf. A. Cook et al., “Los Anillos de Saturno—Una Inspección,” Icarus 18 (1973), Pág. 317: “Aunque congelado, el H2O es un importante componente, el poder de reflexión espectral indica la presencia de otros materiales.”].

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La Edad Dorada de Saturno

La edad que el hombre más tarde llamó la Edad de Kronos (Saturno) fue recordada con nostalgia como una edad de beatitud. Referencias a la Edad de Kronos en la erudición antigua son muy numerosas. (1)

Esiodo habla de:

Una raza dorada de hombres mortales que vivieron por el tiempo de Kronos, cuando él estaba reinando en el cielo. Y ellos vivieron como dioses, sin penas de corazón, remotos y libres de trabajo o esfuerzo: la edad miserable no descansó en ellos. . . La fructífera tierra, sin esfuerzo, les dio abundantes frutos, y sin limitación. Ellos moraban en descanso y paz en sus tierras, con muchas cosas buenas…(2)

Algo similar escribe Ovidio en el sexto libro de sus Metamorfosis:

Al principio estaba la Edad Dorada, cuando los hombres, de propio acuerdo, sin amenaza de castigo, sin leyes, mantenían buena fe y hacían lo que era correcto. . . . La misma tierra, sin compulsión, intacta por el azadón, sin surcos por ninguna parte, producía todas las cosas espontáneamente. . . . Era una estación de primavera eterna. (3)

Fuentes rabínicas recuentan que los hombres vivían bajo condiciones muy favorables antes del Diluvio, y que éstos contribuyeron a su maldad:

“Ellos no conocían ni trabajo ni esfuerzo, y como consecuencia de su extraordinaria prosperidad, ellos crecieron insolentes.” (4)

La dominación de Saturno en algún período remoto en la historia de la vida de de los pueblos en la Tierra era de tan pronunciado y saturado carácter que la pregunta surge si las aventuras del planeta atravesando muchas proezas pudieron por sí solos ser la plena causa del culto del planeta y la denominación de la Edad Dorada, “la Edad de Kronos” (Saturno).

 

Saturno explotó y causó que la Tierra pasara por la mayor de sus catástrofes históricas, y esto era completamente suficiente hacer de Saturno la suprema deidad; pero parece que la Edad de Saturno es un nombre para la época antes del Diluvio; después del Diluvio, Saturno, desmembrado, casi dejó de existir como cuerpo planetario, y cuando a lo largo fue reconstituido, fue engrillado por anillos, y estaba lejos de ser el cuerpo celestial dominante que lo colocó como suprema deidad de la época.

 

La “Edad de Kronos” es una edad tan gloriosa que apenas es concebible conectarla con el período después del Diluvio. Los gemidos por Adonis, Tammuz de los babilonios, u Osiris de los egipcios, deplorados al fin de su dominación, no al principio de ella.

¿Entonces, por qué Saturno era la suprema deidad por cuyo nombre fue llamada la grandiosa y gloriosa edad antes del Diluvio? ¿Porqué fue quitado Urano de su papel de deidad principal, y para los espectadores en la Tierra, castrado? Si las distancias entre la Tierra y Saturno y Urano eran en ese tiempo lo que son ahora, entonces tales acontecimientos escasamente podrían ser observados: Urano es sólo apenas visible en el cielo nocturno sobre Mesopotamia, en una noche más translúcida.

 

Saturno es claramente visible, pero no es, para un ojo sin ayuda, un espectáculo en el cielo; era más voluminoso y más luminoso antes del Diluvio, pero si se movía en una órbita no muy diferente de la presente, y la Tierra estaba moviéndose aproximadamente en los mismos vecindarios donde se mueve en la actualidad, entonces la sorpresa todavía persiste, de cómo un cuerpo en una órbita 30-años pudo hacer que los habitantes de la Tierra, en su órbita de un año, lo consideraran como el más supremo de todos los cuerpos celestiales en el cielo.

El apelativo “sol” empleado para Saturno podría explicarse por su brillo inusual cuando explotó como una nova durante un corto tiempo, realmente durante siete días, antes comienzo del Diluvio en la Tierra. Asumiendo que la longitud del día por esos tiempos no era muy diferente de su valor presente, la velocidad de las masas en movimiento que están en el orden de 100 kilómetros por segundo o 8,600,000 kilómetros en un período de 24 horas, y la Tierra y Saturno estando en sus puntos más cercanos en sus órbitas recíprocas, o en conjunción (qué es otra conjetura), en siete días cubrieran una distancia de aproximadamente 60 millones de kilómetros.

 

En las órbitas del presente, la distancia entre Saturno y la Tierra varía de 1,279 millones de kilómetros a una conjunción superior, a 1,578 millones de kilómetros a la oposición; la menor de estas distancias el aproximadamente 21 veces mayor de lo que anteriormente se calculó. Esto también significa que, a menos que la velocidad del agua arrojada era un orden de magnitud mayor que 100 Km. por segundo, la distancia entre Saturno y la Tierra debe de haber sido sustancialmente menor de lo que es en la actualidad.

Yo he seleccionado arbitrariamente la figura de 100 kilómetros por segundo para el movimiento del material explotado; hoy, la velocidad de escape, o la velocidad requerida para que un proyectil en la superficie de Saturno deje la atracción gravitatoria del planeta es de 35 kilómetros por segundo. Para Júpiter, la velocidad de escape es de 59 kilómetros por segundo. Asumiendo que Saturno era de una masa igual que la de Júpiter, la misma figura aplicaría a éste también. Con 100 kilómetros por segundo, tenemos casi el doble de la velocidad de escape.

 

La arbitrariedad de la asunción de tal velocidad para nuestros cálculos es obvia. Pero si el juego de figuras también, no está lejos de lo que realmente eran, la conclusión sería que la distancia de la Tierra, de Saturno, era solamente una vigésimo parte de lo que es ahora; esto nos permitiría especular si la Tierra pudo, en algún período temprano, haber sido un satélite de Saturno. La distancia 60 millones de Kms. es correspondiente a la distancia de Mercurio del Sol, o sea, 58 millones de kms; los satélites de Júpiter orbitan a distancias de 24 millones de Kms. del primero. Teóricamente, Saturno podría tener satélites tan grandes como la Tierra: la Luna es de sólo 1/40ava parte de la Tierra en volumen, considerando que Saturno es 760 veces más grande que nuestro planeta. (5)

Si ese fue alguna vez el caso, la “Edad de Saturno” y las condiciones muy inusuales bajo las cuales vivió la humanidad, y el culto a Saturno antes del Diluvio, ganaría significando. El apelativo “sol” usado para Saturno se entendería, no sólo como el resultado de la gran luz que emitió por un corto período, cuando se convirtió en nova, sino también de su papel duradero de un Primario para la orbitante Tierra.

Si hay verdad en la conjetura, y no es nada más que una conjetura, que la Tierra fue alguna vez un satélite de Saturno, el último debe de haber orbitado más cerca del sol, para que la Tierra recibiera calor de él—Saturno exuda poco calor (6)—y si la edad de Kronos fuera una edad dorada, entonces también es apropiado asumir que las condiciones en el satélite Tierra no eran desfavorables para la vida. El registro geológico documenta climas extremos para el pasado de la Tierra—tiempos cuando los corales crecían en el Ártico, y tiempos cuando la Tierra, en parte, incluso, en el ecuador, estaba engrillada por hielo.

 

Tales climas requieren condiciones definitivamente anormales, que sólo podrían ser creadas por posiciones variantes de nuestro planeta como cuerpo astronómico. Por consiguiente, las conjeturas como las hechas en esta sección, no está en conflicto con los registros—sin embargo, no es lo que pudo haber tenido lugar, sino lo que tuvo logar, o el registro histórico, que es la meta apropiada para la pesquisa. En ausencia de indicaciones directas, sólo podemos tratar el problema de la Tierra como un satélite de Saturno, como con una construcción hipotética, requiriendo una más extensa elucidación.

La astronomía moderna supone que el noveno planeta, Plutón, fue una vez un satélite de Neptuno que, habiendo chocado con Tritón, otro satélite del planeta, fue arrojado fuera del anillo y se convirtió en planeta independiente; el satélite Tritón, sin embargo, como consecuencia de la colisión, invirtió la dirección de su revolución y se volvió un satélite retrógrado. (7)

 

Otro caso de una conversión postulada de un satélite planetario en un planeta independiente es discutido por Van Flandern y Harrington en su papel “Una Investigación Dinámica de la Conjetura que Mercurio es un Satélite Escapado de Venus,” Icarus 28 (1976), Págs. 435-440.]. Aunque el principio de una conversión de un satélite en planeta en su propio derecho, no es un fenómeno discutido aquí la primera vez.

La Edad Dorada de Saturno, o Kronos llegó a su fin cuando el dios supremo de ese período, el planeta Saturno, se quebrantó. La Edad de Kronos no fue la edad más temprana de que el hombre retuvo algunas memorias, aunque bastante en penumbras—aunque todavía más lejos en el pasado, esa penumbra aumenta casi a la oscuridad. (8)
 


Referencias

1. [Sobre la edad dorada de Kronos vea El Estadista, de Platón. cf. PÁG. Vidal-Naquet, “El Mito del Estadista de Platón, las Ambigüedades de la Edad de Oro y de la Historia,” Diario de Estudios Helenísticos 98 (1978), Pág. 132-141. Cf. Porphyry, De Abstinentia IV. 2; Teleclides, citado en Athenaeus, Deipnosophistae VI. Según Macrobius, en el reinado de Saturno no había distinction entre libertad y esclavitud (Saturnalia I. 7. 26) y todos los bienes eran en común (I. 84). Cf. Pompeius Trogus en Justin, bk. 43: “Se dice que Saturno era tan justo que nadie bajo el era un sirviente, ni nadie tenía posesiones privadas, sino que todas las cosas eran mantenidas en común y sin divisions, como si la herencia de uno pertenecía a todos..” En el reinado de Saturno en Italy, vea a Dionisio de Halicarnassus, Antiquitates Romanorum I. 36. 1; Vergil, Fourth Eclogue also, El Aeneid 11. 252 Silius Italicus 3. 84; 13, 63; 17. 380. Martial, Epigrams 63. Macrobius, Saturnalia VII. 26.].

2. Hesiod, Works and Days, traduc. by Evelyn-White, 110.

3. Ovid, Libro Metamorfosis I, traducc por Innes.

4. Ginzberg, Leyendas, I.

5. [La proporción de la masa de la Tierra a la masa de Saturno es de 1:90.]

6. [Análisis de la información coleccionada por el Pioneer 11 ha llegado a un aproximado de una temperadura de aprox.. 10,000º degrees Kelvin en el interior de Saturno. Parece haber algun escape de calor en la atmósfera superior.]

7. [R. A. Lyttleton, “Sobre los posibles resultados de un Encuentro de Plutón con el Sistema Neptuniano” Noticias Mensuales de la Sociedad Astronómica Real 97, Pág. 108. Cf. la crítica a la sugerencia de Lyttleton, de R. S. Harrington y T. C. van flandern en “Los Satélites de Neptuno y el Origen de Plutón,” Icarus reprinted in KRONOS V. 2. (1979), Pág. 76. La alternative postulada por los autores involucra un encuentro cercano entre Neptuno y un hipotético de dos a cinco veces el tamaño de la Tierra. La sugerencia del autor, de que la luna de Plutón recién descubierta pueda haber sido también un satellite independiente de Neptuno, podría ayudar a resolver la pregunta del origen de la compañera de la Tierra.]

8. [Tradiciones similares de una edad dorada exitían entre los Sumerians (S. N. Kramer, “Sumerian Myths and Epic Tales” in J. Pritchard ed., Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament [Princeton, 1950], Pág. 37ff.), ancient Egyptians (F. Lenormant, Les Origines de l’histoire [Paris, 1880], vol. I, Pág. 58), Hindús Las Leyes de Manu) chinos (Les Memoires historiques de Se-ma Ts’ien, traduc. por E. Chavannes [Paris, 18xx], vol. I, Pág. 17ff.) entre otros.].

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Arcoiris


Después del Diluvio, la esperanza se convirtió en fe, de que ninguna tal o similar destrucción vendría a diezmar de Nuevo a la humanidad. Se cuenta la historia que el Señor hizo un convenio con Noé, y los siguientes fueron los términos de este convenio:

Entonces Dios dijo a Noé,

...“Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra..” (1)

Como una señal visible de que no se repetiría la catástrofe, apareció por primera vez un colorido arco iris, después del Diluvio—era un nuevo y sin embargo desconocido fenómeno atmosférico, entonces. En esta refracción coloreada de luz del sol en pequeñas gotas de agua suspendidas, los rescatados creyeron ver la promesa divina de no repetir el diluvio:

Y dijo Dios,

“Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por los siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ayer entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas . Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo. (2)

El pacto, según la concepción moral de los hebreos, era un hecho recíproco. Fue mantenido solo en su promesa de no traer un gran diluvio sobre la Tierra: la Tierra y el hombre continuaron siendo formados y reformados en extensas catástrofes antes del cierre de la edad de la creación, que es el tema del Libro de Génesis
 


Referencias

1. Génesis IX. 8-11.

2. Génesis IX. 12-15. [Según el Génesis II. 5-6 ninguna lluvia cayó sobre la nueva tierra creada, lo cual era humectada solamente por un rocío que ascendía del suelo y caía como rocío. Si este fenómeno persistió hasta el Diluvio, esto explicaría la novedad del arociris después de la catástrofe.

3. Pedro Sarmiento de Gamboa, el conquistador español que viajó a Los Andes en el siglo XVI, registró en su Historia de los Incas una cuenta sobre Manco Capac, el primer Inca, que tiene un curioso parecido a la historia bíblica. Saliendo de una cueva después de la reaparición del sol, Manco Capac y sus hermanos “llegaron a la montaña, la cual está aproximadamente a dos leguas del pueblo de Cuzco, y subiendo a la cima, ellos vieron sobre ella el arco iris, el cual los nativos llamaron guanacuari. Y, interpretándolo como un presagio favorable, Manco Capac dijo: ‘Consideremos esto como una señal que el mundo no volverá a ser destruido por el agua’” ("Tened aquello por señal que no será el mundo mas destruido por agua!” Captítulo 12). El arco iris fue retratado en el altar de los Coricancha en el templo de Viracocha en Cuzco. Vea R. T. Zuidema, “La Imagen del Sol y la Huaca de Susurpuquio en el Sistema Astronómico de los Incas en el Cuzco,” Journal de la Societe de Americanistes LXIII (1974-76), Pág. 218. Si, como lo sugiere Dwardu Cardona, la referencia al arco iris en este pasaje sería a los anillos de Saturno—una sugerencia a la que tiendo a seguir—las “ataduras” de Saturno en sus anillos puede haber sido tomada como una garantía de su futura conducta.].

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