por Jennifer Delgado Suárez Enero 2017
del Sitio Web
RinconPsicologia
Cada persona tiene su noción del amor, aunque es difícil desligarse por completo del imaginario popular.
De hecho, las películas románticas de Hollywood y los cuentos infantiles nos han transmitido, de una u otra forma, una imagen idealizada del amor, una imagen que se encuentra en nuestro inconsciente y que determina nuestras elecciones.
Así, sin darnos cuenta,
buscamos a la persona "perfecta", y ante el menor problema ponemos
en duda la relación, pensando que nos hemos equivocado al elegir.
Pero eso no significa
aspirar a la perfección, entre otras razones, porque no existe.
El amor necesita un lugar
donde resguardarse, necesita de ambos para existir y sobrevivir, por
eso, si cada quien no se ama lo suficiente, no será capaz de amar.
Una persona auténtica es
una persona congruente, que actúa según sus ideas y emociones. Sin
embargo, en la vida cotidiana no siempre es fácil ser auténticos ya
que en ocasiones para adaptarnos tenemos que encarnar roles sociales
que implican usar máscaras.
Y estamos tan
acostumbrados a encarnar diferentes roles que estos ya forman parte
de nuestra vida y algunos incluso se han olvidado de su propio "yo".
Se trata de una sensación
muy desagradable que, antes o después, dará al traste con la pareja.
Por eso preferimos
esconder algunos aspectos de nuestro verdadero "yo".
Al interponer esa barrera
también le enviamos la señal de que no queremos conocerle, por lo
que es probable que la otra persona se sienta rechazada o incluso
juzgada.
Solo de esa interacción
puede surgir la aceptación plena, que es la que da paso a un amor
maduro y desarrollador.
Sin embargo, en realidad
el amor no es encontrar a esa persona supuestamente perfecta, hecha
a nuestra medida, sino ir cambiando a lo largo del camino, porque
eres consciente de que esa es la persona que quieres a tu lado.
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