16 Diciembre 2017
del Sitio Web
PijamaSurf
Fishermen at Sea
Joseph Mallord William Turner
(1796 - detalle)
Este Fragmento de Marco Aurelio
así lo Sugiere...
En una época dominada por la distracción, el goce y la postergación,
el filósofo emperador
Marco Aurelio nos recuerda la
generosidad implícita en las adversidades
Se dirá, con razón, que la adversidad es propia de la vida. Cada
cual, a su propia manera, encuentra dificultades en su camino.
Quien para encontrar
trabajo, otros más para tener en su vida relaciones sinceras y
afectuosas, hay quienes sufren por amor, por la muerte de un ser
querido, por estrechez de recursos, por padecer una enfermedad…
A veces también se trata
de contrariedades heredadas o con las cuales hemos batallado por
mucho tiempo sin que aparentemente seamos capaces de resolverlas.
Hay, sin embargo, un aspecto de esa adversidad estrechamente
relacionado no con el hecho en sí sino con la manera en que lo
percibimos y lo experimentamos.
La falta de dinero, por
ejemplo, hace a ciertas personas pensar con creatividad y entusiasmo
y a otras las deprime o las paraliza y, mientras que unas llegan a
montar algún negocio familiar (como es el caso de tantos migrantes
alrededor del mundo), los otros, en cambio, poco pueden hacer más
allá de lamentarse de su suerte.
En este sentido, la
filosofía estoica ofrece un
entendimiento de la adversidad que, en términos generales, nos
invita a aceptarla y vivirla, no con mayor sufrimiento o dolor del
que le es implícito, sino sólo como un aspecto propia de la
existencia y del cual nadie está exento.
Además de que se trata de
una circunstancia que cuando se vive así, usualmente nos reportan
también aprendizajes invaluables, fortaleza para nuestro ánimo y,
aunque esto se dice poco, también compasión.
En efecto, aunque el estoicismo suele asociarse con la serenidad o
la ecuanimidad, especialmente ante las dificultades, es posible
encontrar en sus ideas un elemento constante de compasión, palabra
que quizá nos hace pensar más en las doctrinas orientales pero que,
a fin de cuentas, es común a todos los sistemas de pensamiento
orientados al buen vivir.
Con motivo de este aspecto no siempre difundido de la escuela
estoica, compartimos ahora un fragmento de las "Meditaciones"
de Marco Aurelio en donde se aconseja soportar las adversidades como
las rocas resisten las olas, que las golpean sin por ello
perturbarlas… pero no sólo eso.
Leamos a Marco Aurelio
antes de continuar:
Sé fuerte como las
rocas que las olas del mar no dejan de golpear: se mantienen
firmes mientras que a sus pies la espuma se agita y desaparece.
¡Ah! Soy
desdichado - dices - porque me ha ocurrido tal percance.
Te equivocas.
Por el contrario,
tendrías que decir:
Estoy feliz
porque, a pesar de esto que me ocurrió, estoy al abrigo del
dolor y no me siento herido por el presente ni ansioso por
el porvenir.
Lo mismo podría
sucederle a cualquier otra persona pero no cualquiera lo
recibirá con la misma impasibilidad que tú.
-
¿Porqué,
entonces, tiene que ser este accidente una desgracia y
no un acontecimiento feliz?
-
¿De verdad
puedes llamar desgracia algo que en nada disminuye la
naturaleza del ser humano?
-
¿O crees tú
que haya una verdadera degradación de la naturaleza
humana ahí donde no hay nada que sea contrario al
destino de ésta?
¡Y bien! ¡Tú conoces
ese destino!
Lo que acaba de
suceder,
¿te impide ser
justo, magnánimo, sobrio, razonable, sereno en tus juicios,
modesto, libre y tener, en fin, todas aquellas virtudes que
permiten a la naturaleza del ser humano conseguir sus
propósitos?
De ahora en adelante,
siempre que algún acontecimiento te cause pesadumbre recuerda
esta máxima:
Esto que me acaba
de ocurrir no es una desgracia, antes bien, es una felicidad
auténtica si sé cómo enfrentarla con virtud generosa.
(IV,
49)
Cuando coloquialmente se
dice que una situación se "soporta estoicamente”, usualmente se
alude a esa fortaleza de las rocas frente al mar, una mezcla
peculiar de resignación y valentía que nos lleva a sacar el pecho y
plantar cara ante las vicisitudes que se nos presentan.
Sin embargo, como vemos en las palabras del emperador filósofo, el
estoicismo no se trata sólo de “soportar”, sino, mejor aún, de vivir
y de hacerlo con virtud, esto es, la adversidad es un momento de
nuestra existencia en que necesitamos de nuestras mejores cualidades
para salir airosos del desafío.
Una circunstancia que
antes que llevarnos al dolor, la pena o el lamento, nos permite
ejercer nuestro sentido de la justicia, la honestidad, probar y aun
conocer el temple de nuestro ánimo e incluso ser generosos.
Por eso Marco Aurelio nos
hace considerar el percance como una oportunidad de ser felices,
porque en cierto modo es una posibilidad de mostrar y descubrir
nuestros recursos más invaluables como personas.
Esto pueden sonar paradójico o irrealizable en una época en la que
estamos habituados a huir de la adversidad, a procrastinar para
intentar alejarla o pretender que no existe, pero quizá si
escucháramos al emperador filósofo nos daríamos cuenta, con él, que
el ser humano es capaz de hacer más de lo que hace con el tiempo que
le fue concedido.
Con cierta licencia, podríamos decir que en este caso la virtud
estoica y la compasión oriental son términos
equivalentes.
En ambos casos se trata
de la cualidad del espíritu que nos permite afrontar las
contrariedades con fortaleza pero no con rigidez, sabiendo que la
existencia es algo mucho más grande que nosotros pero que, aun así,
es posible encontrar, en esa inmensidad, nuestro propio camino y las
soluciones a nuestras dificultades... guiados por la virtud, la
compasión y la serenidad.
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