por Alejandro Martínez Gallardo
12 Enero
2017
del Sitio Web
PijamaSurf
Realmente eres
el centro del universo.
Según la versión manejada comúnmente por la ciencia, el Universo
"comenzó" con una gran explosión,
o Big Bang, hace unos 13.8 mil
millones de años.
Esta 'explosión', sin
embargo, no es una explosión típica, ya que no ocurrió en el
espacio, sino que fue la expansión misma del espacio.
Edwin Hubble observó que las galaxias se están expandiendo en
la banda de la luz roja del espectro electromagnético. Esto
significa que en todas partes el espacio se está alejando de todo lo
demás a la misma velocidad.
Esto puede observarse
estudiando
la radiación de fondo - que es lo
que hace pensar a los científicos que el universo tuvo un momento de
expansión inicial, ya que el Big Bang como tal no ha sido observado
- la cual se expande uniformemente hacia todas las direcciones:
la luz del Big Bang
llena el cielo en todas las direcciones.
Si pensamos que el
universo en un principio fue un sólo punto, y nos preguntamos
¿dónde fue eso?
Debemos de contestar que
ese punto fue y está en todas partes. El Big Bang ocurrió
literalmente en todas partes y esta misma irradiación es el lugar
donde estás.
Esto hace que en
realidad, cuando nos preguntamos por el centro del universo debamos
de responder que el centro del universo es aquí.
La teoría de la relatividad de Einstein cambió la forma en la
que concebimos el tiempo y el espacio, que solían ser considerados
como absolutos dentro de la física clásica. Hoy sabemos que el
tiempo y el espacio son relativo y forman un compuesto
tiempo-espacio.
El lugar de lo absoluto
en la física de Einstein lo tiene la luz.
Dennis Overbye, editor de ciencia del New York Times,
explica:
Cuando en 1905,
Albert Einstein unió espacio y tiempo en su teoría de la
relatividad, nos enseñó que nuestros ojos son máquinas del
tiempo.
Nada puede ir más
rápido que la velocidad de la luz, el límite de velocidad
cósmico, así que toda la información llega a nosotros, al
presente, desde el pasado.
De esta manera, la relatividad de Einstein nos enseña que el
centro del universo está en todas partes y en ninguna. Es el
presente, rodeado por capas concéntricas de pasado.
Es la historia
llegando a ti a 299.792.458 metros por segundo, a la velocidad
de la luz, a la velocidad de toda la información.
Tus ojos son la
cabina de mando de una máquina del tiempo, esferas húmedas y
veladas que ven en la única dirección en que podemos hacerlo:
hacia atrás.
Por otra parte, es
posible que el universo sea infinito (los físicos aún debaten esto),
de serlo es evidente que cualquier punto podría considerarse como el
centro del universo o, según como se vea, que en realidad el
universo no tiene ningún centro.
Sin embargo, la otra gran
relatividad, que es la de
la conciencia, sugiere que el
centro del universo es el punto donde ocurre la percepción:
el mundo se despliega
en función a ese punto, al presente, en el cual se realiza una
observación - esta es la relatividad entre el observador y el
universo observado.
Para que toda observación
o experiencia ocurra es necesario que exista una conciencia que
interpreta la luz y procesa información.
El físico
David Bohm explica el proceso
de la percepción desde su visión de la realidad como un holograma:
"Toda la luz en esta
habitación entra de tal forma que la totalidad de la habitación
está en efecto envuelta en cada parte. Si tu ojo ve, la luz
entonces se desenvolverá en tus ojos y en tu cerebro.
Al ver en un
telescopio o en una cámara, la totalidad del universo y el
espacio tiempo está envuelta en cada parte, y esto se
desenvuelve al ojo".
De nuevo Overbye:
No es solo poesía.
Matemáticamente, en
términos de Einstein, toda la información y la historia
disponibles en cualquier lugar del universo se conocen como un
cono de luz.
Todos tenemos uno y
el de cada quien es un poco diferente, lo cual significa que el
universo de cada uno es ligeramente distinto.
Para concluir, puede ser
interesante para el lector notar que esta idea de que el universo
es infinito y que su centro es ubicuo (o está en todas
partes) es en realidad una nueva versión de una intuición mística
que reaparece cada tanto, basada en la noción de que la esfera es la
forma perfecta, la expresión geométrica de la divinidad (en una
esfera cada punto sería el centro).
Según Borges,
"quizás la historia
universal es la historia de unas cuantas metáforas" (y esta es
una de ellas, el punto de un eterno retorno).
En su ensayo sobre
La Esfera de Pascal, Borges
data el origen de esta metáfora así:
En el Asclepio, que
también se atribuyó Hermes Trismegisto, el teólogo francés Alain
de Lille - Alanus de Insulis - descubrió a fines del siglo Xll
esta fórmula, que las edades venideras no olvidarían:
"Dios es una
esfera inteligible, cuyo centro está en todas partes y su
circunferencia en ninguna".
Ya más cerca de una
mentalidad científica, Pascal la reformuló así:
"La naturaleza es una
esfera infinita, cuyo centro está en todas partes y la
circunferencia en ninguna."
Borges recopila diversas
versiones y alteraciones de esta metáfora nuclear en su ensayo y él
mismo contribuyó a esta ilustre lista con su "Aleph"
(una esfera tornasol en la cual estaba contenido el universo
entero), pero no menciona la que quizás sea la más relevante a la
luz de la relatividad cosmológica moderna.
En el Talmud se cuenta la
historia del intercambio entre los llamados sabios de Atenas y el
rabino Joshua.
David Chaim Smith
nos da una versión cabalística de la historia en su libro
The Kabbalistic Mirror of Genesis:
En el Talmud, los
sabios de Atenas (que representan el pensamiento lineal) le
preguntan a los rabinos:
"¿Dónde está el
centro del universo?"
Un rabino apunta el
dedo al azar y dice:
"aquí".
Esto implica que el
punto del centro-corazón es omnipresente, porque el punto de la
inicialidad (del universo) reside en todas partes de igual
manera; por lo cual debe ser "aquí".
Luego los atenienses
le preguntaron a los rabinos:
"Como saben
esto?"
A lo que
respondieron.
"Traigan una
cuerda y lo mediremos".
Chaim Smith explica que
la historia sugiere que la relatividad de todas las cosas
está sustentada en que,
"La extensión
infinita del espacio está repleta de la potencia de la gota
primordial",
...este es el punto del
absoluto que es representado a veces como una vocal (como el
Aleph o el
Om, la letra o sonido que anima
a todas las demás) o como una gota o célula madre de potencialidad
infinita (thigle o
bindu).
En términos más modernos
diríamos que cada punto contiene una energía infinita o casi
infinita (energía
del punto cero) de la cual se pueden manifestar todos los
fenómenos posibles.
El maestro de meditación budista y físico Alan Wallace ha
dicho que hay un universo
para cada uno de nosotros, pero sin
que esto sea
solipsismo - todos estamos en el
centro de nuestro universo, el universo que experimentamos es
relativo a nuestra perspectiva, pero nuestros universos están
entrelazados.
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