por Charlie Ambler
28 Julio 2016

del Sitio Web Medium

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

 

 

 

 

von Rohden
 

 

 

 "La meditación no es sentarse pasivamente en silencio.

Es sentarse concientemente, libre de distracciones,

y darse cuenta de la clara comprensión

que surge de la concentración."
Thich Nhat Hanh
 

 


Como lector de toda la vida que también medita todos los días, no he tenido más remedio que tragar mi orgullo y reconocer que algunas cosas no pueden ser aprendidas...

 

¿Qué quiero decir con esto? Muchas personas piensan que la sabiduría y el conocimiento son la misma cosa.

 

Muchas instituciones educativas, científicos, artistas y otros simplemente creen que cuanto más conocimiento adquieren, más inteligentes van a ser. La gente pasa vidas tratando de conquistar el conocimiento a expensas de la sabiduría.

 

Al gastar más y más tiempo trabajando con ordenadores, parece que los seres humanos han comenzado a creer que ellos mismos funcionan de manera similar a las computadoras.

 

Cuanta más información puedan encajar en sus cabezas, mejor - o al menos eso creen...

Un amigo recientemente trató de discutir el punto de que los seres humanos hoy en día son inherentemente más sabios y más 'valiosos' que los humanos del pasado, simplemente porque tienen más potencial
de acceso a la información. Me encontré vehementemente en desacuerdo con este sentimiento.

 

El tiempo no hace a nadie objetivamente más inteligente y ciertamente no hace a nadie más sabio.

Aquellos que decidan acceder a la sabiduría la encuentran, pero a lo largo de la historia siempre han sido una pequeña y selecta población. El tiempo puede contribuir a un fondo colectivo de mayor potencial de conocimiento, pero esto no es sabiduría.

 

El acceso a esta información puede dar a la gente la apariencia de estar mejor informada, pero no los hace más prudentes.

Este error fundamental proviene de gente que se siente históricamente distante de la idea de la sabiduría.

 

Los jóvenes en Estados Unidos hoy no son tan religiosos. Si son religiosos, es raro que sean espirituales. La religión se ha enfrentado contra el conocimiento y, como siempre, los argumentos populares en contra de la religión rara vez toman en cuenta la valiosa sabiduría que puede ser producida por la experiencia espiritual.

 

Incluso los meditadores a menudo sólo empiezan porque piensan que la meditación va a hacerlos más tranquilos y más productivos.

 

Un mero siglo de industrialización y modernización ha convencido a la gente que la conciencia más alta del hombre es la conciencia productiva. Qué extraña paradoja, que a medida que el hombre se mueve hacia la satisfacción material y la comodidad que se encuentra más y más lejos de la vida espiritual.

Esta es la diferencia fundamental entre el conocimiento y la sabiduría:

El conocimiento proviene de 'ahí fuera', mientras que la sabiduría viene de dentro.

Usted puede pasar su vida encerrado en la torre de marfil en una universidad respetada recitando la misma antigua conferencia en Wittgenstein ad infinitum hasta que venga el reino, pero eso no le hace inteligente.

Para hacerlo más simple:

El conocimiento es adquirido, la sabiduría es develada.

Las cosas que realmente sabemos, no hechos ni estadísticas o incluso cosas que se pueden expresar, a través del lenguaje, ya que están en espera de ser descubiertas por su atención.

 

La experiencia espiritual es el proceso de reconocimiento de esta sabiduría innata.

 

La compasión viene cuando reconocemos que otros tienen esta sabiduría y pueden acceder a ella, si así lo desean. Sentarse y reflexionar a menudo requiere una cierta humildad y calma. 

 

Cuando damos un paso atrás y nos damos un poco de respeto y un poco de espacio, la sabiduría emerge.

 

Llega en los períodos de silencio después de que los pensamientos comienzan a desaparecer...