del Sitio Web LaCosechaDeAlmas
Básicamente un extremófilo es un ser humano de hoy en día, en donde se le expone a,
Para el sistema somos como la mala hierba.
Unos extremófilos que han de ser llevados al culmen de lo inviable para la vida y ver como nos adaptamos a estas condiciones, como si tal cosa.
Para el sistema somos una plaga que no
hay forma de erradicar, a pesar de quitarnos lo mas básico para
vivir dignamente, no se sabe como, pero logramos adaptarnos y salir
a flote.
La evidencia reside en que hace siglos por menos rodaron cabezas, y hoy, apenas elevamos la ceja ante cualquier injusticia, simplemente lo tomamos como una de tantas y seguimos nuestra procesión cansina hacia el activismo pasivo.
Nos ponen constantemente a prueba y siempre superamos esos topes que incluso ese sistema pensaba que no toleraríamos.
La era virtual ha permitido que la
información nos inunde y a la vez nos paralice, nos proporciona
lugares donde vociferar nuestra desidia (yo me incluyo aquí), el
sistema recoge, recopila y archiva, y simplemente espera, observa, y
aprieta un poco mas nuestras tuercas.
Al ser extremófilos nuestro corazón esta atrapado en una coraza que lo aísla de esa realidad incomoda, lo políticamente correcto esta por encima de lo éticamente humano, por eso los baremos de desgana crecen y crecen, haciéndonos impermeables a la lluvia ácida del drama de la calle.
La inteligencia racional nos da
argumentos para todo y todo lo justifica, da lo mismo, lo que pase,
siempre habrá un experto que explique de forma entendible y lucida,
que la culpa siempre es de otro y el sistema ama a sus
ciudadanos, los cuida y los protege, justificará
diciendo que esto, como siempre, son hechos aislados que no se
corresponden con los últimos informes estadísticos de la agencia de
turno que dicen esto o todo lo contrario.
Máximas tiene para aceptar todo lo aceptable, y tragar todo lo tragable.
Su moral tiene callo, y ya no se derrite por cuatro niños con fusiles en el telediario, necesita mas que eso para poder encontrarse un sentimiento.
De vez en cuando y sin que sirva de
precedente, el sistema le proporciona un evento en el que derrochar
su reluciente indignación, y mostrarla orgulloso a sus congéneres,
sujetando una pancarta en una manifestación, la ironía es que
después de llevarse unos palos de la policía, puede sentirse
orgulloso de sus cicatrices y de no haber logrado, nada.
Una generación de futuras cucarachas
capaces de ver el hongo atómico y hacerse un selfie...
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